La belleza interior versión de Esther 3

La historia sigue.

La belleza interior versión de Esther 3

El recibimiento que tuvimos en el nuevo parque de bomberos fue como me lo esperaba pero en peor, pero para mí.

A Lena la recibieron con los brazos abiertos y a más de uno quería abrirle otra cosa.

Muchos de los hombres de ese parque de bomberos se negaban a que su nueva jefa sería una mujer, según ellos este trabajo no estaba hecho para nuestro delicado cuerpo.

Mi hermano Daniel se estaba preparando para suceder a mi padre como capitán, sus secuelas le impedían hacer trabajo de campo, aunque en un despacho podría seguir en este trabajo que tanto amaba.

Daniel bajo las escaleras de las oficinas al parque y reunió a todos los hombres, iba a dejar clara su postura a todos y cada uno de ellos.

Daniel- ¡La jefa será mi hermana Esther y no se hable más!

Bombero- Con el debido respeto, no estamos de acuerdo y tenemos a otro candidato.

Daniel- ¿Quién es ese candidato?

Bombero- Vlad.

Daniel- ¿En serio vais a poner vuestras vidas en manos de un hombre, que no se presentó en una de las noches más aciagas de este parque de bomberos por estar con su amante?

Bomberos- Nos fiamos más de un hombre que de una mujer en este trabajo, eso es todo.

Daniel- Muy bien, yo ya he tomado la decisión quien no este de acuerdo es libre de irse.

Casi todos los hombres se fueron, según parecía Vlad con el dinero de su padre había montado un parque nuevo en la otra punta de la ciudad y contrato a todos los bomberos que se fueron esa mañana.

Esther- Lo siento Hermano, la he fastidiado.

Daniel- Tú no has fastidiado nada, ya tenía algo previsto y tienes que entrevistarte con alguien.

Esther- ¿Con quién si puede saberse?

Daniel- Con Teddy.

Teddy era el mejor amigo de nuestro padre, un inglés que vino de intercambio y se quedó a vivir en nuestro país, él y mi padre se guardaron las espaldas mutuamente de incendio en incendio y todavía lo seguían haciendo.

Teddy era nuestra familia, cuido de nosotros y nos aconsejó muchas veces, si tenía que trabajar para él sería todo un honor, me dirigí al lugar de encuentro y allí estaba puntual como siempre.

Esther- Como te va Teddy tienes mal aspecto.

Teddy- Niña descarada, tres hernias de disco, incapacitado para ser bombero.

Esther- ¡No jodas hombre!

Teddy- ¡Esa lengua niña!

Esther- lo siento Teddy.

Teddy- A Susy le ha encantado la idea, me voy a prejubilar y así podremos viajar, sabes lo mucho que le gusta.

Esther- ¿Qué quieres de mí?

Teddy- Vosotros, lo hablé con vuestro padre y esta de acuerdo.

Esther- Dime lo que se os ha ocurrido.

Teddy- Quiero que os hagáis cargo de mis hombres, son buenos muchachos y si me jubilo los desperdigaran, sus familias viven aquí.

Esther- Que es lo que cambiara para que quieran que una mujer les mande.

Teddy- Que yo confió plenamente en ti y tu hermano, mi palabra es suficiente, os serán leales y son unos bomberos cojonudos.

Esther- ¿Muy bien, que opinas del equipo de paramédicos que compartíais mi padre y tú?

Teddy- Tienen buena voluntad, pero están muy verdes, según tu padre te has traído contigo a una paramédica cojonuda, les hará falta créeme.

Esther- Lena es la mejor.

Teddy- ¿Me alegro, aceptas a mis hombres?

Esther- Claro.

Me despedí de Teddy con un abrazo, solo esperaba poder convertirme en un bombero tan bueno como los fueron él y mi padre.

Cuando volví Daniel me estaba esperando.

Daniel- ¿Y bien?

Esther- Ya tenemos Bomberos, el parque no se cerrará.

Los hombres de Teddy eran realmente buenos, mi segundo era un hombre que le quedaba muy poco para jubilarse, me trataba con sumo respeto y siempre le pedía consejo, que diferencia con los déspotas de bomberos que trabajaban para mi padre.

Lana también estaba contenta, sus paramédicos aprendían muy rápido, no ponían pegas y no se quejaban, eran jóvenes, pero estaban comprometidos con su trabajo.

Nuestro primer problema vino cuando se declaró un incendio, nosotros y el grupo de Vlad llegamos a la vez, intente que colaboráramos, pero él se negó.

Vlad era un temerario y sus hombres le seguían sin chistar, estaba claro que quería dejar claro que eran mejor que nosotros y se les olvidaba que nuestro trabajo era salvar vidas y extinguir incendios no salir en los periódicos sacando pecho.

