La amiga de mi amiga

Mi amiga no podía quedarse callada y cuando le preguntaban porqué estaba tan radiante, no podía evitar contar de nuestras "aventuras". Hasta que su amiga le preguntó si yo tenía alguien que pudiera ayudarla con su "problemita": su virginidad. !Y mi amiga le ofreció mi ayuda!

La amiga de mi amiga

Capítulo 1

Estábamos acostados en mi cama después de haber tirado rico, o como decía mi amiga Virginia: después de la primera ronda.

Usualmente eran dos rondas, si Virginia decidía regresar a su casa, o tres o más si se quedaba a dormir en la mía. La primera ronda era un poco a lo bruto, con mucha pasión y prisa. Usualmente era porque habían pasado muchos días sin vernos, bueno digamos que una o dos semanas y nos moríamos de ganas. Empezábamos apenas salir de clases o dónde estuviéramos y nos íbamos calentando hasta llegar al cuarto. Allí nos arrancábamos la ropa y nos cogíamos con cierta prisa y mucha pasión.

No nos importaba acabar rápido porque sabíamos que después de limpiarnos, nos íbamos a acostar a conversar y a acariciarnos hasta que yo recuperara mi “capacidad de acción” (es decir, se me paraba otra vez) y volveríamos a hacer el amor.

Así pues, ahora estábamos en ese “entre-tiempo” conversando tranquilamente. Yo me había acostado boca arriba con un par de almohadas en mi espalda y Virginia se había acostado boca abajo entre mis piernas abiertas, sus tetas perfectas y con los pezones todavía duros, reposaban sobre mis muslos y ella apoyaba su barbilla en sus manos cruzadas sobre mi vientre. Al fondo podía ver su hermoso y respingado culo.

-¿Tu te acuerdas de mi amiga Lin?- me preguntó.

-Uhhh… mmm… No- le respondí.

-¿Pero cómo no te vas a acordar? Te la presenté cuando comenzó el semestre… no, creo que fue el anterior-

-Bueno, puede ser, pero ahora no tengo ninguna imagen de ella-

-Es una chinita preciosa, ¿cómo no te vas a acordar?-

-A ver- le dije poniendo cara de “acordamiento”.

-Mmmmm… No me acuerdo-

-Bobo- me dijo Virginia riendo y restregando sus tetas contra mi vientre, lo que me hizo sentir rico. El güevo todavía no respondía, pero no debía faltar mucho.

-Bueno, está bien. Te cuento- continuó Virginia -Lin es la geniecita de la clase. ¡Bueno, de todas las clases!-

-Jajaja-

-Si, estudia matemáticas puras y filosofía-

-¡Wow! Eso sí que está difícil-

-Si, pero ella dice que la filosofía es muy importante para las matemáticas y las matemáticas son importantes para… no sé, jajaja-

-Las matemáticas son importantes para todo- le dije -Yo estuve jugando con la idea de estudiar eso, pero después me decidí por la ingeniería-

-Muy bien- dijo Virginia viéndome con sus grandes ojos pardos -El caso es que coincidimos en algunas materias y el otro día me preguntó qué me pasaba-

-¿Estabas enferma o algo?-

-No, al contrario. Tú y yo habíamos pasado la noche tirando y al día siguiente yo tenía cara de boba. Ya sabes-

-Si, mi madre siempre lo dice, que pones cara de “bien cogida”-

-Jajaja, claro, ¿cómo no voy a poner cara de bien cogida si la noche anterior lo habíamos hecho como… 5 veces? Ya ni me acuerdo. El caso es que no me podía sentar derecha y durante las clases sentía como todavía me salía semen tuyo por la vagina-

-¡Qué exagerada!- le dije riendo.

-Bueno, exagerada o no, Lin se dio cuenta de que yo estaba especialmente contenta, satisfecha. Y entonces no pude evitar decírselo, que había estado toda la noche tirando y había acabado 19 veces-

-¿19 veces? ¿Cuándo fue eso? Yo no me acuerdo. Seguro que estabas con otro-

-¿Cómo voy a irme con otro si tú me dejas tan satisfecha?- protestó Virginia -Además, no conozco a nadie que lo haga tan rico como tú-

-Gracias- le dije mientras sentía como mi güevo reaccionaba un poco y comenzaba a levantarse.

-¡Hey! Eso lo sentí- dijo Virginia sonriendo al sentir mi güevo estirándose bajo de ella -El caso es que Lin empezó a interrogarme…-

-Pero 19 veces?- le pregunté interrumpiéndola.

-Jajaja. No seas bobo. Exageré un poco-

-Pero es que si acabaste 19 veces hay un serio desbalance en nuestra relación. Yo acabo 2 o 3 veces por noche y tú, ¿19?-

-Jajaja. No seas bobo. Nunca he llegado a 19… pero ¿quizás 12?-

-¿12? Seguimos desbalanceados- protesté.

-¿Y de quién es la culpa si apenas echas un chorrito por ahí, se te desinfla como un pellejo vacío- dijo levantando un poco el cuerpo para que mi güevo pasara hacia arriba de mi vientre, volviéndose a acostar ella sobre él, luego de pasarle la mano con cariño.

-Bueno, es verdad- respondí derrotado.

-El caso es que empecé a contarle de ti a Lin, de cómo hacíamos el amor, de cómo disfrutábamos del sexo…y entonces- dijo Virginia continuando con la conversación -me dijo que ella todavía era virgen-

-Wow, yo pensé que en toda la universidad no quedaban vírgenes. Jajaja-

-¿Qué te crees? Estoy segura de que hay más de una que no sabe lo rico que es esto-

Para enfatizar sus palabras, Virginia empezó a mover su torso para acariciarme el güevo y también mis caderas y mi abdomen. Sus tetas se sentían delicioso, mientras se restregaban contra mis muslos. Finalmente paró de moverse y se acomodó igual que antes, con la diferencia de que ahora mi güevo estaba apresado entre los dos.

-Oh sí. Es realmente rico- le contesté acariciándole cabeza, que era lo único que estaba a mi alcance.

-Muy bien, pero volviendo a lo de mi amiga- siguió contándome Virginia -El caso es que me pareció muy triste que ella fuese a caer en manos de algún idiota que se la iba a coger en el asiento de atrás de un carro, sin posibilidad de que disfrute o que por lo menos no le duela mucho…-

-Si, definitivamente es una mala nota, pero nosotros no podemos hacer nada- intervine.

-¿Cómo que no podemos hacer nada?- dijo Virginia parpadeando rápidamente con los ojos más lindos del mundo, en una acción que ella sabía me desarmaba completamente. Cada vez que ella hacía eso, yo quedaba en sus manos.

-Bueno. Podemos aconsejarla… -balbuceé mientras mi güevo seguía endureciéndose bajo el cuerpo de Virginia.

-Mucho más que eso- dijo -Podemos, por ejemplo, dejarla que nos vea-

-¿Cómo que dejarla que nos vea?- pregunté.

-Si. Invitarla acá a tu cuarto. O en el mío. Y dejarla que nos vea haciendo el amor y así aprender cómo se hace-

Luego siguió diciendo:

-Me parece que no te molesta mucho la idea. Jajaja. Por lo menos hay alguien aquí abajo que me está diciendo que sí. Jajaja-

Efectivamente ya me había puesto completamente duro y además de que ella había comenzado a acariciármelo con su cuerpo de nuevo.

-¡Ah! No le hagas caso a él- le dije refiriéndome a mi güevo -Él sólo tiene una neurona y la usa sólo para pensar en meterse en cualquier lado-

-¡Yo no tengo problemas con eso- respondió riendo Virginia mientras comenzaba a moverse hacia abajo hasta que pudo agarrármelo con las dos manos mientras bajaba su boca para darle un beso en la punta.

Para luego sugerir:

-¿Y quién sabe? A lo mejor podemos invitarla a participar y le quitamos esa virginidad entre los dos. ¿Qué te parece?-

Luego de lanzarme la pregunta, se metió mi güevo en la boca despacio, bajando y bajando hasta que sus labios llegaron a mi pubis y la cabeza de mi miembro se acomodaba en algún lado en el fondo de su garganta.

-No se..é… -dije con voz un poco temblorosa por el placer que sentía- ¿No será un poco demasiado para ella?-

Luego seguí, en vista de que Virginia no podía contestarme.

-Digoooo… ooohhh- dije gimiendo -Un trío en tu primera vez es como mucho ¿no… oooh?-

Por un rato no seguimos discutiendo el asunto. Virginia se lo había sacado para poder respirar, pero no podía hablar todavía y además, enseguida se lo volvió a meter, pero sólo la cabeza, jugueteando con su lengua.

Después quiso cambiar de suerte y sacándoselo de la boca, me dijo:

-Échate hacia atrás-

Yo me acosté totalmente en la cama y ella se puso de rodillas y caminó sobre mí hasta colocarse en posición sobre mi güevo. Luego lo agarró y poco a poco se fue bajando hasta quedar firmemente empalada.

-Mmmmm- gimió y luego movió las caderas a los lados, como acomodándose. Cuando estuvo satisfecha me dijo:

-No sería realmente un trío… mmmm…. qué duro estás… mmm… Yo sería… mmm… más bien como un coach. Es decir, yo le iría diciendo… mmm… qué hacer o qué esperar. Igual contigo. Yo te… mmmm… no sé porque sientooo que hoy está maaas grande que nuncaaa…-

Luego Virginia continuó:

-Yo te diría… qué debes hacer y… a qué velocidad…-

-¿Porqueee.. no le preguntaaaamos a ella, qué quieeeere hacer?- intervine yo.

Sin darme cuenta, ya había aceptado lo que deseaba Virginia: meter a Lin en nuestra relación. Definitivamente ella sabía cómo convencerme ¿quién podía decirle que no, si la única neurona que te funcionaba en ese momento era la que gobernaba la cabeza del güevo y éste se hallaba  profundamente dentro de su vientre?

Por los siguientes minutos, Virginia siguió saltando sobre mi güevo, que salía y entraba de su cuerpo a gran velocidad, pero luego se cansó y se quedó sobre mí, moviendo las caderas adelante y atrás acompasadamente.

-¿Queee te pareceee…  si cenamos… cooon ella maaañana?- me preguntó jadeando.

Yo había empezado a jugar con sus tetas, apretándolas y acariciándolas con placer y realmente me interesaba poco el tema del que me hablaba.

-Repitooo- dijo deteniéndose un momento -¿Comeeemos maaañana con ellaaa y le preguuuntamos juntooos?-

-Lo que tú digas, mi amooor- respondí sintiendo cómo se acercaba mi orgasmo.

Ella se dio cuenta también y me dijo:

-Cambio- tirándose a un lado, al tiempo que me halaba el hombro para que yo me volteara con ella.

De alguna forma logramos cambiar de posición, sin que se me saliera el güevo. Ahora estaba yo arriba y ella abajo.

Inmediatamente empecé a moverme, con la ventaja de que la urgencia de acabar se había alejado un poco y podría durar unos minutos más.

Entonces le pregunté mientras mi güevo se encontraba metido hasta el fondo:

-¿Y tú vaaas a participar… activamenteeee?-

-A mí no me gustan particularmente las mujeres- dijo Virginia -pero tampoco he tenido oportunidad de probar en serio con alguna o de participar en un trío. Pienso que, de pronto, podría tocarla un poco a ver qué se siente-

El sólo pensar en eso nos excitó más a ambos y en pocos segundos explotamos casi simultáneamente.

-AAAAHHHHHHH-

-OOOOOOHHHHHH-

-SIIIIIIII-

-MMMMMMM-

Luego de asearnos, Virginia empezó a ponerse la ropa.

-Pensé que ibas a dormir aquí- le dije.

-Yo también- me respondió -Pero ahora quiero hablar con Lin y plantearle lo de nuestra propuesta de comer juntos mañana. Así tiene tiempo de pensárselo-

-Muy bien- le dije levantándome para despedirla con un largo beso.

-Ya, para, para- me empujó Virginia luego del beso. Me vas a hacer quedar y tengo mucho que conversar con Lin-

-Te noto un poco ansiosa. Me parece que tienes ganas de tener ese trío y de meterle la mano a Lin-

A Virginia se le puso la cara más colorada. Creo que la respuesta era obvia.

Capítulo 2

Al terminar mis clases el martes, regresé a mi habitación para bañarme y salir a buscar a Virginia y a Lin para ir a comer. Debo reconocer que estaba un poco nervioso por muchas razones, todas las cuales me parecían importantes.

A ver la más inmediata era: ¿Y si no me gustaba Lin? Yo siempre he sido muy selectivo con las mujeres que me gustan y las que no. Si no me gustan, no me gustan. Sería absolutamente incapaz de cogerme una mujer que no me guste. Yo sé que hay hombres que sí pueden. Hombres que se cogerían cualquier cosa con hueco, pero yo no soy así. Si no me agrada Lin, si no hay un mínimo de química, tendría que retirarme del acuerdo.

Pudiera ser igual con ella. A lo mejor no le gusto a ella. Es lo mismo, pero sería ella la que se retiraría y eso me libraría de la responsabilidad.

O pudiera haber casos intermedios, que Lin fuese bonita pero tuviese un carácter horrible. O que tuviese un cuerpo increíble, pero una cara… En fin. Ya veríamos. Lo más probable es que tengamos una cena agradable y ya. Ellas se van a su casa y yo a la mía.

Llegué casa de Virginia como a las 6:30 pm y apenas toqué el timbre, ella abrió la puerta, bella como siempre. Estaba vestida con una minifalda azul muy corta que dejaba ver sus esbeltas piernas y probablemente un poco más si llegaba a soplar algo de viento, porque la falda era plisada y se movía alegremente con su cuerpo. En la parte superior llevaba una blusa corta de color azul claro, que dejaba un espacio libre entre la cintura y el pecho, por donde se le veía su entonado abdomen. La blusa también dejaba al aire los hombros y se sostenía por un par de delgadas tiras. No era muy escotada, pero tampoco se le pegaba al cuerpo, por lo que sería muy fácil meter la mano por debajo. No se veían las tiras del sostén, por lo que probablamente no llevaría.

Luego de darme un beso en los labios, Virginia retrocedió para presentarme a Lin. Entonces una diminuta muñeca china se acercó a mí. Debía medir apenas un metro y medio o un poco más. La piel muy blanca y el pelo muy negro, largo y muy liso. Llevaba un traje típico chino de color perla, cerrado hasta el cuello y largo hasta los tobillos. A pesar de que el traje era pegado, no se podían apreciar muchas “curvas”. Sí, tenía un poco de pecho y unas caderas moderadas, pero nada que ver con la voluptuosidad de Virginia. Y sin embargo Lin no se veía mal.

-Armando- dijo Virginia -Te presento a Lin mi amiga de la que te hablé ayer-

-Hola Lin, encantado en conocerte- le dije dándole la mano.

Ella respondió dándome su mano blandamente y yo la apreté de forma suave. Una leve sonrisa se dibujó en su cara, pero no habló. Creo que estaba muy nerviosa.

-Bueno, vámonos- dijo Virginia cerrando la puerta.

-¿A dónde quieren ir?- pregunté.

-No sé, decide tú. Preferiblemente lejos de la universidad. No quiero encontrarme con nadie conocido-

-Jajaja. ¿No quieres que te vean conmigo? Jajaja-

-Jajaja- se rió también Virginia restregando su cuerpo contra mí. Definitivamente no tenía brassier  -No, obviamente a mí no me importa que te vean contigo, pero no sé si a Lin-

-Yo no… yo…- tartamudeó Lin.

-Oh, no se preocupen. Conozco un restaurant italiano muy rico y relativamente lejos-

-¿Italiano? ¡Adoro la comida italiana!- dijo Virginia con una gran sonrisa mientras batía las manos. Lin simplemente afirmó con la cabeza.

En el carro, Virginia se sentó adelante conmigo y Lin en el asiento de atrás. Por la siguiente media hora, el peso de la conversación la llevamos Virginia y yo. Si por alguna razón le preguntábamos a Lin por su opinión, ella respondía con monosílabos.

Al llegar al restaurant, todavía no sabía bien cómo era la voz de Lin, pero pensé que quizás cuando se le pasara el miedo…

Para beber nos decidimos por una botella de vino de la casa que estaba de lo mas accesible. Luego para comer, una ensalada capresa de entrada y dos pizzas para los tres. Con ese tamaño, seguramente Lin comería como un pajarito.

Luego de que llegó el vino, brindamos y nos relajamos. Bueno, Lin se relajó más porque prácticamente se bebió su copa de un solo golpe. Un poco riesgoso, pensé porque con su metro y medio de altura y evidente delgadez, la concentración de alcohol sería un poco alta, pero nuevamente, eso la ayudaría a relajarse.

-Cuéntame Lin- le pregunté directamente a ella para animarla a hablar -¿Qué estás estudiando?-

-Yo… yo…- tartamudeó de nuevo y pidiendo perdón se sirvió otra copa de vino, mientras yo esperaba por la respuesta.

-Ella estudia…- empezó a decir Virginia pero Lin la interrumpió.

-No, está bien- dijo -Ya se me pasó. Estoy estudiando filosofía con Virginia-

-Ah, ok- respondí contento de que se empezara a aflojar.

-Si, pero también estoy estudiando matemáticas puras-

-¿Matemáticas puras?-

-Si, ya sabes…-

-Si, yo sé qué son las matemáticas puras. Yo estuve tentado a estudiar eso también, pero al final me decidí por la ingeniería-

-¡Ah! Está bien- dijo Lin luego de tomar otro trago de vino. Su segunda copa iba ya por la mitad y Virginia y yo apenas habíamos empezado con la primera.

-Luego de tres años de matemáticas me pareció que necesitaba una mejor base y me inscribí en el programa de física, pero esa no era la respuesta, así que me metí en la facultad de filosofía-

-Wow. Yo no sabía eso- dijo Virginia impresionada.

-Si, en realidad no estoy muy clara en lo que quiero hacer- dijo Lin ya un poco más segura.

-Pero ¿tres carreras? ¿No es mucho? Y perdona la intromisión, ¿Qué edad tienes y cuánto tiempo llevas en la universidad?-

-¿Cómo le vas a preguntar eso, Armando?- dijo Virginia

-Oh, no importa- respondió Lin -Tengo 6 años en la universidad y en un mes cumplo 21-

-¿21?- dije sorprendido -¿Entonces entraste a la universidad a los 15 años?-

-En realidad iba a entrar a los 12, pero mis padres insistieron que esperara un poco-

-Wow- dijimos Virginia y yo al mismo tiempo.

-No sabía que habías sido una niña-genio- añadió Virginia

-No es para tanto. Mi hermanito que tiene 18 ya está terminando el doctorado en astrofísica. Yo me he retrasado por mi indecisión-

-¿Retrasado? Pero si todavía eres casi ¡una… niña!- Inmediatamente me di cuenta que había metido la pata, porque ella frunció el ceño.

