La amante. Ella, su vida IX
¿INSERTIDUMBRE? es un poco mas largo, graciaas por seguirme
gracias me ha gustado lo que haces- dijo con esa mirada autoritaria fria superficialmente me beso, en ese instante la abrace como consolándola por la situación embarazosa que le hacia pasar, asi nos quedamos unos segundos sin decir nada, bese su cuello y dije que lo sentia. Me daba pena pero no queria dejar a milena sola. Tomo las llaves de su vehículo y salio sin dedicarme una ultima mirada. No me atrevi a verla partir solo escuche como encendio su auto y arranco velozmente. me repetia que solo habia venido a pasar un buen rato nada mas. Volvi a mi habitación cambie las sabanas, me di un chapuZon de agua me vesti y Sali al encuentro de Milena.
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¿Había pasado realmente? ¿ Había probado a Samanta Zúñiga la había hecho mía en esa cama donde la tuve imaginariamente durante muchas noches? Si ella no se hubiese levantado por su celular, seguramente seguiría en mi cama. Por otro lado Milena estaba pasando por un mal momento y yo sentía un sentimiento muy grande por ella, jamás pensé que me ocurriría estar en este embrollo . Estacione el auto afuera de su casa. ¿Estacione el auto fuera de su casa? Si eso acababa de hacer. ¿Pero acaso yo estaba loca? En todo el camino jamás me percate que iba a casa de mi amante, que descarada. ¿Y si el salía? Que diría si me preguntaba el motivo de mi visita nocturna.
Al echar un vistazo al exterior de mi auto me percate que las luces estaban apagadas y al parecer no estaba su auto. ¿Debía bajar y tocar? Lo mejor era llamarle. Tome mi celular y le marque
-Bueno
-Bueno. ¿Ya estas aquí?
-Si. ¿Todo esta bien? ¿Te espero afuera?
-Paula te necesito. Baja. Ahora te abro, no hay nadie en casa.
Eso me tranquilizaba un poco. Al menos podríamos hablar abiertamente. Baje de mi auto y corrí hacia su puerta, en ese momento abrió. Lo primero que note fue el golpe que tenia en la mejilla izquierda, ella me abrazo fuertemente. Temblaba, tal vez de pánico
-Pero que… ¿quien te ha golpeado?- dije desesperadamente
- ha intentado forzarme Paula, jamás lo había visto así, desde que hemos estado juntas no tengo relaciones con el. Esta mañana que llegaron del viaje, se fue a la universidad Minerva como cada semana, Fernando se marcho también por la tarde con unos amigos volverá mañana. Y Melinita fue a una pijamada con sus compañeritas. Todo estaba bien hasta hace un par de horas que comenzó a insinuarse en verdad que sentí repugnancia al ver sus labios sus manos su cuerpo sentí que debía alejarme y le invente un pretexto no quiso entender comenzó a besarme y tocarme yo con lo que me quedaba de cordura le pedí que parara que no quería, comenzó a quitarse la camisa y a acariciarme toscamente las piernas la cadera los glúteos. Me separe de el. Camine hacia la puerta y entonces me grito que si tenia algún amante. Comenzó la disputa. Fue acercándose poco a poco reclamando que ya no hacíamos el amor, que ya no lo miraba como antes-milena me miro mas profundamente y me hizo una confesión- las únicas miradas que he tenido para el son de admiración, agradecimiento, cariño. Solamente eso, y después de conocerte me perdí se que esta mal porque el me quiere pero…
-comprendo mile, y ¿después que ha ocurrido?
-Alzo mas y mas la voz hasta que le grite que ya no lo quería, el se enfureció bastante que me arrincono tratando de arrancarme la ropa yo trataba de defenderme lo golpeaba lo empujaba. El no paraba de decir que yo era suya para siempre que jamás seria de otro, que me iba a demostrar que aun lo quería comencé a tener mucho miedo todo se torno feo después. lo patee trate de correr, el me jalo me empujo al sillón, se subió a mi y… trato de violarme pero le mordí la cara se quedo aturdido de dolor yo lo mire con furia y temor gritándole que jamás lo había amado se levanto rígido me miro con los ojos vidriosos lleno de coraje me golpeo y fue hacia la habitación, instantes después lo seguí y le pedí que se marchara, se sentó en la cama unos momentos después tomo una chamarra se acerco a mi me pidió perdón, y se marcho
Bueno el asunto era que Milena habia confesado a su marido que jamas lo amo, probablemente estaba enamorada de mi, ahora ya sabia exactamente el nombre y ocupación de sus hijos, me sentía tremendamente culpable porque mientras yo estaba ocupada con samanta milena estaba indefensa siendo forzada a algo que no quería, y por si no fuese poco, ese hombre amaba a Milena y seria causante de la disolución de un matrimonio.
Me quede un momento sin decir nada hasta que volvió a hablar
- no se que pasara ahora Paula, todo es confuso, no soporto tenerlo cerca, mis hijos y yo…
- ¿Duele mucho?- pregunte rozando apenas el lugar del golpe, no sabia que mas decir, me sentia inútil ante tal situación, tomo mi mano entre las suyas y la beso
- no tanto porque ya estas aquí- dijo abrazándome por la cintura y apoyando su cabeza en mi hombro.
- ¿Quieres ir a mi casa?
- No lo se Paula, mis hijos vuelven mañana,
- Podemos pasar por ellos un poco mas tarde, solo habría que avisarles
- Esta bien, ire por algo de ropa y otras cosas
- Esta bien
La situación no lograba entenderla del todo, ella lo sabia pues se comportaba al margen, en ningun momento nos habiamos besado, ni la habia reconfortado, cuando volvio me dedico una sonrisa fugaz. Cerro la puerta con llave y nos dirigimos al coche. El trayecto a mi casa fue algo incomodo, me sentia confundida por los roles que desempeñaban “ellos” como pareja, ¿En que diantres me habia metido con esta mujer?
Pero la quería y deseaba que estuviera feliz, cuando miraba en sus ojos algo diferente me alegraba la velada. Cuando llegamos a casa me beso timidamente
-¿te sientes confundida y culpable verdad?
-Si, me intriga tu vida marital, aunque no es mi problema lo se pero… nunca había estado inmersa en una relación como la que tenemos ahora- puse cara de confusa graciosa, ella volvió a besarme con mas intensidad.
¿Era bueno lo que estábamos haciendo? ¿Que olvidara momentáneamente sus problemas? Suponía que si, así que la seguí besando, hasta llegar a mi habitación, le propuse bañarnos, observaba como se desvestía, no cabía duda seguía teniendo un cuerpo bonito a pesar de 3 hijos, sentí envidia de rodrigo porque había disfrutado de ella en otros tiempos y sentí lastima porque su matrimonio hasta el momento se había basado solo en el cariño y amor que el sentía por Milena.
- Te quiero milena, pobrecita, debió ser fea esa escena, déjame curarte el dolor- dije acercándome y dando pequeños besitos alrededor de la mejilla.
Vamos bobita desvístete para bañarnos