La amiga de mi hija (2)

La historia continua ahora en clima caliente.

La amiga de mi hija (2)

Continuando con la historia:

Esa noche, al contrario de lo que pensé al ver a Milena en esa pose, y al ser descubierto por mi hija, pude dormir, tal vez mejor que muchas veces, al otro día todo volvería a la normalidad, trabajo, almuerzo y en la noche comida en la casa, en la cena mi hija me saludo completamente normal, y asumí que nada había pasado, que no se había dado cuenta de mi espionaje a su amiga, que obviamente ya no estaba en casa.

Pasarían varios días o semanas hasta que viera a milena otra vez, en esta ocasión solo me cruzaría de entrada con ella, pero lo suficiente para voltear la mirada discretamente y ver su hermosa espalda y su perfecto trasero, esta vez cubierto por un jean.

Así, pasaría un mes, tal vez un poco mas, para que se llegase la mitad del año y la temporada de salir en familia.

Cuando Lina comenzó casi de manera intensa a pedir que fuéramos a la playa (a un lugar exacto que no tiene relevancia en la historia). El caso es, que días después, empacamos maletas y fuimos los tres a una cabaña en un conjunto con piscina, que quedaba muy cerca de la playa, el cual previamente fue escogido por Lucre y Lina.

La cabaña tenia dos pisos, y estaba cerca a otras cabañas, donde en la mitad del conjunto se hallaba la piscina.

Después de instalarnos Lina salió, no se a que, yo quería algún refresco, y también miraría el barrio, después de encontrar una tienda y beber una fría y helada cerveza que me supo a gloria, volví a la casa y cual fue mi sorpresa al encontrarme con que teníamos visita.

Si, allí, en la sala, estaba una señora un poco mayor que Lucre, pero no tan bien conservada, un señor mayor aun, yo le pondría de 51 a 55 años, una niña como de 13 años, y mi perdición, Milena estaba allí, y todos los antes mencionados eran su familia... Desde ese momento comprendí la insistencia de Lina, el secreteo de escoger el lugar con Lucre.

Mi hija quería pasar vacaciones con su mejor amiga, y yo estaba ahi, con la tentación al frente.

Como es debido me presentaron a la familia y al ver que llegue con un paquete de comida, al momento se despidieron, quedando de encontrarnos después ya que estaban en el mismo conjunto de casas, como me lo sospeche desde que los vi, pero claro, no permitiría que Milena pasara al frente mío sin de una manera u otra observarla, ya se había vuelto costumbre, paso a describir: llevaba un top que le quedaba bastante bien, le subía aun mas los senos y un pantalón de sudadera que aunque no le ajustaba del todo, hacia notar su hermoso trasero.

Paso delante mío y con una sonrisita se despidió.

Ese día no paso nada que valga la pena contar, pero al otro...

Al salir a la playa, fuimos Lucre y yo, Lina luego nos alcanzaría, el  calor estaba al tope, la playa también, no había lugar desocupado, debo admitir algo, cada vez veía a mi mujer mejor, ese día en especial estaba con un bikini, no demasiado pequeño, pero lo suficiente para exhibir el buen par de senos que tiene, con una tanga que inspiraba sexo.

Mas de una mirada levanto en la playa. Estaríamos tomando el sol cuando llego Lina con su inseparable amiga.

Milena llevaba un bikini negro, algo grande, en realidad me la esperaba con una micro tanga, pero se veía muy bien, lucia su abdomen, y su lindo ombligo con un aro, se notaba que tenia muy lindos senos, aunque como dije el bikini no los dejaba ver mucho, aparte de todo tenia puesto un pareo (maldito pareo) que no dejaba apreciar su lindo culo. El caso es que nos saludaron y se fueron a broncearse a otro lado mas solo, según ellas.

Por mi parte, pensaba que estaba superando la tentación, tal vez por lo sujetiva que se encontraba Lucrecia. Ese día pasaría normal, almorzaríamos con Lina pero sin Milena, y en la noche mi hija salió a alguna disco, plan con el que no estuve muy de acuerdo, pero viendo la posibilidad de quedarme solo con Lucre, no dude en aceptar que fuera.

Esa noche, sin esperarlo aun, Lucrecia me abordo en un sillón, donde me encontraba después de cenar, que caliente estaba, se me abalanzo y  comenzando a besarme casi frenéticamente me quito la camiseta, yo solo accedí e hice lo mismo, quite su camiseta encontrándome con la parte de arriba del bikini, mis manos pasaron a hacer lo suyo, y sus ricas y deliciosas tetas quedarían ante mis ojos para ser devoradas por mi boca, ella mientras tanto me bajaría los cortos (pantalones cortos) y empezaría a frotar mi ya despierto pene, me bajo los bóxer y comenzó a bajar, creo que estaba mas caliente que nunca, y comenzó de una vez a mamarmelo, que mujer me mandaba, como lo hacia, con sus manos acariciaba mis hinchados huevos y su boca se tragaba todo mi palo suavemente hasta mover todo mi cuero al tope, mis manos se encontraban en su cabeza, pero empezó a subir, acomodo mi pene entre sus tetas, y empezó a hacerme una paja de película, así duraríamos algunos minutos cuando decidí que quería penetrarla, así que me levante dejándola a cuatro patas, me hice atrás de ella y suavemente cogí su pantalón y lo baje, lo deslice por sus torneados piernas, encontrándome con un minúsculo hilo negro que me puso a mil, con la delicadeza de un relojero baje esa tanga hasta encontrarme con un lubricado coño, dirigí mi pene concha, primero despacio hasta coger ritmo, mis manos se encargaban de sus tetas, mientras mi verga, ya en su tope, aceleraba sus embestidas, ella gemía de manera tan deliciosa, que me hacia casi venir, cuando de pronto...

la puerta se abre, y como dije que estábamos en el sofá imagínense la  escena cuando se asoma Lina y Milena, claro que con Lucre alcanzamos a oír la cerradura, pero no pudimos ser lo suficientemente rápidos, y lo que vieron fueron un camino de ropas y dos cuerpos desnudos subiendo rápidamente por la escalera a encerrarse en el cuarto.

Esa noche Lucre bajaría a hablar con Lina, que obviamente era lo suficientemente grande para saber que pasaba, pero la vergüenza no se quita tan fácil.

Al desayuno hable con mi hija y simplemente le pedí disculpas por no ser discreto, ella simplemente decía que no había nada que perdonar y solo sonreía.

Esa misma mañana me pediría como recompensa que la llevara a una playa de la que le habían comentado, Lucre pasaría a visitar a la mamá de Milena, y yo me convertiría en chofer de mi hija y de su amiga a la que no sabia como mirar después de la escena de la noche pasada donde ella también nos descubrió.

Continuara...