La Amiga de mi tía
Cómo Liza y yo nos prodigamos placer aprovechanco la fiesta de cumpleaños de mi tía.
Bueno ya les conté como fue mi inicio sexual, claro fue una de las experiencias que marco mi avatar sexual hasta el día de hoy, desde ese día descubrí que una de mis pasiones es el sexo, de esa tierna experiencia empecé a conocer a chicas de mi edad alguna que otra algo mayores que yo pero con la experiencia de unos adolescentes el disfrute no era del todo excepcional así transcurrieron esos meses del año 1984 hasta que en pasado mi cumpleaños mas o menos en el mes de julio en una reunión familiar conocí a una amiga de mi tía, Elizabeth como así se llamaba la señora cambio totalmente mi perspectivas sobre el disfrute sexual.
Liza como le decían sus amigos era una mujer guapa de unos 37 años, yo con 15 años recientemente cumplidos, cabello castaño, blanca, con pecas en el pecho, unos senos no enormes pero de regular tamaño firmes, ojos color almendra, unas caderas muy bien delineadas, un trasero deliciosamente apetecible, era una mujer que insinuaba lujuria a través de sus poros, no pasaba desapercibida, todos en la reunión tenían que verla era el deseo de todos los hombres presentes y la envidia de todas las damas concurrentes a la fiesta que daba mi tía por su cumpleaños, esa noche ella estaba vestida con una falda negra entallada a su cuerpo que dejaba ver sus bien delineadas curvas, unos zapatos color negro de taco 7 que lucían unos pies sensuales y provocadores, un blusa de tela suave algo escotada la cual dejaba a la imaginación la semblanza de dos melones muy bien formados; su esposo era un señor de unos 55 años, se notaba la diferencia y los celos que este sentía al ver cuando algún varón se acercaba a su mujer, se notaba que el esposo no la tenía bien atendida sobre todo si de calenturas se trataba, eso lo descubrí posteriormente.
Al llegar a buscar a mis padres y por ser el sobrino favorito mi tía representaba a todas sus amistades al presentarme con Liza casualmente pegue mucho mis labios estampando un ligero beso en la fisura de sus labios, fue algo inocente ella sonrió y yo me ruboricé, me puse rojo como un tomate, desde lejos no podía dejar de observarla, había fijado mi visión en sus pies, sus pies me atraían fuertemente, debía estar loco, una mujer como esa, bien proporcionada y yo mirándole los pies, tragos van y tragos vienen, escuchaba como los hombres presentes se expresaban de ella, cómo mi tío quería tirarse a la mujer de su amigo yo sólo atinaba a sonreír pero estaba con una erección de a cien, Liza se daba perfectamente cuenta del calor que producía en los hombres y eso parecía gustarle, coquetamente provocaba sin regalarse, le gustaba sentirse deseada y cada vez que la sacaban a bailar se percataba muy bien que su esposo no la observara mucho, a estas alturas su esposo estaba ya algo pasaditos de copas, bueno en realidad muchos de los invitados, en eso después de una pieza Liza se acercó en donde estábamos mi tía, su esposo, mis padres y yo, ese andar, verla acercarse como gata en celo me excito mas no sabia como disimular mi miembro erecto, una erección que estaba por estallar, nunca me había sentido tan arrecho; Liza tomo una copa que le sirvió mi tío y dijo que pasa aquí al parecer nadie de este grupo baila, mi tío no quiso desaprovechar la oportunidad y se ofreció bailaron, y yo observaba cada uno de sus movimientos esos pies, ese culito que tentación esa mujer, en una de las vueltas de la danza ella se percató que la observaba, que la miraba desde los pies hasta las tetas de una forma descarada para un joven de mi edad, en eso se cruzaron nuestras miradas y ella me sonrió, yo nuevamente me sonrojé, al tiempo que terminaba la pieza y comenzaba otra, una salsa, se acercó nuevamente hacia nosotros y dijo que pasa no bailan, no sé si Uds. no lo hacen yo sacaré a bailar a tu sobrino para ver como se mueve la gente mas joven que yo, me tomó de la mano y comenzamos a bailar al pegarme a ella no pude