La belleza interior versión Sara 3

La historia sigue

La belleza interior versión Sara 3

Empaquete todo lo necesario para mi nueva aventura, estaba radiante, una ciudad nueva un campus nuevo la compañía de mi mejor amigo y la mejor persona que haya conocida jamás.

Era viernes mi autobús salía al mediodía y llegaría a la estación de mi nueva ciudad anocheciendo, Jorge vendría a recogerme a la estación y me llevaría a la que sería mi nueva casa.

Esa mañana después de hacer las maletas desayune con mis padres, estaban muy tristes porque ya no me verían todos los días.

Sara- Mama vendré dos fines de semana al mes y todos los días festivos que pueda no os pongáis tristes.

Padre- Entiéndenos hija, nunca nos habíamos separado de ti tanto tiempo.

Mi madre asentía con la cabeza y reía, parecía que mi promesa les avía levantado el ánimo a los dos.

Esa mañana tenía una sensación muy mala que no podía quitarme de encima y no era otra que la sensación de que esa noche que ice de prostituta me traería problemas en el futuro.

Me quité esos pensamientos de encima si eso pasaba ya se preocuparía en el futuro, ahora tocaba recoger todo, fregar los platos y pasar las dos horas que tenía hasta ir a coger el autobús en compañía de las únicas personas que no me habían fallado en la vida.

Mis padres me acompañaron a la parada de autobús y no aceptaron un no por respuesta, cuando llego el que sería mi transporte, me monte y veía desde la ventana como mis padres lloraban abrazados el uno al otro.

Mira que lo habían pasado mal en la vida, pero hay seguían juntos remando en la misma dirección y plantando cara hasta los huracanes más recios, ¿yo sería capaz de encontrar una persona capaz de remar en la misma dirección que yo?

El autobús se puso en marcha y mientras despedía a mis padres con la mano, sonreí como respuesta a la pregunta que me había hecho a mi misma.

El viaje fue ameno me llevé mi MP3 repleto de canciones buenas y se me izo un trayecto cortísimo.

Cuando llegue pude ver a Jorge desde el cristal, como no verle con su altura destacaba en cualquier sitio, le salude con la mano y al bajar recogí mis maletas y fui a saludarle con un abrazo de oso y un beso que se oyó por toda la ciudad.

A Jorge se le veía muy contento y eso me gustaba, nunca se lo había dicho, pero tenía una sonrisa bonita, me gustaba cuando se reía.

Jorge- ¿Qué tal el viaje?

Sara- muy bien gracias, estás cambiado.

Jorge- Yo, que va, solo me cuido más.

Le miré otra vez y no dudaba que se cuidara, pero ese pedazo de espalda no la tenía antes, seguro que tendría mujeres a pares, ese pensamiento izo que se me revolviera el estómago.

¿Estaría enamorada de Jorge?, va que tontería lo descarte en el mismo instante que lo pensé (soy una ilusa).

Jorge metió la maleta en el maletero y pusimos marcha hacia su piso, cuando llegamos era una casa normal, no sé por qué me había imaginado que sería un chalé con piscina o algo parecido.

Jorge- ¿Te esperabas otra cosa no?

Sara- Conociendo a tus padres sí.

Jorge se tronchó y me enseño cuan sería mi habitación era espaciosa y con una gran ventana que me proporcionaba muchas horas de luz natural, estaba encantada.

Sara- Jorge, me gustaría darme una ducha.

Jorge- Muy bien tienes tiempo mientras preparo la cena.

El baño era muy espacioso y muy colorido me gustaba, no eche el pestillo por falta de costumbre pues en mi casa no lo hacía y no cerré la puerta bien, Jorge toco la puerta con los nudillos para preguntarme algo de la cena y se abrió la puerta.

En pelotas, Jorge me vio en todo mi esplendor, me puse nerviosa y en mi intento de coger la toalla me resbale en el suelo mojado y termine en los brazos de Jorge.

