La apuesta y algo mas. Parte 3

Ahí decidí que quería que mi hermana se quedará con mi novio, eran parecidos. Yo ya no quería ser así. “Cuídate Rafa, que seas feliz con mi hermana.”

-Rafa es el indicado para ti, no le diré nada. –Me dijo mi hermana Olga.

-No te preocupes. Mañana me encargo de decirle. –Y dicho esto, comencé a imaginarme una nueva vida con mi nuevo novio.

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Martes, día dos de la apuesta.

-Entonces, ¿Hoy no te puedo ver? –Le pregunté.

-Hoy trabajaré hasta tarde. –Me respondió Martin, el chavo guapo, mi nuevo enamorado.

Eran las 10am, en el descanso le hablé para saber si lo podía ver, me respondió muy raro y cortante pero imaginé que era por el trabajo.

Cuando colgamos, decidí que era momento de hablarle a Rafa. Me quedé un rato viendo el teléfono.

-Luego le hablo. –Guardé el teléfono y seguí con mis actividades en la escuela.

Toda la mañana no dejé de pensar en Martín.

A la hora de la salida, me fui directo a mi casa, pensando en Rafa.

”Él de rato, llegará al cuarto que rentamos, con otra mujer y se la va a coger”

, pensé y sentí caliente y mojado en mi entrepierna. Apresuré mi paso para llegar a mi casa a masturbarme.

Cuando llegué

“No, detente, ya no harás eso”

, pensé. No había llegado ni mi tía ni mi hermana. Me puse un short de licra y una playera ajustada y me puse a ver tele.

Me imaginé a Olga empinada y Rafa cogiéndosela; Andrea empinada; mi vecina empinada.

-Está bien. –Dije. –Masturbarse no tiene nada de malo.

Fui a buscar el consolador que le quité a mi amiga Andrea. Regresé a la sala y me quedé congelada al ver a Rafa y a mi vecina parados en medio de la sala.

-¿Qué… que… que… hacen? –Les pregunté asustada. Me vieron con el consolador en la mano y sonrieron.

-Pasamos a verte, todavía no es hora de ir a cogérmela. –Dijo Rafa. –Pero quería darte un adelanto de lo que tu vecina ha aprendido.

Y dicho esto, la tomó del brazo y caminaron a mi cuarto, pasando a lado de mi. Mi vecina llevaba la mirada agachada, y no me volteo a ver. Se le notaba mucha pena.

Dudé un momento, luego los seguí. Cuando entré, Rafa ya estaba desnudo completamente y estaba de pie. Mi vecina estaba hincada frente a su verga, mamándosela.

Mi actitud, mi cuerpo, toda yo, se llenó de calentura, de excitación, de lujuria.

Me olvidé de toda decisión que había tomado un día antes, tan solo quería calmar mi calentura. Me fui directo a la cama de mi hermana y me acosté con las piernas abiertas y me puse a mirarlos. Llevé el consolador directo a mi panochita que estaba cubierta por mi short de licra.

Mi vecina mamaba la verga de Rafa con mucha ternura; se metía solo la cabeza de la verga, y ahí empezaba un mete y saca lento, y con las yemas de sus dedos, agarraba el palo. Todo ese espectáculo era lento, despacio, tierno, lindo. Yo estaba ardiendo. Agarré con más fuerzas el consolador y me lo froté más duro contra mi panocha.

-¿Qué te pasa? –Me preguntó Rafa. Lo miré y tenía esa cara de lujuria que me gustaba que pusiera.

-Estoy caliente, amor.

-Lo sé, esto te gusta. Me contó Olga y vine a recuperarte. ¿Te nos unes? –Me preguntó.

-Claro. –Y de un brinco me levanté de la cama.

Mi short estaba muy húmedo y con olor a sexo. Me lo quité. Escuché un auto llegar a la casa. Mi corazón se aceleró mucho.

“¿Quién será?”

, pensé. Salí de cuarto y me asomé por la ventana: eran Olga y mi tía. Mi corazón se me salió de mi cuerpo.

Rápido corrí a avisar a Rafa y a mi vecina que debían cambiarse pero en cuanto entré al cuarto, no había nadie.

-¿Rafa? –Hablé pero nadie respondió. -¿Hola?

Todo había sido producto de mi imaginación y mi mente se empezó a llenar de pensamientos

“¿Qué me está pasando? ¿Es una señal? Estoy caliente y quiero coger. Soy una nueva persona. Tengo nuevo novio.”

Se escuchó la puerta de la casa abrirse, rápido me puse mi short y fingí estar buscando ropa. Al minuto entró mi hermana al cuarto.

-Ando muy cansada. –Dijo.

-Hola. –Le dije.

-¿Qué es esto? –Me preguntó. Voltee y vi que traía mi consolador. Se me había quedado en la cama. Me dio mucha vergüenza.

-Es mío. –Me levanté y se lo arrebaté. –Dámelo y no digas nada.

Mi hermana sonrió.

-¡Wow! Que buena te ves con ese short, hermanita. –Se acercó y me dio una nalgada. –Así a cualquiera te levantas.

-Cállate. Tengo nuevo novio, recuerda.

