La Apuesta: Capítulo 8

La apuesta trae nuevas consecuencias entre ellas relaciones insospechadas al interior de la familia

Capítulo 8: Surge un nuevo Gavilán Polluelo.

Llegué a casa como a eso de las 20:30 horas, cansado pero optimista, ya toda la “tribu” me esperaba y en especial mi hijo Martín, que luego del usual saludo me preguntó ¿a qué hora iríamos a comprar?, cosa que le llamó mucho la atención a mi Maite, pues no era una hora habitual para salir de compras padre-hijo y menos un día de semana, por lo que luego de un breve interrogatorio de parte de ella, finalmente le tuve que aclarar.

  • Claudio: Maite es que debo acompañar a Martín después de cenar a comprar
  • Maite: ¿A dónde?
  • Claudio: Solo iremos a una farmacia o supermercado que se encuentre abierto.
  • Martín: Ah que bueno, ya pensaba que hoy no iríamos
  • Maite: ¿Para qué?
  • Claudio: Para comprar camisetas, para eso siempre hay algún local abierto, sonreí
  • Maite: ¿Camisetas?
  • Claudio: Unas que le prometí a Martín… cosas de hombres…
  • Maite: ¡Ahhh!!... Pero mi chiquitito es un…
  • Martín: ¡Ya soy un hombre mamá!
  • Maite: Para mí siempre serás mi chiquitito.
  • Martín: Ya no soy chiquitito, mido más de 1,80 metros y he comenzado a afeitarme…
  • Claudio: Tú mamá no se refiere a eso… yo aún soy el chiquitito de tu abuela Alicia, jejeje.

Fuimos con Martín a comprar a una farmacia cercana que atendía hasta la media noche, no había mucha gente afortunadamente, y nos paramos delante de una estantería que tenía infinidad de modelos, formas, tallas y colores de “camisetas”, la verdad que ya no era como era en mis tiempos mozos donde dos modelos y ya, ahora era más complicado, por lo que comenzamos a investigar leyendo la información de las diferentes cajas de “camisetas”, algunas le causaban mucha risa a Martín por las descripciones, pasaron unos dos minutos, cuando en eso se nos acerca la dependiente del lugar y nos pregunta:

  • ¿Necesitan ayuda u orientación?
  • Martín: Ehh… yo… es qué…. (mi hijo estaba como tomate), la verdad es que me dio algo de risa, pero la disimulé.
  • Claudio: Estábamos viendo el comprar condones para él, pues no quiero ser abuelo antes de tiempo, jejeje.
  • Dependiente: Sabia decisión, para empezar creo que debiese ver el lote de aquí dijo señalando una área del escaparate.
  • Claudio: Ah gracias… ¿todos son del mismo… tamaño?
  • Dependiente: No, la verdad es que algunos son para el promedio y hay otros para… bueno usted sabe, para los que calzan más.
  • Claudio: Supongo que debes ser como yo, por lo que este estaría bien, saqué una caja que indicaba tamaño Large o Grande (hay más grandes).
  • Dependiente: Si es así, eres un chico afortunado dijo la muchacha sin cortarse ni un poco
  • Martín: Por lo que sé, creo que sí, dijo orgulloso.

El resto de la compra fue lo usual, pese a la sonrisa de la dependiente que nos miraba algo así entre pícara y divertida. En el trayecto de regreso a casa comencé a conversar con Martín, para ver que tan optimista o realista era la situación con Alexandra

  • Claudio: ¿Cómo va tu situación con tu prima?
  • Martín: Muy bien, creo que le gusto.
  • Claudio: ¿Por qué dices eso?
  • Martín: Cuando estudiamos o jugamos nos miramos diferentes de cómo lo hacíamos antes
  • Claudio: ¿La has besado?
  • Martín: No aún no, pero luego lo haré.
  • Claudio: ¿Pero no la has tocado aún?
  • Martín: Sí, ayer cuando volvíamos de las compras del almacén de don Jesús le tomé la mano y nos vinimos conversando tomados hasta la esquina de la casa.
  • Claudio: Ah, ya veo, eso es bueno.
  • Martín: Papá, ya se la parte científica de todo ¿pero qué debo hacer para que no sea un desastre?
  • Claudio: Primero deben ser algo así como novios, o sea estar de acuerdo y respetarse sin llegar a ser…. ¿Uhm cómo decirlo….?
  • Martín: ¿Tontos?
  • Claudio: Sí algo así, se deben ir conociendo paulatinamente, explorando no solo lo físico si no que sus sentimientos, hasta llegar a hacerlo…
  • Martín: Pero cuando uno llega a ese punto, ¿cómo debo proceder…?
  • Claudio: Primero la llenas de caricias, para que ella llegue a “la misma temperatura que tú”, las mujeres tardan más en excitarse y de seguro en llegar al orgasmo, por lo que si ella no está muy excitada te correrás mucho antes y ella ni siquiera transpirará.
  • Martín: ¿Pero se puede llegar al mismo tiempo?
  • Claudio: Claro, con un poco de experiencia puedes saber cuando está lo suficientemente deseosa y meter el amiguito a tiempo y no morir en el intento:
  • Martí: ¡Ahh!… pero ¿cómo sabré si está realmente deseosa?
  • Claudio: La verdad es difícil saberlo al principio si no la conoces bien, pero una receta que siempre me ha dado resultado, es cuando la chica me pide y casi ruega que le meta mi “amiguito” o cuando toma mi verga e intenta ponerla en posición…. Uhmmm, pero para una chica primeriza puede que eso no funcione muy bien… ¿sabes si es virgen?
  • Martín: No… nunca le pregunte ni le preguntaría…
  • Claudio: En realidad no es vital, pero te ayudaría saber eso, pues si ambos son vírgenes, son tantas las dudas y miedos que es difícil que la primera vez sea perfecta.
  • Martín: ¿Entonces le pregunto?
  • Claudio: Sí, una vez que lo hayan decidido…
  • Martín:¿Y?
  • Claudio: Si es virgen debes hacerlo con suavidad previo a un precalentamiento adecuado, cuando ella gima y suspire con tus caricias y el coñito esté húmedo debes comenzar a poseerla suavemente, y si tu eres virgen, que no te toque el amiguito hasta que la penetres, en especial el frenillo, si no te correrás demasiado pronto, el condón te ayudará a aguantar un poco más, después de que ella se corra puedes volverte loco si quieres y ella tocarte entero.
  • Martín: ¿Y si me corro y ella aún no?
  • Claudio: Mmm en ese caso usa la boca y la lengua hasta que tu amiguito esté nuevamente en condiciones.
  • Martín: ¿En serio?
  • Claudio: Sí, como me dijo un antiguo amigo, “mientras tenga lengua y un dedo en la impotencia no creo”, jajaja
  • Martín: ¡Papá!!! Jajaja….. ¿Alguna recomendación más?
  • Claudio: Sí, creo que la última. En su primera vez el dolor al romper el himen puede que le impida correrse al mismo tiempo que ti, por lo que puedes usarlos humedecidos,…. para mover su clítoris hasta hacerla correrse, así tendrá un lindo recuerdo de su amado…. Con el tiempo aprenderán los umbrales de placer de cada uno.
  • Martín: Ah…. Gracias

Afortunadamente llegamos a casa y descansé de la conversación, creo que tanto Martín como yo estábamos preocupados del tema, sobre todo pensando que Alexandra es la hija de Mary y no quisiera un desastre dentro de la casa, pues sería un gran problema… en realidad un problema gigantesco... Si no lo es ya.

