La Asistenta. Parte 3: Punto de Inflexión

Cuando el morbo y el deseo superan a la razón y a lo que es y no es correcto.

De nuevo otro día a punto de levantarme de cama. Acaba de escuchar a mi mujer saliendo de casa haría cosa de un par de minutos cuando suena el timbre de la puerta. Lo primero que pensé es que quizás se había olvidado las llaves y regresaba a por algo. Aunque al mismo tiempo también pensaba que podría ser Elena. Así que me levanto raudo y veloz. Llego a la puerta, la abro y veo a Elena.

-Hola Carlos -me dice Elena -perdona que te haya despertado pero olvidé las llaves en casa.

-Para nada, ya estaba a punto de levantarme -contesto -Pasa.

Elena llevaba puesto un vestido obscuro con un ligero escote que le llegaba hasta las rodillas. Unas bailarinas en sus pies y el pelo recogido en una coleta. De su hombro colgaba un pequeño bolso de color negro. Estaba muy atractiva. Por el contrario yo me encontraba descalzo y en pijama.

Una vez dentro cierro la puerta con llave.

-¿ Que tal todo ? -le pregunto -¿ Te apetece tomar un café ?

-No, gracias Carlos -me contesta -acabo de desayunar.

-Carlos -prosigue Elena mientras se acerca hacia mí alcanzándome.

Se abraza entonces fuerte contra mí y dirige su boca hacia la mía al tiempo que la mía se mueve en dirección a la suya. Puedo sentir a la vez como sus senos se van aplastando contra mi pecho.

-Carlos -me dice entre beso y beso -he pasado estos días sin dormir. Deseando volver a verte.

-Yo también -le contesto entre beso y beso.

Sus manos están intentando abarcar cada rincón de mi espalda y torso mientras me sigue besando apasionadamente. Que buena manera de empezar el día, pienso.

-No puedo evitar desearte -sigue Elena -aunque soy plenamente consciente de que todo esto puede acabarse de un momento a otro.

Sigo besándola sin responderle mientras la escucho. Entonces dirige su boca a mi cuello para besarlo y mordisquearlo. Sus manos entre tanto suben la parte superior de mi pijama hasta dejarla a la altura de mi cuello. Su boca baja entonces a mi torso desnudo y pezones. Los cuales mordisquea y besa. Que rico, alcanzo a pensar.  No se detiene y sigue bajando. Besando el resto de mi torso y vientre. Alternando entre besos cálidos y  ardientes hasta colocarse de rodillas enfrente de mi entrepierna.

De manera muy sutil y sensual y con sus dulces manos comienza a acariciar mi sexo por encima del pijama. Observando sus movimientos, mi entrepierna y lo que se esconde detrás de unos cuantos botones. Momentos después y cuando la observación ya no es suficiente decide desabrochar cada uno de los botones para llevar su mano dentro de mi pijama. Localiza mi flácido miembro instantáneamente y se lo lleva a su boca. Lo chupa, mordisquea, lame y saborea. Tratando de devolverlo a la vida desde ese estado inerte y temporal en el que se encuentra. Cierro entonces los ojos despacio abandonándome al onírico mundo del placer.

Breves instantes después mi polla ya había alcanzado su habitual tamaño, dureza y grosor. Y es en este momento en el que Elena decide abandonar esta operación. Se incorpora y abraza a mí regalándome un nuevo beso en el que puedo sentir el sabor de mi polla que previamente había estado en su boca. Creo que lo sabe y se deleita ofreciéndome esa sensación. Instantes después se separa de mí.

-Vayamos a un lugar más cómodo -me dice mirándome a los ojos y sonriendo mientras coge una de mis manos.

Acepto encantado con una sonrisa y comenzamos entonces a andar camino de la habitación. Pero segundos después y cuando íbamos por el pasillo Elena se detiene.

-Sigue tú -me dice Elena -voy un momento al baño.

Prosigo el camino en solitario hasta llegar a la habitación. Una vez dentro me dejo caer encima de la cama boca arriba y con el pijama todavía puesto. Mirando al techo intento relajarme y disfrutar del momento que se avecina.

