La Amante de Mi Suegro - La familia de mi Novio

Sofia conocerá a los padres de su novio, pero poco sabe que también conocerá al hombre que la llenara de placer por varios años...

La amante de mi Suegro

Todos mis escritos al igual que este son fantasía, espero me aporten algunos comentarios de mejora en mi corre o aquí. Espero pronto animarme a subir mi historia...

Hola, mi nombre es Sofia y les contare como a mis 20 años me volví la amante de mi suegro, el padre de mi novio, prometido y después esposo, espero disfruten…

Tenia 20 años cuando empecé a salir con Leo, un chico atractivo, pelinegro, detallista y amoroso. Muchas de las universitarias querían salir con él, y yo era la afortunada de ser su novia. Vale que también yo tengo lo mío, mido 1.68, soy castaña, ojos miel, delgada, tengo buenos pechos grandes y redondos, me gusta hacer ejercicio los fines de semana así que me mantengo en forma, en actitud soy muy atrevida, coqueta, divertida, extrovertida, por eso a muchos de mis amigos les sorprendió que estuviera con Leo, era en varias cosas contrario a mí, serio, reservado, introvertido.

Estábamos cumpliendo dos meses de noviazgo esa semana y el había insistido que debíamos formalizar nuestra relación, él quiso festejarlo presentándome a su familia, al igual que quería conocer el a la mía. Organizamos mi presentación para su familia el jueves de esa semana ya que él vivía en la ciudad aun en casa de sus padres, después el viernes iríamos a pasar el fin de semana con mi familia, que vivían en pueblo un poco retirado de la ciudad, yo vivía en eso entonces sola en un pequeño y cómodo departamento cerca del centro.

La verdad es que a mi la idea de formalizar la relación no me iba mucho, llevábamos poco tiempo, pero bueno que Leo tampoco era un mal muchacho, así que por eso había aceptado.

Ese jueves estaba con mi amiga en apartamento arreglándome para la cena con los padres de Leo, me había puesto un vestido corto a mitad de muslo, color blanco, de tirantes con un escote de cuadro, pero con un corte de v entre los senos, y con unas zapatillas beige de punta, me había maquillado perfectamente, quizá era mucho arreglo para conocer a mis “suegros” pero a mi siempre me gustaba arreglarme bien para cualquier lugar.

Unos minutos mas noche, Leo me llamo diciendo que estaba afuera esperándome. Así que tome mi bolso y baje.

-       Woooow, te ves preciosa – dijo leo al verme salir

-       Gracias amor –

-       Aun que ¿no crees que es demasiado para conocer a mis padres? – me dijo mientras abría la puerta del auto

-       ¿A qué te refieres?

-       Pudiste buscar un vestido mas recatado… formal…

-       Leo no empieces con lo mismo, sabes como me gusta vestir y como soy –

Le dije un poco molesta, siempre era la misma discusión, en la universidad, en el antro, en alguna fiesta, en alguna comida, siempre hacia ese tipo de comentarios, pero pronto eso lo cambiaria también por su padre, no discutió más, y guardamos silencio el resto del camino.

Llegamos a su casa, según lo que sabía por él, tenía tres habitaciones con baño cada una, más estudio, cocina, sala y claro la cochera y patio trasero, era una casa blanca bonita… Bajamos del auto y el me susurro al oído un ¿lista? A lo que yo solo asentí, sentía un poco de nervios, pero sabía que todo saldría bien, que si no les agradaba podría terminar con Leo y listo… Poco sabia que al entrar a la casa el sexo con su padre era el que mantendría a su lado.

-       ¡Familia! ¡He llegado! – grito al entrar a la casa –

Escuchamos un par de pasos tanto bajando por las escaleras, como corriendo desde otros lugares de la casa y casi enseguida tuve enfrente a su familia. Sus dos padres y su hermano menor.

-       Les presento a mi novia… Sofia, mi familia, familia ella es Sofia –

-       Un placer conocerlos a todos – dije con mi mejor sonrisa

Fui fijando mi mirada rápida por cada uno de los miembros de su familia, su hermano menor de 17 años, me sonrió mirándome y babeando al verme, su madre no dejaba de barrerme con su mirada, se notaba que mi vestimenta o algo no le agradaba desde un inicio de mí, y finalmente su padre. Me miraba de arriba abajo comiéndome con la mirada, sentí su mirada penetrante por todo mi cuerpo, eso por algún motivo me prendió mucho. Era un hombre atractivo quizá un poco más que su hijo, pero, más varonil, con barba, ojos verdes, pelinegro, alto de 1.87, fornido, que sin dudar aun levantaba suspiros… me quede mirándolo también de arriba abajo por varios segundos, hasta chocar con su mirada penetrante que me comía, no miramos por otros segundos hasta que una voz nos interrumpió…

-       Un gusto Sofia – dijo Elena la madre de Leo – Soy Elena la madre de Leo, bienvenida a la familia

-       Gracias – le ofrecí mi mano saludándola –

-       Pero vale no sean groseros saluden – les dijo la Sra. A su hijo y esposo.

