La borracha de mi amiga María

Trata de como me pude follar a una amiga mía que estaba totalmente borracha. Mi amiga tiene 57 años y no tiene desperdicio.

Hola, mi nombre es Carlos y tengo 42 años. Lo que os voy a contar ocurrió hace unos tres meses.

Me encontraba tomando una copa en un bar de mi pueblo, que está situado en la costa de la provincia de Alicante (España), cuando entró una amiga a la cual conozco hace unos doce años. Ella se llama María y tiene unos quince años más que yo.

No es fea, lo que ocurre es que va siempre un poco descuidada, pues tiene un problema con el alcohol que le costó el matrimonio hace unos siete años.

Ella es rubia, con pelo corto y unas tetas grandes pero algo caídas. El resto del cuerpo es el de una mujer que no se ha cuidado demasiado y con unos casi sesenta años tiene algunas arrugas, pero repito que no es fea. Es más bien una mujer guapa que se ha dejado abandonar.

Tiene unas caderas algo anchas pero bien formadas, aunque el culo lo tiene algo caído.

El caso, es que cuando entro al bar iba bastante perjudicada por el alcohol, y a mi no se me ocurrió nada mejor que invitarla a otra copa, con la que a malas penas pudo, pues hubo un momento que casi se cae de la banqueta. Menos mal que la sujeté, sino menudo el espectáculo.

Llegados a este punto, le dije que lo mejor sería que se fuese a dormir porque estaba que daba pena de borracha, pero ella una vez que ya estábamos en la calle se negó a irse a su casa.

La verdad es que yo quería ayudarla, pero ante la insistencia y viendo que si la dejaba sola podría terminar tirada en cualquier portal opte por decirle que viniese a mi casa, pues yo estaba viviendo solo y no supondría ningún problema.

A todo ello, y después de convencerla diciéndole que si quería podría seguir bebiendo en mi casa, nos subimos al coche y nos fuimos a mi casa que se encuentra en el campo a uno diez kilómetros del pueblo. Cuando llegamos, me ofrecí a hacerle un café bastante cargado para ver si se recuperaba, pero insistió en que quería un par de chupitos de wisky, así, que se los preparé y ella se quedo sentada en el sofá mientras yo fui al baño.

Cuando volví al salón se habría tomado al menos unos cuatro chupitos en diez minutos que es lo que tarde en volver al salón y, ella, estaba tumbada en el sofá dormida y roncando.

La verdad que en ese momento no supe que hacer, porque si la llevaba a una cama la despertaría y ya que se había dormido, pues pensé en sacar una manta y echársela por encima,

lo que ocurrió, es que la verdad, que la imagen me daba algo de morbo, se había quedado durmiendo a pleno ronquido y pensé que a lo mejor sería una buena ocasión para verle las tetas, pues en el peor de los casos, si se despertaba, podría decirle le había desabrochado la ropa para que durmiese más cómoda.

El caso es que le quite los zapatos y la puse estirada en el sofá. Ella ni se enteró, no hizo el menor movimiento, así que me fui animando y le desabroché la blusa quedando sus pechos cubiertos por un sujetador bastante viejo y desgastado. Llegados a este punto, le desabroché los pantalones y como pude se los fui bajando hasta quitárselos por completo, podía apreciar su piel blanca y las bragas dejaban transparentar una buena mata de pelo de color castaño claro.

Mi polla se estaba poniendo dura por momentos y ella seguía roncando, así que le baje las bragas hasta quitárselas por competo, le abrí la piernas y puse sus talones lo mas pegados a su culo que pude. Mi polla palpitaba como si fuese a reventar, le estaba viendo todo el coño abierto, lleno de pelo y que sin necesidad de tocarlo se le abría hasta el agujero del coño. Lo tenía algo arrugado pero brillaba quizá porque se le habían escapado algunas gotas de meado.

Cogí unas toallitas húmedas y se lo limpie a fondo, es ese momento, ella se movía ligeramente pero seguía roncando. Le subí el sujetador y sus tetas quedaron al aire con unos pezones bastante largos y gordos, su aureola era de color rosa y quise comprobar si el color de su ano era del mismo color, ya que por lo general el color del ano y de las aureolas de las tetas suele ser el mismo.

La posición que tenía ahora mismo en el sofá era perfecta para poder follármela sin más, pero me entretuve manoseándola por todos lados, estirando sus pezones y chupándolos, chupándole el coño totalmente abierto y abriendo su ano que para mi sorpresa era de color rosado igual que sus pezones pero era enorme, parecía que le acababan de meter una zanahoria gruesa por el culo.

Cogí mi polla y empecé a masturbarme poco a poco. No es que sea muy larga, porque me mide diecisiete centímetros pero es bastante gruesa y con un glande bastante gordo. De hecho, siempre me la descapullo antes de que se me ponga muy dura porque sino me hace algo de daño al descapullármela. Así, que con toda la polla tiesa, me puse sobre ella como pude para no dejar mi peso encima y que no se despertase y empecé a metérsela por el coño y, la verdad es que a pesar de tener un buen coño todo abierto notaba como mi polla tenía que hacer trabajo para entrar, así que le escupí en el coño para lubricarla y volví al ataque. Esta vez si que estaba entrando toda entera, y me estaba dando un gusto indescriptible por la situación en la que me encontraba.

A estas alturas, ella de vez en cuando parecía que murmuraba algo pero yo no la entendía porque además lo hacia muy bajito, así que paré de follármela y me que de quieto un par de minutos, transcurridos estos, volví a la faena follándomela por su enorme coño que al mismo tiempo que la follaba se iba meando, por lo que decidí ponerle bajo el culo una toalla.

Al levantarle el culo pude volver a apreciar su enorme agujero del ano y esta vez me propuse follármela por el culo, me puse saliva en la polla y empecé a meterle un par de dedos en el culo para dilatárselo. Volví a poner mi polla en el agujero de su ano y empecé a metérsela poco a poco hasta que toda estuvo dentro. Me la estaba follando súper rápido por el culo y de repente ella se empezó a mear, la situación me puso aun más caliente, me lavé la polla con su pequeño chorro de meado y se la metí por el coño. Ahora ya no mi importaba que se despertase y me la empecé a follar metiéndosela hasta los huevos, ella empezó a jadear y de rente se despertó diciéndome.

“Pero que me estás haciendo? , me estás follando” , yo le dije, “si María, porque estabas muy borracha y tenia que despejarte”

Ella intentó quitarse pero sin hacer demasiada fuerza, yo continué follándomela, se la saque del coño y se la metí en la boca diciéndole, “chúpamela bien, a ver si se te pasa el peo que llevas” se la metí hasta que le dieron arcadas y las babas le caían por las comisuras, entonces, se la saque de la boca y de un solo estacazo se la metí por el coño que ahora tenía el clítoris descapullado y gordo, y el agujero del coño súper abierto. No tardé más de cinco minutos y me corrí dentro de su coño llenándola con una gran cantidad de semen que le chorreaba por el coño.

Y así es como me folle a mi amiga María. Después la tape con una manta y allí se quedo durmiendo toda la noche hasta que a eso de las nueve me desperté le hice un café, desayunamos y me la volví a follar pero esta vez ella también lo disfruto.

La verdad, es que si os preguntáis si se enfado, os puedo decir que en absoluto. Es más me agradeció que la hubiese llevado a mi casa.

Desde entonces cada vez que la veo intento follar con ella. Hasta el momento solo me la he vuelto a follar un par de veces más, pero eso ya es otra historia.

Y esto es todo lo que pasó. Un saludo de wolfi 1