Instantes después aparece Elena entrando por la puerta. Llega sonriendo, con unos andares muy sensuales. Con sus pies descalzos, su vestido todavía puesto pero sin sujetador. Éste, de color negro,  lo llevaba colgando de la yemas de dos de sus dedos. Cuando termina de entrar lo deja caer y sigue avanzando sin detenerse hacia el pie de la cama. Una vez allí se apoya contra la pared. Se deleita entonces unos segundos mirándome desde esa posición. Mirada a la que correspondo con mi mirada.

-Mastúrbate para mí-dice sensualmente Elena de repente.

-¿ Eh ? -respondo sorprendido - ¿ Así, en frío ?

-Me tienes enfrente -me contesta Elena.

Elena separa entonces ligeramente sus piernas y sin dejar de mirarme comienza un recorrido con sus manos que empieza en su cuello, sigue por sus senos y termina en sus muslos donde las deja apoyadas. Sonríe pícaramente.

Comienzo a tocarme y sobarme el sexo y sus alrededores por encima del pijama para a continuación sacarme la polla. Ésta no estaba completamente erecta. Comencé a acariciármela, ocultando y mostrando su punta mientras Elena y yo nos mirábamos fijamente. Momentos después ya estaba completamente dura. Momento que Elena aprovecha para comenzar a acariciarse la parte interna de sus muslos y piernas por encima y debajo del vestido. Con movimientos suaves, lentos e intensos. Nos estábamos masturbando a distancia.

En un arrebato Elena se separa de la pared para tirar de la parte inferior de mi pijama y quitármelo. Seguidamente se desplaza para alcanzar una silla que había en la habitación y colocarla cerca de la cama, exactamente a la altura de mi cintura. Finalmente se sentó y recostó sobre ella.

Recostada sobre la silla Elena abrió sus piernas y levantó ligeramente el vestido para que pudiese ver sus bragas mojadas en el interior. Se las acarició sutilmente. Luego subió los dos pies para colocarlos sobre el borde de la silla cerrando sus piernas. A continuación llevó uno de sus desnudos pies hasta mi muslo. Donde apoyó su planta sobre él.

Simultáneamente Elena había metido sus manos entre sus piernas, el interior del vestido y dentro de sus bragas para masturbarse. Mientras su pie que reposaba sobre mi muslo fue dirigiéndose hacia mi sexo. Momento en el que yo interrumpo mi placentera paja.

Con el empeine del pie, Elena comenzó a jugar con mi bolsa escrotal. Acariciando, moviendo y golpeando suavemente mis testículos. Deslizando su pie hacia adelante y hacia atrás. Cuando su empeine estaba más alejado eran los dedos de su pie los que arañaban, golpeaban y acariciaban mis testículos.

Momentos después optó por retirar el empeine del pie por completo para empezar a jugar con la planta de su pie.

La colocó verticalmente sobre mi polla. Sobre la base de mi duro tronco. Poco a poco comenzó a desplazarla hacia adelante. Muy lentamente. Hasta llegar a la punta de mi polla que ardía en deseos de sentir el tacto de su pie. Momento en el que comenzó una dulce masturbación en esa acotada zona. Me enloquecía.

Después de un rato jugando así su pie se retira para colocarse nuevamente sobre el borde de la silla. Entonces con sus manos comienza a quitarse las bragas muy lentamente. Mirándome. Una vez fuera forma una especie de bola o pelota con ellas. Sonríe y me lanza miradas de deseo.

-Quítate la parte superior -me ordena Elena.

Sin perder un segundo retiro con mis manos la parte superior del pijama que dejo caer al lado de la cama.

-Ahora toma -me dice Elena a la vez que me lanza la pelota que había formado con sus bragas. Las cuales terminan cayendo sobre mi pecho -bésalas, huélelas y chúpalas -termina diciéndome.

Tal y como están, en forma de bola, me las llevo a mi cara para comenzar a olerlas y darle pequeños besos. No estaban ni mucho menos secas. Parte de sus flujos vaginales ya habían empezado a emanar de su coño y las habían mojado.

