La alberca, Marcos el moreno y yo
Sentía como me desgarraba mientras el morenito y yo nos haciamos la gran paja.
Hola mi nombre es Alejandro, tengo 22 años en estos momentos y les voy a contar algo que me paso a mis 14 años, mi primera experiencia sexual con dos hombre y que no sabia que cambiaria mi vida para siempre.
Para empezar, mis padres decidieron mudarse al lugar más recóndito del planeta por cuestiones de trabajo. Yo iba demasiado molesto por la costumbre que tenía de la gran ciudad, mis amigos que nos conocíamos desde que éramos muy chicos y la verdad odiaba la idea de mudarme y empezar una nueva vida, sin tener la menor idea de que allí descubriría que las pollas son mi pasión y que es mas excitante cuando es de tres.
Recuerdo que llegamos al pueblo, no era muy grande pero tampoco muy pequeño, se veía gran diferencia de la gente del pueblo con nosotros, nos miraban como seres de otro planeta, íbamos mi padre, mi madre y yo en un camión con todas nuestras cosas, yo miraba hacia fuera y veía como los chicos del sitio, eran tan básicos, con unos jeans, sombreros de rancheros, sucios, sudados, botas de vaquero y con una pajilla en la boca.
Yo para ese entonces era alto, tes trigueña, ojos miel, un muy buen culo y cuerpo definido. Siempre sentía morbo por saber que era estar con un hombre pero nunca me atrevía por miedo. Cuando llegamos a la casa nos recibieron las personas de servicio, bajaron las cosas, recuerdo que hacia mucho calor, hasta que de repente veo a lo lejos un TIPAZO, era todo un semental como uno siempre lo sueña, iba llegando Marcos (les digo, es alto, piel bronceada, pelo largo, tremendas piernas, ojos verdes y con un léxico muy pueblerino, que por supuesto me encanta, de 17 años). Era el hijo del capataz de la hacienda adonde nos estábamos alojando.
Nos dieron la bienvenida, yo pido una limonada y pido que por favor me llevaran a la alberca que quería distraerme del largo viaje que había tenido, el capataz de mi padre le da un mandato a Marcos para que me indique donde queda la alberca. Yo le dije:
Yo creo que eso no es necesario señor, yo mismo puedo encontrarla.
Marcos me dice: uusshhhyyyy usted si que es vano (sifrino).
Yo lo mire con unas ganas de brincarle encima y darle un poco de puñetazos por haber dicho eso, mas me quede tranquilo y solo respondí:
Creo que eso no es problema de nadie y menos tuyo, no he pedido tu opinión en lo absoluto y no me interesa escuchar más ridiculeces. Hasta luego.
Me di media vuelta y me dirigí a la alberca.
Era grande y se veía sabrosa, mire alrededor y accedí a quitarme la ropa y entrar en unos boxers blancos que se notaba todo, y al decir todo, es todo. Sentí confianza porque quedaba un poco retirado de la casa. Y no había ningún tipo de problema.
Cuando estoy nadando después de unos 15 min., siento que alguien entra a la alberca y al voltear era el chico Marcos, con el pelo recogido y en unos interiores blancos, quede atónito de ver ese cuerpo bronceado, con los cuadritos marca dos como un chocolate, tenía toda su polla puesta para un lado y se veían sus 18 cm. bien distribuidos en todo su esplendor.
Se iba acercando poco a poco adonde estaba yo y de repente sale a la superficie quedando frente a frente y muy cerca, le dije tartamudeando:
-Que haces aquí?
-M: solo quería nadar un rato.
-Pero no podías esperar otro momento.
-M: qué? Me tienes miedo? Yo no como gente.
(en este momento, comenzó a tomarme la pierna y colocarlas alrededor de él, sentí como poco a poco me acercaba mas a su ardiente cuerpo y ya se dejaba notar mi gran carpa en los boxers, me dijo al oído
-M: ahora vas a sentir lo que es un chico pueblerino excitado y con ganas de cojerse un culito virguito como el tuyo.
Comenzó a acariciarme el cuerpo dentro de la piscina, yo comencé a meter la mano dentro de su interior y podía sentir esa magnitud de polla que tenia, era sabrosa, suave, rica, cada vez era mas la excitación que no podía contener, todo esto pasaba mirándonos a los ojos frente a frente y solo nos dejábamos guiar por nuestras manos.
Me dice: te gusta?
Yo le respondo: sigue así no pares por favor.
-M: y pensar que no quería que te acompañara.
-no importa solo sigue haciendo lo que estás haciendo muy bien.
Dentro del agua me había quitado todo el bóxer, estaba ya en pelotas y èl también, se podía sentir todo su semental pegado contra el mío como queriendo explotar, me movía de un lado a otro diciéndome que si sentía, que si me gustaba, que si quería más. Yo le respondí que sí, me sumergí hasta introducirme toda su polla en mi boca, él tomando de la cabeza hacia los movimiento mas fuertes, no paraba y yo lo que hacía era salir y volver a sumergirme, de repente siento un gran embestida de leche en mi boca, era dulce rica sabrosa, salgo a la superficie y me voltea quedando de espaldas a su polla.
Cuando me estaba haciendo el tacto en mi ano, siento como una mano acaricia mi pelo, no tenia ni idea pero deje que lo siguiera haciendo, de repente entra un chico moreno, un poco mas bajo que yo pero de cuerpo atlético, ojos café y pelo malo, pero el hecho es que estaba desnudo y su pene no media menos de 20 cm.
Yo estaba tan excitado que lo único que hice fue pegarlo contra mi, imagínense, dos tremendos tipazos solo para mi, cada uno haciendo cosas morbosas solo en mi cuerpo, el moreno me dijo que no me preocupara que mi familia había salido al pueblo y que nadie iba a llegar a la alberca.
Marcos mientras tanto introduce su gran miembro dentro de mi, siento como me desgarrar pero bueno me importa solo quería seguir haciéndolo, yo gemía como un gato del dolor y placer, me decía al oído que le fascinada sentir un culito tan estrecho mientras el moreno no dejaba de mamarme mi polla, salía y se sumergía, de repente me levantan las piernas y tratan de penetrarme los dos al mismo tiempo pero yo les dije que no.
En fin, marcos seguía con sus fuertes embestidas y el morenito y yo haciéndooslo la gran paja, cada min. que pasaba éramos mirándonos a los ojos ninguno se distraía en otra cosa que no fuera ese momento hasta que siento como marcos llega en mi culo con lechita caliente, a pocos segundos llega el morenito sin nombre y se veía su lechita flotando en la alberca hasta que finalmente llegué con tal fuerza que nunca en mi vida había sentido un orgasmo anal, sentía como se dilataba y contraía en cuestiones de segundos.
Al terminar los dos se salieron de la alberca, Marcos se despidió con un beso, y el morenito sin nombre solo dijo que rico estuvo y se marcho, Marcos me dijo que si nos podíamos volver a ver, yo le dije que si, y desde ese entonces nunca me he ido del pueblo, sigo aquí con el y lo mas sabroso de todo es que la alberca sigue siendo unos de nuestros tantos encuentros con otras personas, pero seguimos siendo nosotros siempre