La apuesta de Diana 1

Esta es la historia de Diana una sumisa inexperta y como fue apostada hasta llegar a las manos de su nuevo amo donde superará todos sus limites en un relato de vicio sexual entorno a los dos.

Llevo un tiempo unos dos años visitando esta página y me lo he pasado genial muchísimas veces, así que he decido aportar mi pequeño grano de arena.

Se que no es nada especial ni espectacular me encantaría que esta historia fuera larga ya que considero que es el primer capítulo.

Me encantaría escuchar vuestras opiniones en los comentarios como ya he dicho es “el primer relato formal” que hago así que gracias por leerlo y espero que lo disfrutéis.


Soy Diana y esta es la historia de cómo me convertí en la nueva sumisa de un amo misterioso y que me llegó al límite de mi placer hasta llegar al punto de no retorno…

Era un día de verano no recuerdo cual yo llevaba un tiempo unos meses siendo una sumisa más real dejando mis fantasías y pájaros en la cabeza. Conocí a un amo y estos meses estuve manteniendo esta relación BDSM con él, yo era novata, muchas veces pensaba que llegaba a mi límite, pero él siempre me obligaba a olvidar aquello y hacerlo.

Un día por la noche salí con mi amo por la noche no me dijo a qué lugar íbamos solo me ordeno llevar mi collar de perra una bata que me cubriera apenas por mis nalgas y un tanga gris, a él le encantaba que fuera vestida, así como una simple puta y yo nunca me negaba porque en el fondo me excitaba machismo que en cualquier momento la bata cayera. Me pasó a buscar a casa con su coche blanco yo lo odiaba ya que me parecía super incomodo de muchísimas veces que he tenido que hacer maravillas en aquellos asientos. Me tenía prohibido ir en el asiento del copiloto pensaba que no era merecedora de aquel derecho.

-El trayecto no fue importante así que saltaré a cuando llegamos a aquel lugar-

Era una mansión gigante pude ver un cartel en el que se llagaba a ver un pequeño nombre que ponía, El jardín de las delicias, ese nombre era curioso a mí me encantaba el arte y había visto ese cuadro miles de veces y pensé que habíamos llegado quizás a una exposición de sumisas, pero me equivocaba, antes de bajar del coche mi amo me dio una máscara y una pequeña capa con capucha, yo me coloque las dos prendas y salí del coche. Había dos señores con esmoquin y con una máscara a juego le dieron algunas instrucciones a mi amo yo no me enteré de nada y no iba a preguntar ya que ya me parecía un privilegio que pudiera andar a dos patas ya que mi amo tenía como norma que siempre que llevase la correa sería una perra completa.

Entramos a aquella mansión era vieja aunque lujosa allí sí que fui obligada a ir a 4 patas por todo aquellos pasillos, abrieron la primera puerta y me quedé petrificada la primera sala era un lugar de perversión con cientos de máscaras follando entre ellas gente con carteles que indicaban que eran juguetes públicos gratuitos tanto hombres como mujeres no puedo mentir me mojé al ver aquel lugar lleno de gente que lleva su libertad sexual al extremo pero tan frágiles como la máscara que llevaban.

Pasamos por varias salas iguales con cientos y cientos de personas hasta entrar en una pequeña habitación oscura con otras 5 mascaras 4 de ellas sentadas intuía que eran amos y amas mi amo me dejó allí de rodillas a su lado mientras el señor de mi lado daba comienzo a una timba de póker; en mi cabeza pensaba que estábamos haciendo allí no me esperaba nada de eso, pero pensé que estaríamos un rato y después sería usada en alguna de aquellas salas.

Comenzaron a pasar los turnos mi amo cada vez estaba enfadado perdía sin control, otros dos hombres parecían más maduros por la voz y algunos gentos que llegaba a ver desde mi posición y por último un hombre que no habló en toda la partida, pero juagaba y parecía que bastante bien porque ganaba casi todas las manos que llegaba a jugar yo no sabía nada de póker y nunca me intereso, pero llegaba a notar la tensión misma que al estar juagando en aquella mesa.

Llegó el momento clave notaba a mi amo excitado parecía que tenía una mano ganadora pero los otros dos hombres colocaron un numero de fichas incapaz de igualar para mi amo así que me miro y me ordenó que me levantara y me subiera a la mesa yo sería una apuesta más.

