La amante, ella.su vida
La historia de una joven que se enamora d euna amade casa que conoce en unas conferencias, y comienzan una relacion oculta, poco despues nuestra protagonista reencuentra a su amor de adolecencia y la historia tomara otro rumbo
Fue ahí cuando te vi. Con esa cara de inocencia y una tristeza, en instantes supe que no eras feliz yo estaba enfrente de ti a unos metros en medio de una conferencia, tu con tu acompañante y yo solo mirándote, si mirando aquellos ojos tan hermosos de almendra. a la mitad de la conferencia nuestras miradas se cruzaron te avergonzaste y enseguida los desviaste.
Que feliz fui y supe que tu mirada no era común algo me dijo que estaba llena de curiosidad deseo inquietud por descubrir que se escondía tras mis ojos, pero había un impedimento no eras libre tenias una familia, y ahí tu acompañante.
Así pasaron los meses donde nos veíamos y solo m sonreías un poco como avergonzada escondiendo tus ojos con miedo d que yo pudiese leer en ellos el deseo
Era la ultima conferencia de la temporada y después habría una pequeña reunión ese era el momento había pasado muchas noches pensando que seria lo mejor olvidarte dejarte pasar pero esos ojos me decían q tu necesitabas saber que era sentir la magia fluir en ti, esos ojos me decían infinidades de maravillas que el fin decidí q debía conquistarte y después… ya pensaríamos que hacer, ¿volver con los tuyos y yo a mi mundo? tal vez
-Ya se va- le dije respetuosamente
-Si, no tengo tiempo para quedarme un poco mas tengo que hacer las compras de la semana y recoger unos trajes de mi esposo, aunque me encantaría quedarme.
-Bien, es una pena que no se quede
-Lo se, será para la próxima.
-Hasta pronto –le dije, ese era el momento de actuar- ¿y si se queda un poco y después yo la acompaño a hacer sus compras?- lo medito mucho creo que imaginó a donde quería llegar
Gracias es usted muy amable pero supongo que tendra mejores cosas que hacer antes de acompañar a una aburrida ama de casa a comprar su despensa- remarco ama de casa
No me iba dejar intimidar, había llegado tan lejos que ahora no podía asustarme y dejarla partir había pasado tantas noches imaginando como seria su piel a que sabría su boca, que tono de voz tendría al estar envuelta en el remolino de placer, seria ronca e hipnotizante se sonrojaría al contacto de mis manos, el rubor subiría a sus mejillas pero aun así ¿me abrazaría con ternura y me envolvería entre sus piernas estrujando mi cabello? Y si la dejaba ir nunca lo sabría.
En realidad no tengo nada que hacer por eso me he ofrecido, pro entiendo, será en otra ocasión. Espero encontrarla en la temporada entrante. Hubo un silencio eterno.
-En verdad no le molestaría acompañarme?
-No, en verdad.
-Bien-dijo casi casi en susurro, mas para ella que para mi como para controlar lo que deseaba.
Y así pasamos una velada estupenda no hablamos mucho de ella, no quiso me evadía nunca dijo que amara a su esposo, de ves en cuando nuestras miradas se decían cosas que los labios callaban.
-santo cielo-dijo alarmada- se me ha ido el tiempo muy rapido es usted muy interesante, debo irme ya.
- bien, marchémonos.
Me miro con cara de susto, de incredulidad.
-pero…
-se lo prometí ¿no? Es hora de cumplir mi parte del trato
-no tiene que hacerlo en verdad, no es tan tarde,
-pero se ahorrara algún tiempo si tiene algo de ayuda extra
tiene razón
¿vamos?- no se dio cuenta pero paso delicadamente la lengua por sus labios eso m hizo estremecer
-vamos
No traía auto así que también le ofrecí eso, le abrí la puerta enseguida nos pusimos en marcha, el camino fue incomodo, de miradas desconcertantes de gritos ahogados en el silencio, de ansiedad disfrazada de calma y tranquilidad.
Que me pasaba con aquella dama que no podía conquistarla, debía usar todas mis técnicas para tenerla.
Compramos la despensa recogimos los trajes y llagamos a su casa
Le ayude a bajar las cosas, me invito a pasar
-tiene una casa muy bonita, pero no lo es tanto como usted-ella se sonrojo y enmudeció
Iba por buen camino lo sabia era hora de pasar al segundo paso.
Me acerque a ella y se volvió hacia mi
-sabe tengo una hija un poco menor q usted-me dijo
Demonios no no tenia q mencionar a su hija eso la haría reprimirse, detener sus impulsos y deseos ocultos.