evitar topar mi miembro erecto, ella lo notó y me sonrió mientras me decía que pasa estas algo incómodo conmigo, a lo que yo contesté que no, Liza dijo bueno al parecer tienes un pequeño problema aquí abajo sonriendo maliciosamente se pego mas a mi y yo tomándola de una mano en la cintura podía sentir su respiración, insistía en el baile y me preguntaba te gusta lo que ves he podido notar que me miras mucho los pies, solo eso te gusta de mi o hay algo mas que te gustaría ver, yo sólo conteste que me gustaban también sus piernas pero que era la amiga de mi tía, ella me dijo que para mis 17 años eso no debería intimidarme, si hubiera sabido en ese instante que recién había cumplido 15, mi erección era tal y se dejaba ver notoriamente al no llevar ropa interior, en eso se fue la luz, todo estaba a oscura, y sentí sus ardientes labios pegarse a los míos, instintivamente la agarre por el poto sobandole el trasero todos en la sala estaban distraídos y decían apagón, nos estábamos sobando en medio de todos su marido sentado en un sofá tomado, mis tíos corriendo para conseguir velas y nosotros dando rienda suelta a nuestros instintos.
Aun no sucedía lo mejor, Liza se separo abruptamente de mí y me jalo hacia donde estaban los demás como para disimular, estos apagones en esa época duraban bastante y nadie al perecer estaba dispuesto a que las aguaran la diversión, velas un equipo de sonido y seguía todo igual, tomando y bailando, Liza estaba sentada a un lado de la mesa y yo a su lado pero un poca mas hacia atrás ella me ofrecía sus encantos por debajo de la mesa, yo lleve mi mano hacia sus piernas, le empecé a acariciar los muslos, que piel tersa, suave, ella no dejaba que los gemidos se le escaparan, me invitaba a que siguiera explorando, hasta llegar a su vulva, que sorpresa estaba sin bragas y toda pelada, estaba mojada totalmente húmeda mis dedos se deslizaron con facilidad ella se inclinó un poco y en voz baja me dijo meteme tu dedo índice y medio yo te iré guiando en tus movimientos, que buena profesora resulto ella me enseño unos truquitos que hoy en día me sirven de mil maravillas, movía los dedos dentro de ella al ritmo que me pedía, podía sentir lo mas profundo de su vagina y sus jugos vaginales invadir mis dedos juguetones, mi pinga estaba a mil no cabía en mis pantalones, comencé a tocarme sobre la bragueta mientras los movimientos de mis dedos eran mas rápidos, Liza tenia que morderse los labios, para no delatarse ante todos en la penumbra, yo no podía mas quería cachármela, quería comerme a Liza, en una arranque quite mis dedos y los lamí delante de ella me puse de pie y me dirigí a la parte de atrás de la casa , al patio, no pasó mucho rato y ella apareció, la jale y la metí al cuarto de servicio, estábamos locos comenzamos a besarnos con frenesí, ella me tocaba todo el cuerpo, y yo estaba asido a sus prominentes nalgas, se las amasaba son fuerza y lujuria, ella gemía, mi lengua recorría su cuello, los lóbulos de las orejas y dejaba escapar suspiros de placer, desabrochaba su blusa, de la quite y tire del brasier arrancándoselo, que senos tan hermosos y deliciosos, comencé a lamerlos como un condenado, mis manos agarraban sus senos deleitándose con sus pezones erguidos, mi lengua recorría ya todo su tórax, mis lamidas a sus pezones la hacían gritar, esa combinación de excitación y miedo de ser descubiertos nos ponía mas hot, as y mas arrechos, de un sol tiron le baje la falda y mi boca fue a para en su cuca húmeda y sedienta de pinga, que rico le lamía el clítoris y ella se estremecía, cada lenguadazo mío era una delicia para ella, que rico olor y sabor tenia esa chuchita, los movimientos circulares de mi lengua parecían gustarle, en eso Liza me colocó sobre la cama y se bajo el pantalón liberando a mi pene hinchado y rojo, no podía creerlo se metió mi pinga a la boca, que señora mamada me estaba dando Liza, la condenada lamía huevo expertamente, escuchándole decir esto es lo que me faltaba una buena comida de huevos.
