La asistenta (3)

Tras un delicioso 69 por turnos, (68+1) ahora entro en su estrecho culito...

Sus piernas se cerraron a mi espalda, mientras un escalofrío de placer la recorría entera, su coño palpitaba, unos momentos después sus piernas flojearon y dejaron la presión que ejercían alrededor de mi cuello.

Ahhhh, ha sido increíble…. Hacía mucho que no sentía algo así… mmmm.

Me alegra haberte hecho disfrutar, mira como se me ha puesto la polla de verte así….

Me encantaría tenerla dentro, pero no me puedo ni mover, no me responden los músculos

No hace falta que te muevas, ya lo haré yo

Me puse en pie frente a ella, aparté el sillón, y así tal como ella estaba, tumbada sobre el tablero de la mesa del despacho, su coño quedaba justo a la altura de mi polla.

Comencé a acariciar sus labios vaginales con mi brillante glande, golpeando suavemente su clítoris y su pelvis, mientras sus abundantes jugos resbalaban hacia su ano, hasta hacer un charco sobre la mesa.

A ver como limpiamos esto luego, que como lo vea mi mujer, dejará de ser tu amiga, y mi mujer en un mismo acto.

Ya me encargaré de eso después, métemela dentro.. quiero que me llenes

¿Así, sin protección?

No vengas con eso ahora, ya tomaré la pastilla, métemela yaaaa..

Mientras le hablaba no dejaba de jugar con mi polla, presionando su pelvis, empapándola con sus jugos

Quiero metértela en el culo, ¿puedo?

Métela donde quieras!!!, pero métela ya, cabrón..

Como quieras….

Dirigí mi glande a su estrecho ano, empapado por los néctares que fluían de su coño.

Poco a poco que fue abriendo dejando entrar todo mi capullo, no había mucho problema de lubricación, con sus piernas contra mi pecho, sobre mis hombros, se movía buscando que la penetración fuese más profunda.

Le fui metiendo todo dentro, sintiendo como sus pliegues internos iban recibiendo cada centímetro de mí.

Lo acogían calientes, sus paredes presionaban mi polla, gracias a lo empapado que estaba todo la penetración iba suave como la seda….

Mi polla entraba, salía un poco, y volvía a entrar un poco más adentro, nuestros movimientos se acompasaban, una de mis manos, que agarraban sus caderas, se dirigío a su pelvis… a acariciar y pellizcar su clítoris, intensificando su placer.

Ella gemía, se mordía el labio….

Así, así… ohhh, que caliente… como me gusta…..

Sus preciosas tetas se bamboleaban al compás, mis huevos golpeaban sus nalgas, y se oía el chapoteo de un cuerpo contra el otro empapados de jugos.

Ella se acariciaba las tetas, pellizcaba sus pezones, gemía.

Mi polla palpitaba dentro de su estrecho ano, entraba y salía casi por completo, ella me pedía que no parase, que la llenase con mi leche caliente, agarró mis brazos con fuerza, como si me quisiera clavar los dedos en ellos, estaba teniendo un orgasmo….

Correte yaaa, vente conmigoooo, llenameee

Como si de palabras mágicas se tratase, oírlas hizo que un escalofrío recorriera toda mi espina dorsal, y apretara un gatillo invisible que hizo salir una descarga dentro de ella, llenando su culo.

Aaaaaahhhhhh. – gemimos al unísono.

Apártate.. quiero sorber tu leche, quiero saborear mi corrida

Me aparté y ella se arrodilló en la alfombra, cogiendo mi polla y lamiéndola como quien lame un sabroso helado, su lengua recorría cada milímetro de la piel de mi miembro, dejándolo resplandeciente.

Arrodillada en el suelo me miraba mientras me lamía, sus manos apretaban mis nalgas mientras se metía toda mi polla en su dulce boca.

Después de unos instantes mis piernas ya no podían más, temblaban, me senté en la alfombra a su lado y la besé, probando el sabor de mi leche y sus jugos, mezclados con su saliva.

Nos tumbamos sobre la alfombra, acariciándonos

Mi polla iba perdiendo robustez a pesar de sus caricias, pero sus pezones seguían erectos, ella tenía ganas de más.

Tumbado como estaba yo en el suelo, ella se colocó a horcajadas sobre mí, colocando de nuevo su coño chorreante sobre mi boca, haciéndome saborear de nuevo sus jugos

No quiero que me dejes así… aún te queda un agujero que llenar….

¿Pero no ves que me has dejado seco?

Bebe mi néctar, es mejor que el Redbull… verás que pronto vuelves a estar listo