Cuando llegamos solo quedaban las dos adultas en pie, haciendo las últimas tareas previas a terminar la jornada, la vi como conversaban alegremente y nos saludaban con efusivo cariño, me parecía mucho que tanto Mary como Maite estaban totalmente de acuerdo de compartirme como buenas amigas.

  • Claudio: Hola preciosas, como lo han pasado…
  • Maite: Bien cariño, esperándote para saber que tramas con Martincito.
  • Claudio: La verdad es que yo no tramo nada con él, más bien es él, el que trama algo con Alexandra.
  • Mary: ¡¿Con mi niña?!
  • Claudio: El está convencido que quiere a tu niña con locura y que ella de alguna forma le corresponde.
  • Mary: ¿En serio?... Bueno a mí me parece que han hecho muy buenas migas y se miran con otros ojos que antes…..
  • Claudio: Ah veo que el pardillo de mi hijo no estaba muy equivocado.
  • Maite: En eso salió a mi familia… pues tú no te das cuenta de nada, jajaja.
  • Claudio: Sí pero tenemos un problema, ellos viven bajo el mismo techo…
  • Mary: ¿Y tú crees que harán algo?
  • Claudio: Ay Mary, ambos de dieciséis años llenos de hormonas, desarrollados en lo físico, tu hija está hecha una mujercita y Martín está casi de mi porte ¿qué puedes esperar?
  • Maite: Mmm… ¡Uyy!!! es posible que aprovechen cualquier instante para….
  • Mary: Ni lo digas…. No puede ser, son tan chicos aún…
  • Claudio: Por eso mismo lo ayudé a comprar condones, y le hablé de hombre a hombre, eso es todo lo que puedo hacer.
  • Mary: Pero lo aceptas….
  • Maite: Ay mujer no seas ciega, claro que lo acepta y le gustaría que su hijo sea como él…, el mismo nos da duro a las dos, ¿qué esperas?
  • Claudio: Maite, no seas bruta, no es que me guste, pero soy realista
  • Maite: ¿El realista nos dará caña?
  • Mary: Maite… realmente eres una bruta, jajaja.
  • Claudio: En todo caso te sugiero que hables con Alexa.
  • Mary: Sí lo haré.

Efectivamente después de esa conversación las dos querían que les diera caña, pero por separado, ante lo cual les dije que o a las dos juntas o nada y que no me iría a dormir al sofá, o me quedaba con ellas o no tendrían nada de nada… Al parecer aceptaron la propuesta pues me fui con ellas de la cocina tomándoles sus deliciosos culitos, pero así y todo me hicieron esperar, pues dijeron que tenían que prepararse para ir a la cama, cosa que yo también hice, me tomé una pastillita azul, me lavé bien los dientes y repasé mi desodorante y colonia.

Entré a mi cuarto antes de que ellas salieran del baño, me tendí en la cama esperando que llegaran las dos primitas, las que a los pocos instantes aparecieron aún vestidas con la ropa que les había visto (aparentemente fui muy presuroso en llegar).

  • Maite: Pero no alcanzamos a hacer nada y ya te encuentras aquí.
  • Mary: ¿Por qué tanta impaciencia? ¿quieres algo de nosotras?, preguntó coqueta.

Decidido a hacerlas mías me levante las besé al mismo tiempo que le tomaba sus apretados culitos, mi verga ya estaba en condición de entrar en batalla, luego me arrodillé entre las piernas de Maite y me metí bajo su falda para besar su abultado Monte de Venus por sobre las bragas, ella abrió sus piernas para facilitarme el trabajo, con una mano tomé el coño de Mary por asalto haciéndola dar un chillido de sorpresa. Mary viendo la situación y liberándose de sus propias inhibiciones, no quiso ser menos y atrayendo a Maite hacia ella, le buscó la boca y la besó con pasión. Maite que era un río de flujo, como pudo se corrió las bragas a un lado, para facilitar la labor de mi boca y lengua, terminado eso comenzó a desabrochar los jeans de Mary para dejar al descubierto su coño para que la torturara con mis manos, escuchando el agradecimiento de su prima. De reojos miré como sus lenguas se buscaron con avidez, comiéndose con deleite una a otra los morros. Maite como de costumbre mucho más osada, con su mano libre buscó el borde de la blusa Channel de Mary y con algo de esfuerzo, logró subírsela por encima de las tetas.

Mary aún con algunas trabas mentales hizo lo mismo con Maite, liberando parcialmente los melones de Maite, ante ella apareció el gran busto contenido en un mini sujetador, que apenas las contenían, dulcemente le acarició las tetas por encima de éste. Para Mary era la primera noche en que estaba dispuesta a todo, así que, como quién no quiere la cosa, deslizó su mano hasta el coño de Maite el que yo saboreaba con fruición metiendo unos dedos que relevaron a mi lengua.

Al quedar mi boca vacante me giré y comencé a comerle el coño a Mary que además de suspirar y tener una respiración agitada comenzaba a gemir, cosa que me calentaba más de lo que ya estaba, por lo que comenzaba a sentirme agradablemente inquieto, pensando en romperle el coño y el culo a las dos hembras que se me entregaban.

Algo cansado de tanto lengüetazo levanté la cabeza y vi como entre ellas se comían las tetas sin tapujos, la escena me calentó en demasía y abandonando la comidas de coño me les uní para disfrutar del par de tetas de cada una, mientas con dos dedos en sus coños las mortificaba

De pronto noté como un escalofrío recorrió a Mary por todo el cuerpo y nos abrazó para ocultar el nerviosismo que le causaba las caricias de Maite y mías. A esas alturas ambas se habían desnudado quedando solo con los zapatos de tacón y medias puestas, por algún motivo eso me excitó aún más y comencé a pasarles a las dos mi verga por todo el coño, alternado su sufrimiento y anhelos de que las penetrara.

Maite que es una mujer de gran iniciativa en lo sexual, deslizó una mano que ensalivó y le metió un dedo en el culito a Mary la que dio un respingo, ella le devolvió el favor imitando la iniciativa, mientras yo sin descanso me regocijaba amasando culos y comiendo tetas. Cada cierto tiempo me detenía para mirar sus lindas caras afiebradas por el deseo, ella no solo me acariciaban a mi si no que entre ellas no dejaban ni un poco de piel por explorar.

  • Maite: ¿Te gusta, Mary?
  • Mary: ¡Es lo máximo, primita!
  • Maite: Y aún falta lo mejor
  • Mary: Mmm…sí que Claudio nos folle bien folladas.
  • Maite: Mmm… sí que nos parta el coño y el culo a las dos

Tendí a Maite en la cama y sacando un consolador que si bien no usaba cuando estaba conmigo, ahora me vendría de perillas, lo unté en vaselina y se lo pasé a Mary diciéndole:

  • Claudio: Dale con el en el coño, mientras te pones en cuatro para que te llene el tuyo de verga
  • Maite: ¡Métemelo ya, cielo! Le dijo a Mary que se colocaba en la posición adecuada
  • Mary: ¿Así está bien? preguntó inocentemente cuando le metía el consolador a su primita.
  • Maite: Ahhh….sí muévelo lento ¡mmm así!... ¡sí!!

