La apuesta y algo mas. Parte 1
Mi novio... mi tía... mi amiga...
La luz de la luna era lo único que nos iluminaba aquella noche.
Mis rodillas y todo mi cuerpo estaban llenos de tierra. En ese momento sentía dolor en mis rodillas por las piedras que se clavaban pero no tenía pensado levantarme, no iba a sacarme la verga de la boca.
Estaba completamente desnuda, mi panocha y mi culo aun me dolían. Minutos antes había tenido esta verga en mi culo y ahora estaba lista para recibir mi premio: la leche.
Rafa se sacó la verga de mi boca y empezó a masturbarse con desesperación. Gimió fuerte y salió su leche directamente a mi boca. Me tragué hasta la última gota.
Nos levantamos y caminamos hasta su auto. Mi novio también traía sus rodillas llenas de tierra, su espalda, todo el cuerpo. Literalmente nos habíamos revolcado. Nos vimos y nos reímos mientras nos sacudíamos y nos vestíamos.
-¿Qué hora es? –Le pregunté conociendo la respuesta.
-3am. –Me dijo.
Habían pasado 4 días desde el día que nos “habíamos confesado” Rafa y yo, y a partir de ese día, todas las noches habíamos estado cogiendo. Los encuentros se habían estado terminando a esta misma hora. Al segundo día de llegar a esta hora, mi tía me llamó la atención y recalcó “Vas a terminar embarazada”.
-Estas más potente, amor. –Le dije mientras lo abrazaba, aun no me había puesto mi pantalón.
-Si lo dices por el tiempo que pasamos cogiendo… -Interrumpí
-Por el tiempo y por las veces que te vienes. Todos los días empezamos como a las 10pm y terminamos a las 3am y te has venido 5 veces en cada noche. Llevo el conteo porque tu lechita sabe muy rica. –Me le acerqué y nos besamos.
Llegué a mi casa.
-Solamente le voy a avisar a tu mamá sobre este comportamiento tuyo. Te puede pasar cualquier cosa a estas horas. Lo mínimo que te puede pasar es que salgas embarazada. –Y dicho esto, mi tía se fue rumbo a su cuarto.
Me sentí un poco mal pero ese sentimiento se esfumó al recordar estos 4 días que había pasado con mi novio. Estos 4 días se los había dedicado única y exclusivamente a Rafa, estaba enamorada de él, el sexo estaba al máximo, lo hacíamos disfrutando de todo al máximo. Estaba feliz, demasiado feliz.
Toda la semana fue lo mismo.
Para cuando me bañé y me acosté habían dado las 5am. Ni tiempo de dormir, en una hora más debía estar despierta para ir a la escuela.
Cerré los ojos.
La luz del sol me pegó en la cara, abrí los ojos y me levanté asustada. Había mucha luz en el cuarto. Me había quedado dormida.
-Despierta, Julia. –Tocaron la puerta de mi cuarto. Escuché la voz de mi mamá. Me asusté. Recordé las palabras de mi tía. Me asusté muchísimo.
-¿Mamá?
-Si. Es viernes y nos vamos a la casa. Hoy no van a la escuela. –Sonó un poco molesta.
Eso hizo que me levantara y me arreglara rápido.
No almorzamos. Apenas salí y mi mamá y mi hermana ya estaban subiendo al auto. Me subí en la parte de atrás. Mi mamá estaba molesta, enojada y yo sabía porque. Se venía la plática que tanto miedo me daba pero ya era hora de enfrentarla.
El camino a la casa fue silencio total, hasta que llegamos.
Mi hermana se fue directo a su cuarto. Yo caminé despacio esperando que mi mamá me dijera algo.
-Ven, quiero hablar contigo a solas. –Me dijo mientras íbamos a su cuarto.
Entramos y cerró la puerta.
-¿Qué te está pasando? –Me preguntó. No dije nada, no sabía que decir o como empezar. – ¿Es Rafa? –Seguí callada. –Esta plática también es difícil para mí pero quiero que sepas que soy tu mamá y estoy aquí para apoyarte y aconsejarte.