-Bueno, me refiero que con 21 eres toda una mujer, pero…-

-No te preocupes -dijo Lin al cabo de un segundo -Entiendo lo que quieres decir-

-Pero ahora cuéntame- le dije a Lin cambiando el tema -¿Qué tal los estudios de filosofía?-

Por la siguiente media hora ella y Virginia me estuvieron instruyendo en las profundidades de la filosofía y lo importante que era para el mundo. Yo no les creía mucho, pero educadamente les decía a todo que sí y seguía haciéndoles preguntas.

La comida llegó y la botella de vino se fue, pero cuando íbamos a pedir la siguiente, Virginia nos llamó la atención diciendo que si más tarde pensábamos “hacer algo”, a lo mejor no debíamos seguir bebiendo.

-Tienes razón- le dije -pero ¿quizás Lin o tú quisieran tomarse una copa más?-

Finalmente acordamos pedir media botella, para que cada uno pudiéramos tomar un poco más.

Luego que nos la sirvieron y que pedimos un postre, una torta para compartir entre los tres, nos dimos cuenta de que la pregunta de “hacer algo” que era la razón primordial de la reunión, no se había tocado todavía. Virginia fue entonces la que la trajo a colación.

-Bueno, mi querida Lin- dijo -hemos hablado de todo, de matemáticas y de filosofía, ¡hasta de tu edad! Jajaja. Pero todavía no hemos hablado de lo que queremos hacer-

-¡Oh, cierto…- dijo Lin sonrojándose y tomándose un trago inmediatamente.

-Tal como conversamos, tienes varias opciones. La más… boba es que cuando termine la comida, te despidas de nosotros y te regreses a tu habitación. No creo que sea eso lo que quieres hacer, porque entiendo que quieres… resolver tu ansiedad-

-Si- dijo Lin tratando de justificarse -Desde hace unos meses me está costando más y más concentrarme en mis estudios. Me pica todo el cuerpo. Sobre todo allá abajo… y me encuentro soñando con… cosas-

-Es normal- le dijo Virginia -Nos pasa a todas cuando llegamos a la adolescencia.

-Si, pero es nuevo para mi- acotó Lin.

Yo las oía sin interrumpirlas, pero muy interesado.

-Entonces empecé a oír a Virginia hablar de ti, Armando, de como disfrutaba de tus… visitas. Además le veía la cara cuando regresaba, parecía venir en una nube-

Nuevamente Lin tomó un sorbo de su copa de vino. La torta había llegado y nos dieron a cada uno una cucharita.

-Bueno- dijo entonces Virginia -Entonces la opción de hacer algo con Armando sigue en pié. Ahora bien, puede ser sólo con él y en ese caso sería yo la que se iría sola a la casa, jajaja-

-O no, no- dijo Lin -No quiero interponerme entre Uds dos-

-Jajaja. No te preocupes- dijo Virginia -Aunque hagamos eso, no te estarías “interponiendo entre nosotros”. Nosotros no tenemos nada formal. Somos amigos y nada más. “Amigos con derechos”, como se dice. Cada uno puede tener las parejas que quiera y no tenemos que ponernos celosos ni nada. Nos gusta hacer el amor juntos porque a mí me gusta como él lo hace y a él le gusta como yo lo hago-

-No estaba segura. Hasta hace poco ni siquiera sabía que eso existía- dijo Lin.

-No funciona para todo el mundo- le dije.

-Si- refrendó Virginia -Hay mucha gente todavía que es muy posesiva y que quiere exclusividad. Nosotros no somos así-

-Que bien..- dijo Lin, que se estaba poniendo cada vez más nerviosa.

-Bueno. Entonces queda la opción de que quieras estar a solas con Armando, lo que a mi no me molesta-

Lin no contestó, quedándose pensando mientras saboreaba un pedazo de torta.

-Por último está la opción que nos vayamos los tres juntos y vamos viendo cómo… hacemos-

-Creo… creo, que lo prefiero así- dijo en voz muy baja mientras se terminaba su copa de vino-

-Muy bien- dije yo -¿Alguien quiere café?-

-Yo no- dijo Lin.

-Yo tampoco- añadió Virginia

-Ok. Entonces yo tampoco. Pido la cuenta y nos vamos a la casa ¿ok?-

La cara de Lin se volvió a poner colorada.

Salimos del restaurant y yo le pasé el brazo por los hombros a Virginia y luego le dije a Lin:

-Ven tú también Lin. Me encantaría caminar con las dos muy juntas-

Entonces Lin se acercó y le pasé el brazo por los hombros, apretándola contra mi costado. Ella se dejó abrazar, contenta, y así llegamos al carro.

Allí tuve que separarme de ellas para sacar las llaves y entonces Virginia le dijo a Lin que se sentara adelante con nosotros.

-¿Pero no van a estar muy incómodos?-

-Oh no- respondió Virginia yo me siento en el medio, pero así voy pegada a Armando y puedo acariciarlo de vez en cuando-

-Ah, ok-

Una vez en marcha, Virginia tomó mi mano derecha y se la puso en el muslo, tan arriba como era posible. La corta falda dejaba la mayor parte de sus piernas al descubierto. Mi dedo meñique rozaba con su tanguita, así que, sin dudar ni un momento, comencé a deslizarlo contra su vulva.

Virginia entonces le hizo un gesto a Lin para que viera dónde estaba mi mano y luego le susurró algo al oído.

-¡Oh!- dijo Lin.

-Mira, jajaja- le dijo Virginia riendo y entonces se subió más la falda, mostrándole cómo mi dedo se movía contra su cuerpo. Lin se quedó mirando la entrepierna de Virginia fascinada.

Por un rato seguí manejando así, pero luego a Virginia se le ocurrió otra maldad y aprovechando que estábamos detenidos en un semáforo y no había carros alrededor nuestro, metió sus manos debajo de la falda, se agarró la tanguita y se la quitó rápidamente, poniéndola en su cartera. El olor del sexo de Virginia se regó por todo el carro. Sin dudarlo, yo puse mi mano sobre su vulva para seguirla acariciando.

Lin siguió mirándola sin saber qué decir o hacer. Entonces Virginia volvió a susurrarle al oído. Ésta le miró primero la cara con sorpresa y luego miró hacia abajo entre las piernas de Virginia Ella había abierto las piernas lo más que se podía en el estrecho espacio y mostrarle a Lin como yo la acariciaba. Luego Virginia tomó la mano izquierda de Lin y la puso sobre la mía, apretándola con la de ella para que sintiera mis movimientos y mientras le acariciaba la vulva y mi dedo medio entraba y salía de su vagina masturbándola con toda tranquilidad.

Como yo seguía manejando, no podía ver mucho la cara de Lin, pero podía oír su respiración y era obvio que estaba muy agitada, nerviosa, pero igual no quitaba la mano del sexo de Virginia siguiendo todos mis movimientos.

Entonces cambié y en vez de meterle el dedo, subí un poco la mano para acariciarle el clítoris. Sentía la mano de Lin sobre la mía y aunque no estaba seguro, sospechaba que ella sabía muy bien lo que yo estaba haciendo.

Virginia se recostó hacia atrás en el asiento y se metió las manos por debajo de la blusa para acariciarse las tetas. Su respiración se hacía cada vez más pesada.

Yo intensifiqué mis caricias pues ya estábamos aproximándonos a la casa de ellas. Virginia respondió a la mayor presión que le hacía al clítoris con mis dedos, emitiendo ligeros gemidos.

-Mmmm…. mmmm… siiii… mmmm…. sigue asi… sigue asiii…-

Y entonces explotó:

-AAAHHHHHHH….- gimió poniéndose rígida y apretando las piernas para que no siguiera moviendo mis dedos.

Yo volteé a verla y sobre todo a ver a Lin, que tenía los ojos muy abiertos viendo como Virginia acababa, mientras mantenía su mano sobre la mía.

Finalmente Virginia se relajó y dijo:

-Gracias chicos, fue un paseo muy rico y… relajante-

Entonces tomó mi mano y la de Lin y se las quitó de entre las piernas.

-Como puedes ver, querida- le dijo ahora dirigiéndose a Lin -Una no tiene que estar en la cama para gozar, jajaja. Pero no vayas a creer, esto fue sólo un aperitivo, no el plato principal, jajaja-

-No entiendo- respondió Lin.

-Hay muchos tipos de orgasmos- respondió Virginia -Orgasmos grandes que mueven el universo y orgasmos pequeñitos que sólo son la introducción a una nueva fase del juego. Orgasmos rápidos y orgasmos lentos y profundos. En fin, como las comidas. A veces te mueres de hambre y te comes un pedacito de queso y te sabe riquísimo y otras veces lo que quieres es un un filet mignon con todas los acompañantes. Jajaja-

-¿Y este fue entonces…?- preguntó Lin.

-Esto fue una entrada, una ensaladilla, mientras viene el plato principal que disfrutaremos en un rato-

-Ah, ok-

-Una de las muchas ventajas que tenemos las mujeres, es que podemos tener múltiples orgasmos, a veces uno detrás del otro, sin necesidad de “tiempos de recuperación” como requieren los hombres-

-¿Qué es eso de “tiempos de recuperación”?- preguntó Lin.

-A ver- intervine yo -nosotros los hombres necesitamos un tiempo después del orgasmo para que nuestro cuerpo recupere las fuerzas…-

-Jajaja, si. El tiempo necesario para que se les pare de nuevo- acotó Virginia riendo mientras nos bajábamos del carro. Ya habíamos llegado.

-No sabía- dijo Lin mientras subíamos al apartamento de ellas.

-Si, depende de la edad y del estado físico- intervine de nuevo. A mi edad pueden ser veinte o treinta minutos. A veces menos, pero a los hombres de cierta edad pueden tardarse hasta 24 horas antes de ser capaces de hacer el amor otra vez-

-Si- intervino Virginia -Así pues, tienes que ser muy cuidadosa con eso, porque al igual que pierden la… fuerza, también pierden el interés y si tu no has acabado para ese momento, te vas a quedar por fuera-

-¿Cómo eso de que te vas a quedar por fuera? ¿Qué significa eso?- preguntó Lin.

-Es una expresión- respondió Virginia riendo -Significa que si dejas que él tenga un orgasmo primero que tu, puede ser que no vayas a tener un orgasmo esa noche o por lo menos vas a tener que esperar un rato para que vuelva a intentarlo-

-Es un poco complicado- dijo Lin.

-Oh no- respondió Virginia -Si tienes un buen amante, como es Armando por ejemplo, él sabe controlarse para asegurarse que su pareja reciba lo que necesita-

-¿Y cómo hace?- preguntó Lin.

-¡Ah!- dije yo -En eso consiste justamente lo que te hace ser un buen amante. Juegos previos, caricias, dedos y lengua… todo lo que se te ocurra. También valen juguetes-

-¿Juguetes?- preguntó Lin.

-Bueno, ya llegamos- dijo Virginia entrando al apartamento -No te preocupes Lin, te iremos enseñando poco a poco-

Una vez que hubimos cerrado la puerta, Virginia nos ofreció algo de beber.

-No tengo mucho, un par de cervezas quizás- nos dijo, sobre todo dirigiéndome a mi, porque sabía que Lin no bebía nada.

-Oh, está bien, quizás un poco de agua- le dije.

-Yo también- añadió Lin que se estaba sentando en el sofá, mientras yo me sentaba a su derecha.

Cuando Virginia trajo el agua, todos tomamos un poco, dejando los vasos en la mesa enfrente a nosotros. Virginia se había sentado a mi lado, quedando así yo en el medio de las dos.

-Creo que Lin prefiere seguir observando cómo nos comportamos nosotros, para luego ir interviniendo poco a poco- dijo entonces Virginia.

-Si- confirmó Lin -Un poco como en el carro. Así voy aprendiendo-

-Muy bien- le dije -Pero yo voy a irte metiendo en el juego poco a poco. Tu sólo me tienes que decirme si hay algo que te incomode-

-Claro, claro- respondió nerviosa.

-¡Ah! Una cosa importante, Lin- dijo entonces Virginia. En el carro puse tu mano en mis piernas sin preguntarte. Yo no soy gay, pero no me importa que en algún momento del sexo me toque o me acaricie otra mujer, es más me gusta, pero tú no tienes que sentir lo mismo. Si yo de pronto te toco y no te sientes cómoda, me lo dices y yo inmediatamente dejo de hacerlo. Entendería perfectamente que no te guste-

-Ay, Virginia la verdad es que nunca había pensado en la posibilidad de que me tocara o yo tocar a otra mujer. ¡Si apenas puedo imaginarme tocando a un hombre!- dijo Lin, para seguir después diciendo -La verdad fue que tocar tu pierna en el carro no me molestó en absoluto, es más me pareció excitante-

-Bueno. Entonces iremos viendo. No quiero “sobrecargarte” de emociones, así que trataré de mantenerme al margen, pero claro, estando tan cerca los tres y desnudos y todo eso… es posible que se me vayan algunas caricias…-

-Jajaja. Está bien. Las recibiré con gusto- respondió Lin sorprendentemente abierta.

-¡Qué bueno!- dijo Virginia con una gran sonrisa -Pero ahora debo decir que todavía nadie me ha dado ni un beso ni nada, ¡y a esta hora me parece absolutamente imprescindible!-

-Jajaja- reímos todos.

Y sin esperar más, Virginia se volteó hacia mí buscando mi boca y comenzó a besarme furiosamente. Pero no se conformó con eso, sino que mientras lo hacía, me acariciaba el pecho y el cuello.

Luego de un par de minutos, pensé en Lin y que a lo mejor se sentiría un poco dejada de lado, así que me separé a Virginia con suavidad y le dije:

-Para un momento querida, estamos olvidando a Lin-

-Claro, claro, eso mismo estaba pensando yo…- contestó Virginia mientras recuperaba el aliento.

Entonces me volteé hacia Lin, que no había quitado la vista de encima nuestro, con el rostro sonrojado.

-¿Me permites un beso Lin querida?-

-Ehhh… si, claro- respondió visiblemente nerviosa.

Con cuidado acerqué mis labios a los de ella y los rocé suavemente. Ella los retiró inconscientemente.

-Oh, perdona- dijo y volvió a acercarse.

Lin tenía los labios delgados, todo en ella era pequeño, pero igual deslicé los míos por ellos y ella aceptó el beso rápidamente, eso sí, con los labios cerrados. Entonces empecé a presionar mis labios un poco más duro y a deslizar mi lengua por sus labios. Nuevamente ella se sorprendió con el contacto e hizo un ligero movimiento de separación, pero no perdimos el contacto.

Yo seguí besándola y presionando con mi lengua para que abriera la boca. Finalmente, al cabo de unos segundos entendió lo que yo estaba haciendo y dejó que mi lengua entrara en su boca. Primero hasta los dientes y luego cuando los separó, pude meter mi lengua más adentro.

Al comienzo fui con cuidado para no asustarla demasiado, pero poco a poco comencé a jugar con su lengua y ella a responder.

Mientras eso sucedía, mi mano derecha la había puesto en su cuello y se lo acariciaba, desde el borde del vestido, hasta arriba en la cabeza. Al poco rato, sentí su mano devolviéndome la caricia tímidamente.

Virginia, por su parte, se había pegado mucho a mí y yo sentía sus tetas contra mi espalda. Una de sus manos se metía por delante y trataba de desabrocharme el pantalón.

De pronto sentí que Lin se estaba poniendo inquieta y me di cuenta que se estaba quedando sin aire. Obviamente no sabía respirar mientras nos besábamos, así que me separé de ella para que pudiese hacerlo.

-Aaajjjj- respiró cuando retrocedí.

-Perdona- le dije -Tenía que haberte dejado respirar-

-Tienes que aprender a respirar mientras besas querida- le dijo Virginia -Pero está bien. ¿Es tu primer beso no?-

-Si… - respondió Lin mientras recuperaba el aliento.

-¿Y?- siguió preguntando Virginia -¿Te gustó?-

-No me parece que debas preguntarle así- le dije a Virginia

-Ah, no me importa responderle- dijo Lin y luego dirigiéndose as Virginia le dijo:

-Si, me encantó. Al principio me sorprendí. Sobretodo no me acordaba de lo de la lengua…-

-Jajajaa- reímos todos.

-Si. Ya verás que la lengua es un órgano sexual muy importante, jajaja- acotó Virginia

Mientras conversábamos, yo había seguido acariciando a Lin, bajando mis manos cada vez más hasta llegar casi hasta el inicio de sus pechos. Virginia igualmente me seguía acariciando a mi y ya había logrado soltarme la correa y luchaba por abrirme los pantalones.

Mirando hacia Virginia pude ver que su falda estaba casi enrollada en su regazo dejado sus piernas desnudas al aire. Entonces recordé que se había quitado la tanga en el carro y que no se la había puesto de nuevo, por lo que seguro que estaba desnuda allá abajo. Además no llevaba sostén, por lo que también por arriba estaba casi desnuda. Lin y yo, en cambio seguíamos completamente vestidos.

-¿Me permites que te desabotone un poco el vestido?- le pregunté a Lin y sin esperar su respuesta comencé a besarla de nuevo, por lo que ella apenas pudo hacer un ruido como:

-Mmmjjj…-

Que yo interpreté como una afirmación, por lo que comencé a desabotonarle el vestido, que para desesperación mía, tenía montones de pequeños botones. Con paciencia, y mientras exploraba la boca de Lin sin parar, empecé a desabotonarlos desde el cuello hacia abajo.

Virginia me había sacado la camisa del pantalón y había abierto la bragueta por lo que tenía acceso a mi güevo, que por supuesto estaba que reventaba desde el juego en el carro. Mientras entrábamos en la casa, se había bajado un poco, pero ahora estaba nuevamente listo y más con las caricias de Virginia.

Yo apenas había logrado abrir 6 botones a Lin y ni siquiera había llegado hasta la altura de las tetas porque el cierre del vestido tenía una parte horizontal y luego bajaba por un lado de su cuerpo. Pero como Lin se estaba quedando sin aire, hicimos una pausa otra vez.

Cuando ella abrió los ojos, los había tenido cerrados durante el beso, se dio cuenta que Virginia ya estaba medio desnuda, que tenía su mano metida en mis pantalones y que ésta hacía un sospechoso movimiento que no entendía muy bien, pero que se lo podía imaginar.

Entonces, muy inteligentemente, me dijo: -Déjame a mi- y comenzó a desabotonar ella misma su vestido.

Virginia se dio cuenta entonces que habíamos avanzando un paso más y sacando su mano de mi pantalón, terminó de quitarse su blusa por la cabeza y luego la falda. Tirándolas en el sofá detrás de ella.

Lin, mucho más hábil que yo con los pequeños botones, ya había avanzado mucho más y el vestido se había abierto dejando ver una especie de camisola de seda y encajes debajo, que cubría sus tetas. O por lo menos donde debían estar éstas, porque no se veía una elevación apreciable.

Una vez que Virginia estuvo desnuda, procedió a sacarme a mi la camisa y el pantalón, pero por alguna razón, dejó mis interiores, que a duras penas cubrían mi güevo. Me imagino que quería dejar eso para cuando tuviese toda la atención de Lin.

