La araña
En un futuro cercano un monstruoso aracnido se ha especializado en alimentarse del hombre.
Son muchas las nuevas especies de insectos que han aparecido en los últimos años, sorprendentes mutaciones de origen desconocido, quizás producidas por la contaminación, la desaparición de sus hábitat naturales, la radioactividad .
Muchas de las nuevas mutaciones tienen un objetivo común adaptarse a un mundo artificial creado por el hombre, de esta forma los insectos desarrollan diferentes mecanismos para convertirse en parásitos del hombre, en sus habitats y alimentándose de el. De las miles de insectos uno es el que provoca el pánico, el miedo mas radical en el hombre, en el macho, un extraño y, por suerte, poco común arácnido, una especie de tarántula evolucionada que puede tomar la forma de un insecto, que igual que una avispa pica a su victima, un macho humano adulto, inyectándole un veneno que lo prepara y lo deja indefenso para que el arácnido disfrute de su manjar preferido.
Aquella mañana me encontraba en la ducha, mientras el agua bañaba mi cuerpo note una leve punzada en la espalda, bajo mis riñones, me gire y no vi nada, notaba un poco de calor. Mire al suelo y vi en el plato de la ducha la respuesta a mi dolor, horrorizado no podía creer lo que veía, mi respiración comenzó a ser muy agitada, allí a mis pies bajo el agua una especie de avispa, de unos 10 cm, esperaba a que su veneno hiciese efecto.
Salí de la ducha, sabia que estaba perdido, pero no podía creerlo, no me podía pasar a mi, lucharía con todas mis fuerzas. Había oído muchas veces como se producía el proceso, y lo que me pasaría, pero luchaba por evitarlo. Cogí una toalla y me tape la cintura, pensé que así me protegería de momento. Sabía que mi enemigo solo adoptaba esa forma para atacar a su presa, que después necesitaba cerca de media hora para volver a su forma normal, y que ese era el tiempo que necesitaba para que el veneno me dejase totalmente indefenso. Con otra toalla tape al bicho en el plato de ducha, así por lo menos no lo vería y pensé que le seria mas difícil transformarse.
Habían pasado ya cinco minutos desde que me pico y yo seguía allí, no me explicaba porque no salía corriendo lo mas lejos posible, no podía, ni siquiera lo intentaba, quizás fuese el veneno que hacia su efecto, comenzaba a vencerme, mi única idea para protegerme había sido taparme con una toalla, era evidente que el veneno hacía su efecto.
Poco a poco notaba como me rendía, cada vez estaba mas indefenso, notaba como empezaba a aceptarlo, y a la vez como mi excitación aumentaba, sabia que todo eso era efecto del veneno, que el veneno estaba preparando mi cuerpo para ser el alimento de aquel bicho.
El veneno tiene un efecto inmediato, impide pensar con claridad a la victima, ninguno intenta huir ni matar al aracnido, solo veinte minutos toda resistencia cesa y la victima admite su destino, así esta especialmente diseñado para convertir al macho en un dócil sumiso, primero dejandolo indefenso y después listo para entregarse.
Sin embargo, era un último efecto el que lo hacia totalmente eficaz, el veneno afectaba a la excitación sexual del macho, en pocos minutos el macho comenzaba a sentir sus efectos, excitándose poco a poco, hasta volverse loco de deseo, pero sin el impulso de follar ni pajearse, una extraña sensación, mas fuerte que nada que hubiesen sentido nunca, que les volvía locos mientras esperaban cada vez mas sumisos a que la transformación del arácnido se completase.
Así permanecí unos minutos más, ya no me movía ni podía pensar en nada, semidesnudo, en pie frente al plato de la ducha donde, bajo la toalla, se encontraba aun el bicho que me había picado. Mi poya estaba totalmente dura, me dolía, nunca había sentido nada igual, temblaba de excitación, mientras mis huevos bajaban y subían agitados. Al final bajo la toalla algo se movió y ante mi horror lo vi, la avispa que me había inyectado aquel veneno, se había transformado ahora ante mi se mostraba un enorme arácnido en todo su esplendor, con una concha similar a la de una mariquita pero de mas de 20 cm de diámetro y con enormes patas peludas similares a las de una tarántula. Estaba lista para darse un banquete y yo sabia muy bien cual era su comida.
Como un muñeco sin voluntad, me tumbe ante ella, la araña se coloco en mis pies y yo dócilmente separe mis piernas, arquee mis rodillas dejándola totalmente abierto el camino, la toalla que me había puesto para protegerme se abría ridículamente, como una faldita exponiendo ante ella su premio.
Mi excitación era imposible de describir, era como el momento anterior al orgasmo, cuando un macho no puede mas y necesita explotar, pero el veneno no permitía que me corriese y me mantenía en ese estado sin descanso, era así como debía estar, como todo debía de ser. Me quite la toalla y vi como la araña llegaba a su presa, sus patas subieron por mis muslos y por fin el caparazón se situó sobre mis excitadísimos genitales, no los tocaba, estaba unos centímetros sobre ellos, mi poya erecta temblaba, y en ese momento de la boca del arácnido salio una especie de fino cateter que se fijo a mi capullo y penetro en mi pene, mi estremecimiento fue total, me sujeto así la poya y la coloco dejándola en un angulo de 90º junto a su boca, en ese mismo momento dos agujas se clavaron en mis huevos, de su boca los dos tubos se hundían en mis cojones buscando mis conductos seminales y conectándose a ellos.
Yo no podía dejar de mirar, tumbado abierto de piernas con eso entre mis piernas, sometido y dejando que me lo hiciese. Y entonces empezó, bajo su cuerpo y vi como su boca se aferraba a mi rosado capullo, el dolor fue horrible, toda mi poya erecta fue desapareciendo dentro de su boca, me estaba comiendo el pene, lentamente se alimentaba de mi rabo, me estremecí, pero no me moví, y sentí el mayor orgasmo de mi vida, me Corp. rendido, toda mi leche fue a parar a los tubos que me había inyectado la araña, se alimentaba también de mi corrida, lentamente seguía absorbiendo mi pene, sentía como ardía desde mi capullo a la base, no podía parar de correrme, estaba succionando toda mi leche. El caparazón tocaba ahora mis huevos, eso significaba que la araña tenia toda mi poya dentro de su estomago, suspire cuando sentí como mis huevos comenzaban a ser atacados, era como si cientos de agujas salieran de su boca, los atravesaban y absorbían todo.
Así permanecimos quietos, parecía una eternidad, la araña necesitaba tiempo para alimentarse, y me tenia a su disposición, el veneno le dejaba todo el tiempo del mundo, así abierto de piernas con la araña acoplada perfectamente entre mis piernas pude sentir como acababa con mi pene, como lo absorbía, como vaciaba mis testículos, el tiempo se hizo eterno hasta que perdí el sentido.
Ninguna de las victimas de estos ataques muere, se les encuentra adormecidos, sin órganos genitales, en lugar del pene y los testículos una especie de tela de araña que cubre toda la zona de la que se ha alimentado el arácnido y que sirve de cicatrizante, todas las victimas aparecen en un estado de bienestar y satisfacción pleno, debido al veneno este estado puede durar varios días.
Desde que se conoció el primer caso en Agosto de 2122 se han contabilizado más de 500.000 ataques, siendo todas las victimas machos jóvenes de entre 16 y 35 años. De seguir las previsiones actuales en menos de dos años todos los machos correrán esta misma suerte.