Pero Mary quería hacer durar el momento y llevar su excitación al límite, pues siguió moviendo el consolador en la entrada del coño mientras Maite se revolvía enloquecida por el deseo, sintiendo que su ceguera momentánea y la imposibilidad de poder tocar nada la llevaban al delirio.

  • Maite: ¡Ya, por favor, métemelo!
  • Mary: ¿Lo quieres adentro?
  • Maite: ¡Sí, vida, por favor, ya!
  • Claudio: ¿Y tú también lo quieres dentro? Le pregunté a Mary.
  • Mary: Mmmm… puede ser, jejeje

Maite levantaba su culo como intentando que su coño fuera al encuentro del consolador, en tanto su cuerpo se llenaba de sudor por el deseo y el esfuerzo por ser penetrada, mientras sus manos se hundían en la cama, lo único tangible que tenía a su alcance.

Mientras Mary torturaba con el deseo de ser penetrada a Maite, me puse detrás y de un solo envión la envergué hasta le mango y comencé un suave mete saca, cuando mi amante se sintió invadida dejo de torturara a Maite y le hundió el consolador haciendo que ambas gritaran de placer, por lo que las tuve que hacer collar, no fuera a ser cosa que despertaran a los chicos, imagínense si ven que me estoy follando a las dos juntas, ¿Cómo se lo explicaríamos?

Continué metiéndole la verga con calma, tomándola de las nalgas, resoplando con cada embestida que le daba. Mary hacía bastante rato que dejó su vergüenza, dando paso a la necesidad de sentirse invadida hasta lo más íntimo; disfrutaba sin poder controlar mucho su cuerpo, apenas podía mantener el ritmo de las penetraciones del coño de mi mujer con el consolador, pero pedía más y más. Esto lo sé pues, ya que con sus nalgas se revolvía para profundizar mis estocadas de carne, sin que yo o ella pudiéramos hacer nada al respecto. Al cabo de un rato sus movimientos se volvieron espasmódicos clara señal que se corría sin remedio, cayó de bruces rendida sobre Maite y la besó apasionadamente.

Maite ya loca de deseo apartó a su prima sin mucha delicadeza con la esperanza que la penetrara lo antes posible y así lo hice, abrió sus piernas por encima de la espalda de Mary y me señaló con la mirada su deseo. Ambos nos acoplamos de inmediato, nuestros cuerpos transpiraban copiosamente mientras buscábamos fundirnos en una frenética follada. La locura sexual se había apoderado de Maite, creo que ella sólo deseaba que este momento durara una eternidad, mientras su cintura se agitaba buscando su satisfacción; de pronto Mary recuperada de su corrida, comenzó a comerle las tetas mientras yo intentaba meterle toda mi verga hasta topar en el fondo de ser posible. Maite rodeando mi espalda con sus piernas me apretó contra ella, diciéndome literalmente que sentía que tenía toda mi barra de carne dentro. Creo que nunca nos habíamos excitado tanto, de pronto ella arqueó su espalda al tiempo que mi simiente le rellenaba su coño.

Cuando saqué mi menguada verga, Mary se apresuró a limpiarla como nunca lo había hecho, luego se puso a repasar el coño de Maite quitando los restos de leche que habían salido, nuevamente un escalofrío de gozo invadió en todo su ser a Maite, la cual nuevamente gritó, por lo que hice que se callaran. No pasaron más que unos instantes cuando sentimos unos pasos y conversaciones en el pasillo.

Mary me empujo y me dijo que me metiera bajo la cama, cosa que hice al momento de que se abría la puerta y se asomaban las cabezas de Alexandra y Ingrid, seguidas de Martín que miraban asustados solo les podía ver los pies, pero si los escuche decir

  • Alexandra: ¡¿Mamá, tía que les pasó?!
  • Mary: Perdón, pero a tu tía le dio un calambre en la pierna y gritó, Martín, ve a buscar un plátano a la cocina, pues el potasio ayuda a que se pasen.
  • Martín: Voy tía, no te preocupes mamá, yo le digo a papá.
  • Maite: No, no despiertes a papá que tiene que trabajar, con el plátano me basta, gracias.
  • Alexandra: ¿Están seguras que estarán bien?
  • Mary: Si hija vayan a la cama yo las iré a ver en un minuto

Al minuto llegó Martín y le pasó el plátano a su madre y se fue a acostar, cerrada la puerta salgo de mi escondite y veo a Mary y a Maite tapadas hasta el cuello con las sábanas, tomando entre las dos el plátano y riendo por lo bajo

  • Maite: Mira tu hijo nos trajo tu reemplazo, jejeje
  • Mary: Creo que la de Claudio es grande, jejeje
  • Claudio: Ya par de locas, no se rían, en todo caso ahora el plátano está más grande que mi amiguito, jejeje.
  • Mary: Voy a ver a mis niñas, dijo mientras se ponía el pijama.

Algo más tarde, pasada la “emergencia” follamos otro poco (pero no fue lo mismo, tal vez los nervios de mis damiselas en apuros las afectó), para nos dormimos agotados entre caricias, después de haberle dado caña a mis dos mujeres, la verdad es que estaba casi destrozado pero feliz.

Al día siguiente, me levanté despejado de mente, pensando en ¿cómo me follaría a Ana?, mi esposa Maite me hizo algunos comentarios y me dijo que estaba completando el dosier acerca de mi último objetivo, al cual ella le tenía ganas desde siempre, incluso más las que alguna vez le tuvo a cualquier otra chica. Que les puedo decir, aún no me acostumbro al bisexualismo de mi Maite.

Poco antes de salir entré al baño para aumentar mi autonomía (en realidad entre a mear), cuando de pronto entró Mary con una cara que aún no me acostumbraba a ver en ella, ¡sí tenía cara de putita!, le pregunté

  • ¿Pasa algo?
  • Mary: No, solo quería despedirme de ti fuera de la vista de las niñas.
  • Claudio: Bueno, pero estoy algo ocupado…
  • Mary: Yo te ayudo dijo tomando mi verga que terminaba de gotear.
  • Claudio: ¡Oye!, ¿desde cuándo tan putita?
  • Mary: Desde que descubrí el sexo contigo, no hago más que pensar en que me la metas.
  • Claudio: ¿Tanto te gustó estar conmigo…?
  • Mary: Sí, ahh, mira como está creciendo.
  • Claudio: Tienes manos de ángel, jejeje

Se sentó en el inodoro y comenzó a mamarme la verga, era sorprendente, de ser casi una monja que follaba con su marido solo para procrear, ahora se comportaba como una furcia sin límites, considerando que estábamos en el baño de la entrada de la casa y nuestros hijos aún no salían al colegio.