Finalmente Lin terminó de abrirse el vestido y se lo quitó, doblándolo y poniéndolo cuidadosamente sobre la mesa. Además de la camisola, tenía unas pantaletas del mismo material que cubría su sexo. Obviamente no eran tipo tanga, pero en su beneficio se puede decir que eran bastante sexys. Sobre todo porque eran bastante transparentes y dejaban adivinar una mata de vellos en su vientre.

Cuando Lin se sentó de nuevo, volví a buscar su boca, dándole entender de esa forma que nada había cambiado, que íbamos a seguirnos besando a pesar de estar casi desnudos, aunque ahora mis caricias ya no eran sobre su vestido, sino sobre la piel desnuda del cuello y los hombros.

Ella también me acariciaba tímidamente sobre la piel desnuda de mi pecho, donde a veces se tropezaba con la cara de Virginia que me besaba y me acariciaba, mientras que con sus manos volvía a masturbarme.

Por otra parte, Lin se iba haciendo más osada con los besos y ahora su lengua se atrevía a entrar en mi boca, buscando jugar con la mía y no quedándose pasivamente como al comienzo.

Luego, cuando volvió el momento de dejar respirar a Lin, en vez de volver a su boca, empecé a besarle el cuello, bajando poco a poco hacia su pecho. Ella entonces se puso tensa un momento y dejó de acariciarme, esperando a ver qué hacía yo.

Poco a poco, yo recorría su cuello con mi boca y mi lengua, humedeciendo primero una zona con la lengua y luego soplando suavemente, lo que la hacía estremecerse ligeramente. Pronto aprendió el juego y se preparaba para cuando yo iba a soplar, lo que me hizo cambiar de táctica y simplemente la mordía o la besaba y no hacía nada, saltando a otro sitio.

Eso la mantenía a la expectativa, olvidándose de lo que hacían mis manos, que se acercaban más y más a sus pechos. Entonces, en el momento preciso en que le soplaba en el cuello una vez más, mi mano derecha se posó en su seno izquierdo. Inmediatamente se tensó, no sólo porque no se lo esperaba sino porque sospecho que sentía un poco de vergüenza por el diminuto tamaño de sus tetas.

Efectivamente, cuando puse mi mano sobre su teta, pude determinar que era muy pequeña. No soy un experto en tallas femeninas, pero no llegarían a copa A. A ver, sí había una elevación en el pecho y en el centro de esa elevación habían un pezón, pero no realmente no podríamos decir que Lin tenía tetas.

Obviamente no sólo no dije nada, sino que comencé a acariciársela por sobre la camisola, especialmente el pezón. Pronto ella empezó a relajarse y a disfrutar de nuevo. Algo así como que el secreto había sido descubierto y nadie se había molestado. Todo estaba bien.

Yo mientras, había dejado de besarle el cuello para subir hacia su boca otra vez, donde me volví a perder por unos minutos, disfrutando de su nueva adquirida proficiencia besando.

Virginia, mientras ya se había decidido a quitarme los interiores y de alguna forma lo hizo sin que yo me hubiese dado cuenta. Bueno, ocupado como estaba en acariciar a Lin, era posible cualquier cosa. El caso es que Virginia se había acomodado en el sofá para meterse mi güevo en la boca y a mamármelo con toda impunidad. En realidad yo no estaba muy de acuerdo con eso, porque con todo el proceso, yo estaba demasiado cerca de acabar y todavía nos faltaba mucho con Lin.

Pero me imagino que Virginia tenía algún plan y como no lo habíamos conversado, me preocupaba que me hiciera acabar antes de tiempo. Así que traté de convencerla disimuladamente con mis manos que no siguiera.

Ella pronto lo entendió y suspendió sus juegos, cambiándose a mis bolas. Así, en vez de meterse mi güevo en la boca, se metía mis bolas, lo que… no estaba seguro de que fuese a funcionar, pero definitivamente era un cambio.

Yo seguía besando a Lin en los labios y el cuello alternativamente mientras le acariciaba el pecho. Ella se relajaba cada vez más y a veces hasta empujaba un poco hacia adelante su cuerpo para sentir mejor mis manos en sus tetas. Sin embargo, cuando traté de quitarle la camisola me paró las manos al tiempo que me decía

-No…  todavía no-

Yo respeté su decisión y seguí acariciándola, incluyendo ahora en mis recorridos su abdomen y su vientre.

-Lin- dijo de pronto Virginia -Ven para que veas esto-

Lin se sorprendió un poco, creo que por un momento se había olvidado de la existencia de Virginia, pero inmediatamente reaccionó y miró hacia Virginia, descubriendo que ésta estaba agachada sobre mí y aunque no veía lo que estaba haciendo, era fácil de adivinar. Entonces Virginia se levantó un poco para que Lin pudiera ver. En sus manos tenía mi güevo y le dijo a Lin

-Mira- mostrándoselo a Lin.

Lin se inclinó para ver mejor, mientras yo me recostaba, hacia atrás dándole espacio a las chicas.

-Mira- volvió a decir Virginia subiendo y bajando la mano en mi güevo.

-¡Uy! Es más grande de lo que imaginaba- exclamó Lin mirándolo.

-Bah, ya verás que es perfecto. Agárralo tu misma- dijo Virginia

Con cierto temor, Lin acercó su mano izquierda y me lo agarró suavemente.

-Puedes apretarlo- le dijo Virginia -es bastante duro-

Lin entonces apretó su mano alrededor de mi güevo. Su mano era muy pequeña, como todo en ella, y no lograba agarrármelo completo.

-Es muy… grande- dijo.

-Oh, no- volvió a decir Virginia -Bueno, yo no soy una experta, pero diría que es de tamaño mediano. He visto unos en internet que sí que son grandes, pero este es… perfecto-

-Pero… ¿no te hace daño?- preguntó Lin mientras Virginia la hacía mover su mano arriba y abajo junto con la propia, masturbándome un poco.

-Nada, no sólo no me hace daño, sino que como te dije es del tamaño perfecto-

-Pero la vagina es tan chiquita…-

-Jajaja. Sí, es chiquita pero increíblemente elástica. Por eso es capaz de adaptarse a cualquier tamaño-

-¿A cualquier tamaño?-

-Bueno, supongo que habrá algún límite, pero yo no lo he conocido. Bueno, como te dije, tampoco es que haya tenido mucha experiencia, Armando es sólo mi… a ver… cuarto hombre y hasta ahora el más grande-

-¿Has tenido sexo cuatro veces?- preguntó Lin.

-Jajaja. No, he tenido sexo muchas veces más veces, pero sólo con cuatro hombres distintos. Con el primero, sólo una vez y con los otros muchas veces-

-Ah, ok- dijo Lin que se iba sintiendo cada vez más cómoda acariciándome.

-Pero también debes recordar que la vagina es tan elástica, que por ahí sale la cabeza de un bebé- siguió diciendo Virginia.

-¡Oh bueno, eso verdad!- dijo Lin.

-Jajaja. Pero nada mejor que una demostración- añadió Virginia y se movió para sentarse en mi regazo. Lin quitó la mano.

-Oh no. Quiero que lo sujetes y lo apuntes para mí- dijo Virginia que obviamente no necesitaba la ayuda de Lin, pero quería hacerla partícipe.

Virginia había puesto las dos rodillas en el sofá, una a cada lado de mis caderas y se fue bajando hasta que estuvo cerca de mí.

-Muévelo un poco hacia adelante- le dijo a Lin.

-Es que no veo bien- respondió ésta.

-Agáchate para que veas- le respondió Virginia que sujetándose de mis brazos separó su torso lo más posible para darle espacio a Lin para asomarse y entonces ésta movió mi güevo hacia la entrada de la vagina de Virginia

-Ahí, ahí justamente gimió Virginia- mientras comenzaba a bajarse.

-Oooohhh está entrando- dijo Lin mirando cómo mi güevo entraba en Virginia

Finalmente Lin tuvo que quitar la mano para que Virginia se lo pudiera meter completo.

-Yaa…, ya llegó adeeentro…- dijo Virginia con voz entrecortada.

-Sii…- respondió Lin también con la voz un poco alterada -No puedo creer que tengas todo eso allá adentro…-

-Mmmmm y es taaan ricooo- dijo Virginia comenzando a mover sus caderas.

-Chicas…- dije yo -Si siguen así voy a acabar…-

-Está bieeen… - dijo Virginia arrastrando las palabras por la excitación -Acaba dentro de miií. Así cuando estés con Lin no tendrás problemas de aguanteeee-

-No entiendo- dijo Lin.

-Como creo que te dijimos antes, los hombres muchas veces tienen problemas controlando su eyaculación. Si hago que Armando acabe ahora, eso le permitirá tener mejor control de su cuerpo cuando esté contigo. Mmmm-

-¿Cuándo esté conmigo?- preguntó Lin.

-Sii… chica… cuando lo tengas tan adentrooo como yooo- le respondió Virginia que ya apenas se podía contener mientras literalmente brincaba sobre mí.

-Ya meee…vooyyy- gemí yo ahora, mientras explotaba dentro de Virginia

-Siiii…. yooooo tambieeeen…. AAAAAHHHHH-

Por los siguientes minutos nos estremecimos ambos en medio de un orgasmo compartido. Virginia temblaba y se movía empujando contra mi para metérselo más adentro, mientras yo expulsaba chorro tras chorro de semen en su vientre. Finalmente, Virginia se desplomó contra mí, mientras su vagina me seguía exprimiendo.

Cuando abrí los ojos de nuevo, miré a Lin que nos miraba con los suyos muy abiertos, viéndonos acabar.

A los pocos momentos, cuando Virginia terminó de estremecerse, le pidió a Lin que le pasase su blusa que había tirado en el sofá. Cosa que Lin hizo inmediatamente.

-¿Ves?- le dijo entonces Virginia a Lin -Ya verás lo rico que es. Pero ahora viene lo más fastidioso de cuando acabas de hacer el amor. Tienes el vientre full de semen y la mayor parte de éste se va a salir en cuanto te pares y generalmente va a caer en el sofá o en el suelo o donde te encuentres, así que lo mejor es tener algo a la mano para impedir que se salga hasta que vayas al baño-

-¡Oh! -dijo Lin -sorprendida una vez más -Eso nunca lo había visto en las películas-

-Claro, las películas nunca son tan detalladas y menos en esa parte tan… poco elegante- le dije mientras Virginia metía su blusa debajo de ella mientras se levantaba, sin poder impedir que una gorda gota de semen cayera en mi pierna.

-¿Ves?- dijo Virginia riendo mientras le señalaba la gota de semen en mi pierna a Lin -Por lo menos esta gota cayó en su pierna y podemos limpiarla-

Entonces, ya de pié a mi lado, Virginia recogió la gota con el dedo y se lo ofreció a Lin -¿Quieres probar?-

-Oh, no- respondió Lin nerviosamente.

Entonces Virginia se metió el dedo con la gota en la boca chupándoselo con gusto.

-Mmmm- dijo -Tú te lo pierdes. Déjame que te diga una cosa. El sabor del semen no es malo, al contrario, es muy agradable, pero igual te digo que cuando se lo hagas a un hombre con la boca, como hicimos antes, más de una vez el tipo va a querer acabar en tu boca-

-¿Siii?-

-Así es- le dije yo confirmándole a Lin las palabras de Virginia -A los hombres nos encanta acabar dentro de la mujer. Ya sea en su vientre o en su boca o en…-

-Pero…-

-En las películas porno, los tipos acaban afuera para demostrar que acabaron, que de verdad llegaron al orgasmo, pero te digo que eso le quita un 20 o 30% del placer- le dije a Lin.

Entonces me incliné hacia ella para volver a acariciarla y empezar de nuevo a “calentarla”

-Hay casos especiales- continué contándole -Por ejemplo cuando hay peligro de embarazo y lo están haciendo por la vagina. En ese caso hay que sacarlo antes de causar un embarazo, no deseado. Lo que me lleva a la importante pregunta, querida Lin, ¿estás utilizando algún método anticonceptivo, no?-

-Oh, claro, claro- respondió ella mientras buscaba mi boca para volver a besarnos.

Y así, mientras Virginia estaba en el baño, volvimos nosotros a besarnos, aunque al rato me interrumpí para respirar y preguntarle qué método anticonceptivo estaba utilizando.

Lin cogió aire primero y entonces me dijo:

-Hace más o menos dos meses fui a un médico obstetra a preguntarle si estaba sana y si esos deseos que me atormentaban eran normales. El dr. se rió un poco y me dijo que claro que eran normales. De todas formas me examinó, comprobando que estaba todo en orden y luego me mandó a tomar unas pastillas anticonceptivas para cuando… este…-

-Para cuando entres al grupo de mujeres satisfechas, jajaja- dijo Virginia riendo mientras regresaba desnuda del baño. La verdad era que Virginia era un espectáculo de mujer. Con ese cuerpazo y esas tetas…

Mientras besaba a Lin, había vuelto a intentar quitarle la camisola, pero ella volvió a apartarme las manos. Estaba claro que no se sentía cómoda con sus tetas, así que lo dejé de ese tamaño y me contenté con acariciarla por sobre la tela. Los pezones se le ponían cada vez más grande y más duros, así que era claro que sí se estaba excitando.

Entonces me moví a besarle el cuello y la parte del pecho que no tenía cubierta. Mientras, mis manos habían bajado a sus piernas y le acariciaba los muslos subiendo y bajando las manos por su entrepierna. Cada vez que llegaba arriba, le rozaba la vulva con los dedos, aunque todavía la tenía cubierta por las pantaletas de seda.

Cuando Virginia se sentó, lo hizo al lado de ella, por lo que Lin quedaba ahora entre nosotros.

-¿Qué te pareció lo que hicimos hace unos minutos?- le dijo en el oído Virginia a Lin y aunque era en voz baja, yo pude oír la pregunta. También me di cuenta que Virginia no sólo le había susurrado, sino que le había acariciado la oreja con los labios, a lo que Lin había respondido con un estremecimiento.

-Me encantó- respondió volteándose hacia ella, mientras yo exploraba su ombligo con mis labios y mi lengua.

-Mmmm, me alegra- le volvió a susurrar Virginia en la oreja -Ya verás cómo te encanta a ti también tenerlo dentro-

-Si… - respondió Lin -Pero igual me da un poquito de miedo. Es muy grande para mi-

-No tengas miedo. Ya verás como te lo tragas todo. Es más, vas a querer que te lo meta más adentro todavía-

Mientras le iba conversando, Virginia había comenzado a acariciarla con las manos. Yo, por mi parte, seguía acariciándole el vientre y la parte superior de las piernas, procurando bajarle poco a poco las pantaletas deslizando mi lengua por el borde de éstas y empujándolas hacia abajo.

Pronto tenía las pantaletas medio enrolladas en la parte inferior de su vientre, donde poco a poco había aparecido una fina pelusa de vellos muy finos. Era evidente que Lin no se afeitaba.

Mis dedos dejaron de acariciarle las piernas y ahora se deslizaban sobre su vulva, todavía cubierta por la fina tela de las pantaletas, que por cierto estaban completamente mojadas.

Finalmente, no pudiendo mover las pantaletas más abajo sin quitárselas, se lo pedí suavemente:

-¿Me permites?- le dije empujándoselas hacia abajo.

Ella no me respondió, sino que levantó su culito y dejó que le bajara las pantaletas hasta el suelo.

Tal como lo había adivinado, Lin tenía el pubis cubierto con una fina mata de pelos. Tan fina que apenas tapaba su piel.

-Vamos a tener que quitarse esos vellos- dijo Virginia cuando la vio -Eso ya no se usa. Todas estamos completamente afeitadas-

-No le hagas caso Lin- le dije -A mí me encanta así. Con un hermoso mechón de vellos-

-Bueno…- gimió Lin sin saber bien qué hacer.

Virginia la acariciaba y la besaba cada vez más agresivamente sin llegar a besarla en la boca, pero poco menos. Mientras yo me había apoderado de su pubis y pronto mi lengua le recorría la vulva de abajo a arriba.

-Aaaahhhh… mmmm…- gimió Lin sin saber qué hacer, ni dónde poner sus manos.

Yo estaba muy incómodo, pues tenía que doblarme para meter mi cabeza entre sus piernas, así que decidí cambiar de posición y arrodillarme en el suelo entre sus piernas.

Una vez allí, puse las piernas de Lin en mis hombros. Una a cada lado y con toda comodidad me dediqué a comérmela.

-AAAAHHHH…- volvió a gemir cuando le pasé la lengua por toda su raja otra vez. Ya la vulva la tenía mojada, muy roja y abierta, lo que indicaba su excitación.

Entonces busqué su clítoris y poniendo mis labios alrededor, me concentré en él. Primero suavemente pasando mi lengua por la cabecita y luego chupándolo más y más agresivamente.

-Mmmm…. aaaahhhh…. ssssiiiii….aaaahhh- gemía Lin.

Después comencé a meterle mi dedo índice en la vagina. La tenía muy apretada, pero con toda la lubricación que había, no tuve problemas en metérselo.

Al principio ella se se puso un poco tensa con la sensación del dedo en su vagina, pero cuando intensifiqué mis caricias en el clítoris, volvió a relajar los músculos del vientre y pude meter el dedo hasta la segunda coyuntura. Allí sentí un obstáculo y decidí que no era prudente ir más allá y me limité a acariciarle esa primera parte de la vagina, tratando de dilatarla poco a poco.

Mirando hacia arriba en un momento, vi que Virginia seguía acariciándola, al tiempo que le empezaba a desabotonar la camisola. Esta vez Lin no protestó, demasiada ocupada con lo que pasaba entre sus piernas.

Y así, su respiración siguió agitándose más y más. Metí un segundo dedo en su vagina y continué dilatándola poco a poco, pero en seguida me di cuenta que ya no había tiempo, el orgasmo se precipitaba, por lo que volví a concentrarme en su clítoris y efectivamente, a los pocos momentos Lin explotó:

-Aaaaahhhh…. AAAAAHHHHH…. AAAAAAAAAAAHHHHH-

Su cuerpo se tensó tanto que su culo se levantó del sofá y sus piernas me apretaron la cabeza de tal forma que perdí el contacto con su clítoris. Pero ya no importaba, el orgasmo se había apoderado de ella y su cuerpo temblaba y se agitaba al ritmo de las oleadas de placer que la recorrían sin parar. Mientras Virginia la abrazaba y la besaba y así la ayudó a pasar el orgasmo de su vida.

