La aventura de la elfa cachonda 3

La sacerdotisa y la asesina no solo tienen una historia juntas sino que además ocultan un secreto que las conecta con la diosa. Además las elfas poco a poco se han ido entregando a ellas sin darse cuenta que realmente las ha motivado a ello.

Nos encontrábamos en un yate en mitad del océano. Ambas desnudas, yo tomaba el sol mientras ella detenía el barco allí donde primero le antojó. Su desnudez me permitía ver a través de mis gafas de sol su polla moverse y balancearse. Disimulé viendo el nuevo video que mi hermana me había pasado. Era trío lésbico bastante erótico.

–Ey, cariño, ¿porque has parado el barco?

–Quiero follarte bien duro en mitad de la nada.–reí de su proposición, y le enseñé el video.

–¿Qué te parece lo nuevo mi hermana?–le enseñé el video.

–Conozco a la nueva incorporación. Fue mi primera esclava, su duración bajo mi techo fue corta pero intensa. Y bueno que decir, tú eres más hermosa y estás mejor dotada que ella. Me quedo con mi esposa.–eso es lo que quería oír.

Me quité las gafas de sol, y me erguí sobre la silla depredando su miembro. Descubrí que el semen hermafrodita me mantenía alimentada, cosa que mi esposa aprovechó a su favor. Y yo, coqueta y lasciva, entré en su peligroso juego. Ahora que estábamos casadas, era un juego sexual del que no queríamos salir y nos daba mucho juego.

–¿Por qué no comes un poco? Mi vampira adicta al semen.

Yo como buena esposa procedí a introducir su polla entre mis pechos y a moverlos para hacerle una paja con mis pechos. Cada vez que su miembro se dejaba ver entre mis tetas le daba un par de lamidas hasta que me cansé de usar mis pechos a los dos minutos. Entonces su miembro pasó de mis pechos a mi boca, la chupé con avidez. Lameteando cada parte del falo, sintiendo su dureza en mi boca mientras yo jugaba con él. Podía ser peligroso, pues la terapia para volver a la sangre era muy cara, y podía ser un cambio irreversible pero no me importaba en absoluto. Aceleré los movimientos cada vez más en mi boca para sentir su semen. Livis me hizo un gesto con la mano para darle el móvil y me grabó dándole la mamada. Lo saque de mi boca para seguir con una paja.

–Aquí tengo a tu hermanita la vampira del semen. Dime qué te parece y pásame un vídeo tuyo y de tu incorporación nueva.

Volví a juguetear con su miembro con mi lengua, cerré los ojos y me rendí al placer de saborear su miembro. Lo mejor llegó cuando sentí su semilla llegar a mi boca. Sentí exactamente el mismo placer que sentiría tomando sangre, esa era la sensación que me enganchaba tanto al semen.

–Si eres buena te daré algo de sangre, no quiero que tú hermana se me ponga hecha una furia por haberte cambiado así.

–Eiji es un sangrilunar, ¿por qué ella no es una adicta al semen?

–Toma sangre. Tú llevas dos meses sin hacerlo, al medio año el cambio podría ser irreversible. Y lo digo en serio, no podrías cambiar tu dieta.

–Pues me convertiré en una vampira sexual, y yo se que quieres verme aún más degradada.–su miembro volvió a ponerse erecto con tanta charla guarra.

–Por eso me casé contigo, por esa boca tan peligrosa que tienes. Mi cuerpo quiere ceder a tus deseos cada vez que hablas.

–Un piercing en cada pezón, un collar de cuero, un par de tatuajes. Sé que lo visualizas, y Laura está soltera otra vez, lo tienes todo a mano. Se que quieres someterme, como Eiji a mi hermana. Y pensar que decía que algún día cambiarán de roles.

–Mmm sigue.–¿cómo iba a resistirse a mi encanto?

–Laura llevaría otros dos pezones perforados, seríamos tus sirvientas. Y yo seré tu vampira sexual, dejaré de depredar sangre a hacerlo con la polla.

