La aventura continua
Despues de sus priemras pruebas ella penso rechazar el camino ahora despues de pensarlo decide seguir.
Cuando entré en "todorelatos" y me encontré que habías publicado sin mi consentimiento aquel inicio de diario que te escribí hace ya más de un mes me sentí engañada y traicionada, me enfurecí contigo e incluso comencé a escribirte un correo en el que te decía de todo. No llegué a enviártelo; consideré que no merecía la pena; Además, si ya había decidido no volver a tener relación contigo no quería variar esa decisión por culpa de mi enfado, lo dejé pasar y juré no volver a ser tan ingenua de confiar en un desconocido. Además, en la propia página pude ver otros escritos dirigidos a ti en los que supuestamente otras mujeres relataban sus diarios. La forma en que esas mujeres escribían, si es que son ciertas esas historias, me resultó degradante, ¿Era posible que yo acabase expresándome en esos términos tan vulgares? Leyendo esos relatos me asusté del punto de degradación al que podía llegar si me dejaba llevar. Dudaba de la veracidad de los relatos, no encontré en ellos nada femenino, solo comentarios vulgares más propios de un adolescente calenturiento. Aun así, el hecho de imaginarme a mi misma escribiendo en esos términos vulgares me horrorizó y me hizo estar mas convencida de que lo correcto era abandonar estas aventuras. Pero aquello no había terminado; no dejaba de darle vueltas a la vergüenza de haber visto en público mis debilidades, mi falta de voluntad y mis deseos más oscuros, esos que nadie de mi entorno conoce. De una manera obsesiva y carente de lógica, me vi envuelta en una delirante sensación: Estaba claro que nadie que me conozca puede adivinar que soy yo la protagonista de esa turbia tentación, aun así me sentía expuesta, como si me hubiera quedado desnuda ante el mundo, como si todos mis conocidos supiesen mi verdadera identidad. Durante días estuve preocupada, volvía una y otra vez al relato para desmenuzar cada frase por si en ella se me hubiera pasado inadvertida alguna pista que me delatase. Era absurdo, lo se, pero por mas que me lo decía a mi misma no podía evitar volver a entrar a "todorelatos" a leer palabra por palabra mi diario. No se como fue, te lo juro, pero imagino que las reiteradas lecturas de mi aventura, unido a la sensación de estar expuesta ante el mundo hicieron que paulatinamente las sensaciones que sentí fueran alterándose, cambiando de signo. Sin darme cuenta me encontré leyendo mi relato cada vez con menos rabia y vergüenza y cada vez con más morbo y excitación. Imaginaba a los que leerían mi aventura, muchos pensarían que era una invención de una mente calenturienta, otros lo darían por verdadero, pero eso era lo que menos me importaba porque, de una manera gradual, fui aceptando la imagen de muchos desconocidos excitados por mi historia. No se como explicarme, lo cierto es que al principio luché con esas ideas, me recrimine por tenerlas; Era cierto que había sucumbido a una antigua tentación algo pueril e inmadura, y había contactado con un desconocido a través de un chat de dominación, porque esa era la oculta tentación que no le había confesado nunca a nadie. Es cierto que de esas conversaciones en el chat, donde la mayoría era gente absurda, sucia, vulgar, sin ningún interés, me quedé charlando mas de lo debido contigo, aunque representabas todo lo contrario a lo que yo soy, pero tu tono autoritario, duro, cortante, pero a la vez interesado en mi proceso, me hizo confiar, ¡no lo puedo entender! Pero así fue. Por eso, cuando me propusiste, (mejor dicho: me ordenaste), que escribiera un diario con una serie de actos que debía cumplir, lo dudé y lo rechacé durante un tiempo pero volví a caer en la tentación; total, no me ponía en peligro y así podía probar un poco de tensión y morbo ilegal. El resultado ya sabes cual fue, me comporté de una manera que nunca me habría imaginado