La bien cogida

Era tanta mi frustración, era tanto mi coraje por la indiferencia de mi marido ,y mi deseo por tener sexo, que planeé un fin de semana caliente, y quedé embarazada.

La bien cogida

Todos mis relatos han sido reales, y les advierto que éste no es la excepción, ya que ese día mi propósito era disfrutar el sexo a lo máximo, y yo misma me sorprendí de mi capacidad para coger.

Era mi venganza y sabía que lo lograría, las mujeres tenemos más oportunidad de acostarnos con quién nos deseé, y como mujer que soy, me las puedo ingeniar para lograr el propósito de tener sexo con quien se me antoje, ya que los hombres solo esperan una señal de la mujer para lanzarse al ataque.

Reconozco que al principio sentí remordimiento de engañar a mi marido, pero mi cariño y respeto por él, fueron terminando poco a poco.

De esas veces en que no hay tiempo ni oportunidad de echarte una cana al aire, ya que por cualquier motivo no estaba con alguien de mis amigos, y mi marido pues, ni me fumaba. Me atrevía a decirle mi esposo que yo era de carne y necesitaba tener relaciones, que no me olvidara tanto, me tomó la palabra y me prometió una noche de intimidad.

Me propuse hacerle el amor diferente, deseaba que se diera cuenta lo ardiente que soy, demostrarle mi gusto por la verga.

Esa noche llegó con una película pornográfica, mientras me preparaba él la veía desnudo frotándose la verga. Ya lista me acerqué para mamarle con placer, ya no me importaba si pensaba mal de mí si le mamaba rico.

Quizá se dio cuenta de mis ganas porque me tomó de la cabeza para que me tragara todo su palo. Lamí sus huevos como lo hago con mis amantes. Pero me molestó que ponía más atención a la película, iba a dejarlo pero vi una escena donde un tipo con un tolete enorme penetra a la chica por el culo, y se me ocurrió una idea;

--¿TE GUSTA LO QUE VES?.—no esperaba la pregunta.

--ESTE, EJEM, PUES SI.—

--¿TE GUSTARÍA HACERLO CONMIGO?.—

--NO SÉ SI DEBA, ¿NO ESTARÍA MAL?.—

--¿PORQUÉ IBA A ESTARLO, SI ERES MI ESPOSO?, HAGÁMOZLO, A VER QUE SE SIENTE.— Casi de inmediato me puso en cuatro patas, me di cuenta que puso saliva en su verga, no en mi ano, me decepcionó porque me demostró que solo pensaba en él. Pero pensé que estaba bien, yo hice como si me pusiera saliva, quería que pensara que era virgen del culo. Lo empezó a meter despacio, me dolía pero no como para quejarme como lo hacía;

--¿TE DUELE?—me dijo,--¿QUIERES QUE LA SAQUÉ?.—

--¡NO, HAZLO, SÉ QUE LO DESEAS Y QUIERO COMPLCERTE!.—

Yo hundía mi cara en la almohada, simulando mi dolor, y no haberme lubricado lo suficiente, me ayudó para fingir que me dolía al menos "tantito". Pensaba que el cornudo de mi esposo era un pendejo por no darse cuenta de la cantidad de verga que había entrado por mi ano.

Cuándo ya la tenía toda adentro, se detuvo, me desesperé y empecé a empujar mis nalgas hacia él, quería que me penetrara con fuerza, pero que decepción, ¡no llevaba ni diez empujones!,¡ni un minuto y se venía!.

--¡NO TE MUEVAS GORDA, VAS A HACER QUE ME VENGA!.—Me encabrona que me diga gorda y más coraje me dio, ¡qué imbécil, venirse muy rápido y decirme gorda!, porque no lo estoy, ni lo estuve. Yo seguí moviéndome para gozar no de mi esposo, sino de su verga en mi recto, trataba de apretar su verga con mi culo y nalgas y seguí moviéndome como me gusta, y me decepcionó por completo.

--¡YAAA, NO TE MUEVASS!.—Entonces le supliqué que no lo hiciera;

--¡NO, NO PAPIII, NO TE VENGAS, NOOOO TE VENGAS, NO...!.—Fue inútil mi petición. Sentí que mi ano resbalaba más fácil, y su líquido caliente caía de entre mis nalgas.