-Bueno… -Dije sin saber que más decir.
-¿Qué está pasando?
-He estado viendo a Rafa. –Respondí.
-Tu tía me ha dicho que has estado llegando pasado de medianoche. -Bajé la cabeza en señal de pena. -¿Qué hacen en todo ese tiempo que están juntos? –Llegó la pregunta que me daba tanto miedo.
-Mamá… yo sé que todo eso que nos dijiste… -Tenía ganas de llorar pero alguna manera me salió fortaleza.
-Hija, no tienes que preocuparte. Quiero tener esta plática contigo porque me preocupas. –Levanté la cabeza y la miré a los ojos. –Ahora sí, dime. ¿Qué hacen?
-Te… te… te… tenemos relaciones. –Tragué saliva. Mi mamá suspiró.
-¿Desde cuándo tienen?
-Casi desde… que… iniciamos la… relación.
-Esas veces que me decías que ibas a salir con él, ¿Se iban a tener relaciones?
-Si.
-¿Por qué me mentías?
-No se… tenía miedo. Es algo que me gusta. Pero te juro mamá que nos cuidamos, somos responsables. –Mientras lo decía me di cuenta que estaba mintiendo, de hecho, desde que ando con Rafa he estado mintiendo. En ese momento me puse a pensar. ¿Me estaría haciendo mal mi relación con Rafa?
-Aquí lo importante es que has estado mintiendo. ¿Sabes en todos los problemas que te pudiste y puedes meterte? Salir embarazada, algún accidente, violada, secuestrada… no pensaste en eso, ¿verdad?
-Pero mamá… –Me interrumpió.
-Escúchame. –Guardé silencio. - ¿Por qué te entregaste a Rafa?
-Lo amo mamá.
-Y ¿Él te ama? Recuerda, te debiste dar a respetar hasta que te casaras. Ahora ya no…
-Me ama, nos amamos. Estoy segura de eso. Por favor mamá. Si no hubiera estado segura no me hubiera entregado. Los dos estamos enamorados. Confía en mí.
Silencio. Luego me abrazó.
-Lo hecho, hecho está. Solo me queda decirte, cuídate. Ya no quiero quejas de tu tía.
La abracé con todas mis fuerzas.
-Gracias mamá.
Y a la edad de 17 años, me sentía plena, llena, total, en mi vida…
Pasó un mes donde a diario, con el permiso de mi mamá tuve sexo sin control con Rafa.
Hasta que llegó un ‘’pero’’… el sexo con mi novio empezaba a hacerse aburrido.
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-Te gusta ser mi perrita, ¿Verdad? –Me dijo Rafa mientras me cogía de perrito.
Era casi mediodía, estábamos en la casa de mi tía, en mi cuarto. Me había hecho la pinta y había estado cogiendo toda la mañana con mi novio.
-Sí, soy tu perra, papi. –Le dije mientras gemía.
-Los que te han cogido te han puesto así, ¿Verdad?
-Si papi.
Esta era nuestra nueva mecánica: Nos decíamos estas cosas porque nos calentaba recordar o imaginar cómo cogíamos con otros mientras teníamos sexo. Era muy rico.
Rafa sabia o al menos se imaginaba que había estado con un chavo, aparte de él. Lo que no sabía en realidad es que mi panocha había sido atravesada por muchas vergas.
Podía sentir como la verga de Rafa entraba y abría las paredes de mi panocha. Me agarró de las caderas y me empezó a dar fuerte, con movimientos rápidos. Los dos empezamos a gemir al unísono.
-Siento como pegan tus bolas con mis nalgas, lo haces delicioso papi.
-Y ahorita te vas a comer esta verga hasta sacarme la leche.
-S… s… sí. –Tuve un orgasmo. Había perdido la cuenta de cuantos orgasmos llevaba.
-Te gusta mamarla, ¿Verdad? ¿Has mamado muchas vergas?