Yo por mi parte, me dejé hacer sin oponer resistencia, no puedo negar que verla comiéndome la polla me ponía a cien y la maestría con que se afanaba por acariciar mi tronco y glande con su lengua me hacía delirar, tanto que en tres minutos me corrí como un pardillo, creo que nunca había durado tan poco, ni siquiera con Maite, que es toda una experta mamadora.

Luego de terminar la faena, me besó y tomó una de mis manos y la puso en una teta diciéndome.

  • ¿Te gustó mi sorpresa mañanera?
  • Claudio: Me encantó pero es peligroso pues nos pueden descubrir los niños

No sé si esas palabras fueron como un ave de mal agüero pero cuando ella salía del baño apareció en el corredor Alexandra y la vio. Eso no sería nada, si no fuera que la mirada de la chica se cruzó con la mía por unos instantes, pese a que su madre había cerrado la puerta, estaba seguro que nos vio.

Ese evento me dejó preocupado, pero el tráfago de la mañana, las llamadas de doña Florencia que se quejaba que necesitaba que la fuera a ver, y luego la visita de Berta a mi Oficina, pidiendo mi buen oficio para dos cosas, la primera una colecta para el hostal de hijos de policías que estudiaban en la universidad fuera de su hogar y la segunda para que le llenara el coño de leche, la primera me costó un cheque de quinientos Euros y lo segundo media hora de mete saca, cosa que me relajó, pero puso a mi secretaria de un humor de perros, pues ella no había recibido su ahora obligatoria cuota de verga.

Después de almuerzo recibí un llamado que nunca pensé que fuera posible, tanto que cuando Paula me avisó del llamado le pregunté si estaba bromeando, a lo que ella me dijo que no, luego pensé que quizás la tía Patricia, quien era la que llamaba, quería demandarme. Por unos instantes me compadecí de mí, pues odio estar en manos de abogados, pero levanté el auricular y contesté

  • Claudio Married al habla.
  • Tía Patricia: Claudio, le parecerá extraño que le llame luego del resultado de nuestra única conversación.
  • Claudio: Sí, la verdad es que no terminó en buenos términos.
  • Tía Patricia: Sí, por eso mismo es que lo llamo… no quiero que usted se lleve una mala impresión de mí… me pareció que usted fue muy honesto y tierno en decirme lo que sentía por mí, a diferencia de don Andrés, al cual le conozco los puntos que calza.
  • Claudio: ¿Por qué piensa que Andrés no es honesto y yo sí?, dado que los dos somos muy parecidos.
  • Tía Patricia: El no lo sabe, pero la secretaria de Raúl es mi prima y me contó como se ha portado él con ella y como lo ha hecho usted…
  • Claudio: ¿Pero sabes lo que sucedió con Pilar? (entre putitas se cuentan cosas).
  • Tía Patricia: Sí, ambos la follaron, pero Andrés solo a lo gamberro, pero usted lo hizo con tanta dulzura que ella solo quiere repetir con usted.
  • Claudio: ¿Pero qué significa eso?
  • Tía Patricia: Que tal vez debamos hablar largo y tendido sobre el asunto… ¿No le parece?
  • Claudio: Mmm, sí pero ahora no puedo tengo….
  • Tía Patricia: No se preocupe, puedo esperar, que le parece que hablemos el viernes por la tarde.
  • Claudio: ¡Ah sí!... claro,  el viernes paso por la tarde al jardín.
  • Tía Patricia: No, no es necesario, yo puedo ir a su oficina.
  • Claudio: Bueno, entonces hasta el viernes.

Terminada la conversación entró Paula, la que comenzó a interrogarme como si yo fuera su novio y la Tía Patricia una furcia que quería levantarle lo que era suyo, su actitud me molestó, tanto que le dije que cerrara la puerta pues tenía que aclararle quien era el que mandaba, ella presurosa lo hizo y se dirigió a un lado mío y se tendió en mis piernas y me dijo:

  • He sido una secretaria mala, debe castigarme a nalgadas
  • Claudio: ¿Sabes que soy yo el que manda?
  • Paula: Sí pero lo debe demostrar...

Su respuesta me asombró y levantándole la falda dejé su precioso culo al aire y le di unas cuantas nalgadas junto con sobarle el dichoso portento de la humanidad, ¡que culo más rico!!, además de estar tan bien adornado por unas bragas de encaje y unas medias con ligas que la hacían ver la mar de sexy: Tal belleza y sumisión me calentó, por lo que luego de tres nalgadas mis manos solo paseaban por sus cachetes orto y coño, como en una especie de delirio sexual, luego la levanté para que se apoyara en mi escritorio, al ver el perfecto culo de Paula caí en la tentación de acariciarlo con mi cara, mi lengua, la verdad es espectacular, me erguí y corriéndole las bragas la ensarte con mi puñal de carne, sin misericordia o piedad alguna, y le di duro hasta que ambos nos corrimos a los bestia, sin siquiera decirnos alguna palabra de cariño.

Misteriosamente ella salió muy contenta y se despidió de mi cuando iba a casa con un gentil, por no decir cariñoso hasta mañana “gran jefecito”, (la verdad es que creo que estoy perdiendo el ascendiente sobre mi secretaria)

Llegué a casa temprano, saludé a mis “dos mujeres” (lo tengo asumido), y luego a los niños, que estaban todos reunidos en la sala de estar, lo único que me extraño es que Alexandra solo me saludo con un ademán muy frío. Terminado con el ceremonial, Maite me dio una cerveza helada para reconfortar mi sed unida al calor sofocante del día, además de unas deliciosas tapas, o sea un “tente en pie” previo a la cena que sería algo más tarde (creo que estoy al borde del agotamiento total), en eso Mary me dice muy seria que tenemos que hablar a solas, indicándome que vayamos a mi pequeño despacho casero; ante tal petición tomé mi refrigerio y la seguí.

  • Mary: Claudio, snif, snif… ¡estoy abrumada!
  • Claudio: ¿Qué te pasa?, le pregunté pese a saberlo o en realidad sospecharlo.
  • Mary: Alexandra me preguntó ¿qué pasaba entre nosotros dos? y si Maite sabía de esto. Su pregunta me dejó helada y le dije ¿A qué se debe la pregunta? Y me dijo que nos vio salir del baño en la mañana….
  • Claudio: ¿Pero que le respondiste?
  • Mary: Tú sabes que soy incapaz de mentir y le dije todo….
  • Claudio: ¿Qué es todo?
  • Mary: Mi relación contigo y Maite… Luego me dijo si yo quería o quise a su padre… a lo cual snif, snif, snif… a lo cual le dije que en un principio así fue, pero que ahora él era muy distinto al hombre dulce del que me enamoré, y que ahora ya no lo quería..
  • Claudio: ¿Cuál fue su respuesta?, ¿se enojó?
  • Mary: La verdad es que me miró con pena y me dijo, snif, snif…. Mamá, no llores papá no nos quería, y el tío Claudio sí, en esta casa somos felices, ya no hay mas tortura psicológica, tú misma desde que follas con el tío pareces otra persona….snif snif, ¡viste!!, me dijo que follaba contigo….buahh, ahh, soy una puta, snif y mi hija lo sabe.
  • Claudio: Calma corazón, le dije abrazándola, no es tu culpa, además ella no está dolida, incluso pienso que ahora está más tranquila, no llores, no eres ni nunca has sido una puta, eres solo Mary, una mujer que me encantó desde la primera vez que la conocí….
  • Mary: ¿Tú crees que todo estará bien?
  • Claudio: Me parece que tu hija se lo tomó con mucha naturalidad y creo que debemos seguir así, tal vez debamos salir a pasear todos juntos para que nuestra relación familiar se asiente… ¿no te parece?
  • Mary: Sí tal vez sea mejor. Hablemos con Maite…
  • Claudio: Sí, podemos organizar un paseo a las montañas o a la hacienda de los abuelos, en esta época podríamos encumbrar cometas.
  • Mary: No sé si los chicos estén interesados en eso.
  • Claudio: Tal vez no, pero yo sí, y te aseguro que si me ven en eso se nos unirán.