Cuando finalmente los espasmos terminaron, yo me levanté del piso, dejando que Lin cerrara las piernas y se pusiera más cómoda. Virginia le había quitado ya la camisola, por lo que finalmente Lin también estaba completamente desnuda. Su piel por debajo del cuello era muy blanca y sólo tenía tres puntos de contraste: los dos pezones y el vello púbico. De resto era toda blancura y suavidad. Probablemente nunca había ido a una playa ni había tomado sol. Por supuesto, no había marcas de bikini, pero se veía muy bien. Nosotros, Virginia y yo en cambio nos veíamos muy bronceados y formábamos un fuerte contraste con ella. Quizás las nalgas y tetas de Virginia, donde no le pegaba el sol, podían compararse…

En fin, una vez sentados los tres, con Lin en el medio recuperándose, Virginia le preguntó:

-¿Y entonces? ¿Cómo te pareció tu primer orgasmo?-

Lin seguía respirando fuerte, entonces tomó aire y buscó el agua que estaba en la mesa, tomó un trago y finalmente, recostándose de nuevo en el sofá, dijo:

-La verdad es que no tengo palabras para describirlo. Fue un placer tan intenso… Yo pensé que me iba a morir-

-Jajaja- se rió Virginia -¡Ya verás!-

-¿Hay más?- preguntó Lin con cara de susto.

-¡O sí, querida! Pero no te preocupes. Nadie se muere de eso-

-Bueno, si…- añadí yo -He oído de personas mayores a las que les da un infarto-

-Bueno, supongo que sí, pero no a jóvenes como a nosotras-

-No. A nosotros no nos pasará nada, jajaja- dije.

-¡Como no sea tener más orgasmos!- dijo Virginia

-No sé si pueda- dijo Lin.

-Oh sí que puedes- le dijo Virginia y comenzó a besarla y a acariciarle las tetas otra vez.

Le de las tetas era una exageración porque como ya he dicho antes apenas levantaban del pecho, pero los pezones sí que respondían a las caricias de Virginia

-¿Porqué no nos movemos a la cama mejor?- dije yo.

-¡Oh si, es una buena idea!- dijo Virginia levantándose.

Antes ir a la cama, pasamos todos por la cocina y tomar agua. Desnudos y sin ninguna vergüenza, nos tomamos varios vasos de agua antes de dirigirnos a la cama, donde nos acostamos con Lin en el medio.

Inmediatamente volvimos a dedicamos, Virginia y yo, a acariciar los pequeños pezones de Lin, que durante la interrupción no habían perdido mucho de su dureza. Cada uno tomó uno en la boca y empezamos a competir a ver quién le daba más placer.

La pobre Lin no sabia qué hacer con ese doble ataque y gemía y se revolvía tratando de acariciarnos a los dos al mismo tiempo.

Pronto, sin embargo, le dejé a Virginia las tetas y me fui bajando poco a poco por el resto del cuerpo de Lin, besando y acariciando cada centímetro de su blanca y pura piel.

Pronto llegue a su pubis y por un rato me divertí con sus delicados vellos, jugando con ellos, peinándolos y despeinándolos, al tiempo que mis dedos le rozaban constantemente los labios de su vulva “descuidadamente”

Finalmente, me moví definitivamente entre sus piernas, para volver a comérmela, pero esta vez no para provocarle un orgasmo, sino para calentarla antes de penetrarla.

Primero mire lo que estaba pasando “arriba” y pude ver que Virginia y Lin se besaban profundamente en la boca, mientras se acariciaban por todas partes. Especialmente vi cómo Lin le apretaba las tetas a Virginia con fuerza. Más fuerza de la que yo quizás usaría, pero Virginia no se quejaba.

Entonces me concentré en mi misión y empecé a lamerle la vulva a Lin con largos recorridos desde el ano hasta el clítoris. Unas veces lo hacía con la lengua aplanada, cubriéndole toda la vulva, para la siguiente vez hacerlo solo con la punta de la lengua, que entonces se metía en todas sus interioridades. Especialmente trataba de meterle la lengua por la vagina, aunque mi lengua no es tan grande, ni su vagina tan fácil de penetrar, pero estoy seguro que ella lo sentía, pues se tensaba un poco cuando lo hacía. Otras veces jugueteaba con su clítoris, haciendo que mi lengua lo rodeara y lo acariciara por todas partes.

Pronto Lin estaba otra vez gimiendo y empujando su vulva contra mi cara para “sentirme” más, acompañándose de cualquier tipo de instrucciones, cuando Virginia no tenía su lengua en su boca.

-Siii…. hazlooo asiii…. másss… ahí, ahiiii….siiii-

Pronto sentí que Lin estaba otra vez muy cerca del orgasmo, así ya era hora del plato principal. Le separé las piernas un poco más y me posicioné arrodillado frente a ella, de forma que mi güevo, que estaba más que preparado, se acercó a su vagina.

-¿Ya?- preguntó Lin, dándose cuenta de lo que venía.

-Si, preciosa. Ya es hora del plato principal. Vas a ver cómo lo adoras-

-Seguro- le susurró también Virginia en el oído.

-¿Pero no es demasiado grande?- volvió a decir temerosa.

-Es del tamaño ideal- le respondió Virginia Ya verás.

Así, me apoyé en un brazo y con la otra mano me agarré el güevo y se lo coloqué en la entrada de la vagina.

-¡Ajjmm!- exclamó Lin aspirando aire cuando lo sintió.

Pero no se lo metí de una vez, sino que hice lo mismo que había estado haciendo con la lengua, recorrer con la cabeza su vulva de abajo a arriba varias veces, sobretodo por su clítoris-

-Mmmm- gimió al darse cuenta que era una sensación parecida a la de la lengua.

Pero luego de hacerlo dos o tres veces, en la siguiente vez lo dejé en la entrada de la vagina y empujé hacia adentro.

-Oooooooo…- gimió Lin al sentir la presión.

Por supuesto que no logré metérselo, pero sí que su vagina se dilatara un poco más, sin abrirse del todo.

Lo dejé allí un momento y retrocedí para volver a recorrer su vagina y acariciarle el clítoris otra vez con la cabeza del güevo.

Luego volví a intentarlo. Lo puse de nuevo en la entrada y empujé con un poco más de fuerza otra vez… y la cabeza entró. Sólo ésta y sentía su vagina apretármela con fuerza.

-Ooooohhhh- volvió a gemir Lin.

Me quedé unos instantes sin moverme, esperando que se acostumbrara y que sus músculos vaginales se dilataran un poco.

-¿Ya se lo metiste?- preguntó Virginia

-Mmmjjjuuu…- gimió Lin.

Pero yo la contradije.

-Apenas la cabeza…-

-¡Qué bueno Lin¡, ya vas a ver que rico…-

Pero Lin no respondió. Le miré la cara y tenía el ceño fruncido concentrada en la presión en su vagina.

Entonces empujé un poco más y la cabeza apenas avanzó. Ahora sí sentía un verdadero obstáculo en el camino, así que la dejé respirar de nuevo, pero sin sacarlo, dejando de presionar.

La verdad era que era todo un trabajo, manteniéndome sobre una mano, sujetándome el güevo con la otra y sin empujar y todo eso.

-Ya vamos a hacerlo Lin. ¿Estás preparada?- le dije.

-Nooo… si, no sé- respondió dudosa.

-Vamos, a la cuenta de tres ¿te parece? Respira hondo-

-Ok-

Entonces sentí que Lin se relajaba un poco porque no empujaría hasta llegar a tres.

-Uno-

Y entonces empujé con fuerza aprovechando que ella se había relajado. Su vagina cedió ante el empuje y mas o menos la mitad de mi güevo le entró.

-AAAAAYYYYYY- gimió.

Luego protestó:

-Me dijiste que ibas a contar hasta tres-

-Es que soy muy malo en matemáticas- le respondí, ahora soportando el peso de mi cuerpo en las rodillas y los dos brazos, el güevo se sostenía solo dentro de Lin.

-Ves que no dolió mucho- le dijo Virginia acariciándole las tetas y besándola.

-¡Si me dolió!-

-Si, pero ya va a pasar- le dijo Virginia Luego se dirigió a mi: -No te vayas a mover todavía-

-No, claro- le dije a las dos. La verdad es que la vagina de Lin era muy, pero muy estrecha y sentía como me apresaba en güevo con toda su fuerza.

-Ya esta pasando- dijo Lin.

-¿Quieres que empiece a moverme?-

-No, todavía no-

-Ok. No te preocupes-

Pasaron uno o dos minutos y allí estábamos los tres inmóviles, sobre todo yo, porque Virginia seguía acariciándola levemente.

-Ahora… despacio- dijo Lin.

Entonces empujé más adentro. El güevo entró quizás un centímetro más.

-Uuuuhhh… es demasiado graaandeeee- gimió Lin.

-No lo es- dijo Virginia otra vez -Ya verás como cuando te relajes te va a encantar.

Entonces lo saqué un poco y luego empujé hacia adentro. Y luego otra vez: atrás un poquito y adelante dos. Al cabo de unos minutos ya tenía 3/4 dentro, pero me pareció que era suficiente para la primera vez y entonces comencé a moverme distinto, añadiendo un poquito de fuerza lateral, revolviéndole el vientre por dentro a Lin. Eso pareció gustarle.

-Estoy taaan llenaaaa…- dijo -estoy segura de que no me cabe maaas-

Yo seguí moviéndome, tratando de ser lo más suave posible.

-¿Te falta mucho?- me preguntó de pronto Lin.

-Si, querida. Todavía me falta mucho-

-Ooohhh. ¿Podemos dejarlo hasta aquí, entonces?- dijo -Yo no voy a acabar tampoco-

-¿Te sigue doliendo?- preguntó Virginia

-Siii… bueno, primero fue una “puntada” muy fuerte y eso se fue diluyendo, pero ahora queda una molestia que no me deja concentrar en las partes buenas-

-Esta bien- le dije -No te preocupes. Es tu primera vez. No podemos realistamente esperar a que fueras a tener un orgasmo. Pero eso si, las próximas veces vas a ver que son mejores y entonces…-

Entonces, despacio retrocedí hasta que se lo saqué. Un poquito de sangre cayó en la sábana y otro poco cubría mi güevo.

-Lo siento- dijo Lin.

-Jajaja. No te preocupes- le dije -Si fueran otros tiempos colgaríamos la sábana afuera, para mostrarle a todo el mundo que eras virgen-

-Nooo… ahora eso es casi una vergüenza- dijo Lin mientras se incorporaba.

-Ya les doy algo para limpiarse- dijo Virginia agarrando unas toallas de papel.

-Voy a bañarme- dijo Lin.

-Ok- le dijo Virginia -Y yo voy a terminar esto con Armando, no lo podemos dejar así-

-Jajaja. Definitivamente. Hazlo por mi amiga- respondió Lin antes de entrar al baño.

No había terminado de limpiarme el güevo, cuando Virginia ya se había acostado en donde unos minutos antes estaba Lin, con las piernas muy abiertas.

-Aquí si puedes darme con todo, querido-

-No lo dudes- le respondí. Acomodándome y metiéndole el güevo de un sólo empujón hasta el fondo, nos propusimos llegar pronto a un satisfactorio orgasmo.

Un momento después Lin regresó del baño y seguía estando desnuda. Debo reconocer que de pie, las tetas se veían un poquito más grandes, jajaja.

-Ya veo que están dedicados- dijo -¿No les importa que me acueste a su lado?-

-Claaro que noo- dijo Virginia que ya empezaba a arrastrar las palabras.

Entonces Lin se acostó con la cabeza muy cerca del vientre de Virginia para ver lo más cerca posible toda la acción, mientras nuestros pubis chocaban con fuerza en cada empuje mío.

Capítulo 3

Cuatro días después, por la mañana, recibí un mensaje de Lin:

-“¿Podemos vernos un momento al mediodía?”-

-“Claro, ¿dónde?”- le contesté.

-“¿Te parece que a las 11:45 am, en la cafetería de la escuela de ciencias?”-

-“Allá estaré, pero no podemos hablar mucho, tengo clases a las 12”-

Apenas llegué a la cafetería vi a Lin que se levantó de su mesa y saltando, me dio un rápido beso en la boca.

-Hooolaaaa-

-Hola- le respondí acariciándole los hombros con la mano. No estaba seguro de cómo comportarme ahora con ella y menos en público. No habíamos hablado desde la otra noche en que había perdido la virginidad conmigo y yo tampoco había visto a Virginia.

Entonces ella, agarrándome por la mano, me llevó a la mesa dónde había estado sentada, que estaba un poco separada de las demás. La cafetería se estaba llenando de gente rápidamente por la hora.

-¿Cómo estás?- le pregunté.

-¡Feliz!- me respondió con una gran sonrisa.

-Me alegro mucho. ¿Todo bien entonces?-

-Oh si. Después de… lo del otro día, tuve algunos dolores de vientre- dijo bajando la voz -Pero muy leves y sólo el primer día-

-¡Qué bien!- le dije realmente contento de que estuviese bien.

-¿Y tú?- me preguntó.

-Ah, yo muy bien también-

-¿Me extrañaste?-

Me quedé mudo por la pregunta y entonces ella estalló en una carcajada.

-Hahahaha. ¡Qué cara pusiste!- luego continuó -No te preocupes, me estoy burlando. No pienso enamorarme de ti y sé que tú no lo estás de mi. Pero me encantó ver tu cara de sorpresa-

-Menos mal- le dije -No quisiera herir tus sentimientos, pero yo…-

-No, no tienes que explicarme nada- me dijo -Lo del otro día fue una cosa muy especial para mi, pero que no tiene nada que ver con el corazón sino con el cuerpo-

-Ok- le dije tratando de mirar el reloj disimuladamente, pero ella se dio cuenta.

-Y ahora, lo que quería decirte para que puedas irte a tu clase: Lo del otro día estuvo bien, pero… entiendo que por mi… virginidad, yo no podía esperar tener un orgasmo. Bueno, no por penetración, porque el primero fue… ooohhhh… cada vez que acuerdo se me moja la totona-

-Ahhh… ok. Me alegro que te haya gustado tanto-

-El caso es que… ahora que estoy… libre de obstáculos, me gustaría saber si podemos continuar con el segundo… curso. A ver, me estaba empezando a gustar lo del… metido en mi… pero es que de verdad, el dolor no me dejaba concentrarme-

-Claro, claro-

-¿Podemos entonces?-

-Oh, sí, claro. ¿Ya te pusiste de acuerdo con Virginia?-

-Bueno, ése es parte del problema- dijo Lin -El caso es que ella estaba muy… agresiva y era rico todo eso de sus besos y sus caricias… pero bueno, eso tampoco me dejaba concentrarme en… en tu… bueno ya sabes-

-Jajaja. Es cierto. Virginia puede ser a veces un poco… demasiado-

-Entonces quisiera pedirte si pudieras encontrar un tiempito para mi sola en el que podamos… que puedas… -

-Claro, Lin, claro. Con mucho gusto-

-¡Ay qué bueno¡- dijo levantándose y dándome un beso en la boca para luego arrepentirse y volver a sentarse viendo para todos lados a ver si alguien nos había visto. Luego continuó diciendo:

-¿Te parece si lo hacemos a un horario que Virginia no se entere? Por lo menos la primera vez-

-¿La primera vez? Jajaja ¿Estás planeando que haya otras veces?-

-¡Claro!. Si es tan bueno como afirman tú y Virginia-

-Jjajaja. Muy bien, qué te parece el… lunes en la mañana? No tengo clases en la mañana y seguramente Virginia sí, así que no hay muchas probabilidades que nos descubra. Yo preferiría no hacer nada a sus espaldas, pero igualmente ella y yo no tenemos tampoco ningún compromiso y yo puedo acostarme, y de hecho lo hago, con otras mujeres y a ella no le importa. O por lo menos no me dice nada-

-Está bien. Ese día tengo clases, pero no será la primera vez que me pierdo de una. De hecho tengo una clase de filosofía con Virginia, pero le voy a decir que voy a trabajar en un proyecto importantísimo de topología-

-¿Un proyecto de topología?-

-Jajaja. Si, ¡la inserción de un cilindro parabólico en un volumen cerrado!-

-Jajajaja- me reí levantándome y diciéndole -¡Quédate tu sentada!-

Entonces me agaché y la besé en la boca. Ella se sorprendió, pero cuando le introduje mi lengua casi hasta su garganta, ella cerró los ojos y empezó a devolverme el beso. Aprovechando que nadie estaba cerca, bajé la mano a su pecho y le acaricié las tetas. Por último, luego de unos momentos, me enderecé y me despedí diciéndole:

-¡Hasta el lunes!-

Ella no me pudo responder. Estaba sin aliento y la cara y el cuello colorados de la excitación.

El domingo en la mañana me levanté y fui a correr. Luego de bañarme y desayunar, me puse a estudiar. Se acercaban unos exámenes y tenía un montón de tareas e informes que hacer.

Entonces, a eso del mediodía me llegó un mensaje al celular:

-“Estoy completamente mojada de la excitación, no puedo esperar a mañana”-

Le contesté con una carita sonriendo y un corazón.

Una hora más tarde me envió otro mensaje. Esta vez era una foto de sus dedos húmedos. Luego me escribió:

-“Adivina dónde estaban estos dedos”-

Mi respuesta fueron más corazoncitos. Creo que entendió que no iba a comenzar una conversación por mensajes y no me escribió más.

Sin embargo una hora después llegó otro:

-“Me acabo de dar cuenta que no tengo la dirección de tu casa. ¿A qué hora quieres que llegue?”-

Este sé era un mensaje que tenía que responder, así que le di la dirección añadiéndole:

-“Puedes llegar a la hora que quieras. Dejaré la puerta sin cerrar para que puedas entrar sin necesidad de tocar”-

-“Pd. Yo también estoy excitado de estar contigo mañana”-

Y subiéndome la camisa, me tomé una foto de mi abdomen y se la mandé. En realidad no se veía nada, pero me excitó mandársela.

Al poco rato llegó la respuesta:

-“Más abajo”-

Por supuesto que no iba a dejar pasar la ocasión y bajándome el pantalón deportivo que tenía puesto, me tomé una foto de las rodillas.

Ella respondió con dos mensajes:

-“No seas tramposo”-

-“En el medio”-

A lo que yo le escribí:

-“No estoy seguro qué quieres ¿No puedes mandarme una foto en la que pueda ver qué parte quieres ver exactamente?”-

Pasaron unos minutos y finalmente llegó la foto. No se veía muy bien. La miraba y la miraba y no entendía nada. Entonces puse el celular en la mesa y al ver la goto al revés, vi que se trataba del triángulo entre las dos piernas de Lin y su pubis, sólo que las había modificado para hacerla complicada de entender. La había puesto borrosa, el contraste al máximo y la había rotado 180 grados, las piernas arriba y por eso no se entendía.

Muy bien, me dije. Me quité los pantalones y los interiores y me fui a donde hubiese la mayor cantidad de luz. Luego me tomé una foto de los testículos lo más cerca que pude. Finalmente amplié la foto hasta que logré aislar un sólo vello y un pedacito de piel alrededor y se la mandé.

Por un rato no pasó nada, pero luego llegó un mensaje excusándose:

-“No puedo hacer nada más ahora, tengo gente alrededor, pero mañana voy a averiguar exactamente de dónde es la foto, jajaja”-

Entonces le contesté:

-“Igual yo. Y mi método de búsqueda incluirá el sabor, para estar seguro”-

El lunes en la mañana me desperté con un ruido extraño. Era todavía oscuro y no había dormido bien, por lo que me costaba ver qué pasaba, pero cuando levantaron la sábana y sentí un cuerpo metiéndose en la cama conmigo, entendí qué pasaba.