Cada pregunta que me hacía era un recuerdo de una aventura y los orgasmos eran más intensos.
-He… mamado… muchas… vergas, y todas me dieron leche.
-Voltéate. –Me dijo. Me acosté boca arriba. Puso su verga frente a mi cara y se quitó el condón. Comenzó a masturbarse. –Voy a llenarte la cara de leche puta.
-Llénamela, así como se la llenas a mi hermana. –Le agarré las bolas y se las masajeé despacio.
Salió el primer chorro que me cayó en los labios, luego otro en la cara, en los ojos.
Rafa cayó a un lado de mí, agitado.
-Estoy agotado. No puedo más. Necesito descansar. –Me dijo. –Ya son 3 veces que me vine.
-Sí, le seguimos en la noche. –Dicho esto, soltamos la carcajada.
Me levanté al baño a lavarme. Regresé y mi novio seguía acostado, desnudo. Le puse atención y noté que tenía un cuerpo atlético, marcado.
-¿Has estado haciendo ejercicio?
-Sí, desde hace mucho vamos Andy y yo.
-Tengo ganas de ver a Andy. –Le dije.
-Vivimos juntos, cuando quieras.
-¿Cómo? –Me sorprendió lo que dijo.
-Está estudiando en la ciudad y rentamos una casa. Entre mi tía y yo pagamos los gastos.
-Te las has de coger todos los días.
-Ahorita ni tanto, llego bien descremado. –Sonrió.
-El sábado que vaya para allá, salimos los tres. –Le dije. –Me hace falta variedad. –Dije, aunque más bien sonó como pensamiento.
-¿Eh?
-Disculpa.
-No, ¿Qué fue eso?
-Es que… este mes, ha sido totalmente para ti y siento que estamos cayendo en lo aburrido. Bueno, al menos yo porque solo he estado contigo. Tú le varias con Andy.
-¿Quieres estar con alguien más?
-Solo tener sexo.
-Yo pensé que tenías unas escapadas con otro chavo. Te amo. –Me dijo y me dio un beso.
Nos comenzamos a vestir.
-No, solo contigo. Te amo.
-¿Qué propones?
Traía una idea desde hace días…
-Vamos a hacer un concurso. Tú y yo. –Le dije.
-Dime.
-Durante una semana vamos a ver quién se coge a más.
-Eso es mucho.
Vi confianza en su rostro y eso me animó a seguir hablando.
-¿Tienes miedo?
-Para nada. Explícame.
-Durará una semana, rentamos un cuarto, ponemos un horario que se debe respetar y en ese horario el que se coja a más gana.
-Y ¿Cómo vamos a estar seguros que el otro dice la verdad?
Pensé.
-En el cuarto ponemos la cámara escondida y grabamos. Únicamente contarán las cogidas que estén grabadas.
-No estoy seguro de esto. –Dijo Rafa.
Ya vestidos, lo abracé y le di un beso.
-Hazlo por mí, por nuestra relación. Te amo y eso no cambiará nada. Será rico para los dos, recordar esto mientras tú y yo cogemos.
-Está bien, amor. Te amo.
-Y yo te amo a ti. –Le dije. –El lunes empezamos.
Salimos, nos despedimos y Rafa se fue. Regresé a mi cama y me dormí.
Desperté pasada de las 5pm y pensé en Andy, quería verla.
‘’Mañana es viernes… le daré un regalito a mi novio el sábado que nos veamos’’
.
Llegó el viernes. Fui a la escuela normal. No le hablé a Rafa para dejarlo descansar y poder disfrutar el sábado los tres.
Ya quería salir de clases y faltando 10 minutos.
-Buenas tardes. –Entró la secretaria al salón. –Julia, ahorita en la salida necesito que vayas a la oficina. –Y sin decir más, salió.
Dio la hora de salir y me dirigí a la oficina.
-Me habló, dígame. –Le dije.
-Julia, aun no te has inscrito para este semestre, no nos trajiste papelería y no has hecho el pagó.