El hermano de Leo se acercó presentándose, dándome un fuerte abrazo y llamándome cuñada, luego se acercó él.

-       Un gusto, soy Arturo el padre de Leo – por algún motivo su voz, todo en el me resultaba hipnotizante, tan varonil, tan atrayente. – ahora veo por que Leo no para de hablar de ti…. – me dio un beso en la mejilla y me susurro algo solo para mí – porque eres muy sensual… - me sonrió y se alejó.

-       Bueno ¿no nos quedaremos aquí toda la noche, cierto? – dijo Leo al lado mío –

-       ¡Claro que no! ¡Pasemos a la mesa!  - Elena tomo mi mano halándome a ella – Vamos, tengo una cena deliciosa esperando.

-       Claro, vengo ansiosa por probar sus guisos – dije alegre.

Mire de reojo hacia atrás mientras caminaba a la cocina con Elena, vi a Leo, su papá y su hermano charlando, aun que su padre no les prestaba atención, estaba mirándome fijamente caminar, su mirada seguramente veía mi culo redondo y firme que el vestido resaltaba, así que lo contonee para él, sin ser muy obvia, en seguida vi que comenzó a caminar atrás de nosotras dejando a sus hijos en su charla.

La cena transcurrió entre preguntas simples, de donde venia, que estudiaba etc. etc. Arturo no había preguntado mucho, pero cada que hablaba podía asegurar que mi chochito se mojaba, disimulaba las miradas que lanzaba, al igual que yo lo hacía, pero estaba segura que ambos las sentíamos.

Sabia que tenia que atreverme a más, sentía sus miradas calientes mirarme las tetas o los labios, eran muy obvias para mí, así que lo siguiente que pensé fue el primero paso para nuestra historia como amantes. Él estaba lado mío en el extremo de la mesa, como padre de familia, su esposa al otro extremo, su hijo menor enfrente mío y Leo aun al costado.

Me quite el tacón sigilosamente, todos entretenidos en una charla sobre una vivencia familiar, excepto el Sr. Arturo que veía su móvil, me acomode un poco más cerca y comencé a acariciar con los dedos de mis pies su pierna. Él en seguido se irguió un poco sorprendido, pero siguió mirando su móvil, pero esta vez con una sonrisa que se iba dibujando en su rostro mientras me veía de reojo. Intervine un poco en la charla, para no levantar sospechas, y seguí subiendo mi pie… Busque meterlo en su asiento, buscando su miembro, el me ayudo con una de sus manos, frote suavemente mi pie en su miembro, el cual ya se estaba poniendo gordo y duro.

Así pasaron varios minutos, hasta que el teléfono de la casa sonó, me acomode rápidamente en mi silla, mientras Elenas iba a contestar, al colgar regreso a la mesa…

-       Era mi hermana se ha quedado varada sin gasolina, ¿Amor podríamos ir a ayudarla? – le pregunto a su esposo

-       Claro, Leo lleva a tu madre con tu tía – le ordeno, Leo miro su celular

-       Ya es tarde, también debo ir a dejar a Sofia – me miro

-       Oh, no te preocupes, yo puedo tomar un taxi – sugerí

-       Claro que no, es peligroso – dijo su madre

-       ¿Qué les parece esto? Yo voy a dejar a Sofia en mi auto y Leo tu llevas a tu madre hasta la avenida principal para ayudar a tu tía – Arturo le había pasado las llaves a su hijo.

-       O podría ser al revés papa, yo voy con Sofí, tu y mama con mi tía – sugirió Leo

-       Nos has dicho que la casa de Sofia queda hasta el centro de la ciudad tardarías mucho en volver, sabes que no me gusta que conduzcas muy noche por la ciudad – Leo me dedico una media sonrisa, y acepto con un movimiento de cabeza la orden de su papá

Su padre aún lo controlaba como adolescente, era algo que yo hace varios años había dejado atrás por parte de mi familia, mi madre muy raramente me ayudaba con el alquiler, así que solo me rendía cuentas a mí misma.

