La bella y la bestia parte 8ª parte

El chino me hizo se hembra volandome

LA BELLA Y LA BESTIA

8ª PARTE

Habían pasado cuatro días y yo seguía igual, sin ganas de nada, triste, demacrada de tanto llorar. Trate de esquivar a las chicas del hotel, para no dar tantas explicaciones. El chino seguía viniendo como siempre y trataba de no cruzarme con él. El me veía y me sonreía o me decía algo, que yo no escuchaba. En el trabajo estaba igual. Noelia me invito en el día franco de las dos, ella era camarera, a ir a bailar y le dije que no.

NOELIA: dale veni, el jueves el restaurante no abre y tenemos que aprovechar y salir. Vamos toda la gente de acá y nos vamos a bailar entre nosotros.

Tanto insistió que al final, como solo era gente del restaurant, accedí a ir. Fuimos a bailar 7 personas a un local de música tropical. Estuvimos casi hasta las 4 de la mañana. Antes de irnos vi que estaba el chino y trate de ocultarme. Me vio y solo sonrió. No se acerco para nada. Dentro de todo la pase bastante bien y con la música y el ruido de la gente, olvide en esos momentos, lo que estaba viviendo. Nos despedimos en la esquina del boliche y cada uno agarro para su la lado. Noelia, como vivía cerca mío, no tomamos un taxi, primero bajo ella y luego yo en la puerta del hotel.

El día transcurrió como siempre, pero por la noche tuvimos novedades laborales. Debido a la baja de la gente que venia a cenar, el dueño informo el despido de dos personas, lamentando tener que hacerlo. Uno fue un muchacho recién casado y a mi. Cobre lo que me correspondía y me fui al hotel. Eran las 11 de la noche lamentándome haber quedado sin trabajo, veo que en puerta del hotel estaba el BMW del chino. Pensé, encima de males, tener que soportar las miradas y sonrisas burlonas de este tipo. Entre a mi habitación, cerrando la puerta, y me desnude. Me tire en la cama pensando que mañana temprano debía salir a buscar trabajo. Entonces me dije, me voy a bañar ahora. Me puse el albornoz, salí al pasillo e hice lo de siempre. Cerré con llave mi puerta y la colgué de con la piola alrededor de mi cuello. Me metí debajo de la ducha bien caliente, enjabone y luego me quede unos minutos más debajo del agua. Luego me seque bien con la toalla mía, alise mi cabello con el cepillo. Me puse el albornoz y salí al pasillo. Era todo soledad, también quien iba a estar con semejante frio en el pasillo o el patio. Saque las llaves de mi cuello, abrí y entre. Solamente esta encendida la luz del velador. Tome el camisón y lo puse al cuello, para sacar el albornos y no quedar toda desnuda por el frio. El camisón se deslizo por mi cuerpo suavemente. Iba a encaminarme a la derecha de mi cama, cuando siento que mi cuerpo ir hacia atrás hasta pegarse a otro. Una mano tapo mi boca para no gritar y la otra blandiendo una navaja se bamboleo entre mis ojos. Aterrada, solo miraba la punta de la navaja cerca de mi cara. Estaba inmóvil. Supuse que seria el chino y no erre, mis ojos parecían desorbitarse, no solo por la navaja, sino por lo que sabía a suceder.

CHINO: ves la punta de la navaja?

Asentí con mi cabeza que si.

CHINO: si te portas mal, con la punta de ella, sacare una a una de tus pecas del rostro y cuerpo. Entendiste!

Volví a asentir con mi cabeza. Miraba la navaja y estaba aterrada

CHINO: ahora voy a soltarte, si gritas o quieres escapar sabes ya lo que hare. Te desnudaras delante de mí y se sentaras en el borde derecho de la cama, esperándome a mí.

