La aventura comienza. CAPITULO 2
Seguimos en nuestra primera aventura sexual...
Continuación al capitulo 1
Al levantarme del sofá pude apreciar toda su belleza, allí completamente desnuda, totalmente sin energía, entregada a mi, sus senos aún estremeciéndose por la respiración que apenas comenzaba a calmarse. Los pezones hermosos que coronaban esos senos aún deseando mas caricias. Su vientre delineado donde se notaba el sudor y la respiración de lo que acababa de pasar. Su piernas torneadas, aún abiertas mostrándome esa vagina deliciosa que acababa de devorar, toda llena de sus jugos, húmeda, caliente.
Al verla así mi miembro estaba al máximo poder. Aún tenía mi ropa y comencé a desnudarme. Ella sólo me miraba sin decir una sola palabra, pero el deseo en sus ojos gritaba aún más.
Cuando al fin quedé desnudo, me coloque frente a ella, ella admiraba mi miembro, una mezcla excitante de deseo y vergüenza en esa mirada. Era como una adolescente en su primera experiencia. Su expresión mostraba que no sabía que hacer. Como reaccionar. Y su voz sonó y me dijo “yo nunca he hecho esto, solo con mi esposo y siempre en el cuarto “. Allí me di cuenta que le faltaba mucha emoción en su vida y aquí estaba yo para dársela.
Esas palabras no me cuadraban con la imagen que tenía frente a mi, yo sentía su sensualidad queriendo salir de su piel. Sentía sus ganas de explorar. Quizás tantos años en una relación rutinaria, en un matrimonio sin ideas la habían llevado a esto, pero yo sabía que dentro de ella existía un volcán de pasión que estallaría en mis brazos.
Con esto en mi mente, tomé sus manos y las lleve a mi miembro, ella lo agarró, lo recorrió completo, y me miró sin saber el próximo paso, “bésalo” le dije yo. Ella me miró abriendo los ojos al máximo y me dijo “yo no hago eso, no me gusta”. Yo quedé sorprendido, una mujer con mas de 10 años de matrimonio y renuente al sexo oral, era increíble, pero no me di por vencido. No la presione. Me acerque a ella y comencé a besarla nuevamente, colocando mi cuerpo sobre el de ella, mis manos a los lados evitando colocar todo mi peso sobre su cuerpo, mis labios recorrían los suyos, recorrían su cuello, mi lengua acariciaba todos su poros, sus suspiros volvieron a llenar la habitación, sentía su respiración acelerarse. Poco a poco bajé más y volví a encontrarme con sus pezones, erectos listos para mis caricias, al primero le di un pequeño mordisco que le arrancó un grito mezcla de dolor y placer, pero enseguida mi lengua lo lleno de saliva y le alivió el dolor para dar paso al placer. Sus pezones pasaban por mi boca cada vez mas rápido, las lamidas y chupadas se alternaban. Y ella seguía suspirando muy fuerte. De repente coloque la cabeza de mi miembro en la entrada de su vagina, estaba empapada, ella lo sintió y levantó su rostro, me miró con esa expresión de descontrol y pena. Yo me desprendí de sus pezones y alce mi torso, quería que ella me mirara a los ojos cuando la fuera a penetrar. Al hacer este movimiento la cabeza de mi miembro abrió un poco sus labios y ella sólo recogió las rodillas aceptando mi peso, ese movimiento me dió la aceptación que esperaba, y le dije “abre tus ojos, mírame “, ella me obedeció y sus bellos ojos negros se posaron en los míos. Le dije, “a partir de este instante eres mía “ y con un solo movimiento de mis caderas mi miembro entró en su vagina empapada, ella abrió los ojos al máximo, su boca también se abrió pero no salió ningún sonido. Mi verga se anido en el fondo de su vagina y cuando mis testiculos rebotaron en sus nalgas, ella soltó un gemido. Su vagina se abrió perfectamente para alojar mi verga, la arropó con sus labios húmedos y con sus paredes calientes, la llené completamente, estaba todo dentro de ella. Antes de hacer cualquier movimiento, me quede unos segundos allí, quería que ella sintiera mi posesión, quería que se sintiera mía, que a partir de ahora su vida sexual iba a cambiar. Ella seguía gimiendo sin yo aun moverme. Luego, de un solo golpe saqué mi verga hasta solo dejar la cabeza adentro de ella, y en seguida la volví a hundir hasta el fondo. Aquí si salió su primer grito, ese placer que crecía dentro de ella ya no se comunicaba solo con gemidos.
Mis movimientos comenzaron a ser más rápidos, yo estaba muy excitado y ella al borde del extasis, yo entraba y salía de su vagina con una velocidad frenética y ella seguía gritándome al oído, me decía “que rico, no pares, que rico” y yo solo seguía taladrándola. Mi verga apoderándose de ese sexo que necesitaba la pasión que yo traía y que a partir de hoy sería parte de su vida. Mi orgasmo se aproximaba, y ella lo sintió, subió sus rodillas un poco más dándome mas acceso a su ser, yo penetre mas profundo mi verga y sentí como sus paredes se cerraban sobre el tallo de mi miembro, sentí su respiración acelerándose y de repente un gemido profundo salió de su boca, se estaba viniendo de nuevo, yo no aguanté más y empuje mi verga un par de veces mas hasta que exploté en un orgasmo bestial, los chorros de leche espesa salían de mi verga y llenaban esa vagina que los recibía encantada. Ella seguía con su orgasmo, agitándose bajo mi cuerpo, convulsionando de placer, mi verga seguía disparando chorros de semen, sin parar, sentía como su cavidad se llenaba de mi esperma. Hasta que al fin, caí sobre ella, me desplomé del placer y ella soltó un último suspiro y cerrando sus ojos me dijo, “esto es increíble, jamas me había venido así, que pena, grité mucho?”
Yo solo la mire encantado, la bese muy tiernamente y le dije, “gracias por tu entrega, preciosa, a partir de hoy eres mía “
Ella solo me miró, aún sin saber que ese día comenzó una aventura sin final, un nuevo capítulo en su vida que le regalaría todas las emociones que le faltaban. A partir de ese día fuimos amantes!!!