Yo no entendí nada y me quedé mirando al crupier que discutía con mi amo sobre el valor que yo tenía, al final convenció al crupier y me obligaron a desnudarme y colocarme a 4 patas sobre aquella mesa, los dos hombres me miraban sin parar como alguien mira a un trozo de carne cuando tiene hambre. Soy morena de ojos azules, con pelo largo bastante cuidado con mechas balayage que me quedaban bastante bien, media un 1,63m, era delgada, aunque con las caderas anchas, tenía el culo grande, aunque fuerte solía ir bastante al gimnasio me gustaba cuidarme y por último lo que más solía exhibir ya que a mi amo le encantaba mis pechos con una talla 95c y piercing en los dos pezones.

Según el crupier yo parecía una apuesta grande y solo quedaba para igualarla el chico callado que por fin puede escuchar su voz.

-Apuesto mi mascara. Dijo aquel chico.

Los dos hombres se quedaron impactados al escuchar aquellas palabras era la apuesta más grande que se podía hacer por lo que dijo el crupier ya que perder tu mascara te hace perder el derecho de entrar en aquellas reuniones, reunión en la cual nos encontrábamos el chico miro sus cartas y seguro de sí mismo acepto el riesgo.

Mi amo se reía sin parar incluso soltó algún insulto aquel chico yo calculaba unos 20 años no mucho más por su tono de voz, el crupier comenzó a colocar las cartas sobre la mesa y a cada carta que colocaba la risa de mi amo retumbaba más por aquellas paredes, pero todo cambio con aquella última carta. Mi amo se quedó callado yo vi las cartas sin entender nada había un As, un dos, tres, cinco y por último otro as; las cartas de mi amo eran un cuatro y un seis, pero lo de aquel chico tenía eran dos simples ases, para el ojo inexperto el ganador sería mi amo, pero no funciona así los dos hombres charlaban entre ellos viendo aquella jugada.

-(Crupier) Póker gana a escalera todas sus fichas y esta sumisa pasan a ser propiedad del caballero.

Yo en ese momento sentí miedo, no sabía que estaba pasando mi amo me había usado como simple objeto de cambio una apuesta más; me sentí triste, yo pensaba que me amaba, pero solo fui un entretenimiento para él, el crupier cogió mi correa y se la dio a mi nuevo “amo” el me ordeno bajar de la mesa y él se puso a recoger las fichas.

-Vámonos aquí ya no hay nada que hacer. Dijo mientras se levantaba de la mesa.

Me dio la mano y me llevo a una habitación en el piso de arriba una habitación lujosa con una gran cama de matrimonio, aquel lujo no servía para nada yo tenía mucho miedo y me temblaban las manos y las piernas; aquel hombre se quitó la capa con chaqueta y me indicó con la mano que me sentara a su lado yo me senté cumpliendo sus órdenes.

  • ¿Estas nerviosa? Dijo mientras me acariciaba la mano.

-(Diana) Si amo… Yo no esperaba cambiar de dueño… Pensaba que mi antiguo amo me apreciaba. Dije mientras miraba al suelo.

-Ese tío no es un amo de verdad nadie apostaría una sumisa con aquella mano y menos a una sumisa como tú con un atractivo arrollador.

Me sentí un poco mejor al escuchar aquellas palabras me relajaron e hicieron que me soltara un poco más.

  • ¿Solo llevas esa bata?

-(Diana) Si ¿No le gusta amo?

-Primero aún no me tienes que llamar amo, solo te estoy conociendo y segundo ponte esto. Dijo mientras me tiraba un vestido, unos tacones y por último un tanga rojo.

Yo me vestí, aunque él se giró no parecía tener mucho interés por verme, el vestido super corto era negro en tirantes y bastante ceñido y escotado me gustaba como me quedaba me hacía un buen culo y me ensalzaba mis tetas, me coloqué los tacones y por último el tanga.

  • ¿Te gusta?

-(Diana) Claro es precioso seguramente el mejor regalo que me han hecho.

  • ¿Es tu primera vez aquí? No me sonaban vuestras máscaras.

-(Diana) Si mi antiguo amo me había dicho que era una sorpresa que era un lugar secreto.

-Me siento muy afortunado no iba a venir, pero parece ser que he encontrado un diamante.