En uno de los edificios, uno de sus hombres quedo gravemente herido por sus erróneas órdenes y a mí se me inflaron los ovarios.

Cogí a Vlad y lo estampé contra el camión de boleros.

Esther- ¡A ti que te pasa, tu hombre podría haber muerto!

Vlad- Ser bombero es un trabajo peligroso (riéndose)

Esther- ¡Yo cuando me pongo este uniforme, dejo mi ego y mi orgullo en la taquilla deberías hacer lo mismo!

Vlad- ¿Y si no que me harás?

Esther- Te quitaré esa sonrisa de un puñetazo capullo.

Me acerqué donde Lena y sus chicos para ver como estaba el bombero, las quemaduras eran feas, pero se pondría bien.

Cuando llegamos a casa, salí al balcón y me quite la ropa mirando fijamente a Lena que estaba salivando, entonces me apoye en el barandado y abrí mis piernas poco a poco.

Como había luna llena, mi sexo se veía brillante y apetitoso, Lena vino desnudándose poco a poco, como me gustaba el cuerpo de esa mujer, llego a mi altura y con su vocecita me dijo al oído.

Lena- Puedo oler tu perfume de mujer desde aquí, tengo hambre y te voy a devorar.

Menos mal que el barandado era alto porque la maestría de esa mujer con su lengua hizo que tendría un orgasmo detrás de otro.

Después fue mi turno, le fui deslizando mi lengua por todo el muslo hasta llegar al coñito más rosado y apetitoso que había probado en mi vida.

Lena y yo acabamos rendidas y solo pudimos llegar al sofá, nos tapamos con una fina manta y nos dormimos abrazadas la una a la otra.

A la mañana siguiente mientras me estaba cambiando en mi vestuario oí gritos que venían desde fuera y salí, mi hermano estaba discutiendo con Vlad.

Vlad- ¡Sujeta a tu perra o lo aré yo!

Daniel- Yo ya sujeté a Esther anoche, de no ser así, ahora tendrías que escribir en una pizarra en vez de lanzarme tu aliento podrido.

Vlad- Tienes una mujercita muy guapa Daniel, le tendré que hacer una visita, así se podrá olvidar del deforme que tiene por marido (riéndose).

No pude soportarlo, abrí la puerta del vestuario de una patada, me fui directo a él iba a romperle la cara a ese cabrón.

Daniel- ¡Esther!

El grito de mi hermano sumado a dos brazos que me abrazaron por detrás pararon mi movimiento, era Lena y estaba llorando.

Daniel- ¡Esther a mi despacho ya!

Daniel- Lena por favor ve a preparar a los chicos ha habido un accidente y os necesitarán allí.

Lena asintió y se fue a hacer lo que mi hermano le dijo, yo seguía apretando los dientes y los puños, mi hermano miro a Vlad y le dijo.

Daniel- Tú, ya sabes donde está la salida.

Subí al despacho de mi hermano, me sentía mareada y temía la reprimenda que me daría mi hermano.

Daniel- Esther pasa de él pareces nueva joder!

Esther- Lo siento de veras Daniel.

Daniel- Teddy y papa están preocupados.

Esther- ¿Por mí?

Daniel- No, por ese imbécil, algún día va a hacer algo que le cueste la vida a alguien.

Como su padre es un empresario rico e influyente que tiene a las personas idóneas en el bolsillo, se cree que puede hacer lo que quiera.

Cuando salí del despacho de mi hermano vi como Vlad intentaba ligar con Lena, ese imbécil no sabía en donde se estaba metiendo.

Lena parecía una mujer vergonzosa y dócil, hasta que perdía los nervios y se cabreaba, en ese momento era un supervolcán en erupción, Vlad lo comprobó en ese mismo instante.

Fue divertido ver como Vlad salía corriendo con una iracunda Lena persiguiéndolo.

Cuando llegamos al accidente fue dantesco, un camión había resbalado y termino colisionando con un monovolumen de una familia.

El monovolumen estaba hecho un amasijo de hierros, los padres murieron en el acto según Lena, pero los hijos estaban atrapados y teníamos que sacarlos.

Una cosa es enfrentarse a un incendio, el fuego tiene vida y es traicionero, pero tenemos armas para combatirlo, como lidiar con semejante tragedia.

Cuando conseguimos sacarlos la niña estaba muy grabe, según Lena tenía un neumotórax y el niño tenía el fémur fracturado por varias partes con herida abierta.

Me fui a una esquina y me puse a llorar no pude evitarlo, entonces Lena apareció y me abrazo entre sus brazos, esos cálidos brazos que hacían que no temiera nada mientras estuviera en su cobijo.

En esos instantes me daba cuenta de lo fuerte que era la mujer de la que me había enamorado, no titubeo ni un instante, sus órdenes fueron acertadas y certeras.

