La boda de mi mejor amigo
Una semana de vacaciones antes de la boda de mi mejor amigo se convierte en mi primera experiencia sexual con un hombre
LA BODA DE MI MEJOR AMIGO
Aprovechando una semana de vacaciones y que mi mujer trabajaba algún día suelto durante esa misma semana decidí ir a pasar unos días a casa de Carlos mi mejor amigo, que se casaba el fin de semana siguiente, aprovechariamos para hacer una pequeña despedida de soltero y le ayudaría en los últimos preparativos, mi mujer vendría el viernes para la boda.
Llegué el domingo por la tarde a su apartamento, salimos a cenar con Sara su novia y despues de unas copas nos retiramos a su casa, Sara vino con nosotros a su casa, ellos se acostaron en la habitación de Carlos y yo solo en la mía, extrañé la cama y tardé en dormirme aparte de los múltiples jadeos de Sara ante las embestidas que le estaba dando mi amigo, al final terminé masturbandome freneticamente al son de los jemidos de mis amigos.
Por la mañana cuando me levanté Sara ya no estaba y Carlos me estaba preparando el desayuno para ir un rato al gimnasio, antes de ir a hacer unas compras.
En el gimnasio estuvimos como una hora y media y cuando nos estabamos duchando no pude evitar fijarme en la musculatura de Carlos, nunca me había fijado en un hombre pero la verdad es que llamaba la atención, aparte de la mata de pelo que poblaba todo su cuerpo, Carlos es muy velludo lo cual me extraño porque hoy día parece que no se lleva y es un chico muy presumido. Vistiendonos le comenté:
-No te ha dado nunca por depilarte?
-Pues sí, hoy mismo despues de comer me depilo entero de cara a la boda, Sara lleva pidiendomelo hace tiempo. A la cera nada menos, piernas, pecho y espalda, menuda tarde me espera.
-Ya te digo, yo me hago solo las piernas y las paso putas pues tú... prepararte.
Comimos y Carlos se fué para el salón de estética, yo me quedé en casa echandome la siesta.
Cuando regresó yo estaba merendando un poco, Carlos vino dolorido al máximo, se sentó conmigo y nos pusimos a comentar la jugada, yo lo noté un pelín inquieto como si me quisiera decir algo y al final me lo soltó:
-Oye, esta mañana en el gimnasio me he fijado en que llevas el rabo depilado, nunca me he depilado ahí y ya puestos me gustaría darle una sorpresa a Sara, como te lo haces? Me podrías enseñar?
-Hombre pues claro yo te digo, te recortar bien el pelo largo con unas tijeras y despues con mucho cuidado te pasas la maquinilla de afeitar a contra pelo.
- No se no lo veo claro, tu y yo somos amigos desde hace 20 años, tenemos confianza, podrías hacermelo tu?
Abrí los ojos como platos ante la proposición de Carlos, menudos nervios se me pusieron, no sabía donde meterme.
-Venga va quedará entre nosostros, como una aventura más de dos amigos de siempre.
Ante la insistencia de Carlos y muy a regañadientes accedí, -vamos al baño y lo hacemos, pero ni una palabra a nadie eh??.
Carlos se desnudó delante de mi en el baño, su nerviosismo tambien era evidente, en el gimnasio le vi la polla más grande ahora era poco más que un cacahuete y con la mata de pelo que llebava apenas se le veía el glande.
-Coje las tijeras y recortaté todo lo que puedas, luego yo te haré el resto. Carlos cogió las tijeras y se recortó todo el pelo alrededor de la polla y los huevos, yo mientrás pensaba como se lo iba hacer, hacerselo a uno mismo es diferente que a otra persona, así que pensé que lo mejor era en la cama, puse una toalla encima de la cama y fuí a buscar una pequeña palangana de plastico para poner agua, cogí una maquinilla de afeitar y la espuma.
Cuando Carlos salió del baño el asunto ya tenía otro aspecto la polla se le veía más grande, incluso yo diría que demasiado, morcillona diría yo. No le dije nada al respecto pero no se que me pasó mi polla pareció removerse dentro de mis gallunbos, no le dí más importancia y nos pusimos a la faena.
Carlos se sentó en la cama con las piernas flesionadas y legeramente abiertas, entonces me di cuenta que esa no era la mejor postura para poder atacar, no sabía como ponerme así que me arrodillé delante de el entre sus piernas y me armé de valor.
Me puse un poco de espuma en las manos y con mucho cuidado y miedo se la empecé a extender por la parte superior de la pelvis, me daba una verguenza exagerada y Carlos parecía estar tambien muy intranquilo, mis manos extendían la espuma por la pare superior y lateral cuando Carlos me dice:
-Los huevos tambien eh? Dame espuma porque no nos vamos a quedar a medias.
-No, no es que me da mucha verguenza, esta situación...
-Yo estoy que me va a saltar el corazón del pecho, no pasa nada, somos amigos y hombres heteros esto no nos va a afectar.