-No, no Carlos -me dice Elena moviendo la cabeza negativamente -es más divertido si lo haces en la parte más interna y central de ellas.

Respiro profundamente ante el inminente contacto indirecto con su coño. Deshago la pelota, busco el reverso y luego su zona central. Me las acerco y situándolas sobre mi cara las dejo caer. Empiezo entonces a notar el olor y humedad de su coño. Me fascina y ella lo nota por mis respiraciones y el movimiento de mis manos sobre mi polla.

Elena ya se había subido su vestido a media altura para masturbarse y que yo pudiese contemplarlo. Respiraba aceleradamente viéndome con sus bragas.

-Ni se te ocurra correrte por mucho que lo desees -me dice suspirando.

De repente deja de masturbarse y el vestido vuelve a su posición inicial. Se levanta y se va hacia el baño de la habitación. El cual está perpendicular a la cama con lo que su interior es visible desde la cama si la puerta queda abierta. Como así fue.

Se colocó sobre el WC medio incorporada sin llegar a sentarse. Levantó el vestido con sus manos dejando su húmedo coño a mi vista. Buscando mi mirada con la suya. La cual encuentra al momento ya que no dejaba de perseguir cada uno de sus movimientos. Bajó entonces su mirada hacia su coño donde quedó fijada. Mientras sus manos apoyadas sobre la cara interna de sus muslos hacían de palanca para que pudiese apreciar bien toda la escena.

Después de unos instantes en esta posición comenzaron a caer unas gotas de color amarillo seguido de un largo y fino chorro de igual color. El cual emitía un ruido característico al impactar sobre el agua del fondo del WC.

Esta orinando y quería que yo la contemplase. Empecé a sentir un morbo indescriptible por la visión de esta escena. Esto mismo estando en frío o en otras circunstancias no me hubiese llamado la atención o más mínimo. Pero no era el caso presente. Ahora ambos estábamos muy cachondos. Ahora sentía morbo viendo algo tan íntimo de una mujer por la que estaba apasionado. Sentía mucho morbo.

El caer de unas últimas gotas indicaban que estaba terminando de orinar. Levantó entonces su mirada buscando la mía. Un signo de cierto miedo o preocupación se dibujaba en su cara, buscaba cierta aprobación en mí. Temía que esta escena me hubiese incomodado. Todo lo contrario, le correspondo mordiéndome el labio inferior sin dejar de masturbarme para que compruebe el morbo que me había dado.

Se incorpora totalmente y se aleja del baño acercándose a mí. Se sube a la cama y se coloca de espaldas, abierta de piernas y de rodillas con su coño sobre mi cara. No hacía falta que me dijera que debía hacer a continuación. Cachondo como estaba comienzo a lamer su coño. Noté entonces toda esa mezcla de sabores. Sus últimas gotas mezcladas con sus flujos y aromas. No sabría describir todas las sensaciones que me estaba produciendo. Pero realmente si me excitaba y me daba mucho morbo y placer.

Elena acompañaba mi comida de su coño con suaves movimientos pélvicos. Entonces aprovechó para quitarse el vestido. Estaba gimiendo abiertamente de placer. Al igual que lo estaría yo si no fuese porque estaba completamente ocupado con su coño.

Poco a poco se fue dejando caer hacia adelante para llevar su boca a mi polla que empieza a comer locamente. Y mientras con una de sus manos agarra la base de mi polla con la otra aprieta más y más mis testículos. Introduciendo la polla un poco más adentro en cada succión. Hasta el punto de llegar casi a atragantarse en alguno de estos intentos.

Cada vez que mi polla entraba en su boca sentía primero el roce de sus dientes sobre mi sensible punta para luego sentir su lengua rodeándola. A medida que el grueso tronco iba entrando notaba como apretaba más sus dientes contra él. Le encantaba morderme el tronco. Luego la dejaba un rato así dentro de su boca. Salivándola y mordiéndola más y más. Su juego bucal me volvía loco.