-Hola- me dijo Lin después de arroparnos nuevamente y mientras se abrazaba a mi.

-Hola- le contesté segundos antes de que su boca se posara sobre la mía.

Pero no sólo la boca. Yo estaba acostado boca arriba y ella se había acostado a mi lado, con su pierna desnuda, al igual que toda ella, sobre mi cuerpo. Siendo tan pequeña, casi todo su torso también se montaba sobre mí, por lo que decidí que sería más fácil si la halaba completamente.

Una vez así, mis manos se posaron en sus nalgas, que a decir verdad, quedaban bastante cerca. Con cuidado comencé a acariciarlas, pero conforme pasaban los minutos, se la fui masajeando más y mas fuerte. Tenía un tono muscular muy bueno, no me la imaginaba haciendo ejercicio, pero algo hacia para tener las nalgas tan duras.

Luego bajé mi mano derecha y busqué su vulva. Estaba completamente mojada. Debía estar pensando en esto desde hacía rato. Así pues me fue relativamente fácil deslizar mis dedos por su vulva, acariciándola.

-Mmmmm- gimió en mi boca.

Mi güevo estaba ya completamente duro, pero por la diferencia de tamaños entre ella y yo, a ella le quedaba entre los muslos. Eso lo aprovechó ella y bajando la mano, me lo agarró para apresarlo entre sus piernas y acariciármelo con éstas.

Aparte de esas caricias, por los siguientes minutos también nos estuvimos besando en la boca. Entre los primeros besos tímidos del primer día y éstos había una gran diferencia, por lo que se puede decir que Lin era una magnífica estudiante. Seguramente la práctica de ese día con Virginia le había enseñado bastante.

Pronto, sin embargo, se separó un poco de mí y mirándome a los ojos, me dijo:

-Me gustaría ahora que lo hiciéramos otra vez-

-¿No quieres que te haga acabar primero con mi boca?- le respondí mientras mis dedos le acariciaban la vulva y sobre todo el clítoris.

-Mmmm… nooo… yo quiero tenerte adentro otra vez… Después veremos-

-Si, tenemos toda la mañana- le respondí sujetándola para bajarla de sobre mí y montarme yo sobre ella. Entonces ella abrió sus piernas y se preparó.

Al igual que el otro día, me agarré el güevo y primero se lo pasé por toda su raja. Cuando lo pasé por su clítoris, gimió fuertemente.

-Por cierto- le dije -Aquí puedes hacer toda clase de ruidos. Nadie se va a alarmar por oir algunos gritos-

-Mmmm- gimió un poco -No pensaba gritar, pero si la cosa se pone… muy bien ¿quién sabe que pueda pasar?-

-¿Sabes? A mi me gusta cuando hacen ruidos y gimen, es una señal de que todo va bien-

-Bueno, saberloooo…. oooohhh…. eso estuvooo muyyyy bieeen…- dijo respondiendo las caricias de mi güevo en la parte externa de su sexo.

Entonces volví a poner el güevo en la entrada y presioné.

-Mmmmffff…- dijo ella.

Estaba tan apretada como el otro día, pero ella ya sabía que lo peor había pasado y que hoy iba a ser más fácil para ella, aunque igual yo tenía que ser cuidadoso.

Así pues, lo dejé ahí en la entrada unos segundos y unos momentos después sentí como ella se relajaba y pude empujarlo un poco más adentro.

Y entonces le entró toda la cabeza.

-Qué rico- le dije -¿Vas bien?-

-Sii…siii…- tartamudeó -Pero todavía sigue siendo muy grande-

-Si, pero ya sabes que cabe. Ya verás como pronto estarás cómoda-

-No quiero estar cómoda… ¡quiero que me cojas!-

Me sorprendieron su palabras, pero más me sorprendió que ella fue la que empujó con sus caderas hacia arriba y entonces el güevo le entró hasta la mitad, pasando el sitió “crítico” donde antes estaba el himen.

-Mmmmm….- gimió, pero no de dolor.

Entonces lo empujé yo antes que ella más adentro: 3/4 de güevo.

-Siii… es…. es….- trató de decir, pero no terminó.

Así comencé a cogerla con un ritmo lento, siempre tratando de no meterlo demasiado, pero pronto ella no se conformó con eso y volvió a empujar con sus caderas hacia arriba cada vez que yo lo hacía hacia adentro y el güevo empezó a entrar más y más.

-Vamoos… - pidió -dame maaas-

Ante esa solicitud uno pude menos que cumplir y empecé a acelerar mis movimientos y a empujar más adentro.

Pronto mi pubis empezó a chocar con el de ella ¡se lo estaba metiendo todo! No me explicaba cómo podía. Ella era como 30 centímetros más pequeña que yo, por lo que me imagino que por dentro también sería ¿más pequeña? Pero me estaba demostrando lo contrario. Obviamente su vagina era tan larga como mi güevo-

“Plaf, plaf, plaf” empezó a resonar en el cuarto cuando mi pubis golpeaba duro contra ella.

Y ella comenzó a gemir a ese mismo ritmo:

-Aaaaahhhh-

-AAAAaaahhhh-

-AAAAAAaaahhhh-

Luego se me ocurrió mover mi cuerpo un poco más arriba, cambiando el ángulo de entrada del güevo y así logré que cada vez que golpeaba su pubis, la base de mi güevo chocara con su clítoris. El efecto fue devastador.

-AAAAAAHHHH… SSSIIIIIII…. AAAAAHHHHH….-

Pensé que en cualquier momento podrían venir los bomberos a ver qué estaba pasando, pero ya no había vuelta atrás.

-AAAAHHHH… YAAA VIEEEENNNNNEEEE…. SIIIII….-

-NOOO… PAREEESSS…. SSIIII…-

De pronto Lin empujó tanto con sus caderas que levantó su cuerpo de la cama y el mío, por supuesto también, en un arco imposible y allí se mantuvo como 30 segundos mientras gemía:

-AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH-

Cayendo luego a la cama mientras temblaba incontroladamente, presa del orgasmo más extremo que hubiese visto nunca.

Yo traté de no moverme para que ella pudiese disfrutar sin interrupciones, pero su vagina empezó a temblar también rítmicamente y eso me estaba llevando al orgasmo a mi también, por lo que empecé a moverme de nuevo, sacándolo y metiéndolo de nuevo tres o cuatro veces más hasta explotar dentro de ella.

Cuando ella sintió mi orgasmo y mi semen vaciándose en su vientre, se renovó su orgasmo y volvió a empezar a temblar.

-AAAAAHHHHH…. SIIIIII….OOOOTRAAAA…. VEEEZZZ….AAAAHHHH-

Unos minutos después, cuando estábamos empezando a recuperar el aliento, me di cuenta que estaba aplastando a Lin. Yo ya no me estaba sosteniendo con los brazos, sino que todo mi cuerpo estaba acostado sobre ella y dado su corto tamaño, ella tenía su cabeza a la altura de mi pecho viendo hacia un lado para poder respirar.

-¡Ay! Perdón Lin, te tengo aplastada- le dije levantando la parte superior de mi cuerpo con los brazos.

-Siii… - dijo todavía presa de las trepidaciones del orgasmo -Pero estaaa bien… es una presión agradable-

-¿Quieres que me quite?-

-Oh no. Déjalo adentro un ratico más-

-Haré lo que pueda. Pero ya sabes, las leyes de la naturaleza- respondí sintiendo como mi güevo empezaba a perder rigidez.

Todavía pude complacerla y moverme un poco, sacándolo y metiéndolo de nuevo, pero ya empezaba a no responder muy bien. Finalmente, ella hizo un último espasmo vaginal y eso me expulsó de adentro de ella.

-Ooohhh- dijo al sentirme salir.

Yo inmediatamente me incorporé y me acomodé a su lado. Ella entonces cerró las piernas para decirme:

-Mmmm… creo que se está saliendo todo…-

-Oh si, perdona. Ya te busco algo-

Entonces me paré y yendo al baño, le traje una caja de papel tisú.

-Gracias- dijo Lin tomando un par y poniéndoselos entre las piernas. Luego se levantó y fue al baño.

Yo aproveché para limpiarme un poco. Tirando luego los toallines en una papelera al lado de mi escritorio. Cuando miré la cama, vi una gran mancha de humedad donde ella había estado acostada. Más de lo que mi eyaculación podía explicar, por lo que ella tiene que haber contribuido con gran cantidad de líquido también.

-Hola- dijo Lin regresando medio cubriéndose el cuerpo con una toalla. Ahora que había tenido su primer orgasmo, regresaba su sentido del pudor, aunque yo no estaba muy seguro, porque se tapaba solo a medias. Como hacen siempre las mujeres, se cubren por un lado, pero por otro lado lo hacen de una forma que indica que hay más para ver. En fin que, cuando llegó a la cama, dejó la toalla pero se cubrió con las sábanas.

-Hola- le respondí. Yo estaba desnudo sobre la cama, pero al ver que ella se metía debajo de la sábana, levanté el otro lado y me metí con ella, buscando sus piernas con las mías y enredándolas.

-¿Cómo te sientes?- le pregunté.

-Ooohhh… Inmensamente satisfecha y feliz. Nunca pude imaginarme que esto fuese tan bueno-

-Me alegro que te haya gustado- le dije -Generalmente las primerizas no logran tener orgasmos sino luego de varios “intentos”. Tu lo lograste en tu segundo intento ¡Qué bueno!-

-Me imagino que es gracias al profesor- me dijo abrazándome y besándome profundamente en la boca.

Su cuerpo desnudo se pegó al mío y por unos momentos nos estuvimos acariciando mientras nos besábamos.

-Si, pero creo que la alumna tiene también sus méritos- le dije cuando nos separamos para respirar. Para luego seguir -Yo iba despacio, tratando de que no te fuese a doler-

Entonces ella me interrumpió:-Si yo sé. Pero me estaba impacientando, jajaja. Me sentía muy llena, es verdad, pero no me dolía y algo me decía que lo quería más adentro-

-Es cierto. ¡Y más adentro fue!- dije -Pero no me imaginaba que lo pudieses… resistir todo, que tu cupiese todo, ¡eres tan pequeña!-

-Yo tampoco entiendo. Ya habíamos probado antes…-

-Si, habíamos probado antes, pero sólo te había metido la mitad. Y ya habíamos hablado de que la vagina se expande mucho, pero ¿y el largo?-

-¿El largo?- preguntón ella.

-Si el largo de mi güevo y la profundidad de tu vagina. Yo no lo tengo demasiado largo, pero tu eres muy chiquita y me imaginaba que tu vagina sería igual de pequeña, de corta, por lo pensaba que si intentaba metértelo completo, te haría daño-

-Ah, jajaja. ¡Pues resultó que no!-

-Pues pienso que te debe haber llegado hasta aquí- le dije levantando la sábana y señalándole el ombligo.

-Pues la verdad es que yo pensé que me iba a salir por la boca, jajajaja-

-Jajajaja-

-No, de verdad estaba muy adentro. Pero según iba entrando más y más, yo sentía como todo se me iba acomodando por dentro. Algo así como las cosas apartándose del camino. Luego que todo estuvo “apartado” y ya me parecía que no podría más, te moviste hacia arriba y la penetración ya no fue tan profunda, y entonces empecé a sentir como me rozabas el clítoris y todo el resto del mundo desapareció, sólo estaba tu miembro yendo y viniendo…-

Entonces volvimos a empezar a besarnos de nuevo, sólo que esta vez ella se montó sobre mí y era la que llevaba el control. Mi güevo se empezó a poner duro y ella volvió a apretarlo entre sus piernas, masturbándome moviéndolas rítmicamente.

Al poco rato, nuevamente sin aliento, nos separamos y me preguntó:

-¿Está bien si yo me pongo arriba?-

-¡Claro!, lo que tú quieras-

Entonces ella dobló sus piernas quedando de rodillas, para poder controlar mejor su cuerpo. Luego se movió hasta que su vientre quedó a la altura de mi güevo, que tomó con la mano y lo apuntó hacia arriba y comenzó a bajarse, mientras se acariciaba la vulva con el güevo, como yo había hecho con ella antes.

-Mmm- me dijo -Es muy rico acariciarme así. Es mejor que tus dedos, pero no sé si mejor que tu lengua, mmmm-

-Jajajaja-

-Pero por más rico que sea, una voz por dentro me dice: métetelo… métetelo ya…- dijo.

Y así, mientras me decía eso, se puso el güevo en la entrada a la vagina y empezó a bajarse sobre él.

A diferencia de lo que yo había hecho, ella siguió bajando sin parar, mientras yo sentía como mi güevo iba abriéndose paso por su vientre, abriéndola.

-Mmmm…. es tan… grande…. y tan ricooo…-

Finalmente sus nalgas llegaron a mi cuerpo y Lin quedó sentada sobre mi, con mi güevo llegándole, como dijo antes ella misma, hasta la garganta ¡pero desde abajo!-

-Mmmm- volvió a gemir sentada sobre mí.

Luego comenzó a subir y a bajar. Muy poco a poco, sintiendo cómo el placer recorría su cuerpo desde su vientre.

-Queee ricooo…- decía de vez en cuando, o -Siii…-

Luego se inclinó hacia adelante y apoyó sus dos manos en mi pecho para apoyarse mejor. Eso cambió el ángulo de penetración y aumentó el roce sobre su clítoris.

-Mmmmhhh… mucho mejooor-

Luego de un largo rato, empezó a cansarse y me dijo:

-¡Uy! esto es como ir al gimnasio. Se me cansan las piernas-

Por unos momentos se quedó sentada completamente erguida y después de un rato empezó a mover las caderas horizontalmente, adelante y atrás.

-Oh si… esto está mejor… siii…-

Yo no decía nada, simplemente le sonreía animándola a probar cosas.

Definitivamente el movimiento de adelante a atrás le gustó y Lin fue acelerándolo cada vez más, al tiempo que lo hacía más fuerte. Luego le añadió movimientos laterales. Por un momento pensé en mi güevo, encajado profundamente en su vientre dando vueltas por todos lados.

De pronto me acordé de sus tetas y se las agarré con las manos. En la posición que estaba las tetas aunque pequeñas, se veían un poco más grandes. Aunque los pezones no podían estar más grandes. Cuando se los apreté, una mano en cada, una ella cogió aire repentinamente por la boca, sorprendida.

-Aaaahhhh…. siiiii…-

Y luego me preguntó:

-¿Te faaaltaaa muchooo?-

-Más o menos- le respondí -¿Y tu?-

-Yaaa estoooy cercaaaa. Perooo quierooo sentiiir cuando acaaaabes dentrooo de miii-

-No me esperes- le dije pellizcándole duro los pezones -Acaba ahora y seguimos haciéndolo hasta que yo lo haga-

-Siiii…. siii… oooook- gimió.

Entonces se empujó duro un par de veces más y

--AAAAAHHHHH…. SIIIIII…. AAAAHHHH-

Su cuerpo colapsó sobre mi, temblando y estremeciéndose incontroladamente, mientras su vagina me presionaba como queriendo exprimirme.

Yo la abracé contra mi pecho mientras recuperaba el control de su cuerpo. Su pecho subía y bajaba al ritmo de su orgasmo.

Cuando empezó a recuperarse, pensé que no tendría fuerza para seguir siendo ella la que llevaba el control de la cogida y abrazándola la empujé hacia un lado.

-¿Queee… haceees…?- preguntó confundida.

-Confía en mi. Ponte boca abajo-

-¿Bocaaa abajooo?- preguntó extrañada, mientras comenzaba a voltearse.

Cuando estuvo totalmente acostada boca abajo, la agarré por la cintura y halándola le dije:

-Ahora levanta el culito-

Ella me obedeció sin protestar, quedando con la cabeza apoyada en la cama, el cuerpo levantado y las rodillas en la cama. Una especie de V invertida.

-Muy bien-

Entonces me arrodille detrás de ella y empecé a lamerla por detrás. empezando por el ano y bajando hasta el clítoris.

-Aaaahhhh… ¿Qué haces?…. AAAAAAHHHH- dijo Lin estremeciéndose de placer.

Nunca le respondí la pregunta, sino que me limité a comérmela por detrás. Su vulva sabía a gloria, toda llena de su eyaculación.

Pero al rato me cansé y luego de incorporarme, me agarré el güevo y volví a metérselo despacio por la vagina.

-Mmmmm…. que ricoooo- dijo.

Una vez que la tuve “enchufada” otra vez, le agarré las caderas con las dos manos para tener mejor control y empecé a cogérmela desde atrás. La penetración no era tan profunda como antes, pero la posición era muy cómoda para ella y yo podía controlar todo.

-Siiii… me gustaaa…. me gusta asiiii…- repitió Lin.

Pronto empecé a coger ritmo y a metérselo y sacárselo mas o menos rápido.

-Quueee ricoooo…. sigueee… sigueee-

Luego de unos minutos empecé a sentir mis bolas preparándose para explotar.

-Yaaa estoy cercaaa…- le dije advirtiéndole.

-Siiii…. queee rico… dámeloooo… llénameee-

Seguí metiéndoselo con fuerza, oyendo como sus nalgas resonaran al chocar contra mi vientre.

Pero entonces se me ocurrió una cosa más y mojándome el pulgar con saliva, empecé a acariciarle el ano a Lin.-

-Noooo…. ¿queeeé… haceees….?-

Sin responderle dejé caer unas gotas de saliva en su ano y seguí acariciándole el anillo del ano, que se iba aflojando con mis caricias.

-Nooo… nooo…- protestaba débilmente.

Y cuando yo ya estaba llegando a mi límite y e iba a empezar a eyacular, le metí el pulgar completo en el culo.

-AAAAAAYYYYYYY- gimió, pero también sentí como inmediatamente ella empezaba un nuevo orgasmo, que se unió al mío ya en camino.

-AAAAAHHHHH…. SIIIIII….OOOOTRAAAA…. VEEEZZZ….AAAAHHHH-

Mientras yo gemía también:

-Mmmmfffffgggggrrrr-

Lin no resistió más la posición y se cayó hacia adelante, lo que me obligó a mi también a caer sobre ella y a sacar el dedo de su culito.

-AAAAAAHHHHHH- gritó Lin, pero con la almohada amortiguando su grito.

-Mmmmfffffgggggrrrr- le respondí yo, mientras mi semen la llenaba de nuevo.

Apenas regresaron mis sentidos me quité de sobre ella, ya que otra vez la estaba aplastando.

-Eso…. eso… estuvo… muy…. raro- me dijo Lin con un hilo de voz.