Temblorosa, sentía mis piernas flojas. Miedo si, mucho miedo, mas sabiendo como era el chino tratando a sus chicas. Me desnude, roja de vergüenza, ante un odiado enemigo y me senté en el borde de la cama. El cerró con llave la puerta y la guardo en su bolsillo. Mirándome puso su navaja entre sus dientes y se saco la camisa, que tiro al suelo y el pantalón a su lado. La navaja sobre el pantalón a mano por cualquier cosa, pero lejos de mí. Igual, pensé, no hacer nada y aguantar al tipo, porque si me mataba, bueno era una cosa, pero otra es que clave la navaja o te marque con ella y luego vivir, con eso siempre. Me hizo para delante suyo y toqueteo a gusto mi concha y mis piernas. Luego mis tetas. Me hizo dar vuelta quedando de espaldas, mostrando mi desnudo culo y lo manoseo a gusto. Luego otra vuelta y al estar frente a él. Sus dos manos fueron a mis tetas a las pellizco y apretó para luego con el dedo índice, mayor y pulgar formo una especie de tenaza sobre mis pezones, apretándolos y retorciéndolos a gusto. De mi boca salían gemidos que trataba no escuchara nadie afuera. Luego con las manos y los dedos en tenaza tiro fuerte hacia abajo, entendiendo que me pusiera de rodillas frente a él. Sabía lo que pasaría, pero trataba de no pensar. Levanto unos segundos su culo de la cama y vi el slip negro que contenía un bulto considerable. Los bajo un poco mas y me indico lo sacara despacio con mi boca. A medida que lo bajaba de un lado y del otro, el bulto era real. Cuando pase la zona de los genitales, pareció se liberaran y apareció un pene enorme, negro y grueso, como nunca vi. Le saque totalmente el slip y yo estaba asombrada, nunca creí que un raza amarilla tuviera semejante aparato. Yo seguía de rodillas y el saco del pantalón una goma larga y gruesa. En el centro de la goma dos tapones. Puso la goma alrededor de mi cabeza, enganchándolo en mi nuca y luego puso los tapones en los dos orificios de mi nariz, que dificultaba mi respiración. Solo podía respirar con la boca abierta. Me tomo de los pelos de la nuca y acerco mi cara a su pija, la que puso dentro de ni abierta boca. Su pija casi tocaba la campanilla de mi garganta, produciéndome arcadas, que trate de contener, porque lo vomitaba encima de él no se podía llegar a hacerme. Mi boca cogió, entrando y saliendo su pija. De vez en cuando sacaba mi boca de su pija, para que respirara. Respiraba, esos momentos ahogada y enseguida la ponía otra vez. Así hasta que vi que estaba a punto de acabar y que ni podía sacarla de mi boca. Que iba a terminar en mi boca y que ni tenía.

De pronto sentí que el chino despedía su semen y me atragante, al tiempo que el chino sacaba los tapones en mi nariz. Comencé a ahogarme con tanto semen y me ahogue, sentí salir por mi nariz parte del semen, mientras había tragado la primera andanada. Cuando dejo de escupir semen libero mi cabeza y sentí que estaba, también, con semen en mis tetas. Recién ahora pude ir recuperando mi respiración. Me indico me acostara en la cama y se acostó a mi lado, yo esperaba, en cualquier momento su ataque. Me hablo a oído, como queriendo que sus palabras quedaran grabadas en mi mente. Hablaba lentamente, como sopesando las palabras y con ironías de que no le había prestado atención.

CHINO: viste putita, reaccionaste delante de todas cuando te dije “enanita”, o cuanto quería charlar contigo y seguías de largo, o cuando tomaste un taxi en lugar de subir a mi coche.Recuerdas?

PAOLA: (mas valía seguirle la corriente) si

CHINO: yo sabía que tarde o temprano te iba a tener en mi cama

Yo solo pensaba, así violándome, de otra forma no iba a estar con él. Se acerco y mi piel se erizo. Sin ningún motivo me dio vuelta la cara de una bofetada.

CHINO: bien, putita, tienes DNI, pasaporte y cedula?

PAOLA: si, en el segundo cajón.

Saco las cosas a lo bruto, tanto que yo tenia unos pesos dentro de un sostén y cayeron al suelo.

CHINO: vaya, mil pesos en un sostén. Hay más por acá?

PAOLA: no hay más nada, chino. Los tengo para comida y el hotel.

CHINO: de eso me ocupo yo a partir de ahora, no lo te dijeron las demás chicas.

PAOLA: si.

CHINO: como trabajas para mi, me ocupare de casa y comida. Te digo mejor no escondas ni una moneda, cuando trabajes. A ver, documento, pasaporte y cedula, bien las guardare yo.

PAOLA: pero, si me para la policía que hago

CHINO: si ves que son uno o dos, le haces un pete a cada uno, las chicas ya saben. Las paran para eso cuando están calientes. Si te llevan presa me haces llamar por teléfono y te saco.

Vi que sacaba el cinto del pantalón e imagine lo que venia. Totalmente desnuda delante del chino.

PAOLA: (abrazándome a las piernas del Chino) no, por favor no me pegues con el cinturón. Hare lo que quieras, pero no latigazos.

CHINO: con latigazos o sin ellos igual vas a hacer lo que yo quiera. Ahora un recordatorio, nada mas, para lo fijes en tu endeble cabecita.

Doblo el cinto en dos partes y su mano se cerró sobre la hebilla. Me puso una bola y tapo mi boca con cinta adhesiva. Llego el primer latigazo que dio en mi nalga derecha, haciéndome gemir de dolor. Luego llego el otro, y otro, y otro hasta completar los diez que contó. Yo me fui arrastrando tratando de huir de los latigazos, pero era peor. Una vez que termino, se acerco y me tomo de los pelos y jalo de mí como si fuera un trapo de piso, por la habitación.

CHINO: bien, espero hayas aprendido quien es tu dueño. Me llevo las llaves, la puerta de tu pieza no puede ponerse llave más. Así estarás a mi disposición a cualquier hora.