La Boda - 9 (Final)
Evito que Susana cometa un error, aunque me cuesta dar algunas explicaciones. Roberto, su ex, regresa nuevamente a escena...
La Boda – 9
El jueves paso sin más incidentes, otro cantar fue el viernes, que sobre las once de la mañana recibí la llamada de una emocionadísima Susana para decirme que regresaba esa misma tarde, dándome el vuelo, terminal y hora de llegada al aeropuerto. Nos despedimos con un te quiero por ambas partes, cuando colgué me quedé pensativo, acababa de terminárseme el tiempo que del que creía disponer. Era obvio que tenía que hacer algo y rápido con lo de Susana, si quería impedir que cometiese un error, y la solución para ello era de lo más sencilla y obvia. El problema no era tanto el cómo poder hacerlo de modo que fuese consciente de que hablaba completamente en serio con lo de "mi" empresa cuando se lo contase, sino más bien el que no me matase por ocultárselo, lo bueno es que no llevábamos tampoco mucho de relación como para que el cabreo fuese muy gordo. Al final, con Susana había llegado mucho antes de lo esperado a la situación que por unas causas u otras había logrado esquivar en mis otras tres relaciones y que ciertamente temía.
Estuve pensando en cómo se podía tomar todo esto, especialmente el hecho de mi forma de vivir. Seguía en el antiguo piso de mis padres, en mi barrio de siempre y con un coche, un compacto generalista de más de once años con sus más que buen kilometraje a sus espaldas, porque no me gustaba malgastar el dinero en cosas que no veía "necesarias" y que me importaban un pimiento, teniendo un sueldo más que bueno. Eso Susana, sabia por ella misma, que se lo tomo relativamente bien, porque pensaba que yo era adorablemente modesto en comparación con el cabestro de su ex, que solo quería presumir sin tener de que. Además, a estas alturas también sabía que no lo hacía así por tacañería, que si tenía que gastar dinero en algo no me dolía lo más mínimo el hacerlo. Sin embargo, otra cosa era su opinión sobre el coche tan "viejo" que tenía, sus muchísimos kilómetros a la espalda, sumado al modelo que era muy normalito, sin ser tampoco para más inri el más alto de su gama, sino tirando hacia la parte baja de la misma, ganando ese dinero que suponía tenia de sueldo, le chirriaba y mucho. Ya veríamos como se tomaba Susana mi "adorable modestia" después de "confesar" lo de mi empresa, cuando repentinamente pasase de un plumazo de tener un sueldo mucho mas que bueno, a estar completamente forrado… Miedo me daba su famoso genio…
Se me ocurrió una idea de cómo poder contener su humor, o al menos si no todo, si lo suficiente como para que no me matase, pensé en buscarme una aliada. Me puse de inmediato en marcha, primero llamé a Eva para saber si podía quedar esa misma noche para cenar conmigo y con Susana. Al principio puso pegas ya que según dijo tenia ya un compromiso, como la conocía bien, para convencerla use el hecho de que al día siguiente iba a presentar a Susana a mis padres. Ahí acepto en seguida, me dijo que eso no se lo perdía, que cancelaba la noche con sus amigas, y que al día siguiente se apuntaba con nosotros dos a ver a mis padres, que hacía mucho que no los veía. Eso fue algo que aún me alegro mucho más, porque era algo que me venía de perlas, supongo que con la presión del momento no lo medite bien, porque no pensé ni por un momento en mi madre. Después de esto le mande un whassap a Susana para informarla que cenaríamos con Eva. Me contesto al poco, aceptando, pero que hablase con ella para hacerlo cerca de su casa ya que llegaría muy cansada y al día siguiente teníamos que viajar a ver a mis padres. Hable con Eva, que acepto contenta, y nuevamente le mande un whassap a Susana para confirmárselo y además explicarla que Eva se había apuntado a venir con nosotros, me contesto con varias caritas sonrientes. Una vez todo esto quedo listo, llame a mis padres para darles la noticia, ambos se pusieron muy contentos, tanto de que fuese con mi nueva novia, como de que Eva, a la que querían como a una hija, nos acompañase.
