...la amo...

¡Me sentía tan pequeño y tan grande frente a esa mujer…! Tan lleno de ella y tan vacío después

¡Me sentía tan pequeño y tan grande frente a esa mujer…!

Tan lleno de ella y tan vacío después

La amaba… se lo dije por fin, pero no me creyó; lo hice con locura; con esa locura con la que aman los adultos jugando a adolescentes sin que les importe nada ni nadie que no sea el ser amado.

Con esa impaciencia, con esa misma urgencia cuando de adolescente todo lo necesitas para ayer….

Ella fue mi pasado, era mi presente, y creí que mi futuro…mi todo y mi nada, mi vida y mi muerte, mi aliento, mi luz…y ahora mi mundo sombrío.

La amé, si….y aun la amo…pero se cansó de esperarme, de jugar a mi juego, de ceder y perder…se cansó de aguantar mis idas y venidas, mis miedos e indecisiones, mi egoísmo, mi inmadurez.

Y yo estaba ciego al jugar con ella, negándome a reconocer que esto que siento es amor de verdad y no pasión

Se ha convertido en mi gran obsesión, en un agudo dolor con el que no consigo hacerme aun que esté condenado a aceptarlo y tenga que aprender a vivir con el.

Ahora mendigo su amor. Ahora que definitivamente no volverá

Se me partió el alma al verla frente a mi, diciéndome "basta" con los ojos enrojecidos de llorar.

Recordé la primera vez que la tuve entre mis brazos, cuando todo era nuevo entre nosotros y sus ojos tenían aquel brillo de recién enamorada.

La observaba y me pregunté cuando fue la última vez que vi su mirada iluminada, cuando, por última vez, sus ojos sonrieron al mirarme.

Esos ojos negros, enormes, que desprendían curiosidad en todo aquello que miraban! Y ahora se posaban en los míos, apagados, tristes, hinchados de dolor.

O como desapareció aquella imperecedera sonrisa que hacía de su rostro un claro de luna, dejando asomar sus diminutas ferocidades y que iluminaban mágicamente el alma de quien la recibía o aquel entusiasmo del principio, de cuando un mínimo gesto valía todo un mundo.

No me dí cuenta de que se apagaba, de que poco a poco se extinguía con mi indiferencia y mi egoísmo.

¡Qué poco valor le dí cuando me era regalado sin pedir nada a cambio! y ahora ansío una sonrisa, una mirada amorosa

Yo la amaba, es cierto, pero no se lo dije por que creí que lo sabría. Pensé que no era necesario.

Me equivoqué en tantas y tantas cosas con ella!

Como creer que siempre se mantendría a mi lado,

Como pensar que con tan sólo estar le era suficiente.

Como imaginar que bastaba lo poco que le daba

Y ahora la pierdo, me está diciendo adiós y me falta el aire en los pulmones.

Me dice "basta", y me desgarra el alma, como asegura tenerla ella desde hace tiempo.

Y el mundo se para en ese instante, viendo como se aleja y me parte en mil pedazos.

Y la recuerdo, no sé por qué, en este trágico instante, mimosa entre mis brazos, pidiendo caricias y regalándome besos.

Bebiendo de mi boca, dulce, insaciable.

Reclamando divertida y traviesa mis "te quiero" y arrumacos.

Revivo el sabor de su boca en la mía, la sensación de su piel en mi cuerpo, el olor a hembra mientras la hago mía.

Renace en mi mente cada suspiro, cada gemido placentero, cada pequeña risa brotando de su garganta…y sé que es eso lo que deseo escuchar siempre y de ella.

"quédate"-supliqué_"te amo".

Pero me regala su última sonrisa antes de alejarse. Una triste sonrisa delatando decepción y dolor….