La ahijada sumisa 4

Jaume lleva a Amy con unos conocidos malvivientes para que continúe su perversión. contiene zoofilia y humillación

LA AHIJADA SUMISA 4

Esa tarde, cuando llegaron a casa, tanto Amy como Jaume estaban prácticamente extenuados, La chica se acostó después de tomar una ducha y se quedó totalmente dormida al lado de su amante.

Jaume la abrazó y mientras dormía a su lado y admiraba su belleza, empezó a cavilar las perversidades le haría hacer a su pequeña ahijada al día siguiente.

Como todos los días, Amy despertaba con esa lozanía que la hacia tan bella y deseada, y abrazando sensualmente a Jaume y siguiendo el ritual mañanero, tomó su verga aun flácida y la empezó a chupar como solo ella sabia hacerlo, hasta sentir su semen llenar su boca y tragarlo golosamente después de saborearlo un rato.

--Y ahora mi Amo… ¿me vas a decir que cosa se te ocurre que hagamos hoy por la tarde? —

--Va a ser una sorpresa, por lo pronto, quiero que te peines con una trenza como las chicas que van a la escuela, y después te vistas con un uniforme de tu colegio que una vez dejaste en mi casa—

--¿Quieres que me vea como una niñita? —Pregunto Amy con una sonrisa pícara. ¿Y acaso quieres venderme a algunos degenerados que quieran pervertirme?

--Exactamente, ja, ja, --Rio Jaume diciéndole que le había leído el pensamiento.

--Mmmm…esto se ve muy interesante y me da mucho morbo—Me encanta la idea.

Esa tarde, Amy se vistió tal como imaginaba Jaume, como salida de la novela “Lolita” de Nabokov, y quien, al verla, despertó sus deseos más perversos de verla mancillada y cometiendo toda clase de atrocidades.

Amy dio la vuelta sobre si misma como hacen las chicas y le dijo:

--¿Qué tal me veo Padrino? ¿Te parezco una nenita buena? —Le dijo Amy con cara de chica traviesa.

--Estas para comerte—

--¿Crees que pagarán mucho por violar a esta chica precoz y libidinosa? —

--A los que voy a ofrecerte no creo que tengan mucho dinero, pero eso es lo que menos me importa, mientras menos puedan pagar mas morboso será. ¿No estás de acuerdo? —

--Ja, ja, claro, se me hace más perverso y sucio—Respondió la joven con cara lujuriosa.

Salieron al poblado del día anterior y llegaron a una zona de tolerancia en donde pululaban las putas y los malvivientes de todos tipos, especialmente inmigrantes africanos y sudamericanos, pero también algunos lugareños de la mas baja ralea y costumbres que se dedicaban a vender marihuana y otras cosas.

Amy estaba admirada de lo que veía, y le preguntó a su padrino si no era peligroso estar en esos lugares y con esa gente, pero el la calmó y le dijo que no se preocupara, que lo conocían y lo respetaban.

Jaume dio la vuelta en una calle más tranquila y se detuvo frente a tres individuos que parecían rufianes y que estaban al otro lado de la calle, no tendrían más de cincuenta años, sucios y con barba de varios días, lo que les daba un aspecto todavía más repugnante y feroz.

Estaban fumando y bebiendo cervezas en la calle y Jaume les saludó a lo lejos, parecía que lo conocían de antes, y uno de ellos le devolvió el saludo, Jaume le dijo a su ahijada por lo bajo.

--Espérame aquí, voy a decirles que eres una sobrina mía y si tienen unos euros te quedarías con ellos unas horas y luego volvería por ti—

--¿Y quieres que me haga la chica inocente? —

--Claro, ya comprendiste el juego, y después me vas a contar todas las marranadas que te hicieron hacer—

--Mmmm…me emociona—Le dijo Amy poniendo cara de traviesa.

Jaume se adelantó, cruzó la calle, y saludó a uno de ellos, un hombre maduro bastante moreno, grande y gordo con un aspecto de vicioso.

