La amante secreta del concejal: que buen sexo!

Como me convertí en la amante de un político en un mundo donde todo les ha sido prohibido

LA AMANTE SECRETA DEL CONCEJAL

QUE BUEN SEXO!!!

Me encanta el sexo (bueno ¿a quien no?). Me inicie mal en ese mundo debido a un sin experiencia y eyaculador precoz. Pero una vez liberada de él, logre conocer a otros amantes que me ofrecieron buenos, buenísimos ratos que me hicieron olvidar esa primera vez.

Soy una mujer de cuarenta años, bajita (mido apenas 1,50 m.), buen cuerpo (soy maratonista), y con un culo y unas piernas que envidiaría cualquier muchachita de 15 años. El deporte logra mantenerme joven, por ello los  hombres cuando me ven en un primer momento piensan que es una jovencita y luego se dan cuenta de su error. Asombrándose, con mi placer, de mi cuerpo a mi edad.

Trabajo por mi propia cuenta, es una labor seria y hasta aburrida, pero alguien tiene que hacerla, soy abogado de éxito. No soy millonaria pero vivo con comodidad. Gracias a mi trabajo me relaciono con personas importantes y serias, demasiado serias. Hace algún tiempo conocí a un hombre moreno, ojos oscuros, delgado, once años mayor que yo, nada llamativo, pero con un no se qué que llama la atención. Y a mi me había llamado la atención pero no me excitaba, era feito. Nuestro trato siempre fue bueno, atento, pero con los límites que exige nuestro entorno. Un entorno político, donde nadie puede tener nada incriminatorio o te caes, y Antonio –así se llama el susodicho- tenia que cuidarse debido a su cargo. Así que si quería algo con él era a escondidas, por lo que tenia que atenerme a eso. Y de verdad, no quería ni me llamaba la atención una relación así.

Recuerdo que una vez salí a correr, llevaba unas shorcitos pequeños y una blusa de tiras ajustada al cuerpo. Estaba sudada y lo vi. Había detenido su auto y me observaba. Sus ojos tenían un brillo especial y al acercarme solo me dijo: “yo solo y tú sola, los dos nos acompañamos”. Sonrió y arrancó con su auto. Me sonreí, “le gusto” - me dije.

Paso el tiempo, yo seguí en lo mío, trabajando y corriendo. El en su entorno político, con tal cual miradita furtiva a escondidas.

Así llego diciembre. Había un hombre que me insinuaba tener una aventura con él. Todo un tipazo, estaba buenísimo… pero con un defecto: CASADISIMO.

Yo no quería eso en mi haber, así que cuando Antonio comenzó a llamarme e insinuárseme, lo deje hacer. Yo llevaba una buena temporada sin sexo, y una mañana me entró una calentura que me tenia en continua excitación. Ya estaba que caía en la tentación con el casadisimo, cuando recordé a Antonio y me dije “¿por qué no?, Mato las ganas con él sin enamorarme y no le hago daño a nadie”.

Así que lo llamé y le pregunté que donde estaba, me dijo que en el apartamento de un amigo en común, que si quería me esperaba. Le dije que si. Colgué y me bañe, ansiaba quitarme las ganas. Me coloque mi ropa deportiva y baje al apartamento. Toque y él me abrió. Entre y comenzamos a charlar tranquilamente pero con los nervios de estar solos en un lugar intimo. En un arrebato Antonio me abrazo y comenzó a besarme y yo lo bese. No se si eran las ganas pero me deje hacer. Ni recordé que era feito.

Caricias iban y venían, los besos se hacían más intensos. Entonces Antonio me llevó a la habitación principal y me acostó en la cama, no dejaba de acariciarme y besarme. Mi culito me escocía, sentía una gran excitación después de tanto tiempo sin sexo. Sin aguantar mas le quite la franela, él sintió mi excitación y me quito la blusa, el pantalón, saco mi sostén acariciando mis senos, no dejaba de besarlos, lamerlos, chuparlos, apretarlos, me ardían de tanta atención pero me hacia gemir sin parar.

Fue bajando su lengua hasta el vientre, que me saltaba por dentro. Yo estaba excitada, sin voluntad, sentí que me quito el hilo negro que me había colocado, estaba mojadísima y me lo dijo: “Huuuuummmm, mamita estas riquísima, toda mojadita, quiero chuparme ese coñito rico, beberme toda tu lechecita”. Cuando sentí su lengua en mi totonita, me quede sin cerebro, ya no pude razonar ni acoplar ningún pensamiento, solo sentía. Me lamia, chupaba y mordía con un ansia que no esperaba. Sentía sus dedos entrando y saliendo de mi totona, me corrí no una sino muchas veces y él no se retiraba. Con su otra mano no me dejaba los senos sin acariciar. Parecía que quería comerme la totona, arrancarme los senos… y lo mejor, solo quería darme, no me dejaba tocarlo, hacerlo sentir lo que yo sentía.

“Gózalo mami, hoy todo es para ti”. Guaao, me sentí perdida en un mundo de placer, su lengua y sus dedos hacían maravillas. Ningún hombre me la había chupado así (porque hay unos que ponen esa cara de sacrificio y asco), pero no él. Mi clítoris estaba hinchado y su lengua hacia maravillas para colmarlo de placer.

“Siente, déjate hacer, que yo gozo con tus gemidos y gritos”. Hasta ese día no sabia que era multiorgásmica, una y otra vez me corría y cada vez que lo hacia él lamia y bebía mis jugos. “Rico, rico” eso era lo que decía una y otra vez. Cuando ya estaba en mi límite de mi gozo, le dije, “no aguanto mas, métemelo ya, necesito que me cojas”. Y así lo hizo. Tome su verga en mis manos, un respetable pene de buen tamaño y grosor que me hizo estremecer cuando entró. Al Principio dolor, pero después perdí la conciencia sumergida en el placer que me daba.

Separe mis piernas lo mas que pude, quería sentirlo todo adentro. Comenzamos con un variado mete-saca, yo colocaba mis piernas a un lado, en sus hombros, subía una y bajaba la otra, no me quedaba quieta, todo por lograr mas placer. Él me coloco abajo, encima, pegada a la pared. La pasión de nuestra relación, por ahora prohibida, se desbordaba.

Pero el acabose fue cuando me coloco con el culito levantado. Me perforó la totonita desde atrás, duro y sin contemplaciones. Yo tenia la cara pegada a la cama, agarrada de las sabanas y gritando como una desaforada. “Así papito, que rico, dame mas, mas, me gusta como me lo haces”, eso lo excitaba mas y me daba durísimo. Me castigaba las nalgas. Gritaba “me cooorrrrooo”. Lo frene, no estaba protegida, entonces me arrodille frente a él y metí su verga en mi boca, “termina pero en mi boca papi, lléname de ti”, chupaba cual golosa, y él gritaba una y otra vez, comenzó a meter sus dedos en mi totona. Sentí que se venia y mi boca lo esperaba. Las olas del orgasmo venían una y otra vez. Bebí su leche mientras acababa junto con él, subió  mano y lamio mis jugos, luego nos fundimos en un beso profundo, nuestro jugos combinándose, nuestro sudor mezclándose. Terminamos de lo mas rico y me convertí ese día, huyéndole a una aventura con otro hombre,  en…

La amante secreta del Concejal.

Continuara… Les contare paso a paso esta aventura de la vida real… Cambié el nombre de los personajes pero lo demás esta tal cual como pasó.

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