-¡Aja! Ese dildo no dice lo mismo. –Y salió del cuarto.

Mi hermana tenía razón, podía tener otro novio y ser diferente, pero la calentura me ganaba. Esa la traía por naturaleza y nadie me la quitaría.

“Pero quiero ser diferente y ya no me dejare llevar”

, me levanté, respiré hondo y salí de mi cuarto.

Y me equivoqué, salí temblando de mi cuarto, recordando a mi novio con mi vecina, solo quería estar con Rafa en ese momento. Que me cogiera.

“No”

, pensé. Miré mi teléfono esperando un mensaje de Martin pero no había nada.

Entre comidas, platicas y demás, dieron las 3pm. Mi tía se fue al trabajo y me quedé con Olga.

-Voy a mi cuarto. –Me dijo.

Me puse a ver tele. Fue mala idea. Seguía nada más ideando. Debía masturbarme ya que si seguía caliente, iba a irme con el primero que se me ocurriera.

Encendí la computadora. Abrí una de las páginas porno que miraba y vigilé que no viniera mi hermana.

Puse videos de mamadas; mujeres haciendo el trabajo a enormes vergas, para luego llenarles la cara de leche. Fue cerca de media hora viendo ese tipo de videos, y con miedo a que mi hermana llegara. No disfruté bien.

Cambié de videos; posición perrito. Había unas chavas con unas nalgotas enormes, y otras que se movían delicioso.

-¿Qué haces? –Apareció Olga de la nada.

-Buscando tarea. –Dije nerviosa.

Me vio sin decir nada.

-Ya entendí. Te doy espacio, no te preocupes, no saldré. –Me dijo

En cuanto cerró la puerta, me levanté de la computadora con mucha pena y me fui a ver tele.

Seguía ideando. Vi el celular, eran las 4pm apenas. En un rato, Rafa estaría llegando e imaginé de nuevo.

“¿Con quién será?”

Deseaba tanto que terminara la apuesta y ver el video.

“¿Pero que estoy diciendo? Ya no…”

, no terminé la frase cuando me llegó un mensaje al celular.

¿Puedes? Cuñada

, era Miguel, el novio de Olga.

Rápido respondí.

¿Dónde estás?

En la plaza.

Me quedé un rato pensando. Tenía un dilema: Miguel o Martin.

“Un faje y si no se entera, no tiene nada de malo.”

, pensé.

Espérame, en 5 minutos llego.

Y así, con la ropa que llevaba, salí rumbo a la plaza. En el camino solo iba pensando en lo que le haría para calmar mi calentura y esos pensamientos me calentaron más.

“Solo faje y unas agarraditas”

.

Llegué y ahí estaba Miguel. Me hizo una seña y fui directo hacia él. De un brinco se me abalanzó.

-Espera, aquí no, nos pueden ver. –Le dije.

¿Dónde entonces? –Dijo.

-Ven, vamos a aquellos departamentos. Uno es mío. Pero solo vamos a fajar. –Le dije.

No dijo nada y caminamos de prisa. Llegamos, vi la hora. 4:20pm, en media hora llegaba Rafa.

-Oye. –Me habló el rentero.

-Ve a aquel cuarto, te alcanzo. –Le dije a Miguel. -¿Qué pasó?

-Sobre el pago. –Me había olvidado de esto.

-Mire, ahorita tengo a esta persona. Hoy no puedo.

-Si ya vi. Tengo un sobrino, 20 años, mañana en la tarde se va de viaje. Quería traértelo hoy pero ya vi que ya traes a alguien. ¿Mañana te lo puedo traer? Es virgen y quiero que lo estrenes.

-¿A qué hora se va? –Pregunté.

-3pm –Me dijo.

-No puedo a esa hora.

-En la mañana. –Me dijo.

-Estoy en la prepa. –Y se me ocurrió. –Vaya por mí, diga que es mi tío y me trae. A las 10am.

-Me parece perfecto. Por cierto, te ves buenísima con ese short y esa playera ajustada.

Lo vi y le guiñé el ojo. Salí rumbo al cuarto.

El comentario que me hizo el rentero provocó que cuando fuera rumbo al cuarto, lo hiciera moviéndome de una manera sensual y excitante. Me calentaba pensar que los hombres me veían y se excitaban por la manera en que me movía.

Llegué

bien

caliente

al

cuarto

.

Mi cuñado estaba acostado en la cama, y cuando me vio entrar, se levantó y se lanzó sobre mi. Me lanzó contra la tele, sus manos agarraron mis nalgas y su cabeza la metió entre mis tetas.

-Cuidado. –Le dije.

-Estás buenísima cuñada. Si supieras cuantas puñetas te he dedicado.

-¿Muchas? –Pregunté sintiéndome halagada. Lo acariciaba como a un bebé.

-Todos los días, hasta tres veces. –No me soltaba. –Estás más buenas que muchas actrices porno.

-Y ¿No te coges a mi hermana?

-No quiere. –Me respondió.

-¿Nunca han cogido? –Pregunté sorprendida. Con lo caliente que era, dudaba que no mantuviera relaciones con su novio.

