La belleza interior versión de Teresa

La historia desde los ojos de Teresa

La belleza interior versión de Teresa

Estoy al lado de la cama de Daniel, me han dejado estar un rato a su lado, las visitas a las UCI son muy reducidas y las aprovecho todo lo que puedo.

Cojo la mano de Daniel y le confieso eso que me atormenta, dicen que los pacientes en coma pueden oír, espero que así sea pues lo último que quiero es guardar secretos al hombre que más amo en este mundo.

Daniel hay un hombre que se ha obsesionado conmigo, se quiere meter entre mis piernas y está dispuesto a todo para conseguirlo, esta noche ha conseguido excitarme hasta el punto de tener que ir al baño a masturbarme para quitarme la calentura que me ha entrado, he sentido que te engañaba y me he sentido la peor persona del mundo.

Todo ha empezado esta tarde he aprovechado mi descanso para hacerte una visita, me he preguntado como sería nuestra vida de aquí en adelante, como nos afectaría a los dos, después he ido a preparar mi cuadrante para el turno de noche.

El doctor Álvaro se ha acercado y poniendo su mano sobre la mía me ha dicho que sentía lo que te había pasado y si podía hacer algo para que me sintiera mejor, yo he apartado su mano y le he dicho que lo mejor que podía hacer era no acercarse a mí.

Como no se iba me he ido y con las prisas he dejado mi cuadrante en la pantalla del ordenador, así ha podido saber en qué momento de la noche tenía descanso, ha tenido que ser eso porque si no, no me lo explico.

Estaba siendo una noche muy tranquila, los pacientes dormían y no a ávido sobresaltos, he decidido pasar por la sala de descanso a tomarme un café, con una noche tan tranquila el sueño suela atacar con más facilidad.

Al llegar a la sala he escuchado unos ruidos y he pensado que sería el conserje que estaría limpiando algún desperfecto, pobre alguna vez le dejan cada regalito, he sonreído, le iba a dar el primer sorbo a mi café cuando he escuchado lo que claramente era un gemido de placer, he llegado a pensar que alguien se había metido al baño a ver porno o algo.

La curiosidad me ha podido y me he acercado haber lo que era, lo que he visto me ha dejado con la boca abierta.

Álvaro se estaba follando a la nueva enfermera y esta parecía estar gozándolo mucho, tenía un pie sobre la taza del water enseñando como entraba la polla de Álvaro en ese rosado y encharcado coño.

Yo no he entrado, pero desde el espejo del lavabo se podía apreciar perfectamente lo que estaba pasando, en ese momento he visto como Álvaro levantaba la cabeza y me miraba.

La verdad es que la escena me ha excitado muchísimo, no puedo dejar de pensar que esa escena estaba preparada para mí, como una muestra de lo que Álvaro quería de mí.

La mirada de ese hombre convencido que había conseguido lo que se proponía, ponerme cachonda y que me dejara llevar por mi calentura, eso no a pasado ni va a pasar, he salido del baño corriendo y me he metido en el baño de otra planta para quitarme la calentura que llevaba dentro.

Me he bajado los pantalones del uniforme y he metido mi mano dentro de las braguitas, tenía el coño muy húmedo y me he empezado a masturbar de una forma frenética, quería acabar pronto no seria que alguien me pillara mientras me masturbaba.

Me he sentido muy mal conmigo misma, muy sucia, pero ha ocurrido algo que no he podido evitar, he gritado un nombre cuando me ha llegado ese atronador orgasmo.

Tu nombre Daniel, ha sido pensando en tu cuerpo cuando he alcanzado el clímax máximo y me he corrido como un río, te lo juro.

Tú eres y serás el único hombre que consigue llevarme a ese punto de excitación, hay ha terminado mi confesión.

He empezado a llorar cayéndole una lágrima encima de su cara mientras le pedía que me perdonara.

Después he salido de la UCI y me he ido a seguir con mi ronda.

Mientras iba por los pasillos no he podido evitar acordarme del día que nos conocimos, yo ya había visto a Daniel en fotos que me había enseñado su hermana, me pareció un hombre muy tosco y sumamente serio y se lo dije a Esther.

Teresa- Tu Hermano es demasiado tosco y serio seguro que es un muermo.

Esther- El día que te lo presente te sorprenderá, no es como los hombres a los que estás acostumbrada.

Me dio una palmadita en el culo y se fue riendo diciéndome que algún día me acordaría de sus palabras.

