La belleza interior versión de Sara 4
El final de la historia
La belleza interior versión de Sara 4
Salí de la sala de descanso como alma que lleva el diablo, con lo grande que es el país y tenía que acabar en el mismo hospital que yo.
No me fiaba de Álvaro, por fin ponía nombre a aquel hombre con el que cometí uno de los peores errores de mi vida, dentro de mí surgió una duda, ¿tendría que haberle contado a Jorge lo que paso esa noche cuando empezamos a salir, tendría que contárselo ahora?
No era demasiado tarde, siempre me he considerado una mujer que toma decisiones correctas, pero esa noche tome una decisión de lo más entupida, como contarle algo así a un hombre enamorado que te idolatra de semejante forma.
Mi turno terminó tomé un café con teresa, hablamos sobre todo de su hija, era una monada cuanto deseaba yo ser madre.
Me fui a mi vestuario y me cambie de ropa había sido un turno agotador y la aparición de ese hombre no ayudo en absoluto, fiche y cuando iba a salir del hospital apareció de por un pasillo.
Álvaro- Adiós Vanesa.
Me gire y le espete con muy mala leche.
Sara- ¡Me llamo Sara ostias!
Álvaro- Si Sara claro, ¿tendríamos que repetirlo no te parece?
Sara- eso no volverá a pasar que te quede claro.
Álvaro- Eso ya lo veremos.
Desapareció por el mismo pasillo riéndose, esa última afirmación me dejo muy intranquila, de aquí en adelante tendría que tener mucho cuidado.
Fueron pasando las semanas y la verdad es que Álvaro no me molestaba, parecía haber perdido interés en mí y eso me izo sentirme aliviada, tenía que pedirle un favor a teresa y fui en su busca, la encontré en una sala de descanso tomando un café.
Sara- ¿teresa podría pedirte un favor?
Teresa- Depende del favor, es broma claro que sí.
Sara- Jorge me ha invitado a cenar tiene algo importante que decirme.
Teresa- Claro sin problema, pero esta me la voy a cobrar.
Sara- Claro descuida.
Empecé a andar y me pare en seco, Álvaro apareció me sonrió y puso toda su atención en teresa, estaba claro que quería follarse a Teresa, me preocupaba.
Cuando Álvaro siguió su camino me volví a acercar a Teresa y le dije.
Sara- Álvaro no es de fiar ten cuidado con él.
Teresa- Lo tendré, no te preocupes pásatelo bien.
La carbona me sonrió y me guiño un ojo.
Cuando llegue a casa le di un beso a Jorge y me fui corriendo a pegarme una ducha para prepararme, me iba a esmerar para estar guapa para Jorge.
Él también se puso de punta en blanco estaba guapísimo, no era tan guapo como Álvaro, pero Jorge tenía unas virtudes que esa rata jamás tendría, me sentía una mujer muy afortunada.
Llegamos al restaurante y menudo restaurante comer allí saldría por los dos ojos por lo menos, la cena fue deliciosa y llego el momento que estaba esperando.
Jorge se arrodilló allí delante de todos los comensales y abriendo un estuche con un anillo me dijo.
Jorge- ¿Sara quieres casarte conmigo?
Me temblaba todo el cuerpo y no podía parar de llorar y entonces se lo dije.
Sara- Si Jorge me quiero casar contigo.
Jorge se levantó de un salto y me abrazo empezando a llorar de alegría.
Esa noche teníamos intención de ir a un local a tomar unas copas, pero lo descartamos y nos fuimos directos a casa.
No llegamos a entrar por la puerta y ya nos estábamos desnudando, yo solo me quede vestida por el precioso anillo de compromiso que tenía en mi dedo, cuando vi desnudo a jorge me moje en ese mismo momento, abrí un poco las piernas para que él lo viera y le dije con el dedo que se acercara.
Sara- ¿Te gusta lo que ves?
Jorge no dijo nada estaba hipnotizado mirando mi coño y no se lo pensó dos veces lo devoro con una gula monstruosa.
Tuve que apoyarme contra la pared para no caerme porque el orgasmo me llego de forma brutal haciendo que todo mi cuerpo se convulsionara.
Me dio la vuelta y en esa misma postura me penetro desde atrás, susurrándome al oído.
Jorge- ¿Te gusta lo que te hago?
Yo no podía responder las oleadas de placer no me lo permitían.
Jorge- Dime que te gusta o paro.
Sara- ¡Si! Me gusta no pares o te mato.