No estaba acostumbrada a aquellos halagos así que me puse roja como un tomate suerte que aquella mascara me tapaba la cara.

-Nos vamos a mi casa ¿No te importa?

-(Diana) Claro que no una sumisa como yo no tiene derecho a decidir.

Él se comenzó a reír sin parar yo no entendía nada así que le decidí preguntar.

-(Diana) ¿Qué te hace tanta gracia?

-No nada, me rio de tu antiguo amo que era un simple inútil parece que te haya dado unas frases ya programadas, claro que eres sumisa y yo decido, pero si no quieres hacer algo solo dímelo.

Me sorprendieron aquellas palabras, pero me gustaron parecía alguien con mucha experiencia, me ofreció la mano y yo se la di y nos decidimos a salir de aquella mansión por aquellos pasillos de vicio y depravación que en el fondo me gustaban, pero al estar al lado de aquel hombre cambio algo en mí.

Salimos de aquella casa buscando el coche, había cientos de coches de lujo, pero en un lugar apartado se encontraba el coche de mi nuevo amo un huracán performante negro mate yo me quedé sorprendida había visto ese coche varías veces en la tele incluso era el coche favorito de una de mis hermanas.

Me abrió la puerta como todo un caballero y me senté a su lado estaba festinada por aquel hombre un coche así tenía ganas de conocer a mi nuevo amo, aunque yo seguía sintiendo algo por aquel hombre que me utilizó como una siempre moneda porque me excitaba sentirme así de utilizada.

-(Diana) ¿Me…Me quito la máscara?

  • Si claro, aunque aún no veras mi rostro, tendrás que ganártelo.

Yo me quité la máscara dejándola encima de mi regazo, el dejo de mirar la carretera un momento para mirarme a los ojos aquella mirada me hizo arder por dentro aquellos ojos brillantes de color marrón café me dejaron sin palabras durante unos minutos me puse roja y estaba vez sí que lo noto; no sabía cómo actuar este amo era muy diferente a todo lo que había conocido incluso de lo que había experimentado en mis propias carnes.

-Eres muy guapa, sé que lo he dicho muchas veces, pero no sé qué hacías con ese inútil no conocía tu valor real nadie te dejaría escapar así.

-(Diana) Muchas gracias, bueno mi historia con el anterior amo es algo complicada pero ahora estoy contigo, tengo muchas ganas de aprender a tu lado.

-Vas a aprender, llorar, gemir, infinitas cosas que llegaras a sentir que nunca imaginaste.

Aquellas palabras me excitaron mucho incluso me moje un poco por todo aquel misterio y erotismo de la situación un hombre misterioso me iba a dominar, aunque solo estaba usando palabras bonitas, aun así, me tenía desenado que frenase y hacerlo en cualquier lugar de aquel camino. Llegamos a las afueras de la ciudad al barrio más lujoso con grandes rascacielos y pisos infinitos, aparcamos en un garaje donde pude ver otros coches lujosos, subimos en el donde se colocó a mi espalda pegando su cuerpo contra el mío sus manos llegaron a mis caderas e hicieron que mi culo se pegara los más posible a él se quitó la máscara y me la dio en la mano mientras besaba mi cuello, era dulce y yo disfrutaba no podía contener mis instintos y solté un pequeño gemido, el me lo callo colocando su índice en mis labios un gento que me puso aún más cachonda, sus besos bajaron a mi hombro pero se paró el ascensor y comenzó mi sumisión.

-Camina hacía la puerta y no te gires.

Yo le hice caso y para gustarle aún más movía mi culo a un buen ritmo incluyendo un movimiento de caderas lento para que el disfrutara de mí, aunque yo no alcanzaba a ver si ni siquiera me miraba me sentía mejor actuando así; al llegar a la puerta tiro las llaves a la alfombra.

-Abre la puerta.

Yo estaba nerviosa y tardé en abrir la puerta un rato a causa de mis nervios y temblores.

-Te ves tan inútil, tan nerviosa no se si mereces ser dominada por mí ni siquiera considerarte sumisa.

Escuché aquellas palabras y decidida aun incumpliendo sus órdenes me giré para demostrar mi valía.

