La aventura de mi vida (03: El viaje)
Brasil es el paraiso de las travestis.
Les recomiendo leer los relatos anteriores de esta misma serie.
Las experiencias ocurridas en el relato se siguieron repitiendo cada semana que pasaba. En ocasiones era difícil poder ocultar estas aventuras con mi esposa, y en otras ocasiones mas llegaba a casa sin leche en mis huevos para corresponder maritalmente bien. Esto empezo a causar molestias en la casa, que se fueron incrementando tanto en frecuencia como en intensidad. En un plazo de 4 meses, los problemas eran grandes, y mas frecuentes mis visitas con Perla. Mi ano ya estaba completamente acostumbrado a su miembro y cada vez que me vestía al terminar, añoraba un nuevo encuentro.
Pasaron unas semanas y en mi trabajo me dieron la noticia que debería ir a Brasil para ver unas cuentas que teníamos por allá. El viaje debía durar al menos 2 semanas y por la situación en la casa, esto causo mas problemas. Al final y tantito antes de salir al aeropuerto todo estallo en una gran pelea, amenazando el divorcio.
Los primeros dos días del viaje, las cosas de trabajo se fueron desarrollando bastante bien, al grado que para el tercer día nos invitaron a una cena para celebrar los nuevos contratos. La cena era en el departamento de uno de los clientes en un lujosiismo penthouse en la zona mas moderna de la ciudad. El departamento era gigantesco y para cuando llegamos estaba abarrotado de personas. Sin duda el tipo este, sabia llevar una gran vida. La mayoría de los hombres iban solos, es decir sin esposas, y esto era debido a que habían invitado a muchas damas de compañía al lugar. Esto era claro y obvio, los vestidos que traían las chicas demostraban perfectamente su profesión. Muchas de las mujeres sugerían grandes escotes y grandes pechos con tops realmente pequeños. Las minifaldas se veían por todos lados. Esto si era una gran fiesta. Los meseros pasaban con charolas con copas por todo el lugar, y las lindas chicas se nos acercaban a entablar conversaciones ligeras. Pasaron un par de horas y el anfitrión se nos acerco y nos pidió que no nos reprimiéramos en nuestra diversión, que el había contratado ya a todas estas chicas y que estaban para nuestra completa disposición.
Esto era increíble, tantas chicas bellas por todos lados y a nuestras ordenes. Sin embargo como ya les he venido diciendo últimamente tenia una predilección especial por las travestís por lo que hasta ese momento me dedique a ver a las chicas y a imaginarme lo que ocultaban difícilmente sus vestidos. Yo me estuve paseando por todo el lugar, y decidí y a los baños, por lo que me dirigí a uno de los pasillos y a lo largo de este se escuchaban tras las puertas muchos gemidos y grititos. A pesar de mi gusto reciente por las travestís, esos ruidos no dejaban de calentarme. Finalmente llegue a los baños y sin mas abrí la puerta. El baño por dentro era completamente blanco, y bastante espacioso, era toda una recamara. Justo en el centro me encontré a una chica de cabellera súper abundante y rizada de todo un poco quemado. La chica estaba de espaldas a mi y traía un vestidito de licra color amarillo brillante totalmente pegado a su cuerpo y que acababa en una faldita arriba de la rodilla.
Lo que se podía ver de la pierna eran dos troncos que no por ser robustos dejaban de ser sensuales. Hasta el final se podían ver unas zapatillas llenas de hilitos. Al parecer la chica se estaba arreglando algo del vestido a la altura del cinturón. Se veía muy concentrada en lo que estaba haciendo, por lo que no advirtió el que haya abierto la puerta. De pronto se levanto y los dos hicimos gesto de sorpresa. Le dije que me disculpara que no sabia que estaba ocupado el baño y menos por una chica tan hermosa. Cuando vi su rostro ya con mas calma, me di cuenta de sus rasgos finos y del escote que mostraba un par de tetas espectaculares que casi casi se mostraban los pezones. Ella dejo la sorpresa y se mostró mas cómoda. Cuando baje la vista pude ver que se estaba acomodando una tanga negra por debajo de la falda y pude ver claramente que estaba muy abultada la tanga. Como un relámpago me llego la idea que debía ser una travestí. Ya había escuchado comentarios que en Brasil existían muchas travestís y muy guapas. Sin embargo hasta ese momento no había tenido la suerte de toparme con alguna. Esto me motivo a empezar una platica con la chica.
Me comento que se llamaba Roberta. No tardo muchos minutos para que ya me estuviera acariciando la verga por encima del pantalón. Al tiempo que yo le acariciaba la espalda con una mano y las fabulosas tetas con la otra. Ella sin decir mas, se levanto me jalo y me llevo hasta uno de los cuartos que se encontraban en el pasillo. Pasamos y cerro la puerta detrás de nosotros. La recamara era enorme con una cama king size en el centro, espejos completos en las paredes y en el techo, y un jacuzi de tamaño mediano en una de las esquinas. No se quien había construido estos departamentos, pero sin duda estaban pensados para inducir las fantasías de muchos. Nos empezamos a besar y a quitar las ropas. Estas cayeron en desorden por toda la alfombra.