--¡AHH, AHHH NO TE MUEVAS TANTO, ME VAS HACER VENIR!.—

--¡NO, NO TE VENGAS, NOOO, TE VENG...!.—Fue inútil, mi petición, no duró ni un minuto cogiéndome por el culo. La sacó y se acostó boca arriba, yo quise masturbarlo porque se le estaba bajando, iba a mamársela cuando me quitó y se fue a lavar. Cuando regresó apagó el televisor y se durmió, ni las gracias dio el idiota.

Esa noche no pude dormir bien, me levanté y fui a la sala, no quería estar junto a ese cabrón. Y empecé a tramar mi plan de venganza, decidí coger al siguiente día, con mis amantes, planeé como los vería a cada uno de ellos.

Ya en la mañana, tenía la esperanza de que mi marido reaccionara al verme acostada boca abajo solo con mi tanga, pero ni me fumó, y se fue al trabajo sin reparar en que me dejaba con deseos sexuales. Mi coraje aumentó y sin escrúpulos activé mi plan.

Me comuniqué con mi compadre y le dije que me llevara a alguna parte, a donde quisiera, y que me sorprendiera. Como estaba en su oficina, me dijo que sería al mediodía, pensé que había tiempo para buscar a Iván o a Sandro mis vecinos, pero no encontré a ninguno de los dos. Quise ver la televisión y me di cuenta que estaba en la videocassetera la cinta pornográfica, y fui a entregarla al video club, era la excusa para ver si encontraba a mis vecinitos.

Sabía que el dueño del video club que se llama Antonio, me veía con ganas de hacerme algo, y aunque no estaba en mi lista de víctimas, lo agregué, a lo mejor se le hacía. Me vestí provocativamente, una mini falda negra, blusa amarilla de tirantes y escotada, sin ropa interior. Como el negocio está a unas cuadras de la casa, fui caminando. Notaba las miradas varoniles, los conocidos me saludaban mirándome las nalgas y tetas.

Al llegar al video club, apenas estaba abriendo, cuando me vio en la puerta se le iban los ojos a mi pecho, ni la despistaba. En vez de entregar la película, me puse a ver que había de novedades, quería que se le cayera la baba con verme. Empecé a provocarlo agachándome, al hacerlo la falda se levantaba demasiado y mis nalgas se asomaban. Se acercó para sugerirme algo que ver, se puso a mi lado y mi cara quedaba a la altura de su pene, que ya mostraba su excitación. Me levanté cuando llegó una señora con sus niños, como sabía que rentaban y se iban, me fui a otra sección, veía sin ver. Ya cuando se fueron, me paré en el mostrador para entregar la película, me sorprendió saber que tenía tres días de retraso, pensaba que mi esposo la había rentado el dia anterior, yo no llevaba dinero, no había donde ponerlo, le dije que luego regresaba para pagarle,

--NO SE PREOCUPE, PUEDE PAGARME DESPUÉS.—

--¡QUE CANIJO MI ESPOSO, NO ME ADVIRTIÓ!, Y YO QUE PENSABA LLEVARME OTRA!.—Le dije con voz de niña.

--¡USTEDES SON BUENOS CLIENTES, SI GUSTA PUEDE LLEVARSE LAS QUE QUIERA Y LUEGO ME PAGA!.—

--¿BUENOS CLIENTES?, ¡CASI NO VENGO!.—

--PERO SU MARIDO SÍ.—

--¿AH SÍ?, ¿Y QUÉ PELICULAS RENTA?,¿CÓMO ESTA?.—Le dije señalándole la que le entregaba.

--SI, A VECE S LLEVA DE ESTAS.—Vaya sorpresa, el cornudo de mi esposo nunca había mencionado eso. Pero seguí con mi plan, y le pedí que me recomendara una igual. Me llevó a donde las exhibía, es como un privado donde solo los clientes y mayores de edad, pueden entrar.

Mientras me recomendaba algunas, llegaron unos hombres, no quería que me vieran ahí, ya que los conocía, rápido los despachó y regresó conmigo. Se puso detrás de mí y me hice la sorprendida, pero no me quité, él lo notó y puso sus manos en mis caderas, se replegó y lo dejé. Miraba una portada muy explícita, un hombre llamado Rocco, abría el culo de una jovencita, tomé otra donde el mismo estaba con otra chica. Dejé las portadas en su lugar y empecé a mover mis nalgas, levantó mi falda y suspiró cuando vio que no traía nada. Recordó que alguien podía entrar y cerró la cortina del negocio.