-¿Qué? –Era verdad, olvidé por completo la escuela. –El lunes sin falta traigo todo y hago el pago.
-La papelería se fue desde la semana pasada. Te aviso que no alcanzaste a entrar para este semestre.
-No me puede decir eso.
-Lo siento, mija. No nos dimos cuenta de la situación hasta ahorita que empezamos a llenar los datos de los alumnos.
-¿Se encuentra el director?
-Salió de la ciudad, regresa hasta mañana sábado.
-¿Qué se puede hacer? Dígame, no quiero quedar fuera.
-Lo que te digo es lo que es, no puedo hacer nada más.
-¿Puedo hacerlo hoy?
-Ya se envió todo, no nos dimos cuenta de tu caso hasta ahorita. Por eso no te avisamos antes.
Estuve un rato pero no podía hacer nada más. Estaba fuera de la Prepa.
-Mañana me quedaré a hacerle guardia al director. –Les dije a mis amigas. –No puedo estar fuera, mis papás…
-Te acompañaría. –Dijo Marcela. –Pero saldré con mis papás.
-Yo no puedo. –Dijo la que era mamá.
-Yo te acompaño. –Dijo la otra amiga, llamada Karla. –Tú dime a qué hora y nos vemos.
Sin decir más, nos fuimos cada quien a su casa.
Estaba fuera de la Prepa y sin embargo lo único que me preocupaba era que se podía arruinar mi sábado con Rafa y Andy.
-Mamá, me iré mañana, es que tengo unas cosas que hacer con mis amigas. Tarea. –Le hablé a mi mamá.
Llegó el sábado. Era mediodía. Quedamos de vernos en la plaza a esa hora.
-Vamos a su casa. –Le dije a Karla.
-Agarramos un taxi, no te preocupes. Yo pago. –Dijo.
Llegamos a la casa del director. Muy bonita. Tocamos el timbre. Salió su esposa. Era una señora de entre 45 -50 años y sin embargo estaba buenísima. Caderas anchas, unas nalgas enormes y unas chichotas y muy atractiva. Rafa se la cogería sin duda.
-Buenas tardes. –Saludamos. –Somos alumnas de la Prepa. ¿Se encuentra el director?
-Buenas tardes. No se encuentra.
-¿Va a regresar pronto? Me urge hablar con él.
-No creo. –Dijo en tono cortante.
-Es muy difícil encontrar a ese señor. –Dijo Karla. Le di un golpe.
-¿Nos puede dar su número?
-Yo le hablo. –Dijo. Entró a la casa y cerró la puerta.
-Que señora tan mal atendida. Que bueno que el dire se anda cogiendo a otras. –Dijo Karla, nunca la había escuchado hablar así. Me sorprendí. Y la verdad es que me agradó.
-Pues es muy guapa. Te aseguro que muchos quisieran con ella. Es más, hasta ha de tener sus amantes. –Dije.
-Hasta yo quiero con ella. –Dijo Karla riendo.
Luego de un rato regresó la señora.
-Las ve en la Prepa a las 6pm
-Gracias. –Dije. Nos retiramos. -¿Qué hacemos? –Le pregunté a mi amiga.
-¿Ya comiste? –Me preguntó.
-No.
-Vamos a la pizza, yo pago, no te preocupes. –Tomamos un taxi y nos fuimos a la pizza.
Por un momento me puse a pensar en Karla, a pesar de ser una de mis mejores amigas la verdad es que nunca la había tratado bien. En la escuela era un poco seria, de vez en cuando un chiste o una broma. Pero este día había estado comportándose muy diferente a la Karla que yo conocía.
Llegamos a la pizza, cerca de las 2pm. Faltaba mucho para ver al director.
Nos sentamos, ordenamos y comimos, platicamos un poco de la escuela, los maestros, chismes. En ese lugar nos llevamos una hora.
Salimos a las 3pm.
-¿Qué hacemos ahora? –Pregunté.
-No pues no sé. Si quieres vamos a mi casa. –Dijo. –Allá vemos una película mientras.