Esa respuesta espoleó a jorge que me empezó a penetrar con más ímpetu, me salí de él y le empuje contra el sofá quedando el sentado, yo me puse sobre él y me fui introduciendo su polla poco a poco para que los dos saboreáramos el momento de placer.
Yo quería correrme mirándole a los ojos para que viera todo mi amor reflejado en ellos, al final llegamos a corrernos los dos juntos, fue un sexo increíble.
Nos duchamos juntos y antes de meternos en la cama Jorge me sujeto del brazo y me dijo abrazándome.
Jorge- Te quiero.
Yo le contesté besándole y abrazándome más fuerte a él.
Al día siguiente se me izo muy largo, no habíamos dormido ni dos horas y allí estaba yo haciendo mi ronda de pacientes, cuando termine me fui a la sala de descanso a tomar un café para despejarme y de repente empecé a escuchar ruidos.
Salí de la sala y me dirigí hacia donde venían los ruidos, era un pequeño baño que la gente no usaba, porque estaba averiado y todavía no lo habían arreglado.
Mi curiosidad me pudo y entre, solo tenía tres cubículos y yo me metí en el de al lado, me subí a la taza e intentando hacer el menor ruido posible miré por encima.
Lo que vi me dejo helada, era la Doctora Silvia la amiga de Teresa una mujer casada y con hijos, estaba a cuatro patas sobre la taza del water recibiendo los embates de Álvaro, sus penetraciones eran muy duras.
Álvaro- ¿Te gusta que te la meta por el culo?
Silvia- ¡Sí, pártemelo mi culo es tuyo que gusto!
Me bajé con el máximo de cuidado de no hacer ruido y salí de ese baño como alma que lleva el diablo.
Al mediodía me encontraba en la sala de descanso de mi planta comiéndome un sándwich, cuando entro Álvaro con su chulería de siempre.
Me preguntaba cuando trabajaba este hombre, para ser médico no lo veía atender a ningún paciente nunca.
Álvaro- ¿Te ha gustado el espectáculo?
Sara- ¡No sé dé que me hablas!
Álvaro- Yo creo que si, los dos sabemos que te has mojado mientras le reventaba el culo a Silvia.
Me fui a levantar cuando me agarro del brazo y me dijo.
Álvaro- Quiero partirle el culo a Teresa y tú me vas a ayudar.
Sara- ¿Tú estás loco o que te pasa?
Álvaro- Lo harás yo lo sé y tú también, ¿y si no?
Sara- ¡Y si no que!
Álvaro- Le enviaré este video a tu prometido.
No podía ser, el muy cabrón me grabo cuando me prostituí esa noche con él, mis peores pesadillas se hicieron realidad.
Álvaro- Tienes hasta mañana para pensártelo, si lo aceptas lo borro y si no ya sabes se acabó la relación.
Me lo decía mientras me sujetaba la mano, se la quite con violencia y salí de allí, no di pie con bola en toda la tarde, teresa me pregunto que me pasaba varias veces, pero fui incapaz de contestar.
Cuando llegue a casa, iba con la intención de contárselo todo a Jorge, pero mire el anillo y la felicidad de él y fui incapaz, fui una soberana cobarde.
Después de pasar una noche sin pegar ojo llegué a la conclusión de que no le contaría nada a Jorge, aceptaría y sería mi secreto él no se enteraría (aquí fui una ingenua y una entupida profunda).
Al día siguiente lo primero que ice fue entrar en el despacho de Álvaro y esperar a que llegara, como no me fiaba de él lleve una grabadora escondida para grabarlo todo por si intentaba engañarme, al rato entro.
Álvaro- ¿Qué has decidido?
Sara- Lo haré, no me has dejado otra opción.
Álvaro- muy bien.
Sara- Para qué me quieres a mí cuando es evidente que tú quieres a Teresa.
Álvaro- Quiero que nos vea follar para que se le moje el coño y me pida que la folle viva.
Sara- ¡Me das asco!
Salí de allí dando un portazo, si el día no estaba siendo suficiente malo ingresaron al marido de Teresa, me acerque para darle mi apoyo, se derrumbó cuando le di un abrazo.
Estuve tentada a contárselo, pero la vi tan hundida que no me atreví, pero la realidad no solo era esa, sino que volví a ser una cobarde.
Después de dejar a Teresa me fui corriendo a hablar con Álvaro, después de lo del marido de Teresa no podíamos hacerle eso bajo ningún concepto, aquí volví a ser una ingenua otra vez.
Le dio igual, a Álvaro solo le importaba una persona Álvaro y nadie más.