Pues había legado ese día, me acordé mientras revisaba las habitaciones y caminaba por los pasillos desiertos, en ese momento me salió una sonrisa al recordar la primera vez que nos conocimos.

Ese día a Esther y a mí nos invitaron a una fiesta de la universidad y como ella iba a ir con su novio de turno y yo no tenía pareja no se le ocurrió mejor idea que emparejarme con su hermano la muy burra.

Se me escapo una carcajada mientras pensaba en esa noche, cuando Daniel se puso delante de mí no pude evitar sonrojarme, no era muy guapo, pero si lo veías como un todo la unión conseguía hacer un hombre atractivo.

El problema de Daniel era que le tenías que sacar las palabras con sacacorchos, según Esther su hermano era muy tímido y que mi belleza lo tenía intimidado.

Como podía tener intimidado a un hombretón como ese, llevaba una camiseta gris y encima una cazadora de cuero, debajo de esa camiseta se apreciaba un cuerpo bien trabajado.

Tenía los ojos de color gris preciosos, según como le diera la luz se veían más bonitos todavía, me gusto tengo que admitirlo, lo único que le fallaba era su seriedad y falta de palabras, como podía aguantar tanto tiempo sin abrir la boca.

Menos mal que iba sola por el pasillo si no termino en psiquiatría con una camisa de fuerza, cuando termine de reírme me acordé como esa noche hacia mucho calor, salí de la casa donde se celebraba la fiesta a tomar el aire con mi cerveza en la mano.

En ese momento aparecieron dos chicos de un curso mayor y pretendían invitarme a una fiesta privada, de esas donde terminas con su polla metida en tu coño, le dije que no.

Los tíos entre él colocan que llevaban y que se creían irresistibles insistieron, lo único que consiguieron de mí es un no más rotundo.

Chico- Vamos tía no seas así te lo pasarás bien.

Teresa- ¡No lo volveré a repetir dejarme en paz y largaros!

El chico se malentono y me agarro del brazo haciéndome daño y me dijo.

Chico- A mí nadie me dice que no zorra vendas te guste o no.

Me asusté y mucho, pero de repente vi una sombra que apartaba el brazo de ese chico de mí y se plantaba delante de mí era Daniel solo dijo una palabra.

Daniel- ¡Largo!

Pensé seriamente que empezarían una pelea, pero no los dos chicos se marcharon con el rabo entre las piernas.

Entonces Daniel me tendió la mano (pues al soltarme el brazo resbale y termine en el suelo) y me pregunto.

Daniel- ¿Te encuentras bien?

Yo solo asentí, ya no tenía esa cara seria, sino que una de auténtica preocupación, y la forma de decírmelo, creo que me enamore de mi bombero en ese mismo momento.

No me aparte de él en ningún momento en toda la noche, era muy buen conversador y mostraba atención a lo que yo le decía, por primera vez un chico me hacía sentir que era una persona valorada y no un trozo de carne donde meterla.

La noche termino y me acompaño hasta casa, esa noche no paso nada, pero puso los cimientos de nuestra relación.

Al día siguiente, Esther me pregunto si había cambiado de opinión sobre su hermano y le dije un rotundo si, ella se rio pareciera que supiera más que yo como si pudiera ver el futuro la muy burra.

Quedaba con Daniel todos los días que no le tocaba guardia en el parque de bomberos, una de esas noches de guardia quede con su hermana, se enteró de que había un incendio y m dijo de ir a ver a su hermano en acción.

Al llegar el fuego estaba descontrolado y la jefe (que era el padre de Esther) había entrado con dos hombres en el edificio pues se había quedado alguien dentro, sentí mucho miedo.

Esther- No te preocupes Teresa, mi hermano es un novato, pero sabe lo que hace y es responsable porque te crees que mi padre se lo ha llevado con él para rescatar a la persona que se ha quedado atrapada.

Teresa, No lo sé Esther.

Esther- No es por ser su hijo, sino porque se ha ganado su respeto en el trabajo, el de mi padre y sus compañeros.

Me sentí orgullosa de Daniel, entonces les vi salir con un hombre mayor que metieron en una ambulancia.

El padre de Esther nos vio y junto a Daniel se acercó a hablar con nosotras, tenía un semblante serio pensé que nos echaría una bronca, entendí de donde había salido Daniel.

Cuando llegaron a donde nosotras le dio dos besos a su hija y a mí me saludo con la mano y pregunto.

Padre de Esther- ¿Qué hacéis aquí chicas?

Esther- Teresa que se ha interesado en ver a Daniel trabajar y yo le he acompañado.

