La amante de mi marido. Ojo por ojo.
Pillé a Manuel con otra, y decidí tomarme la justicia por mi mano. Y al final no sólo yo disfruté la venganza. - tiene un poco de no consentido, dominación o como se lo aplique cada uno-
Por aquel entonces vivíamos en Córdoba, en la calle Colón en un pisito modesto decorado con adornos de mercadillo que mi marido y yo compramos con ilusión para darle al piso de alquiler nuestro toque personal, y es que yo aun era interina y cada año tenía que cambiar de ciudad para poder dar clases, Manuel, no había terminado aún su carrera así que se iba matriculando en las universidades cercanas a mi trabajo, y andábamos como nómadas. Tampoco teníamos más remedio, porque nuestra única fuente de ingresos era mi trabajo.
Ese año cumplí 27, Manuel no tenía aun 26, éramos dos jóvenes casi recién casados intentando formar una vida común llenos de esperanza e ilusiones, y aunque cada día se repetía la misma rutina nosotros éramos felices.
Cada día Manuel, salía para la facultad temprano, con sus rizos despelucados, con media camisa sin abrochar, totalmente desaliñado; corriendo por las escaleras porque llegaba tarde, ese episodio se repetía cada mañana, yo salía siempre en su búsqueda con algún libro que se le olvidaba y de paso le robaba un beso, para envidia de dos de las chicas del bloque, que también iban a la misma facultad y compartían bus. Y es que él siempre fue muy guapo moreno de pelo rizado, sonrisa perfecta, ojos azules, no muy fuerte y quizá un poco delgado, pero marcado, deportista, un bombón, además inteligente, ambicioso y trabajador...simpático, ya estaba acostumbrada a ver a las mujeres babear por él,...
Yo reconozco que tampoco estoy mal, y menos con esa edad, llevaba el pelo anaranjado, corto y con flequillo, lo tengo muy liso, tengo los ojos azules y muy grandes también, con las pestañas largas y pronunciadas, mis labios son carnosos,... mas de una vez me han dicho que tengo unos rasgos muy morbosos, soy mas bien bajita, no estoy gorda pero tengo mis curvas, sobre todo un buen par muy bien puestas, mi piel es blanquita, aunque no extremadamente,
En ese momento era muy joven, y estando de buen ver reconozco que los alumnos estaban un poco revueltos, se acercaban mas de la cuenta a mi, y me hacían más preguntas estúpidas que de costumbre sobre la asignatura, eso era directamente proporcional a un "odio" de parte del resto de chicas de la clase hacia mi.
Al poco de estar trabajando allí compramos un coche, cada día Manuel venía a recogerme y por la mañana me llevaba a trabajar, a la hora de salir, él me esperaba por lo menos una hora que yo terminase mis cosas, y casi siempre se quedaba charlando con alumnos míos, con los que terminó cogiendo confianza con, cosa que me mosqueaba, sobre todo porque estaba el grupito de las "divinas" merodeando siempre a su alrededor, y a esa edad ya se sabe las hormonas están un poco revueltas.
Uno de aquellos días que cuando el timbre del recreo sonó y se produjo la típica estampida de niños corriendo yo como siempre me quedé a recoger el material tranquila para bajar a tomar un café.
Al salir del aula, sin darme tiempo a nada me sentí acorralada contra la pared por unos brazos débiles, pero contundentes, al mirar al frente me encontré con dos ojos como unas tijeras abiertas clavándose en los míos, tras unos segundos conecté mentalmente los rasgos que tenían frente a mí, era Marcos, uno de mis alumnos,
- ¿Qué quieres? Pregunté cortante
- Nada, solo hablar un poco contigo -dijo con una tranquilidad que metía miedo en el cuerpo.