–Y ambas os alimentareís de semen. No entiendo por qué la diosa no me quitó mis poderes, pero le agradezco profundamente poder quedarme con ellos.

–¿Esa esclava tuya también se hizo adicta a ti?

LIVIS

Dara era toda una superviviente, pasó de la prostitución durante media vida a la vida militar en contra de su voluntad, hasta que Vill sacó a relucir su verdadero yo. Y ahí estaba ella, devorando mi miembro al mismo tiempo que yo disfrutaba del vino. A cambio de su lealtad solo necesitaba matar a aquellas personas que ella quería muertas. Hasta cierto punto creo que incluso le gustó estar secuestrada por mi, y estaba dispuesta incluso a ser de verdad mi esclava sexual. Mamaba tan bien que me hacía gemir. Eyaculé en su boca, donde ella sintió los efectos de mi poder.

–Esta si es una polla de hermafrodita, peligrosa y con efectos secundarios.

Yo como Vill éramos herramientas de la diosa. Ambas fuimos amantes, nacidas con hermafroditismo natural pero la diosa Emanara nos acogió, nos separó y nos utilizó desde pequeñas. Cuando crecimos ambas nos sometimos a Semen Divino. Vill obtuvo un poderoso poder que elegí no revelar a Dara, inducir a la sumisión a aquellas parejas con las que mantuviera relaciones. Tinuviel, en su momento princesa en segunda línea de sucesión, se ofreció a probarnos. Resultó que mientras Vill quiso, Tinuviel fue la amante de Vill. Mi poder elegí probarlo con una mujer que no fuera de la nobleza, fui al famoso prostíbulo de la Casa del Edén a experimentar con alguna voluntaria. Mi poder "especial" era el semen, transformaba de forma inevitable la dieta de aquellas incautas. A una la sometí en dos semanas, a otra en medio año, y ambas se quedaron así para siempre. Eso sí, con las aladas el proceso dependía de su entrega(aunque era bastante más rápido), y con las alyvir el tiempo era siempre igual. Tres meses, en tres meses el cambio se hacía y en seis ya no había marcha atrás. Mi poder de verdad era el ilusionismo, desarrollé un gran uso con las ilusiones. Era una habilidad que me hacía muy poderosa, y por eso la sagrada diosa me esclavizó. Por eso mataba a sus fieles, era mi forma de vengarme.

Regresé a esa miserable ciudad a cumplir el encargo de la elfa. No me importaba hacerlo, y viendo su entrega, quería mantener su fidelidad pues probablemente decidiera dar uso de su conocimiento. No me costó descubrir quién es cuando lo vi por allí. Era un idiota que le daba patadas a un chaval. Me cubrí con invisibilidad, y lo decapité ante la perplejidad del público. Usé mi magia para enviarle la cabeza a Dara, pero yo no había terminado allí. Quise ver cómo se encontraba Vill y si sería capaz de matarla, cosa que yo personalmente dudaba mucho. Así que en ese momento, decidí jugar todas mis cartas conociendo a Vill.

Me dirigí hacia su casa y me planté allí cuando Sivir se encontraba leyendo desnuda. Levanté las manos y las puse sobre mi cabeza.

–Quiero ver a tu ama.

–No es mi ama.

–Dilo otra vez, pero esta vez creyéndolo.–por muy recta que alguien quisiera ser con ella, su encanto tendía a ser irresistible.

–¡Quiero polla!–gritó la amiga de Dara. Cómo yo pensaba.

Me desabroché la camisa y me quedé en topless para que ella me viera. Se me aceleró el corazón por todo el montón de sentimientos encontrados hacia ella. Y finalmente salió:

–Ama.–fue la única palabra que logró salir de mi boca cuando la ví salir.

Ella que por un momento pensé que me mataría, se abalanzó sobre mí para usar su gran poder de sumisión sobre mi persona y despertar a la esclava largo tiempo dormida. De pronto, mi personalidad cambió por completo.