-No, para nada- dije yo nerviosamente mientras notaba que la cremallera de mi pantalón estaba a punto de estallar por la presión, yo no entendía nada.
Mis manos rodeaban sus peludos testículos y entraban en la parte inferior de los mismos hasta su perineo, casi me excedí en extender la espuma por toda su zona genital. Cogí la maquinilla y muy habilmente la depilé toda la parte superior de la pelvis, hasta ahora practicamente no había tocado su polla pero ahora la tenía que levantar para rasurar sus testiculos, cada vez la notaba más grande y morcillona y cuando la empecé a balancear de un lado a otro mientras con la otra mano le pasaba la maquinilla, llegó un momento que no se la tuve que sujetar, ella sola se mantenía erecta delante de mi cara un miembro de unos 18 centimetros de largo y bastante gordo, la situación estaba apunto de estallar.
Yo miré a Carlos a la cara y lo miré con cara de circunstancia, el haciendo una pequeña mueca con la boca me pidió disculpas por la situación.
Yo intente seguir a lo mio con unos nervios del copón con cuidado de no cortarle nada, la zona perineal me estaba costando bastante así que le dije que se moviera para poder terminar.
El ni corto ni perezoso se dió la vuleta y se puso a cuatro patas yo no salía de mi asombro.
-Así mejor no? Es un poco embarazosa la situación pero creo que es como mejor, así ya total me quitas todo...todo.
Los ojos se me abrieron como platos al ver a mi amigo a cuatro patas con las piernas entreabiertas con el rabo colgando entre ellas y pidiendome que le afeitara el culo.
Esto se nos estaba o se nos había ido de las manos por completo, realmente los dos estábamos muy calientes y superados por la situación, no le di más vueltas me puse espuma en las manos y se la extendí por toda su raja, mis dedos rozaron su agujero y este se contrajo instintivamente, yo no paraba de salibar mientras la cuchilla hacía su trabajo, se lo dejé todo suave y reluciente, Carlos seguia con la polla tiesa y de vez en cuando daba la sensación que suspiraba.
Le pregunté si tenía crema hidratante y me contestó que el baño había aceite de baño de Sara. Fuí a por el para que se lo diera en toda la zona pensando que cuando volviera Carlos estaría más tranquilo y yo también, pero cual fué mi sorpresa cuando entré en la habitación y el seguía en la misma posición que lo había dejado.
La situación era extrema y había quetomar una decisión, pensé rapidamente, Carlos es mi mejor amigo, está supercaliente y me está pidiendo guerra, yo estoy supercaliente y quiero guerra, sin saber exactamente porque un hombre hetero pide guerra a otro hombre hetero, di un paso a delante y abrí el bote de aceite, el chorro fué directamente a su ojete y se resbaló por su perineo a sus testiculos, embadurné mis manos con un poco más y aguarré su duro culo en pompa, mis manos recorrieron su gluteos dirijiendose instintivamente hacia el interior de su raja mis dedos masajearon su agujero con la yema, su zona perineal y sus testiculos, los gemidos de Carlos ya no eran inaudibles y se movía suavemente de un lado a otro.
Mi mano izquierda masajeaba sus huevos y la derecha agarró su polla, mi cara estaba delante de su ojete y con todo el calentón mi lengua buscó su esfinter dando pequeños circulos alrededor de su entrada trasera totalmente depilada.
En ese momento noté como Carlos se corría entre mis dedos entre jadeos y movimientos circulares de su cadera, mientrás mi lengua penetraba sin resistencia la entrada de su ano.
Carlos se derrumbó sobre la cama mientras yo me desabrochaba el pantalón y dejaba al aire mi polla totalmente erecta, cojí el bote de aceite me la embadurné y me coloqué entre sus piernas dirijiéndola hacia la entrada de su culo, ya de perdidos al río me había puesto a cien y ahora no iba a dejar que me dejase a medias, Carlos levantó un poco su trasero facilitando el acceso al interior de su raja y mi polla encarada directamente a su culo le penetró sin resistencia.
Un grito ahogado de Carlos entre dolor y placer se apoderó de la habitación, mis embestidas eran cada vez más profundas y Carlos cada vez más levantaba su culo hacía mi hasta que quedamos en la posición del perrito, yo agarrando sus caderas y el jadeando como una perra mientras con una mano se la cascaba más y más rapido.
En una de mis profundas embestidas noté como su esfinter se cerraba fuertemente alrededor de mi polla, Carlos se estaba corriendo otra vez, mi polla no pudo más y explotó dentro de su culo entre jadeos y gritos de placer.
Nos quedamos uno encima del otro durante unos minutos recuperandonos del tremendo polvo que acabamos de echar, no dijimos ni palabra, yo me levanté de la cama y me metí en la ducha pensativo, pasados unos minutos la mampara se abrió y Carlos entró, nos abrazamos y silenciosamente nos duchamos sin más.