La buena, la mala y yo (capitulo 1)
Comienzo de una nueva historia un poco mas revuelta que la anterior.
Despierto en medio de la noche con el ruido molesto de mi celular. Una llamada entrante. Annie.
-Sami, ¿puedes venir por mí a la fiesta?
-¿Cuál fiesta? Déjame dormir. –. Mi voz estaba algo ronca –. Yo SÍ trabajo por las mañanas.
-¿Puedes o no? -. Eso significaba que no era una opción, era una orden.
-Pásame la dirección.
Era el colmo que a sus casi 25 años, se comportaba como si tuviera 17. Tome el dato de la dirección, me vestí, subí a la perra al auto para no ir sola y pase a casa del amigo de mi hermanita. Trato de buscarla entre la gente pero todo era un completo desastre. Botellas regadas, colillas de cigarro, gente dormida, vomito en el suelo… si que fue una fiesta loca. Casualmente encuentro a Annie besuqueándose con un tipo no muy mayor que ella y con una… ¿chica? Esto si era nuevo. Sabía que era una vil zorra pero no me imagine que llegara a eso.
-¿Nos vamos? –. Le pregunte molesta mientras la separaba de aquel hombre.
-Hola Sam, que bueno que ya llegaste -. Arrastraba demasiado las palabras.
Tomo su bolsa y salimos de ahí con la poca dignidad que le quedaba. Entramos al auto y conduzco hasta casa de mis padres donde ella aun vive.
-Se supone que me quedaría contigo. Papi me mataría si me ve llegar así.
-Al menos límpiate la nariz. Veo de tu nieve mágica.
-Lo siento –. Uso su mano para limpiarse –. No comentes nada.
-No hay falla.
Llegamos a mi jodidisima casa y la ayudo a entrar con Pelusa siguiéndonos detrás. La recuesto en el sofá y de inmediato que queda dormida.
Annette Marie Dibildox, mi hermana mayor de 25 años, castaña muy clara pero se teñía de rubio, curvas de ensueño y ojos azules hermosos. Lo malo con ella era que cada vez se tiraba más a la mierda con el alcohol y las drogas. En ocasiones me hacia sentir como si yo estuviera en su lugar en la cadena de hermanos. Siempre que se emborracha, tengo que ir por ella y acogerla en mi casa. Pese a las múltiples platicas para que agarre la onda, la muchacha esta encasillada con la idea de que “soy joven y tengo que disfrutar antes de casarme y ocuparme de una familia”, “no quiero terminar de esclava como mami” y muchas frases de ese mismo estilo. Lleva seis años estudiando diseño industrial y aun no puede graduarse pero basta de mi hermana.
Desperté temprano, tome una ducha rapidita y me fui a trabajar. No estaba de muy buen humor pero los muchachos ya estaban en la puerta un poco inquietos y solo por mera educación y porque los aprecio mucho, salude y sonreí.
-¿Mala noche? –. Preguntaba Neto con su habitual sonrisa de comercial.
-La puta de Annie me llamo a las cuatro para que fuera a recogerla a una fiesta.
-¿Es la tercera vez en la semana?
Solo asentí con la cabeza. Si esto continuaba así, me volvería loca.
El día de hoy teníamos la presentación grupo en vivo. Creo que no me he presentado, soy Samantha Dibildox y por ahora me encargo de mi propio restaurante. Tal vez sea un poco pequeño pero debido a que manejamos bar y de jueves a sábado se presentan diferentes bandas, grupos o solistas de todos los estilos a tocar, incluso tenemos stand up en ocasiones, nos va muy bien. A diferencia de mi hermana, solo soy una persona común. Me gradué de gastronomía a los 20 y ahora con 23 ya tengo mi negocio prospero y soy independiente.
Fui directo a la bodega para revisar lo que teníamos que pedir para el día de hoy. Afortunadamente tengo un grupo de compañeros que me apoyan en todo y hacen un estupendo equipo de trabajo. Algunos salen y entran, otros simplemente se van y hay otros que han estado conmigo desde el principio. En fin, todo tenía que estar listo para antes de las ocho.
A eso de las 6 p.m. llegaron dos integrantes de la banda. Carlos “El oso” y Josué “El pollo”. Eran amigos de Annie y precisamente ella me los recomendó.
