La amante secreta del concejal: el fin

Culmina esta historia, de una manera muy placentera

EL FIN

Una vez terminé de correr para alejar toda esa energía confusa de mi cuerpo me dirigí a la cabaña. Cuando entré observe que todos estaban listos, bañaditos, fresquitos y ya vestiditos. Asdrúbal acomodaba una media limpia sobre su yeso y me dijo “el baño es todo tuyo”. Tomé mi bolso y entre al baño sin mirarlo, me sentía confusa y su presencia no me ayudaba a aclarar mi mente.

Me di una ducha relajante, pensaba una y otra vez en esos dos hombres. Ambos no me daban seguridad de nada, y sinceramente, yo ya no quería estar sola “a la mierda” pensé “ya esta bueno de aventuras, me voy a quedar quieta”. Salí de la ducha y me vestí dentro del baño. Una vez vestida salí hacia la habitación y me vi sola, me calce y salí. Me dirigí al restaurant a desayunar.

Cuando llegue allí vi a Antonio abrazado a su mujer y a Asdrúbal sonriendo esperándome, me senté a su lado, me dio un beso en los labios y me dijo “buenos días mi corazón, ¿dormiste bien?”, yo solo sonreí ante su picardía, ordene mi desayuno y entable una conversación con él.

De vez en cuando observaba a Antonio, algo había cambiado en la relación con su ex, él respondía a sus abrazos y besos. Entendí lo que había pasado, “la reconciliación” me dijo Asdrúbal al oído. Estuve de acuerdo con él, “Bueno. Se terminó, fue tremendo mientras duró” pensé. Me di cuenta que no dolía, como supuse no estaba enamorada solo tenia sexo fogoso con alguien experto en el tema y mas nada. Ustedes dirán ¿y lo de esta mañana? Pues entendí que era la despedida, su despedida.

Termine de desayunar más tranquila y con la mente clara. Asdrúbal se desvivió en atenciones. Nos dirigimos al auditorio, tomados de la mano. Todos nos observaban picaros y burlones. “Estos ya son novios” decían. Yo acepte la cosa como si tal. Si es una oportunidad que me dio la vida que así sea, Se fue uno que lo hacia bien pero el que llego se le mide igual o hasta mejor.

Todo el día nos lo pasamos en el taller, entre caricias y besos tiernos que animaban el ambiente aburrido. Llegada la noche nos dirigimos a cenar y al culminar Asdrúbal y yo entramos en una discoteca que hay dentro del complejo turístico junto a otros compañeros. Comenzamos un baile grupal bastante alegre. Cada uno con su pareja hacia payasadas para reírnos y pasar el rato libres de estrés. Asdrúbal debido a su pierna solo nos observaba y alentaba desde la mesa. Bailé un rato y después me senté junto a él, ya cansados de mirar decidimos retirarnos.

Dejamos a nuestros compañeros allí y nos fuimos. El frio de la noche fue excitante después de la atmosfera enrarecida de la disco. Caminamos agarrados de la mano, sin rumbo fijo, no hablamos solo caminamos a un paso lento y tranquilo.

Llegamos a un mirador. Solté su mano y me dirigí hacia la baranda, coloque mis manos en ella, estaba fría, era algo baja, lo que me obligaba a inclinarme un poco. Asdrúbal se coloco detrás de mí. Parecía envolverme con su cuerpo. Sentí que mi pulso se disparaba, con mi trasero rozaba su bragueta. Trague saliva y procuré concentrarme en la vista ante mi y el frio de la noche, quería ignorar el deseo que se enroscaba en mi interior.

Me colocó una mano en la nuca y la deslizo lentamente a todo lo largo de mi espalda hasta la cintura. Un gemido escapo de mis labios. Sentí sus manos en mis caderas. La postura en que estábamos era tan sugerente, que apenas podía respirar y mucho menos pensar.

Cerré los ojos, mi cuerpo hervía de anticipación. Agarre con mas fuerza la baranda y me incline mas hacia adelante, Asdrúbal me aprisiono los muslos con los suyos, presionando su paquete contra mi trasero, me sentí perdida. Gire la cabeza buscando su mirada y él aprovecho para besarme. Se inclino sobre mi, sus manos cubrieron las mías, comenzó a deslizarlas hacia arriba rozando mis axilas. Su contacto era inocente y ligero, hasta que sus dedos comenzaron a desabrochar los botones de mi camisa, impacientes. La urgencia crecía, tanto en él como en mi.