–¿Cómo está Dara?

–Está perfectamente, ama. ¿Te gustan mis pechos? Siempre te encantó jugar con ellos, mi querida ama.–me sonrojé, y se me dibujó una tímida sonrisa.

Fui su esclava durante mucho tiempo. Tiempo en el que me vi sometida a ella en cuerpo y alma, a ambas nos sacaron de nuestra ciudad, pero solíamos ser amigas. En parte Semen Divino hizo su trabajo conmigo, pero debido a mi fuerza mental, me emparejaron con Vill. Y claro, fue una espiral de sumisión y sexo de la que yo creí que me sometía voluntariamente.

–¿Sigues siendo débil a su influencia?–preguntó Alessia de vuelta a la actualidad.

–Al igual que la exposición a mí es irreversible, mi exposición a su presencia fue tan duradera que podría esclavizarme en cualquier momento deseado. Y ella pudo.

–¿Entonces esa tal Sivir estaba en ese proceso? ¿Vill sabía que hacía?

–No cuando me esclavizó.

Me encontraba de pié frente a ella, mi respiración estaba calmada y esperaba las órdenes de mi ama. Cómo era común entre víctimas de Semen Divino, las dos teníamos un gran busto fruto de su corrupción. Vill se vió obligada a confesar la verdad a Sivir.

–Ni siquiera la mujer más recta y disciplinada pudo resistirse a mi. Es imposible hacerlo, me utilizaron como arma por esa razón, y por eso me eligieron para acompañar a Livis. Consiguió alejarse y crear una segunda personalidad que sustituyera a la esclava que ella es.–aclaró

–Por eso nos has emputecido con semejante facilidad. Nos dijiste que no tenías poderes.

–Y técnicamente no es un poder, es parte de mi naturaleza. –se acercó y tocó a Sivir antes de que pudiera reaccionar–¿Lo ves? Hazme caso, pensaba cumplir mi trato de todas formas.

Me acerqué por detrás. La echaba de menos, o por lo menos eso me decía, por lo que metí mi mano en debajo de su bragueta y agarré su instrumento. Utilicé mi mano libre para bajar su pantalón.

–Livis se porque matas, no quiero tenerte así. Tienes que escucharme, nos engañaron a las dos. No me obligues a esclavizarte de nuevo.–dijo ella casi suplicante

No sentí ni un atisbo de ira o rebelión, solo llegué a sentir decepción hacia mí misma durante unos segundos antes de ser sustituida por amor ciego hacia mi dueña. Seguí con la paja mientras Sivir nos observaba debatiéndose entre entregarse al placer o irse. Podía ver en su rostro el debate interno que sufría, pero supe que no saldría corriendo. La sumisión se mezclaba con el placer, y aunque no estuviera completamente sometida, esa sensación de que era un sometimiento voluntario era imposible de luchar. Era una transformación mental muy efectiva. Y Sivir cayó cuando llevó sus manos a su entrepierna, para darse placer. La rendición podía verse en su rostro.

–Quería matarte porque creía odiarte, ama. Porque me engañaste, y me robaste la libertad. Y usé a gente inocente para ello. ¿Qué vas a hacer conmigo?–pregunté.

En lo más interior de su cuerpo deseaba poseerme, fui su mejor posesión. Sivir, rendida ante su ama, engulló el miembro de Vill. Yo queriendo darle el mayor placer posible a mi ama, abrí sus glúteos e introduje mi miembro. A ella se le escapó un grito de placer.

–Ama, podrías reentrenarme para que la segunda personalidad te domine cuando lo necesites.

Mientras Sivir movía su cabeza, chupando encantada la polla de su ama. Yo comencé a mover mi cadera, abriéndome paso en su gruta oscura. La abracé y juntamos nuestros cuerpo, en un momento romántico que Vill aceptó poniendo su mano por encima de la mía.

–Siento lo que te hice, Livis.–torcí su rostro para poder besar sus labios mientras mi polla la penetraba.

