La alumna pícara.

Una alumna se las apaña como puede para que su profesor le apruebe y para obtener favores de él

  • Entonces... ¿Me subirá la nota? - desabrochó un par de botones de su camisa. Sus grandes pechos estaban sobre la mesa.

El profesor no se hubiera imaginado algo así de una alumna como ella. Era cierto que no era muy social y tenía pocos amigos, pero era una chica agradable. De cabello largo negro que solía recoger en dos coletas que caían sobre sus hombros. Grandes pechos y buena figura en general.

  • Esto no está bien... será mejor que te vayas.

Pero la alumna no hizo caso. Se levantó para acercarse más al profesor hasta poner sus pechos muy cerca de su cara. Después, empezó a acariciarle su miembro por encima del pantalón. Ya estaba duro, muy duro, así que con una sonrisa coqueta, se agachó para arrodillarse delante de él y sacarlo del pantalón.

Tenía el miembro bien duro y endurecido. No era el más grande que había visto pero sí que era bastante grueso. Entonces empezó a masturbarlo con su mano, acercó su lengua y le dio una lamida de abajo a arriba. El profesor no pudo ocultar un pequeño gemido. La chica le dedicó una lasciva sonrisa. Entonces continuó recorriendo todo su miembro con su lengua hasta detenerse en el glande para hacer círculos en él con su lengua.

Abrió su boca y lo metió dentro. Presionó el miembro con sus carnosos labios, jugó con su lengua en su interior y empezó a subir y a bajar su cabeza. El profesor se moría de placer, incluso tenía ganas de llorar por ello al sentir que se encontraba en el cielo. No pudo evitarlo más y se corrió dentro de la boca de su alumna.

La chica se levantó limpiando su boca como pudo.

  • Este... es el primer favor que te pido. Si quieres repetir... solo tienes que aprobarme.