Su cara se quedó a centímetros de la mía y nos besamos, no pude evitarlo me gusto, me gusto muchísimo.

Nos separamos rojos como un tomate y no volvimos a sacar ese tema, cenamos y pasamos un buen fin de semana visitando la ciudad me enseño sitios muy bonitos, me lo pase muy bien.

El lunes empezaba en la universidad y al terminar las clases entraba a trabajar en la cafetería de la universidad, más que una cafetería parecía un bar y daban buenos menús a buen precio.

Si no andaba con cuidado cocería algunos kilos de más, mi nueva jefa era una mujer estupenda y la verdad ganaba un sueldo majo y como el cabezón de Jorge no me quería cobrar el alquiler yo le compraba la comida y algún caprichito para el para compensar.

Ya habían pasado dos meses y se acercaban los exámenes, yo esos días casi ni dormía y comía sobre la marcha, es lo que tiene trabajar y estudiar a la vez, los exámenes me fueron muy bien, pero lo de Jorge fue una pasada tenía más sobresalientes que yo apellidos, me sentí muy orgullosa de el.

Lo hacíamos todo juntos, parecíamos una pareja de hecho todos opinaban que estábamos saliendo, pero ninguno de los dos dábamos el último paso parecía que teníamos miedo de echarlo todo a perder.

Todo cambio una tarde de viernes que tenía el día libre en el trabajo y me lleve a un chico a casa, la cara de Jorge era un poema lo paso fatal el pobre, lo que el no sabía era que ese chico estaba en mi mismo grupo de estudio y teníamos que hacer un trabajo juntos.

Cuando el chico se fue y yo fui a buscar a Jorge a la sala de estar, lo vi sentado cabizbajo y con un semblante muy serio, enseguida me dispuse a explicarle, pero no me dejo.

Jorge- Sara tenemos que hablar, tengo algo que decirte.

Me senté a su lado y le miré, seguía con la cabeza agachada, sudando y temblando de miedo me empezó a asustar.

Sara- ¿Jorge va todo bien?

Jorge- Ha pasado lo que tanto he intentado evitar, me he enamorado.

Sara- Eso es bueno Jorge no entiendo…

Jorge no me dejo terminar la frase y me soltó a bocajarro.

Jorge- ¡De ti, me he enamorado de ti!

Después de soltarlo se puso a llorar, yo levante su cabeza con las dos manos y le bese, en beso que llevaba todo lo que sentía por el.

Sara- Esta es mi respuesta Jorge.

Jorge lloraba y reía a la vez tenía un cacao mental increíble el pobre.

Jorge- ¿Entonces tu, tu requieres también?

Sara- Claro tonto, he estado enamorada de ti desde siempre, pero como una tonta siempre me lo negaba, eso se acabó te quiero con todo mi ser.

Ya no hablamos más, me cogió en brazos y me llevo a su dormitorio, se quitó la camisa que llagaba y apareció ante mí un cuerpo musculoso nada exagerado pero muy bonito, y cuando sé bajo los pantalones tenía la polla como el mástil de la bandera, su tamaño era normal, pero eso a mí me dio igual me agache y le intente dar la mejor mamada que fui capaz.

Mi experiencia seguía siendo muy escasa, pero me esforcé y fui recompensada con unos gemidos que me son a música celestial.

Jorge me paro, no quería correrse, me miro con una cara tan tierna que me levante y le bese con una intensidad que le fallaron las piernas teniéndose que sentarse en la cama.

Yo aproveché y me empecé a desvestir despacito para que pudiera disfrutar de todo mi cuerpo, cuando ya estaba desnuda se levantó me abrazo y me dijo al oído.

Jorge- Eres la mujer más hermosa del mundo te quiero más que a mi propia vida.

Con eso ya me tenía ganada y me entregué, cuando me penetro me sentí la mujer más feliz del mundo, entraba y salía de mí con decisión, consiguió que me corriera dos veces.

