La avería

Una avería con eróticos resultados

Alexandra despertó sobresaltada cuando una gota fría se estrelló contra su frente resbalando lentamente por su párpado izquierdo, se incorporó asustada mirando hacia los lados pero seguía sola, aunque se oía en pequeño seseo que no lograba identificar, el sonido venía de la pared cercana a la puerta del baño de su habitación, al acercarse, notó como un spray de agua le mojaba haciendo que sus grandes pechos se marcaran en la camiseta de algodón del pijama que llevaba puesto, no se lo podía creer, había reventado una tubería justo en la esquina de su habitación, poco a poco se estaba formando un charco en la tarima del suelo, corrió con cuidado de no resbalar hasta la llave general del agua y la cortó, buscó el móvil para ponerse en contacto con el seguro, le dijeron que en las próximas 24 horas un fontanero iría a ver el siniestro. Alexandra se cambió el pijama mojado por un short tan corto que cuando se sentaba, la tela no lograba tapar todo su sexo y una camiseta de tirantes largos, que aunque tapaba sus pechos, estos se veían escoltados por la parte superior e inferior.

Pensaba cómo sería el fontanero, había visto muchas películas porno en el que el fontanero era un tío espectacular con un aparato impresionante así que esa idea le excitaba mucho, fantaseaba como podría seducirlo y cuando lo lograra, cómo la iba a follar salvajemente apoyada en una mesa, tenía todas sus armas preparadas para ese momento. A las pocas horas sonó el timbre del portal, al descolgar vio por la cámara como todas sus fantasías se iban al traste, era un fontanero más parecido a supermario que al del anuncio de la Coca-Cola. Al abrir la puerta de casa terminó con su libido por los suelos, hablaba mucho y muy raro, así que le mostró la avería y se quedó allí de pie, sabía que si se sentaba le enseñaría demasiado. El fontanero se puso a picar para descubrir la avería, aunque se distraía mucho entre lo que hablaba y lo que miraba la v que se le marcaba a Alexandra en el pantalón, en una de esas distracciones atravesó con el cortafríos la pared, al sacarlo, se podía ver el lateral de un armario y enfrente una cama de matrimonio, Alexandra que ya estaba harta de las miraditas y lo cansino que era el fontanero empezó a gritarle que tuviera cuidado, que no conocía a esa gente y que ahora tendría que ir a verlos para decirles lo del agujero, dejó al fontanero trabajando mientras ella fue a llamar a la puerta de los vecinos, tocó el timbre pero nadie abrió, lo hizo 3 veces más pero con la misma respuesta, volvió a su casa y allí seguía supermario, ya había descubierto toda la tubería y se disponía a repararla, al terminar apuntó sus trabajos y los tiempos que le había llevado dándoselo a firmar y diciéndole que los albañiles vendrían en 48 horas a reparar los destrozos.

El día pasó normal, evitó ir a la habitación porque el destrozo le ponía de mal humor, cuando llegó la noche, cenó tranquilamente mientras veía la televisión, una vez acabó decidió ponerse el pijama, hoy dormiría en el sofá, no quería estar en la habitación con el polvo de la obra, al abrir el cajón solo tenía un pijama rojo de encaje, lo usaba cuando tenía algún acompañante, pero no era el caso de hoy, se quito el short y la camiseta dejando al aire ese cuerpo perfectamente depilado y comenzó a manosearse los pechos, todos los días lo hacía, le gustaba estar segura que no notaba ningún bulto, mientras lo hacía, se fijó que entraba luz parpadeante por el pequeño orificio de la pared, no había vuelto a llamar a los vecinos y ellos no se habían percatado del destrozo, se acercó aunque dudaba en mirar, no le gustaba la idea de espiar a los vecinos pero le pudo más el morbo al recordar que se veía la cama, esta vez se fijó más en los detalles, estaba oscuro pero la luz del portátil encima de la cama iluminaba lo suficiente la habitación, era una cama grande vestida con una colcha de flores violetas aunque solo veía la parte de los pies que era donde estaba el portátil, las paredes eran azul oscuro, la habitación estaba muy bien decorada, le llamó la atención que justo después de la cama había una cámara en un trípode, en ese momento escuchó que entraba alguien, se ruborizo por si le pillaban, así que se apartó del boquete y apagó su luz de la mesita, ese momento le pareció excitante, no necesitó usar mucho la imaginación para saber por qué estaba allí esa cámara, sin darse cuenta se estaba acariciando los pezones, que ya los tenía duros como garbanzos, se acercó volviendo a mirar, al otro lado había una chica delgada con los pechos pequeños y un culo respingón, solo llevaba puesto un tanga semi transparente, Estaba leyendo en voz alta mensajes que le llegaban al pc a cual más cochino, esto excitó más a Alexandra que ya tenía la mano en su ingle apretando su clitoris, de repente la vecina dijo emocionada mientras miraba hacia el cabecero de la cama "nos hacen un privado si te la chupo" Alexandra no se había percatado que eran una pareja, el chico le respondió que la aceptara, la vecina bajo de la cama hizo zoom a la cámara y fue por el lateral hasta donde Alexandra se imaginaba que estaba el chico, vio cómo estiraba las piernas pero nada más, desde su posición no se llegaba a ver la parte del cabecero, estaba mojadisima, se había introducido 2 dedos y con el pulgar acariciaba su botoncito, escuchaba los sonidos de succión y alguna arcada, así que se imaginaba que tendría un gran miembro, pero no lo podía ver.