-(Diana) Te demostraré que…

No pude acabar aquella frase ya tenía su mano contra mi cuello que me empujó contra la puerta; nuestras miradas se unieron y pude verle la cara me sonaba familiar como si ya la hubiera visto alguna vez en mi vida; era guapo con unos ojos preciosos, el pelo corto negro me sorprendió parecía bastante joven hasta por mi cabeza llegue a pensar que tenía unos 18 años, pero aquellos movimientos, sus gestos y sus miradas parecían de alguien con mucha experiencia o mucha seguridad ante una sumisa.

-Quien te ha dado permiso para que me mires a los ojos.

Su mano me apretaba el cuello fuerte, pero sin llegar a ahogarme, no dije nada me quedé callada sin poder hablar por lo excitada que estaba en aquel momento.

-Me gusta que seas decidida pero nunca vuelvas a desobedecer.

Yo asentí en silencio mientras acabé de abrir la puerta, entré era una casa enorme muy lujosa acorde con aquel coche y yo me quedé embobada disfrutando de todo aquel piso mientras le acompañaba a un salón inmenso con miles de detalles y algunos cuadros icónicos en las paredes.

-(Diana) Bonita casa.

-Gracias, luego te enseñaré un poco todo hasta la caseta de la perra que espero que te guste.

-(Diana) ¿¡Tengo una habitación!? Dije bastante sorprendida.

-Claro ya que es verano y no tienes que ir a la universidad tenía pensado que vivieras con tu nuevo amo.

-(Diana) ¿Como sabes que voy a la universidad?

-Se muchas cosas de ti, vas a la universidad, vives con 2 compañeras de piso, se muchas cosas de ti incluso que Diana no es tu verdadero nombre, pero no quiero saberlo me gustas así.

Tuve un poco de miedo pensé que sería algún psicópata, pero pronto aquella imagen se esfumo.

-No sientas miedo tranquila, ¿Quieres algo para beber?

-(Diana) No gracias, no tengo miedo solo esto nerviosa entiende que no esperaba esto.

Aunque le dijera que no me trajo una copa de vino que yo le agradecí.

-Bueno Diana te he ganado apostando, pero no quiero que estés aquí por obligación si tú quieres irte hazlo acábate esa copa y serás libre incluso con mi mascara conseguirás los mejores amos de la ciudad.

-(Diana) No, quiero ser tu sumisa. Me acabé la copa.

Él se levantó y cogió algo de un mueble que tenía era un collar de sumisa yo al verlo me puse cachonda mojando el tanga que me había regalado así que me puse de rodillas encima de la mesa esperando a que me colocara el collar aceptándome como sumisa.

-Me gusta tu actitud, pero no va a ser tan fácil, preséntate. Dijo mientras sacaba un móvil para grabarme

-(Diana) Soy Diana tengo 21 años y deseo ser tu sumisa y llegar a romper mis límites, cumpliré todos tus deseos, seré un buena puta, mis agujeros son completamente tuyos y de cómo quieras usarlos, deseo ser tu sumisa se lo suplico.

Me colocó el collar ya no había vuelta a atrás era ya sumisa de aquel completo desconocido, pero aún no conocer nada del me ponía mucho más.

-Perfecto ahora te unas pequeñas ordenes de comportamiento nada extensas.

Asentí con la cabeza

-Primera norma a partir de ahora me llamaras como amo o dueño.

-(Diana) Si amo.

-Segunda norma siempre que me recibas en casa será o de rodillas con la lengua fuera y ensalzando tus tetas o a 4 en pompa y abriendo tu culo con tus manos.

Me quedé sorprendida la dulce que había sido hasta aquel momento y luego aquellas normas rompían con aquello que yo pensaba del, pero estaba muy excitada y sabía que me volvería loca haciendo eso.

-Tercera norma no podrás tocarte sin mi permiso.

-(Diana) Claro amo.

-Cuarta norma nunca volverás a llevar sujetador a menos que yo te lo ordene, y nada de bragas solo tangas o directamente sin ropa interior.

-(Diana) Perfecto amo mis pezones estarán encantados.

Soltó una pequeña sonrisa al oír mi comentario

-Quinta norma solo iras con ropa por casa cuando yo te lo ordene si no iras simplemente en un tanga. Y la última de momento será que llevaras la ropa que yo te ordene en todo momento cuando salgamos fuera de estas paredes.

-(Diana) Si mi amo estaré encantada y cumpliré todas mis normas.

