La aventura de Juan II, Carolina pone en castidad

Juan había pasado la semana buscando en internet, que busca una mujer cuando decide poner en castidad a su marido, había respuestas para todo, desde feminizarlas, o someterlos y convertirlos en maridos serviciales y obedientes para conseguir salir de la castidad o descubrir nuevos juegos sexuales.

El siguiente paso fue enviar un correo desde una dirección de correo alternativa al del trabajo, de momento no debía dar pistas sobre quien era, quería disfrutar de todo esto y hacerlo todo a su debido tiempo.

El correo era muy escueto:

-Se para qué sirve tu llave, en tus manos esta que guarde tu secreto, besos. Juan adjunto una foto suya en bóxer donde tapaba su cara, quería que viese que tampoco estaba nada mal, Juan era alto, delgado, pelo corto y barba de varios días, llevaba pendientes y tatuajes, su polla era bastante normal, pero tenía mucho aguante sexualmente hablando.

Por otro lado la semana de Carolina fue más distraída a los tres días llego su jaula de castidad, estuvo leyendo al respecto sobre la seguridad de la misma, consecuencias y similares y según leía le excitaba más solo pensarlo, también leyó sobre lo que buscaba con esto y lo tenía claro, que su marido se sintiera como ella dentro de casa durante todo este tiempo, y tenía claro que poco a poco lo conseguiría.

Entre las consecuencias el tamaño de su polla disminuiría, sus eyaculaciones serian más rápidas y con más cantidad de semen. En casa esperaba conseguir a un maridito útil y servicial y en lo sexual sabia que iba a darle el máximo placer posible a cambio de salir de su jaula. Solo faltaba que aceptara y eso sería esta noche.

Carolina se duchó, siempre iba depilada completamente ningún tatuaje ensuciaba su piel, estaba mojada desde que había llegado cb6000 pensando en todas las posibilidades y consecuencias de este, pero no se tocó y no fue por falta de ganas, preparo la cena y acostó pronto a los niños, cuando estaban estos en la cama se fue al dormitorio y se puso

el picardías

color uva de dos piezas que había comprado años atrás para sorprender a su marido, este era transparente y dejaba a vistas sus preciosos pezones oscuros con grandes areolas, el pantaloncito era ancho dejaba contonear su trasero y por delante se veía su pubis y labios perfectamente depilados y sobresaliendo de su raja.

Cuando

llego Daniel olía a alcohol para variar, se quedó estupefacto al ver a su esposa así y le pregunto que se celebraba? Pensó que se había olvidado de algo, enseguida Carolina tomo las riendas de la conversación saco un paquete envuelto con papel de regalo y ordeno sentarse a su marido al mismo tiempo que se sentaba ella. Ábrelo, Daniel no entendía ese tono seco de su esposa, la mesa preparada con vino y un regalo, cuando lo vio tuvo que preguntar que coño era eso no había visto nunca nada similar.

Tu afición al alcohol, el que haga yo toda la faena de casa y los niños y por supuesto seguir siendo una mal follada se ha terminado, esto es un dispositivo de castidad desde ahora follaras cuando te lo ganes, te pajearas cuando yo quiera y solo yo decidiré cuando tu polla sale de la jaula y antes de que preguntes, si no aceptas y hay un cambio en ti puedes hacer la maleta y salir por esa puerta olvidándote de mí.

Ahora vamos a disfrutar de la cena y mientras te lo piensas y aclaro tus dudas cariño, el tono de carolina cambio y Daniel la miraba atónito. Mientras cenaban a Daniel se le iban los ojos a las tetas de su mujer, se le estaba poniendo durísima, ella se dio cuenta y sacaba pecho, se acariciaba discretamente quería calentar a su marido iba a ser su última follada en tiempo y no quería desaprovecharla.