-Bueno.
Nos fuimos.
Llegamos a su casa.
Ahí estaba su mamá.
-Hola. –Me saludó.
-Hola señora, ¿Cómo está? –Saludé.
-Bien y ¿Y tú?
-Bien. Gracias.
-¿Ya terminaron? -Preguntó
-Aun no mamá. –Dijo Karla. –Se ocupó Marce pero más tarde nos vemos.
-Y ¿Qué harán mientras?
-Descansar, ver una película.
-Bueno, Julia te quedas en tu casa. Andaré lavando. De adentro hacia fuera. Ponte cómoda. –Dicho esto se fue.
-Vamos a la sala. –Dijo Karla. La seguí.
Encendió la tele. Puso una película que no recuerdo el nombre pero la realidad es que no era muy interesante. Solo me recosté en el sillón a descansar.
-Ahora sí, es momento de las confesiones. –Abrí los ojos sorprendida. La vi mirándome divertida.
-¿De qué hablas? Mensa. –Dije apenada.
-Pues de eso, dime. Sabemos que tienes novio y nos has platicado de él, pero sospechamos que ya te metiste con él.
-¿Meterme?
-No te hagas. –Reí. -Esta es una plática que no saldrá de aquí. Solo tú y yo. ¿Ya cogiste con Rafa?
-Este… -Dije en tono de broma.
-¡YA! –Me dijo desesperada. Asentí con la cabeza. -¿En serio?
-Si.
-Y ¿Qué tal?
-Bien.
-¿Cómo que bien? Dame detalles. ¿La tiene grande? ¿Cuántas veces? Dime.
-Pues, tiene buen tamaño, y lo hemos hecho muchas veces.
-¿Dónde?
-En su casa, mi casa, en el auto.
-Mira, tan buena que te ves y te encanta coger.
-Cállate mensa. –Dije apenada. –Haber y ¿Tu?
-Yo varias veces.
-¿Con tu novio?
-No. Con otros chavos. Mi novio ni se interesa en eso.
Silencio. Era la primera vez que hablaba con una de mis amigas sobre esto y me empezaba a dar remordimiento. ¿Qué pensarían?
-Pero por favor no les digas a las otras. –Le pedí a Karla.
-Pero ¿Por qué? Ellas sospechan, incluso Marce asegura que has llegado a la escuela recién cogida.
-No quiero que se enteren por ti, yo les diré a ellas después.
-Puta. –Y empezó a reír a carcajadas.
A estas alturas ya lo miraba como un halago el que me dijeran puta. Incluso me llegaba a gustar. Acomodé la cabeza en el sillón y cerré los ojos.
-Vámonos July. –Me despertó Karla.
-¿Qué hora son?
-5:30pm
-Sí, vámonos. –Dije. –Primero vamos a la prepa y luego a la casa de mi tía por mis cosas.
Me levanté, me acomodé la ropa, fui al baño y regresé. Salimos rumbo a la prepa.
Llegamos faltando 10 a las 6pm. Para nuestra sorpresa ya estaba la camioneta del director.
Entramos a la prepa y había personal; intendentes, una secretaria y el velador. Caminamos rumbo a la dirección.
-Hola chicas. –Saludó la secretaria.
-Hola. –Saludamos.
-El maestro las espera. Yo ya me voy a mi casa. Las dejo, cuídense. –Y salió.
Caminamos rumbo a la oficina del director. Entramos.
-Si bueno, quedamos en eso para la noche. –Estaba hablando por teléfono. Nos vio. –Te hablo luego. –Y colgó. –Pasen y tomen asiento. Mi esposa me hablo, dijo que me querían ver. ¿Qué necesitan?
-Habla Julia. –Dijo Karla.
-Julia, dime. –Dijo el director.
-Mire lo que pasa es que por una extraña razón, no me inscribí en la prepa y me dijeron que estoy fuera y pues… -Silencio. Nos miramos. -¿Todavía se puede hacer algo?
-Es un trámite difícil.