-No lo dudo.

Las normas eran básicas y sencillas la mayoría sobre mi comportamiento y como tenía que vestir así que me pareció bastante lógico, el volvió a coger algo era una correa que me colocó dándome un pequeño tirón de autoridad.

-Vamos perra te voy a llevar a tu cuarto.

Yo caminaba a cuatro patas como podía aquel vestido para estar así era super incomodo y se me subía por la parte del culo, subimos las escaleras del primer piso y fuimos a la última puerta del pasillo cuando la abrió fue una fantasía una habitación enorme con luces de neón por la habitación de color entre rosado y rojizo, una enorme cama de matrimonio con unos pequeños salientes imagino que para atar a alguien, algunos armarios donde estría la ropa y juguetes y por último lo que más me gusto unos espejos en las paredes y en el techo para que se pudiera ver la acción sexual desde cualquier punto solo de pensarlo ya me excitaba. Se sentó en la cama mientras yo observaba aquel espacio fascinada he imaginado millones de guarradas con aquel hombre.

  • ¿Te gusta la habitación perrita?

-(Diana) Claro amo me encanta es perfecta para una guarra como yo.

Me dio un tirón del collar poniéndome enfrente y levantándome ante aquel gran espejo en la pared.

-Desnúdate, hazlo lento relajada quiero disfrutar de ti.

Yo le hice caso le pegué un pequeño empujón con mi culo haciendo que cayera en la cama y comencé a bailar un pequeño estriptis ya que no llevaba mucha ropa

pero comencé por los tirantes deslizándolos por mis hombros lento dándole la espalada hasta que ya cayeron haciendo que la parte de arriba de aquel vestido cayera sobre mi cintura; cuando ya tenía el torso desnudo me gire ofreciéndole mis tetas jugado un poco con ellas, con los piercings de los pezones, se le veía ya cachondo note que su polla se agrandaba por momentos ya solo me quedó agacharme colocándome en pompa y dándole mi culo a centímetros de su cara, mientras yo me quitaba el vestido note como me dio un beso en mis nalgas. Ya solo me quedaba el tanga, pero me freno.

-Tranquila no te quites el tanga todavía ahora me toca a mí que disfrutes.

Se levantó hacía un armario y decidido coger unas esposas que me colocó por detrás de la espalda, yo estaba un poco incomoda en esa postura, pero me encantaba por lo cachonda que estaba. El besaba mi espalda y mis hombros de manera suave mientras iba bajando hasta llegar a mi culo el cual dejo un momento, no sé de dónde saco una pequeña fusta para azotar, pero me acariciaba mis nalgas con aquel objeto hasta que llegó el momento.

-Ahora me vas a demostrar si eres una buena sumisa o una simple puta más. Cuando acabó aquella frase me azotó.

-(Diana) Ahhhh. Solté un gemido

El no paro me dio unos cinco azotes más a cada cual aún más fuerte, yo disfrutaba como una loca con machismos gemidos, era super escandalosa y sabía que a él le gustaba mis gemidos. El paró de azotarme y me giro mirándome a los ojos mientras me pellizcaba los pezones.

-(Diana) Muchas gracias por los azotes amo los merezco por ser una perra mala.

  • ¿Y serás buena?

-(Diana) Si señor seré buena.

Me pegó un fuerte guantazo cuando acabe aquella frase bastante fuerte no me lo esperé, pero me gire rápido para volver a mirarle a los ojos, el me apartó un poco el tanga y metió dos dedos dentro de mi coño ya encharcado.

-Yo no quiero que seas buena me gustan las perras malas, y veo que casi sin tocarte ya estas empapada así que cada vez me demuestras que eres una buena puta.

-(Diana) Claro amo tu perrita siempre estará mojada a tu lado.

Apartó sus dedos de mi coño y me los acerco a la boca, yo al instante los chupe, no estaba acostumbrada a probar mis propios jugos, pero me puso aún más cachonda, él jugaba con mis pezones parecía disfrutar de mis piercings.

-Me encanta que lleves estos piercings te quedaran genial con esto.

Se volvió a alejar ya sabía que era unas pinzas en los pezones ya estaba un poco acostumbrada, pero esas estaban unidas por una cadena de la cual tiró nada más ponerme aquellas pinzas.

