La amante

Cuando era chica tuve un complejo de ser la amante de los novios de mi mama, esta historia es de la primera vez que paso.

(Este es un relato que escribi hace unos años en diversos sitios, hasta hoy no eh vuelto a escribir pero quiero seguir con mis historias por lo cual es justo que empieze delsde el principio)

Bueno no diré el nombre de mi ciudad ni país, así como cambiare los nombres de todos los implicados.

Pueden llamarme Claudia, tengo 25 años y estudio medicina, uno creería que una persona como yo tiene una vida normal y corriente, pues no, yo tengo un secreto que casi nadie conoce, conozco partes de esta ciudad de las cuales muchos se asquearían y muchos tratan de destruir.

Yo tengo un trabajo de medio tiempo por las noches, soy prostituta y bailarina en un lugar muy famoso a las afueras de la ciudad, ¿mi aspecto? Bueno, yo soy medio chaparra y delgada, tengo unos grandes pechos y un grande culo, ambos gracias a cirugías (para que les miento) ya que no era muy agraciada de chica, aunque siempre había sido feliz con mi aspecto.

Muchos dicen que las prostitutas dejan de sentir el sexo ya que es un trabajo, pues se equivocan, yo sigo disfrutando el sexo como cualquier mujer, si es bueno y el otro trata de complacerte.

Bueno basta de introducción, esto que contare pasó hace mucho tiempo, no pondré edad para no molestar a nadie pero cuando digo mucho tiempo significa más o menos a principios de mi secundaria. Mi madre se había divorciado de mi padre y desde entonces vi varios hombres pasar por mi casa, no digo que mi mama era un a zorra o algo así, ella cambiaba de novio cada año mas o menos y los quería de verdad pero nunca encontró algo estable.

Para ese momento yo todavía era una niña, nunca fui la más hermosa ni la más popular pero me gustaba como era, era delgada y bonita, con un semblante de niña y una piel apiñonada y cabello oscuro. En ese tiempo no tenia novio y los chicos aun me causaban cierto disgusto (que tonta ¿no?) pero lo que paso después me marco para siempre.

Había un novio de mi mama, al que llamare Antonio, que era especialmente dulce conmigo, como mi mama era maestra en el turno vespertino de una universidad siempre llegaba a eso de las 11 de la noche. Normalmente yo la esperaba dormida o viendo tele con Antonio, pero un día lo sentí un poco raro.

El era muy guapo, tenia cerca de 40 años pero se mantenía en forma, yo lo quería como a un tío para no decir papa y me llevaba muy bien con el, el y mi mama ya llevaban cerca de medio año juntos y el y yo éramos muy unidos.

Éramos tan unidos que el me llevaba a la cama si me quedaba dormida en el sofá, o a veces cuando estaba llorando en mi cuarto por alguna pendejada el llegaba y me arrullaba hasta que me dormía.

Pero ese día fue diferente, estaba tomándose unas cervezas y había regresado e con sus amigos así que estaba medio ebrio. Estábamos viendo una peli en la tele, entonces la peli saco una escena medio erótica y el le cambio enseguida.

-¿Qué te pasa? No le cambies- dije

-niñas como tu no deberían ver eso-

-Ya no soy una niña, ya casi soy una mujer-

El rio y me volteo a ver

-si eres una mujer grande porque te sigue gustando jugar con muñecas-

Me debí haber sonrojado mucho porque paso mi cabello alrededor de mi oreja y rió en voz baja pidiendo perdón. Esa ves recuerdo que traía un camisón azul que me llegaba hasta las rodillas puesto y abajo solo mis bragas y mi sostén que cubrían mis pequeños pechos.

Volvió a cambiar la tele y vimos la escena erótica, desde entonces se me quedo viendo un buen rato, yo no quería voltear apenada y cuando voltee le pregunte cortantemente:

-¿Qué ves?- yo lo decía en broma pero el contesto

-solo me imagino lo divertido que te veras cuando haga esto...-

Se inclino hacia mi y empezó a hacerme cosquillas, el y yo siempre jugábamos así y no sentí nada de malo en hacerlo esa ves, lo que paso después no me queda aun muy claro así que tratare de describirlo como mejor pueda.

Yo me acosté en el sofá con los pies hacia el tratando de salirme de sus cosquillas y el se hinco por encima de mi a la altura de mi barriga, luego no se si por la inercia del juego o lo hizo el, mi camisón se levanto tanto al punto de enseñar la mitad de mis pechos, mi abdomen y mis bragas. El había quedado con la cabeza a la altura de mi abdomen cuando se detuvo de repente.