A la hora de la cena, acordamos entre todos ir a la hacienda de los abuelos el sábado. Actualmente en ella está el administrador y su familia, ellos son parientes lejanos de Maite, por lo que podremos quedarnos hasta el domingo y regresar por la tarde, creo que es un panorama sumamente entretenido para todos, pese a que no me gusta mucho el cabalgar, así y todo, usualmente lo hacíamos cada vez que vamos (la verdad que a mí me gustaría cabalgar solo a Maite y Mary, jejeje).

Al día siguiente me levanté temprano y me despedí de los chicos, en la cocina, mientras desayunaban, pues debía irme temprano a casa de doña Florencia, para luego llegar a tiempo a la oficina a una reunión de planificación estratégica con toda la plana mayor. En la puerta de salida sorprendentemente estaban Maite y Mary, ambas me dieron un morreo de antología, ¡que despedida más ardiente!, así mi calentura no cesa jamás.

Llegué muy temprano pues recién estaba realmente de día, por lo que tenía a lo menos una hora para atender a la suegra de Andrés como corresponde, por un momento antes de bajar del coche pensé en lo guarras y calentonas que son las hembras de la familia), llegué al portal y llamé. Florencia me estaba esperando, me sonrió y me ayudó a sacarme mi chaqueta, le di un beso en la mejilla y ella me dijo:

  • ¿Así saludas a todas tus amantes?
  • Claudio: ¿Quién le dijo que tenía más amantes?, jejeje
  • Florencia: Mi hija Carla…
  • Claudio: ¿Qué?, perdón le puedo explicar…
  • Florencia: No, no es necesario, a ella le gustó que la envergaras y follaras bien follada, por lo que a mí respecta es su problema. Lo único que me molestó es que también me dijo que te follabas a mi nieta Fernanda…
  • Claudio: Doña Florencia… no sé qué decirle, (en verdad no sabía que decirle…)
  • Florencia: No me digas nada, ya la calmé y le dije que la niña debía aprender del mejor y que ese eres tú, jejeje

Acto seguido, mi suegra me hizo pasar a la sala para cerrar la puerta de calle con llave. Sus afirmaciones me tenían desconcertado, me di vuelta para hablarle (sin saber que decir), se empinó y tomándome la cara me dio un beso francés en mi boca yo me sorprendí muchísimo, aún sin reaccionar, ella en forma casi repentina me tomo la verga, por sobre el pantalón y me dio un apretón con una mirada desafiante…

Me quede como pasmado sin saber que hacer… M preguntó:

  • ¿Qué pasa?... ¿tienes algo más que decir?... ¿o me vas a follar por salvarte el culo con Carla?

A lo que respondí con una sonrisa nerviosa casi infantil sin decir nada.

Ella no me soltaba y con la otra mano me fue desprendiendo de la camisa y aflojando el cinturón, yo por fin reaccioné y comencé a amasar sus tetas por sobre el sensual conjunto que vestía, el cual rápidamente liberé del sujetador dejando sus dos enormes tetas al aire. La besé, a lo que respondió con pasión diciéndome que le comiera las tetas, mientras ella ya me pajeaba lentamente, mi suegra me tenía sorprendido, la verdad es que las revelaciones que me había dicho me abrían un mundo de posibilidades con las hembras de la familia.

Casi empujándome hasta el sofá, me sentó en él, se arrodilló y sin dudarlo se metió toda mi verga en la boca comenzando a bombear de forma espectacular, el morbo que me daba Florencia, hizo que fuese una experiencia indescriptible, suave, lento, profundo…caliente. Sin siquiera pensarlo comencé a amasarle las tetas mientras ella con lujuriosa cadencia deba cuenta de mi masculinidad. En un momento cuando yo ya estaba a mil, ella se levantó y se puso horcajadas frente a mí, y con una mirada desafiante, agresiva y dominante; se metió mi verga hasta el puño, se inclinó para afirmarse del respaldo del sofá dejando sus tetas a la altura de mi boca diciéndome que le afirmara el culo mientras me cabalgaba, solo hacía menos de un mes nunca pensaría ella toda una pechoña fuera dominante y caliente, como ahora se demostraba, era otra mujer, tal vez por fin se desinhibía.-

No sé cuanto duramos en la faena, pero ella se negó a cambiar o variar cualquier cosa de lo que estábamos haciendo, solo aceptó que cuando yo ya estaba a punto de correrme le metiera un dedo en el culo, al sentirse doblemente invadida, aceleró sus caderas e inevitablemente nos corrimos profusamente. Es más, yo me corrí en su interior como un adolescente, no sé de donde me salió tanta leche pero ella quedó “llenita” hasta el tope. Me dijo sonriendo

  • Mmm estuvo muy rico y estabas tan lleno que me dejaste llena de leche, debo confesar que jamás pensé en escuchar a Florencia decir eso.
  • Claudio: ¿Qué bueno que lo haya disfrutado tanto como yo?
  • Florencia: Sí y lo seguiremos disfrutando me contestó mientras mi amiguito menguaba dentro de su coño.
  • Claudio: ¿Ahora?... es que tengo que ir a la oficina a una reunión.
  • Florencia: Son recién las 08:30 y tu reunión es a las 09:30.
  • Claudio: ¿Cómo lo sabe?
  • Florencia: Se lo pregunté a otra de tus zorras… tu secretaria
  • Claudio: ¿A Paula?
  • Florencia: ¿Te follas a otra?
  • Claudio: Entonces sabrá que tengo poco tiempo para llegar, dije sin responder a su pregunta.
  • Florencia: Por lo que tienes solo quince minutos para partirme el culo.

Dada la respuesta de mi Florencia, la saqué de encima, le dije que tenía cinco minutos para comerme la verga y ponerla en forma, a lo que sonrió. Cuando ya mi amiguito estaba listo para una nueva acción, la puse en cuatro en su sofá, y le dije que se “dedeara” el coño mientras le ensartaba el ojete, ella sin objetar nada se dejó culear.

Mi primera estocada fue sin mayor miramiento, para lo cual primero babeé mi verga para extra lubricación y luego se la metí por el orto, lento y sin detenerme, pese a algunas quejas por parte de ella. En los siguientes 20 minutos sacamos “oreja y rabo”, pero mi compañero de mil batallas (mil pajas tal vez), salió bastante irritado, casi despellejado, afortunadamente Florencia tenía una crema cicatrizante para quemaduras (tal vez deba descansar un poco).

