La bella y la bestia parte 7

Mi desengaño amoroso con Roberta. El acoso del chino. Yo estaba inmersa en un profundo dolor. tarde una semana para elaborar el duelo de una traicion

LA BELLA Y LA BESTIA

7ª parte

Salí a la calle y compre un diario de avisos clasificados. Busque entre las de oficina, pero eran hasta 25 años, con idiomas. Yo con 29 no podía ni empezar. Había algunos de meseras, de ayudanta de cocina, de cuidar ancianos o sirvienta. Me entusiasme con los de mucama y sirvienta, mire si había con cama adentro, así podía zafar de vivir y pagar hotel. Pero no, todas externas. Me presente en una casa que necesitaban sirvienta y me rechazaron por no tener referencias. Luego otra y así camine toda la mañana. En una un tipo, me dijo que obviaba lo de las referencia si era todo servicio. Como aun no estaba en últimas, lo mande a la mierda y me fui. De última conseguí  para lavaplatos en la cocina de restaurant de moda. Empezaba mañana a la noche si bien el sueldo no era gran, pero a mi me serbia y podía aspirar en el futuro ser camarera, fui a comprar a un súper mercado cosas que necesitaba, como un vaso, una taza un juego de cubiertos para uno, plato playo y sopero. También compre una caja de saquitos de te y otra de café. Una leche en polvo y me fui al hotel. Llegue con los pies desechos y no acostumbrados a caminar tanto. Le pedí a la encargada del hotel una palangana y un poco de sal grueso y puse un rato mi pies en ella.

Estando en el patio se acerco una chica llamada Julia.

JULIA: hola mucho gusto, soy la compañera de cuarto de Alicia y me dijo que eras nueva.

PAOLA: hola, un gusto. Si la conocí a la mañana y gentilmente me presto tu taza. Ya compre hoy elementos para tener acá.

JULIA: pagan bien?

PAOLA: más o menos. Dime el tema de la heladera, es para todos?

JULIA: si, y no te cobran. Si quieres guardar algo le pones el nombre y nadie lo toca. Bueno fue un gusto conocerte, ya vamos a charlar más, pero me voy a dormir, estoy cansada.

PAOLA: yo también, camine mucho hoy.

Vi que el baño estaba vacio y me metí a hacer mis necesidades y luego me fui a dormir. Cerré bien la puerta con llave, me saque la ropa y me puse un camisón. Aun no podía creer en que había caído. De niña bien educada, casada, con algún dinero en el matrimonio, termine sola, sin un peso y viviendo en un hotel.

Estaba cansada que me quede profundamente dormida. Ni siquiera escuche la gente caminar en el pasillo, como la noche anterior.

A la mañana cruce y me bañe. Luego me vestí y fui a la cocina y me prepare un café con leche. Vino Alicia, me saludo con un beso en la mejilla y me presento a Martina, otra de las chicas. Estuvimos charlando un rato. A la media hora llego un tipo, que enseguida pensé era el famoso chino. Un poco más alto que yo, unos 1,65, flaco, de piel tipo oriental, ojos achinados. Alicia enseguida me lo presento

ALICIA: ve chino, esta es la nueva huésped del hotel. Se llama Paola.

Note que no lo tuteo. Justo yo me había parado para servirme más café con leche. Me miro de arriba abajo. Sentí un frio recorrer mi espalda con su mirada. Era fría, mirada de no discutirle nada que el diga.

CHINO: realmente muy hermosa, pelirroja, ojos verdes, buen cuerpo. Quizás le falta unos centímetros de altura. Cuando mides

PAOLA: (le conteste por educación, nada mas) 1,61, pero no soy una de sus chicas, por lo tanto me tiene sin cuidado si le gusta o no mi altura.

CHINO: vaya con la nena, contestadora. Yo solo pregunte, nada más.

Me di cuenta que me había excedido, quizás, en la forma de contestarle, pero ya no podía corregirla. Si sentí las miradas de las chicas en mí y en él, y la él, una mirada fría, odiosa y con rencor. Me quede parada en la puerta de mi cuarto y vi que todas se paraban en la puerta de un cuarto mas adelante. El chino entro en ese cuarto, y se sintieron insultos del hombre y gritos pidiendo perdón de una mujer que estaba siendo golpeada. Nadie dijo ni hizo nada, ni sus compañeras ni la pareja de encargados del hotel. Al abrirse la puerta sale el chino. Tomando del cabello a la chica tirándola en medio del patio. Le alcanzaron una silla y la hizo sentar. Luego saco una maquina de rapar ovejas y se la paso rudamente por la cabeza. En pocos minutos quedo totalmente rapada. Levanto la cabeza y la pude ver bien desde mi posición. Tenía la cara tumefacta de golpes, los ojos casi cerrados. Pero ya estaba resignada. No lloro más.

