La aventuras de mi novio. (5) Otra

-Solo imaginar cómo te coges a mi amiga Andy, me calienta.

Desperté

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Sentí unos brazos alrededor de mi cuerpo, volteé y era mi hermana la que me tenía abrazada. Estaba dormida.

-¿Qué te pasa? –Le dije saltando de la cama. Vi que ella se asustó.

-Tranquila. –Me dijo. –Deja dormir. Por cierto, ¿Ya entendiste esto? –Lo dijo mientras señalaba la cámara.

Se me hizo un nudo en el estómago al recordar el video. Empecé a dudar del amor de Rafa hacia mí, empecé a dudar de mi amor por Rafa. Debía verlo y hablar con él y aclarar todo de una vez por todas.

Agarré mi teléfono y vi la hora, era casi medio día. Le escribí un mensaje

“Pasas por mí a la 1pm”

que a los 10 minutos respondió que aquí estaría.

Me puse nerviosa. Mi hermana seguía dormida en mi cama. Bajé al comedor donde estaba mi mamá:

-Hola July, ¿Cómo amaneciste? –Me preguntó.

-Bien y ¿Tu?

-Bien, ando apurada. Tú papá me espera en la tienda. Te haces algo de almorzar.

-Pero hoy no vas. –Le dije.

-Tengo que ayudarle con algo que llegó. Vamos a regresar un poco tarde.

-Mamá, ¿Puedo…? -Le iba a pedir permiso para salir con Rafa pero se me ocurrió otra idea mejor.

-¿Qué pasó?

-Nada, le hago de comer a mis hermanos. Vete tranquila.

-Cuídense. –Y dicho esto se fue.

Corrí al baño a bañarme y me arreglé rápido. Me senté a esperar a Rafa. Hora de dejar el miedo y hablar de una vez por todas.

Se escuchó el auto de Rafa, me puse nerviosa. Empecé a temblar.

Me vestí de manera muy casual: playera, pantalón y tenis. Rafa venia vestido igual. Tocaron la puerta. Había llegado el momento.

-Hola, July. –Se acercó a darme el beso, yo se lo negué dándole mi mejilla.

-Pasa. –Le dije de manera fría.

No dije nada, entró y cerré la puerta. Lo encaminé a la sala. Se sentó en un sillón y yo me puse separada de él en otro sillón. Nadie dijo nada. Estaba nerviosa.

“Dile, dile, dile”

, me decía en la mente. Pero no me atrevía. Pensé en lo de anoche y me empecé a calentar, y a enojar.

“¿Qué me pasa? No. Estoy enojada con él, pero que rico siento”

-…Y bien. –Dijo.

No lo escuché bien. Me estaba calentando y eso me hacía enojar. Lo tenía frente a mí, le quería reclamar y sin embargo me gustaba la idea de que mi novio cogiera con otras mujeres y mejor aún, que yo cogiera con otros chavos. Empezó a volar mi imaginación y se me abrió un mundo de posibilidades. Me salió valor para decirle las cosas:

-Ven, vamos a la recamara, quiero hablar contigo de algo pero es muy privado y mis hermanos aquí están.

-Vamos. –Me dijo y vi en su rostro una sonrisa.

Subí casi corriendo las escaleras, y fuimos a la recamara de mis papás.

-Cierra la puerta con llave. –Le dije. Lo hizo. Me acosté en la cama. –Ven aquí conmigo.

Se puso a lado mío y rápido se abalanzó sobre mí, con una mano en mi cintura. Le regresé el beso.

Como desesperados nos empezamos a besar y a acariciar. Yo estaba perdida, lo acariciaba imaginando que ese podría ser otro chavo, uno que me gustara, uno que me pusiera caliente, cualquier otra persona. Abrí los ojos y vi al chavo que estaba besando, era mi novio.

-Espera. –Me separé de él.

-¿Qué pasa? –Me preguntó. –Hace mucho que no hacemos el amor. –Y dicho esto de nuevo me besó. De nuevo le respondí el beso.

Me empezó a desnudar, hasta quedar en ropa interior. Yo le agarré la verga por encima del pantalón. Abrí los ojos:

-Amor. Detente. –Le dije.

-¿Qué pasa? –De nuevo me preguntó. Se levantó de la cama y se desnudó completamente. Saltó su verga ya erecta.

Me abrió las piernas y se puso encima de mí. Empezó a simular que me cogía mientras nos besábamos. Lo único que separaba a mi panochita de su verga, era mi calzón. Pero deseaba tanto que me lo quitara.

Y sin pensarlo:

-¿Con cuantas has cogido? –Se detuvo. Me vio sorprendido, lo vi sorprendida.

Empecé a temblar, tenía miedo pero ya había empezado la plática que quería. Solté un chorro que mojó todo mi calzón. Mi novio lo notó.

-Mira cómo te pusiste. –Me dijo mientras me tocaba.

-Solo imaginar cómo te coges a mi amiga Andy, me calienta.

-¿Te gusta que me la coja? –La expresión de Rafa cambió por completo. Se le notaba lujuria, nunca lo había visto así. Y me gustó esa expresión.

-Está bien buena, ¿Verdad? –Le dije mientras lo hacía a un lado y se acostaba. Me acerqué a su verga y empecé a mamársela. Luego de un rato. –Y ¿Te la mama así de rico como yo?

Si la actitud de Rafa me sorprendía, la mía era irreconocible. Estaba más caliente que nunca; preguntarle como cogía con Andy mientras yo se la mamaba me había provocado un orgasmo. No escuché la respuesta de mi novio. Continúe mamando.

-Y mi hermana ¿Cómo coge? –La panocha la sentí ardiendo.

-La flaca es bien cogelona.

-Es puta igual que yo…

Rafa se levantó y me acomodó de perrito, me quitó el calzón y de un golpe me la metió.

-¿Te gusta mi verga? –Me dijo mientras se movía rápido.

Casi no podía hablar. Teníamos menos de 5 minutos y este juego me provocó 5 orgasmos.

-S… s… s…

-¿Si? ¿Y has probado otras vergas? –Otro orgasmo.

-Si… si… no pares.

-¿Te gusta coger con otros?

-Si… -No podía más, pero estaba tan caliente que no podía parar.

-¿Con cuántos has cogido?

Agaché mi cabeza y me dedique a disfrutar del siguiente orgasmo mientras pensaba en los hombres con los que había estado.

-Como… con… -No podía hablar. -10. Mínimo.

-Eres bien puta, ¿Verdad?

-Sí y quiero tu leche. –Me volteé y me puse frente a mi verga lista para recibir aquella leche que tenía mucho que no probaba.

Mientras lo masturbaba:

-Y tú, ¿Has estado con muchas mujeres? Y ¿Te la maman así de rico?

-No tan rico como tú. –Y esta fue la cereza del pastel, esa respuesta hizo que me llegara el último orgasmo mientras recibía la leche de mi novio.

Caímos los dos rendidos en la cama, nos vimos y nos reímos. Luego nos abrazamos.

-Te amo. –Los dijimos al mismo tiempo. Nos reímos. De nuevo nos abrazamos.

-Ya sé lo que tratan de decirme. Te amo a ti Rafa, no me volveré a preocupar por nada ni sentir celos. También sé que me amas. Nada cambiara este amor.

-La relación entre nosotros será mejor, incluso.

Me quedé dormida en el pecho de mi novio más segura que nunca de esto.

Como a la hora desperté y Rafa ya se había ido. Estaba feliz, como nunca.

Me levanté a preparar todo para mi regreso a clases y para iniciar mi nueva vida.

Continuará.