- No es momento, Marcos
- Te entiendo, pero si lo es para mí. Seré breve, Sólo quiero que te quede muy claro, que cuando quieras estar con un tío de verdad y no con ese aquí estoy
- Ja,ja,ja reí inevitablemente Primero, Marcos, tu aún no eres ni si quiera un hombre, un "tío de verdad" como tu dices, lo segundo cuando tú llegues a su edad ni te vas a parecer a él (más quisieras) y lo tercero es que soy tu profesora
- Por ahí no, no vamos a llegar a ningún acuerdo, sólo te digo, que cuando tú quieras, si algún día quieres, aquí estoy -y me dio un pico que no pude esquivar
- ¿Sabes qué lo que has hecho es .?
- Lo sé,
En ese momento algo se cayó al suelo al final del pasillo haciendo un gran eco, agitada corrí a mirar, estaba claro que alguien lo había visto todo, pero cuando acudí, se había marchado giré rápido para poner las cosas claras a Marcos, pero también se había ido, Ese día me quedé indignada, marché a casa sin querer comentar nada a Manuel para que no se mosquease.
Al cabo de unos días, al llegar a clase encima de mi mesa había un papel doblado, probablemente una nota, seguro que era de Marcos, la ignoré y di mi clase como siempre. Al finalizar, arrugué el papel y quise tirarlo a la basura, pero no pude evadir mi curiosidad y finalmente la abrí:
Quiero que sepas que me has hecho daño, me gusta Marcos desde siempre, y ahora por tu culpa no me hace ni caso. Lo vi todo, apártate de él o lo pagarás.
Por supuesto no estaba firmada, mi cuerpo se cubrió de sudo frío, mezcla de pánico y rabia, ¿quien lo había visto todo? además de confundir la situación, tenía ganas de venganza, tenía en su mano mi puesto de trabajo y con el mi destino.
Esa tarde pedí a Manuel que no me viniese a recoger necesitaba un buen paseo, cansarme o no iba a poder conciliar sueño, Antes de empezar a andar, me paré en un bar dos calles mas allá del instituto a tomarme un buen tazón de capuchino, allí lo preparaban muy bien, y siempre me servía de relax, cogí el periódico del día y me puse a releerlo con aburrimiento, entonces sentí una mano en mi hombro, de reojo pude ver de nuevo aquellos brazos delgados y fuertes apretándome con contundencia
- ya te vale Marcos le dije, apartando sus garras con brusquedad de mí
- No, no me vale - respondió, sentándose frente a mi
- Mira, yo olvido lo del otro día, pero para ya, me vas a llevar a la ruina,
- Te entiendo
- No, coño, no me entiendes. Eso es lo que quiero, que me entiendas, que te olvides, que no me toques, ni me hables más, joder, entérate ya.
- Para, para Tu no entiendes nada, yo quiero que sepas que se quien te escribió la nota
- ¿Cómo?
- Mira, yo te lo voy a decir una sola cosa, Manuel te engaña
- Por ahí no Marcos, por ahí si que no, no caigas tan bajo
- Cállate. Yo solo te voy a decir esto una vez, te parecerá muy fuerte, o lo que tu quieras, créetelo o no, como tu quieras, pero escúchame, me pareces buena tía
Mira, si el otro día me acerqué a ti, así, es porque me consta que Manuel no te es fiel, la nota la ha escrito una de las "divinas", se que una de ellas se está acostando con Manuel, no se lo que pone pero, seguro que es un juego, una forma de pillarte, lo se porque el año pasado se lo hicieron a un profesor, y por eso ya él no está aquí, son muy listas, manipuladoras, saben y calculan todo lo hacen, toda acción tiene una reacción ¿ No es así? Ellas esperan la tuya, disfrutarán arruinando tu vida y encima te cargarán con culpas que no te corresponden,
Mi asombro era inigualable, o estaba diciendo la verdad, o era el mejor cuentista de la historia, cosa que en él no cuadraba
- Ya vale Marcos, si eso fuese así, cosa que dudo, ¿Qué se supone que puedo hacer yo?
