La bella y la bestia parte 2

Llego el momento de conocerla personalmente. las dos cara a cara

LA BELLA Y LA BESTIA

2ª PARTE

Pasaron varios días sin ninguna novedad y mientras tanto, busque en internet todo lo relacionado con Roberta, edad, fecha nacimiento, estudios y todo lo se sabia de ella.

Tenia mi edad, 29, nacida en marzo, signo piscis era tres meses mayor que yo, de julio, signo cáncer. Son dos signos muy afines, prevaleciendo piscis sobre cáncer. Estaba en el ingreso a abogacía y era campeona mundial invicta hacia 4 años, de estado civil soltera. Mas abajo había una nota en la cual confesaba su condición  lésbica.

Pero que estaba leyendo, que me importa                                                     todo esto si yo tenia mi vida ya hecha con Zacarías. Me interrumpió el llamado telefónico.

PAOLA: hola

JORGE: hola la señora de Zacarías?

PAOLA: si, quien habla?

JORGE: esta su esposo?

PAOLA: no en este momento, quien es y que necesita

JORGE: nos conocemos, soy el manager total de Roberta, se acuerda de mí

Al sentir el nombre Roberta, sentí por mi cuerpo una ola de calor, que menos mal, el dialogo era telefónico.

PAOLA: ah, si, como le va

JORGE: muy bien, quería invitarlo y a Ud. también al asado del sábado próximo, en festejo del triunfo ultimo de Roberta. Como no pudieron venir a cenar el día de la pelea, los invito para el sábado. Es una reunión para 50 o 60 personas.

PAOLA: bien, le agradezco. Le comentare a Zacarías de su invitación

JORGE: bien, si vienen espero su llamado. Gracias por todo

Corto. Me quede pensando en la amistad de Jorge con Zacarías y eran solamente dos o tres cosas que hizo mi marido a pedido de él, sin saber, por lo menos yo nada de que era manager de Roberta, la boxeadora. Al rato llego Zacarías y le informe del llamado. Espere, no se porque ansiosa que me dijera que iríamos.

ZACARIAS: que decís, vamos?

PAOLA: (haciéndome la indiferente, encogiéndome de hombros) como vos quieras

ZACARIAS: bien, mañana lo llamare y le diré que vamos. O mejor llámalo vos

PAOLA: esta bien, me tendré que comprar ropa acorde a las circunstancias.

ZACARIAS: que cosas las mujeres, siempre quieren ropa nueva, hasta para ir a un asado

PAOLA : (camino a la cocina a preparar la cena): somos así, porque a Uds., les gusta lucirnos.

Cenamos y luego miramos un poco de TV, hasta que se levanto del sillón, me tomo de la mano y fuimos a nuestra habitación. Parece que estaba caliente y yo mas que él. Caliente el conmigo y yo con Roberta, que no podía sacármela de la cabeza. De desvistió lentamente. Menos mal se dedico bastante a mis tetas, sobando y mordiendo mis pezones, chupeteando mis tetas. Al fin toco mi ya mojada concha, creyendo que él era el factor de mi mojadura. Respondí con todo a sus besos y caricias, mordiendo mis labios por temor a decir el nombre de ella. Acabe como una perra, él ufano creyendo que el polvo que me había dado, era producto de él. Me levante, duche y fui a dormir plácidamente. A la mañana siguiente Zacarías se había marchado, bien temprano y yo me desperté dos horas después. Me quede en la cama remoloneando y pensé en lo que me estaba pasando. He conocido muchas mujeres y hermosas y nunca había sentido ningún deseos con ellas. Tuve varias ocasiones, ante lances efectuados por mujeres realmente hermosas, mas que Roberta. Siempre atentamente rechazaba y decía que era heterosexual y muy enamorada de mi marido.

Con Roberta era todo distinto. Nunca había cruzado palabras con ella. Solo la vi una vez en mi vida, en una pelea por el campeonato de mundo y no se, algo me atraía hacia ella. No se si su cuerpo musculoso, su altura o el color de su piel. Su personalidad y forma de enfrentar la vida, subir a un ring y cagarse a trompadas con otra que le quería sacar lo conseguido en años. Encima esa noche solo me había mirado, sin una sonrisa o guiño pero me dejo prendada. No sabia que pensaría ella de mi, casada con un hombre pero si se, seguro, que si chasqueara los dedos de su mano, correría como una perrita tras su ama.

Pensé también, en pedir un turno con una sicóloga para ver que me pasaba, tan de golpe, después pensé si no seria un film imaginario mío y decidí no hacerlo.

Me vestí y salí a la calle a comprar ropa, para ir a la reunión. Ella tenia fama de cazadora de mujeres y yo nunca le fui infiel a mi marido, pese a mi intuición femenina y ciertos detalles, sabia que él si lo era.

Realmente nada me gustaba de lo que vi y solo compre unos zapatos de tacón bajo y nada mas. Me arreglaría con lo que tenía en mi guardarropa

Le saldría barato a mi marido la salida, creo que nunca gaste tan poco. Llegue a casa y seleccione la ropa a ponerme. Volví a salir, esta vez fui a la depilad ora para un depilado total. La guacha me hizo ver las estrellas, cuando con la pincita, me saco los pelos de cola. Ese día, luego de eso se hizo largo. Esa noche dormí mojadita y a la mañana siguiente luego de ducha larga, comencé a vestirme. Mi marido ya lo había hecho y me esperaba abajo, en el comedor.