Álvaro- Lo vamos a hacer mañana a la noche que los tres tenemos guardia a la noche, se a que hora suele hacer su descanso Teresa, si no quieres ya sabes lo que pasara.
No podía creer que esta cucaracha fuera tan rastrera, yo tampoco es que fuera mucho mejor que él, iba a vender mi alma al diablo.
No dormí esa noche y durante todo el día fui incapaz de comer tan siquiera, me llamo a su despacho para contarme su plan, tenía que parecer convincente y hacerle quedar como el mejor de los amantes, saco un bote de lubricante.
Sara- Si piensas que me vas a follar el culo como a Silvia ya lo estás olvidando.
Álvaro- Eso ya lo sé, lo he traído porque no te veo nada receptiva y así podré follarte sin hacerme daño en la polla.
Salí de su despacho y lo primero que ice fue ir a vomitar, pase el día como pude evite encontrarme con Teresa, como podría mirarle a la cama.
Llego en momento, me encontraba en un pequeño baño con una pierna levantada apoyada en la taza del water, siendo penetrada por un desalmado y haciendo un esfuerzo sobre humano para que Teresa no notara como estaba llorando por la humillación y la vergüenza que me estaba provocando ese acto.
No disfrute en ningún momento, cada vez que su polla entraba en mi coño era como si una parte de mí desapareciera, todo lo hacía por no perder a Jorge, pero en realidad no merecía la pena porque la teresa que Jorge conocía estaba muriendo esa noche.
Cuando se quedó satisfecho, me fue a dar un beso y mi respuesta fue darle un tortazo que lo dejo sentado en la misma taza del water donde me había dejado mi dignidad.
Esa noche cuando termine de hacer mi ronda de pacientes como una zombi me escondí en un rincón y llore hasta que me quede seca.
Había grabado la conversación y grabado el sexo con una móvil que había escondido, después de comparecerme de mí, fui a recuperarlos serian una prueba para que me dejara en paz, si no cumplía su palabra.
Durante el día siguiente intente evitar a Teresa todo lo que pude, no solo sentía una profunda vergüenza sino una sensación de traición y mucho asco por mi misma, pero no pude evitarla y me intercepto.
Teresa- ¡Sara tenemos que hablar!
Intente escaquearme, pero se me puso delante obligándome a mirarle a la cara.
Sara- Lo siento mucho Teresa, nunca fue mi intención hacerte daño te lo juró.
Teresa- Como te prestaste a esa encerrona, engañando de esa manera a tu prometido.
Sara- No tuve otra opción.
Teresa- Siempre hay opciones.
Le tome del brazo a teresa y la lleve a una sala de descanso donde podríamos hablar tranquilas
Sara- Cuando cursaba la universidad me concedieron una beca, pero por una serie de recortes me la quitaron y no podía pagarme la universidad, así que empecé a prostituirme.
Teresa- ¿Qué tiene que ver eso con lo que estamos hablando?
Sara- Uno de mis clientes fue Álvaro me citaba en su casa, tiempo después me enteré de que había grabado todos nuestros encuentros.
Teresa- ¿Por qué no lo denunciaste?
Sara- No supe nada hasta que llego a este hospital y se obsesionó contigo, me dijo lo que quería de mí y no me quedo más remedio.
Teresa- ¿Qué quería de ti?
Sara- Quería que lo ayudara para calentarte, me negué y hay fue cuando me enseño los videos y me amenazo con enseñárselos a mi prometido.
Teresa- Tienes que ayudarme Sara, tenemos que denunciarle si no esto no acabara nunca.
Sara- ¡Me niego!, si le delato los videos saldrán a la luz y perderé a mi prometido.
Teresa- Crees que Álvaro no enviara los videos a tu prometido cuando ya no le hagas falta.
Sara- Me arriesgaré.
Teresa- Tu misma, pero sería mejor que se enterara por ti y le contaras tu versión, una vez que vea esos videos, no te creerá nada.
Teresa- piénsatelo todavía estas a tiempo de hacer lo correcto.
Me fui de allí con la cabeza gacha pensando en lo que me había comentado teresa y me di cuenta de que tenía razón, yo había castigado a Javier y a Nuria por ser infieles y aunque lo mío fue por un chantaje no podía obviar que también fui infiel y merecía también un castigo.
Salí del hospital y llamé a Jorge.
Sara- ¿Puedes librar esta mañana?
Jorge- ¿Qué pasa Sara a pasado algo grabé?