No sé si fue su destreza amatoria o la mirada fija que tenía en mí lo que izo que llegara a esos dos orgasmos, pero lo que si tengo claro es que de no haber estado en la cama me habría caído de la intensidad con la que me golpearon los orgasmos.

Jorge todavía no se había corrido así que le concedí su deseo que no era otro que correrse en mis tetas.

Al terminar nos quedamos tumbados abrazados el uno al otro y le pregunté.

Sara- ¿Te arrepientes?

Jorge- No, ¿y tú?

Sara- No Jorge, ha sido lo mejor me ha pasado en años, es de lo único que estoy segura de que jamás me arrepentiré.

Jorge puso una mueca de felicidad y me apretó más a el y así nos quedamos dormidos los dos.

Al día siguiente lo primero que ice fue contárselo a mis padres, se llevaron una alegría tremenda.

Madre- En serio hija, cuanto me alegro por ti.

Padre- Ya os ha costado, lo sabíamos todos menos vosotros (mientras se reía).

Yo no cabía en mí de felicidad, de lo único que me arrepentía era de haber sido tan cobarde y no haberme lanzado al agua antes, de esa forma habría sido más feliz mucho antes.

Fue un fin de semana espectacular, nos amamos con toda la intensidad que nuestros cuerpos eran capaces de dar, llegue al lunes que no me podía mover de las agujetas.

Por suerte para mi Jorge no estaba mejor que yo, le dolía hasta la lengua según decía el, las clases fueron llevaderas al estar sentada y sin moverme apenas notaba las agujetas, pero cuando empecé mi turno en la cafetería eso fue harina de otro costal, cada vez que tenía que agacharme o levantar algo veía las estrellas.

Mi padre siempre decía un dicho, sarna con gusto no pica, la verdad es que fue un gran fin de semana y lo mejor era que tendríamos más para disfrutar el uno del otro.

Empezábamos el último curso de la carrera y yo estaba de los nervios, el curso anterior anduve muy justo para aprobarlo todo y sacar buenas notas y eso que no empecé a salir con Jorge casi hasta el final del curso.

Me faltarían horas en el día para poder llevar todo a buen puerto, pero que no seria por no intentarlo, una mañana que se cancelaron las clases por una huelga, fui a buscar a Jorge a su facultad y hay estaba hablando animadamente con una compañera de su curso que andaba detrás de el.

¿Qué como lo sé, las mujeres tenemos un sexto sentido para ver esas cosas, ¿si estaba celosa? Un poco si para que negarlo, era una mujer más alta que yo y guapísima.

Los celos y miedos se me quitaron cuando vi la forma de mirarme de Jorge la de una persona absolutamente enamorada y la que me envió ella, llena de envidia y nada sana.

Jorge- Hola cariño te presento a Elsa una compañera del curso.

Sara- Encantada Elsa.

Con un tono de desilusión tremendo.

Elsa- igualmente.

Sara- Jorge como las clases se han cancelado pensaba invitarte a comer, ¿qué te parece la idea?

Jorge- Estupenda, dame un minuto que me despido de Elsa.

Jorge y yo nos fuimos cogidos de la cintura, me fue imposible no mirar hacia atrás y allí seguía Elsa con una cara de cabreo increíble, si algo tenía claro es que tendría que andar con cuidado con esa mujer pues no parecía de las que aceptaba un no por respuesta.

Ese fin de semana viaje a ver a mis padres, se pusieron muy contentos, los invite a comer a un buen restaurante, protestaron, pero la verdad es que la comida estuvo muy rica, mi padre no se comió el plato porque no podía masticarlo.

Padre- ¿Hija porque esta comida, no estarás embarazada?

Sara- ¡Mira que eres burro papa!

Madre- ¡Entonces!

Sara- Siempre os habéis sacrificado por mí y quería tener un detalle con vosotros nada más, ¿no os ha gustado?

Padre- ¿Gustarnos?, por mí podrías tener estos detalles todos los fines de semana.