El viernes recogí a Susana en el aeropuerto y la llevé a su casa. Por el modo de mirarme durante el camino, no quise subir con ella porque la veía "excitada", aunque al final no me quedó otra opción, ya que me puso una carita que daba lastima y me dijo que la maleta pesaba muchísimo. Entré el primero arrastrando tras de mi su maleta, no habría dado ni cuatro pasos dentro de su casa cuando tras de mi escuche perfectamente el clac, clac de la cerradura de la puerta al "echarle" la llave… Me volví rápido, para ver como los zapatos de Susana salían volando, como se desabrochaba la chaqueta dejándola caer al suelo mientras avanzaba hacia mi con una cara de salida que daba miedo… Le recordé que habíamos quedado con Eva para cenar, su contestación fue que entonces no perdiese mas tiempo y le diese lo que quería… Fue divertido, estuvimos follando como dos animales durante casi una hora, luego Susana se metió a todo correr en la ducha, mientras yo lo hacía después, termino de arreglarse en tiempo récord, y una vez estuvo lista, se dedicó a meterme a mi prisa porque "veía" que al final llegábamos tarde a la cena… Para matarla… a polvos, eso sí.
Para irnos a la cena, dado que después, según me explico Susana, habían estado las dos hablando y decidieron que pasaríamos por casa de Eva a recoger sus cosas para irnos al día siguiente desde casa de Susana. Por eso decidió llevarse su coche y dejarle en un parking cercano al restaurante. Por el camino le conté, mas o menos, la visita de su jefe y algunas de las cosas de las que hablamos. Si bien, cuando le comenté que por lo hablado tenia toda la pinta de que el Jefe Territorial pensaba tomar medidas personalmente con su compañero y su jefe se alegro bastante, aunque justo después, puso un gesto de tristeza que rápidamente reprimió. Supuse el motivo de esa expresión, y por ello volví a recalcarle que no se preocupase por mí, que mis acciones no iban a tener la menor consecuencia, que, por favor, me tomase en serio cuando se lo decía. Me aseguro que sí, pero sinceramente, no la creí ni por un solo instante, estaba claro que tenía su propia idea formada y no iba a salir de ahí sin un buen motivo más allá de que yo se lo asegurase. Cuando llegamos aun tuvimos que esperar unos minutos a Eva.
Durante la cena, las dos estuvieron cambiando impresiones y hablando de muchas cosas, en un momento dado, Eva, que ya sabia por mi lo que pretendía hacer Susana y como me había enterado…
Oye Susana, te veo algo baja. Me ha contado Pedro lo de tu compañero y lo que ocurrió, no estarás pensando hacer ninguna tontería, ¿verdad?
No, ya me dijo Pedro que el ayudarme no tendría repercusiones en su empresa para él -sonrió, pero de un modo un tanto forzado-.
Susana, se lo que has hecho, has pedido un cambio de departamento porque piensas que si no lo haces me vas a terminar por perjudicar. Te lo repito, yo no voy a tener el menor problema en mi empresa… -le dije-.
Supongo que te lo dijo el Sr. Ramírez, ¿no? -me preguntó tensa-.
Evidentemente. Cuando terminamos de hablar y le facilite ciertos datos, a modo de devolver el favor que "tú" le habías hecho, me explicó la estupidez que estabas a punto de cometer.
No es ninguna estupidez, se como funcionan estas cosas y que tu no me comentarías tampoco nada si te hubiesen dicho algo para que no me preocupase -me rebatió-.
Eva por favor, se lo puedes decir tú… -a su muda pregunta le conteste con un leve gesto de asentimiento-.
Cariño -tomó la mano de Susana sobre la mesa, dándole un apretón cariñoso-, si hubiese tenido algún problema, créeme que Pedro te lo habría dicho sin la menor duda. Se que aun así no te vas a fiar, con estas cosas eres muy dura de mollera como se te meta algo en la cabeza, pero créeme, no va a tener la menor dificultad.