capaz. Pero me arrepentí, había arriesgado demasiado y volví a la lógica y a la cordura y decidí acabar con aquello, por si se me iba de las manos. Así nació aquel único diario, luego desaparecí, ya lo sabes, aunque tu continuabas día tras día bombardeando mi correo con fotos, con relatos, con consejos. Pero mi decisión estaba tomada en firme Yo había decidido dar por cerrada esa aventura absurda que lo único que me podía traer eran complicaciones. Hasta que volví a entrar en "todorelatos" causalmente el mismo día que se publicaba mi diario; si hubiera entrado cualquier otro día nada habría cambiado, pero parece que el destino estaba escrito. Aun así, a pesar de haberme visto expuesta por ti y a pesar de las sensaciones que me provocó, no hubiera pasado nada si tu no me hubieras vuelto a escribir para anunciarme que habías publicado mi diario. Incluso si tu correo se hubiera producido el mismo día que lo descubrí tampoco habría pasado nada; pero los días de lectura y relectura habían hecho mella en mi, el camino estaba ya preparado y solo faltaba la chispa que lo incendiara: y eso fue tu correo. Te escribí ayer, ya lo sabes, pero como me temo que este correo va a ser de nuevo difundido por ti, incorporaré lo que me escribiste tú: "EN LA PAGINA DE TODORELATO, EL MENSAJE DE TU DIARIO, UNICO PASO QUE DISTE, ENCONTRO MUCHA RECEPTIVIDAD, MÀS DE MIL LECTURAS LO DICEN TODO ME HAN PREGUNTADO SI EXISTIRÀ CONTINUIDAD QUE LES GUSTO MUCHO TU EXPERIENCIA. LASTIMA NO HUBO MÀS, DE VERDAD LÀSTIMA HUBIESE SIDO UN CAMINO MUY BELLO. CUIDATE MUCHO, QUE ESTES BIEN" Al leer esto, fue como si un rescoldo casi apagado se encendiese de nuevo. Otra vez creí descubrir en tus palabras al hombre cariñoso y duro a la vez, a la persona amable pero dominante. Absurdamente empecé a confiar de nuevo un poco en ti y sin pensarlo demasiado te contesté: "Lo se, lo vi publicado el otro día y sentí muchas cosas muy diferentes. Me sentí engañada por ti, me sentí traicionada en mi intimidad contigo. Pero también me sentí.... exhibida. Iba a verte escrito cuando lo vi, estaba muy enfadada, luego lo pensé y decidí no decirte nada. Pero debo reconocerlo: verme expuesta así, me ha provocado unas sensaciones que no esperaba. Estoy a tu disposición. Haré lo que creas conveniente con respecto al diario." Después de enviarlo, hubiera dado cualquier cosa por poder rescatarlo de tu buzón antes de que lo leyeras, pero ya era tarde. A partir de ese momento, derrotada ante lo inevitable, esperé obsesivamente una contestación tuya que por fin llegó ayer. "CELEBRO QUE HAYAS PASADO POR ESA GAMA DE SENSACIONES Y QUE MÀS QUE NADA HAYAS DISFRUTADO ESA SENSACIÒN DE EXHIBICIÒN ME IMAGINO QUE TE HABRÀ PROVOCADO UNA EXCITACIÒN FUERTE HABRÀS MOJADO MUCHA LA TANGA AL LEERTE Y SABER QUE MÀS DE MIL PERSONAS HAN DISFRUTADO ESA LECTURA, HABRÀ MUCHAS MUJERES MÀS QUE SE HABRAN MOJADO AL LEERTE PONIENDOSE EN TU PIEL, Y NO CONTANDO LOS HOMBRES QUE SE MASTURBARON LEYENDO TUS LINEAS, MIRA LA CLASIFICACIÒN DEL RELATO, EXCELENTE. PRECISAMENTE POR SER EXCELENTE ES QUE ME DECIDI A CORRER EL RIESGO DE PUBLICARLO, HACER PARTICIPE A LA GENTE QUE GUSTA DE DISFRUTAR DE LOS RELATOS Y QUE ELLOS TAMBIEN LO GOZARAN. BIEN AHORA PARA PODER HACER UNA CONTINUACIÒN DEL MISMO ES NECESARIO HACER LAS COSAS QUE TE DESPIERTEN ESAS SENSACIONES ESA NECESIDAD DE TRASMITIRLAS ASÌ QUE HARÀS LO SIGUIENTE. PRIMERO.