Nos reímos los tres a gusto y pase un buen fin de semana, pero todo lo bueno se acaba, me dio mucha pena marcharme, Jorge me esperaba y eso hacia palpitar mi coñito.

El sexo de reencuentro fue una pasada, tuve que tomarme dos cafés dobles para pasar la mañana y otro más para poder trabajar sin dormirme en la barra.

El curso fue pasando y yo tuve que hacer malabares para sacar tiempo para todo, pero lo conseguí, estábamos en la recta final cuando una tarde que me tocaba trabajar llego una amiga de Elsa y me enseño la pantalla del portátil donde se veía una habitación y en ella a Elsa follando.

Amiga de Elsa- Mira lo bien que se lo pasa jorge con Elsa, olvídate de el es demasiado para ti.

Sara- Si no vas a consumir nada hay tienes la puerta.

Pidió un café con leche la muy cerda y se quedó con una sonrisa mientras ponía la vos del portátil en un momento escuche a Elsa decir Así Jorge así párteme en dos como me gusta.

Se me callo el plato que tenía en la mano y me puse muy nerviosa, como pude cogí el móvil y llame a Jorge, este contesto en seguida y note que alguien me tocaba la espalda con un dedo, al darme la vuelta me di cuenta de que era Jorge.

Le abracé con todas mis fuerzas mientras lloraba y el me preguntaba.

Jorge- ¿Qué ocurre Sara?

Sara- ¡Ella me ha dicho que el del video eras tú con Elsa, que te la estabas follando en estos instantes!

No podía dejar de llorar, mire la cara de Jorge y jamás había visto ese semblante de decepción tan absoluta, miro a la amiga de Elsa y le dijo.

Jorge- Elsa lleva desde el primer año intentando salir conmigo, yo le he rechazado con educación cada una de las veces, no ha habido ni habrá nada entre nosotros y con esta artimaña ha perdido lo único que le podía dar mi amistad.

Elsa viendo que había metido la pata intento disculparse con los dos, al principio no queríamos, pero al final quedamos con ella y zanjamos las cosas, el curso se terminaba y ella se iba a otra ciudad a trabajar, la perdonamos por esa chiquillada y nos preparamos para empezar a ejercer nuestra nueva profesión.

Yo tuve la suerte de encontrar plaza en un hospital de la misma ciudad donde vivíamos, le prometí a mi anterior jefa que le echaría una mano cuando lo necesitara y mi nuevo trabajo me lo permitiera.

El primer día en el hospital fue un caos para mí, menos mal que me pusieron a la tutela de otra enfermera majísima que me dio indicaciones y me estuvo ayudando constantemente, su nombre era Teresa.

Teresa era la mujer más hermosa que había visto jamás podría haber trabajado de modelo ganándose un sueldazo y hay estaba sacando sangre y curando heridas, las primeras semanas fueron frenéticas para mi

Una mañana que estaba en información de urgencias entro el director con otro hombre que de primeras se me izo conocido, cuando llego Teresa le pregunte quien era ese hombre.

Teresa- Es un nuevo fichaje que ha traído el director, me da mala espina.

Sara- No sé, se me hace muy familiar.

En ese momento el director corto nuestra conversación y nos lo presentó, Teresa no disimulo su incomodidad, pero cuando yo lo vi pensé tierra trágame.

Director- Esta es nuestra nueva enfermera se llama Sara

Álvaro- Encantado Sara.

Sara- igualmente.

Teresa y yo nos marchamos yo estaba muy nerviosa y me fui a una sala de descanso a tomarme un café cuando entro Álvaro y me dijo.

Álvaro- Te tengo que llamar Sara o Vanesa.

Joder, ese nombre con el que estuve  la noche que me ice de prostituta y me había reconocido, el pasado venía a buscarme y estaba jodida.

Continuará.

En esta continuación no ha habido ninguna infidelidad, pero lo colocaré en esa sección para no liar a los lectores, gracias a todos.