Mientras, mi boca seguía comiendo su coño y clítoris de arriba a abajo y mis manos recorrían su espalda desde sus nalgas hasta su cuello. Aprovechando el recorrido de mis manos para acariciar, masajear y presionar sus suaves tetas y duros pezones. Seguimos así un buen rato. Yo con mis juegos y ella con los suyos. Finalmente separé un poco mi boca de sus labios vaginales para intentar comunicarme con ella.

-Elena, estoy muy caliente - le indico -no voy a poder aguantar mucho más así.

Pero no escuché respuesta alguna de su parte. Elena seguía totalmente embebida con su tremenda felación. Quizás no me había escuchado, pensé. Pero cada segundo que pasaba me costaba mucho más aguantar sin explotar en su boca totalmente fuera de control. Así que ahora tocando su cabeza intento comunicarme de nuevo.

-Elena no aguanto más -le digo.

Ahora sí que me había escuchado pero había hecho caso omiso ya que comenzó a acelerar mucho más sus movimientos bucales sobre mi polla. Ya no había duda. Quería que explotase dentro de su boca. Eso me enloquecía o mejor dicho, eso nos enloquecía a ambos. Así que cerré los ojos lentamente y simplemente me dejé llevar. Era consciente de que las próximas dos o tres succiones me iba a correr sin parar dentro de su boca.

-Elena -llego a decir en éxtasis -te deseo.

En ese momento y con media polla dentro de su boca comienzo a correrme a la vez que sigo comiendo su coño intensamente. Elena detiene entonces todos sus movimientos bucales dejando mi polla dentro. Siente los espasmos de mi polla golpeando su boca mientras la leche brota de ella. Trata de respirar agitadamente y como puede. Momentos en los que parte de esta leche cae entre la comisura de sus labios. Mi polla eyaculando en su boca y mi boca comiendo su coño hacen que se vuelva loca. Empiezo a notar sus contracciones, espasmos y como se agarra fuerte a mí. Ambos sentimos un placer indescriptible corriéndonos.

Cuando mis espasmos desaparecen comienza a dejar salir mi polla empapada en semen y saliva de su boca. Se incorpora y se gira hacía mí lanzando su boca contra la mía para besarme y comerme mezclando su saliva y semen en mi boca. Noto una sensación extraña pero no me desagrada. Y por supuesto aceptar esta mezcla de sabores es lo menos que puedo hacer para agradecerle a Elena lo mucho que me había hecho disfrutar previamente. Seguía corriéndose y sintiendo mucho morbo. Así hasta ir perdiendo la  intensidad de su clímax.

Después de una serie de besos donde ya prácticamente solo quedaba el sabor de nuestras bocas movió su cabeza para dejarla en reposo sobre mi pecho. Mientras con las yemas de sus dedos dibujaba círculos de diferente diámetro sobre mi vientre. Alguno de ellos alcanzando mi sexo, el cual no reaccionaba en esos momentos. Entre tanto yo acariciaba su pelo, su cabeza y espalda soltando algún que otro beso sobre su pelo. Permanecimos así durante bastantes minutos.

-¿ Cuantos encuentros más nos quedan ? -me pregunta Elena con su cabeza todavía recostada sobre mi pecho mientras seguía dibujando círculos.

-Me gustaría que fuesen infinitos encuentros -contesto acariciando su pelo -me encanta estar contigo y no solo teniendo sexo.

-Ambos sabemos que eso es muy complicado en una situación así -me contesta -sígueme, vamos a ducharnos -termina incorporándose y tratando de cambiar la conversación.

-¿ Juntos ? -pregunto todavía recostado.

-Bueno, si no te parece mal, claro -me contesta.

-Para nada Elena -contesto incorporándome.

Nos dirigimos al baño. Dentro se encuentra un plato de ducha de tamaño medio y rodeado por una mampara donde cómodamente cogen dos personas. Me adelanto y desde fuera del plato, después de haber corrido un poco la mampara abro la llave del agua caliente. Todavía sale fría así que mientras permanecemos fuera esperando aprovecho para ir a buscar un par de toallas de baño a la habitación.

Cuando regreso Elena ya se había introducido dentro del plato de ducha ya que el agua empezaba a salir templada.