Me puse una tanga blanca y un sostén del mismo color que traslucía un poco mis rosados pezones. Una blusa verde-agua también con transparencias. Una pollera cuadrille sujeta a la cintura arriba y un alfiler de gancho abajo. Me llegaba a 10 centímetros sobre mis rodillas. Me pinte los labios con un rosa muy tenue, un poco de sombra de ojos y delinee las cejas. Me mire al espejo a ver si mis pecas estaban en su lugar y baje escalera rumbo al comedor donde me esperaba Zacarías. Cuando me vio, suspiro

ZACARIAS: y si nos quedamos, la verdad pareces un hada escapada de un cuento de niños.

PAOLA: gracias amor, pero no podemos fallarles.

ZACARIAS: si, tienes razón, pero esta noche prepárate para mí

PAOLA: si amor, siempre lo hago

Saco el coche del garaje y salimos rumbo a la quinta de Roberta. A la hora estábamos entrando en ella. Era una enorme estancia, cuya casa principal era estilo colonial. Un gran parque con grandes canteros de flores y arboles y un sinuoso camino para llegar a la casa en coche. Delante de la casa un estacionamiento, donde dejamos el nuestro y entramos a la casa. Me quería morir, no solo por el moblaje de la casa, sino también lo grande que era. Jorge nos mostro la parte delantera de la casa, living, comedor, sala de juegos. Desde el comedor y la sala de juegos se veía el hermoso jardín rodeando una pileta de natación grande. Después de ello se veía, desde donde estábamos, un, bien supuse, vivero, cubierto lateralmente con grandes y gruesos nylon. Hasta daba nuestra vista.

JORGE: le dije iba a invitar a 50 persona, pero luego de hablarlo con Roberta, decidimos hacerlo mas chico, pues muchos habían estado en la cena. Así que solo somos ocho, seis varones y dos mujeres.

Me quería morir, aparte de Roberta, yo era la única mujer. Nos presentaron a los hombres y faltaba que bajara Roberta. A los pocos minutos bajo por las escaleras y no saludo a todos con un besos en la mejilla. Yo vestida así me sentí un poco ridícula, todos de sport, incluida Roberta que tenia un equipo de gimnasia negro, parecía su color favorito, y zapatillas del mismo color. Nos sentamos alrededor de la mesa y me toco justo frente a Roberta. Un hombre del servicio repartió las achuras y dejo la bandeja, mientras otro llenaba las copas de vino fino tinto o blanco, de acuerdo al gusto del comensal. Soda y gaseosas no faltaron. Yo cada tanto miraba a Roberta y luego enseguida desviaba la vista cuando ella me miraba insistentemente. Mis mejillas se sonrojaron y lo atribuí al vino. Ello seguro hacia resaltar mis pecas.

Sentí el pie, no sabia de quien, tocar mi pierna y la aparte. Insistía en su intento y me di cuenta era Roberta y deje mi pierna quieta. Se había descalzado y pasaba su pie por mi pierna de la rodilla abajo. Entre a inquietarme al tiempo que me sentía mojada. De golpe retiro el pie y se sentó bien. La mire desconcertada y ella solo me mantuvo la mirada. Terminado el almuerzo, los hombres decidieron jugar a las cartas, mientras tomaban whisky o coñac.

ROBERTA: bien Paula, no Paola. Paola es un nombre que aun no consigo incorporar. Te digo eres la primera que se llama así, según creo.

PAOLA: no, hay muchísimas Paola. El Roberta en una mujer es difícil de llevar no?

ROBERTA: bueno si, (riéndose) soy menor de tres hermanas y mi padre esperaba el varón y me puso Roberta. Bien vamos, te mostrare la casa.

Salimos al enorme parque por el comedor y bordeamos la pileta caminando. De un rosal arranco dos rosas rojas y me dio una, quedándose con la otra. Luego sin entrar a él, me mostro el vivero o invernadero, donde había gente trabajando. Seguimos caminando y pasamos por un quincho, no se porque no utilizaron el mismo en lugar del comedor. Ella, como leyendo mi pensamiento, enseguida me comento que ayer habían terminado y tarde de colocar el piso nuevo. Mas apartado había otro edificio. Entramos y era una enorme caballeriza, pero había solo dos caballos, donde había lugar para 20. Cada cuarto de la caballeriza de 4x4 y con el piso cubierto de paja seca. Recorrimos toda la cuadra y había dos caballos. Me acerque uno de ellos y le acaricie la cabeza.

ROBERTA: sabes cabalgar?

PAOLA: si me crie en el campo y lo hacia en pelo, sin montura.

ROBERTA: mira justo están estas dos yeguas, quieres salir un rato?

PAOLA: hoy no, te agradezco.

Ella se había sacado el saco de gimnasia y quedo con una musculosa que resaltaban los duros y abultados brazos. Eje de sus éxitos además de su inteligencia para boxear. Volvió a tomar mi mano y seguimos casi hasta el fondo del largo pasillo. Ahí ella se puso frente a mi, tomo mi cara y acerco la suya para darme un suavísimo beso en los labios. Viendo que no estaba contrariada, me abrazo y beso mis labios con más fuerza y pasión. Nos dimos innumerables besos de lengua y así me fue empujando, hasta entrar a uno de los cuartos. Entramos a él a puro besos