La amiga de mi sobrina
La amiga resulta ser un poco entrometida y necesito convencerla para que...
Mi sobrina Davinia me llama al trabajo para decirme que tenemos un problema muy grave, que tenemos que vernos de inmediato para me lo pueda explicar. Completamente asustado por los malos presagios que esta llamada me ha provocado, lo dejo todo y voy a su encuentro.
Nos reunimos en un bar cercano a la facultad y me cuenta lo que sucede. En resumen lo que ocurre es que su mejor amiga quiere tener un encuentro conmigo para forzarme a dejar en paz a su amiga del alma. A Davinia se le han escapado algunos datos sobre nuestra relación, su amiga ha sabido tirarle de la lengua y al final se ha enterado de todo lo nuestro
- “¿Cómo se te ocurre contarle a tu amiga nuestros secretos? ¿no ves que esto puede transcender y puede ser muy, pero que muy peligroso para nosotros?
- "He caído ante su presión… quiere hablar contigo y me ha amenazado con contar lo que sabe a mis hermanos si no vas a su casa a discutir la situación”, me confiesa llorosa esperando que yo entienda su desesperación y porqué ha accedido a las exigencias de “su amiga del alma”.
- “Está bien, está bien… no se hable más… iré a ver que quiere de mi esa amiga tuya. Tu no te preocupes más. Ya veras como todo se arregla”, le digo para tranquilizarla pero reconozco que tenemos un serio problema.
En el apartamento a donde me llevó Davinia para tener nuestra última aventura me recibe su amiga Susana con cara de pocos amigos. Intercambiamos un seco saludo, me invita a entrar y a que tome asiento en el destartalado sofá del comedor de su piso de estudiantes.
Sin ningún preámbulo me lanza diversas preguntas sobre mi relación con su querida amiga. Todas ellas, incisivas mostrando claramente que está muy enfadada conmigo. Está muy molesta porque Davinia, que para ella es casi una niña, está viviendo una explosiva experiencia sexual con un hombre adulto, que está casado y que además es un familiar cercano, su tío…yo
- “¡No te da vergüenza, un hombre mayor que se aprovecha de la inocencia de su propia sobrina?, me espeta con agresividad contenida
- “¿Qué crees que pasaría si tu esposa se enterase?¿qué sucedería en tu vida familiar? ¿no te das cuenta que eso no puede continuar?”
- “Le estás robando la inocencia y te estás aprovechando de los lazos familiares que teneis”
Y así durante varios minutos, en los que de forma atropellada me lanza una larga lista de preguntas a las que no puedo responder, hasta que en un momento que se detiene para tomar aire y puedo intercalar mi pregunta:
- “Perdona…¿Qué te ha contado Davinia respeto a mí?...¿qué te ha dicho que le he hecho?” le digo haciéndome el sorprendido y poniendo cara de buena persona.
Susana se toma un tiempo para responder que aprovecho para observarla con detenimiento en búsqueda de los indicios que me puedan salvar de esta embarazosa situación.
Tiene el pelo corto, cortado a lo chico, unas gafas de pasta que esconden unos ojos grandes y miopes. Su cara es redondita y aniñada, todo ello le confieren un aspecto propio de la típica estudiante de buenas notas, a la que los chicos no se acercan demasiado.
Su cuerpo es poco corriente, muy estrecha de hombros, un pecho muy discreto y unas caderas muy amplias lo que condiciona que tenga unas piernas con gruesos muslos y un generoso señor culo.
No digo que no sea atractiva y seguro que a muchos les parecerá estupenda. Para mi, resulta demasiado culona y le faltan tetas, y su aspecto general no resulta muy sexy.
En general me parece una buena chica, que se preocupa por su amiga. Estoy seguro que virgen no es pues en estos tiempos que corren todos tenemos nuestras oportunidades. Lo que si que estoy convencido es que no ha experimentado por si misma la atracción de sexo en su manifestación mas pura, sin las connotaciones amorosas habituales.
Follar para pasarlo bien, para disfrutar de nuestro cuerpo, para sentirse a gusto, para eliminar tensiones, para conocer los secretos de nuestro cuerpo, para conocer como atraer a quien nos gusta… eso creo que no.
- “Pues me ha contado como os conocisteis a través de tu intromisión en los datos de su PC…”, …los primeros encuentros en su casa…y sobre todo… vuestro viaje a Las Vegas” me confiesa mirándome directamente a los ojos, quizás esperando que yo muestre algún tipo de arrepentimiento por esos episodios vividos con mi sobrina.