Una vez que tuve los senos completamente desnudos a mi disposición, me abalancé sobre de ellos, como si no hubiera otra cosa que hacer. Ella gemía y me mostraba que lo estaba disfrutando. Poco a poco fui bajando mis manos hasta llegar a la tanga y sin dudarlo la recorrí hacia un lado. Como resorte salió una tranca hermosa y obscura, un poco doblada hacia la derecha pero gorda y sólida. Eso me hipnotizo, y sin que alguien me obligara me agache y saboree ese sabor saladito en mi boca. Me deshice por completo de su tanga y con mis manos la tome de sus nalgas para empujar esa barra de oro hacia mi boca. La punta de esa verga estaba súper sensible y grande, ella seguía disfrutando de la acción. Pero me detuvo por que no quería venirse tan pronto. Así que me levanto para terminar de denudarme. Una vez así los dos, juntamos nuestras vergas y las frotamos vigorosamente entre ellas, los líquidos se mezclaban y lograban ponerlas aun mas duras. En mi caso estaba ya tan dura, que hasta empezaba ligeramente a doler, pero era un dolor placentero. Ella me llevo a la cama y me puso en cuatro patas, con una de sus manos empezo a acariciarme el culo y de pronto sentí su lengua caliente como lo acariciaba. Al mismo tiempo me masturbaba deliciosamente. Cada vez su lengua se introducía mas y mas a mi culo. Entonces me dijo que le gustaría ver este culito completamente rasurado, que lo prefería así a lleno de pelos. Por lo que se levanto y se dirigió al lavabo a un lado del jacuzzi y encontró un rastrillo. A falta de crema para rasurar, utilizo agua caliente con jabón, para esos pelos que no quería. Tan pronto mi ano estuvo libre, paso una toalla y me dijo que así estaba mejor. Yo disfrute todo esto y estaba al palo aun mas por que me imaginaba todo lo que aun faltaba.
Unos segundos después recargo su glande sobre mi ano, y me pregunto que si eso era lo que quería hacer primero, yo le conteste que si que llevaba tiempo esperando estar exactamente así, y que no demorara mas ese placer. Por lo que suavemente lo fue introduciendo mas y mas. Llego el momento que sentí sus grandes bolas depiladas recargadas en mi cuerpo e hizo una pausa. El calor que sentía era como el de un horno a 1000 grados. Era delicioso, la verga que tenia adentro y que era de un tamaño colosal me estaba quemando deliciosamente. Mientras tanto ella me acariciaba las nalgas y mi espalda muy delicadamente. Pasados unos segundos empezo el vaivén glorioso, al principio lento y poco a poco empezo a tomar ritmo y velocidad. Algunos minutos después y sin dar mas aviso que un gritito, me inundo de leche el ano. Y vaya cantidad que recibí, de las orillas del ano hasta escurría. Esto era fabuloso, lo único malo es que me hubiera gustado mas que lo probara con mi boca. Ella me dijo, que no me apurara, que lo noche aun era joven y que tendría esa oportunidad también. Yo me gire y ella me pidió mi leche en sus tetas, como una erupción salieron los mecos y restregué mi verga sobre la piel, y enseguida lo bese, probando mi propio sabor.
El sudor de nuestros cuerpos era copioso, no se si el aire acondicionado de la habitación no funcionaba o era el resultado de nuestra cogida. Nos abrazamos como un par de amantes, y platicamos un poco de nosotros dos.
Los ruidos en el pasillo cada vez eran mas fuertes, risitas y unos pasos rápidos como correteando a alguien se podían escuchar. En eso, ella tomo el teléfono y en portugués no se con quien hablo, pero una parte pude entender, y fue que pidió una botella de vino y supongo unas copas, el resto fue tan rápida su pronunciación que no alcance a entender nada prácticamente.
Unos minutos después tocaron a la puerta y sin esperar la respuesta se abrió la misma, dejando pasar a una chica negra altísima. debía medir por lo menos 1.90 y era muy delgada, traía puesto un traje de licra pegado a todo el cuerpo desde los tobillos pasando por las piernas y el resto del cuerpo. El traje era de una sola pieza, pero no tenia falda, era de color negro y dibujaba una delgada pero deliciosa figura. En la mano derecha traía una botella de champaña y en la mano izquierda tres copas de cristal. El cabello era cortito y ensortijado, los pechos sin ser enormes eran bastante sabrosos, y se podían prever gracias al escote de la ropa.