-¿No te gustó?-

-Si, claro que me gustó… pero tu dedo me sorprendió. ¿Por ahí?-

-Jajaja. Te sorprendió, pero no te impidió acabar, jajaja. A lo mejor hasta te gustó-

-Jajaja. No sabría qué decirte. Cuando empezaste a tocarme por… ahí…-

-Vamos, puedes decirlo. El culito-

-Mmm, bueno. Cuando empezaste a tocarme el culito me gustó. Una sensación nueva, pero estaba bien. Luego, cuando me metiste el dedo me dolió un poco y empezó a distraerme del “plato principal”-

-Jajaja- me reí de sus metáforas -Jajaja, “el plato principal”-

-Bueno, lo que sea, me estaba distrayendo, pero cuando empezaste a acabar, se me olvidó todo y tu güevo pulsando y llenándome me hizo perder todo y acabar yo también-

-Jajaja, entonces no pudiste concentrarte en mi eyaculación-

-No, pero pronto aprenderé- dijo Lin -Pero ahora dime, el dedo en mi culito… ¿no es muy sucio?-

-Jajaja. Puede ser. Inclusive puede ser que te encuentres con alguna “sorpresa”, pero creo que como lo conversamos una vez, todos tus huecos son “cacería”-

-¿Cómo que cacería?-

-Si, que pueden ser cogidos alguna vez. Tu vagina es, por supuesto, la primera opción. Tu boca también es una buena opción también. Y por último, tu culito. En cualquier momento puede ser que te coja por ahí-

-Oh no, no sé- dijo con cara de angustia.

-No te preocupes, lo haremos cuando tu me lo permitas. Y en relación con las “sorpresas”, es algo que se puede prevenir-

-¿Prevenir? ¿Cómo?.

-¿Cuándo fue la última vez que fuiste al baño? Me refiero a hacer “grande”-

-Uhhh… déjame pensar. Si fue ayer en la noche-

-¿Ves? Lo más probable era que no hubiese nada en tu culito. Si pasa mucho tiempo, entonces sí que puedes preocuparte. Pero igual, no es nada que un poco de agua y jabón no resuelvan-

-No sé. Tengo que pensarlo-

-Jajaja. Claro. Piénsalo-

Entonces ella se quedó pensando

-¿Y al revés?-

-¿Al revés qué?-

-Bueno, tú también tienes culito. ¿No puedo meterte yo un dedo por ahí?-

-Jajaja. Claro que puedes. Eso sí con el mismo cuidado-

-¡Qué bueno! Lo tendré en cuenta para la próxima vez-

Sin darnos cuenta, conversando nos habíamos pasado varios minutos abrazados en la cama acariciándonos. Un poquito de semen salía de la vulva de Lin, pero no parecía preocuparla-

-Hablando de próxima vez- me dijo Lin de pronto -¿Cuándo será la próxima vez?-

-No sé- le respondí -pero no creo que sea ahora mismo, jajaja-

-Jajaja. Yo tampoco creo- dijo riendo -Estoy agotada-

-Yo también. Si tuviéramos la tarde libre, podríamos pasarnos un rato más conversando hasta que recuperásemos fuerza…-

-No, no. Prefiero tener tiempo de ir a mi casa y bañarme. A ver si dejo de chorrear como una cañería rota- dijo Lin señalándose el vientre y el semen saliendo poco a poco.

-¿Y qué has pensado respecto a Virginia? ¿Vas a hablar con ella? ¿Se lo vas a contar?-

-O sí, se lo voy a contar hoy mismo. No quiero que lo vaya a descubrir por casualidad y que vaya a pensar la estoy excluyendo a ella-

-Pero lo estamos haciendo- repliqué.

-Si, porque yo quería concentrarme en nosotros en éste- dijo entonces agarrándome el güevo que estaba en su mínima expresión.

-Ok. Pero tenemos que ponernos de acuerdo. No vaya a ser que me pregunte a mi y yo diga algo que contradiga tu historia-

-Ok, no hay problema. Probablemente le diga que… déjame ver… Si, ya sé. Le voy a decir que la reunión de esta mañana se suspendió y que como no tenía nada que hacer te llamé y bueno, pasó lo que pasó-

-Jajaja. Muy bien, pero puedes decirlo con todas sus palabras, ¿cómo es eso de que “pasó-lo-que-pasó”?…-

-Si, está bien- me dijo Lin abrazándome -Le diré que me metiste este maravilloso y gordo güevo tan duro y tan adentro que empecé a hablar en griego y que cuando acabaste dentro de mí, me salía semen por la orejas!!!-

-Jajaja. Sin exagerar. Solo te salió un poquito- le dije acariciándole las orejas.

-Jajajaja. ¿Y si la llamo ahora mismo?- me dijo entonces Lin.

-¿Ahora mismo?-

-Claro, así podemos fijar de una vez la próxima… “reunión”-

-Bueno, como tú quieras- le dije.

Entonces Lin buscó su móvil y se sentó en la cama. Y mientras ella llamaba, yo me acurruqué a su lado y empecé a besarle la espalda.

-Hola Virginia- dijo Lin en el teléfono.

Entonces hubo una pausa mientras ella oía la respuesta de Virginia. Yo no sabía qué decía Virginia hasta que Lin puso la llamada en altavoz. Entonces oí la voz de Virginia

-…estabas?-

-La reunión de esta mañana se canceló y ya no me daba tiempo de llegar a la clase, así que se me ocurrió llamar a Armando para desayunar-

-¡Ja!, ¿Para desayunar, no?- dijo Virginia

-Te lo juro amiga. En ese momento sólo pensé en que a lo mejor él no estaba todavía en clases y podríamos comer juntos-

-Ok. ¿Y entonces?-

-Bueno, él me dijo que no se había levantado todavía, que le diera 10 minutos. A lo que yo le contesté que por supuesto, que pasaría en un rato por su casa a buscarlo. Cuando llegué allá, resultó que él no se había levantado todavía. Me dijo luego que se había acostado tarde estudiando-

Mientras la conversación seguía, yo continuaba besando a Lin por la parte baja de su espalda y el culito, hasta donde me era posible con ella sentada en la cama. Luego subía por los lados del cuerpo, pero por ahí le daba cosquillas, lo que la hacía doblarse, pero aún así, ello no perdía el hilo de la conversación telefónica.

-¿Y qué hiciste tú?- le preguntó Verónica.

-¡Ay amiga, perdona. ¿No estás en clases ahora, no? ¿No te estoy interrumpiendo?- se excusó Lin.

-No, no- respondió Virginia -Acaba de terminar la clase de Filología y ahora voy caminando hacia el otro edificio para entrar a la clase de los filósofos antiguos. Esa del profesor… ¡el viejito!-

-¡Ah! si, ya sé. Bueno, entonces te sigo contando. El caso es que después de que había hablado con Armando, se había quedado dormido. Así que cuando llegué a su casa y él no abrió la puerta, se me ocurrió probar a abrirla antes de llamarlo ¡y no estaba cerrada con llave!-

-¿Y así no más entraste a su casa?- preguntó Virginia

-Si, amiga. Yo sé que no debía, pero… bueno. El caso es que entré y sin hacer ruido me acerqué a su cuarto. ¡Y ahí estaba él durmiendo!-

-¿Durmiendo?-

-Si-

-¿En pijama?-

-Nooo…-

-Já, ¡Claro!-

-Entonces me le acerqué a despertarlo- continuó Lin.

-Jummm- dijo Virginia

-Pero estaba ahí… dormido… desnudo. Me le quedé viendo un rato, ¿sabes? Y no sabía qué hacer-

-Jajaja- se rió Virginia -¿Y cómo lo despertaste?-

-Bueno, él se despertó sólo. Y yo me moría de pena…-

Y yo, mientras ellas seguían conversando por el teléfono, había metido mi cabeza entre las piernas de Lin y después de hacerla acostarse, había comenzado a besarle en el vientre y alrededor de la vulva. Al comienzo Lin me dejó hacer, pero bajó una mano y me la puso en la cabeza, para acariciarme también.

-Cuando él me abrió los ojos y me vio- continuó contando Lin por el teléfono -yo pensé que me iba a regañar, pero no. Simplemente me regaló una gran sonrisa-

-¿Y él estaba desnudo?- insistió Virginia -¿Totalmente desnudo?-

-Si… bueno, no. Estaba desnudo pero la sábana lo cubría un poco-

-¿Y el güevo? ¿Se lo veías?-

-No, no se lo veía- respondió Lin -Pero por su posición y lo delgado de la sábana, se veía que estaba excitado-

-¡Ja! Yo sabía- dijo Virginia en el móvil.

-Yo casi no podía quitar la vista de ahí, amiga. Era tan… excitante-

-Claro. Me lo imagino- dijo Virginia

-Y él me seguía sonriendo… Y entonces me tomó de la mano y me hizo sentarme en la cama-

-¿Y tú qué hiciste?- preguntó Virginia

-¿Qué iba a hacer? ¡Sentarme!-

-¿Y después?-

-Ay, me da pena contarte-

-¡Ah no!- protestó Virginia -No te vas a escapar de ésta. Tienes que contármelo todo-

Mientras yo seguía comiéndomela. Había hecho que separase sus piernas mientras seguía la conversación y yo deslizaba mi lengua desde su ano hasta su pubis, rozando, deslizando, acariciándola. Además de mi saliva, ella había empezado también a producir sus jugos, que cada vez me gustaban más. Luego le metí primero un dedo y luego otro, buscando su punto G.

-Bueno. Entonces Armando me hizo acostarme a su lado y empezamos a besarnos… mmm… Y yo estaba acostada a su lado…mmm-

-¡Ay amiga qué bueno! Me tienes excitadísima- dijo Virginia por el teléfono.

-El caso es que mientras me besaba… mmmm… él empezó a quitarme la ropa-

Lin estaba empezado a gemir por causa de mis caricias aunque seguía hablando con Virginia por el celular.

Y yo iba acelerando mis jugueteos. Mis dedos habían encontrado su punto G y yo había girando la mano para acariciárselo duro, mientras que mi lengua y mis labios se concentraban en su clítoris.

-¿Y?- preguntó Virginia, porque Lin se había quedado callada un momento, distraída de la llamada por mis caricias.

-Bueno… entonces él… mmm… empezó a comerme… aaahhh-

-Lin- preguntó de pronto Virginia -¿De dónde me estás llamando ahora?-

-Mmmmm- y un gemido fue la respuesta de Lin.

Y justo en ese momento, me acomodé entre las piernas de Lin y le metí el güevo de un sólo empujón.

-AAAAAHHHH…. Siiii…-

-¡Lin!… ¡Lin!… - gritaba Virginia por el teléfono -¿Qué te está pasando?-

-Es que… - trató de decir Lin -Es que…-

Y mi güevo había comenzado a entrar y salir de su vientre.

-¡Lin, Lin!- Insistía Virginia -¿Dime qué está pasando?-

-Ayyy… perdooonameee, amigaaa… pero es que loooo tengooo tan adentrooo- logró decir Lin.

-¡No me digas que te está cogiendo en este momento!- preguntó Virginia

-Siiii…. lo tengo taaan adentrooo…- gimió Lin-

-¡Pero bueno!- dijo Virginia -Pásale el teléfono a Armando-

-Hola Virginia- le dije a ésta por el teléfono.

-¡Armando! ¿Qué está pasando?-

-Buenoo.. que Lin te iba a preguntar algo y te llamó. Pero mientras Uds. hablaban, a mi se me ocurrió que podía ser un buen momento para acariciarla y, bueno ya sabes cómo son estas cosas-

-¿Tu me estas diciendo que todo este tiempo tú te has estado cogiendo a Lin?-

-Oh no, no todo el tiempo- le respondí -Al principio sólo la estaba acariciando, pero entonces se me fue la cosa de las manos…-

-¡Si, claro!. Una casualidad pues. Como si fueses caminado por ahí y de repente te encontraste un hueco y le metiste el güevo, ¿no?-

-Bueno. No fue así. Yo le empecé a acariciar la espalda y luego más abajo y bueno, ya sabes- le respondí aguantando la risa.

-Bueno. Pásame a Lin otra vez-

-Siii… dimeee- dijo Lin con el teléfono en la mano, sin poderse concentrar mucho.

-Dime querida, ¿estás bien?-

-Ohhh siii… estoooy muy bieeeen-

Pero entonces Lin dejó el teléfono a un lado y dirigiéndose a mi, me dijo:

-Siii…. métemelo maaaass adentroooo…. dameee maaasss durooo-

-¡Lin, Lin!- gritó Virginia en el teléfono -¿No me vas a decir que te lo metió todo?-

Ya ni Lin, ni yo le contestamos pues estábamos concentrados en el placer que estábamos disfrutando.

-Lin, amiga, no me dejes…- seguía diciendo Virginia en el teléfono.

Entonces Lin agarró el teléfono por última vez y lo apagó, para luego agarrarme el culo con las dos manos y guiar mis movimientos.

Capítulo 4

Esa misma tarde me llegó al móvil un mensaje de Lin:

-“¿Te parece bien comida china en nuestro apartamento mañana?”-

-“Muy bien. ¿Vas a prepararla tú?”- le respondí.

-“No, YO SOY la comida china, Jajajaja”-

Después de reírme por un rato, volví a escribirle:

-“Muy buena esa. ¿Ya hablaste con Virginia”?-

-“Si. Esta mañana. Por cierto, me dijo que tenía cara de bien cogida, ¿tu sabes qué es eso?”-

-“Jajaja. Si, te lo explico mañana”-

El día siguiente, luego de clases pasé por mi casa a bañarme y acomodarme para nuestra cita. No era cosa de llegar sucio y sudado.

Cuando llegué a casa de Virginia, me las encontré alegres preparando todo. Lin, que me abrió la puerta, me dio un largo beso en la boca, pegando su cuerpo contra el mío.

-Hey, no abuses Lin, ¡tiene que durarnos toda la noche!- dijo Virginia desde la cocina.

-No protestes, que eso no se gasta- respondió Lin después del prolongado beso.

-Bueno- le dije -pasándome la lengua por los labios. A veces se me hinchan los labios de tantos besos-

-Mmmm…. ¿Se te hinchan las cosas si las utilizas mucho?- dijo entonces Lin tocándome el güevo por sobre el pantalón y con una sonrisa pícara en la cara.

-Hola querido- me dijo entonces Virginia acercándose a mi… con un delantal como única vestimenta. Este tenía problemas para cubrir sus hermosas tetas que al caminar hacia mi bailaban deliciosamente, sobresaliendo por los lados del delantal. La parte de abajo del delantal llegaba solo un poco por debajo de su pubis, dejando ver sus bellas piernas.

-Wow- sólo pude decir antes de que ella, a su vez, me diera otro beso espectacular en los labios.

Luego ella se volteó y caminó de nuevo hacia la cocina exagerando un poco el oscilar de sus caderas. Su culo desnudo me sonrió mientras se alejaba, dejándome con la boca abierta y babeándome. Entre sus nalgas se asomaba algo de color rojo, pero no pude ver qué era.

-¡Hey! ¡Despierta!- me dijo Lin a mi lado.

-¿Eh? ¿Qué me dijiste?- le respondí volteando hacia ella.

-Jajaja. Parece que nunca hubieses visto una mujer desnuda ¿Tengo que desnudarme yo también para que me hagas caso?-

-Oh, no…- le respondí, pero luego lo pensé mejor -Bueno, en realidad no sería mala idea. Jajaja-

-¡Bobo!- me dijo golpeándome levemente con el puño.

Lin llevaba nuevamente un conjunto estilo chino de seda verde, con motivos de dragones y esas cosas. Abotonada desde el cuello hasta los pies, era el absoluto contraste de Virginia. Aunque por otra parte, era mejor que las dos mujeres no compitieran.

-Ya vamos a estar listas- dijo entonces Lin -¿Quieres tomarte una cerveza?-

-No sé ¿qué vamos a tomar con la cena?-

-Tenemos un par de botellas de vino blanco, no sé la calidad, nos la recomendó el tipo del automercado-

-Jajaja. Muy bien, entonces dame un copa de vino-

-Perfecto. Siéntate en el sofá que ya te lo llevo-

En seguida me senté en sofá, viendo a las dos chicas esforzándose en la cocina. Por supuesto, Virginia y su desnudez me llamaban mucho más la atención que la elegancia de Lin.

Luego de traerme la copa, Lin comenzó a poner los platos de comida en la mesa. Había un total de seis platos distintos, uno de los cuales era simplemente arroz blanco, que fue lo único que reconocí.

-Ven a sentarte- me dijo Lin, señalándome un puesto en la cabecera de la mesa. Ella se sentó a mi lado derecho y enseguida vino Virginia con el sexto y último plato y se sentó a mi lado izquierdo.

-¿Vas a comer con el delantal puesto?- le pregunté.

-Jajaja. ¿Quieres que me lo quite?-

-Bueno…, no sé-

-No. No voy a hacerlo- dijo sonriendo -Lo pensé, pero no quiero que me caiga comida caliente en una teta o peor, allá abajo-

-Jajaja- reímos Lin y yo.

-Es una buena idea- corroboró Lin.

-¿Y el adorno que tienes… atrás? ¿No te molesta?-

-¿Qué adorno?- preguntó Lin.

-¿No te diste cuenta?, Jajaja. Bueno no, no te preocupes. No me molesta-

-¿Pero qué adorno?- volvió a preguntar Lin.

Entonces Virginia se levantó de su silla, se puso de espalda y se agachó un poco. En medio de sus nalgas, un botón rojo esmeralda nos saludó.

-¿Qué es eso?- preguntó Lin.

-Es un butt-plug- contestó Virginia sentándose de nuevo -Pero empecemos a comer y les cuento luego.

-Ok-

Entonces empezamos a servirnos. La idea era comer un poquito de cada plato. Ahora los podía identificar mejor. El mas sencillo, como dije antes era arroz blanco. Luego había un Low Mein, una especie de spaghetti chino con tiras de pollo. Otro consistía en pedazos de carne tamaño bocado en una salsa muy oscura y muchos vegetales alrededor. Había otros dos platos de pollo que no supe identificar, uno con maní y el otro con vegetales y uno mas de puros vegetales.

-¡Wow! ¿Cocinaron Uds todo esto?-

-Bueno, Lin fue la que puso la inteligencia. Yo era la pinche. La que cortaba todo…-

-Pero tú cocinaste una gran parte- protestó Lin.

-Si, pero de acuerdo con tus direcciones-

-Pues la verdad es que las felicito a las dos. Todo está delicioso-

-Pues nos alegra mucho que te guste. Fue un esfuerzo grande- dijo Virginia

-No lo dudo- respondí -Y lo estoy disfrutando mucho-

-Espero que…- empezó a decir Lin, pero se detuvo un poco apenada.

-Lo que Lin quiere decir- continuó Virginia -es que esperamos que después de esta comida nos muestres tu satisfacción… ya sabes. Jajaja-

-Claro, claro. Lo que quiero es no quedar demasiado lleno-

-¡Oh! No te preocupes. Todo lo que nos estamos comiendo es muy ligero y se digiere rápido. Y tampoco preparamos mucho-

-Si, ya veo que los platos se van vaciando rápidamente- dije sonriendo.