-¿Sam Dibildox? –. Se dirigió a mí el Oso.
-Esa soy yo –. Levante la mano.
-No te pareces nada a la flaca. ¿Dónde pongo los instrumentos?
-El escenario ya esta listo. Pueden acomodarse por allá –. Les mostré donde estaba montado el pequeño escenario.
-Gracias.
Paso el tiempo y me ocupe en la cocina como era costumbre los viernes que se llenaba de gente. Mas tarde ayudaría en barra. Salí justo en el momento que la banda comenzaba a tocar. Me quede pasmada al ver a la vocalista. Cabello largo y castaño oscuro, una piel blanca tostada, ojos avellana y una voz… ¡¡Jesús del huerto!! Regrese a la cocina olvidando completamente para que había salido mientras tarareaba Lamento Boliviano de Los Enanitos Verdes.
-¿Trajiste el vino? –. Era Marla, me sacaba de mi fantasía –. Sam, el vino.
-¿Qué? Perdón –. Espabile un poco –. Lo olvide.
Salí de nuevo ahora si por el vino y regrese de inmediato. Continuamos sacando los pedidos que estaban pendientes hasta que me hacen la seña de que alguien esta hablando por la ventanilla de entregas. Me acerco y para sorpresa, era la vocal del grupo.
-Hola, pasa si quieres. Estamos algo ocupados.
-Solo necesito algo de agua.
-Dile a la chica de la barra que te sirva lo que quieras.
Asintió con la cabeza y se fue. Tocaron una segunda ronda hasta las dos de la mañana. Debido a que cerrábamos a las tres, dejaba una hora con música de ambiente para que los clientes terminaran sus bebidas o lo que estuvieran consumiendo que en su mayoría era alcohol.
Desabroche dos botones de la filipina y me quite el gorro. Alguien toca dos veces mi hombro por lo que me giro a ver que necesitaba.
-Hola de nuevo, ojitos de color aceituna –. Era la misma chica, la vocalista –. El agua se termino en la barra y me mandaron a la bodega-. ¿Te molesto?
-No, para nada –. Le hablo a Luis -. ¿Puedes traerle una botella con agua a la señorita?
Se veía cansado por lo que solo afirmo con la cabeza y se metió a la bodega.
-Te la pedí a ti –. Me coqueteaba descaradamente -. ¿Puedes traérmela? –. Haciendo énfasis en lo último -Por favor.
-Claro.
Me encamine un poco desconcertada y molesta. Intercepto a Luis a la salida de la bodega.
-Yo la llevo, gracias. Mejor ve a sentarte un rato y ahorita terminamos de limpiar la cocina.
Regrese con la bendita botella y se la di en la mano. Me resulto súper incomodo el hecho de que alargo el contacto cuando nuestros dedos se rozaron en el intercambio.
-Gracias, guapa.
Salió de la cocina dejándome roja como un maldito tomate y con la mano estirada. Confieso que era la primera vez en un año completo, que me sentía de esa manera. Desde que Dom se fue, no había estado con nadie mas y me concentre solo en mi trabajo para olvidarme de ella. Olvide todo y regrese a limpiar.
Los meseros sabían que el lugar tenia que estar vacío y sin bebidas en la mesas justamente a las tres. Teníamos rato sin revisiones de municipio pero era mejor prevenir y no arriesgarse. A final de turno, nos quedábamos en la bodega a beber un trago y luego nos coordinábamos para llevar a casa a quienes vivían lejos y no tenían auto. Apague la luz de la cocina y me dirigí a la mini oficina para revisar el corte del día pero me detuve en la barra para tomar una cerveza.
-Sam, espero que no te incomode pero, la muchacha del grupo me interrogo para que le diera santo y seña de ti –. Me dijo Eliza mientras destapaba otra cerveza.
-¿Qué le dijiste?
-Que no te conocía muy bien por lo que le preguntaba a la persona equivocada.
-Bien. Gracias.
Eliza era una de mis mejores amigas y jamás se atrevería a dar información de mi a desconocidos.
Mañana tocarían de nuevo por lo que estaba un poquito nerviosa al respecto. Platicamos hasta las 4:30 y me fui junto a Neto, Eliza, Marla y Luis. Deje a cada uno en su respectiva casa y me marche a la mía.