- Yo eso no lo se, sólo se que si quieres pillarlos, y no me preguntes porque lo se, están ahora en tu propia casa, y que imagino que la chica es Yohana, porque la vi correr por el pasillo el otro día después de aquel golpe, Así que si quieres, te puedo llevar en mi moto,
No lo dejé terminar de hablar y tampoco pagué el café, salí corriendo hacia mi casa, por el camino incluso se puso a llover, llegué al portal empapada y subí las escaleras con sigilo, abrí con cuidado la puerta de mi casa, y aquello si que no lo olvidaré nunca, sonaba de fondo mi CD de Amaral, todas las luces estaban apagadas, seguí la música hasta la habitación, la puerta estaba entreabierta, lo suficiente para contemplar a pesar de la tenuidad de la luz, el contraste de la piel morena de Manuel rodeado por las piernas blancas de Yohana, cabalgando sobre él con cara de lujuria, y su larga melena ondeando, él perdiendo sus manos despacio por su piel blanca, a pesar de la música alta los jadeos se oían con claridad, En ese momento mi cuerpo se paralizó, después me recorrió un escalofrío y salí corriendo de allí, ellos ni me oyeron,
Abajo en la calle la tormenta se había desatado por completo, no había nadie que no estuviese refugiado en su casa, incluso había rayos, conseguí parar un taxi y volver a aquel café, me pedí otro capuchino y por supuesto intenté pagar el anterior al camarero, disculpándome.
- No señorita, lo pagó aquel chico
- ¿Con el que estuve sentada?
- No se si estuvo sentada usted con él, me refiero a aquel de allí.
Y me señaló a Marcos que estaba de espaldas charlando con dos de mis alumnos más. Mojada hasta no poder más me acerqué a Marcos y le puse la mano ahora yo en su hombro,
- Gracias, Marcos, por el capuchino y por todo
Se giró rápido, me miró fijamente de arriba abajo,
- Tíos, voy a acercar a la señorita a su casa, que se ve que se le ha roto el coche
- Sí y gracias.- fingí
Los otros muchachos no se percataron de nada, y yo salí con Marcos del local.
- Supongo que necesitas hablar un poco ¿No?
- Sí, perdona yo, es que .
- Aquí no.
Montamos en la moto, la lluvia me daba latigazos helados en la cara con la velocidad, me venían bien en ese momento, sobre todo porque disimulaban mis lágrimas, que no podía contener
Marcos me llevó a una especie de garito, un poco sucio y desaliñado, me senté en un sofá raído, y me ofreció unas toallas. Mientras me secaba un poco temblando de frío, de vergüenza, de rabia y sobre todo de miedo, intenté disculparme con él.
- ¿Encima te vas a excusar? Ya tienes de sobra con lo que has visto, me hubiese gustado que me hubieras creído pero lo has tenido que ver tu misma. Lo siento.
- ¿ Y ahora que hago, Marcos? Dije con la voz temblorosa
- A partir de ahora, disimular y hacerme caso, ya es hora de que las "divinas" prueben un poco de su propia sopa, para eso, todo debe seguir igual, ellas deben creer que te tienen pillada, y que no te has enterado de nada,
- Ya, pero yo no se
- Te he dicho que me hagas caso
Aquel muchacho me habló como nunca nadie lo ha hecho en mi vida, como un auténtico hombre, me consoló y me dio la satisfacción que me iba a vengar de ambos. Cuando tuve fuerzas llamé a Manuel y le dije que ese día iba a llegar tarde, por unos problemas en el trabajo, supongo que le sirvió para alargar su sesión de sexo adolescente, pero yo necesitaba poder mirarlo a la cara sin que mis manos estuvieran apretando su cuello
Marcos me invitó a poner mi ropa mojada sobre un calentador, mientras me puse ropa suya seca, el frío me calaba los huesos, así que entré al baño, y enchufé en calentador, me empecé a desnudar, y me vi obligada incluso a poner mi ropa interior sobre él, me puse una sudadera enorme de Marcos, porque el es muy alto, y con lo larga que me quedaba, opte por no ponerme el pantalón, me cubría lo suficiente y ya iba a parecer un payaso, salí y me senté en el sofá.