Con todo y las ganas que teníamos de llegar al “postre”, pasamos por lo menos 30 minutos comiéndonos la rica cena preparada por las chicas. Al terminar, los tres nos encargamos de limpiar la mesa y poner los platos y las ollas en el lavaplatos, por lo que Virginia entonces dijo:

-Bueno, creo que ya es hora del postre-

-¿Sí?- pregunté -¿Qué hay de postre?-

-Bueno, por mi parte estaba pensando en un helado de palito- dijo Virginia

-¿Helado de palito?- pregunté yo.

-Si. Un helado caliente- y entonces me agarró el güevo por encima del pantalón.

-¡Ah! Jajaja. ¡Qué bobo!-

Lin no había entendido nada del intercambio verbal, pero cuando vio a Virginia agarrarme, se dio cuenta de qué estábamos hablando.

-¡Ay!, pero qué boba. Yo no entendía tampoco. Pero es cierto, a mi también me gustaría comerme ese “helado”-

-¿Qué esperamos entonces?- dijo Virginia agarrándome de la mano y conduciéndome hacia el cuarto. Allí soltó mi mano y dejándome al pié de la cama, ella se acomodó en la cabecera, cómodamente sentada con las piernas abiertas y recostada de la cabecera. Inmediatamente puso su mano derecha en su vulva y empezó a acariciase seductoramente al tiempo que decía:

-Bueno, yo ya estoy preparada. Uds, en cambio, están ahí parados como bobos, completamente vestidos-

Inmediatamente comenzamos Lin y yo a desvestirnos y en menos que nada, ya nos habíamos acostado cada uno a un lado de Virginia. Yo por su lado derecho y Lin por el izquierdo.

-Aquí estamos- le dije comenzando a acariciarle su teta derecha, mientras que Lin hacía lo propio la izquierda.

-Mmmm, así me gusta- dijo entonces Virginia que había puesto sus brazos alrededor de nosotros apretándonos contra ella.

Pronto estábamos Lin y yo compitiendo por los besos de Virginia Unas veces ella ganaba y se besaban furiosamente con lo que yo me tenía que conformar con su cuello. Otras veces, cuando ellas se separaban buscando aire, yo aprovechaba y me robaba la boca de Virginia

Luego de muchos minutos en ese intercambio, Virginia nos empujó un poco a Lin y mi, separándonos y dijo:

-Lin querida. Lo siento mucho, pero tengo muchas horas con ese plus en el culo y ahora necesito que Armando me meta este gordo güevo suyo-

-Ay amiga no hay problema- dijo Lin separándose un poco, mientras yo me movía colocándome entre las piernas de Virginia

-Espera un momento mientras me saco esto- dijo Virginia metiendo su mano entre sus piernas y agarrando el plug.

-Oh, no- le dije -¿Porqué no te lo dejas?-

-Mmmm… no sé- respondió ella -Es muy gordo y me temo que deje poco espacio para ti-

-Podemos probar- le dije -Si se pone muy incómodo lo quitamos-

-Claro- dijo Lin -Ahora entiendo-

-¿Qué es lo que entiendes?- dijo Virginia quitando la mano que intentaba sacar el plug mientras se acomodaba en la cama.

-Que claro. Con el plug en el culo, la vagina tiene menos espacio para el güevo-

-Así es querida. Muy bien. ¡Ah! Y como tú no vas a tener mucho que hacer en un momento, te ofrezco que saques una caja que está en el gavetero ese al lado de la cama- dijo Virginia

Lin se levantó y sacó una caja como de zapatos, pero un poco más grande y la puso al lado de la nosotros en la cama. Al abrirla encontró un montón de juguetes sexuales de todos los colores y tamaños.

-¡Dios mío, pero qué es esto?- dijo Lin.

-Oooohhh… - dijo Virginia mientras yo intentaba meterle el güevo despacio. Realmente el plug quitaba mucho espacio en su interior y su vagina se sentía muy estrecha. Aunque estaba completamente lubricada, tuve que aplicar cierta fuerza para penetrarla.

-Mmmm- dije -Estás realmente estrecha-

-Siii… se siente como si fueras a reventarme… -

-¿Lo saco?-

-¡Si intentas sacarlo te lo corto!- dijo Virginia en vista de lo cual seguí presionando.

Poco a poco ella se fue distendiendo y mi güevo siguió penetrándola hasta que pronto lo tuvo completamente adentro.

-Siiii…. muuuuy bien- dijo Lin -Y ahora espera un segundo a que me relaje… estoy tan llenaaa…-

Mientras esperaba por Virginia volteé a ver a Lin, que inspeccionaba lo que había en la caja de juguetes. Había varios dildos, de colores y tamaños diversos, algunos de los cuales mucho más grandes que mi güevo.

Otros parecían tener una cosa adentro, obviamente un motor o algo para hacerlos vibrar. Lin prendió varios de ellos poniéndoselos contra su vulva, pero no metiéndoselos, sino contra su clítoris.

Virginia se dio cuenta de que yo estaba viendo a Lin y entonces volteó a verla ella también diciéndole:

-Mmmgfg…, no seas agallúa- le dijo mezclando gemidos y palabras para Lin -No vayas a intentarlo con uno de esos grandes, adentro de la caja hay uno… Ayyy… esto está tan ricooo… adentro hay uno pequeño que tiene un motor muy potente y funciona… mmmm… empieza a moverte- me dijo a mi, para luego continuar dirigiéndose a Lin -Usa ese pequeño y si quieeereees luego te cambias a otro más graaandeeee-

Los gemidos de Virginia se iban haciendo mas fuertes en la medida que yo había empezado a cogérmela más en serio. Mi güevo entraba y salía de ella con mayor facilidad cada vez, lo que me permitía empezar a jugar con la velocidad y el ángulo.

Después le agarré las piernas a Virginia y se las doblé hacia arriba, lo que me permitió metérselo aún más adentro.

-Urrggghhh…. Aaahhhrrggghh…. Siiii…. Méeeetemeloooo duuuroooo-

Fueron pasando los minutos y entonces me di cuenta que Virginia no aguantaría mucho. Seguramente el plug en el culo la había estado estimulando toda la tarde y ya se encontraba cerca de explotar.

-Daaaaleeee…. daaaleeee… Duuuroooo…-

Hasta que finalmente explotó:

-SSSIIIIIIII…. AAAAAAAHHHHHHHH-

Se puso tensa y empujó su cadera contra mí, haciendo que el güevo se le encajara aún más para luego aflojarse y caer de nuevo a la cama con las piernas temblando incontroladamente, mientras que un chorro de fluido salía de su vagina mojándome todo.

Yo la dejé disfrutar de su orgasmo sin moverme, manteniendo la presión de mi güevo dentro de ella- El plug saltaba y se movía al ritmo de las contracciones de su vagina.

-Yaaa…. por favor… yaaaa- empezó a decirme empujándome un poco para que me le quitara de encima. En condiciones normales, la hubiese ignorado y me la hubiese seguido cogiendo para darle otro orgasmo o alcanzar yo el mío, pero tenía a Lin al lado, que por lo que pude ver estaba experimentando con algunos de los juguetes de Virginia.

Así pues que me levanté, dejando que Virginia estirara las piernas descansando, pero ella todavía tenía el plug en el culo, así que se pasó la mano por debajo sacándoselo.

-Aaaahhhh- gimió duro otra vez, teniendo un par de nuevos estremecimientos, cuando la parte gruesa del plug salió de su cuerpo.

Con el güevo todavía mojado por los jugos de Virginia, me volví hacia Lin que estaba distraída jugando con un vibrador sobre su clítoris.

-MMmmmm…- gemía en voz baja moviendo la cabeza del vibrador  alrededor de su clítoris.

-Puedes seguir haciendo eso mientras te cojo- le dije llevándole las piernas hacia arriba, tal como había hecho con Virginia y sujetándoselas con mis brazos.

Ella perdió la concentración por un momento, pero le dije:

-Sigue, sigue masturbándote mientras yo hago lo mío-

Lin no dijo nada, pero miró hacia abajo entre sus piernas, viendo mi güevo rojo y húmedo a la entrada de su cuerpo. Luego volvió a acercar el vibrador, un juguete pequeño de color azulado, a su clítoris para seguir acariciándoselo.

Con mi cuerpo sobre Lin y apoyado en mis manos, me di cuenta que no podía agarrarme el güevo para apuntarlo hacia la entrada de la vagina de ella.

-Ayúdame- le dije entonces.

Ella me vio a los ojos primero y luego, sin hablar, me agarró el güevo y se lo acercó a la entrada de la vagina. Una vez en la entrada me dijo:

-Empuja ya-

Haciéndole caso, empujé y entré en su estrecho pasaje. Ahora resultaba que, en comparación con la experiencia de Virginia unos momentos antes, fue más sencillo penetrarla, pero aún así, ella seguía siendo una mujer pequeña y todo en su cuerpo era correspondientemente pequeño.

Pero igual, el güevo le fue entrando más y más hasta que se lo tragó completo. Aún así, nunca perdió el contacto del vibrador con su clítoris y así, cuando yo le llegué al fondo, mi pubis se lo presionó más fuertemente contra ella.

Entonces empecé a cogérmela despacio. Ya no tenía que tener cuidado como las veces anteriores, tampoco tenía que esperar a que ella acabara, porque sospechaba que con ese vibrador acariciándole el clítoris, ella ya estaría bastante cerca.

Aún así, pasamos varios minutos tirando. Sí, esa era la palabra más adecuada, no estábamos “haciendo el amor”, estábamos simplemente “cogiendo” o “tirando”. Mis piernas chocaban con fuerza contra su culo levantado, mis bolas rebotaban contra sus nalgas y mi pubis presionaba contra el suyo o más bien, contra el vibrador con que se masturbaba.

En algún momento ella dejó de masturbarse y levantó aún más el culo, al tiempo que posaba sus mano en el mío empujándome más, acelerando más el ritmo hasta que quien sabe cuanto tiempo después, explotamos más o menos al mismo tiempo.

-AAAAAAHHHHHH….-

-SSSSIIIIIIIIII….-

-MMMMMFFFGGGG…-

Cuando volvimos a tener una respiración más o menos aceptable, nos encontramos que Virginia estaba a nuestro lado con un par de toallas húmedas para limpiar un poco el desastre de semen y otros diversos fluidos que cubrían nuestros cuerpos, aunque de vez en cuando, en vez de usar las toallas, usaba su lengua.

Una vez “limpios” nos acostamos los tres en la cama a conversar mientras volvían las ganas.

-Enséñame cómo es eso del plug- le dije a Virginia

-Claro, pensé que los conocías- me dijo buscando el plug que, por cierto, lo había limpiado con una de las tallas húmedas para eliminar cualquier olor.

-Mira- me dijo enseñándomelo- Básicamente es un pequeño dildo con una parte plana para que no se te meta demasiado y un estrechamiento para que no se te salga-

-¿Como es eso?- preguntó Lin -No entiendo-

-Bueno, básicamente tu no quieres que un juguete se te “pierda” en el culo- le respondió Virginia

-¿Cómo que se me pierda?-

-Bueno. Imagínate este juguete- dijo Virginia tomando un dildo sencillo. Un cilindro color blanco de unos 25 centímetros de largo y unos 15 mm de grosor, un poco más delgado que mi güevo -Es perfectamente liso para que no te haga daño y es puntiagudo para que te entre fácil-

-En el otro extremo tiene el botón de prenderlo y apagarlo. Este aquí. Mira- y se lo enseñó a Lin -Ahora no funciona porque es muy viejito y se echó a perder. El caso es que si juegas con él en tu vagina, no hay problemas. Probablemente ni siquiera te quepa todo. Cuando llegas a cierto punto, la punta choca con tu cerviz o con el fondo de tu vagina y no pasa nada-

-Ok- dijo Lin.

-Ahora imagínate que decides metértelo por el culo-

-¿Pero porqué querría metérmelo por el culo?- preguntó Lin.

-Jajaja- reímos Virginia y yo.

-Bueno- siguió Virginia-Primero que nada, en ano tiene muchas terminaciones nerviosas, así que es una zona erótica válida-

-Ugh. No me gustaría meterme nada por ahí- dijo Lin.

-No digas que no. Ya verás que es muy rico. Fíjate que yo me pasé toda la tarde con el plug ¡y me encantó!-

-Bueno, ok- dijo Lin dudosa.

-Pero también hay otros clientes-

-¿Otros clientes?- preguntó Lin.

-¡Claro, los hombres!-

-¿Los hombres se meten un dildo por el culo? ¡No puede ser!-

-Jajaja- volvimos a reír Virginia y yo.

-Claro que si- intervine -También es una zona erótica para nosotros-

-¡El culo es territorio común! Jajaja- dijo Virginia riendo -Pero resulta además que los hombres tienen una cosa que se llama próstata. Que gracias a Dios no tenemos nosotras porque tiende a que le salga cáncer-

-¿Cáncer? ¿Cáncer la enfermedad?- preguntó Lin.

-El mismo- respondió Virginia -Pero presta atención porque es importante. Así como nosotras tenemos un punto G, ellos tienen un punto P en la próstata-

-¿Un punto P?- preguntó Lin.

-No sabía que tenía nombre- añadí yo.

-Bueno, no sé si es un nombre válido, pero así lo he visto escrito. El caso- continuó Virginia es que si estimulas el punto P, los tipos acaban inmediatamente-

-¿Inmediatamente?-

-Bueno. Más o menos. Preguntémosle a este hombre que tenemos aquí. ¿Qué opinas tu Armando?-

-Bueno. No tengo ninguna experiencia con eso- respondí sinceramente.

-¿Nunca te han masajeado el punto P?- preguntó Virginia

-No que yo recuerde-

-¿Me vas a decir que ninguna de las chicas con quien has estado ni siquiera te ha metido un dedito por ahí- preguntó Virginia incrédula.

-Bueno, sí. El dedo sí- respondí un poco embarazado -Pero no recuerdo que me hayan estimulado el punto P-

-¿Pero te gustó?- insistió Virginia

-Bueno, sí- dije un incómodo.

-Ok. Entonces tenemos tarea- le dijo Virginia a Lin.

-Oigan, no sé si esté de acuerdo- protesté.

-¡No te pongas así!- me dijo Virginia abrazándome y acariciándome la cara y el cuello -No vamos a hacer nada que tu no quieras ¿No es eso lo que nos dicen Uds siempre?-

-Bueno, si- respondí.

-¡Eso!. Sólo que después Uds. hacen lo que les da la gana-

Y luego continuó Virginia:

-Tu reclamas y dices: “No, por ahí no, por ahí no” y ellos te responden “No, no te preocupes, no te lo voy a meter” ¡Y en lo que te descuidas ¡Zas, por ahí te lo meten!-

-¡Pero yo no soy así!- protesté.

-Pero no te preocupes, mi amor, no te vamos a meter nada por el culito. ¿Verdad Lin?-

-Nada, nada- dijo Lin con el dildo en la mano, obviamente disfrutando con la idea de metérmelo.

-Bueno- siguió Virginia -Volviendo a lo que hablábamos antes, los dildos se utilizan muchas veces en el culo. El problema consiste, entonces, que como el culo no tiene fondo…-

-¿Cómo que no tiene fondo?- preguntó Lin.

-¡Ay! Amiga. No tiene fondo. Detrás del ano está el intestino grueso y luego el intestino delgado y allí puedes esconder un… ¡un tren completo, con todo y locomotora!-

-¡Oh!- dijo Lin sorprendida.

-De hecho son increíblemente comunes las personas que llegan a las emergencias con algo metido por ahí abajo. Botellas, destornilladores, ¡que sé yo!-

-¡No puede ser!- volvió a decir Lin.

-Bueno pues, el caso es que un dildo como éste puede deslizarse completamente dentro del intestino y después puedes tener problemas para sacarlo-

-¿Y no puedes… no sé… ir al baño?-

-Ay amiga, la verdad es que no te lo puedo decir todo. Yo tampoco soy una experta, pero desde luego, lo mejor es evitar que suceda eso poniéndole un tope al dildo ¿ves? Es esta tapa de atrás-

-¿Pero no podría eso también metérsete adentro?-

-Si, claro, pero es más difícil ¿Ves? Primero está este cono con una punta más delgada para que sea más fácil meterlo. Después está esta zona más delgada para que músculo anal, el músculo que cierra el ano, lo sujete en su puesto y finalmente la tapa para que no se meta completo-

-Es verdad- dijo Lin -¡Qué ingenioso!-

-La industria de los juguetes sexuales es muy vieja. En Pompeya, allá en los tiempos del imperio romano, ya existían. Los han encontrado en las ruinas-

-¡No puede ser!- dijo Lin encantada.

-Obviamente no eran de materiales sofisticados como los de hoy en día, pero por la forma, no había ninguna duda de lo que eran-

-¿Y de qué eran?-

-Principalmente de madera. Hábilmente tallados para darle la “forma” correcta. Jajaja-

-Wow-

-Bueno, querida. Ya basta de hablar ¿Quieres probar uno?-

-Oh, no sé- respondió Lin.

-Vamos. No te arrepentirás-

-Bueno. Está bien- aceptó Lin.

-Ok. Vamos a usar este pequeñito para que no te cueste mucho-

-Ok-

-Punte en cuatro- le dijo Lin.

-¿En cuatro?-

-Si, chica. En las manos y las rodillas-

-¡Ah! Ok- respondió Lin poniéndose en posición.

-Ahora vamos a ponerte bastante crema para que no tengas problemas. Recuerda que el gran problema con el culo es que no tiene lubricación propia como la vagina, por lo que hay proporcionarla externamente-

Entonces, Virginia tomó un pote de lubricante y echándoselo en los dedos, se lo restregó a Lin en el culo.

-Ooohh… está frío- protestó ella.

-Jajaja. Es verdad, se me olvidó calentarme las manos. Ahora voy a ponérselo al plug también- dándomelo después a mí.

-Ahora te lo va a poner Armando- le dijo a Lin susurrándole al oído mientras la acariciaba.

Yo me acerqué al culito de Lin y me apoyé en sus caderas, mientras la acariciaba.

-¿Te he dicho que tienes un culito precioso?- le dije.

-No recuerdo que me lo hayas dicho antes, pero está bien. Me encanta- respondió Lin.

-¡Ah! Es cierto. Tienes la piel lisa y con las curvaturas adecuadas en los sitios adecuados- seguí diciéndole mientras deslizaba el plug por entre sus nalgas.

-Mmmm… gracias… mmmm-

Miré hacia adelante y vi que Virginia estaba besándole el cuello y se acercaba a su boca, mientras que con las manos le acariciaba el pecho.

Entonces, cuando aprecié que ya estaba lista, puse la punta del plug en su ano y empuje un poquito, sin lograr que penetrara nada. Así que volví a comenzar a recorrerle el culo y la vulva con el plug. Metiéndoselo inclusive un poco en la vagina.

-¡Por ahí no es!- dijo Lin.

-Yo sé querida, sólo estoy jugando contigo-

-Muy bien… mmmm- respondió gimiendo ante los labios de Virginia que presionaban contra los de ella.

Yo acerqué también mi boca y le mordí una nalga suavemente.

