La bella y la bestia parte 1

El boxeo fue el nexo. Era la primera vez que iba a un estadio de box.

LA BELLA Y LA BESTIA

1ª PARTE

En nuestro ambiente éramos conocidas como “La bella y la bestia”. Éramos una pareja que siempre estábamos las 24 hs. del día juntas. Ella era conocida públicamente hasta en nivel internacional. Era campeona del mundo de boxeo, hacia ya cuatro años. Yo una simple empleada, gerente de una empresa familiar.

Tanto ella como yo rechazábamos de plano el mote que nos habían puesto, pues yo no era tan bella ni ella tan bestia, aunque arriba del ring se transformaba.

Bueno, mi nombre es Paola de 29 años, blanca de cabello castaño claro hasta los hombros, pecosa de ojos verdes. Mido 1,61 y tengo un cuerpo de 87-62-92 aprox. como podrán ver no soy una belleza, pero me defiendo. Nacida en la capital, única hija de una familia de clase media. Estudie en colegios privados y a los 17 años conocí a Zacarías, 28 años, con quien me case a los 19 años. Hasta mis 27 años todo marchaba bastante bien. Teníamos un excelente sexo y lo único que conservaba virgen era mi culo. La única materia de discusión siempre fue que yo quería embarazarme, pero el siempre se negaba. Primero, decía debemos consolidar nuestra situación económica y luego pensar en tener hijos. El tiempo pasó y ya económicamente bien, insistí en mi tema, pero él no quería, saber nada de tener hijos. Por eso empezaron las discusiones que después se hicieron más generales, pero fuera de casa éramos el matrimonio perfecto.

A mi esposo le gustaba enormemente el boxeo y miraba cuanto combate daban por TV. A veces iba, cuando era cerca de casa. Yo me quedaba en casa. No me agradaba ver dos tipos pegándose como animales, terminar ensangrentados, llenos de hematomas, para luego abrazarse y felicitarse mutuamente por el combate realizado. Cuando terminaba el combate esperar el fallo de los jueces, para que el árbitro le levantara la mano a uno, como ganador. Eso siempre y cuando no terminara alguno KO sobre la lona.

Yo siempre pensaba en sus madres o esposas que debían atenderlos, hasta varios días para que se recuperen o ir a verlos a algún hospital cuando era noqueado. No, ese deporte no era de mi gusto.

Ella, Roberta de 29 años, 1,70, ojos negros y cabellos negros cortos. Piel oscura, típico de personas del interior del país. Era la menor de 3 hermanas y el padre esperaba un varón de ahí el nombre. Clase bien pobre, nacida en un pueblito perdido, que para ir al colegio debían caminar varios kilómetros, por caminos de tierra que cuando llovía lo hacían en el barro. Tenía un cuerpo bien tallado, musculoso. Ayudaba con sus hermanas en el campo y a veces levantaban grandes pesos o cortaba leña para el uso diario, acopiando para el invierno también. A veces en algún pueblo cercano se organizaban combates y una vez, a uno se le ocurrió uno de mujeres. Roberta se anoto y salió campeona pueblerina. Tuvo la suerte que la viera su, a partir de ese momento, actual entrenador y la llevo primero a varias ciudades a combatir y luego a la capital. Un vez ahí tuvo la oportunidad de a ganar el titulo del país y luego el de campeona del mundo. Llevaba cuatro años como campeona del mundo. Con ello le trajo aparejado el conocimiento de otros países y fue aprendiendo a ser una persona muy instruida. Tenia muy claro que cuando terminara de boxear debía hacer otra cosa y para ello se puso a estudiar abogacía. Era lesbiana y tuvo varios romances, sin llegar a mayores.

Un sábado a la noche mi esposo iba a ver boxeo femenino y me invito, como siempre, sabiendo que rechazaría el ir. Pero hasta yo misma me extrañe cuando le dije que si, que iría con él. Se rio y fuimos al estadio. Ese día peleaba justamente ella, yo no sabía ni siquiera quien era. Fui más que nada para sentir de cerca porque gustaba tanto el boxeo.

Me puse un jeen negro, zapatillas al tono, sostén blanco y una blusa con transparencias. En mi mano llevaba un saquito blanco por si refrescaba. Saco ring side, ahí supe eran como platea preferencial por la cercanía con el cuadrilátero. Estábamos ubicados cerca del rincón azul. Yo escuchaba todas indicaciones de mi esposo respecto al ring, por ello sabia del rincón azul y el rojo. Los otros eran neutrales. La pelea anterior era de dos hombres de peso pesado. Era tremendo como se pegaban. Uno de ellos ya tenia el ojo derecho cerrado y yo cada golpe que se daban cerraba mis ojos. Termino la pelea y gano el del rincón rojo, terminando abrazados saludando al público.