Mientras tanto surgieron las preguntas, ¿como donde estarían las llaves? ¿Cómo iba a mear? Su aseo personal y sobre todo sus erecciones. Carolina lo tenía todo controlado, las llaves una ira aquí y saco un colgante de oro e introdujo la llave en él quedando entre sus pechos a buen recaudo, se levantó contoneando su trasero, a Daniel se le iban a salir los ojos de sus órbitas en cualquier momento, trajo un vaso congelado, la otra está aquí dentro cariño, así si no estoy o se pierde en un día podemos recuperarla y tampoco podrás quitártela en mis ausencias. Daniel estaba empalmado y alucinado. Del aseo personal me encargaré yo personalmente una vez a la semana, siempre bien depilado como yo y por hacer pipi no te preocupes las chicas lo hacemos sentadas y no quedan gotitas en la taza, Carolina dibujo una sonrisa en sus labios, y sobre tus erecciones poco a poco irán a menos, te acostumbraras aunque los primeros días será molesta, intenta no excitarte demasiado como ahora y así no te dolerá.

Carol se levantó de la mesa se acercó a su marido y le susurro ahora ven al cuarto y fóllame quizá tardes un tiempo en volver a probar este agujerito. Llego al cuarto se colocó encima de la cama a 4 patas separo las piernas su coño brillaba de lo mojada que estaba, espero a Daniel, este no se hizo esperar se desnudó y sin pensarlo empalo a Carol que se le escapó un gemido, Daniel empezó a bombear, pero en menos de 5 min se había corrido como una bestia, la excitación había sido tan bestia que no aguanto casi nada en sacar toda su lefa, Carolina se giró y le dijo cariño siempre a medias no me puedes dejar este es uno de los motivos de enjaularte no puedo seguir así, salió del cuarto mientras le.chorreaba lefa por sus muslos y volvió con la jaula, se acercó a su marido que roncaba panza arriba durmiendo plácidamente, paso el aro dentro de sus testículos y base del pene ya flácido, e introdujo este dentro de la jaula unió ambas partes y cerro la jaula con el candado, se tumbó a su lado y empezó a acariciar su clítoris circularmente mientras rezumaba lefa de su coño, acelero el movimiento apretando cada vez más fuerte, no tardo nada en apretar fuerte sus piernas estaba corriéndose como hacia días que no pasaba, este tema la tenía muy cachonda últimamente, no tardo en dormirse profundamente.

Carolina se levantó antes y dejo una nota a su marido con una serie de tareas, hasta las 14 no entraba a trabajar, ella se arregló y se fue como cada día a la oficina. Daniel cuando se levantó vio su polla enjaulada intentando salir por cada hueco entre las rejas, lo primero que vio fue la nota de su mujer, la leyó mientras meaba sentadito su primera humillación de su nueva vida, algo a lo que debería acostumbrarse, la nota empezaba:

Buenos días, cariño espero que no te haya molestado que no te despertara se te veía tan agusto durmiendo, anoche después de quedarme a medias como siempre te enjaule como habíamos hablado, aquí te dejo las nuevas tareas según vayas cumpliendo volara el pajarito, de ti depende, ánimo que tú puedes con esto y con más.

En primer lugar depílate bien depilado, te quiero como tú a mí sin un pelito en el cuerpo, empieza ya a dejar la bebida y el tabaco y antes de irte esta semana deja la cena hecha a diario, lo que ahorremos de tus vicios lo invertiremos en juguetes, para tus primeros días creo que tienes suficiente. Besos, tu mujer. Daniel estaba dispuesto a intentarlo, y empezó con su depilación, preparo la cena como le habían dicho, se duchó, vistió y se fue al trabajo, paso sin fumar y beber todo el día, y con un dolor de polla tremendo al intentar empalmarse involuntariamente. Al llegar a casa Carolina ya había llegado estaba contenta, guapa la veía radiante llevaba su colgante nuevo, ya se había duchado y había duchado a los nenes, cenaron los 4, acostaron a los nenes e inspecciono a su marido, al ver que había cumplido con todo lo beso apasionadamente y susurro que estaba orgullosa de él, ella notó que se estaba empalmando y le dijo que aún no tocaba salir, primero hay que acostumbrarse a las normas cariño.

El resto de semana transcurrió con normalidad, en familia y cada uno acostumbrándose a su nuevo rol, hasta el viernes cuando carolina llego a su oficina y abrió el correo, se quedó blanca sin saber que hacer, necesitaba pensar como iba a reaccionar y quien podía haberse dado cuenta.

Continuará.....