Nos saludo, y se acerco a la mesita del centro de la habitación para dejar la botella y las copas. Sirvió las tres copas y se acerco a nosotros para dárnoslas. Se dirigió muy conocedora de la habitación a encender el jacuzzi, y dejar que empezara a caer el agua. Roberta me la presento y se llamaba Fabiana. Ella se nos acerco y nos acaricio ligeramente nuestras piernas entrelazadas. Roberta le pidió que se deshiciera de su ropa y esto éxito a Fabiana. Nos hizo un estupendo stritease de espaldas, en donde pude ver un tatuaje muy sexy a la altura del hombro derecho. Seguí bajando su ropa y no traía ropa interior. De pronto aparecieron sus nalgas que inmediatamente provocaron las erecciones de Roberta y la mía. Se giro enfrente de nosotros tapándose con su mano debajo del ombligo. Fabiana me pidió que cerrara los ojos, para no echar a perder la sorpresa y así lo hice. sentí como ella se subió a la cama y en unos segundos se subió en mi pecho. Mis manos exploraron ese cuerpo, ya que tenia los ojos cerrados, y pasaron sobre sus nalgas y sus pechos. Roberta me tapo los ojos para controlar exactamente en momento que debía de abrirlos. Y de pronto me dijo, que ya podía ver. Fabiana ya había quitado su mano de su sexo, y apareció la verga mas impresionante que había visto en mi vida, larga, larga, gruesa, gruesa súper cabezona y adornada de unos inmensos huevos por debajo.
Todo lo anterior totalmente depilado. En ese momento ya se encontraba a ¾ de erección, y con la cabeza asomándose empezando a babear liquido preseminal. Era todo un manjar. Yo quise tomarla con mis manos, pero Fabiana me dijo que solo con mi lengua, ni siquiera con la boca completa al principio. Por lo que saque mi lengua e hice contacto con esa verga caliente y deliciosa. Recorría desde la punta hasta la base de los huevos. Esos huevos preciosos, suaves llenos de leche. Mientras lamía los huevos sentía como la verga se recargaba en el resto de mi rostro y era una sensación increíble. Entonces Roberta empezo a ayudarme a mamar esa prodigiosa herramienta. Fabiana pidio que alguien le lamiera el culo mientras el otro se dedicara a la reata. Por lo que me safe de la posición en donde estaba y abrí ese par de cachetes para llegar hasta el delicioso ojete. Las lenguas de Roberta y la mía se encontraban cuando estábamos en los huevos y luego se separaban para concentrarse en lo que cada uno estábamos mamando. Esto duro por un espacio de 20 minutos. Entonces, Fabiana se separo de nosotros y me propuso hacer un trenecito. La idea era enloquecedora, tener mi verga dentro de una de estas bellezas y tener otra verga dentro de mi.
No lo dude, y de inmediato me puse de rodillas para ver como se acomodaban ellas. Roberta se puso delante de mi para ser ella la penetrada por mi y Fabiana con su poderosa barra para culearme. Nos untamos aceite en todos nuestros cuerpos, por que la sensación del contacto con ambos cuerpos con líquidos es increíble. Si no lo han intentado, deberían de hacerlo. Yo primero empecé a cocerme a Roberta y ya cuando estuve enanchado, fui levantando ligeramente el culo para facilitar la penetración por parte de Fabiana. Sentía el calor en todo mi cuerpo. Pero en el culo sentía fuego literalmente. El mete y saca se prolongo así como el sabor delicioso de la misma acción, cuando se fue incrementado la frecuencia de las metidas, en algunas ocasiones alguno se salió, pero corregíamos el camino y continuábamos la acción. Ahora el sudor había reemplazado el aceite de nuestros cuerpos. Los gritos y exclamaciones de los tres se mezclaban haciendo un concierto sin igual, de pronto me dijeron al mismo tiempo que se iban a venir, y me preguntaron donde quería recibir esos chorros de leche. A Fabiana le pedí que se quitara el condón y me la metiera nuevamente en el culo y allí descargara, a Roberta le pedí que se levantara y me los echara en la boca. Me los quería tragar y beber, no quería desperdiciar nada.
Las venidas fueron cuantiosas en ambos extremos de mi cuerpo, yo tragué los de Roberta y luego me metí la mano al culo para recuperar los de Fabiana que también quería saborear.
Entonces yo me levante y les pedí que me mamaran hasta que ahora yo les explotara en la cara y así lo hice. Fue increíble. Ahora ya sabia que estaba en un camino si retorno, me gustaba estas sesiones de sexo y para mi eran lo máximo. Ya no regresaría a mi vida aburrida de casado.
Nos quedamos dormidos y mas tarde me desperté solo, el departamento ya lo estaban limpiando, por lo que me vestí y me regrese a mi hotel. Después de esa noche repetí con Roberta al día siguiente justo antes cuando regresara a casa.
Llegue a casa y me encontré la carota de mi mujer, esperando, seguramente seria ya el final de esa vida de casado.
Espero que les haya gustado mi relato, espero sus comentarios, fotografías, anécdotas y demás.
Hasta la próxima, que espero sea muy pronto.