La boca de Lalita

Sexo oral entre padre e hija.

LALITA parte I

Como archivista en un hospital de salud mental tengo acceso a un sinnúmero de Fichas clínicas de todos los pacientes que han consultado al mismo. En mis ratos libres disfruto leyendo algún caso. Hoy les voy a contar sobre la historia de Lalita, quien fue iniciada sexualmente a los nueve años por su padre biológico.De su puño y letra leo lo siguiente:

" Mi padre es el hombre mas maravilloso que he conocido. Es un hombre al que he amado y admirado desde que tengo uso de razón. Tras su belleza física , su dulzura y su comprensión se encuentra un ser increíblemente sensual. Desde los cuatro años recuerdo el placer que sentía de bañarme con papá y mamá. Los veía como a unos dioses. Sanos y bellos en su desnudez. Papá siempre fue cariñoso. Nos hacía reir y gritar a mamá y mí cuando desnudos y enjabonados nos hacía cosquillas o nos besaba las nalgas. Lo que mas le gustaba era besarnos entre las piernas, allí comenzaba la gritadera de nosotras y las risas por las cosquillas que nos producían sus labios en nuestros genitales. Nos soplaba, nos lambía. Todo se veía "normal". Nunca le veíamos una erección cuando jugaba con nosotras.

Quizas por eso Mamá tomo esos juegos como algo rutinario y nunca pensó que Papá y yo podríamos alguna vez hacer algo incestuoso. De mi parte me fascinaba tomar entre mis manos su pene fláccido y moverlo con los dedos en todas las direcciones. Una vez haciendo eso, de manera sorpresiva traté de meterme su pene dentro de mi boca para chuparlo y mi mamá me haló por una oreja y me díjo que eso no debía hacerse. Desde entonces pensé que algo anormal debía haber para que Mamá se fuese puesto tan nerviosa y asustada.

Ya cuando tenía los 9 años, un día quedé sola con Papá. Al entrar en su cuarto él venía saliendo después de haberse duchado. Como era mi costumbre corrí a abrazarlo por la espalda y empecé a darle besitos en las nalgas. Cuando Papá se dio vuelta ví por primera vez en mi vida lo era un pene totalmente erecto. ¿qué te pasó? Le pregunté con curiosidad. ¿ Por qué se te puso así?. El un poco apenado no hallaba que responder. Se sentó en la cama para secarse los pies. Yo me coloqué a su lado sin quitarle la mirada a su miembro. Estiré la mano y se lo apreté suavemente. Era de una sensación de terciopelo, tan grueso que mi mano solo cubría menos de la mitad de su diámetro. Duro como un tubo. Lo sentía palpitar. Papá estaba sereno, sin embargo note que le agradaba lo que yo hacía. Sin decirle nada comencé a besarselo, olía a jabón de limón. No sé qué fuerza me impulso a meter la punta de su glande dentro de mis labios y comenzar a lamerlo.

Era algo mas fuerte que yo, era un placer que por nada del mundo quería perder. Papá agarró mi cabeza e introdujo mas su miembro, y comenzó a moverse hacia atrás y hacia delante. Al sentir que su pene vibraba dentro de mi boca pensé para mis adentros que era la sensación mas divina que había sentido en mi vida. Papá gruñía y se quejaba, entonces bruscamente me lo sacó de la boca, se volteó apretandose el pene y lanzó como cinco chorros de un líquido gris azulado espeso que regó pared y piso. Yo quedé durante todo el día sin borrar las imágenes de lo ocurrido.

El silencioso y asustado cada momento me recordaba que no podía contarle eso a nadie. Ni a mi Madre. Yo desde ese momento comencé a tener sueños obsesivos con mi padre. Despertaba a media noche con la toty mojada, caliente y palpitante. Chupaba mi dedo pulgar fantasiándome lo fálico. Papá comenzó a rehuirme suavemente mis acosos.

Habló conmigo y me explicó todo lo referente a la sociedad, la religión, lo prohibído. Lo tabú. Nada me convencía. Cómo un momento tan hermoso y puro como el que habíamos pasado no lo podíamos volver a repetir. Respeté su decisión. Pero eso me excitaba más. Sabía que a él le había gustado y que tenía miedo de hacerme daño. Lo que mas me sorprendía era que solo quería tener experiencia con él, para mí el único varón sobre el universo era él. Ningún otro podía tener algo tan divino que era únicamente para mi madre y para mí. Ya buscaría la forma de tenerlo nuevamente, de olerlo, de besarlo y........el día que llegue ese momento lo voy aprovechar como el mejor regalo de mi vida.