Entraba dentro hasta sus entrañas, y salía sólo para volver a entrar. Ella respondía a mis movimientos gimiendo y sonriendo. La conocía lo suficiente para saber que estaba cansada de llevar la voz cantante.

–Cuando conozco a amos y amas por naturaleza, mi propia naturaleza se adapta a ellos. Estos últimos años estoy viendo cómo mi voluntad se rompe ante personas que dominan, o que yo quiero que me tomen. Yo también he...–eyaculé dentro de ella, y ella dentro de Sivir.–Cambiado.

Livis sonreía enamorada, y me lanzó contra el sillón. Yo cree una segunda personalidad para protegerme, pero me sorprendió saber que ella también estaba cambiando mentalmente. Que sus poderes ya no eran los mismos. Y en cierta forma sentí consuelo, porque eso explicaba las veces que la había visto de rodillas. Volvía a sentarse encima mía, cruzó sus manos por detrás de mí cabeza y me besó. Ya no era mi ama en cierta forma, pero seguía siendo su juguete sexual, quisiera tomarla y domarla, o quisiera ser tomada por ella, ella aún tenía el poder solo cambiaba mi comportamiento.

–Si hubiera sabido esto, quizás...–dijo Sivir con semen aún en la cara.

–Pero te entregaste a ella.

–Le abrí mi trasero y la dejé entrar. Y ahora solo deseo ser vuestra perra.

–Mascota.–dije a mi antigua ama–Ve a mi casa en Impra Oskria y trae a mi concubina. Ella quería a matar al capitán Ivvi. Tengo una oferta que haceros.

Vi, que quería montarme de nuevo, obedeció. En cierta parte la entendía, yo me pasé media vida como esclava y quería dominar, y en el fondo Vill se sentía igual. Se pasó media vida dando órdenes, y ahora ha descubierto lo divertido de no llevar la mano cantante.

Sivir me miró como si fuera un animal herido.

–Debería detenerte, pero solo quiero ser poseída, y es lo único que siento desde que me folló. Quiero ser tu esclava.

Y ella lo decía en serio. Teniendo en cuenta las palabras de su amiga, era comprensible su ofrecimiento. Habían sido corrompidas, pero la única razón para seguir sirviendo en el ejército era usar su posición para proteger a los inocentes. Estaban hartas y estas nuevas experiencias sexuales les servía de evasión. Mientras no llegaban, ella se puso de rodillas frente a mi, y se rindió de nuevo. Pero esta vez rendía su propia libertad. Y en esas regresaron Dara y Vill, ambas con una falda muy corta, un sostén enjoyado, y un collar de esclava.

–Dame ese collar.

Vill me lanzó su collar, y se lo coloqué a Sivir, que recogió su pelo para ello.

–Podéis tomarnos a las dos, pero Ivvi tiene que morir.–insistía Dara.

Lo cierto es que no nos parecía mala idea, en realidad, era muy buena idea. No obstante tampoco podíamos ir allí tal cual, y no podíamos saber cómo reaccionarían.

Al anochecer

Alessia no me perdía el ojo. Desde que la conocí supe que sería el amor de mi vida, pero su lengua era irresistible. En todos los ámbitos, y cada palabra que salía de su sucia boquita me volvía loca. Así que llamé a Esmeralda.

–Ponme con Dara.

–¿Disfrutas las mamadas de tu nueva zorrita?–preguntó Dara.

–Quiero veros a tí y a Laura.

–Espera.

Dara habló un rato con Eiji y Esmeralda hasta que se puso de nuevo al teléfono.

–Dicen que sois bienvenidas. ¿Cuáles son tus intenciones?

–A Laura quiero hacerle una oferta irresistible, y a tí quiero explicarte un par de cosas que desconoces de Vill.

–Antes de venir mira mis vídeos, te gustarán.

Alessia caminó hacia el timón, donde yo tenía el teléfono y me lo quitó de las manos. Me agarró de mi colgante y me besó en la boca.