Regresó conmigo que seguía como me había dejado, mis nalgas descubiertas esperaban ansiosas ser tocadas, me inclinó un poco y se agachó para morderlas y lamerlas, sus dedos exploraban mi panocha mojada, suspiré al sentirlos en mi interior. Se levantó y sin perder tiempo me penetró de manera majestuosa, mis nalgas temblaban del placer de ser cogida por alguien que me deseaba desde hacía mucho. Bajó los tirantes de mi blusa para liberar mis pechos, que sudaban por la temperatura y mi lujuria, mis dedos oprimían mi clítoris, aunque no cambiamos de posición, duró mucho cogiéndome, luego me volteó y me recargó en la pared, levantó mi pierna derecha y me penetraba a su gusto, lamía mis senos y apretaba mis nalgas, su verga curva lograba darme placer que me llevaba al delirio, mi pelvis se movía sin ordenárselo, estaba perdida y ensartada en Tony, deseaba tanto ser penetrada que le pedía que me diera duro, y me hiciera venir, entonces aceleró sus embestidas, su verga frotaba mi clítoris y logré un orgasmo, exploté tan rico que mis movimientos ayudaron a que se viniera, nada me importaba, se estaba viniendo en mi panocha, lo dejé, quería que así fuera, era mi deseo, recuerdo que en ese momento pensé en dejar que mis amantes se vinieran en mi panocha, nada me importaba, me sentí humillada ante mi marido y esa era una forma de vengarme. Terminamos, me acomodé la ropa y no dijimos nada, al salir me fijé que no observaran, caminé a la casa sintiendo la leche de Tony resbalando en mis piernas, y me apresuré a llegar.

Llegué a casa, hice la comida y preparé a mis hijos para que se fueran con mi suegra como es su costumbre. Luego me preparé para la cita con mi compadre, me esperaba en el estacionamiento de un centro comercial, bajé del taxi para inmediatamente subir a su camioneta. En el camino me dijo que me tenía una grata sorpresa, me llevó a una sex shop, creí que compraría algunos artículos para usarlos en otra parte, Entramos a unas cabinas de video, donde apenas cabíamos.

Me pidió que se la mamara, mientras lo hacía, levantaba mi falda y acariciaba mis nalgas, abrió la puerta para que otros vieran, la experiencia de ser observada me estaba gustando, me pedía que moviera mis nalgas, había pocos hombres, pero se amontonaban en la entrada del cuarto para ver. Me sacó del módulo, creí que nos íbamos, me acomodaba la falda pero me dijo que no lo hiciera, y caminé entre los desconocidos con mi falda levantada, algunos se atrevían a tocar mi trasero.

El dueño del lugar, que es amigo de mi compadre, acercó una especie de diván, mi compadre me acostó boca abajo, se puso en un extremo para que siguiera mamando, noté que algunos se acercaban al dueño, hablaban con él y luego se acercaban a mí para acariciar mis nalgas a placer, miré a mi compadre y éste me dijo que los dejara, ya que estaban pagando. Los que miraban más retirado y menos tocaban, no habían pagado.

El compadre me quitó la blusa, no traía sostén y mis tetas quedaron colgando, se puso detrás de mí para morderme las nalgas, me daba de nalgadas y permitía que otros lo hicieran.

Luego abrió mi panocha y me la metió por completo, me cogía mientras otros tocaban mis tetas rebotando, mi espalda, mis nalgas. El dueño del lugar le dio un consolador enorme, una verga de hule larga y gruesa, el compadre la enseñó a los presentes y me la introdujo casi por completo, la metía y sacaba a su gusto, yo enloquecía con lo que me pasaba.