La cabrona me dejo sin palabras, lo de su hermano no fue mejor, se puso rojo como un tomate o eso pensé yo porque tena toda la cara manchada de hollín.

Teresa- Que conste que la idea ha sido suya.

Padre de Esther- te creo, Daniel tú quédate, volvemos al parque no tengas prisa.

Lo dijo con una amplia sonrisa en su rostro, esta vez sí que a Daniel se le notó lo roja que se le puso la cara y Esther se río hasta que se quedó sin aire.

Esa noche descubrí a otro Daniel diferente, un Daniel que arriesgaba su vida por gente que no conocía, me izo sentir que ese hombre jamás me fallaría.

La primera vez que hicimos el amor fue increíble, yo era virgen y estaba aterrada, Daniel se portó increíble conmigo estuvo atento y cariñoso todo el momento.

No se preocupó por su placer, sino que yo tuviera la primera vez más maravillosa y lo logro, cuando metió su lengua en mi coño la primera vez, creí que me desmayaba del placer.

Consiguió que me corriera dos veces, siendo la segunda todavía más escandalosa que la primera, cuando saco su cara de entre las piernas, la tenía llena de mis flujos, pero tenía una cara de felicidad plena.

Me imagino que como la que tendría yo y no me veía, baje hasta su polla que era más grande que la media, no era una monstruosidad, pero era la primera que había visto y me pareció enorme.

Le icé la mamada con más empeño que destreza, pero pareció que le complací pues se corrió, cuando llego el momento me aviso, como premio le dije que se corriera sobre las tetas.

Después de asearme me tumbé sobre él y me pregunto.

Daniel- ¿Seguro que estas lista?, no me importa s tenemos que esperar.

Teresa- Si lo estoy Daniel, lo estoy desde el día que te conocí.

Daniel con sumo cuidado fue metiendo su polla en mi coñito hasta que izo tope con algo, empujo un poquito más, me izo notar como un pellizco y sangre.

Al principio me dolió quiso parar un par de veces, pero no le deje, cuando mi vagina se acostumbró a su polla el placer que sentí no lo puedes explicar sino que tienes que sentirlo.

Fue una noche especial, con un hombre especial, Daniel no era como otros chicos que te decían lo que querías oír hasta que se metieran en tu cama y si te he visto no me acuerdo.

Él no decía nada lo demostraba con hechos, y lo demostró.

Una de las noches que por lo calientes que estábamos se nos olvidaron los condones, me quede embarazada, menuda puntería a la primera, fui a decírselo con todo el miedo del mundo.

Teresa- Daniel estoy embarazada, ¿qué vamos a hacer?

Daniel me sonrió y me contesto.

Daniel- Tenerla teresa, me hace mucha ilusión ser padre, pero tendremos que casarnos.

Teresa- Si mis padres exigirán lo mismo.

Daniel- ¿Tú quieres casarte Teresa?, si no ya pensaremos en algo.

Teresa- Si es contigo es un rotundo sí.

A los seis meses y con una tripa considerable iba yo de riguroso blanco del brazo de mi padre al encuentro del hombre de mi vida y ese si ha sido de las pocas cosas junto al nacimiento de mi hija de las que no me he arrepentido nunca.

A los tres meses de casarnos nació helena, tenía mi rostro, pero el semblante de su padre era una preciosidad.

Para Daniel si familia era lo primero, cuando Helena tenía tres años, Era el cumpleaños de Daniel y sus compañeros de trabajo le dijeron de tomar unas cervezas, él declino la oferta porque prefería venir al parque con Helena y conmigo.

Ese es el hombre del que me enamore y no permitiré que Álvaro destruya mi familia porque se halla encaprichado de mí.

En ese momento dejé de pensar en mis felices recuerdos y empecé a pensar que aquí había gato encerrado, Sara que así se llamaba la enfermera que había pillado follando con Álvaro en el baño estaba prometida.

De hecho su prometido trabajaba en el mismo hospital y habían entrado los dos juntos, doy fe que esa chica quiere a su prometido más que a su propia vida, no lo engañaría de forma tan descarada, ni se dejaría utilizar de esa forma.

Tenía que hablar con ella, estaba convencida de que Álvaro la tenía amenazada con algo, tal vez me equivocaba y mi percepción de esa chica era erróneo, pero mi instinto me decía que no me he equivocado.

Ese mismo instinto fue quien me dijo que Daniel era el correcto, nunca me había fallado, solo tenía dos cosas claras jamás engañaría a Daniel y desenmascararía a esa rata de Álvaro.

Continuará.