Una vez que la camisa quedo abierta, me soltó el sostén y mis senos quedaron libres, se endurecieron los pezones, el contacto de esas manos y el frio de la noche combinaban sus caricias. Asdrúbal deslizo sus manos por mis costados, mi cintura, desabrocho mi pantalón y lo bajo deslizándolo suavemente por mis muslos, rozándolos suavemente. Alli estaba yo, desnuda en ese mirador, donde solo la noche me cubría. Él me observaba lujurioso, se pego a mi, solo mi hilo dental y su pantalón se interponían entre nuestros cuerpos.

Adelantando un pie, me obligo a separar las piernas. Sus manos volvieron a mis muslos, delineando con sus dedos su cara interna. Me derretía con sus caricias y sus besos. Sus manos hacían magia, me delineo con los pulgares la intima zona donde se juntaban mis muslos, mientras su boca seguía sembrando mi cuello de besos ardientes. Me sentía viva, impaciente y tan excitada que procuraba impúdicamente apretar mi trasero contra su pelvis. A modo de respuesta, Asdrúbal bajo sus pantalones con todo y ropa interior, su erecto pene se mostro ante mi, me voltee y me puse de rodillas, lleve ese imponente falo a mi boca y comencé a darle una mamada con glotonería.

Metí todo lo que pude de su polla dentro de mi boca y comencé un ritmo lento, chupando, pasando mi lengua por esos lugares sensibles y hasta me arriesgue a hacerle sentir mis dientes de una manera suave y erótica. Él me agarro de la cabeza, mecía mis cabellos y gemía sin control, una  de mis manos estaba en sus bolas, acariciando y palpando, la otra estaba en su polla, cubriendo lo que no podía mi boca, quería hacerlo sentir la pasión que me envolvía. Aumente el ritmo y él con gruñido suave me retiro y me levantó, me coloco otra vez de espaldas, volvió a colocarse detrás mío y deslizo una mano por mi vientre y comenzó a mover sus caderas hacia adelante en un erótico y apresurado ritmo, antes de hundir fuertemente su polla en mi totonita al mismo tiempo que mordía mi cuello.

Arquee entonces todo mi cuerpo, conteniendo el aliento por las eléctricas sensaciones que me asaltaban. Ambos en esa posición, en un sitio donde cualquiera pudiera vernos y con un clima tan frio que la neblina amenazaba con cubrirnos. Pero no sentía nada de frio, solo sentía al macho que me tenia clavada allí. Asdrúbal me aferró por las caderas y se hundió más en mi, una de sus manos buscaba mi clítoris, tras rozar mi depilado coño, sus dedos alcanzaron mi botoncito. Gemí y comencé a temblar, estaba enloqueciendo de placer. Lo que comenzó con un ritmo suave fue incrementándose en un ritmo frenético e intenso, sus bolas chocaban con mis nalgas, mi humedad se mezclaba con su sudor. Ambos estábamos en un éxtasis tan increíble que todo a nuestro alrededor se borro.

La maestría de esos dedos frotando mi clítoris y la magia de su pene entrando profundamente y saliendo de mi, me desgarraron por dentro, incapaz de soportarlo, solté un grito y comencé a convulsionarme de placer. Mi corrida hacia que temblara, su intensidad me tenía anodada, sus grandes manos acunaban mis senos, los apretaba fuertemente, pellizcaba mis pezones. Sus caricias me embrujaban y su pene no paraba, mi orgasmo no culminaba, al contrario, comenzó otro y otro y otro, las sensaciones no paraban y su ritmo se incrementaba aun más, sentía su pene muy dentro de mí hasta casi hacerme daño pero el dolor me producía mas placer. Los orgasmos no paraban y Asdrúbal comenzó a gemir, sabía que estaba a punto de correrse, así que apreté mi sexo, tratando de cerrarlo aun más, él reacciono ante mi presión con un gemido áspero, no pudo aguantar más y sentí como se corría dentro de mí.

Ambos estábamos agotados y felices. Comenzamos a besarnos. Saque su pene y con mis bragas me limpie. Asdrúbal las tomo en sus manos y con una sonrisa las guardo en el bolsillo de su chaqueta. Los dos nos vestimos entre risas, pues nos dimos cuenta que la neblina nos cubría y el frio era intenso.

Nos abrazamos y comenzamos a caminar. Sin hablar aun, el sol salía tras las montañas frente a nosotros y… me di cuenta que esto era el comienzo de otra gran historia.

Espero les haya gustado. Se que no tengo un vocabulario muy morbo pero a algunas personas tambien les gusta eso. Espero sus comentarios. Gracias...