- “Yo creo que Davinia ya es mayor para poder decidir por si misma… y lo está disfrutando igual que yo… y está aprendiendo a conocerse, a valorarse y a estar más segura de sí misma”, le argumento frente a sus ataques.
- “Si, si…eso está bien…pero ¿no crees que es demasiado intenso para su edad? … que debería salir con algún chico de nuestra edad del que estuviese enamorada?, me responde.
- “me ha contado algunos episodios….que …vaya tela…la has vuelto loca y te has aprovechado muy a gusto de su inocencia y juventud”
- “Lo habéis hecho en muchos sitios…en el auto…en la calle… y con muchas posturas…para descubrir secretos sobre su cuerpo, para complacerla”, me dice al tiempo que su mirada se desvía de mis ojos y se dirige sin darse cuenta a mi entrepierna a la espera de encontrar alguna respuesta.
A medida de va hablando su voz se vuelve entrecortada. Va a resultar que más que enfadada por mi relación con su amiga, lo que le ocurre es que tiene unas ganas de participar en la historia y recibir una pequeña ración de buen sexo que colme sus más íntimas fantasías. Voy a sondear este aspecto a ver como sale.
- “Por lo que te haya contado Davinia, ¿crees que alguna cosa no deberíamos haberla hecho?¿…que alguna cosa esta fuera de lo correcto? Le pregunto.
- “… el sexo oral?... practicar sexo en lugares públicos?”
- “Eso está bien… yo me refería a …bueno… a que es muy joven… que no estáis enamorados…”, me responde sin separar su mirada de mi entrepierna.
- “Ahhh, ya veo… tu no apruebas que pueda haber sexo sin amor…” le digo poniendo mi mano sobre su rodilla, a lo que responde echándose hacia atrás para evitar el contacto.
- “Pues nosotros pensamos que está bien que nos conozcamos, que le enseñe ciertos secretos, que lo pasemos bien… que sintamos nuestros cuerpos vibrar…”, le digo al tiempo que pongo mi mano sobre su rodilla pero esta vez en su lado interior como paso previo para separar sus piernas.
- “Davinia es mi mejor amiga…y yo no quiero…”, no puede terminar de decir la frase pues le he puesto la mano entre las piernas por debajo de la falta acariciando su muslo.
Me mira con sus ojos miopes entre sorprendida y deseosa de que su fantasía se haga realidad. Creo que mientras mi sobrina le ha contando sus aventuras con su tío lo ha estado deseando y ahora lo está viviendo en primera persona.
-“no se lo dirás a ella, no?... se enfadaría mucho conmigo…”, me dice a modo de aceptación de mi atrevimiento siendo consciente que vamos a ir a por más.
- “No te preocupes…esto quedará entre tu y yo… y nadie lo sabrá… salvo que se lo quieras contar tu…quizás a tu buena amiga”, le digo al tiempo que mi dedo índice ya roza por encima de su braga.
Durante unos instantes se deja hacer entre sorprendida y emocionada. No creo que esperase un desenlace como el que tenemos entre manos y me parece que está deseando vivir alguna de las experiencias que Davinia le haya contado. Ahora su fantasía juega a mi favor.
-
“¿Vamos a la habitación? Le sugiero viendo que responde muy bien a mis tocamientos por debajo de la falda.
Se levanta como un autómata activado desde un oculto botón, me toma de la mano y se encamina lentamente hacia su habitación.
Me parece mentira lo que está pasando, hemos pasado de una agria discusión sobre mi relación con mi sobrina a encaminarnos hacia su habitación a echar un buen polvo. En otras circunstancias no me lo habría planteado, pero ahora el morbo me motiva, quiero para mi ese inmenso culote y quiero darle motivos para desear tener un amante como yo.
En la habitación se desata la lujuria. Susana se lanza literalmente a por mi, me come la boca, mientras me quito la camisa, me mira, se relame y trata de deshacer el cinturón. Como no atina, le ayudo, me deshago el cinturón, dejo que el pantalón caiga a mis pies y lentamente me bajo el boxer hasta que mi polla cabezona sale a escena.
Esta tan emocionada que se queda paralizada contemplándola, disfrutando de la visión e imaginando lo que puede pasar cuando la tenga dentro de su chocho.
Por mi parte siento muchas ganas de poseerla gozando de los golpes contra su generoso culo. Por eso le bajo las bragas y la pongo encina de la cama en la postura del perrito. Uhmmm!
Me gusta cogerle los cachetes y hacerlos vibrar, golpearse uno con el otro y separarlos a tope para ver como son los labios de su vulva.
Paso la mano suavemente y la retiro mojada por sus flujos. Veo que Susana ya esta disfrutando de lo lindo y su cuerpo le responde preparándose para recibir mi polla con todos los agasajos posibles.