--Hola Renato, como estas—Le saludo Jaume.

--Que tal Jaume, me alegra verte, ¿Qué te trae por estos rumbos? -

Jaume tomándolo por el hombro lo separó del grupo y le dijo en voz queda.

--Mira hermano, necesito unos cincuenta euros o lo que tengas, tengo que pagar una deuda de juego y tu sabes que esos no esperan—

--Caray, Jaume, me pides mucho, y, ¿qué me vas a dejar en garantía?

Jaume le paso el brazo y le señaló hacia donde estaba Amy y le dijo.

--¿Ves a esa chica que esta enfrente?, pues es una hija de mi hermana que vive en Madrid, la dejó unas semanas conmigo para que la ponga a estudiar pues es muy rebelde y andaba siempre jugando con amiguitos que la estaba llevando por malos pasos.

--O sea, toda una golfilla ja, ja—Le dijo Renato volteando a ver al otro lado de la calle donde se encontraba Amy.

--Pero Jaume, si parece una chica y además ¡esta preciosa! —Le dijo el hombre con cara sádica.

¿Te gusta?, Pues es mi garantía, y como no tengo dinero para pagarte de inmediato, puedes hacer con ella lo que quieras por dos o tres horas, yo pasaré por ella en un rato más, ¿Qué dices?

--Yo, encantado, pero, dime, ¿Ella está de acuerdo? —

--Claro, así como la ves con esa cara angelical, hay una putilla por dentro, además, la tengo ya bien domesticada, y mira, si no te obedece…

Jaume sacó de una bolsa el fuete con cinco correas, que había comprado en el sex shop y le dijo dándoselo.

--Como te decía, si no obedece tus ordenes le das duro con esto en las nalgas y ya veras que mansita se pone y obedece en todo sin reparos—

--ja, ja…se ve que ya la conoces bien, eres un cabrón Jaume, ya verás como la voy a poner de obediente, ja, ja. Pero como ves, estoy con unos amigos y no se van a poner muy contentos si los dejo aquí en la calle, acá abajo esta mi covacha y ahí atenderemos los tres a tu sobrina hasta que regreses—

Los otros dos malvivientes que ya se habían acercado asintieron maliciosamente.

Jaume le hizo una señal a Amy, y la chica cruzó la calle acercándose tímidamente, pero por dentro se estaba divirtiendo mucho y, además, todo esto la había puesto muy caliente y sus hormonas adolescentes estaban muy alborotadas.

--Dígame usted Tío—Le dijo hablando y poniendo carita inocente.

--Mira jovencita, aquí el señor Renato, que es amigo mío, te va a cuidar un rato junto con sus amigos mientras hago algunos menesteres, quiero que te portes bien y sobre todo que le obedezcas en todo lo que te diga, te guste o no te guste, y si no obedeces ya le he dado la fusta para que te atice en las nalgas.

--No se preocupe tío, me portaré bien y les obedeceré en todo y haré lo que quieran para que estén contentos—y volteando hacia Renato se puso en puntillas, pues era un tipo bastante alto, y abrazándolo, le dio un beso en la mejilla diciéndole:

--Me llamo Amy, muchas gracias por cuidarme mientras regresa mi tío Jaume, me portaré bien y haré lo que ustedes digan—

.

--Pues eres muy, jovencita, ya hasta pareces una mujercita con esos pechitos tan hermosos que tienes, ¿verdad muchachos que parece una jovencita ? —Preguntó Renato a sus compinches quienes asintieron riendo maliciosamente y mirándola lujuriosamente.

--No te preocupes Jaume, puedes irte sin cuidado que la cuidaremos muy bien—

Jaume se despidió diciéndoles que en unas dos horas estaría de regreso, y volvió a recordar a Amy que se portara bien, a lo que ella asintió guiñándole el ojo sin que se percataran los hombres que ya se frotaban las manos del bomboncito que se iban a comer.

Jaume atravesó la calle mientras los tres hombres y Amy bajaban unos escalones y entraban por una puerta a nivel de sótano, justo atrás de donde habían estado.