Me encantó la visión del agua cayendo por el cuerpo desnudo de Elena. Estaba precioso. De pie, mirando hacia la puerta del baño, con la mampara de la ducha abierta. El agua le caía desde arriba impactando primero con el pelo de la parte superior de su cabeza que ya empezaba a estar completamente mojado. Para luego bajar por su cara, cuello y hombros. Continuando por su pecho, pezones, vientre y ombligo hasta llegar a su sexo. Que sin detenerse continuaría bajando por sus piernas hasta llegar a sus pies.

-¡Venga! te estoy esperando -exclama Elena impaciente.

Entro y cierro la mampara. Me acerco de frente y me abrazo para darle un beso muy húmedo en todos los sentidos. Es una delicia sentir el cuerpo mojado de Elena rozando contra el mío.

-El agua por si sola no limpia -le comento a Elena.

-Claro Carlos -contesta abrazada a mí mientras me devuelve otro de los múltiples besos que nos estábamos dando.

De no haber acabado de correrme recientemente con Elena ahora mismo estaría totalmente empalmado y con enormes deseos de follar juntos. Pero aunque estaba muy a gusto todavía no sentía este irrefrenable deseo. Me agacho entonces para coger la esponja que estaba en el suelo y llenarla de gel de ducha.

-Gírate por favor -le sugiero a Elena agachado desde el suelo.

Elena cierra entonces el grifo de la ducha y se gira sonriendo. Comienzo entonces a frotar suavemente sus pies y talones. Para ir ascendiendo luego muy lentamente por la parte posterior de sus piernas hasta llegar a sus mojadas nalgas. Aquí me entretengo un rato para luego continuar por su bonita espalda. Espalda que recorro por completo dibujando una especie de eses con la esponja. Luego la giro para que se coloque frente a mí.

Repito la operación anterior ahora en su parte delantera. Empiezo bajando por su cuello para seguir por cada uno de sus senos y vientre. Paso ligeramente por encima de su sexo y sigo por sus muslos y piernas hasta sus pies. Donde permanezco agachado.

-Que rico Carlos -me dice Elena desde arriba sonriendo.

-Discúlpame, pero voy a tener que ir al WC -continúa Elena -me estoy meando.

-Vaya, pues ahora ya estás totalmente enjabonada -le contesto.

No sé si lo había hecho a propósito o simplemente había surgido casualmente en ese momento pero me daba la impresión de que Elena no tenía intenciones de salir de la ducha.

-De todas formas no me molesta si quieres hacerlo aquí mismo -le contesto.

-¿ De verdad ? -contesta -no sé. No quiero que te sientas incómodo.

-Elena, si a ti no te molesta que esté aquí, por mi parte no hay ningún inconveniente -sigo afirmando desde mi posición inferior.

-Vale Carlos -contesta Elena.

Separa entonces sus piernas mientras baja su mirada a su coño y trata de concentrarse para empezar a orinar. Todo en mi mente esta corriendo aceleradamente. Me venían las imágenes anteriores a mi mente que tanto morbo me habían dado. Me coloco entonces de rodillas a sus pies, enfrente de ella. Me sentía como un espectador privilegiado, en primera fila. Instantes después las primeras gotas empiezan a salir.

Desde mi posición veo como un fino chorro de color amarillo muy claro cae desde su coño. Comienzo a sentir unas sensaciones indescriptibles que recorren todo mi cuerpo y que se multiplican por mil. Estoy compartiendo parte de los momentos más íntimos de Elena. Mi cabeza acepta y rechaza constantemente la situación. Pero el morbo por lo prohibido o lo que no es correcto me supera. Y más siendo Elena la protagonista.

No sé lo que estoy haciendo, pero no quiero pararme a pensar racionalmente. Quiero abandonarme, experimentar y disfrutarlo en su plenitud. Una de mis manos se desplaza entonces hasta ubicarse a media altura debajo de esa fuente. Subiendo y bajándola en altura. Notando la cálida temperatura del chorro al contacto con mi piel. Adelantando mi mano para sentir ese chorro sobre mi brazo. Luego con ambas manos y brazos. Estoy disfrutando de estas sensaciones mientras Elena no deja de mirarme y respirar y suspirar intensa y profundamente. Quisiera llegar a más pero no me atrevo. Mi parte racional y la que me indica que es y que no es correcto se vuelve a apoderar de mí. Así que una vez que el chorro cesa completamente me incorporo cogiendo la esponja que previamente había apartado.

