La belleza interior versión de Sara

La historia de Sara

La belleza interior versión de Sara

Me llamo Sara y nací en el seno de una familia muy pobre, mis padres se mataban a trabajar y apenas llegábamos a final de mes.

Tuve una infancia bastante buena después de todo, para ayudar en casa cortaba el césped de los vecinos más ricos de la barriada, no me pagaban mucho, pero todo lo que fuera ayudar en mi casa era bien venido.

En una de esas casas vivía Jorge era un chico muy tímido, su familia era la más rica del barrio y no le hacía gracia que yo hablara con su hijo, yo era una mota de polvo para ellos.

Jorge cada vez se fue abriendo más a mí y forjamos una gran amistad, sus padres empezaron a verme con mejores ojos cuando empecé a ayudarlo con las materias, habíamos entrado en el instituto y a Jorge estudiar no se le daba nada bien.

Yo era al revés tenía facilidad para los estudios y los idiomas, que ironía la que no tenía la menor opción de poder costearse una buena carrera tenía facilidad para el estudio.

Lo que peor se le daba a Jorge eran las matemáticas las odiaba con saña, lo bueno que tenía era que era constante en cada cosa que hacia en la vida.

Yo le dije que le ayudaría con las materias que no se le daban bien, sus padres no estaban de acuerdo pensaban en que podría ayudar una muerta de hambre a su hijo.

Aquella tarde fue una de las peores de mi vida la humillación fue tal que no pude contener la rabia y las lagrimas.

Entonces paso algo que izo que empezara a mirar a Jorge de otra forma con orgullo.

Jorge- ¡Disculparos!

Padres de Jorge- ¿Cómo dices hijo?

Jorge- ¡He dicho que os disculpéis!

Madre de Jorge- No consentiré que me hables así, ¿te queda claro hijo?

Jorge- El último examen que he aprobado y del que estáis tan contentos, fue Sara quien me ayudo a aprobarlo.

Padre de Jorge- ¿Cómo?

Jorge- Puede que Sara sea pobre, pero es mucho más lista que yo, quiero que me dé clases particulares y ¡que le paguéis por ello!

Los padres de Jorge me pusieron a prueba, después de quedar satisfechos aceptaron la propuesta de su hijo y su actitud hacia mí empezó a cambiar.

Los dos pasamos primero de bachillerato sin problemas, las notas de Jorge fueron tan buenas como las mías y sus padres estaban encantados, me invitaron a la celebración, fue una cena muy agradable ya no quedaba en ellos ese despotismo con el que me trataban al principio.

Empezamos el segundo curso de bachillerato y los dos contábamos ya con dieciocho años, en ese curso mis notas se resintieron un poco el primer trimestre la causa los chicos.

En primero de bachillerato empecé a salir con un chico se llamaba Javier, era muy guapo y atento, parecía que le interesaba todo lo que yo contaba.

Estaba muy enamorada de él, con él fue con quien perdí la virginidad (el mayor error de mi vida).

Cuando Javier cumplió los dieciocho años no savia que regalarle, tenía de todo sus padres ricos le daban todos los caprichos que pedía y los que no también, decidí darle lo único que sabía que no había tenido sexo.

Esa noche me invito a cenar y después fuimos de marcha, al llegar al local me llevé un chasco pues en él se encontraban todos sus amigos, pensé que esa noche seria para los dos y se lo icé saber.

Sara- ¡Se suponía que esta noche era para los dos!

Javier- no te enfades Sara son nuestros amigos.

Sara- No, ¡son los tuyos!

Desde ese momento hasta que nos fuimos me aburrí como una ostra, no tenían ningún tema de conversación que me interesara y encima una de sus amigas se le insinuaba sin ningún tipo de disimulo.

Me acerqué a ella y le dije.

Sara- Es mi novio por si se te había olvidado.

Amiga- Lo siento Sara no era mi intención molestar.

Agacho la cabeza y se fue, yo no me creí nada y para evitar males mayores decidí que lo mejor era marcharse, además Javier estaba bastante perjudicado por el alcohol.

Sus padres se habían ido fuera por trabajo y no había nadie en casa así que al entrar empezamos a besarnos de forma muy torpe (es lo que tiene ser un par de novatos).

Nos fuimos desnudando poco a poco y Javier se tumbó en la cama, la tenía tiesa, pensé que por lo menos el alcohol no había arruinado eso, me baje las bragas y sin quitarme más ropa me senté sobre él.

La penetración me dolió un poco al principio es lo que tiene ser virgen, pero el dolor fue transformándose en una sensación placentera que no había experimentado nunca.

Lo bueno duro poco, de repente empecé a escuchar sonidos extraños que salían de su boca y es cuando me di cuenta, el muy cabrón se había dormido.

Sentí tanta rabia, le había entregado mi virginidad, era muy importante para mí y se queda dormido, me puse otra vez las bragas, pensé en dejarle una nota diciéndole lo que pensaba, pero las cosas mejor en frío.

Llame a un taxi para que me llevara a casa y di por terminada una de las noches más desastrosas de mi vida (menudo debut, madre mía).