Eva, sé que no hace falta que te explique como se puede volver la tortilla en una junta general de un momento para otro como haya algo que no le guste a alguien, le puede terminar por costar la cabeza al más pintado. Y en una pequeña empresa como la de Pedro, que hablamos de los dueños puede ser peor aún. No me voy a arriesgar a perjudicarle después de que me ha salvado la cabeza, por mucho que digáis -explicó Susana-.
Susana -la miré fijamente-, el principal motivo por el que no voy a tener el menor problema, es porque la empresa en realidad es mía, al cien por cien -puso cara de incredulidad, por lo que continúe-. Y si no me crees, solo le tienes que preguntar a Eva, que es quien lleva todas mis cuentas, incluidas las de la empresa y los activos de la misma -la miro con los ojos muy abiertos-.
Es completamente cierto, le empresa es de Pedro, aunque a estas alturas creo que ya le conoces como es. Se puso el cargo de director gerente con un sueldo adecuado a dicho puesto, y a eso se limita… -le dijo Eva completamente seria-.
A ver, a ver, a ver que yo me aclare -Susana apartó su plato poniendo mala cara-. ¿Me estas diciendo que llevo jodida y preocupada todo este tiempo por este… ¡gilipollas!, por si lo que había hecho por echarme una mano tenia consecuencias para él, ¿y resulta que la empresa es suya? -terminó con un tono de cabreo bastante serio-.
Eso mismo que tu has dicho. Aunque en este caso, debo de señalar que buena parte de la culpa es tuya por no tomarle en serio, y creo que por lo que se sobre cómo va la cosa entre vosotros dos por lo que ambos me habéis ido contando, a estas alturas Pedro seguro que ya te ha dado sobradas muestras de que no te miente cuando te dice algo.
Pero… -se detuvo, poniendo un gesto raro en su cara-. Oye -señalo a Eva-, todo esto no será un plan de los dos para que me tranquilice y no haga nada, ¿verdad?, porque esto no hay quien se lo crea…
Susana cielo, -suspiro Eva mirando a su amiga mientras hablaba con un cierto tono irónico-, ¿pero tu porque crees que siempre digo que yo con este idiota alucino cada vez más?, ¿qué es solo por lo de sus ex?... Pues no bonita, no, es por todo, y más que nada porque con lo que gana, es que no se da ni siquiera el capricho de cambiar la tartana esa de coche que tiene…
Joder que manía todo el mundo con mi coche, ¿si me va bien para que voy a cambiarlo…?
Tío, te recuerdo que yo si se lo que ya has ganado "de verdad" en este año, no me jodas, quieres… -me remachó Eva, recalcando el de verdad, con pinta de estar también enfadándose-.
Me da miedo preguntar cuanto porque soy capaz de matarlo… -dijo Susana apretando los dientes, dándose perfecta cuenta del "de verdad" de Eva-.
No le hagas caso, los beneficios los reinvierto en la empresa, así que ese dinero no cuenta -le sonreí-.
¿Eva…? -le preguntó, mirándome de mala manera-.
Lo siento Susana, sin su permiso no voy responderte a eso, y lo sabes…
No quiero cifras, pero ¿mas que yo? -me continúo mirando muy seria mientras preguntaba a Eva, que a su vez me miró también, y nuevamente asentí.
En la última operación que ha cerrado su empresa este año se ha llevado un bonus de prima de siete dígitos -contestó socarrona tras mi señal afirmativa con la cabeza-. También es cierto que normalmente, otros años, casi todos los beneficios que ha obtenido una vez descontados impuesto y bonus de prima de todos sus empleados, han sido reinvertidos en la empresa y no se los ha quedado el cómo podría haber hecho, se ha limitado a su sueldo, que es más que sustancioso.
Espera, espera, espera, ¿quieres decir que este cretino por el que he estado jodida, en lo que va de año ya se ha llevado solo como prima al menos un millón de Euros? -casi se atragantó-.
Bueno coño, vale ya de ponerme verde, ¿no?