-Entonces, ¿Se puede? –Pregunté.
-Sí, pero es un trámite difícil, te repito y largo.
-¿Qué hay que hacer? –Dije desesperada.
Silencio.
-Ahorita regreso, voy al baño. –Dijo Karla y salió de la oficina.
Silencio.
-Dígame.
-Te va a costar mucho. –Me dijo.
-No se preocupe, dinero tengo. –Le dije.
-No me refiero a eso. -Y entendí. Me vio y supo que podía hablar más claro. -¿Estas dispuesta?
Bajé la mirada. Quise hacerme la difícil.
-Oiga profe, yo no soy esa clase de persona. –Le dije.
-Estoy seguro que no, pero este favor no te saldrá gratis. Algunas alumnas han venido a pedirme favores. Tu amiga Karla y otras han venido. Tienen beca, y otros beneficios…
-Pero… -Me interrumpió.
-No es necesario que lo hagas, simplemente te vas a otra prepa. No te pido algo que sea mucho sacrificio, con el tiempo te vas a dar cuenta que aparte de los beneficios que tendrás, disfrutarás mucho.
Silencio. Estaba media confundida. Karla no iba a regresar hasta que yo saliera. Y de la oficina iba a salir siendo alumna o no siendo alumna.
Pensé en mi mamá, se iba a terminar todo para mí, incluso mi relación con Rafa. Tenía que hacer el sacrificio.
-¿Cómo va a funcionar esto? –Pregunté.
-Como te digo, muchas compañeras tuyas vienen a verme. Con ellas tengo un tipo de relación a cambio de beneficios. Relación sexual. Pero ¿Qué tienes que hacer? Está claro que tener sexo conmigo, nos vamos a estar viendo, yo te hablaré para ponernos de acuerdo. También te invitaré a fiestas donde acudirán amigos y tendrás que atenderlos. En general, tienes que estar dispuesta a hacer todo lo que te pida. Y reitero, los beneficios son enormes. No te arrepentirás.
-Está bien, acepto. –No tenía más opciones.
-Bien. –Dijo y se me quedó mirando como que esperando algo.
Para este momento de mi vida, ya sabía mucho sobre estas cosas. Se levantó y se paró frente a mí, me puse de pie y me abrazo mientras se metía entre mis pechos.
Me calenté rápido. Gemí.
- ¿Con tan poquito? –Dijo viéndome mientras sus manos me acariciaban mis tetas. Asentí con la cabeza. –Son las tetas más grandes que he tocado. Redondas, jugosas, ya les quiero poner la verga en medio.
-Y ¿Qué esperamos? –Me agaché, le quité el cinto y le bajé el pantalón junto a su ropa interior. Salto una verga de tamaño mediano y muy gruesa. Abrí mi boca más de lo normal porque no me entraba.
Me agarró de la nuca y empezó un mete y saca lento, a mi ritmo. Me agradó mucho ese gesto. Me gustaba mucho mamar verga y quería mamársela a mi ritmo. Si tanto iban a gustarme los beneficios, iba a hacerlo lo mejor que pudiera para que fueran mejores.
Sabía algunas cosas y las iba a aplicar. Jugué con mi lengua por todo su palo, se le notaban las venas. Seguía con su mano en mi nuca pero sin forzarme.
Me separé y empecé a jalársela mientras lo veía, el director tenía la cabeza hacia el techo.
Este ritmo estuvo cerca de 5 minutes. Mamada y jalada, a mí me encantaba y sin duda al director lo estaba volviendo loco. Estaba haciendo lo que mejor sabía hacer con mi boca.
Me levanté y me empecé a desabrochar mi pantalón.
-No. –Me dijo entre gemidos. –Sigue mamándomela.
Ese comentario hizo que me sintiera orgullosa ya que me daba a entender que le gustaba mi trabajo con la boca. Me agaché y de nuevo me metí la verga en mi boca.
Perdí la noción del tiempo.