- TOMARAS UNA TINTA QUE TE SEA FÀCIL LIMPIAR DE TU PIEL Y TE ESCRIBIRAS EN TU CUERPO "PERRA PUTA SUMISA" EN VIENTRE PECHOS, MUSLOS Y BRAZOS, QUEDANDO DESNUDA TOTALMENTE. BUSCARAS UNA VELA Y LA INSERTARAS EN TU RAJITA MIENTRAS ESCRIBES MÀS DETALLADO LO QUE SENTISTE AL VERTE EXHIBIDA, MIENTRAS ESCRIBES APRIETAS Y AFLOJAS LA RAJITA DEJANDO QUE AMOLDE LA VELA, CUANDO TERMINES DE ESCRIBIR SACARAS LA VELA Y LA LAMERAS. SEGUNDO. PUEDE HACERLO OTRO DÌA CUANDO ESTES SOLA, SE QUE ESTAS CASADA, ASI ESCRITA DE NUEVO Y DESNUDA PONDRÀS EN EL SUELO UN PLATO CON COMIDA Y OTRO CON AGUA, TE PONDRÀS EN CUATRO PATAS Y COMERAS Y LAMERAS EL AGUA COMO SI FUERAS UNA AUTENTICA PERRITA, MIENTRÀS COMES O LAMES EL AGUA LEVANTARAS BIEN EL CULO Y LO MANTENDRAS ABIERTO ASI COMO LA RAJITA. DESPUES ESCRIBIRÀS TUS SENSACIONES PERO AHORA NO HABRA VELA LO QUE HABRÀ ES LO SIGUIENTE TE PONDRÀS UNA TANGA Y ORINARAS CON ELLA PUESTA ASI ORINADA TE PONDRÀS ESCRIBIR TU DIARIO. ESPERO TU RESPUESTA." De nuevo me invade esa sensación de incoherencia que siempre he sentido al estar hablando contigo: tu estilo es poco correcto, es demasiado directo, a veces sucio, incluso desagradable, empleas palabras que me molestan y me hacen sentir insultada, palabras con las que no me siento identificada y sin embargo me quedo paralizada, lo leo una y otra vez, como si no pudiera escapar de la lectura y acabo por cumplir, una vez mas, tus ordenes aunque se que me arrepentiré después. He esperado a hoy porque mi marido regresa mas tarde de lo habitual y eso me evitará estar nerviosa y alerta. He probado varios rotuladores pero no lograba encontrar uno que se limpiara rápido y bien con agua, por lo que esta mañana he comprado unos en la papelería, los probé en mi mano, en el baño de la oficina, y salen perfectamente incluso dejándolo más de una hora. He llegado a casa a las tres y media de la tarde; Aunque ya hemos terminado el horario de verano en la oficina hoy he puesto una excusa para venir antes. Nada mas llegar, abrí el correo y volví a leer tus ordenes, entonces me he desnudado y he tomado los rotuladores y me he situado frente al espejo del armario de mi dormitorio, durante un segundo he dudado, me he mirado al espejo y me he dicho a mi misma "pero que coño estas haciendo!"; ha faltado muy poco para que la cordura se impusiera a la locura pero finalmente he abierto el rotulador negro y con pulso inseguro he escrito en mi estomago "perra", me he mirado al espejo y he comenzado a temblar como si estuviera tiritando, pero no tenia frío. He acercado el rotulador a mi pecho izquierdo y he intentado escribir al revés "puta", para que al verlo en el espejo lo leyese bien; de nuevo el temblor me domina y casi no me deja escribir. Escribir "sumisa" en mi muslo casi ha sido imposible por el temblor de mi pulso pero lo conseguido. Una y otra vez me miraba al espejo y cada vez temblaba más. Luego, con letra mas pequeña, he escrito en mi vientre "soy una perra sumisa", sin darme cuenta he comenzado a decirlo en voz baja, entonces me he mirado al espejo mientras me lo decía mi misma " eres una puta sumisa, eres una zorra" y el temblor haciéndome casi tambalear. Estaba como borracha, con la vista medio nublada por la excitación, entonces he cambiado de rotulador y he cogido el verde, con el he coloreado mis pezones; ya se que eso no me lo habías pedido pero no era capaz de parar, luego, de nuevo con el negro, he simulado un collar de argollas en mi cuello. He recorrido la casa hasta el ordenador para leer de nuevo tus instrucciones; ahora tocaba la vela. He ido a la cocina y he cogido una vela gruesa que compramos en navidad y que solo se usó en Nochevieja, la he limpiado con cuidado y me he sentado en el sillón del ordenador, muy hacia delante para poder estar sentada con "eso" puesto. Muy despacio he comenzado a introducir la vela por la base, mientras mi respiración agitada y mi corazón bombeando golpea mi pecho y mi cabeza me sigue diciendo "¡pero que haces!" Una vez con la vela dentro de mí, me pides que te describa qué es lo que sentí al ver que mi relato estaba publicado y que me estabas exhibiendo: Rabia, vergüenza, traición, pero eso solo fue al principio porque después lo que he sentido todos estos días cada vez que abría "todorelatos" ha sido morbo, excitación, he imaginado fantasías en las que desconocidos se masturbaban leyéndome, incluso he imaginado que me podían ver. Cumplo tu orden y, mientras escribo esto, contraigo