Eso mismo he dicho con lo de los siete dígitos -continuo Eva sin hacerme ni puñetero caso-. Por eso, Susana, deja de hacer el idiota y no te preocupes por su situación, la empresa es suya, nadie le va a hacer nada.
Me están dando ganas de arrancarle la cabeza… -siseo, parecía una serpiente apunto de morderme.
Si es porque no te haya dicho nada hasta ahora, ahórrate el enfado -le dijo Eva mientras seguía comiendo tan tranquila-. Con decirte, que ninguna de sus ex lo sabe, de hecho, creo que, salvo sus padres, sus empleados, yo y ahora tú, no creo que de su círculo cercano nadie más conozca el pequeño detalle de que la empresa en la que trabaja es suya o la cantidad de dinero que maneja de realmente este "angelito"…
Y será verdad… -dijo Susana, que me miró con cara de alucinada. Confieso que al verla me costó mantener mi cara de póker y no reírme, más que nada por temor a su posible reacción si lo hacía-.
Al cien por cien… -le verifico Eva-, y si aceptas mi consejo, ahórrate el cabreo, este es así y no hay modo de que cambie. Cuando ni su madre ni yo hemos conseguido que entre por el aro… es ya un caso perdido… -bufó Eva.
¡¡La madre que lo pario…!! -exclamó Susana, mirándome con cara de querer matarme muy lentamente y haciéndome sufrir antes todo lo posible-.
No me voy a seguir extendiendo, pero baste saber que, tras continuar con la conversación, metiéndose las dos conmigo, entre el primer y segundo plato ambas se marcharon al servicio. Cuando se fue Susana tenía cara de querer arrancarme hasta el hígado y luego hacérmelo tragar, mientras que Eva parecía bastante divertida con la situación. Realmente no sé qué hablarían las dos allí, porque cuando regresaron, Susana parecía ya totalmente calmada, y conste que no es que me fiase en lo más mínimo de su aparente tranquilidad. Seguimos hablando los tres, finalmente Susana pareció aceptar que, siendo soltero, me sintiese unido tanto a la casa como al barrio donde me había criado desde niño, eso sí, lo del coche fue otro cantar, las dos la tomaron con el pobre, y aun con más vehemencia que antes. Cuando por la noche nos acostamos, tras follar los dos como descosidos, porque ya me dejo claro que una cosa no tenía nada que ver con la otra y desde luego, no pensaba castigarse ella sin sexo porque yo, palabras textuales, "fuese un soberano gilipollas". Incluso antes de dormirnos tuvimos un nuevo encontronazo a cuenta del dichoso coche, ya que, según sus propias palabras, no le entraba en la cabeza que, teniendo esa cantidad de dinero, aunque solo fuese ya por las mejoras actuales existentes en seguridad y dado que mi coche encima no tenía ni las que en su época se podían pagar como extras, aun siguiese con semejante cacharro. No pude evitarlo, en vez de callarme me dio por tratar de explicarme, y así me fue, como el culo. No diré que me diese un ultimátum al respecto, pero sí que me dejo claro que con eso no pensaba dejar de insistirme y que antes o después tendría que entrar por el aro, luego juraría que la escuche susurrar un "antes de que me cabree en serio".