-No… te… la… saques. –Me dijo y me dio toda su leche en mi boca. Me golpeó en el paladar pero disfruté demasiado de su sabor.
-¿Le gustó? –Le pregunté mientras me levantaba y me quitaba mi pantalón y camisa.
-Para serte sincero, tu amiga Karla la mama más rico. Pero bueno, ella ya tiene más práctica, más experiencia, experiencia que tu irás agarrando poco a poco. –Me dijo. –No, ponte la ropa, todavía no lo vamos a hacer.
-¿Por? –Le pregunté media confundida. -¿No es lo que quería?
-Por supuesto pero de por sí ya me sorprendiste.
-¿Con que?
-De todas las jovencitas con las que tengo un trato, al inicio solo me dejaron que me las fajara. Que les agarrara. Solo fue eso. Tú me la mamaste e incluso pudimos coger. –Se quedó callado, viéndome como que pensando. Sonrió. –Te ayudaré. Tú no te preocupes. –Siguió mirándome y sonriendo. –Es todo por hoy, vámonos.
Le di mi número de teléfono y salí de la oficina. Karla me esperaba con una sonrisa.
-No digas nada. –Le dije.
-Se tardaron mucho, yo la primera vez me tardé como 5 minutos. –Me dijo. –Solo dejé que me tocara… espera… ¿A poco tú y él? ¿Ahorita cogieron? –Sonrió –Que puta me saliste. No lo dejaste caliente sino que te lo exprimiste.
Realmente salí muy caliente de aquella oficina. Quería llegar con Rafa y Andrea pero ya para que me dieran una cogida por todos lados.
-Si lo exprimí pero no cogimos. –Cuándo andaba caliente, me transformaba en otra persona. –Solo se la
-Yo ni siquiera se la agarré como hasta la tercera vez que nos vimos. Como quiera eres bien puta. –Nos reímos mientras nos subíamos al taxi e íbamos a la casa de mi tía por mis cosas.
Llegamos a la casa de mi tía y entramos. En el camino no habíamos hablado por el chofer. Nos fuimos al cuarto y nos tomamos nuestro tiempo para agarrar las cosas. Eran casi las 7pm
Se escuchó un auto, me asomé y era mi tía.
Escuchamos que abrió la puerta.
-Pasa. –La escuchamos decir.
-Si. –Le respondió una voz de hombre.
Mi amiga Karla me vio y me hizo una seña con el dedo de que guardara silencio y cerró la puerta del cuarto despacio.
-Siéntate. –Le dijo. Luego ya no se escuchó nada.
Mi amiga estaba muy divertida, entretenida. La miraba y no entendía porque.
-Van a coger. –Me susurró.
-¿Por qué lo dices?
-¿A poco no los escuchas besarse?
Puse atención y era cierto, se escuchaba como se besaban, sus gemidos. Mi calentura, que de por sí ya traía iba en aumento.
-Vamos al cuarto. Hoy te daré una cogida que nunca olvidarás. –Escuché a mi tía.
Se escucharon sus pasos y entraron al cuarto de mi tía. Solté un chorro que me escurrió por toda la entrepierna. Me volteé y besé a mi amiga Karla que me regresó el beso. No me importó si era mi amiga o era mujer. Andaba caliente y aquella persona me iba a quitar esa calentura.
Me olvide completamente de mi tia…
Guie mis manos hasta las nalgas de mi amiga; Karla era una chava un poco más alta que yo y flaca. Era y se veía atractiva. Sentí como sus manos se pusieron en mis nalgas y mientras nos besábamos, nos acariciamos.
Nos dejamos de besar y nos vimos. Fueron unos segundos que duraron una eternidad, luego, sabiendo lo que queríamos, de nuevo nos besamos.
Me llevo hasta la orilla de la cama, se sentó en el piso y se recargó en la cama, me puse encima de ella, de nuevo nos besamos. Mis manos se posaron sobre su rostro y las de ella sobre mi cintura.
El
beso
fue
tierno.
Escuché los gemidos de mi tía. Salió otro chorro de mi
entrepierna.