Cuando llevaban como 5 minutos de privado, el chico golpeó el portátil girandolo, quedando expuesto a Alexandra, estaba demasiado lejos, pero alcanzó a ver el logo de la página por la que suponía que estaban emitiendo, salió escopetada de la habitación a por su iPad, buscó en el historial una página que había estado mirando con una de sus parejas hacia unas semanas mientras jugueteaban en los preliminares, al abrirla salían miles de streamers, iba a ser muy difícil encontrar el de sus vecinos, fue pasando páginas hasta que vio una colcha de flores violetas, el rabo del chico estaba completamente desaparecido en la boca de la vecina, tenía las manos en su nuca y apretaba mientras de ella brotaban algunas lágrimas, aunque aún no había visto los geniales de él, se apreciaba en la garganta de la vecinita un abultamiento que le llegaba hasta el principio del esternón, era larga seguro, su garganta se fue deshinchando mientras él desenvainaba lentamente el pene de su boca mientras sujetaba la cabeza para que no hiciera ningún movimiento rápido, cuando llegó al glande ella cerró la boca y se apartó dejando un hilo viscoso conectándolos entre sí, Alexandra ahora  si podía ver el miembro del chico entero, era largo pero desproporcionado, muy fino para la longitud, Alexandra no entendía porque la vecinita había tenido arcadas, ella se había comido rabos mucho más gruesos aunque es verdad que no tan largos, aún así estaba excitadisima, sus dedos ya no eran suficientes, tenía la mano entera pringada de sus flujos, aprovechó ese parón para ir a buscar un dildo que tenía bastante grueso y largo, miró el iPad fijándose en el cuerpo del chico, se le marcaban un poco los músculos, pero no por fuerza sino por delgadez, tampoco era muy guapo, más bien normalito, lo único que sobresalía era la longitud del fallo, era suficiente para ese momento, lo comparó con su consolador, parecían igual de largos, aunque el consolador era más proporcionado en el ancho, escupió sobre él y se lo fue introduciendo en la boca mientras se pellizcaba el clítoris, en un primer intento no logró meter ni la mitad antes de que le diera una arcada, se sobrepuso pensando que era mucho más ancha que la del chico, volvió a introducirla, esta vez si logró meterla hasta donde ella quería gracias a la lubricación del primer intento, se sintió muy cachonda pensando en lo que podría hacerle a su vecino, volvió a ojear el iPad, el chico había ido de rodillas hasta el portátil y estaba al pie de la cama, Alexandra cogió el IPad y fue con él a la habitación, ahora podía verlo desde el orificio de la habitación, al llegar vio a los vecinos hablando, el chico había visto el agujero de la pared, además escuchaban la conversación repetida que salía del IPad detrás de la pared, le habían pillado y encima sabían que les estaba viendo por la cam.

El vecinito se dirigió a la cámara del trípode y contó lo que estaba sucediendo, "por lo visto tenemos un espectador que no está pagando el premium" fue hacia donde estaba el agujero, apartó como pudo el armario, colocó la cámara donde el orificio y dijo a la cámara "¿que queréis que hagamos?" Alexandra estaba sentada en el suelo muerta de vergüenza escuchando en el iPad la historia del vecino, nada más que terminó de hablar, se llenó el chat de peticiones de privados, la mayoría le decían que metiera la polla en el agujero y se corriera en el otro lado, el contestó "venga todos los que quieran que me corra en la casa de al lado, al privado, que lo voy a hacer " la vecina empezó a pajearle para endurecerlo al máximo y se lo abocó por la pared, Alexandra miró hacia arriba y ahí estaba, sobresalía un buen cacho de la pared, no podía creer lo que estaba pasando, hacía unos minutos estaba deseando comerse ese flautín y ahora lo tenía a su alcance, se arrodilló y la engulló hasta que tocó con su nariz contra el ladrillo, como ella pensaba, no era lo más difícil de tragar que había tenido en la boca, el vecino suspiró y le dijo a la cámara "se que estás mirando, déjala bien mojada para que mis seguidores vean lo que estás haciendo" Alexandra obedeció y se la babeo mientras él la sacaba, dejando un hilo igual que el que había dejado anteriormente los vecinitos, "que putita más cachonda" dijo el vecino mientras Alexandra, detrás de la pared, se metía el gran dildo en su vagina, aunque lo que quería es que su vecino se corriera en su boca, así que sin pensarlo metió la lengua en el hueco pidiendo guerra, el vecino volvió a meterla, Alexandra era toda una experta en mamadas, se la metía un poco y la sacaba, le daba lengüetazos y se la tragaba entera violentamente para que el se diera cuenta de las cosas que le hacía, Alexandra empezó a notar los espasmos que preceden a la eyaculación, se incrustó el dildo hasta el fondo llegando al orgasmo a la vez que saboreaba y tragaba el esperma del vecino que aún no conocía…