Cuando Jaume se aseguró que ya no estaban a la vista, entró en un bar en el que podía ver por una ventana la covacha en la que habían entrado Amy y los tres malvivientes y se sentó a tomar unas cervezas y esperar sin quitar la vista del lugar en que habían entrado. Mientras, se masturbaba mentalmente imaginando todas las perversidades que le estarían haciendo a su ahijada.

Cuando entraron en la pocilga, Amy casi se tuvo que tapar la nariz del olor tan desagradable que había, no había ventana alguna y en el cuarto únicamente estaba tirado un colchón todo raído, con basura todo alrededor, y en una esquina, estaba un retrete todo sucio, había algunos almohadones y sillones viejos en donde se sentaron los tres hombres y Amy se quedó de pie mirándolos coquetamente y esperando las ordenes de aquellos malvivientes.

--¿Te gustan los juegos, chiquilla? —Preguntó Renato.

--Si, me encantan, ¿Vamos a jugar a algo? —Preguntó la nena con cara de inocencia.

--Acá tengo unas barajas, es un juego muy entretenido, el que saque la carta mayor gana y puede ordenar lo que quiera al que escoja, ¿Qué te parece? —

--Si, me gusta, empecemos—dijo la chiquilla sentándose en cuclillas en medio de los tres granujas.

Renato sacó las cartas y las repartió, obviamente, era un tahúr consumado y hacia trampa para que únicamente ganara él o alguno de sus amigos.

--¡Caray, que suerte tienes Blas, tú ganas, ¿Qué ordenas? —Blas era un tipo flaco con una barba larga y tuerto.

--Ordeno que todos nos pongamos en pelotas, ja, ja—

Amy, actuando, puso cara de asombro y les dijo con una vocecita.

--Pero…es que me da mucha vergüenza—

--Mira chica, tu aceptaste jugar, ahora hay que obedecer, no lo había dicho pero el que no obedece recibe unos fuetazos, además no tienes por qué tener vergüenza puesto que todos nos desnudaremos—Le dijo Renato, agarrando la fusta que había dejado Jaume y mirándola amenazadoramente.

Amy, fingiendo temor empezó a quitarse la ropa, mientras todos los hombres hacían lo mismo.

A medida que iba quedando desnuda, todos quedaron pasmados viendo que tenía el cuerpo de una jovencita y, además, increíblemente bella, todos se apresuraron en quedar en pelotas mostrando sus horribles cuerpos llenos de mugre y contaminando todavía más los olores de aquel cuarto, Amy vio aquel espectáculo y empezó a sentir que su pepita se humedecía de deseo al observar las vergas erectas de aquellos malvivientes.

Todos quedaron desnudos formando un circulo de aproximadamente dos metros de diámetro, la nena miraba descaradamente las vergas de los hombres con cara de asombro, lo que hizo que los tipos se rieran de forma ordinaria y uno de ellos agarrando su polla groseramente, le preguntó:

--¿Te gusta lo que ves, nenita? ¿No habías visto cosas como esta? —

Todos se rieron y Amy les dijo tímidamente:

--Solo había visto la de un amiguito, pero no estaba tan grandota como estas—

--Acércate nena para que las veas bien—

Amy se acercó a uno de ellos hincándose para verlo más de cerca y acercó su carita hasta casi rozarlo con su rostro olisqueándolo por todos lados.

--¡Agárralo putita, para que sientas que dura está! —dijo uno.

--¡Pélalo como plátano para que veas que cabezota guarda el pellejo que tiene, ja, ja! —dijo otro vulgarmente.