El amigo del compadre parecía que coordinaba todo, pues se acercó a un jovencito y le dio un condón, éste se lo puso y rápido se colocó detrás, mi compadre abría mis nalgas para que el otro me cogiera. Vi que los que no habían pagado, lo hacían para que les proporcionaran un condón, entre gemidos y placer los conté, eran seis, aparte de mi compadre y su amigo. El muchacho que me cogía no tardó en venirse, los demás se dieron cuenta y lo quitaron para ocupar su lugar uno que parecía albañil, cuando éste la metía, intentaba meter sus dedos gordos en mi culo, casi lo lograba pero mi compadre le quitó la mano de mi trasero. Había un hombre con su verga de fuera, esa se veía deliciosa, morena, gorda y sus huevos afeitados, le indiqué que se acercara, éste vio al compadre como pidiendo permiso, asintió con la cabeza, y al tener la verga enfrente empecé a saborear un rico palo, jugoso y duro, el problema fue que de inmediato se vino, no me dio tiempo de quitarme y tuve que tragarme su leche, se terminaba el tiempo del que me cogía, tuvo que acelerar y esforzarse para venirse, y lo hizo. El amigo del compadre lo quitó, y éste protestó pero la presencia de mi compadre imponía respeto, no tuvo de otra y se hizo a un lado.

Uno más abusado se acercó y pretendió cogerme por el ano, pero mi compadre lo quitó, yo le pedí que lo dejara, pero el cabrón no me hizo caso y se puso detrás de mí para cogerme él por ahí, me puso suficiente lubricante, se subió al diván para lograr meter por completo su verga en mi recto, los demás protestaban porque él no usaba condón, pero él les decía que era mi esposo. El compadre se afianzó de mis caderas y sus jadeos aumentaron y dejó escapar su leche llenando mi culo, yo movía mi trasero gustosa de recibirla. Se quitó ahora sí dejó al otro que usara mi ano, éste emocionado de inmediato se puso, no le importó sacar la leche de mi amante, bajé mi mano para acariciar sus huevos. Su verga aunque gruesa, entraba y salía con facilidad debido a la lubricación del semen depositado. Alucinaba al ver al resto masturbándose, uno que otro se acercaba para que se las mamara, me concentré en la cogida anal para lograr tener un orgasmo, me urgía explotar y lo hice, el que me cogía sacó su verga y se quitó el condón y llenó mis nalgas y espalda de su semen.

Mi compadre se molestó y me limpió con una toalla, yo me levanté en mis rodillas y lo besaba para tranquilizarlo, le dije que no importaba.

Deseaba cambiar de posición, ya estaba cansada como estaba, y me acosté boca arriba, el dueño del lugar se colocó el condón y se acercó para cogerme, levantó mis piernas y las puso en sus hombros, apretaba mis tetas, luego otro se acercó y puso sus huevos en mi cara, yo lamía gustosa sus bolas y su palo, el amigo dejó de cogerme y se quitó, un despistado se acercó para lamer ,mi panocha, disfrutaba probar mi raja y mi culo aún con semen de otros. Éste me paró y se acostó boca arriba, me monté en él mientras al que se la mamaba se encargaba de mis tetas, solo faltaban estos dos para sacarles la leche. Al que me mamaba las tetas le dije que me cogiera por el culo, no perdió tiempo y empezó a bombear mi trasero mientras mi vagina era ocupada por el otro, los demás veían como era penetrada por dos desconocidos, y el hecho de que me vieran coger, me excitaba de más y no puse contener venirme y gritar como loca, anunciar a los presentes el placer de mi venida. Y los que me cogían dejaron escapar sus gemidos graves, se venían placenteramente. Nos quedamos así, hubo un silencio que no me importaba, ahí estaba desnuda entre dos desconocidos y con público que también participó en el bacanal.

El compadre les indicó que se quitaran, y les pidieron que se fueran, que el show, había terminado.

El compadre seguía excitado, su amigo sacó a los otros y cerró, cuando regresó vio que yo estaba montada en mi compadre y se acercó por detrás de mí para metérmela en el culo, a mi nada me importaba, de nuevo me hicieron emparedado. El amigo no tardó en venirse;

--¡AHHH, QUE NALGAS, QUE CULO TAN RICO TE CARGAS!.—

Yo no contestaba solo gemía y movía mis nalgas, mientras de nuevo explotaba sin condón, la sacó y se vació en mi trasero. Unos segundos más, mi compadre eyaculaba en mi útero, y yo me perdía en el placer de la cogida. Quedé tan satisfecha, que pensé que era todo lo que pasaba por ese día, que mis ganas de desquitarme el coraje ya habían terminado, pero no fue así.

Ya solos los tres, o sea, su amigo, mi compadre vestimos, el compadre recogió el consolador gigante y me lo regaló, lo uso de vez en cuando.