Lena era tan buena Paramédico como yo bombera, tuve mucha suerte de conocerla y que se enamorara de mí.

Esa noche no hicimos el amor, nos metimos en la cama, nos abrazamos y nos besábamos mientras nuestras lágrimas se mezclaban, entonces tome la decisión quería ser madre junto a ella.

Esther- Lena me gustaría ser madre y que tú me acompañaras en esa aventura, ¿aceptas?

Lena- Claro que si tontorrona.

No pude aguantarme más, entrelazamos nuestras piernas y nos miramos a los ojos llenos de amor mientras nuestros sexos se rozaban el uno al otro hasta que nos llevó a un apoteósico orgasmo.

Aquella mañana me levante con un mal presentimiento, intentaba disimularlo para que Lena no se preocupara, pero fue inútil, esa mujer leía en mí como en un libro abierto

Lena- ¿Qué te ocurre cariño?

Esther- ¿Por qué lo preguntas?

Lena- Te veo como ausente, como si te preocupara algo, te has arrepentido de lo que hablamos anoche.

Esther- ¡No de eso no me arrepentiré jamás!

Lena- ¿Entonces que es lo que te pasa?

Esther- es una sensación, como si nos fuera a ocurrir algo malo.

Lena- no te preocupes, ya verás como será un día como cualquier otro.

Decidí hacerle caso y mientras fregaba los platos y recibí uno de esos abrazos que tanto me calmaban decidí no darle más vueltas.

Cuando llegamos al parque de bomberos, mientras Lena ponía en orden el papeleo del box de paramédicos yo decidí ponerme al día con el mío, mi hermano ya me había llamado la atención un par de veces y no quería que se enfadara conmigo.

La mañana fue tan tranquila que me dio tiempo a terminar el papeleo y dejárselo a mi hermano en la mesa de su despacho.

Daniel- ¡Joder ya era hora!

Esther- no te quejes tanto que ya está todo en orden.

Daniel- lo revisaré que no me fió ni un pelo de ti.

Me puse a reír y justo en ese momento sonó la alarma, zafarrancho de combate se había declarado un incendio en una fábrica textil.

Esos incendios eran peligrosos porque algunas prendas estaban hechas con tejidos muy infumables y además el humo que desprendía era muy tóxico.

Eran incendios que no me gustaban nada, abría que andar con mucho cuidado y mil ojos.

Cuando llegamos, el equipo de Vlad también se encontraba allí, como nadie se fiaba de él por ser un camicace descerebrado, los altos mandos decidieron dejarme a mí al mando.

Eso a Vlad no le gusto nada y no disimulo en absoluto, entramos dentro del edificio, Lena vino conmigo había heridos y había que atenderlos, estaba muy asustada, pero intentaba no transmitírselo a ella, pero era inútil pues Lena estaba tan asustada como yo.

Conseguimos llegar donde los heridos, el fuego era más fuerte de lo esperado y se estaba acumulando un humo denso que casi ni nos dejaba ver.

Tuvimos la mala suerte de que cuando llegamos los operarios ya estaban muertos y la mala suerte no acabo allí, una columna se derrumbó tapando nuestra única salida.

Lena mantenía la calma igual que yo, pero los hombres de Vlad y este último no y no se les ocurrió más que romper algunas ventanas para qué saldría el humo, les ordene que no lo hicieran.

Bombero- nuestro jefe es Vlad, nunca aceptaré las órdenes de una mujer.

Esther- Lo único que conseguiréis es avivar el fuego.

Vlad- Que sabrá una mujer, tú, habré esa puerta con el hacha saldremos por hay.

Uno de los bomberos a cargo de Vlad cogió un hacha y golpeo la puerta en contra de mis indicaciones, en ese momento agarré a Lena y saltamos detrás de una columna, la deflagración mato al bombero al instante.

Vlad como buena cucaracha salió ileso, yo por mi parte termine con una quemadura muy fea en el brazo, pero feliz de seguir con vida hasta que mire a Lena.

Yacía inconsciente con media cara quemada, cogí la radio y pedí ayuda a mis hombres, estos llegaron hasta nosotros, no sacarnos de allí no era una opción para ellos.

En el hospital Silvia y Teresa vinieron hablar conmigo.

Silvia- La quemadura de la cara de Lena es grabé, pero lo peor es que ha respirado mucho humo, la dejaremos en observación, los siguientes veinticuatro horas son cruciales.

Grite de rabia, lloraba y ni tan siquiera el abrazo que Teresa me estaba dando conseguía aliviarme ni un poquito.

Entonces apareció Vlad con su andar chulesco de siempre, aparte a teresa y fui a por él agarrándole del cuello con todas mis fuerzas y estampándolo contra la pared, tres bomberos intentaban apartarme de él sin conseguirlo.

Esther- ¡Esto es culpa tuya maldito cabrón!

Continuará.