Al llegar a casa no pude evitar llorar de la rabia, después mire el móvil y tenía dos mensajes de Jorge preguntándome que tal había ido, le llame para poder desahogarme.

Jorge- ¿Hola Sara qué tal ha ido?

Sara- ¡El muy cabrón se ha dormido!

Jorge- No jodas, lo siento mucho Sara.

Sara- ¡Más lo va a sentir él!

Sara- ¡Me voy a la cama haber si durmiendo se me pasa esta mala leche!

Jorge- Muy bien, descansa.

Me metí en la cama pensando como podía haber terminado así una noche que prometía ser tan especial, con esos pensamientos me quede dormida.

Al día siguiente Javier llamo, pero no quise cogerle el móvil, si hubiéramos quedado los dos solos como habíamos planeado seguramente no habría sido tan desastre como termino siendo.

A media mañana decidí coger la llamada más bien para que me dejara en paz.

Sara- ¿Qué quieres?

Javier- Sara quería disculparme.

Sara- lo de ayer no lo voy a olvidar tan fácilmente, ¿lo sabes no?

Javier- Déjame que te compense por favor Sara, esta noche te invito a cenar y después pasamos la noche los dos solos.

Sara- ¿Lo prometes?

Javier- Lo prometo Sara.

Javier cumplió, me llevo a cenar a un buen restaurante tomamos una copa en un Pub. Que había cerca del restaurante y seguido nos fuimos a su casa, (sí, soy una blanda, pero estaba enamorada).

El sexo volvió a ser un desastre por parte de los dos, intente hacerle una mamada y casi le hago una herida con los dientes, y él empezó a comerme el coño de una manera que me dio grima en vez de placer, el polvo fue para enmarcar.

Se puso el condón y fue a metérmela cuando lo pare, estaba muy nervioso y excitado y temía que me hiciera daño.

Consiguió meterla y volvía a sentir esa sensación placentera, pero duro poco porque se corrió enseguida, de salió de mí se tumbó a mi lado y tenía una cara de orgullo como si sería el mejor hombre follando.

Yo me resigné, por lo menos esta vez no se había quedado dormido algo habíamos mejorado, después me aliviaría cuando él se durmiera.

Las siguientes semanas fueron muy duras, estábamos de exámenes y yo trabajaba media jornada en un trabajo que había encontrado como dependienta, no cobraba mucho, pero llevaba dinero a casa.

Entre el trabajo y estudiar se me iba el día y terminaba totalmente agotada solo quería meterme en la cama y dormir.

A la mañana siguiente había quedado con Jorge, era mi día libre y decidí desconectar del trabajo y de los estudios, de Javier no necesitaba desconectar porque no supe nada de él en esas semanas.

Jorge- Quería quedar contigo porque me han llegado rumores de que Javier te engaña.

Sara- Eso no puede ser hombre, si está enamorado de mí hasta las trancas.

Jorge- Yo solo te digo que tengas cuidado, no me gustaría que te hicieran daño.

Sara- Ya hablaré con él, no te preocupes.

Dejamos esa conversación a un lado, pero en mí empezó a crecer la semilla de la desconfianza, Jorge no me diría nada si no estaba seguro de lo que decía.

Los padres de Jorge nos invitaron a comer y la verdad que la comida estaba exquisita, sobro mucha comida y me la pusieron en unos táperes para que la aprovechara, mis padres se pusieron muy contentos, no todos los días comían solomillo en casa.

La conversación con Jorge me dejo muy mosqueada., decidí llamar a mi novio para saber donde se había metido todo ese tiempo.

Sara- ¿Javier donde te metes?

Javier- Los exámenes ya lo sabes, ¿tú también podías haber llamado no te parece?

Sara- Tienes razón Javier entre el trabajo y los exámenes no he dado a vasto.

Javier- Que te parece si quedamos esta noche quedamos en mi casa cenamos y después ya sabes, ¿qué te parece la idea?

Sara- Muy bien lo estoy deseando.

Javier se esmeró en la cocina, la verdad que era muy buen cocinero su sueño era poner un restaurante y la verdad que todo lo que cocinaba estaba muy bueno, después de cenar me saco un capazo y nos pusimos al lió.

Yo seguía tan torpe como la otra vez, desde ese intento de sexo yo no había hecho nada más, miento me masturbaba por el estrés de los exámenes.

Sin embargo en Javier vi una seguridad y saber estar que no tenía hace unas semanas, llevaba un vestido con un tanga de color negro y sin sujetador, Javier bajo mi tanga con sumo cuidado rozándome en el proceso y haciéndome sentir un placer que no podría explicar.

Cuando poso su boca sobre mi coño, me proporciono un placer increíble, su lengua jugaba con mi clítoris haciendo que oleadas de placer recorrieran mi espalda, mi coño parecía un manantial.

Consiguió que me corriera tres veces solo con su lengua, sé que ese hecho tendría que haberme puesto en guardia, pero el placer era tal que lo deje aparcado después ya me preocuparía.