-Así perra ahora voy a ir a tus tetas.

Estaba inclinada con el culo pegado al frio cristal y con mi coño dejando mis flujos en el mientras el me daba azotes en mis tetas, yo ya tan cachonda que me gustaba la idea de las esposas no poder tocarme ni tocarle mientras sentía todo tipo de placeres sexuales en mi cuerpo.

-(Diana) Ahhhhh. Solté un grito de dolor y placer.

Acabó mis tetas estaban rojas y un poco hinchadas, yo ya no sabía dónde ponerme no paraba de gemir como loca, el coño ya chorreando incluso algunas gotas de mi flujo cayeron en el suelo necesitaba que tocara mi coño que lo hiciera explotar.

-Me gusta tu aguante, aunque no tengas mucha experiencia. Dijo mientras me susurraba al oído.

-(Diana) Gracias amo no estoy acostumbrada a tantos azotes, pero me encanta ya lo puedes notar mi coño está chorreando solo por ti.

Me bajó el tanga hasta las rodillas y me agarro del culo pegando mi coño empapando su pantalón.

-Zorra sé que no te gustaba la idea de las esposas no me mientas.

-(Diana) Claro amo, pero no poder tocarte me está siendo muy difícil.

-Claro que es difícil pero esa sensación de tener a alguien que domina todo sobre ti hasta tus manos.

-(Diana) Claro amo.

  • ¿Quieres que te folle?

-(Diana) Claro por favor señor folla mi coño sucio de putita.

-No me convences suplica por recibir esa follada.

Me arrodille para humillarme un poco más ante mi amo.

-(Diana) Por favor amo se lo suplico mi coño ya chorrea hasta el suelo no puedo aguantar más necesito ser follada como la buena guarra que soy disfrutar mi cara en estos espejos mientras me penetras.

  • ¿Tanto quieres una polla?

-(Diana) Si señor soy una puta obsesa con su polla.

-Pues desabrocha mis pantalones zorra.

Yo no sabía cómo hacerlo tenía las manos atadas, pero era un reto que me encanto.

-Que pasa zorra ya no quieres una polla.

Me callé y le empecé a quitar el cinturón con mis dientes no era nada fácil, y tardé un poco en bajar sus pantalones, pero no bajo mi excitación en ningún momento cada vez que estaba más cerca de ver su polla más cachonda me ponía, hasta que conseguí quitarle los pantalones dejándole en unos calzoncillos negros.

-Para, no te voy a hacer sufrir más. Dijo mientras se quitaba los calzoncillos.

-(Diana) Gracias amo por dejarme ver su polla.

Me sorprendió me pareció bastante grande no se si por la luz, la situación o lo cegada que estaba por correrme, pero en cuanto pude me lancé a devorar aquella polla, lo hice lento, primero le di besos sobre el capullo y luego lametones desde el capullo a la base.

-Me encanta zorra demuéstrame lo mejor que sabes hacer.

Y eso hice abrí mi boca y me la metía entera y me la sacaba lento mientras le miraba a la cara estaba disfrutando se le notaba, también echaba alguna mirada a el espejo ya que estábamos a pocos centímetros ver mi cara mientras chupaba esa polla ya no aguantaba más aquella noche con él ya me hizo mojarme más que en toda mi vida.

-Eres una buna chupadora de pollas, no hace falta que me mires a mí solo mira lo zorra que eres delante del espejo.

Sus palabras eran una delicia para mí eso hice mirarme mientras chupaba de un tío que me había convertido en su nueva perra en menos de tres horas, ya llevaba unos minutos y comencé a chupar más rápido, el aguantaba muy bien tenía experiencia. Ya le notaba apunto llevábamos un buen tiempo y sacó su polla de mi boca y se corrió en el espejo en mi cara.

-Chupa déjalo bien limpió. Mientras se agachaba para verme mejor.

Yo saque mi lengua y de un lametón me tragué toda su corrida incluso las pequeñas gotas que se le cayeron en el suelo también me las trague cosa que nunca había hecho era la primera vez que me tragaba el semen de alguien ya que siempre había sido bastante reacia a eso, también limpie su polla de los pequeños restos de semen que le quedaban.

-Ponte en pompa puta e intenta abrir tu culo ya te queda poco para acabar así que aguanta.