-Solo una vez. –Me dijo. –Hace mucho, pero le gusta mas que lo hagamos con ropa.

‘’Pinche vieja, le gusta que la calienten para luego irse con mi novio”

, pensé y sentí húmedo en mi entrepierna.

-Espera. –Le dije. –Estoy muy mojada y no quiero que se note en mi short. Me diste una idea, me lo voy a quitar y fajaremos en ropa interior.

-Si si si si. –Me dijo y rápido se quitó su ropa quedando en ropa interior. Se le marcaba una verga grande.

-Recuerda, esto quedará entre nosotros. –Le dije mientras pensaba en Martin, mi nuevo novio.

-Si si si si.

Me acosté boca arriba en la cama con las piernas abiertas y se puso encima de mí. Puso su verga en mi panocha y empujó. Empezó a hacer como si me estuviera cogiendo, se agachó y nos besamos. Lo rodeé con mis piernas y me empecé a mover. No era comparado en nada a la penetrada pero era rico. Estuvimos alrededor de dos minutos en esa posición.

-Siento que tienes una verga grande. –Le dije.

-Te la enseño. –Me dijo mientras se paraba y se quitaba su ropa interior. Saltó una verga del tamaño de la de Rafa pero esta estaba muy gruesa. -¿Qué te parece?

Me acerqué viéndola de una manera divertida. La tomé con las manos.

-Muy gruesa, se ha de sentir rico dentro.

-¿Probamos? –Me dijo.

Yo estaba ardiendo, así que de ahí iba a salir cogida por mi cuñado.

-Saca un condón de ese cajón y acuéstate. –Le dije. Caminé hacia el baño y encendí la cámara. Regresé y me quité el calzón. Miguel se estaba poniendo el condón. –Quédate acostado, yo haré todo el trabajo. –Y dicho esto me subí a la cama y encima de mi cuñado. Me clavé y resbaló muy rico. Gemí.

La verga y mi panocha, estaban apuntado a la cámara.

”Esto te va a gustar, mi amor”

, lo dije mientras pensaba en Rafa. Me incliné un poco y recordé algunas montadas de los videos porno. La mujer movía únicamente sus caderas para salir y entrar de la verga.

Hice el primer intento, batallé pero me moví igual. Tardé unos 5 segundos en hacer el siguiente movimiento pero lo hice un poco mas fácil. Luego no pude. Me detuve y me concentré para hacerlo bien. Di dos sentones. Luego le agarré el chiste y empecé a moverme de manera lenta pero moviendo solo mis caderas.

Era delicioso. Como a los 20 segundos tuve un orgasmo. Sonreí. Fue delicioso.

-Disculpa. –Le dije entre gemidos. –Ahorita te hago venir.

-Yo me vine cuando entraste por primera vez.

-Entonces hay que irnos porque mi novio va a ocupar el cuarto en un ratito y nos va a encontrar aquí. –Nos levantamos. Limpie todo lo mojado de mis piernas con mi calzón, luego le limpie el semen de la verga de mi cuñado y le di mi calzón. –Ten, de recuerdo. –Le dije.

-Gracias, supongo. –Me dijo. Salimos del cuarto.

-De aquí, cada quien por su lado. –Le dije.

–Entonces, ¿Tu novio coge con otras y tú lo dejas?

-Si.

-Y tu hermana me ha contado que coge con tú novio… ustedes son a todo dar. –Y se fue por su lado.

En ese momento me llegó un arrepentimiento total. Las personas que nos conocían a fondo, nos tenían en el peor de los conceptos. Era momento de ponerle un alto.

Con mi nuevo novio, debía empezar de cero. Ya no volvería a meterme con nadie más. Me alejé de los cuartos y caminé a la plaza. Me senté viendo a los cuartos, a esperar a Rafa. Lo vi llegar y entrar, con mi hermana Olga.

Ahí decidí que quería que mi hermana se quedará con mi novio, eran parecidos. Yo ya no quería ser así.

“Cuídate Rafa, que seas feliz con mi hermana.”

Y con este pensamiento, caminé a mi casa. Iba pensando en Martin y en la vida que nos esperaba juntos.

Como a las 8pm le hablé por teléfono.

-Hola, amor. –Dije.

-Hola, si jefe. ¿Qué pasó? –Me dijo. Me extrañó lo que dijo. ¿Se habrá confundido? –Permíteme. –Escuché que dijo. –Es el jefe, regreso. –Hola. –Me saludó.

-¿Qué pasó? –Pregunté.

-Te dije, estoy haciendo horas extras, pero el que estaba al lado de mi era el supervisor. Ni modo que le dijera que era mi hermosa novia la que me hablaba.

-Entiendo. Te extrañé hoy.

-Yo también, mañana te quiero ver. –Me dijo.

-Si claro. ¿A que hora? –Le pregunté.

-Tengo descanso a medio día. ¿Puedes?

-Claro, te quiero mucho mi hermoso.

-Y yo te quiero mucho más.

Y dicho esto colgamos. Me sentí un poco más tranquila y feliz.

Hice mis tareas, me bañé y me dormí a las 10pm.

Continuará.