- Listo, en dos horas como mucho me marcho y no te molesto mas, Marcos, gracias de verdad -el chico me miraba con media sonrisilla.
- Venga ya. Puedes estar aquí todo el tiempo que quieras, yo encantado, ya tengo donde quería ¿No? dijo con tono sarcástico sacándome la lengua en broma
- En serio, no se porqué haces todo esto, pero te pido perdón y de nuevo gracias.
Esta vez no me respondió, se levantó y fue hacia el baño, en ese momento me sentí asustada, pero en breve salió de nuevo sonriendo y clavando en mí sus ojos negros,...no pude evitar fijarme en el bulto de su pantalón, se había empalmado, me sentí un poco avergonzada y miré hacia otro lado disimulando, él se sentó frente a mi, buscándome la mirada y me encontré con su cara sonriente demasiado cerca de la mía,
- ¿Y tú de que te ríes ahora? La cosa no tiene gracias,
- Pues me río de esto, dijo sacándose del bolsillo mis bragas
- Pero bueno!
- Ja, ja, en serio, es que son infantiles, con estos ositos, no me lo esperaba
- Venga ya, dámelas
Yo intentaba alcanzarlas pero el me lo impedía subiendo su brazo,
- En serio, dámelas, son infantiles y ¿qué?
- Nada, ja,ja,ja a mi me gustan
Entonces me aprisionó con sus brazos y me besó con ímpetu, por unos segundos yo le seguí el beso, pero rápido me aparté de él,
- Esto no puede ser
- SSssssssssh, todo puede ser ¿o no lo has comprobado hoy? Es el principio de tu venganza,
En ese momento no dudé mas, le seguí el beso con enajenación mental,
Sus dedos corrían por mi pelo con delicadeza, su lengua se perdía por mi cuello, sus brazos daban calor a mi cuerpo helado, me sentía en casa, pronto me deshice de su sudadera, su torso delgado, desnudo aún demasiado joven, sin apenas vello era para mí un camino que mis manos recorrían sin piedad, su pantalón ya hacía un rato que se había caído al suelo, no tardaron sus manos en llegar a la cremallera de su propia abrigo que entonces yo llevaba puesto, y él bajándola con delicadeza me dejó desnuda frente a él.
En ese momento estuve segura que nadie se le había entregado de ese modo, que no pasaba de polvos rápidos con niñas de su edad en rincones cualquiera. Dejé que sus manos leyeran mi cuerpo, mirando su cara de placer, dejé que actuaran sus instintos aun sin refinar, que me poseyera como un animal,
Su boca abierta desprendía calidez sobre mis pechos, los comió con ansia, mientras yo lo agradecía con gemidos, bajó a mi coño caliente con su lengua y lamió hasta cansarse, no puedo recordar las veces que me corrí en su boca, en ese momento sentí que era mi turno, arranqué sus boxers de su cuerpo, y me encontré con su polla, estaba enorme, toda su sangre debía estar en ese momento ahí, la probé con mis labios era rígida y caliente, y empecé a chupársela con ímpetu, el me agarró del pelo y me apretaba hasta chocar con su pubis, yo usaba mis manos y mi lengua, Marcos se arqueaba, sus jadeos eran cada vez mas intensos, me pedía que no parase, imploraba mas, yo ponía mis mejores artes, dándole la que hasta ese momento era la mejor mamada de su vida. Empecé a acelerar el ritmo, Marcos no pensaba en soltarme, sentí el bombeo en su punta e inevitablemente derramó toda su leche en mi boca, sus gemidos entonces eran alaridos de placer, calló hacia detrás rendido, aún jadeando, me miró a la cara y le mostré como me tragaba su leche, me cogió de la cintura, me apretó contra él, no quiso descansar ni un momento de un salto, se tiró encima de mi, y su polla volvía a apuntar al techo,