A la mañana siguiente salimos los tres hacia el pueblo de mis padres, evidentemente en el coche de Susana, que no quiso ni oír hablar de ir con el mío, contando además con el más que evidente apoyo de Eva en esto. Confieso que iba mosca con las dos, tras el bombazo que le solté el día anterior a Susana, el que fuese de risas con Eva, sin dar el menor síntoma de enojo y como me miraba de sardónica esta última, me empezaba a poner nervioso. Como ya he dicho antes en alguna ocasión, no me chupo el dedo precisamente, y si bien a Susana aun no la conocía lo bastante como para poder discernir algo concreto en su comportamiento, con Eva no tenia ese problema, y estaba viendo excesivamente claro con ella que estas dos habían tramado algo conmigo como protagonista y por eso estaban tan risueñas. Dado que íbamos a ver a mis padres, era fácil suponer que estos tenían algo que ver, y si no los dos, porque de mi padre podía permitirme dudar, con mi madre estaba más que seguro… Para poneros en situación de mis temores, os diré que pensaba en mi madre y su más que probable reacción, a la que su "niño" llevaba a presentarle a su nueva novia, íntima de mi gran amiga de la infancia, mi "hermana" Eva, la cual siempre hacia frente con mi madre para tratar de ponerme "derecho". Para más inri, íbamos en el cochazo de mi flamante nueva novia, porque el "rarito" de su hijo no se gastaba un "chavo" en un capricho que él considerase "innecesario" ni aunque lo matasen. Si bien mi madre con todas mis ex se ha llevado muy bien, en este caso Susana a parte de ser adorable, es intima de Eva, lo que para mi madre seguro que iba a ser un auténtico plus de confianza y que la aceptase ya casi con solo el haberse presentado tan pronto ante ellos…
Cuando llegamos, mis padres, Pedro y Carmen, salieron a la puerta a recibirnos, en la cara de mi madre tras saludar a Susana pude apreciar un gesto de aprobación, y en el la de mi padre, uno de muy disimulada admiración, mas que nada porque si lo pilla mi madre mirando inapropiadamente a una novia mía lo escabecha. Ni cinco minutos con ellos, y ya me arrearon la primera en la frente…
Hijo, dame la alegría de que ese cochazo en el que habéis llegado es tuyo… -me preguntó con cara esperanzada.
No Carmen, es de Susana, el sigue con su tartana -le contesto sarcástica una sonriente Eva…
No, si ya decía yo que era raro que este se comprase un coche nuevo, y menos uno con pinta de ser tan bueno… -suspiro mi madre.
Pero lo hará doña Carmen, créame que lo hará, aunque solo sea por no tener que escucharme a mí… este aun no sabe con quién se ha ido a juntar -le dijo mirándome con los ojos chispeantes Susana.
¡¡¡Hija mía!!! -la abrazo mi madre-, tienes todo mi apoyo, el de mi marido y el de Eva para lo que necesites con este gañan de hijo que tengo… Y no quiero volver a escuchar lo de Doña, para ti Carmen…
¡¡¡Mamaaaaaaa!!!
Ni mama ni leches, que con lo que gan… -se calló, mirando de reojo a Susana…-.
Tranquila Carmen, Susana ya sabe que es el dueño de su propia empresa… se lo tuvo que confesar… -se rio Eva mientras se lo decida-.
¡¡Aleluya!! Bueno Susana -la cogió de un brazo, con el otro a Eva, llevándoselas a ambas con ella a la cocina mientras hablaba-, si ya sabes que este hijo mío tiene su propia empresa y que gana un muy buen dinero, a ver si eres capaz de meterle en vereda con esa manía suya de conformarse con cualquier cosa... y me lo espabilas de una vez, que es un sosaina…
Hijo -mi padre me puso la mano en el hombro, mirando como yo hacia donde desaparecían las tres mujeres cogiditas del brazo-, creo que con esta novia te acabas de caer con todo el equipo. A tu madre le gusta, encima es de confianza de Eva y para colmo, sabe de tu empresa y posiblemente incluso lo que ganas. Tampoco la veo muy por la labor de no atarte en corto… Creo que deberías de ir haciéndote a la idea de que tu vida, esa de "vivo a mi aire porque no tengo que rendir cuentas", va a cambiar drásticamente…
Si Papa, eso mismo me estoy empezando a temer yo también -le repliqué con la vista fija en la puerta por la que habían desaparecido las tres mujeres, fue cuando empecé a sospechar muy seriamente que quizá esa visita tan pronto no hubiese sido muy buena idea, y menos aún acompañados de Eva-.