–En mitad del Atlántico el viaje de vuelta será largo, cariño mío y solo hay provisiones para una sola persona. No tengo otra opción que alimentarme de tu semen mágico.

La mano que no manoseaba mi teta, se encontraba en mi pelvis sin llegar a tocar mis genitales pero solo con su labia ya volvía a estar cachonda.

–¿Qué otra opción tenemos?

Un mes después

Alessia me esperaba en el coche. No llevaba sujetador debajo de la ropa por lo que podía ver sus tetas deformando la camisa. Terminé de llenar el depósito del coche de gasolina y me monté de nuevo en el coche.

–¿Cuánto falta para llegar a su casa?–preguntó Alessia.

–Llegaremos para ver el atardecer.–su personalidad no había cambiado nada, seguía siendo la misma esposa de siempre.

–Vale, amor mío.–agachó la cabeza sonrojada antes de hablar–Necesito semen.

–Te doy permiso.

Pero en lo demás el cambio había sido brutal. Ya no era una adicta al semen, ella se había convertido en todo un súcubo, en una vampira sexual en toda regla. Su cuerpo no quería sangre, necesitaba polla, y sexo. Sobre todo sexo. Y se recargaba no con sangre, sino con semen y sexo. El nuevo cambio reforzó muchísimo la relación, porque ahora ambas entrábamos al juego sexual muy fácilmente. Pretendía conseguir el mismo resultado con Laura, que me esperaba en casa de Esmeralda. Mientras Alessia mamaba, la misma Laura me llamó.

–Estoy interesada en conocer a hermafroditas especiales como tú. Conocí a una que me domó y me enseñó sus habilidades, su poder de control mental era extraordinario. De no ser por su bondad, sería su sumisa propiedad.

–El mundo que aventuras es peligroso, las hermafroditas como yo somos pocas pero algunas son muy peligrosas.–le advertí porque incluso si quería poseerla, necesitaba su entrega total.

–Tú me llamaste. ¿Acaso no quieres verme?

–Tú tendrás lo que deseas, y a cambio te entregarás a mí. Te convertiré en mi súcubo, y tú sustento será el sexo. Sé que tú también tienes habilidades especiales, por lo que de alguna forma también quiero lo mismo que tú. Ver hasta dónde llegan esas habilidades.

–¿Cómo Alessia? Te la está chupando, lo puedo oír.

–Ese es su alimento ahora.

–No sabes lo cachonda que me pone esa idea.–confesó Laura

–¿Qué idea?–era mi intención conseguir una confesión de Laura.

–La idea de ser un súcubo sexual, y que el sol ya no sea tan importante como lo es para mí como si lo sería el sexo.

–Alessia tiene unas ideas muy excitantes, nos vemos pronto.

Cuando digo que Alessia era un súcubo en toda regla, quería decir que de verdad, podía alimentarse de cualquier tipo de semen. Ahora mismo podía dejarme y beber el semen de cualquier hombre humano.

Ese era mi gran poder, y mi alcance, poder que también gozo Sivir. Alessia hundió la polla en su garganta para recibir su alimento. Me miró satisfecha, con sus nuevos ojos naranjas.

–Sigue la historia de las elfas putonas.

Dara pero sobre todo Sivir se habían entregado a nosotras. Dara montaba a Vill, y Sivir se encontraba a cuatro patas siendo partida en dos por mi polla. Tener un cuerpo tan tonificado y preparado para la lucha entregado a mí me pareció de las cosas más eróticas de este mundo. Desde luego podía entender por qué las elfas sureñas eran la posesión más exótica.

–Como deseo tenerte conmigo.–le di un cachetazo en el culo a elfa.

Aún nos estábamos pensando qué hacer con Ivvi, y más importante, cómo hacerlo. Los nuevos problemas psíquicos de Vill recién revelados dejaban de manifiesto que no era invulnerable, y que probablemente se había mostrado sumisa ante el capitán de la ciudad. Esto habría nuevas ventanas de oportunidad, que por fortuna para nosotras, yo supe ver en ese momento.