Llegué con el tiempo justo a la reunión que se prolongó todo el día, luego pospuse mi reunión con la tía Patricia, pues no sería capaz de hacer justicia a tan delicado bombón, la verdad es que la apuesta tenía mi vida fuera de un cauce razonable para mí, eso de tanto follar me estaba matando, de hecho había bajado cuatro kilos y ahora tenía dificultades para caminar pues todo me rozaba mi lastimado amiguito.

Andrés intento hablar conmigo después de la reunión pero le dije que no a no ser que se disculpara por haberme denunciado a Maite y solo lo perdonaría si se declaraba perdedor de la apuesta, a lo cual el me dijo:

  • Mira Claudito, mientras me quede tiempo intentaré follarme a las dos que me quedan.
  • Mira a los dos nos queda una poco más de una semana, pero a mí solo me queda follarme a tu esposa, te conviene aceptar mi oferta.
  • Andrés: Eso nunca, las apuestas de caballero son apuestas de caballero, dándome a entender que se debían cumplir a cabalidad.

Por la tarde rehuí cualquier acoso tanto de Paula como Pilar, esta última me preguntó por su prima Patricia, insinuándome que era un encanto de mujer, cosa en que no puedo estar más de acuerdo, ante lo cual me preguntó ¿por qué cambié de parecer en cuanto a su visita?, a lo que le contesté que era un problema de agenda familiar. La verdad es que tengo un gran escozor en la verga.

El resto del día y viernes, me porté como un santo, solo trabajé, ayudé a Alexandra y a Fernanda con sus deberes de álgebra y cálculo, con mucha ayuda de Martín, ya que algunas cosas las tengo algo oxidadas (me refiero a las matemáticas, no sean mal pensados), mis mujercitas me entendieron y muy a su pesar no me tocaron y solo vimos televisión. Un día casi normal, solo perturbado cuando estábamos conversando con Maite y Mary en la cama antes de dormir y apareció Ingrid a preguntarle a su madre algo, que les puedo decir me acojoné por la sorpresa, pero la nena no se inmutó y después de la respuesta se fue a dormir.

  • Claudio: No dijo nada, no le extrañó que estuviésemos los tres acostados.
  • Maite: Con Mary les explicamos a todos que tú dormirías con nosotras para que pudiese descansar, ya que en el sofá no lo hacías y si íbamos a viajar era conveniente que lo hicieras.
  • Claudio: ¿Así cómo así?
  • Maite: Bueno Martín después me pidió que le dijera la verdad, pues algo sabía por Alexandra y se la dijimos, solo Ingrid, Marita y Fernandito aceptaron todo sin preguntar.
  • Claudio: Ah, o sea ya no se espantan si me ven aquí.
  • Mary: Por, o pronto no, no sé si Alexandra y Martín lo acepten sin preguntar.

Al otro día por la mañana, cargamos todo en el auto familiar de Maite que tiene tres bancadas, más un porta equipaje en el techo, el que afortunadamente para mí había sido instalado por Martín y Alexandra que hacían todo juntos, ya no se qué pensar de ello, pero estábamos todos contentos, solo espero que mi hijo sepa que aún es joven para ser padre y que Alexandra también.

A eso de las 09:00 de la mañana cerramos la casa y nos subimos al coche, increíblemente nadie se atrasó u olvidó algo, por lo alegremente partimos, los más chicos se fueron atrás, luego Mary con Alexandra y Martín en la segunda bancada, mientras Maite conducía yo iba de copiloto. Pensarán que soy aniñado, pero partí cantando viejas canciones de viaje a las que se unieron todos en poco tiempo y entre risas hicimos un muy mal coro (creo que en la familia no tenemos el toque para las artes musicales). Estábamos saliendo de la ciudad y Alexandra nos pregunta

  • ¿Puedo dormir con Martín como lo hacen ustedes con mamá?
  • Mary: Pero hija ¿cómo preguntas eso?
  • Alexandra: Por la misma razón que ustedes duermen juntos, por espacio, en la casa de los abuelos además de las habitaciones y camas en el ala de los parientes que la administran, en el ala de las visitas solo hay tres cuartos, dos con camas matrimoniales y dos con camas pequeñas, por lo que estaba pensando que una para ustedes, otra para nosotros y las camas pequeñas para los pequeños.
  • Fernandito: Oye yo no soy pequeño, tengo doce…
  • Alexandra: Por eso mismo, Fernando, tú en una cama y en la otra Ingrid y Marita
  • Fernandito: En ese caso acepto.
  • Ingrid: Nosotras no tenemos problema, ¿verdad Marita?, a lo que la menor afirmó con la cabeza.
  • Claudio: Por mí no hay problemas, siempre que ustedes no se metan en problemas, dije reconociendo la valentía de Alexandra y de que ella tenía la claridad que moralmente era difícil que nos opusiéramos.
  • Mary: ¿Pero estás de acuerdo?
  • Claudio: Creo que dadas las circunstancias no podemos evitarlo, además yo ya le hablé a Martín (el cual estaba mudo y creo que ni respiraba).
  • Maite: Claudio, Alexandra es una chica muy lista, no creo que se vaya a meter en problemas y malograr su futuro por no tomar precauciones, aportaba Maite en un lenguaje críptico para no evidenciar a que nos referíamos.
  • Mary: Bueno Alexandra si está tan segura y determinada, yo no me opongo, pero ¿qué dice Martín de todo esto?
  • Martín: Ehh, yo…la verdad es que…
  • Ingrid: Uyy, a Martín le da vergüenza ser novio de Alexandra, jajaja
  • Fernandito: Sí son novios, son novios, jajaja
  • Maite: A ver los de atrás, ¡silencio!! dejen a Martín contestar, ostias.
  • Martín: La verdad es que… somos novios con Alexandra y solo dormiremos, lo juro.
  • Maite: No jures en vano, que es pecado hijo mío, me quedo con que son novios y se quieren.
  • Alexandra: Sí tía, somos novios y nos queremos, además nos comportaremos razonablemente bien.

Un poco antes de almuerzo llegamos a la casa de la hacienda, ya nos esperaban con una buena parrillada y todo tipo de comidas típicas, la verdad es que después de la conversación del auto necesitaba no solo comer algo, si no que distraerme.

Los chicos bajaron el equipaje, y ayudaron a preparar todo, se juntaron con los otros chicos de la casa que eran próximos a la edad de los más pequeños nuestros, mientras Martín y Alexandra salían a caminar tomados de la mano, Mary por poco salió detrás de ellos.