Sara- he cometido un gravísimo error.
Jorge- ¿Tan malo es?
Sara- Cuando lo sepas me odiaras, iré para casa te espero allí.
Cuando Jorge entro en casa venía muy seria, se sentó a mi lado y sin decir nada puse la grabación para que la viera.
No dijo nada, la lágrima que caía por su rostro ya me lo dijo todo.
Me quité el anillo de compromiso y me fui a la habitación para hacer mis maletas, esa noche la pasaría en un hotel y a la mañana siguiente presentaría mi dimisión en el hospital.
Jorge se acercó a la habitación y me pregunto.
Jorge- ¿Por qué?
Sara- Porque soy una cobarde y una entupida, pero no te podía mentir a ti no, no quería hacerte daño.
Jorge no contestó, solo lloraba, intente acercarme para consolarle, pero se alejó de mí y decidí que lo mejor que podía hacer era marcharme.
Después de pasar la peor noche de mi vida, lo primero que ice es entregarle la carta de dimisión al director que acepto encantado y después fui al despacho de Álvaro.
Álvaro- Veo que vienes a por más.
Yo lo único que ice es escupirle en la cara y cuando se revolvió le solté un tortazo con todas mis fuerzas hasta hacerme daño en el codo.
Álvaro- ¡Te arrepentirás de esto zorra, tu prometido se enterará de todo!
Sara- Haz lo que te dé la gana entupido pedazo de mierda, lo que tengo claro es que tus sucias manos no volverán a tocarme jamás.
Álvaro- ¡Tú que te has creído niñata te voy a destruir la vida!
Le miré con una frialdad que izo que Álvaro retrocediera un par de pasos y le dije.
Sara- No amenaces a alguien que lo ha perdido todo.
Me di media vuelta y salí de su despacho, por primera vez vi miedo en el rostro de Álvaro, después fui a buscar a Teresa.
Sara- Aquí tienes pruebas por si quieres denunciar a ese cabrón por acoso, testificaré encantada.
Teresa- ¿Qué a pasado?
Sara- Que te he hecho caso y se lo he contado todo a Jorge, ahora estoy pagando por el crimen.
Teresa- ¿Qué quieres decir?
Sara- mi padre me dijo una vez que no se cometa el delito si no se está dispuesto a cumplir la condena.
Sara- Yo acabo de empezar a cumplirla.
Teresa- Eres una buena mujer Sara.
Sara- ¿Tú crees?
Teresa- Si, cuando me necesites allí estaré.
Rompí a llorar y abrazándola le pedí perdón mil veces por lo cabrona que había sido.
Habían pasado un par de semanas que utilice para alquilar un piso pequeño cerca de la universidad y fui a hablar con la única persona que había sido como una madre para mí.
Entre en la cafetería y me senté en la barra, cuando la jefa me vio la cara me dijo.
Jefa- ¿Qué a pasado chiquilla?
Le conté todo lo que había pasado como mi relación se acabó y no aguante más me puse a llorar como una desesperada.
La jefa me puso un delantal encima de la barra y me dijo.
Jefa- Mira que eres burra chiquilla, empiezas ahora mismo, después en el descanso te pegaré la bronca por ser tan entupida.
La jefa cuidó de mí, como dije siempre fue una segunda madre, un fin de semana que tuve libre viaje hasta casa de mis padres para contárselo todo, pude ver decepción en sus ojos y eso me entristeció mucho, entonces mi madre hablo.
Madre- Jorge tuvo un accidente de coche esta grabé en el hospital.
Sara- ¿En cuál esta?
Madre- En tu antiguo hospital, ve allí y arregla las cosas, ese chico te sigue amando y tú le amas más que a tu propia vida, no sé por qué te has complicado tanto la vida, pero demuestra lo que lo quieres con actos.
Cuando llegue al hospital fui a hablar con Teresa, me dijo que un niño cruzo la carretera corriendo detrás de un balón y por no atropellarlo se estampó contra un camión.
Corrí hasta su habitación y allí estaban sus padres, no me dirigieron la palabra, pero su hostilidad era evidente, pase a verlo y estaba en muy mal estado, pase en ese hospital día y noche, sin descansar sin dormir rezando para que el amor de mi vida volviera a mi lado.
Una mañana la madre de Jorge se acercó y me dijo.
Madre- Ve a descansar llevas aquí semanas, al final vas a enfermar tú.
Entonces las constantes vitales de Jorge empezaron a descender y nos hicieron salir de la habitación, nos llevaron a una sala de espera y después de hacerle las pruebas pertinentes el resultado fue que los riñones le estaban fallando.