Me vestí y me fui a trabajar. Por la cantidad de gente que había, pensé, que la noche iba a ser larga. No era para terminar a las dos de la mañana. Con suerte a las 5 saldría de ahí. Yo además de lavar la vajilla tenia que tirar los restos de comida en el basurero y sacarlo a la calle. Además cuando todo se terminaba, con ayuda del cocinero y su ayudante, teníamos que limpiar las hornallas, el horno y todas las ollas utilizadas. Terminaba después de baldear el piso de la cocina y una parte de la vereda. La otra parte de la vereda y el comedor lo hacían los mozos. Después de todo eso recién podía irme a casa. Cuando llegue al hotel me di un baño de agua caliente para sacarme el olor a cocina y mi transpiración. Cuando termine fui a la cocina a prepararme algo para tomar. Estaba sola en la cocina, cuando vinieron Alicia, recién llegada también y Julia que se iba a trabajar.

PAOLA: hola buenos días.

Ambas contestaron el saludo a dúo, casi

JULIA: te doy un consejo, tómalo o no, no le contestes así al chino, si lo agarras mal, aunque no seas chica de él, te manda al carajo

PAOLA: estuve un poco fuerte, pero no podía ir, después ir a pedirle disculpas. A propósito que paso con la chica de pieza 10

ALICIA: una boluda. El chino si quiere te la deja pasar, pero si lo perjudicas a él, mira lo que hizo. La chica parece se quedo con plata de lo que recaudo, la descubrió la castigo delante de todas para que vean que sucede con las que roban o desobedecen sus mandatos.

PAOLA: me pareció una brutalidad total.

A la noche y cuando salía de mi pieza, a solo dos metros me tope con el chino que venia a ver a alguna de las chicas.

CHINO: hola, como esta orgullosa enanita

PAOLA: bien, pero no soy una enana. Tengo la altura normal de una mujer. Así que no me llames así.

CHINO: oye, en lugar de trabajar en ese restaurant limpiando platos, no quieres trabajar conmigo. Estarías mejor y de buen humor.

PAOLA: no gracias, prefiero así como estoy ahora. Chau se me hace tarde

Lo deje con la palabra en la boca y me fui. Hacia frio, menos mal tenía la campera. Llegue al trabajo y comencé mi trabajo. Ahí en la cocina hacia mucho calor, así que estaba solo con el delantal. Mire hacia el salón, como todas las noches lo hacia, y me lleve una sorpresa. En una mesa esta el chino con otro tipo cenando. No le di mayor importancia y seguí +trabajando. A las 3 de la mañana, con el salón desierto de clientes, hicimos la limpieza y luego me cambie para irme. Salí bien abrigada. Afuera hacia mucho frio y encima un vientito frio parecía meterse en los huesos. Llegue a la parada de colectivos y había perdido el colectivo, por lo que tenia que esperar mas de media hora, parada congelándome. En eso se acerco y paro un BMW azul.  Pensé que aparte del que estaba teniendo, tenia que aguantar a un latoso que me quería levantar, para tener algo conmigo. No siquiera lo mire, solo hice que viese mi mano y mi alianza matrimonial (incrédula yo) el tipo seguía ahí, sin hablar, solo mirándome. Cuando hablo, mire y era el chino.

CHINO: hola Pao, vamos te llevo, hace mucho frio para estar parada ahí.

PAOLA: no gracias.

CHINO: no seas así, lo de enanita era una broma, para entrar a conversar.

Ni siquiera le conteste. Venia un taxi y me corrí a la parte trasera del coche del chino y lo pare. Subí le indique la dirección del hotel y partió hacia el lugar. El chino al ver el desprecio que le hice, salió volando delante de nosotros hacia otro lado.

Llegue al hotel justo que el diariero llegaba con los diarios del día. Me los dio a mi, así se ahorraba de entrar. Eran 3 diarios distintos. Miro la página del que tenia arriba y vi una noticia que me hizo temblar las piernas y un sudor frio recorrió mi cuerpo. Era una noticia de Roberta y decía “nuestra múltiple campeona de box Roberta……, tomo una decisión”, mire el número de página que decía estar el artículo y lo busque con mis dedos temblorosa. “La campeona Roberta, que pelea por el titulo el próximo sábado, tomo una decisión fundamental en su carrera. Se radicara, después de pelear, en Francia con su flamante marido Zacarías…..”

Deje el diario y caminando como una autómata fui a mi habitación. No podía pensar más que en esa noticia. Hijos de puta los dos. Ella enamorándome y el golpeándome y esquilmando mi patrimonio, ya eran pareja. Como fui tan boluda de no ver lo que hacían, dejándome acá en un hotel de mala muerte sin plata y buscando trabajo. Que boluda, se rieron de mi todo el tiempo. De pronto deje de hablar sola y estalle en un desconsolado llanto, tirada sobre la cama. Pase la noche llorando y lamentándome lo boluda que fui.