mis músculos de la vagina para apretar la vela que me invade, una y otra vez; la vela tiende a salirse cuando hago esto pero la acomodo de nuevo. Me he sentido excitada al saber que tanta gente debía estar deseándome al leer el relato de mi primera aventura, por eso cuando me escribiste te dije "haré lo que quieras con respecto al diario", que en el fondo lo que significa es: exhíbeme. Saco la vela de mi interior. Está húmeda y me causa mas reparo chuparla por el sabor de la vela que por mi flujo. Probare una vez pero si no puedo te lo confesare. Apenas sabe a nada, lo único que he hecho ha sido recoger mi flujo de la vela, lamerla como supongo que deseas, me siento sucia haciéndolo pero no quiero parar. Ya ves, una mujer formal, una señora, convertida en no se bien que, por culpa de una tentación no controlada. ¿Quién lo diría? ¿Qué pensarían en mi trabajo, mis familiares? ¿Qué pensaría mi marido? Un momento de miedo me ahoga el cuello, pero continuo adelante. Acabo de ir a la cocina por un plato en el que he puesto unas galletas troceadas y en un cuenco he puesto agua, lo he traído aquí, al lado del ordenador, lo he dejado en el suelo y me he arrodillado. Estoy demasiado cerca, además deseo que dure. Gateando he ido hasta la puerta de la habitación y luego he avanzado como una perra hasta el comedero, entonces me he agachado hasta tocarlo con la boca y he empezado a comer con mucha dificultad. No he olvidado lo que querías, mi culo bien levantado y todo lo abierto que he sido capaz. Mientras hacia eso, te imaginaba detrás de mi, mirándome. Imaginaba a la gente que leerá esto cuando decidas exhibirme, los imaginaba detrás de mi, alrededor de mi, mirandome. He terminado con toda la comida y con el agua, tengo la cara manchada de los restos de comida. Me he incorporado y he buscado la braga que llevaba puesta hoy. No es tanga y tu me pedías un tanga, me he ido al dormitorio y me he puesto un tanga blanco, de ahí me he dirigido al lavabo pequeño, el mas cercano a la habitación donde esta el ordenador. No sabía si seria capaz de hacer lo que me pedías. Me he dado cuenta de que me estoy moviendo con rapidez, casi con prisa, supongo que es la manera de no tener ocasión para detenerme y pensar en lo que estoy haciendo. Me he metido en la bañera porque si lo consigo no quiero poner el suelo perdido, de esta forma, agachada sobre mis talones he intentado relajar mis músculos, pero no lo conseguía. He abierto un grifo del lavabo para ver si me hacia efecto, pero nada, imposible. Quizás esa imposibilidad ha sido lo que me ha impedido dudar, cuestionarme tu orden. Ahora lo pienso y me parece inconcebible que en lugar de luchar contra la idea de orinarme encima estuviera empeñada en superar la barrera que me impedía poder físicamente hacerlo. Salí de la bañera y me fui a la cocina, por el camino me vi reflejada en el espejo del hall y no me reconocí, me detuve a leer los insultos en mi cuerpo y al verme la cara sucia una punzada de placer me ha subido como si fuera una explosión. En la cocina he tomado un vaso grande lleno de agua y por dos veces consecutivas me lo he bebido. Volví a la bañera y de nuevo agachada, oyendo el agua salir del grifo, por fin he logrado que unas gotas saliesen pero inmediatamente se ha detenido, supongo que es difícil luchar con la educación recibida. De nuevo he logrado relajar y por fin he conseguido un chorro continuo y largo que ha mojado mi ropa interior y mis pies; Y mientras, mi cabeza bullendo de pensamientos contradictorios. Estoy loca, lo se, pero he salido de la bañera, goteando aun y he venido aquí al ordenador, sintiendo la humedad en mi ropa como se va enfriando y he terminado de escribirte esta segunda parte de mi diario. Debo ahora volver a mi normalidad: recoger el baño, limpiar el suelo del pasillo y de la habitación y ducharme para eliminar los rastros de este vicio que no puedo controlar. No se quien soy.