–Tengo un plan.–anuncié en alto.

Llené las tripas de Sivir con mi semilla antes de salir, y dejarla sobre la cama. Me levanté y caminé hasta donde Dara y Vill jugaban. Supe que se había corrido cuando vi una mezcla de los fluidos de ambas correr por la pierna de la otra elfa. Ella se levantó y se sentó acurrucada donde Sivir. Yo me senté en sus piernas, con su polla rozando mis glúteos.

–-He ideado un plan para matarlo, y eso implica que probablemente recibas semen por tu culito.–le advertí.

Ella miró juguetona a la vez que con su gesto mostraba su aceptación. Creo que le daba igual que tuviera en mente, quería jugar y divertirse. Por suerte para ella, el asesinato de Ivvi estaría lleno de diversión para ellas. Tardamos como una media hora en tenerlas a todas preparadas para escuchar el plan.

–Me entregarás "encadenada",–señalé no a Dara ni a Sivir, a la sacerdotisa– notad con el tono dicho porque usaré mis ilusiones. Habrá un poco de diversión, quiero que esté distraído y entonces lo mataré.

–¿Y si te separan? ¿Vas a abrirte pasó con violencia?–preguntó la sumisa Sivir.

–Se os olvida que soy una maestra de la ilusión, mis capacidades no tienen parangón.–respondí molesta, Sivir recibiría un castigo por hacer preguntas tan tontas.–Si nos separan, os toca a vosotras hacerlo. La idea es evitar una batalla campal.

–De acuerdo, me parece buen plan, pero tengo una condición.–dijo Dara cruzándose de brazos, lo que levantó sus pechos–Vas a ir desnuda, puedes usar ilusiones sobre tus brazos, pero vas a ir totalmente desnuda. Es lo que hacen con las sacerdotisas que delinquen.

A una persona normal le hubiera ofendido la proposición pero me encogí de hombros, era justo, les pedía mucho. Junté mis manos por detrás y conjuré una ilusión de cadenas. Agradecí que al menos me pusieran una de esas faldas que tenía en mi vestuario. Ellas se vistieron con su vestimenta reglamentaria, y Vill con la lencería con intenciones eróticas de mi armario de ropa. Al llegar al cuartel, nos miraron divertidos pero no se atrevieron a hacer esperar a una sacerdotisa. Como si fuéramos una procesión de circo caminamos bajo las atentas miradas de esos soldados hasta el despacho del mamón de Ivvi.

–Te dije que venía buscando una asesina, y te la he traído.–dijo la sacerdotisa.

Permanecí en silencio mientras él me examinaba. No había nada fuera de orden. Incluso golpeó mi culo, manoseó mis tetas pero yo solo le miré asqueada.

–Bien hecho, sacerdotisa.–

Agarró el sujetador caro que tanto me costó comprar en mi mundo y lo arrancó de la piel de la sacerdotisa. Me molestó enormemente ver cómo maltrataba mis posesiones, que se follase a Vill toda la noche, pero me gustaba esa lencería. Vill se apoyó sobre la mesa, e Ivvi volvió su atención a las guardias a su cargo. El tío era muy cabrón, sabía que se entregarían a Vill y conocía sus poderes por lo que diría a continuación:

–A ver el fruto de mis planes.