Se colocó un condón y esta vez me fue penetrando poco a poco, pude sentir cada centímetro que iba entrando en mí, nunca había sentido esa sensación de estar completa y cuando empezó a moverse de dentro hacia fuera, sin palabras no podía ni respirar.

Esa noche terminé pidiendo que parara que ya no aguantaba más, no es que hiciera nada especial, pero con mi nula experiencia me pareció el mejor ámate del mundo.

Cuando terminamos, me fui a duchar y dentro de mí empezó a crecer el pensamiento de que algo no marchaba bien, como podía haber mejorado tanto si no habían estado juntos.

Una lágrima cayo por mi mejilla, Jorge le aviso, pero yo no quería verlo, como me iba a engañar un chico que anduvo detrás de mí durante tanto tiempo, me excuse con él diciendo que no me encontraba bien y me marcha a casa.

No quería que me viera llorar, cuando llegue a casa tenía una cosa clara desenmascararía a ese traidor y después, daría por terminada nuestra relación.

Al día siguiente llame a Jorge, no estaba en casa había quedado con Nuria una compañera de su clase que a él le gustaba, por mucho que lo negara así era.

Por la tarde me llamo Jorge pues su madre le hablo de mi llamada.

Jorge- ¿Todo va bien Sara?

Sara- ¿Por qué lo preguntas?

Jorge- Mi madre ha notado que algo te preocupaba.

Sara- Tenías razón, no tengo pruebas, pero sé que Javier me engaña.

Empecé a llorar, Jorge me dijo que enseguida estaría en mi casa y colgó, a las diez minutos hay estaba tocándome el timbre.

Jorge- Lo siento mucho Sara.

Sara- Yo también Jorge, ¡necesito saber la verdad!

Jorge- Esta noche hay una fiesta en casa de uno del instituto, Nuria y yo hemos sido invitados quieres venir.

Sara- No gracias, no quiero sujetar velas.

Jorge- Javier va a estar en esa fiesta, puede que consigas descubrir la verdad.

Me abracé fuertemente a Jorge, este chico hacia que me sintiera segura, estaba enamorada de él, pero en ese momento no lo sabía o me daba mucho miedo reconocerlo.

Al final me decidí por ir a esa fiesta y me preparé, Nuria y Jorge pasaron a buscarme por casa sobre las nueve y a las nueve y media estábamos en la casa donde se celebraría la fiesta.

Cuando llegamos al entrar en la casa había mucha gente algunos amigos otros conocidos y la mayoría que no había visto en mi vida.

Me moví por la casa haber si daba con Javier para preguntarle por qué no me había invitado, pronto encontré respuesta a esa pregunta.

Vi a Javier de la mano de su amiga subir unas escaleras, les seguí viendo como entraban en una habitación la que estaba más alejada, me acerque, sabía que no me iba a gustar lo que vi en ese cuarto.

Javier estaba de pies mirando al techo mientras su amiga le hacía una mamada, cuando este estaba a punto de correrse se separó de ella y la puso a cuatro patas sobre la cama se la metió sin ningún miramiento y vi como se la follaba de forma salvaje mientras ella berreaba y babeaba.

La guinda del pastel fue ver como al sacarla Javier su amiga movía el culo como dándole permiso, Javier no se lo pensó unto su polla con lubricante y se la metió en el culo, yo lo único que pude hacer es llorar en silencio y grabar lo que en esa habitación estaba sucediendo.

Salí de esa casa con los ojos arrasados en lágrimas y clamando venganza, lo primero que se me ocurrió es follarme al mejor amigo de Javier, un baboso que siempre la desnudaba con la mirada.

Lo descarte, yo valía más que eso y se me ocurrió otra cosa, en el instituto decidieron hacer un baile como se ve en las películas americanas con rey y reina del baile.

Me presenté voluntaria para organizarlo y así poder conseguir que Javier y su amiga fueran elegidos Rey y Reina del baile.

Jorge y Nuria me ayudaron y esa noche yo aparecí del brazo de Javier a ojos de todos seguía siendo mi novio, Javier había sido muy discreto pues su amiga también tenía novio y por eso Eligio fallársela en esa fiesta que él no estaría, muy pocos sabían que eran infieles a sus parejas, pero la noche del baile lo sabrían.

La noche fue pasando y por fin llego la tan ansiada votación para elegir a los reyes del baile, como todo estaba manipulado salió lo que yo quería.

Mientras Javier y su amiga subieron al escenario para recibir las coronas y dar un pequeño discurso, yo me las había arreglado para poner una pantalla en la parte de atrás que se encendió cuando los dos empezaron a hablar.

En esa pantalla se veían las imágenes que yo grabe, las caras de la mayoría de los presentes eran un poema, la cara del novio de la amiga de Javier no, este tenía la cara roja de la ira yo salí de la fiesta con una sonrisa mientras el ya exnovio de la amiga de Javier le daba hasta en el carné de identidad.

Así acabo el instituto y pronto empezaría la universidad, aprobé con muy buenas notas la selectividad y me decidí por cursar enfermería que era mi sueño.

Continuará.