Luego de varios minutos, tomo el micrófono nuevamente el presentador y anuncio el combate de fondo por el campeonato del mundo y nombre primero el de la boxeadora retadora, una rusa, y luego la de la campeona del mundo Roberta…. Y estallo el estadio en unos gritos atronadores vivandera. Yo me quede muda y le pregunte a mi esposo.

PAOLA: es tan buena esta Roberta? Porque mira la ovación cuando la nombraron.

ZACARIAS: es extraordinaria, ya lo veras

Sobre el ring estaban las autoridades del box mundial y una chica con la bandera rusa y la otra con la argentina. Se escucho una música y apareció la rusa en medio de tibios aplausos y una rechifla ensordecedora. Tenía una bata negra y el pelo casi rapado. Subió y saludo a los cuatro costados.

Luego música de nuevo y apareció Roberta, con una bata blanca, con capucha que no pude verle la cara cuando paso frente a mi. Ya era ensordecedor el griterío, y las aclamaciones de la gente diciendo Robertaaa. Robertaaa. Subió al ring y se renovó la evasión. Con los guantes rojos que llevaba, los golpeaba como aplaudiendo. Con ayuda de un auxiliar se saco la bata y apareció el tremendo cuerpo musculoso, pura fibra y una esplendida silueta, que me hizo exclamar para mis adentro “vaya, que cuerpazo, tiene la negra” se tocaron los himnos y luego el anunciador hizo se presentación. Una nueva evasión atronó e estado con Roberta. Fueran ambas al centro del ring y el réferi les recordó las reglas del combate. Ambas se miraban desafiantes, sin musitar palabras. Luego fueron cada una a su rincón. Roberta escuchaba las últimas indicaciones de su entrenador. En ese momento me miro sentada, expectante esperando empezara y me dedico una hermosa sonrisa, que me di vuelta a ver si era a mi.

Mientras me miraba le pusieron el protector bucal. Que esperando la campana del comienzo abiertos sus brazos agarrándose de las cuerdas. Me volvió a mirar y baje mi mirada con mis mejillas sonrojadas. Sonó la campana y fueron al centro del ring. La rusa le pego de entrada, por distraída, según comentaron, que la hizo trastabillar y al publico arrancarle un uy. Se recompuso enseguida y comenzó a boxear. Había trenzado su pelo y atado sobre su nuca. Comenzó a dominar el combate y cada intervalo se sentaba en el banquillo y la esponja del ayudante me mojaba más a mí que a ella. El round siguiente empezó a dominar completamente la pelea y en lo momentos que parecía que la rusa caía, hasta yo me levante de mi silla y gritar. La verdad me desconocía. En el segundo round la rusa era ya historia noqueada en el suelo. Le devolvieron a Roberta el cinturón de campeona y ya sin guantes saludo y se fue. Hasta yo gritaba enloquecida su nombre, y me marido me miraba sonriente.

ZACARIAS: parece te gusto el boxeo

PAOLA: si me gusto, en especial esa Roberta

ZACARIAS: es magnifica, es lesbiana

PAOLA: que importa? Es buena y talentosa.

En la salida Zacarías se paro a conversar con el manager (Jorge) de Roberta, a quien conocía hacia años. Y nos invito a cenar con Roberto. Zacarías me pregunto y le dije otro día. Lo que pasaba es que estaba mojada en mi sexo, debido no se. A la excitación de la pelea. Me sentía caliente y no quería reconocerlo, Roberta me había impactado. Fuimos a casa directamente. Me di una ducha y me puse el pijama. Luego vino Zacarías y comenzó a jugar conmigo. Me desnude, tome su pija y empecé a chuparla. Me sentía caliente, sabia porque pero no quería reconocerlo. Le di con tanto ahínco a la pija de mi esposo, mientras sentí mi primer orgasmo. Una vez estaba bien erecta, le abrí mis piernas y me penetro. Era un ir y venir. Dimos un vuelta y monte yo. En la oscuridad de la noche sentí estaba con Roberta. Que ella me hacia el amor y tire mi segundo orgasmo. Apure mas a mi marido y llegamos al tercero mío con todo.

ZACARIAS: bebe, como estabas hoy, fantástica.

PAOLA: y a veces una esta mejor y otras no

Le mentí y me mentí a mi misma. Sabía que esa ruda boxeadora había influenciado en mi calentura.