Me llevó a la casa, iba un poco cansada y abrazada en su regazo. Me dejó dos cuadras antes de mi casa, pero antes de bajar de su camioneta, sacó un fajo de billetes y me lo dio, eran $4,500.00 el total de lo que habían pagado los hombres que se divirtieron conmigo, excepto su amigo, con él fue gratis, y la comisión de mi compadre fue mi culo. Tomé el dinero como si nada, le dije que me estaba acostumbrando al dinero fácil, solo sonrió.

La aventura no terminaba aún. Al llegar a la casa me fui a bañar, pensaba en lo sucedido, y tuve la idea de ya no buscar sexo, pero alguien tocaba a la puerta, no me dio tiempo de ponerme nada, solo una toalla cubriendo mi cuerpo, mi pelo húmedo, estaba suelto. Era Sandro, el amigo de Iván, su hermano le dijo que pregunté por él y estaba ahí para ver que se me ofrecía, en respuesta dejé caer la toalla y le dije que tenía ganas de coger, sabía a lo que iba así que rápido se desnudó, me senté en el sofá de la sala y se puso delante de mí, empecé a mamar su rica verga. Lujurioso acariciaba mis tetas, le gustaba olerme y lamerme toda, yo mamé ansiosa. Se sentó en el sofá y yo quedé hincada, levantaba su verga para lamer sus huevos, él puso sus piernas en mis hombros, mi saliva resbalaba a sus nalgas y se me ocurrió pasar mi lengua por su ano apretado, quiso quitarme pero se lo impedí, al principio no quería pero le gustó, metí un dedo en su culo y fue suficiente para venirse, no sabía si permitirlo, pero deseaba probar su leche y la recibí gustosa, tragué como perra sedienta sin dejar de masturbarlo, su verga seguía parada, y sin perder tiempo me senté en él, metí su verga en mi raja y empecé a remolinearme con la verga adentro, esa vez duró un poco más , tal ves porque se acababa de venir en mi boca. Me quité y le di la espalda, otra vez me ensarte en su palo y volví a molerlo con mis caderas, tocaba mi culo y preguntaba si me acababan de coger por ahí, le dije que sí, que mi marido lo había hecho, pero que me había dejado con las ganas. Mis movimientos crecieron y no tuvo más remedio que eyacular dentro de mí, le pedía que llenara mi panocha de su leche, mientras trataba de venirme, no lo logré pero no importaba, todavía no se acababa el día.

Ya parecía pescado de tanto baño, ya eran la nueve de la noche, como era viernes, mi marido no llegaba a la casa, se iba de pesca y mis hijos con mi suegra. Localicé a Iván y llegó para acompañarme. Me vestí como le gusta, con lencería atrevida.

Me propuse a disfrutar su verga, tenía toda la noche y con calma admiré su verga, quise medirla, nunca se me había ocurrido, medía 24 cms., la verga perfecta, sin curva, glande jugoso y de tronco grueso. Lamí y mamé con ganas, y le hice lo que a Sandro, Iván no reparó y dejó que explotara mi lengua en su culo, mi dedo entró y él gemía de placer sin pena, pero no se vino, me senté en él pero la metí por mi culo, pues Sandro no lo había hecho, mis tetas en su cara se regocijaban de ser chupadas y mordidas, sus manos en mis nalgas y las mías en sus bolas sintiendo que se metían en mi ano, me volteé y me di sentones en su palo, mi culo no apretaba nada, pues de tanta cogida del día solo se abría para recibir verga. Me acostó y me puso de lado, yo volteaba para besar su boca mientras mis caderas empujaban hacia él, sus gemidos se volvían graves y de repente un suspiro mezclado con jadeos me decían que se estaba viniendo en mi culo, aceleré mis movimientos para lograr más placer. Llegó la calma y dormimos placenteramente.

Pero tenía que irse de madrugada ya que iba a salir para Reynosa, Tamaulipas. Me despertó en la madrugada besando mis tetas, sus manos ya estaban en mi vagina que empezaba a humedecerse, puso mis piernas en sus hombros, casi me aplastaba dejando ir su verga a mi interior vaginal, veía el reloj y se apresuró para venirse, le pedí que mamara mi panocha y lo hizo, sus labios jugaron con mi raja y clítoris, sus dedos en mi ano que sacaba su semen de hacía unas horas, mi vista se nubló y mi orgasmo llegó a su boca que ansiosa lamía mis jugos, sin perder tiempo se acomodó para cogerme otra vez. De nuevo mis piernas en sus hombros y con fuerza arremetió contra mi panocha, mis movimientos ayudaban para lograr su eyaculación, y se vino, de nuevo dejé que un amante más se viniera en mi panocha, el coraje que sentía por mi marido, se iba terminando conforme más leche llegaba a mi vientre.