No no podía titubear y le acaricie la cara con mis dedos hábiles. Ella cerró un instante los ojos color avellana
-Ha de ser hermosa como usted-abrió los ojos de golpe-
-lo es…
-es mejor que me vaya-me sentía tan estúpida jamás debí hacer ese comentario
-Hasta pronto –sonrió, no aun no era tarde y en un impulso la bese delicadamente
Ella al principio correspondió pero después hecho la cabeza hacia atrás y con la voz así como la había imaginado ronca y titubeante me dijo que no podía hacerlo, la calle con mi dedo índice y volví a besarla esta vez no se negó. Dios esa mujer era tan espectacular, esos besos encendieron cada interruptor de mi ser, cada fibra de mi cuerpo cada espacio de mi corazón, lo reanimaron cuando pensaba q no podría amar otra vez. La acerque todo lo q pude a mí la tome por la cintura y los besos tomaron otro camino se volvían cada vez mas intensos mas profundos mas completos, sentía su corazón contra el mío sentía sus latidos tan fuertes q mi alegría aumentaba con cada uno, eso lo provocaba yo
Nos miramos sin decir nada, el torbellino de sensaciones había comenzado, para ambas
Nada podía frenarlo era tan hermosa en este estado, sus ojos se encendían, cambiaban. Me daban la sensación de alojamiento de confianza de invitación a proseguir
-debes irte- dijo algo jadeante
-no, no quieres eso
-si, si lo quiero, por favor-dijo suplicante
-yo se que no…
Se separo de mi y camino hacia la puerta. Temblaba, lo note por sus manos. Y esta vez hablo con una voz lejana, ausente, vacía quizá
- márchate
Dios no podía estar pasando esto, me quede atónita y plasmada en ese lugar si me deseaba tanto como yo a ella ¿por que quería que me fuera?
-por favor márchate, yo… yo…
Titubeaba eso me daba una esperanza, me acerque a ella y la abrace por la cintura mi respiración estaba en su nuca olía tan bien, ella se estremeció sin poder evitarlo. Se volvió hacia mí y me abrazo escondiendo su cara en el hueco de mi cuello
-no puedo hacerlo, en verdad no puedo - sus palabras chocaban contra mi piel-yo soy una señora y tu… tu eres una jovencita-comenzó a sollozar, haciéndome enternecer como pocas veces lo había estado- no puedo hacerle esto a rodrigo, yo lo… el es una persona muy bue… - la interrumpí-
-sabes hace meses que te añoro, fue cuando te vi por primera vez frente a mi, en otra hilera cuando me miraste sentí que el aire me faltaba descubrí en tu mirada algún tipo de tristeza, y comencé a interesarme en ti en tu vida en tu persona en tu entorno en tus conocidos mi deseo desde ese día es hacerte feliz nuevamente solo quiero eso, ver en tus ojos felicidad aunque no me lo digas aunque no lo escuche pero tu mirada emana cosas que descubrí esa mañana que te conocí. Déjame intentarlo eso es lo único que pido déjame intentarlo, si no lo consigo prometo que jamás lo intentare de nuevo prometo dejarte - Me miraba con ilusión en los ojos, como si quisiera creer en mis palabras, ninguna lo había notado aun, pero con aquel discurso con aquellas palabras nos habíamos enganchado desde ese momento, aun lo se desde aquel momento nos necesitamos febrilmente una de otra
- ¿te conformarías con ser mi amante?
La abrace- solo quiero hacerte feliz, no me importa como me llamen, solo me importas tu- entrelazamos nuestras manos, ahora ya no había barrera alguna ella estaba ahí para mi y yo estaría para ella todo el tiempo y las veces que ella quisiera. Subió su mirada hasta mis ojos y ahí estaba otra vez aquella expresión que siempre trataba de ocultar en mi presencia, pero ahora estaba sin ningún velo que la cubriera, fue tan inesperada para mi que no podía esperar quería tocarla quería recorrerla quería conocer cada espacio cada pliegue cada sabor cada aroma cada sonido que ella me brindara.
-Te deseo tanto- le susurre al oído, ella rió complacida
-¿y acaso no sabes lo que dice mi mirada?
-no-dije aparentando inocencia, le guiñe un ojo
Volvió a abrazarme acaricie su espalda con suma delicadeza y las baje lentamente hasta llegar a sus caderas. Ella había dejado el remordimiento atrás, estaba libre y dispuesta a intentarlo. Nuestros besos al principio fueron torpes como los de los amantes principiantes pero exquisitos
así se nos paso toda la tarde, me sentía tan feliz, tan deseada, podría decir que también me sentía amada, eso lo sentía cuando ella me abrazaba y nos aferrábamos una a la otra para compartir cada oleada de placer que recorría nuestros cuerpos al contacto o con un simple roce. Allí estaba aquella dama diciéndome todo con su mirada, toda ella era mía en ese instante, pero entonces recordamos la hora recordamos el mundo que nos esperaba fuera de su cama
-dios mío, las 7:30
-creo que debo marcharme-le dije acariciando su cabello,
- no quisiera que te fueras -dijo abrazándome y besando mi cuello, mi punto débil, yo me revolví y baje hasta su boca para besarla una vez mas, no me cansaba de hacerlo.
Y así estuvimos un rato abrazadas sin decir nada, hasta que ella rompió el silencio
-¿que pasara ahora?
-yo solo quiero quererte-le sonreí- solo quiero estar contigo y no me importa en que circunstancias ni de que manera, yo solo quiero verte feliz, quiero que esos ojos emanen felicidad cada vez que los mire, eso quiero yo. ¿Pero tu…? -no respondía el silencio de aquella respuesta me carcomía de nervios entonces termine la pregunta- ¿que quieres tu?
No lo se-dijo levantándose de la cama-yo no sé bien que quiero-entonces fue ahí cuando dijo lo peor que pudo haber comentado- es mas no se si debía hacer esto, porque yo tengo una familia que cuidar- aquello sonaba a reproche,
Jamás a ninguna mujer después de samanta al haberme herido yo le daba la certeza de mi dolor, y esa dama por hermosa y cautivante que fuera no seria la primera. Estaban claras 2 cosas: ahora no podía sacarla de su duda y debía marcharme para no hablar más de esa felicidad prometida
Espero les guste el relato que se conformara de mas partes esta es solo la 1º