Al día siguiente no esperábamos mucha actividad nocturna en la cocina por lo que la deje en manos de los asistentes y el encargado general que era Luis, y me fui a la barra para ayudar. Llegaron rato después los de la banda y se instalaron igual que el día anterior. Continuaba con mis cosas y platicando con Eliza de asuntos sin importancia cuando escucho una coqueta voz a mis espaldas. Me giro solo para ver a la vocalista con una sonrisa muy amplia.
-Vaya que eres un estuche de monerías. ¿Quién diría que también manejas el bar?
-Soy la dueña del local –. Dije un poco fría.
-Ya lo sabía. Eres la hermana de la Flaca, ¿no?
-Creo que si. ¿Annie?
Supuse que iba a decirme cualquier otra cosa para molestarme o hacerme sentir incomoda pero gracias a alguna intervención divina, el Oso la mando llamar.
-Te esta tirando bien fuerte el calzón, mi Sam.
-¡Ay Eliza! me conoces y sabes que no es muy fácil que caiga.
-Tienes que superarla y abrirte a otras opciones. Estas en sequia sexual desde que Dom se fue y no me digas que es mentira porque como dices; te conozco perfectamente.
-¿Piensas que aun no supero a Dom? Por Dios, la muy zorra simplemente desapareció y ya. No espero que un día de estos regrese, si lo hace, la mandare directito por donde llego.
-No te creo –. Se burlaba de mi, increíble –Eres blanda. Aun así no creo que regrese. No sabes ni por que se fue.
Total, comenzó a llenarse de gente y en esta ocasión, si fui a encerrarme a la mini oficina para aclarar un poco mis ideas. Tenia mucho sin hablar de ella y realmente me pego lo que dijo Eliza.
Dominique Noriega, mi ex novia súper sexy. La conocí en la preparatoria. Era la típica chica descuidada y yo la maldita nerd freak. Nunca compartimos clase y si lo hicimos, nunca lo note hasta que un buen día, me saco de mi grupo de amigos ya que necesitaba que le prestara mi calculadora científica porque se le olvido la suya. Accedí mas por estar pendejamente mirándola que por amabilidad. Le encargue que me la entregara con alguno de mi grupo o al día siguiente en el cambio de clases. Al día siguiente me regreso la calculadora como si nada y entro a su clase. Antes de irme, salió y me detuvo.
-Me gustaría agradecerte el favor invitándote a desayunar –. Me propuso si más.
-Acostumbro comer con mis amigos, gracias –. Siempre fui una betosa de mierda.
-¿Con los frikis? Al menos solo esta vez.
-Está bien.
Nos vimos ese mismo día y desayunamos. Ella pertenecía al club de teatro. Los integrantes de ese club eran de lo más insoportable. ¿Qué hacia una inadaptada con una de las chicas más guapas del grupo más popular de la escuela? Eso ni yo lo sabia pero derivo en una buena amistad.
Regrese a la realidad cuando tocaron a la puerta.
-¿Puedo pasar? –pregunto mientras asomaba la cabeza y entraba.
-Ya estas adentro.
-¿Por qué te comportas así?
-¿Cómo?
-Como si nada te importara. Fría.
-Así soy.
Me analizo por un par de segundos.
-Así me encanta.
Se acerco a mi lado del escritorio y reposó su trasero en el mismo. Tomo mi barbilla y la levanto para que la mirara a la cara. No hicieron falta más palabras. Yo lo necesitaba y ella me lo estaba otorgando. Nos besamos tan deliciosamente. Realmente extrañaba estar con alguien mas pero mi manera de ser me hacia rehuir de toda chica que se me acercaba. Me dio el revolcón más extraño y excitante de mi vida.
Salió como si nada hubiera pasado después de retocarse el maquillaje y se subió de nuevo a cantar. Arregle mi ropa y salí de nuevo para ayudar en la barra. El puto suceso más raro de mi vida. ¿Cómo dijo que se llamaba?
Se que desapareci y esas cosas pero fue por motivos de fuerza mayor (mentira). El punto es que estoy de vuelta con una nueva historia que espero, les agrade. No estaba muy segura de publicarlo pero ya que... Gracias por tomarse la molestia de leer. Quizá el comienzo vaya algo soso pero confio en que tome forma poco a poco. Tambien espero respetar la decision de publicarlo integro y no modificar nada tal y como acostumbro.