  • Maite: Déjalos ir, no harán nada o que ya hicieron, o que esta noche harán ¡mujer!
  • Mary: Es que ella es aún demasiado joven.
  • Claudio: Oye pareces una monja, ¿a qué edad debutaste?, le pregunté sin pensar
  • Maite: Oye eso no se pregunta.
  • Mary: No me importa responder, a los 20 casi 21, no quise meterme con niñatos. ¿y tú? me contrapreguntó
  • Claudio: A los 19, con mi primera novia.
  • Maite: Oye nunca me lo habías dicho, y a ella se lo dices de inmediato, ¡joder!
  • Claudio: ¡Nunca me lo preguntaste!, ¿y tu corazón?
  • Maite: Mucho antes que ustedes par de pardillos, jajaja, a los 17, en la fiesta de graduación de la secundaria y fue un desastre, contestó con cara de pena.
  • Mary: En mi caso hasta ahora, todo había sido un desastre, jajaja
  • Claudio: Parece que se están sincerando demasiado, que las pueden escuchar.
  • Maite: ¿Y lo tuyo fue un desastre?
  • Claudio: No mucho, como sabes yo leo mucho y me interioricé de lo que debía hacer, no fue perfecto pero los dos alcanzamos nuestras metas.
  • Maite: ¡Ahh, te apuesto a que ella no era virgen, por eso te enseñó!, dime el nombre que debo agradecerle tu educación, jajaja
  • Claudio: Es cierto, pero no te diré el nombre, pues eres capaz de llamarla y hacer cualquier cosa con ella, jajaja.
  • Maite: Mmm sí, tal vez pueda invitarla a nuestra próxima orgía y enseñarle un par de cosas de pervertida a pervertida, jajaja.

La conversación continuó hasta que nuestros anfitriones nos invitaron a ir al parrón de la casa para disfrutar de un aperitivo, para iniciar lo que sería un prolongado almuerzo, después de mucho comer y beber, fui a dormir una reponedora siesta con mis dos mujeres, mientras los jóvenes montaban a caballo y se divertían guiados por los chicos locales.

Por la tarde después de un placentero paseo y una frugal cena (para bajar todo lo comido y bebido), comenzamos a prepararnos para dormir, los más pequeños fueron los primeros en caer rendidos, luego Alexandra y Martín se retiraron prontamente, ¡ya me imaginaba para qué! y nosotros después de dar las buenas noches a los anfitriones nos retiramos con los nuestros a la cama.

Con la pijama puesta me acosté, llegando a los dos minutos Maite con una pijama similar a la mía, ¡tan vestida que no parecía la Maite habitual!, cosa que me extraño, por lo que le pregunté

  • ¿Tan sexy?
  • Maite: Mmm sí, estoy con ganas de descansar y no que alguien como mi maridito me joda.
  • Claudio: O sea, realmente estas agotada.
  • Maite: Sí
  • Claudio: ¿y tu primita?
  • Maite: No lo sé

Me extraño su ausencia toda vez que ella se retiró mucho antes que Maite y yo, por lo que intrigado le pregunté a mi Maite:

  • ¿Dónde andará?
  • Maite: Fue a ver a los niños hace unos minutos, tal vez aún ande en eso.
  • Claudio: Qué raro que aún no vuelva.
  • Maite: Tal vez le esté dando una monserga a los chicos, ve a ver.
  • Claudio: Es cierto, debe estar en eso iré.
  • Maite: Bueno, pero no me despiertes a tu regreso, estoy rendida
  • Claudio: ¿Bajo ningún pretexto o buena razón?
  • Maite: No, bajo ningún pretexto, y si te follas a Mary, lo haces en silencio y los tres felices, jajaja.

Me levanté y fui. La habitación en que estaban Martín y Alexa se encuentra al final del pasillo, como en una especie de altillo, dado que la casa se adaptó al terreno en pendiente, y está separada de la habitación de los otros chicos por un espacioso baño que otrora fue una habitación que se transformó para tal efecto. Creo que eso fue cuando llegó el agua potable rural, antes había que salir al exterior para algunas urgencias fuese invierno o verano.

Me dirigí al pasillo casi a tientas, y en las penumbras de la noche alcancé a divisar a Mary que inclinada sobre la puerta de acceso. Ella miraba por un una rendija o por la chapa antigua hacia el interior de la habitación; me acerqué lenta y silenciosamente a ver qué era lo que acontecía. Ella no supo que estaba ahí, hasta que le apreté mi “amiguito” sobre su culito, reaccionando con sorpresa

  • Mary: ¿Hay que haces?… ¡me asustaste, susurró!
  • Claudio: Yo debería preguntarte eso, ¿Qué haces tú aquí?
  • Mary: Veo si están bien los chicos.
  • Claudio: Créeme estarán bien… vamos a dormir o …
  • Mary: No déjame ver…
  • Claudio: ¿Pero qué miras?
  • Mary: Ya te dije los chicos…

Dado que Mary insistía en quedarse, comencé a buscar como ver lo que a ella la tenía tan interesada, hasta que por el mismo viejo y resquebrajado panel de la puerta, se me dio la oportunidad de ver al interior del cuarto, solo un poco más arriba del hueco por donde miraba Mary. Lo que vi no me sorprendió mucho, es más lo suponía sin ser adivino. Mi hijo se besaba con ternura con Alexa, se abrazaban y acariciaban sin darse mucha tregua.

De pronto Alexa se separó un poco de Martín y se sacó la parte de arriba de su infantil pijama, dejando a la vista un buen par de tetas de tamaño medio que se notaban erguidos con unos pezones puntiagudos que coronaban una areolas que sobresalían como pitones de miura, la verdad que eran un sueño de tetas, incluso mejores que la de Mary, pero no quise seguir de fisgón y le dije a Mary al oído

  • Mary, vamos dejemos a los chicos.
  • Mary: No, quiero ver que Martín no le haga daño.
  • Claudio: Martín no le hará daño, solo el amor… vamos.
  • Mary: espera un poco…

Ante tal negativa nuevamente me puse detrás de Mary apoyando mi erecta verga en su culo y acerqué mi ojo a la rendija para continuar mirando, ahora Martín le comía delicadamente las tetas a su chica, debo confesar que eso me calentó, tomé a Mary por las caderas y la comencé a puntear, aún sin poder escuchar claramente, podía darme cuenta que la que llevaba la voz cantante era Alexa, por decirlo de alguna forma, ella era la chica decidida y fuerte.

Mientras Martín le comía las deliciosas tetas, Alexa comenzó a desabotonarle el pijama a Martín y finalmente dejar la erecta verga de mi hijo al alcance de la mano, inició un pajeo lento y suave mientras cerraba los ojos de placer, ante tal situación vi como Martín le metía la mano derecha dentro de las pantaletas de Alexa y la acariciaba. Yo por mi parte le bajé los pantalones de pijama a Mary y puse mi verga en su rajita del coño y comencé a restregarla suavemente, mi adorada Mary comenzó a gemir silenciosamente al sentir mi hombría en su coñito.

Alexa se bajó sus pantaletas dejando ver una preciosa silueta de su culo, a mi juicio mejor dotado que el de su madre, y liberando una de sus piernas se tendió en la cama y abriendo las piernas invitó a mi pardillo a conocer su coñito, cosa que me calentó aún más de lo que ya estaba y que creo que a Mary también, por lo que comencé a amasarle las tetas junto con puntearla mientras escuchaba los suspiros y silenciosos gemidos de mi amante.