No me lo pensé ni un segundo.
Sara- Tomad uno de los míos, si soy compatible se lo daré encantada.
Los padres de Sara se pusieron a llorar y me dijeron si estaba segura y le dije que si, me hicieron las pruebas y era compatible.
La operación salió bien, la vida de Jorge ya no corría peligro, el día que me dieron el lata fui a visitarlo pues ya estaba despierto, su mirada era seria, pero su mirada denotaba agradecimiento.
Jorge- Gracias.
Sara- No tienes que dármelas te la debía.
Le di un beso en la frente y salí de esa habitación con lágrimas en el ojos.
Teresa venía a la cafetería todos los días y muchas veces con Helena que era un sol de niña, siempre me decía lo mismo.
Teresa- Algún día tendrás que perdonarte.
Sara- Si, algún día.
Llego el día del juicio contra Álvaro y su abogado intento dejarme como la mayor de las putas, pero el odio que sentía contre ese hombre sumado al que sentía por mi misma no me dejaros flaquear y mi testimonio fue contundente.
Al salir de la sala teresa me abrazo y me dijo que fuera había alguien esperándome, era Jorge, después de casi un año tenía motivos para sonreír, la declaración había ido bien y Jorge parecía que por lo menos no me odiaba.
Jorge- As estado muy bien allí adentro, tus palabras me han dado otra perspectiva y también la conversación que tuve con tu amiga Teresa te quiere mucho.
Sara- Si, no me la merezco.
Jorge- Todavía no te he perdonado, estoy en el camino, pero no puedo, lo siento.
Sara- No lo sientas, yo tampoco me he perdonado todavía.
Nos despedimos con un beso en la mejilla y yo seguí trabajando en esa cafetería que me salvo del agujero negro donde me había metido por mi propia estupidez.
Una mañana de sábado un hombre entro en la cafetería el ramo de flores que llevaba le tapaba la cara, cuando la puso sobre la barra y vi que era jorge casi me da algo.
Sara- ¿Y el ramo?
Jorge- Es mi forma de agradecerte por el trasplante me salvaste la vida, además tengo algo que proponerte.
Sara- ¿El que?
Jorge- Voy a poner una clínica y me gustaría que serías mi enfermera si tú quieres claro.
Mire a la jefa y esta me miro como diciendo, como no aceptes te arreo un coscorrón, acepte y ya llevamos trabajando en su clínica un año, una noche después de una complicada operación nos encontrábamos en la sala de espera mirándonos fijamente y ocurrió.
Nos besamos, terminamos haciendo el amor dentro de su despacho, al terminar tuvimos una conversación.
Jorge- Nunca he podido olvidarte, lo he intentado, pero me es imposible.
Sara- A mi me pasa igual, te quiero igual que entonces pero la cague.
Jorge- teresa me dio esta grabación, porque no me la enseñaste nunca.
Sara- Por vergüenza, porque si lo sabías cambiaria esa imagen que tenías de mi como paso.
Jorge - Eso fue culpa tuya.
Sara- Es verdad.
Jorge- No me fuiste infiel por gusto, ese HP te puso contra la espada y la pared.
Sara- Y elegí muy mal.
Jorge- Ya has pagado suficiente, han pasado tres años desde entonces y me has demostrado con hechos que puedo volver confiar en ti.
Sara- ¿Y como te lo he demostrado?
Jorge- Ya no te guardas nada, si tienes algún problema, duda, lo hablamos todo y ahora eres mucho mejor mujer que de aquella que me enamore.
Abrió un cajón y volvió a sacar el estuche con el anillo, volvió a pedírmelo y volví a aceptar, ahora me encuentro caminando por la iglesia vestida de blanco y embarazada de cuatro meses, del brazo de mi padre y en el fondo me espera Jorge con las mismas ganas que tengo yo de decir si quiero.
Epilogo.
El marido de Teresa se recuperó y son muy felices, esa mujer me enseño mucho y le estaré agradecida toda mi vida.
Álvaro fue condenado a unos cuantos años de cárcel, según me contó teresa está muy solicitado, le han debido dejar el culo como la boca del metro.
Yo he dado a luz a una preciosa Niña su nombre es Nadia y ahora se encuentra en brazos de su padre, no tengo claro a quien le tengo que poner el babero si al padre o a la hija.
Cometí un delito obligada y he pagado mi condena, ahora soy feliz con Jorge y mi hija Nadia.
Fin.