Sivir sabiendo que alguien tenía que continuar la mentira, mostró "el fruto de sus planes" quitándose la armadura. Ivvi la miró firme. Metió la mano por debajo de su pantalón, y la reacción de él fue curiosa porque sacó su mano con los fluidos de Sivir. Se dejó masturbar por un hombre al que odiaba tanto. La desnudó de cintura para abajo y la empujó hacia la mesa. Golpeó con fuerza el culo de Dara, a lo que ella respondió fulminando con la mirada a su líder. Aunque siguió tocando su culo sin protestas verbales. Me sorprendió que no la disciplinada Sivir, pero si la puta de Dara fuera la que consiguió mantener la compostura y no derretirse de entrega frente a él. A pesar de ello podía ver que en realidad si estaba húmeda y cachonda, admiraba su capacidad para ocultarlo. Se volvió hacia las otras dos, y aproveché para levantar un manto mágico alrededor de las dos. Mantenía la imagen que quería que viera Ivvi, y nos permitiría relajarnos. Apoyé mi rostro en su hombro y metí mis dedos por debajo de su pantalón para masturbarla. Dara exhaló un suspiro de alivio mientras se dejaba tocar por mi.

–Me salvas la vida.

Lo hacía por dos razones, por piedad a ella y porque necesitaba recordarle de que bando estaba. En aquella situación no se encontraba en un estado óptimo para tomar decisiones, su mente debía estar aturdida, llena de imágenes sexuales y drogada por las propiedades afrodisíacas que podía suceder tras tener relaciones con nosotras dos. Dara debía ser un amasijo de sexo en ese momento, eso me obligó a tomar la iniciativa y masturbar a la elfa mientras su amiga tenía el culo abierto para Ivvi. Me di cuenta entonces, en un momento que casi me rompió porque nos juntaron, no solo para someterme. La combinación de nosotras dos creaba esclavas sexuales, drogadas y aturdidas, con la mente amansada esperando ser adiestradas. Y era el proceso en el que había entrado Sivir.

–Pon tus manos a la espalda, y no te muevas.–cuando orgasmó, mojó su ropa como si se hubiera hecho pis pero ya estaba más calmada.

Quería matar a alguien, pero desde luego, ya sabía que no era Vill a quien arrebataría la vida. Cambié el aspecto de las dos y me convertí en Dara. Técnicamente su polla era la mía así que cuando me arrodillé ante mí misma, su polla era la mía. Era difícil de explicar, pero digamos que eran ilusiones hiperrealistas. Ivvi se percató enseguida de que "Dara" se la estaba chupando desnuda a la sacerdotisa detenida.

–Sabía que Vill la Cerdita te había sometido.

No tenía porqué seguir pero decidí chupar mi polla hasta el final. Obviamente no provocaría nada raro en mi, era una ilusión, Dara gimió levemente al notar mis labios. E Ivvi permitió a Dara divertirse con la polla de la sacerdotisa. Me costaba jugar con ella por el tamaño, pero hice lo que pude. Bajó mi cabreo y subió la excitación que crecía en mi entrepierna lo que era útil a la misión porque al sentir mi semen por mi cara y pechos, una sonrisa tonta dibujó mi rostro.

–Ven aquí, soldado.–gateé hacia él.

Vill estaba de rodillas, con la cabeza en el suelo, con la polla erecta disfrutando aquella denigrante situación. Supe que decía la verdad, cuando confesó que ya no era más una ama. Era débil, y tenía problemas como yo. Sentí consuelo de saberlo.

Sivir ya había sido follada, y me tocaba a mí. Y entonces, que algún fuego debió crecer en los ojos de la elfa recién follada, clavó un cuchillo en su cuello de Ivvi. Volví todo a la normalidad y me levanté. Ahora teníamos el problema de salir de ahí después de haber matado al corrupto mandamás no oficial de la ciudad.

–Tenemos que matar al títere que puso en el palacio gubernamental. No te preocupes de lo demás, ya negociamos los términos con su sustituto.

Vill se levantó y se fue con las elfas mientras yo me deshacía del cadáver con ilusiones y me largaba de allí por la puerta principal. Me volví invisible y volé hacia el palacio gubernamental desnuda y sin ser vista. Aprovechando el manto de la noche y mi gran poder ilusorio, maté a todos los guardias con el uniforme de la Guardia Real de Ivvis hasta llegar al despacho del gobernador. Un elfo decadente manoseando a alguna prostituta. Ni siquiera le dió tiempo a reaccionar cuando un hechizo destrozaba su cabeza.