La amiga de mi novia, nuestra nueva inquilina (2)
Por la mañana, en el desayuno solo un preliminar de lo que iba a pasar
Al día siguiente me desperté pronto pese a que no tenia que trabajar, olvidé por completo que teníamos una inquilina, y salí sin camiseta a la cocina a desayunar.
-Vaya primero me enseñas la parte de abajo, y ahora la de arriba.
Me lleve un susto, Yulia estaba sentada en la mesa de la cocina desayunando, llevaba una camiseta corta ceñida en la cual se le marcaban los pezones y unos pantalones de pijama.
-Ostia que susto Yulia, si es que duermo asi.
-Ya yo tambien, bueno en verdad duermo en bragitas, pero no iba a salir del cuarto así – Dijo riendose.
Solo imaginarme esa sitaución me puso a mil, intente disimular mientras me ponía un café, pero no sirvió de mucho.
-Vaya veo que te he alegrado la mañana eh – Dijo señalando mi paquete, que al no llevar calzoncillos dejaba claro lo cachondo que me había puesto.
-Ostia lo siento Yulia – Me gire. - Es que por las mañana me levanto asi, intentaré que no vuelva a pasar, me voy…
-Tranquilo tranquilo, eres un tio es normal, ¿Pero ha sido por mi comentario?
-Bueno, todo, recién levantado, tu comentario, ayer que bromeaste con abrir la toalla, tus…
-Cierto, y encima ahora te he visto sin camiseta y empalmado.
-Si, esta un poco desigual – Dije bromeando mientras Yulia se levantaba para irse y yo me sentaba.
-Pues si, a ver si esto lo compensa – Se quitó la camiseta, dejando unos pezones rosados al aire y unas tetas pequeñas pero muy tersas a escasos centimetros de mi, luego agarró mi mano y lo poso en uno de sus pechos.
-¿Que? - Alcancé a decir.
-Shh, asi estamos en paz, ¿no? - Dijo estrugandome la mano contra su teta
-Sonia nos va a matar.
-No tiene porque enterarse, además es solo un tonteria -Dijo poniendose la camiseta de nuevo. - Tu piensa que te lo debía, si no mira como te tengo, pobrecito – Dijo rozandome el pene.
Yo me quedé mirando y olvidando por un momento que Sonia estaba a unos metros durmiendo, la agarré de la cintura y la besé, su lengua entró en mi boca, la cogí en brazos y la subí a la encimera, ella cerró las piernas alrededor de mi cintura restregando su coñito en mi pantalón, con el primer restregón soltó un gemido muy suave en mi oido, y me dijo:
-Joder, si, follame. - Eso me devolvió a la realidad.
-No, esto no esta bien – Dije volviendo en mi, y separadome de ella.
Ahí estaba Yulia, la amiga de mi novia, subida en mi encimera abierta de piernas, y pidiendo que la follara… Salí de la cocina lo más rápido posible.
Llegué al comedor, y Yulia detrás de mi.
-Lo siento Hugo – Dijo disculpandose – Es que no se que me pasa pero cuando estoy cerca tuya…
Y me besó, cogiendome la cara.
-No Yulia, para, si sigues asi…
-Si sigo así ¿que? - Y me miró desafiandome, mordiendose el labio. - Ven
Dió dos pasos atrás, cogiendome la mano hacia su cuarto, cuando se escuchó la puerta de mi habitación, era Sonia, yo me senté en el sofa, y Yulia se fue a su cuarto antes de que entrara Sonia, no sin antes dedicarme un guiño de ojo.
Aquello no era más que el principio de lo que iba a pasar esa noche de Sabado.