-Mmmm…- volvió a gemir Lin.

Y a continuación le puse de nuevo el plug en el ano y empuje más duro. La punta se introdujo un poco, pero no mucho más.

-Ahora aspira profundo, luego expulsa el aire y relájate un poco- le dije

Así hizo Lin y cuando se relajó, empujé con más fuerza y el plug entró.

-¡Aaahhh!- gimió Lin.

-¡Muy bien!- le dije, dándoles varios besos en las nalgas. Aunque luego me pareció más divertido si los besos me conducían a su vulva que enrojecida y húmeda pedía a gritos más caricias.

-Es… muy raro… - dijo entonces Lin -Siento como si tuviera ganas de…-

-Si, así es- le dijo Virginia -Es la respuesta natural del cuerpo, que piensas que estás… bueno, que estás haciendo-

-Si, pero no se sale-

-Exacto. Ese es el truco de la geometría. Tienes que sacarlo con la mano. La idea es que no se te salga solo cuando andas por ahí, jajaja. ¿Te imaginas que estás parada conversando con un tipo y de repente, ¡pun! suena algo en el suelo y dices “Ah, perdona, es que se me cayó el plug”, jajaja-

Yo tuve que dejar de comerme su vulva para reírme, lo que creo que no le gustó a Lin, que hubiese preferido que siguiera comiéndomela. Pero entonces ella misma se volteó y con cuidado se sentó de frente a nosotros.

-¿Puedo sentarme, no?- le preguntó a Virginia

-Claro, quizás te incomode un poco, pero no se va a salir… ¡ni a meter más, tampoco! Jajajaja-

-Bueno… no, está bien. No me molesta, por el contrario… es agradable-

-Claro que es agradable- ripostó Virginia -Si no, no hubiese pasado la tarde con eso metido en mi culo. Jajaja-

-Muy bien- dijo Lin entonces, ahora que estábamos todos sentados en un triángulo -¿Cuál es tu juguete favorito?-

-Oh, no se…- dijo Virginia revisando la caja -Todos tienen su momento. Algunos, como éste- dijo mostrando uno grande de color marrón. Mucho más grande que yo -sólo lo uso cuando estoy muy excitada. Muy hornig, como dicen los gringos. En ese momento quieres que te cojan duro y si no tengo a Armando disponible, agarro a éste-

Entonces se lo puso en la entrada y se lo deslizó por la vulva, pero sin metérselo. Luego lo dejó en la caja.

-Otras veces quiero jugar y me pongo éste en la vulva- dijo Virginia sacando un corto cilindro plateado -lo sujeto con la pantaleta y me visto. Tiene un control remoto y lo puedo activar en cualquier parte-.

-¡No puede ser! ¿Sales con eso a la calle?-

-Bueno. No he ido muy lejos. Sólo he caminado por los alrededores con él puesto, pero tengo la firme intención de ir un día a la cafetería o a la farmacia con él metido dentro y prenderlo y apagarlo-

-¡Tenemos que hacerlo!- dijo Lin emocionada -Salimos juntas y me dejas el control remoto-

-¡Ah, no! El control remoto lo manejo yo- dije yo -Es más, vamos a comprar otro y salimos los tres, cada una de ustedes con su vibrador y yo con los dos controles-

-¡Aceptado!- dijeron las dos.

-Aunque sería mejor todavía si fuesen tres controles remotos- añadió Virginia

-¿Tres?- preguntó Lin.

-¿Y es que él no puede llevar también uno en el culo? Jajajaja-

-Jajajaja- rió Lin.

Yo no me reí.

-Bueno, pero mi favorito y el que más utilizo es éste- continuó entonces Virginia sacando un juguete rosado y blanco. Tenía la forma general de un dildo: un cilindro de unos 20 cm de largo y unos 3 de diámetro, pero lo que más llamaba la atención era que por un lado le salía un apéndice, otro pequeño cilindro que se iba paralelo al principal y que terminaba en unas “orejitas”.

-Este es un rabbit- dijo Virginia enseñándonoslo -Este señor no sólo vibra, sino que se retuerce-

-¿Se retuerce?- preguntó Lin.

-Mira- dijo Virginia encendiéndolo. Enseguida el sonido de la vibración nos mostró lo poderoso que era el motor, pero luego ella le giró otro botón en la base y el juguete empezó efectivamente a retorcerse, es decir ya no era un cilindro perfecto, sino que se doblaba un poco en todas las direcciones, especialmente en la punta.

-¡Wow!- exclamó Lin -Me imagino que ese movimiento se siente todo por dentro-

-Así es- respondió Virginia, -pero además vean esto-

Entonces volvió a pulsar uno de los botones de la base y el pequeño cilindro paralelo empezó a vibrar, especialmente las “orejitas”.

-Estas te acarician el clítoris mientras te masturbas- dijo entonces Virginia metiéndose poco a poco el dildo hasta que las orejitas empezaron a acariciarle el clítoris.

-Mmmm- gimió de placer Virginia moviéndolo un poco buscando la mejor posición.

-Oooohhhh… - dijo Lin -Parece maravilloso-

-¡Es maravilloso- respondió Virginia

-Casi que me siento inútil- dije entonces yo.

-Ay no, querido- dijo entonces Virginia acariciándome la pierna que estaba cerca de ella -Nada sustituye realmente a ese pedazo de güevo tuyo. Por más que vibren, salten o se retuercen, nada es mejor que un hombre cogiéndote-

-¿Y entonces?-

-Bueno, el caso es que Uds. cogen una vez y luego… se desinflan. Hay que esperar media hora, una hora o hasta tres días para que tengan ganas otra vez. En cambio éstos… lo peor que puede pasar es que se te gasten las pilas, jajaja!-

-Es un buen punto- dijo Lin -¿Me lo prestas para probar?-

-Ay amigaaa… ¿no te importa probar con otro?… éste está tan rico…-

La verdad era que Virginia parecía estarlo disfrutando mucho. Parecía usarlo de dos formas distintas. La primera era como lo tenía ahora, con el dildo principal en la vagina y el pequeñito vibrando contra su clítoris. Luego se lo sacaba y deslizaba la cabeza vibrante por la vulva y por el clítoris, acariciándose externamente. Al cabo de unos instantes se lo metía de nuevo y empezaba de nuevo otra vez.

De pronto y sin dejar de masturbarse, le dijo a Lin: -Usa el bullet-

-¿Cuál es el el bullet?- preguntó ésta.

-Ya va, déjame buscártelo-

Entonces se metió el rabbit lo más adentro posible y dejándolo por su cuenta, se asomó en la caja.

-No- dijo sacando una cilindro negro con una punta cónica en un lado y un bulbo en la otra punta -Utiliza mejor éste. Este es un aparato de “masajes” con el que te puedes dar masajes en el cuello, en la espalda y en donde es más efectivo ¡en el coño! Se llama “wand”-

Entonces le enseñó a Lin dónde prenderlo y luego ella misma se lo puso en el clítoris.

-OOOOHHHH… - gimió Lin cuando sintió la cabeza vibrando contra su clítoris.

Luego de jugar con ella unos momentos, Virginia se lo entregó a Lin:

-Toma úsalo tú misma- y se volvió a recostar y a agarrar su rabbit para seguirse masturbando.

De pronto me di cuenta que frente a mí tenía a dos hermosas chicas en la flor de su belleza, desnudas y masturbándose, ¡qué espectáculo más bello! Así pues, me recosté y me puse a disfrutarlo.

Ambas tenían los ojos cerrados, concentradas en sus cuerpos y en el placer que ellas mismas se proporcionaban. Virginia seguía con el rabbit adentro y afuera de la vagina. Lin tenía menos alternativas porque su juguete no era para metérselo en la vagina, sólo era vibrador, así que ella sólo podía jugar con su clítoris. Sin embargo, al igual que Virginia, no lo dejaba en la misma posición siempre, sino que cambiaba el ángulo o lo alejaba y lo acercaba. En un momento determinado se puso la cabeza vibradora que era bastante gorda en la entrada de la vagina y empujó hacia adentro, metiéndola un poco.

Ambas jugaban también con sus manos en sus tetas, pero aunque no era evidentemente el tema principal, obviamente les producía un placer adicional. Cada una a su modo, se masajeaban las tetas o se pellizcaban los pezones alternativamente.

Yo ya tenía el güevo parado y también jugueteaba con él descuidadamente. Obviamente no pensaba masturbarme, pero tampoco podía evitar acariciarme.

-¿En qué piensas, Armando?- dijo de pronto Virginia.

-¡Oh!- respondí sorprendido por la pregunta -Que soy realmente un hombre afortunado en presenciar este hermoso espectáculo-

Lin había abierto los ojos también y me veía la cara, pero también me miraba el güevo y se podía ver que estaba decidiendo si seguía masturbándose o buscaba como involucrarme.

-Si. Realmente lo eres- continuó Virginia -pero nosotras también lo somos porque te tenemos ahí para jugar con nosotras. Podemos masturbarnos todos los días, pero no tenemos un güevo tan rico como el tuyo… ni un cuerpo… ni… mmmm ¿Qué opinas Lin?-

-Estoy perfectamente de acuerdo contigo. Lo único que añadiría que, a pesar de que este juguete es muy rico, creo que está llegando el momento de que involucremos a Armando ¿no te parece?-

-Me parece muy bien- respondió Virginia -La otra vez él me cogió a mi primero y terminó contigo ¿Qué te parece si ahora te coge a ti primero y después me le hace a mi hasta acabar dentro de mi?-

-Mmmm… me parece muy bieeeen…- dijo Lin.

-¿Y no me van a preguntar a mi qué opino?- dije yo.

-Te podemos preguntar, si tu quieres, pero igual vamos a hacer lo que nosotras queremos. ¿Sabes qué es así, no?- dijo Virginia.

-Es cierto, jajaja- respondí.

-Entonces, si estamos de acuerdo, ¿porqué no procedes a cogerte a Lin mientras yo los veo? Eso sí, no vayas a acabar, porque quiero que me cojas por el culo y me llenes con tu semen por dentro-

-¿Y eso?- preguntó Lin.

-No sé. Esta mañana me dieron unas ganas locas de sentir a Armando en el culo. En parte fue por eso fue que me puse el plug-

-Ah, ok- dijo Lin.

-¿Cómo quieres ahora Lin?- le dije acercándome a ella.

-La verdad es que no sé-

-¿Puedo sugerirte que te pongas en cuatro? Así, cada vez que él empuje, también voy a empujar el plug y será como una doble penetración-

-¡Ah!, muy bien- dijo Lin poniéndose sobre sus manos y rodillas, ofreciéndome su pálido y bello culo, en cuyo centro brillaba el plug rojo como una joya.

Entonces me arrodillé tras de ella y deslicé mi güevo por su vulva que ya estaba mojada y lista. Luego lo puse en la entrada de su vagina y empujé un poco.

Añadido a la natural estrechez de Lin, la presencia del plug hacía la vagina todavía más difícil de penetrar, pero esta vez ella, en vez de esperar pacientemente, empujó con fuerza hacia atrás y se encajó ella misma.

-Aaaaahhhh… siiii…- gimió cuando el güevo le entró hasta la mitad.

Yo esperé un momento a que se acostumbrara a la dilatación y luego retrocedí antes de empujar de nuevo, pero ella pensó lo mismo y al mismo tiempo que yo retrocedía, ella hizo lo mismo y se movió hacia adelante, con lo que se le salió todo el güevo.

-Ooooohhhh… nooo… estamos de-sincronizados- dijo.

-Déjame moverme a mí- le dije -y después tu añades tu movimiento-

Entonces me agarré el güevo otra vez y poniéndoselo en la entrada, se lo metí de nuevo, sin ningún preámbulo. Esta vez la resistencia fue menor y lo pude meter con facilidad hasta la mitad.

-Mmmm…. siii…- gimió de nuevo Lin.

Luego le agarré las caderas y empujé de nuevo, con lo que se lo metí hasta el fondo. Mi pubis chocó inclusive con el plug y lo movió un poco.

-Oooohhhh…. siiii… queee ricoooo…-

Me quedé un momento así, apretándola contra mí y luego me moví un poco hacia los lados, haciendo que mi güevo rotara dentro de su vagina.

-Mmmmm… siiii-

A partir de ese momento, comencé a cogérmela con ganas. Ella respondió  con las mismas ganas y también empezó a mover sus caderas. Al comienzo despacio, aprendiendo cuánto podía hacerlo para acompasarse a mí y que no se nos saliera el güevo otra vez. Y aunque un par de veces llegamos al límite, pronto nos acompasamos perfectamente.

-Siii… asiii…-

-Maaasss duroooo….-

-Despacio ahoraaa…-

Comenzó ella a darme instrucciones y aunque yo no estaba seguro de que seguía sus indicaciones al pié de la letra, parecía satisfacerla bastante bien.

Entonces un ruido a mi lado me llamó la atención y pude ver que Virginia, que había seguido masturbándose con el rabbit, se había movido metiéndose debajo de Lin hasta quedar con su cara a la altura de sus tetas. Entonces Lin bajó su pecho y lo permitió que Virginia se las mordisqueara. Yo no podía ver lo que sucedía entre ellas, sólo podía interpretar los movimientos de las dos chicas y el cambio en los gemidos de ambas.

-Muérdemelaaas… maás durooo… - era una instrucción de Lin que obviamente no iba dirigido a mi.

Y así siguieron pasando los minutos y pronto Lin estuvo fuera de control, empujando contra mi y contra la boca de Virginia, gimiendo sin parar.

-AAAAHHHHH…. SSSIIII… MAASSS…-

Finalmente se derrumbó hacia adelante sin poder controlar más su cuerpo, mientras temblaba presa de un orgasmo increíble.

-AAAAAHHHHH…..YYYAAAAA…. BAAASTAAA…No pueeedooo maaasss…-

Sus piernas temblaban tanto que no pude mantenerme sobre ella y dejé que se me escapara.

-Sácame estooo… por favoor…- gemía tocándose el plug, hasta que Virginia se lo sacó.

Eso pareció volver a excitar el orgasmo, pues empezó a temblar y a gemir de nuevo.

-Oooohhhh…. otraaa veeez…. ahhhh-

Finalmente se acostó en posición fetal, alejándose de nosotros en un extremo de la cama.

-Es mi turno- dijo entonces Virginia poniéndose en cuatro como estaba antes Lin.

-¿Estás lista?- le pregunté.

-Desde esta mañana- fue su corta respuesta.

Entonces empecé a buscar el lubricante, pero ella me detuvo, mientras movía el culo de lado a lado como un perro que mueve su cola contento.

-No te preocupes. Ya lo tengo bien lubricado y tu seguro que también lo estás- me dijo.

Entonces me arrodillé tras ella, como había hecho con Lin y me agarré el güevo para penetrarla.

-No, no. Déjame a mi- dijo ella -Es mucho más fácil si yo lo pongo en posición-

Entonces dejé que ella me agarrara. Se puso la cabeza del güevo en la entrada de su culito y yo empecé a empujar.

-No, no, todavía no- dijo moviéndose hacia adelante para impedir que la penetrara.

Después que retrocedí, Virginia volvió a ponerse la punta del güevo en el ano y entonces me dijo:

-Empuja ahora despacio-

Y yo comencé a empujar y ella a mantener la posición. La cabeza del güevo presionaba contra el ano, pero éste no cedió.

-Sigue empujando- repitió Virginia.

Y yo seguí empujando hasta que poco a poco fui sintiendo como el ano se iba abriendo hasta que llegado a cierto punto, mi güevo entró un poco.

-Uuhhhrrggg… es muy grandeee…-

-¿Quieres que lo saque?-

-No, no, sólo déjame que me acostumbre. No te muevas-

Pasamos unos segundos así y de pronto, Virginia empujó el culo hacia mí y la cabeza del güevo entró completo.

-Uuuhmmm… ya pasamos lo más difícil- dijo ella.

La presión de su músculo anal era increíble, presionándome con fuerza.

Entonces ella volvió a empujar hacia atrás y medio güevo entró en su culo.

Virginia paró otra vez para coger aire, luego volvió a empujar y sus nalgas chocaron contra mis piernas. ¡La había penetrado completa!

-Uuuuhhhhgggrrr…. me tienes reventada… perooo…. ya está pasando…-

Ahora la pausa fue un poquito más larga, al cabo de la cual, Virginia se separó un poco y el güevo salió un par de centímetros.

-Mmmm…. ya estaaa… mejor-

Entonces lo volví a meter hasta el fondo y así comenzamos a tirar con ganas.

En algún momento sentí que Virginia había tomado de nuevo el rabbit y había comenzado a masajearse el clítoris. Con el añadido que las vibraciones me las trasmitía a mí apoyando también el juguete contra mi güevo.

No sé cuanto tiempo pasamos así, gimiendo y sudando sin parar hasta que finalmente vacié mi semen en sus intestinos mientras gemíamos y temblábamos en nuestros respectivos orgasmos.

Una hora después estábamos de nuevo los tres conversando en la cama, recuperándonos de la ronda anterior. Las dos chicas, sobre todo, estaban preparando la coreografía para la siguiente sesión.

-Creo que lo mejor es que Armando se acueste boca arriba tú y yo- decía Virginia -nos ponemos encima de él. Una encima de su cara y la otra encima de su güevo-

-¡Qué buena idea!- respondía Lin -¿Cómo decidimos quién se pone donde?-

-Bueno, podemos decidirlo a la suerte o mejor todavía. Pasamos cada una 10 minutos en una posición y luego nos cambiamos-

-Qué bueno. Vamos a hacerlo-

-Ay, pero primero tenemos que esperar a que se le ponga duro-

-Yo opino que no tenemos que esperar. Vamos a ser pro-activas y ¡se lo mamamos hasta que se ponga duro!-

-¿Puedo opinar?- dije.

-Claro, mi amor- respondió Virginia -Puedes opinar todo lo que tu quieras, pero nosotras vamos a hacer lo que queramos.

Por un momento pensé que sería mejor que me fuera, pero realmente ya estaban las dos comiéndome el güevo y la fuerza de voluntad para levantarme e irme estaba disminuyendo aceleradamente.

EPILOGO

Unos días después mientras almorzaba en la cafetería de la universidad, dos rubias despampanantes se acercaron a mi mesa, sentándose sin preguntar.

-Hola ¿Tú eres Armando?-

-Si, yo soy Armando- respondí viéndolas a las dos con ojos interesados -¿Y Uds son?-

-Yo soy Brigitte-

-Y yo Jean. Estudiamos primer año. Somos danesas-

-Encantado, Brigitte y Jean-

-Hemos oído un rumor por ahí y pensamos que a lo mejor tú nos podrías ayudar con un problemita-

-¿Si? ¿Y qué rumor es ese?-

-Bueno, todo el mundo comenta que tu… Ay, me d un poco de pena- dijo Brigitte.

-¿Es cierto que tú…- continuó Jean -se lo hiciste a Lin?-

-¿Y que tú eres la causa de que ella tenga desde hace unos días una sonrisa boba en la cara?-

Fin

Abril, 2020.