- Vamos, seño, ábreme la piernas que ahora te toca a ti
Obedecí, cual esclava, me sujetó las piernas casi llevándolas a mi cabeza, y sin piedad me la clavó de una embestida hasta el fondo, el chico sabía bien lo que se hacía, cuando me tuvo como quiso, se agarró fuerte a mis tetas y me galopaba con fuerza, pronto me corrí en su polla, pero el no quiso parar, me colocó a cuatro patas y me cogió desde atrás, se sujetó de nuevo a mis tetas, ahora en esa postura yo daba también vaivenes a su polla, hasta que sentí de nuevo el calor en mi coño, no sólo me estaba corriendo yo, él estaba descargando todo dentro de mi sentí sus chorros chocar contra mi, calientes, y no pude evitar gozarlo como una perra, el calló exhausto sobre mi espalda, se negaba a sacar su polla, ya casi flácida de mí como pude me lo quité de encima, me fui al lavabo, me lavé un poco, me coloqué mi ropa un poco húmeda aún, me fui al salón, le robé un cigarrillo de su cajetilla, y lo prendí mirándolo desnudo, aun en el sofá rendido,
- Oye, ¿Qué pasa? ¿Mucha jaca para tan poca envergadura? Le dije sonriendo
- No no es que
- Venga no te hagas el machote,
- Oye, seño, que no me he portado mal
- Bueno, psss, normal- mentí
- Entonces puede que eso de la jaca sea así,
- Ja,ja,ja ya ya Bueno me marcho y lo dicho, gracias por todo
- No, no te vayas. Te cuento el plan para mañana
Se vistió con avidez y me contó todo su plan, la verdad era muy bueno, demasiado duro quizá, pero bueno, se lo merecía esa zorra follamaridos, me fui a casa en taxi, por el camino, me di cuenta que mis bragas se habían quedado en casa de Marcos.
Cuando llegué a mi casa, todo fue tan normal, incluso mi maridito tenía ganas de más, yo me negaba, se ve que él no se había quedado tan satisfecho
Al día siguiente en clase, seguí el mismo procedimiento, todo como siempre, incluso ignoraba a Marcos más de lo normal, pero al salir al recreo, Marcos se me acercó
- Ya le he enviado el sms a Yohana fingiendo ser Manuel y quedando en tu casa y toma aquí tienes el maletín.
- Bien, yo esta mañana ya le he pedido que me vaya a Lucena ha hacerme unos recados allí , que casualidad que se le olvidase el móvil ¿no? reí de forma vengativa, tomando el maletín que me dio Marcos
El plan hasta ahora había sido sencillito, mandé a Manuel a Lucena ha hacerme unos recados, que le iban a llevar bastante rato, y por la mañana cuando me dejó en clase le quité el móvil sin que se diese cuenta, se lo dejé a Marcos y le escribió un sms a Yohana quedando con él en mi casa:
QRIDA YOHANA. T SPRO N MI CSA A LS 6. N ME FLLES, TE DJO LS LLVES EN TU TQUILLA. BSS
Por averiguaciones de Marcos descubrimos que ese era su procedimiento, Yohana lo esperaba en mi casa, y el con alguien que mandaba, ponía sus llaves en su taquilla, el muy hijo de p
A las 6h. en punto Marcos y yo, la vimos entrar en mi casa desde la acera de enfrente.
Subimos casi detrás de ella, recuerdo que cuando abrimos la puerta, ya estaba el CD de Amaral a todo volumen, fuimos a mi cuarto, y allí estaba ella, desnuda completamente.