-Me toca enjabonarte -dice Elena cogiéndome la esponja de las manos a la vez que me sonríe complacida. Me estaba agradeciendo el haber disfrutado y compartido con ella ese momento tan íntimo

-Gírate Carlos -añade Elena.

Me giro y comienza a enjabonarme los hombros. Luego la espalda en su parte superior. Presionando la esponja sobre ella e ir descendiendo poco a poco. Sin prisas, dibujando figuras. Al llegar a mis nalgas se entretiene con ellas durante unos instantes para seguir descendiendo por mis piernas y llegar a mis pies.

Sin esperar a que me lo sugiera me doy la vuelta. Entonces empezando por mis pies asciende muy lentamente recorriendo mis piernas hasta llegar a mi sexo. No estaba totalmente erecta pero si en un estado avanzado. Se para a enjabonarme bien el pene y los testículos para luego seguir ascendiendo por mi vientre y torso hasta llegar a mi cuello.

-Fin -me dice justo cuando ya está a mi altura, sonriendo, mientras deja caer la esponja.

Nos fundimos en un abrazo, totalmente enjabonados notamos como nuestros cuerpos resbalan y se frotan. Los besos ahora son ya más ardientes que nunca. Las caricias por nuestras respectivas espaldas adquieren ahora mayor velocidad. Mi polla ya había empezado a ponerse totalmente dura desde hacía mucho tiempo y su coño se apretaba más y más contra mí para notarla.

Aprovecho para abrir la llave el agua con una de mis manos. Comienza a caer entonces encima nuestra y como es lógico algo fría. Ambos sentimos un pequeño escalofrío y tratamos de quejarnos. Pero sonreímos, nos abrazamos fuerte para buscar el calor del otro y apagamos los gritos con un profundo y ardiente beso. Instantes después ya está templada o al menos eso es lo que nos parece.

El jabón va desapareciendo de nuestros cuerpos mientras se dispara nuestro deseo de follar. Elena baja entonces su mano para coger mi polla y llevársela a su coño. La introduce dentro no sin antes haberla estrujado unos segundos. Aprovecho entonces para llevar mis manos a sus nalgas y apretarlas bien fuerte contra mí.

Empezamos a movernos rítmicamente follando debajo del grifo de la ducha. Su boca come mi boca y cuello. Mi polla entrando y saliendo de Elena salvajemente ahora, Ambos gemimos y aumentamos el ritmo e intensidad. Nos gustaría estar horas así pero momentos después ambos sabemos que el momento de clímax está muy cerca.

Elena ya me había dicho que tomaba la píldora con lo cual no tenía de que preocuparme. Me abandoné completamente al placer de sentir su coño en mi polla a la vez que quería que ella sintiese mi polla en su coño. Mientras, el agua seguía cayendo y corriendo por nuestros cuerpos. Instantes después sentí como mi semen subía velozmente por el tronco de mi polla para salir disparado dentro de su coño. Elena comienza a notarlo y se abraza muy fuerte contra mí gimiendo. Ayudándome en estas embestidas. Corriéndose conmigo.

Ya en calma permanecemos así abrazados unos segundos mientras mi polla se va retirando poco a poco. Instantes después parte de mi semen empieza a caer desde el coño de Elena para mezclarse con el agua que sigue cayendo por encima nuestra, limpiando nuestros cuerpos. Después de un rato así cerramos el grifo y salimos.

-Creo que esto está yendo demasiado lejos -me dice Elena mirándome fijamente y tapándose con la toalla. Buscando alguna respuesta en mí. Aunque lo único que obtiene es un silencio y mirada perdida

-Vamos, que te ayudo con las tareas del piso -termino diciéndole mientras la cojo de la mano.