Yo que tenía los ojos cerrados no sabía que había pasado y los abrí, lo encontré viendo mi cuerpo expectante, por reacción cerré las piernas y me sonroje peor que nunca. Nos volteamos a ver y nos quedamos en silencio. Estaba petrificada, no de miedo, en mi mente pasaron imágenes de películas y videos porno que había visto en Internet y creí que lo natural era entregarme a el así que abrí mis piernas esperando que el hiciera su movimiento.

El se quedo quieto sin hacer nada como confuso, me recorría el abdomen y la entrepierna con la mirada en un momento que me pareció eterno, como no hizo nada entonces mi mente se recupero del shock y empecé a pensar razonablemente. Me di cuenta de que era el novio de mi mama y que estábamos haciendo algo que estaba mal.

Cerré mis piernas maldiciendo mi estupidez y empecé a bajar mi camisón para taparme, total al final solo había sido un momento vergonzoso en mi vida, pero Antonio hizo algo que no espere. Me agarro de la mano para que dejara de taparme con el camisón cuando estaba llegando al abdomen y empezó a besarme la barriguita.

Yo sentía cosquillas por sus besos pero no me desagrado, sentí como mariposas en mi estomago (aunque suene cursi) mientras el me besaba el ombligo y alrededor, yo empecé a sentir calor y a jadear y el se desinhibía poco a poco, entonces me acorde de mi mama y me dio miedo que se enterara así que quise detener eso.

-no…ja…no debemos…ja…por favor-

El se levanto un poco y me susurro.

-si de verdad quieres que me pare, sepárame con tus manos-

Su voz era calida pero aunque no me veía a la cara pude ver que me deseaba con todo su cuerpo.

Me quede callada y el tomo mis piernas y las quiso abrir, hice un esfuerzo por mantenerlas cerradas pero el acariciaba mis muslos con ternura así que cedí, ya abiertas me empezó a besar la ingle y alrededor de mi braguita, yo me sentía en el cielo, recuerdo que en ese momento solo pensaba en el cosquilleo que me causaban sus caricias. Luego cerré los ojos y disfrute jadeante como el me besaba y lamia mi braguita.

Luego se detuvo y abrí los ojos, el se había acomodado a mi nivel y se abrió el pantalón dejando salir su miembro, no recuerdo su tamaño exactamente pero era un miembro de tamaño normal. Me bajo un poco las bragas para descubrir mi vagina y me apunto su miembro a mi entrada.

-ya no aguanto más, tengo que poseerte ahora mismo-

No recuerdo si conteste o no pero pensé que seria la experiencia mas excitante de mi vida el perder la virginidad, de verdad que estaba equivocada. Cuando su miembro entro en mi sentí un dolor horroroso, como si me partieran en dos, llore y grite pero el no se detuvo, no se porque en los relatos dicen que el dolor se disipa en la primera vez, será porque no saben pero a mi me dolió todo el tiempo, de esa parte solo recuerdo el dolor y que sentí que había durado horas el sufrimiento.

Luego Antonio arqueo su espalda y sentí como su miembro se contraía y liberaba un líquido ardiente dentro de mí, me dio mucho asco y sentí ganas de vomitar pero no pude por el llanto. De verdad que había sentido que era lo peor de la vida, Antonio se salio de mi y se sentó en el sofá, yo lloraba y me agarraba la vagina tratando de mitigar la agonía, cuando me vi la mano estaba empapada en sangre y eso no ayudo en mi sufrimiento.

Antonio estaba callado mirando al suelo y entonces se levanto, me dijo que me bañara porque mi mama ya casi estaba por llegar y que no le contara a nadie, el se encargaría de la ropa y el sofá llenos de sangre. Yo no me pude mover por unos 20 minutos en los cuales Antonio se había metido a bañar, luego trate de pararme pero mis piernas me temblaban tanto que tuve que esperar otros 5 minutos.

Cuando Antonio salio de bañar me vio en el sofá aun sentada pero desvío la mirada cuando lo voltee a ver.

-no me mires así-

Yo llorando renquee lo que pude hasta mi cuarto, lo que había empezado como una noche magnifica me había terminado haciendo bastante daño, me metí a bañar y trate de dormir pero no pude, el dolor me seguía matando. Mi mama llego unas horas después y fingí estar dormida cuando vino a verme.

Los siguientes días cambiaron bastante, Antonio y yo ya no nos hablábamos, el ya ni me veía a los ojos. El y mi mama se separaron dos semanas después, ella llego llorando diciendo que Antonio le dijo que no podía soportar mas el estar con ella etc. Pero yo sabia porque se había ido de verdad.

Dejare este relato hasta aquí por ahora para ver si lo publican, espero poder seguir mandando relatos.