Me levante y me quité la ropa quedando solo en ropa interior. Mi amiga hizo lo mismo y regresamos a la posición anterior.
Mientras nos besamos, mi mano recorría desde su nuca, cabello y todo su brazo, y ella con sus manos me acariciaba toda la espalda.
Me
perdi
totalmente.
Se escuchó como empezó a golpear la cama de mi tía con la pared.
Nos vimos y sonreímos. Me levanté y me acomode boca arriba en la cama. Karla se puso encima de mí.
-Si supieras cuantos chicos de la Prepa quisieran estar en mi lugar. –Me levantó y me quitó mi brassier. Mis tetas quedaron libres. –Si supieras cuantos hombres quisieran tener estas tetas en sus manos. –Se metió una de sus tetas en su boca. Las mordió y las chupó. –Si supieras cuantos quieren cogerte.
-DAME FUERTE. –Gritó mi tía.
-¿Cuántos? –Pregunté.
-Todos. Eres la mujer más deseable de la Prepa. Una virgencita chichona y nalgona.
-Debería darle las nalgas a uno. –Dije.
-Dame de perrito. –Dijo mi tía.
-Te voy a recomendar al que tiene la verga más grande y gruesa. –Llevó su mano a mi entrepierna y por encima de mi calzón empezó a acariciarme.
-¿Ya te lo cogiste?
-Sí y te va a dar la cogida de tu vida. Con esa verga que tiene, debes dejar que te de por el culo.
Se levantó, me levantó las piernas y me quitó el calzón. Luego metió su cabeza en mi panocha y empezó a mamármela. Solté un gritó.
Mis gemidos, el sonido de la lengua de Karla en mi panocha, y el golpe de la cama con la pared, era lo único que se escuchaba en ese momento.
-Ponte condón y dame por el culo. –Dijo mi tía. –Sí, soy bien puta. Si, meto a muchos hombres aquí y todos me dan por el culo. Sí, me gusta dar las nalgas.
Por un momento recordé la dinámica mía y de Rafa, donde recordábamos todos los momentos mientras cogíamos. En ese instante tuve un orgasmo tan solo imaginándome a Rafa cogiéndose a mi tía.
Apreté mis manos, fuerte contra el colchón y las sabanas. Era el orgasmo más intenso que había tenido en mi vida.
Me fui perdiendo… me fui perdiendo… me fui perdiendo…
-July. –Alguien me movía. –Despierta.
-¿Qué hora son? –Le pregunté a Karla.
-Casi medianoche. Me tengo que ir. –Me dio un beso en la boca que le regresé. –Nos vemos el lunes. –Y dicho esto, salió.
Cerré los ojos.
El sol me pegaba en la cara, me desperté. Agarré mi teléfono y era casi mediodía. Recordé lo que había pasado la noche anterior y pensé que había sido un sueño pero esa idea se esfumó en el momento que me vi desnuda.
Había tenido sexo con una de mis mejores amigas. Me levanté con sentimiento de culpa, me puse ropa y salí del cuarto.
Caminé hacia la cocina y vi a mi tía almorzando. Mi tía me vio y se asustó. Se puso blanca. Lo noté.
-Ho… ho… hola July. ¿Qué haces aquí? –Me preguntó.
-No me fui, tuve que quedarme a hacer tarea. –Dije.
-¿A qué hora llegaste anoche?
-A las 7pm. –Respondí. Vi cómo se puso colorada. La tenía en mis manos. –Pero me fui casi al instante. –Dije. Sabía que con esas palabras, todo cambiaría para mí. –Y regresé hasta medianoche. No… vi… nada… extraño.
Nos vimos y le sonreí.
-Ni yo tampoco voy a ver la hora a la que llegues. –Me dijo. Y dicho esto, almorzamos juntas.
El día transcurrió tranquilo. Hablé con mi mamá, con Rafa. Nada extraño.
En la noche me preparé para empezar la semana y empezar la apuesta que tenía con Rafa.
Continuará.