De pie, me pongo detrás, me cojo la polla y dirijo la punta entre sus labios. Solo tengo que empujar un poco para que la cabezota se pierda entre sus carnes.
Le doy una sonora palmada en la nalga. No es fuerte pero si ruidosa, quiero que sienta el chasquido que produce mi mano impactando sobre su culo, que sienta la estimulación… la emoción. La agarro fuerte por la cintura, apoyándolas manos sobre la cadera y tiro de ella con fuerza atrayéndola hacia mi, con lo que la polla queda totalmente desaparecida entre sus carnosos labios.
Uy!…que gusto… un chocho grande, jugoso y a la vez tan prieto. Me encanta balancear la cadera para hacer entrar y salir mi polla en medio de estas nalgas tan generosas. Me siento poderoso, fuerte…gobernando este culote a mi gusto, dándole fuerte o suave…lento o rápido mientras oigo como la chica gimotea al sentir como mi polla se cuela entre sus carnes.
De vez en cuando me detengo para contemplar el espectáculo, me separo un poco y asi veo sus muslos gruesos, su culo redondo, grande, apetitoso… y como mi polla se clava como un cuchillo caliente en la mantequilla… ufff, me cuenta contenerme.
Alterno secuencias de fuertes y rápidas embestidas con otras mas lentas… aunque siempre consiguiendo una gran amplitud… casi toda la polla fuera para luego clavarla hasta que las bolas chocan con su culo.
Susana permanece apoyada sobre los antebrazos poniendo a mi total disposición su culo en pompa para que lo disfrute, y no deja de emitir grititos y jadeos acompasados con cada una de mis embestidas.
En este momento estamos los dos formando una unidad, con nuestras sensaciones y movimientos unificados para darnos placer mutuamente. Siento como sus gritos se incrementan, como sus piernas tiemblan y sus caderas se mueven para modificar el ángulo de penetración para sentirme mejor.
Cuando mas duro le estoy dando, se deja caer sobre la cama, para gozar de su orgasmo. Queda echada boca abajo sobre la cama y me deja a mi de rodillas sobre ella con la polla totalmente empinada y mojada con sus flujos. A ella le ha llegado triunfalmente su orgasmo pero yo me he quedado a las puertas.
Me la cojo y me la meneo con fuerza para darme el ultimo impulso y así dejar su rotundo culo lleno de leche. Tras unos primeros instantes de frotes intensos me doy cuenta que no es el final que mas me apetece para este encuentro que empezó tan tenso.
Meto la mano entre la cama y su cadera para conseguir que se voltee y quede boca arriba. Susana me mira expectante, supongo que cree que la voy a follar en la postura del misionero, aunque lo que pretendo hacer es otra cosa. Pongo ambas rodillas a la altura de los sobacos, con lo que me queda la polla justo delante de su cara…
Susana mira alternativamente a la polla que tiene delante y a mi cara como preguntando que debe hacer. Me lo cojo por la raíz y se la acerco hasta la boca. La abre lentamente, la acerca hasta la punta y me la besa. Saca la lengua y lame el capullo que todavía está lleno de fluidos, a continuación se la mete en la boca como si fuera un caramelo.
Dejo que me la chupe a su ritmo, para que disfrute de tener mi capullo dentro de su boca. Mientras lo hace, llevo mi mano detrás de mi culo, la apoyo sobre su vientre y recorro el camino hasta que encuentro su húmeda raja. Mientras ella me chupa le froto el clítoris con intensidad buscando su segundo orgasmo.
Tiene unos labios menores que salen hacia a fuera, cubren una perlita dura y gordita que es su punto más sensible. Le acaricio la zona intensamente mientras ella apenas puede respirar con mi polla dentro de su boca, hasta que no puede aguantar mas… se la saca, grita, se convulsiona, me coge de la mano para detener mis caricias y se vuelve a correr.
Viendo como sacude la cabeza fruto de su descontrol, oyéndola gemir mientras su cuerpo se agarrota y se destensa involuntariamente, siento que me viene…no lo quiero retrasar mas… me dejo ir… mi leche sale disparada como de una pistola de agua… me corro…..si, si… ohhhh que gustooooo!.
Después de una corrida tan memorable, me dejo caer en la cama sobre su lado y disfruto de las sensaciones. Después de unos instantes con la mente completamente en blanco me vienen a la cabeza otra vez las imágenes de la discusión con mi sobrina.
No tengo ni idea como se lo puedo explicar, espero que no se enfade conmigo. Lo único que se es que el problema que teníamos está en vías de solución o al menos lo hemos aplazado en el tiempo.
Deverano.