A la mañana siguiente, como si se hubieran puesto de acuerdo, llegó Oscar, ésta vez, lo dejé esperando en la sala mientras me bañaba, pero no esperó y se metió a la recámara y casi me saca del baño a la fuerza, cogíamos parados, y de pronto me levantó, puso mis piernas en sus brazos y me llevó a la pared, veía nuestros cuerpos pegados, mis nalgas rebotando con sus metidas y sacadas de verga, parecía que tenía prisa, le pedí que me llavera a la cama, y le llevó ensartada, me empinó y sin compasión metió su verga en mi culo super abierto, él se extrañó y preguntó si había cogido con mi esposo, para no entrar en detalles le dije que si, puse su mano en mi clítoris y me masturbaba mientras con fuerza metía su verga a mi recto, el orgasmo no se hizo esperar y exploté, dejé de moverme de tan cansada que estaba, se iba a venir y recordé mi venganza, le dije que se viniera dentro, la sacó de mi trasero y dejó escapar su leche en mi vagina, me dio unas nalgadas como agradecimiento y se acostó conmigo, dormimos toda la mañana.

Después de mediodía, nos bañamos, pedimos una pizza y vimos televisión u momento, porque le dieron ganas de tenerme de nuevo.

En la sala empecé a mamársela mientras metía su mano en mi trasero, me dolía la quijada de tanto succionar, mi cintura estaba un poco adolorida, como si hubiera hecho demasiado ejercicio. Me subí en él, pero vio su reloj, tenía que irse, así que le di la espalda , y me senté en mi trono como él lo llama. "el trono de la reina de las putas", me encanta que lo diga, coloqué su pene en mi culo, lo llené se saliva y me senté poco a poco, puse mis pies en la orilla del sofá y reboté mis nalgas en su palo delicioso, cuando estaba a punto de venirse, lo detuve, me acosté boca arriba y lo abracé con mis piernas. Con fuerza arremetió contra mi vagina, su cara de lujuria me encendió y decidí mastrubarme como loca, cuando empezó a venirse lo retuve, con mis manos hundí más su verga dentro de mí, hasta que concluyó su venida, que provocó mi orgasmo. Quedamos sudados y cansados, yo más. Se metió a bañar yo deseaba estar acostada y dormir un poco, entre sueños sentí que acariciaba mis nalgas las besó y se fue.

No sabía como dormir, cualquier posición me incomodaba, hasta que decidí dormir como los bebés; empinada.

Ahí me quedé empinada, mis piernas chorreaban de su semen. Estaba satisfecha, logré más de lo que me proponía, estaba demasiado cansada ese sábado, desconecté el teléfono y me quedé profundamente dormida, hasta ya casi al anochecer.

Tiempo después me sentía extraña, compré una prueba de embarazo, aún tenía mis dudas, pero el doctor las despejó, y confirmó mi embarazo.

Lo único que no sabía era de quién, ya que Tony, Ivan, Sandro, Oscar, mi compadre se vinieron dentro de mí, y días después de mi maratón sexual, mi esposo lo hizo.

Mi afán de venganza me dio un bebé casi nueve meses después. Al principio del embarazo tenía miedo, pero como toda mujer, me di habilidades para ocultar mi travesura.

El bebé nació, mi marido creía que era de él, pero desde que la primera vez que lo tuve en mis brazos, supe quien era el papá; cosa que oculté con la familia, y con el padre de mi bebé.

En el transcurso de mi embarazo, perdí atractivo con mis amantes, quizá temieron que los involucrara, conforma aumentaba de volumen mi vientre, los encuentros íntimos con Oscar, Tony y mi compadre, se espaciaban, hasta dejarlos de ver los últimos tres meses, con mi marido ni se diga, me ignoraba olímpicamente. Pero Iván y Sandro, compensaban la ausencia de los otros, a ellos no les importaba mi estado, con todo y mi panza era cogida por ellos. Fue así como ese fin de semana me propuse ser LA BIEN COGIDA y lo conseguí y me saqué premio.