La buena, la mala y yo (capitulo 12)

¿Soportarías llevar en tu conciencia la vida de la hermana del amor de tu vida?

CAPITULO DOCE

Entrando al lugar veo que tienen a Annie seminconsciente en una silla de plástico. Tenía las manos y los tobillos atados a la silla. Había marcas de algunos golpes en su rostro pero no era para preocuparse; no de los golpes.

Aparece un hombre grande, bigote espeso, vestía jeans, camisa vaquera, botas y sombrero. Traía unas gafas para sol colgadas de su camisa a pesar de que pasaba de media noche. Ese no era el caso en realidad.

-Domenica y su amante. Que alegría verlas aquí -. Gritaba el hombre. –Tanto tiempo sin vernos, chiquita. Claro que no te nos ibas a escapar.

-No te preocupes, ya sabes que siempre te he tenido en cuenta. ¿Me extrañaste? -. Ahora Dom le seguía la corriente.

-Ya me conoces. Entonces, regresaste al fin. ¿Te fue bien?

-Sacamos mucho, si pero creo que ya me empiezo a hartar de esto. Hable con papá y me dijo que hasta que no resolviera mi problemita, no pensaba mover un solo dedo para sacarme sin consecuencias. Sabes que todos seguimos las mismas reglas sin importar de quien se trate.

-Pues aquí tengo tu boleto de salida. Acaba el trabajo y cierra el ciclo.

Sueltan a Dom y le dan un arma.

-Ya sabes nuestros métodos. No es la primera vez que lo haces.

-Claro que no pero… no se si pueda con esta, sabes quien es.

Se notaba tranquila.

-Dale el tiro y ya.

-¡¡No!! ¡¡Espera, no lo hagas!! -. Grité desde atrás.

-Cállate, Sam. Deja que los adultos trabajen –Todavía se burlo de mi.

Todos se reían.

Acerco el arma a la cabeza de Annie y esta solo sonrió.

-Si me vas a matar, mejor que sea en igualdad de condiciones -. Le dijo casi riendo.

-¿Así como cuando decidiste robarme y darme la puñalada por la espalda? Por ti lo perdí todo. No mereces compasión ni piedad de nadie. Eres una rata que merece ser eliminada -. Se detuvo y volteo hacia mi –Calma, cariño. Todo se va a solucionar.

-Mira a Sam. ¿Soportarías llevar en tu conciencia la vida de la hermana del amor de tu vida? yo creo que no.

-Basta de dramas -. Hablo el jefe –O le tiras, o le tiro.

-No, espera. ¿Puedo perdonarla?

-Normalmente ese no es el protocolo pero tú sabes. Al menos córtele unos dedos o algo para que recuerde que con nosotros no se juega -. Se veía divertido.

-Seria tan fácil volarte la cabeza -. Susurraba despacio pero aun así podía oírla debido a la cercanía. –Matarte y acabar con toda esta mierda. Me libraría de ti y de todos pero siento lastima. Eres una vil cucaracha oportunista. Eres peor que cualquier alimaña.

Levanto el arma de nuevo y apunto a la cabeza de mi hermana.

-Boom… -. Apretó el gatillo pero nada paso. –Esta vacía, rata. ¿Me creíste tan tonta como para librarte de tu miseria tan fácilmente?

Tiro el arma al suelo pero se acerco al jefe.

-La perdono de todos modos. Ahora solo quiero comenzar de nuevo. Espero que respete mi decisión y la reporte con mi padre.

-Por supuesto que el Don se enterara de esto.

Estrecharon sus manos y al fin me soltaron. Justo antes de irnos, pide de nuevo un arma, se voltea y le dispara a mi hermana. Solo vi como cayo hacia atrás y comenzó a chillar.

-Tranquila, fue en un hombro. Estará bien.

Ya ni me salía la voz. Viaje atontada todo el camino hasta casa. Nos dejaron en la puerta y fin de la historia.

Entre a mi cama después de meter a Pelusa a la casa y me puse a pensar en lo sucedido. Me levante rápido y fui hasta los aposentos de mi compañera.

-Dime que rayos fue eso.

-Un simple ajuste de cuentas. Tu hermana es una perra y me las tenía que pagar -. Sonaba tan tranquila.

-¡No! ¡Las cosas no pueden ser así de simple!. Casi la matas frente a mí.

-No tenias por que ir. Esos idiotas no saben hacer bien su trabajo. Le diré a papá que los despida.

-¿Eres así de idiota o te caíste de chiquita? Casi matas a mi maldita hermana y estas como si nada hubiera pasado. No sabes cuanto te odio ahora.

Me le acerque dispuesta a abofetearla pero no pude. Sujeto mi mano con una fuerza tremenda.

-¿Me vas a pegar? ¿Con esa pijama de tomates? No te puedo tomar en serio.

-No te burles, Noriega.

-No me burlo pero te ves sexy. Me gustan tus pijamas de dos piezas.

-Estas cambiando el tema.

Alzo las cejas y se acerco para besarme. No resistí mucho y me deje llevar.

Desperté desnuda en mi cama. Eso fue bastante raro pero bueno. Recordé de inmediato que iría junto a Lorena a una junta con el organizador del evento. Me levante casi impulsada por un resorte y entre a bañarme.

Salí justo a tiempo para abrirle la puerta. Sonreí y fingí que no había pasado absolutamente nada de nada. Si Eliza se entera, ahora si que mi cadáver aparece colgado en pleno distribuidor vial.

Terminamos mas tarde de lo previsto por lo que pasamos directamente a la cena.

-Oye, tu madre contacto a la mía y le hablo de nuestros planes –Decidí contarle sobre la visita de mi mamá.

-¿Neta? Le dije que no se metiera. ¿No le habías dicho? –Se tornaba un poco seria. Toda su familia sabia y de la mia… bueno, no es que tenga mucha.

-No pensaba hacerlo ahora. Se lo tomo bien pero papá se entero y se niega. No es que me importe pero odia a tu señor padre.

-Esa historia ya la se. Es divertida.

No seria tan divertida si se enterara de todo.

-Si, lo es. ¿Has visto a mi hermana?

-No mas que tu.

Hablamos de dos o tres cosillas mas y cada quien a su casa. No tenía muchas ganas de intimar por obvias razones. La vergüenza y la culpa me comían por dentro. Si esto continuaba me caería a pedazos.

Gracias por leer. Aqui entramos a lo que es la recta final, un par de capitulos mas y se acabo. En fin, espero que siga gustandoles y nos leemos en la proxima. Also, Sam es una perra, de eso no hay duda.