Liza me chupaba la verga frenéticamente, yo estaba a cien no podía contenerme mas, y no lo hice estallando sobre su boca, ella no dejo ninguna gota me limpió el pene con su lengua dejándolo totalmente limpio y preparado para una nueva faena, nuevamente duro como un tronco, listo para la acción después de esa buena mamada, yo tendido sobre la cama y Liza se coloco a horcajadas sobre mi verga, comenzó a cabalgarme como loca parecía que hace un buen tiempo que no probaba bocado y que buen trozo le estaba dando, sus movimientos circulares de arriba abajo, estaba sobre mi verga totalmente enloquecida yo agrarrándole las tetas y moviéndome para sentirme bien dentro de ella, que delicia, me senté sin dejar que ella se saliera del empalo en que estaba y la cargue colocándola sobre la cama ahora yo estaba sobre ella mi verga entraba y salía en un mete y saca sin parar, ella gemía se retorcía de placer arañándome los hombros, me pedía que no parara que siguiera que ya venia, yo aun mas caliente me movía con mayor rapidez, sentía el temblar de su piel los espasmos de los orgasmos que alcanzaba y besándonos lujuriosamente sus músculos vaginales apretaron mis pene provocando mi segunda erupción de leche caliente y fresca dentro de ella.
Liza se quedo abrazada a mi, acariciándome y besándome, y mientas besaba mi pecho,, volvía a excitarme mi verga nuevamente ganaba tamaño y grosor, viendo eso ella volvió a lamerme los huevos y a chapármela, me dijo esta vez la quiero dura para que me la claves por el poto mientras me la chupaba la voltee con dirección hacia mi quedándonos en un 69 en el cual no sólo aprovechaba para lamerle la cuca sino para meterle primero un dedo y luego hasta tres dedos en el poto, como excitaba esto a Liza, no sabia que eso la ponía fuera de sí y hacia que se comportara como una puta, Liza al cerciorarse que mi verga estaba como ella quería salto y se sentó sobre ella introduciéndose cada cm. en su muy trabajado ano, mi verga estaba entrándole poco a poco por el poto que sensación, esta que si era nueva sensación, una clavado por el ano, ella lo disfrutaba bastante, sólo atino a decir mi esposo hace tiempo que no hace ni esto,, esa frase me puso a cien, comencé a mover mis caderas de abajo hacia arriba buscando romperle el poto con mis embestidas, ella recibía mi verga de buena faena y gritaba ahora si que eso no eran gemidos eran gritos nadie nos escuchaba por la música, la luz regresó pero nosotros seguíamos culeando no nos importaba nada, ese culo era mío esa noche y yo era de ella, cambiamos de posición, yo me coloque de pie detrás de ella y ella de a 4 sobre la cama, la penetre nuevamente por el ano pero esta vez como una salvaje la agarre de las caderas y le empujaba mí miembro hasta l fondo, ella gritaba jadeaba gemía, me pedía mas y mas, mi verga estaba dentro de ella hasta la base, y aun así yo la empujaba mas adentro, era el delirio, Liza se movía mas y mas, sentía como su cuerpo se estremecía como sus uñas se clavaban en las sábanas de la cama otros largo orgasmo era evidente pero ella hacia todo lo posible para arrancarme otra lechada, nuestros movimientos se acompasaron rítmicamente y frenéticamente hasta estallar ella en un interminable orgasmo lleno de mis últimas gotas de leche, que damos exhaustos de placer, por unos minutos nos quedamos abrazados para luego regresar como si nada a la fiesta.