Me coloqué como puede y me lo intenté abrir, el escupió en mi agujero tenía miedo nunca me habían hecho un anal y aun a riesgo de un castigo severo se lo dije.

-(Diana) Amo nunca me han follado el culo, por favor tenga piedad. Le dije con temblores, aunque ya no sabía si era de miedo o excitación.

  • ¿Tú culo nunca ha sido follado zorra?

-(Diana) Nunca amo solo me he metido los dedos como una guarra para dilatarlo.

-Me gusta que me lo hayas dicho, aunque sé que te encantaría tener mi polla en tu sucio agujero, pero no voy a estropearte la primera experiencia.

-(Diana) No amo no quiero decepcionarle por favor rompa mi sucio agujero de sumisa.

  • ¡Calla! Me dio un fuerte azote.

Me calle, comenzó a meter un dedo en mi culo no con mucha dificultad, aunque nunca me había follado el culo me gustaba mucho masturbarme el culo incluso alguna vez me grababa para ver mi culo dilatado.

-(Diana) Ohhhh si amo disfruta de mi agujero. Dije mientras notaba su segundo dedo follando lentamente mi culo.

-Claro que disfruto eres la zorra perfecta, buen cuerpo, una puta, aunque no lo sepas es la primera vez que te toco y ya has encharcado el suelo. Comenzó a follarme con fuerza.

-(Diana) Ohhhhhhh… siiiiiiii… siiiiii…. amo.

Decidí mover mi culo al ritmo fue la mejor decisión que pude hacer estaba gimiendo sin parar mirando mi cara en aquel espejo viendo cómo me usaba como su nuevo juguete, esa habitación era perfecta para el vicio y las depravaciones que comenzaron a venir a mi cabeza haciendo casi ya explotar mi coño y se lo hice saber.

-(Diana) Me corrooooooooooo.

El al escuchar mi gemido para y se colocó para recibir mi corrida, pero frené en seco.

-Ahora voy a cumplir tu deseo.

Me pego un simple lametón que recorrió todo mi coño no puede más exploté haciendo por primera vez un squirt.

-(Diana) Joderrrrrrrrrrr. Dije mientras mi coño estallaba como nunca lo había hecho.

Él se tragó lo que pudo, aunque enseguida se levantó soltándome un morreo aun con mis jugos en la boca que me volvió loca sus manos me agarraban fuerte del culo creo que si él no me sujetaba me caería contra el suelo de lo que llegaba a temblar, cuando acabo aquel beso tenía la boca con sabor a puta mi sabor, me apoye como pude en la cama y él me quitó las esposas que ya casi olvidaba que las llevaba puestas. Fue una gran idea que no pudiera casi moverme nunca había sido fan de estar atada pero el provocó algo en mi interior que me hizo que todos aquellos límites se borraran por unas horas.

-Bueno puta te dejo para que reposes, mañana será un día largo así que descansa como puedas y bueno si te apetece rememorar lo cerda que has sido lo tienes todo grabado solo conecta la tele. Dijo mientras me dejaba sola en aquella habitación creada para el vicio.

Yo me tumbé e intenté descansar, pero no podía aún quería más y más así que encendí la tele y como él dijo todo grabado desde muchos ángulos para apreciar como su nuevo juguete era usado hasta no poder más, no me toque porque lo tenía prohibido si no me hubiese estado toda la noche dedeándome como una cerda.

Pasó la noche eran sobre las 10 de la mañana y decidí ir a buscarle, no tenía ninguna instrucción de que hacer por las mañanas, pero cuando encendí la luz normal encontré una pequeña mesa con un desayuno y una nota, en la nota ponía: “Ves a buscar la ropa a tu antiguo piso hoy escogeremos que ropa podrá usar la nueva puta”

Desayuné y me coloqué el vestido de la noche anterior incluso el tanga que aún estaba empapado y me encantaba notarlo roznado mi coño así que me dispuse a ir a mi antiguo piso para recoger la ropa este era el comienzo de mi nueva vida…


Aquí acaba la primera parte de la historia de Diana, sé que no ha tenido tantas escenas sexuales, pero ya que es la primera parte quería tener un contexto y explicar un poco el comienzo de esta historia.

Espero que en los comentarios me digáis que os a parecido os intentaré leer a todos y mejorar para las siguientes partes.

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