La visita fue "genial", mis padres y Susana hicieron muy buenas migas, especialmente con mi madre, mi padre sabiamente se quitó de en medio en todas las "conversaciones" de las tres conmigo haciendo frente común. Con lo del coche intente colar la presencia de los dos coches de alta gama en el aparcamiento de mi empresa si necesitaba alguno en un momento dado, pero no funcionó. Mi madre, Susana y Eva se encargaron de dejármelo muy claro cuando se lo intente explicar. Otra cosa que me temía con mi madre y las ganas que tenia de un nieto, es que visto como los dos nos llevábamos, lo acaramelados que parecíamos y lo bien que se estaban entendiendo las dos, intentase que me mudase con ella cuánto antes. Pero para mi sorpresa no, no solo no ocurrió eso, sino que para mí total, sospechosa y absoluta sorpresa, fueron las tres quienes, con mi progenitora a la cabeza, quienes dejaron caer que hacíamos bien en ir despacio y marcarnos unos tiempos antes de decidir vivir juntos. La carrera de Susana salió a colación, así como el puesto que ocupaba y el trabajo que desempeñaba, algo que a mi madre también le encanto, que su futura nuera, como comenzó a llamar a Susana, fuese una mujer mas que capaz de valerse por sí misma, pero sobre todo con el suficiente carácter como para no dejarse manejar por mí y ponerme "las cosas claras". En eso de manejarla sí que le tuve que dar toda la razón a mi madre, más que nada porque si me ponía a hacer balance de lo que llevábamos de relación, había sido ella quien me había manejado a mi en todo momento y no al revés.
Durante la noche que estuvimos en casa de mis padres, pensé que Susana no querría hacer nada, pero me equivoque, resulto tan loba o más que cuando estábamos en una de nuestras casas, la única diferencia es que se contenía mucho mas en sus gemidos, gritos y el volumen al hablar conmigo mientras follábamos. La verdad es que más suerte no había podido tener con el asunto aquel de la boda. El guion de comedia romántica me había traído una novia físicamente impresionante, con una enorme personalidad, una autentica dama, una puta insaciable en la cama, que me quería, que se llevaba a partir un piñón con mis padres, con Eva, y muy sincera cuando tenia que hablar de algo. La parte mala era el genio endemoniado que se gastaba el angelito cuando se cabreaba de verdad, y eso que, según Eva, aún no había podido verla en todo su furioso esplendor. Al mes siguiente me toco a mi visitar a su familia por primera vez, su hermano, su hermana y sus padres quedaron encantados conmigo y yo con ellos, quienes, por cierto, sus padres me refiero, le dijeron a Susana que ya iba siendo hora de que saliese con alguien normal y no con algún gilipollas como acostumbraba a hacer, aunque juraría que la escuche rechinar un poco los dientes cuando escucho aquello mientras clavaba sus ojos sobre mí, que parecían querer taladrarme. Obvio decir que no abrí la boca ni media, sobre todo porque Susana no paraba de mirarme de reojo mientras sus padres la "felicitaban" porque por fin demostraba su buen juicio… Como ya he dicho unas cuantas veces, no me chupo el dedo, y por la cara de Susana cuando dijeron lo del "gilipollas", amenazaba tormenta si se me ocurría decir lo más mínimo, se cuándo llevo las de perder, y estaba visto que después de conocer la verdad, lo de mi forma de pensar con respecto a mi forma de vivir, resultaba… cuanto menos, controvertido para ella.