Martín ante tal invitación, y pienso que siguiendo mis consejos se hincó para acceder a comerle el coñito a su amada, ella se afirmó de las sábanas y comenzó a gemir bastante alto, tanto como para sentirla a través de la puerta, luego empezó a acompasar con un movimiento de caderas las penetraciones de la lengua de Martín, demostrando estar llena de deseo como mi chico. Yo en ese mismo momento, comencé a acariciar a Mary por todas partes y la desnudé por completo, ella no dejaba de mirar, en eso pensé que los dos en nuestra condición de voyeristas, no podíamos de dejar de admirarlos, era increíble como los chicos se entregaban al amor con tanta ternura y pasión al mismo tiempo.

Nuevamente Alexandra tomó la iniciativa y tomando la cabeza de Martín lo obligó a levantarse para situarlo en posición de que la envergara, creo que ya la chica estaba lo suficientemente caliente y mi muchacho en un instante de cordura se puso un condón y apuntó a la entrada de y fue hundiendo su afiebrada verga en el coñito de ella, al ver esto Mary se giró levantando todo lo que pudo su culo y me dijo casi como un susurro:

  • Mmmétemelaaa, por favor… te necesito.
  • Claudio: Sí corazón….

Doblé las rodillas un poco y la fui envergando con lentitud, mientras miraba como mi retoño iniciaba un suave mete saca con Alexa, sin siquiera pensarlo me sincronicé con él, el metía yo lo hacía, el sacaba yo lo hacía, era como transformarme en él, o más bien era volver a mi juventud y a mi primera experiencia que sin ser un completo desastre obviamente no fue la mejor (en mi adolescencia esto no lo conversé con mi padre y el nunca me aconsejó o aportó su experiencia). Noté a la chica un poco incómoda, pensé inmediatamente que sería por ser virgen, pero no se quejó, continuó acompasando a Martín y brindando sus caricias, la verdad es que no había morbo entre ellos, solo cariño, no así con nosotros “los viejos voyeristas”.

No sé cuanto tiempo estuvimos ambas parejas en el mete saca, solo puedo decir que en algún momento noté como Alexa le pidió a Martín que apurara, que ella estaba que se “moría”, mi niño le preguntó si era en serio…. A lo que ella contestó que solo de placer, que siguiera y no parara.

Yo al ver que ellos se corrían profundicé mis estocadas y apuré el ritmo, incluyendo mis manos en el clítoris de Mary, ante lo cual ella se corrió sin remedio, llegándose a tapar la boca para no gritar, creo que las corridas de las dos parejas fuimos bastante sincronizadas, por un instante cuando Mary en su orgasmo tendió a desfallecer de placer la tuve que sujetar, creo que le llené el coño con mucha leche, pues por varios días nadie me había estrujado.

Lo último que miré de los chicos es que se estaban besando y acariciando con mucha ternura y suavidad, su primera experiencia aparentemente había sido satisfactoria, yo estaba feliz por su placer alcanzado y contento de haber dejado a Mary satisfecha, ante lo cual la tomé de la mano y le dije:

  • Es hora de irnos, ya fue suficiente.
  • Mary: Tienes razón.
  • Claudio: De esto ni una palabra a nadie.
  • Mary: Nunca lo pensé decir, tienes mi palabra.

Cuando llegamos a tropezones por la oscuridad, Maite se despertó y nos dijo que folláramos callados que ella estaba con sueño, a lo cual me reí para mis adentros y tomando a Mary la besé para luego decirle:

  • Durmamos, mañana será otro día, solo quiero descansar.
  • Mary: Yo también

Despertamos temprano con Maite, la cual se puso a mi lado y me dijo sin ningún tapujo, cómeme el coño y fóllame, a lo cual cumplí con sumo placer, luego despertó Mary cuando ya estaba envergando a Maite y se nos quedó mirando, como con un gesto de reprobación

  • Maite: No me mires así, a ti ya te dieron anoche, ahora me toca a mí.
  • Mary: Sí pero pueden aparecer los niños.
  • Claudio: No creo se durmieron tarde y ayer fue agotador para ellos.

Afortunadamente no parecieron, por lo que alcanzamos a follar tranquilos y bañarnos los tres en la cómoda ducha que tenía varias rosetas por donde salía el agua, afortunadamente mis suegros cuando la hicieron no escatimaron en gastos. La ducha fue pacífica, nos acariciamos, incluso me encariñe con las benditas tetas de mis M&M (Las comencé a llamar así en el cuarto de baño, ya que solo se derriten en mi boca, jejeje), como les dije nos acariciamos pero sin llegar a follar.

A eso de las 10:00 todos nos juntamos a desayunar, incluso Martín y Alexa que llegaron radiantes y sonrientes, me pareció que ya no necesitaban palabras para entenderse, los saludé sin llegar a entrar en temas que para mí no solo son delicados, si no que son privados, o sea solo de las respectivas parejas, pero mis dos M& M, no supieron aguantar la tentación de preguntarles como habían pasado la noche.

  • Maite: ¿Cómo durmieron?.... si es que durmieron, jejeje
  • Alexa: Muy bien tía, la verdad que fue una noche muy placentera.
  • Mary: ¿Tú estás bien?
  • Alexa: Sí mamá, estoy bien… solo tuve que lavar una toalla pero todo está en orden dijo poniéndose roja por primera vez.
  • Maite: Tienes que tratar bien a mi Martincito.
  • Martín: Ay mamá, no soy un bebé, dijo abriendo su boca por primera vez
  • Alexa: Sí tía, tan bien como él me trata.

El resto del día lo pasamos entre cabalgar, almorzar, dormir siesta y encumbrar cometas, actividad de la que todos participamos, para finalizar con una pequeña merienda previo a retornar a la cruda realidad de la ciudad, me esperaba una última semana de la apuesta compleja a decir lo menos, pues tanto yo como Maite sabíamos poco acerca de las “costumbres” de Ana y menos sabíamos de sus debilidades.

El regreso fue similar a la ida, con la diferencia que el noviazgo de Martín y Alexa era un hecho más que asumido, el siguiente problema fue al llegar, pues querían dormir juntos a contar de este momento, cosa que yo ya suponía durante el trayecto, por lo que les dije:

  • Lamento por ustedes pero no pueden hacer lo que quieren, principalmente por dos motivos: El primero, son estudiantes y deben descansar para rendir en los estudios, por lo que para asegurar y velar por su sueño, no lo consentiré. En segundo término, en esta casa no hay cuartos suficientes para asignarles uno a ustedes.
  • Alexa: Pero ya hemos dormido juntos.
  • Claudio: Lo sé, pero mi casa mis reglas… claro que entiendo que se quieren y desean continuar con sus muestras de afecto, por lo que los autorizo a dormir juntos una vez a la semana siempre y cuando los otros chicos no estén en casa.
  • Martín: Pero es injusto…
  • Claudio: Considérate afortunado, ya que eres menor de edad y ni siquiera deberíamos estar hablando de esto, es la mejor oferta que les doy. Además, Alexa debe ir al médico ginecólogo a la brevedad para que tengo una receta adecuada de prevención del embarazo.
  • Mary: Lo haremos mañana mismo…
  • Claudio: Y si después de cumplir los 18 años, les va bien en los estudios, y aún se quieren, les prometo que podrán vivir juntos.
  • Alexa: Está bien por mí.
  • Martín: Lo mismo digo…

Continuará