Su cara era un poema, intentó excusarse la muy zorra, pero no tuvo opción
Cállate, puta ahora hablo yo. ¿Con qué yo lo iba a pagar? Ahora veremos quien lo va a pagar, tienes dos opciones o desapareces del mapa por tu propio pie para siempre o pasas una pequeña prueba y muestras tu arrepentimiento y nos olvidamos de todo
Yo? Yo como me voy a ir de aquí mi madre
¿Ahora te acuerdas de tu madre? Y dime ¿Cuándo te follas a los maridos de otra no la recuerdas?...Está bien entiendo que entonces decides pasar la prueba ¿No?
Sí, bueno no se
¿Sí o no? Gritó Marcos dando un golpe seco a la puerta, sólo pretendía asustarla
Sí- dijo con la voz temblorosa y con las lágrimas asomando en sus ojos.
Está bien, Marcos, entonces vamos, ¡manos a la obra! dije
Marcos se sentó en una silla a los pies de la cama expectante, yo le puse uno de mis pañuelos en la boca a Yohana para que no pudiese hablar, la desnudé por completo, sus tetas eran mas bien pequeñas, con los pezones muy rosados, y bajo su vientre plano, tenía un hilo de vello, sus caderas si eran firmes, y tenía un buen culo.
Abrí el maletín que me había conseguido Marcos, ella estaba muy asustada. Y procedí a aplicar el plan, bajo mi propia sorpresa sin temblar ni un momento.
- Bien, si a la chica le gusta follar, así será, ¿Quieres sopa? Toma dos platos.
En el maletín había todo tipo de consoladores, empecé con uno pequeño,
- Venga, abre la piernas, se una niña buena Yohanita, si te portas bien acabaremos pronto
Ella abrió las piernas temblando, con cara de susto, coloqué el consolador que era como de unos 15 cm, en su coño, y sin preliminares lo introduje hasta al fondo, ella se quejó un poco, pero le entraba bien, a la tercera vez que la penetré con él, ya salía bastante mojado, le separé los labios, mostrándole bien a Marcos como le entraba
- ¿Ves Marcos? A la nena le gusta tener su coñito ocupado
Marcos miraba fríamente, aunque por dentro debía estar ardiendo, yo reía sarcástica Comprobé que su coño se había dilatado a la perfección y se adaptó al tamaño del consolador, entonces se lo dejé dentro, y cogí del maletín un par de pinzas y se las coloqué en los pezones,
-Así, ¿esto te gusta verdad? Ella decía no, con la cabeza A lo mejor mi marido no te los muerde tan fuerte, pero ya te acostumbrarás- de dije, entonces me acerqué a su cara y le tiré del pelo hacia atrás - ¿Duele? Ver a tu marido con una niñata en la cama, si que duele. Lista.- le dije dándole una pequeña bofetada sin dejar de jalar de su pelo.
-Bien ahora, vamos a sacar esto de tu coñito, y vamos a probar algo más fuerte, porque a la nena le gusta el riesgo, meterse en la casa de los demás, todo ese tipo de experiencias fuertes, pues ahora lo vas a probar. Entonces cogí un consolador más grande, y se lo mostré:
Este quizá no sea lo suficientemente atrevido para la chica, ¿Tú que crees Marcos?
No, ese no es tan atrevido contestó cómplice.
Entonces voy ha hacerte probar este otro.
Le mostré uno de tamaño bestial, negro y muy gordo además de descomunalmente largo, ella se agitó, empezó a patalear y a chillar sin que se le oyera nada
- Eso sólo lo empeorará todo Yohanita, no queremos atarte ¿Verdad? ¿Tú quieres que te ate? movió su cabeza para negar- Bien, buena chica, esto no te va a doler tanto
Del maletín saqué un lubricante, unté bien el dildo, se lo coloqué a la entrada de su vagina, sinceramente yo pensaba que eso no iba a entrar por ahí, pero no lo pensé más y se lo empujé despacio, sólo con el grosor la chica gruñía, pero poco a poco se lo colé entero, ella se agitó, pataleaba, era obvio que le dolía,
- Bien, ahora viene lo mejor. Yo no quiero hacerte daño, pero para eso necesito saber que tú de esto no vas a decir nada, así que te voy a quitar el pañuelo y no vas a decir nada, sólo vas a prometer que no vas a contar nada y por supuesto mostrar tu arrepentimiento ¿Qué me dices? ¿Has aprendido la lección? ella asintió Así me gusta le dije quitándole la mordaza
No se atrevió a decir ni una palabra.