El cuarto mes tras esta visita estuvo de lo más entretenido, de hecho, por culpa de lo primero que os voy a contar estuvimos juntos en una u otra casa todos los días, y lo segundo que os diré, simplemente termino por decidir por nosotros el vivir juntos definitivamente. Lo primero fue mi coche, que no es que me empezase a dar problemas, pero tuve la mala suerte de que se juntasen varios mantenimientos, y de los caros, distribución, frenos incluyendo los discos, embrague completo, aceite, filtros, neumáticos… sin olvidarnos de pasar la dichosa ITV. Vamos, que la broma se iba a un pico, ni que decir tiene que cuando Susana se enteró, le faltó tiempo para recordarme mis propias palabras sobre "cuando el coche comenzase a dar problemas". Lo cierto es que tampoco le hizo falta mucho para convencerme, el volumen del gasto en un coche con cerca de trescientos mil kilómetros y más de once años, aun sin la presión de Susana, antes de decírselo, también me había hecho dudar por mí mismo sobre que sería mejor, máxime no siendo el dinero un problema. Cuando me decidí a comprar otro coche, aparte de Susana, mi madre y la propia Eva cuando se enteraron, también me dijeron que no hiciese el tonto, y que dado lo que ya llevaba ganado, por una vez me diese un capricho para mí. Por supuesto las dos insistieron en ir conmigo a ver "modelos", y si mi madre no se apuntó arrastrando tras ella a mi padre, fue porque a ninguno de los dos les gustaba salir del pueblo si podían evitarlo, y mi madre tenía plena confianza en "mi hermana" y su "nuera" para que no hiciese alguna de mis habituales "tonterías".
Me decidí a darme un capricho, me fui con las dos a ver cierto deportivo en cuya parrilla hay un caballo al galope, concretamente, directo al modelo mas alto que se vende aquí con intención de meterle todos los extras habidos y por haber. Contra lo que esperaba, y es que ambas intentasen que optase por algo mas lujoso, o al menos más "formal" y no un deportivo, las dos me apoyaron en la idea. Como soy como soy, y el precio que me ofrecieron me pareció "razonable", hice la reserva del coche en ese mismo instante… Lo que me mató cuando regresábamos a casa de Susana, fue lo que me dijo Eva riéndose y haciendo reír a Susana. Me soltó que aprovechase el coche todo lo que pudiese, porque debía de ser de los pocos "afortunados" que tenia una novia a la que le gustaban mas los deportivos que los Suv o Todoterrenos, pese al bicharraco que se compró, y que en cuanto viviésemos juntos seguro que trataba de camelarme para que cambiásemos los coches para movernos… Evidentemente, riéndome le conteste a Eva que no se lo creía ni ella, y la muy cabrona de mi flamante novia le dijo a Eva que no se preocupase por ello, que sabía cómo tocar las teclas necesarias para convencerme, que con hacerme la pregunta mientras follábamos arreglado, porque en esos instantes era incapaz de negarle nada al no pensar con la cabeza adecuada, provocando las carcajadas de las dos. Y lo peor es que la muy cabrona tenia toda la razón del mundo. Con mi coche haciendo aguas y hasta que me diesen el nuevo, Susana unilateralmente decidido que ella me llevaría y recogería de mi empresa, ya que como tenia horario flexible me podía adaptar a los suyos. Para no darnos paseos inútiles, también tomo la decisión de que permaneciésemos juntos en una u otra casa, en eso la verdad es que, según ella para "no presionarme", me dejo la decisión de cual de las dos a mi… de traca.
Lo segundo que ocurrió en este mes, y que si a mí me hizo reír como no os hacéis una idea cuando Susana me lo contaba, a ella le puso de mala hostia un día sí y al otro también, volvía a casa que mordía, de hecho, le vino bien que estuviésemos juntos para poder desahogarse conmigo en, como ella misma decía, cuerpo presente y follable. Resulto que al idiota de su ex no le debió de quedar claro con la patada en los mismísimos que le pegó, y volvió nuevamente a por más. Como supongo que tonto del todo no llegaba a ser, debió de considerar que el "cara a cara" no era la mejor de las opciones por el riesgo que corría de que se la rompiese a guantazos. Inicio con Susana una ofensiva de flores, bombones y todo lo que se os pueda ocurrir, acompañado siempre de una tarjetita con un texto de lo más almibarado y cursi… o como me decía Susana, de lo mas vomitivo. La parte buena de esto, es que Susana luego en casa conmigo, se desestresaba follando como un animal, resultaba insaciable y yo por mi parte sin la menor pega. Al final, terminamos antes de tiempo viviendo juntos en casa de Susana por culpa del gilipollas este, que, por cierto, tras mudarme alquilé la mía, cosa que nunca hice con mis ex, dinero el cual iba directo a la letra del piso de Susana pese a que esta al principio se trató de oponer. Por supuesto, que esto fue porque vi el percal en que me podía meter si decía algo del estilo de pagarlo yo, aunque se lo intentase vender como si fuese un préstamo. Con lo del alquiler, me costó, pero finalmente conseguí dejarla sin argumentos validos para oponerse frontalmente.