Todos salieron de la casa, yo entre por un momento al baño, era el momento perfecto, quería follarme a mi suegro y esa ida a mi casa seria el principio, me mire al espejo, me baje un poco de las tetas el vestido casi que se vieran a punto de salirse, me subí el vestido por la parte del muslo, apenas que cubriera mi mis nalgas, me puse la gabardina y salí, Leo se despidió con un largo y profundo beso de mí. Luego todos subimos a los respectivos autos.

Mi suegro ya estaba adentro del su auto cuando Leo tomo camino alejándose de la casa, me quité la gabardina ahí en el frio, abrí la puerta del auto y me subí, al sentarme el vestido se me subió aún más, apenas cubriendo mi tanga, el Sr. Arturo encendió el auto y emprendimos camino. En el auto, creí que se me insinuaría, sin embargo, habían pasado casi treinta minutos y nada. Así que decidí romper el silencio, pero antes de que dijera algo en lo hizo…

-       Lo que paso en casa no debe volver a pasar señorita – dijo en tono serio, mirando a carretera –

-       Pensé que te había gustado… - con mi mejor tono coqueto

-       Yo, no sé que me ocurrió, eres la novia de mi hijo – comenzaba a sonar un poco nervioso, pero aun serio.

-       Vamos, note como me has devorado toda la noche con esa mirada tan caliente…- Me había volteado y le acariciaba el cabello

-       Bueno, es que me sorprendido lo guapa que eres… - me acerque para besarle el cuello –

-       ¿Seguro que solo fue eso? – le seguí besando el cuello, mi mano viajaba por su camisa hasta llegar a su entrepierna

-       Eres la novia de Leo –

-       No tiene por qué enterarse – le lamí el cuello, baje su cierre y saque su miembro semierecto y lo comencé a masturbar

-       Uhmmmm, de-debemos parar – titubeo mientras soltaba quejiditos de placer

-       No creo que quieras que pare… - le susurre el oído.

Acelere los movimientos de mi mano en su verga, y comencé a bajar hasta acomodarme, y que mi cara quedara a su altura, le lamí el glande una y otra vez, después le di chupaditas metiéndolo cada vez más a mi boca, hasta que estuvo toda dentro de ella, solo lo escuchaba soltar gemidos de placer sin parar de conducir. Se la mame rico, primero lento subiendo y bajando despacio, después más rápido, me metía hasta la garganta, se sentía tan gorda y larga, me lleve los dedos a mi chochito que ya estaba humedeciendo mi tanga me la hice a un lado y me masturbe mientras se la iba mamando, el solo soltaba gemidos, coloco su mano en mi cabeza llevando el ritmo, sentí como detuvo el auto, y se la chupe aun mejor, el tenia su mano sobre mi cabeza casi ahogándome con sus movimientos, me dedie mas rápido, buscando llegar al tiempo que él. Y así me empujo fuertemente contra su miembro casi ahogándome con él, y expulsando toda su leche en mi boca, metí mis dedos moviéndolos más rápido dentro coño mientras saboreaba todo su semen y en menos de unos segundos me estaba corriendo…

Me soltó, y levante mi cara, mientras me tragaba toda su leche, me acomode nuevamente en mi asiento y trate de ubicarme mirando a los alrededores, estábamos a dos calles de mi edificio, le sonreí…

-       Que rico… - le dije en tono insinuante

-       ¿Dónde queda tu apartamento? – me dijo nuevamente serio mientras se acomodaba el pantalón.

-       A dos cuadras hacia delante – le señale la dirección, me sorprendió, su tono de voz, había pensado que la mamada que le había hecho lo iba a desinhibir y no.

-       Vale, vamos – arranco el carro, me volví acomodar en el asiento

-       Es aquel – se estaciono, espere unos segundos a que me dijera algo más.

-       Sofia, esto no debe volver a pasar, eres la novia de Leo, mi hijo. Por favor espero en verdad que no digas nada.

-       No se preocupe señor, no lo hare. – abrí la puerta y me bajé enojada, tremendo cabron, había encontrado esa noche…

Subí a mi departamento aun enojada, don Arturo, ese hombre me atraía mucho, y me lo llevaría a la cama al precio que fuese y para eso necesitaba la ayuda de Leyla mi mejor amiga…

Continuara…