- Bueno ya me has demostrado que estás aprendiendo, pero quiero recordarte dos cositas mas que se te arrepientes de ellas, una es de involucrar a Marcos en esto, por lo de la nota y eso y otra es lo de ser una fisgona y espiar a los demás.
Entonces Marcos se levantó de la silla, y se empezó a quitar la ropa, yo también me desnudé, y ante la mirada de Yohana con su coño ensartado por aquel tremendo consolador y las pinzas en sus tetas, empezamos a follar como desesperados.
Él me cogió a horcajadas, su polla ya estaba bien dura, me la metió sin esperar, con delicadeza me besaba el cuello y las tetas, pero contra la pared y ante la espectadora, me embestía sin césar, no tardamos en corrernos. Él por segunda vez, se vino dentro de mí, me puso en el suelo con cuidado y se sentó en la silla, exhausto, yo con su fluidos corriendo por mis muslos me puse al lado de Yohana.
- Bien esto para que sepas que mirar a los demás, no trae nada bueno, Y por último, si tanto querías a Marcos, vas a tener lo mejor de Marcos.
Me coloqué en la cama, Marcos mientras le quitó las pinzas de los pezones, y con cuidado le sacó el consolador de su coño,
- Ya que me quieres tanto, ahí tienes lo mejor de mí, entre las piernas de la seño, muy al fondo, así que ya sabes chúpaselo.
Ella lo miró con desprecio
- Vamos gritó Marcos golpeando el colchón
Ella se sintió amenazada y arrimando su cara a mi coño, empezó a pasar sólo la punta de la lengua por mi coño.
- Vamos, Yohana, así sólo vas a tardar más, tienes que hacerlo así- La cogió por el pelo, la apretó contra mi coño y le refregó la cara abajo y arriba por él Así, quiero que lo hagas,
Ella se empezó a esmerar, y me daba lametazos con su lengua delicada, bebiendo la leche de Marcos de mi agujerito En ese momento supe que la tenía muy humillada, y ya debía estar bastante arrepentida.
- Basta. Para ya. Le dije- Creo que ya has aprendido la lección. Ahora si quieres si puedes dar las explicaciones oportunas, las que querías dar al principio de la tarde
- Perdón, perdón. Por favor, yo no lo voy ha hacer más, ahora entiendo el daño que se puede hacer, esto es un juego de mis amigas y mío, nos sentíamos mejor estando con hombres mayores que nosotras, pero no podía comprender que se hacía tanto daño.
- No juegues nunca más con eso Yohana dije
- Yo realmente, a mí me gusta Marcos mucho, y lo estoy perdiendo por todo esto y se que Manuel te quiere, porque nunca me ha costado tanto convencer a alguien, de hecho solo hemos estado juntos tres veces y dos tuvo que parar, se sentía mal, no se explicaba porqué lo hacía conmigo, pensaba en ti, espero que sepas perdonarlo.
- Eso no es tu asunto, ocúpate de Marcos, que seguro que también siente algo por ti cuando se ha preocupado tanto de esto, y por algo le habrá dolido que tu estés con Manuel también contesté
Ellos se miraron con cierta complicidad, pero Marcos cambió su cara a decepción.
- Aprende a perdonarla, Marcos, ya ha pagado por su daño, a partir de ahora olvida cada día un poco del daño que te ha hecho, yo lo intentaré con Manuel, le explicaré todo lo que a pasado entre nosotros y la historia de hoy, para que conozca mi venganza y escucharé su versión, si me convence yo también empezaré a olvidar.
Fin