El acoso e intento de derribo del pollo sobre Susana, la cual por cierto no me dejo intervenir, duro dos meses, justo lo que tardo Susana en ponerle las manos encima, el muy gilipollas apareció ante nosotros una noche que estábamos cenando en una terraza, con una cajita y un anillo para pedirle su mano a Susana. Menos mal que como ya la iba conociendo no me fie para nada de ella, porque casi se la concedió, pero con el puño cerrado y en las narices… Me costo lo que no esta en los escritos el parar el puñetazo, no sé ni como lo conseguí, y que después no se lanzara a su cuello para matarlo, fue una movida impresionante, intervino hasta la policía de la que se lio… Al final, delante de los agentes, al impresentable le deje muy claro que, si volvía a molestar de nuevo a Susana, le pensábamos meter una denuncia por acoso, y por lo penal… eso finalmente parece que si que le hizo reaccionar y salir de nuestras vidas.
De todo esto, ya hace un año, ahora mismo, llevamos un mes comprometidos, aunque de momento y pese a las presiones de nuestras respectivas familias, no hemos elegido aun fecha. Según nos dice Eva riéndose, si no lo hacemos ya solo es por joder la marrana un poco. Por cierto, que nuestras familias ya se conocen y hacen muy buenas migas, especialmente con el tema de la boda, y ambos pensamos que de momento se están guardando lo de los nietos hasta que pasamos por la vicaría. Por si alguien se lo pregunta, si, normalmente el X7 lo conduzco yo, y mi flamante deportivo de mis amores con su caballo al galope en la parrilla, lo lleva mi querida novia, a la que le costó una semana entera de polvos pillarme con la guardia baja para que aceptase. Lo cachondo del caso es que, al día siguiente de aceptar, le amenace con que si se llevaba mi coche me pensaba comprar otro, y la muy cabrona riéndose me dijo que no tenía narices, que me acompañaba ella misma en ese instante a que lo eligiese, y si lo compraba de verdad, mi madre, Eva y ella me ponían una medalla para que recordase tan increíble momento. Eso sí, después descojonada de risa me soltó que también me mandarían al psicólogo por si el "gasto innecesario" me suponía algún tipo de trauma… Estuvo la cabrona dos o tres días con el cachondeo, pinchándome mientras se descojonaba para que me comprase otro, eso sí, la única condición que me ponía es que fuese de diferente color, para que "ella" pudiese ir alternándolos, porque eso le "molaría"… Evidentemente, no me compre otro, ya que estando el X7 y pese al armatoste que es, lo veía algo "innecesario", y si, lo sé, no tengo remedio, que se le va a hacer.
Susana aun no me ha dicho nada, supongo que, para no asustarme antes de casarnos, pero Eva ya me ha dejado caer partiéndose de risa cuando le dije que nuestros respectivos debían de estar esperando a que nos casásemos para machacarnos con los niños, que mis padres y suegros con lo de los nietos no iban a tener que insistir mucho. Luego tuvo a bien explicarme que mi flamante prometida con menos de dos niños no se iba a conformar, y eso siempre que al menos uno de los dos, fuese niña, por lo que más me valía que me fuese preparando para hacer puntería por la cuenta que me traía, porque conociéndola no pararía hasta conseguirla… Os juro que después de casarnos, como no atine, ya me veo con un monovolumen con suficiente capacidad como para poder llevar a un regimiento, porque si algo me ha quedado claro en este tiempo que llevamos juntos, es que como a Susana se le meta algo en la cabeza… lo persigue hasta que lo consigue… y en esto ni mis padres o mis suegros tenían pinta de ir a ser ningún freno con Susana.
FIN