Amy, fingiendo inocencia, tomó aquella sucia verga con su manita y con todo cuidado acercó la nariz para olfatearlo, mientras todos observaban con lujuria como Amy empezó a subirle el prepucio suavemente, dejando al descubierto un glande casi negro y con una gruesa capa de una especie de mantequilla en los pliegues, el olor fuertísimo a marisco inundó el cuarto. La verga estaba a reventar sintiendo la manita y aquel rostro virginal a escasos centímetros del enorme cipote y empezó a fluir por el meato una gota de líquido pre seminal que la tenia hipnotizada, quien sacó ligeramente la lengua mojándola con él y volteándose hacia los demás, les dijo haciendo un gesto:

--Mmm…sabe rarito, pero me gusta—

El tipo estaba haciendo grandes esfuerzos para no agarrarle la cabeza y encajarle su miembro próximo a explotar en aquella boca adolescente. Todos le gritaron que pasara a verles la verga, y ella, moviéndose con las rodillas sin levantarse, pasó con cada uno de ellos haciendo la misma inspección.

--¡Bueno, ya basta, que vamos a seguir el juego! —dijo Renato que la hacía de jefe.

--¿Te está gustando el juego? —Le pregunto a Amy con malicia.

--Si, mucho, quiero seguir jugando por favor—

--Muy bien pero ahora no te hagas la remolona si pierdes, ¡Tienes que obedecer! o… ¡Caña!

Amy sonrió y les dijo que iba a obedecer cualquier cosa que le ordenaran si perdía, todos se rieron sabiendo que iba a perder. Renato repartió las cartas y le tocó ganar a otro de sus compinches quien dijo—

--Ahora, le ordeno, que agarre mi verga y la chupe hasta sacarle la leche y, además, se la tiene que tragar toda, y si tira algo tendrá que lamerla a donde caiga. —

Todos aplaudieron, incluso Amy, y entonces, les preguntó fingiéndose inocente.

--¿Y que todas esas pichas tienen leche? —

---Claro putita, que inocente eres, todas esas pichas que dices, se llaman vergas y tienen leche que alimentan a las chicas como tú, pero debes chupar con mucho cuidado sin hacer daño con tus dientes, de lo contario en lugar de recibir leche recibirás un tortazo, ja, ja. —

--¡Lo haré con mucho cuidado, lo prometo, pero no me peguen! —

Diciendo esto se hincó delante del ganador, le agarró la verga que estaba en completa erección, y levantándole todo el prepucio, sacó su lengua y empezó a lamer el glande con especial atención a los pliegues en donde se acumulaba gran cantidad de esmegma que tomó con la lengua y la mostró orgullosa a todos antes de tragarla sensualmente. Todos estaban boquiabiertos tras la demostración voluptuosa de la nena.

--Mmm… ¡Me encanta la mantequilla! —exclamó Amy

--¡Vaya que es marrana! —exclamó uno, provocando risotadas a todos.

Luego empezó a meterse lentamente la verga en su boquita mamándola como una experta (que ya lo era).

--¡Miren, nació mamadora! —Dijo uno de ellos provocando la risa burda de los demás, y haciendo que Amy sonriera con la verga totalmente dentro de su boca.

La chica siguió mamando hasta que el tipo empezó con estertores y soltó una gran cantidad de esperma en la garganta de la joven que tuvo que tragar rápidamente para no ahogarse, estuvo chupando otro rato hasta dejarla seca y luego se volteó hacia los demás abriendo la boca y sacando la lengua orgullosamente para mostrar que se había tragado todo y les dijo:

---Mmm, tenía mucha leche, me gustó mucho la leche de hombre--

Los tipos aplaudieron, y Amy se levantó haciendo una caravana y dando gracias por los aplausos, y luego les dijo:

--Y, ¿no quieren que sigamos jugando? —

--Por lo visto te gustó el jueguito, claro que seguiremos—Dijo Renato.

Lejos de estar agotados aquellos rufianes querían más. Y vino el siguiente sorteo que lo ganó Renato quien le dijo:

--Ahora, esta jovencita va a recibir mi verga en su coñito—

--Vamos a ver Amy, ¿Nunca te la han metido en tu cuquita? —

Amy pensó un rato y le dijo:

--No señor, bueno casi, una vez un niño me metió una zanahoria y me sacó sangre y me asusté—

--¡Ah! entonces ya te rompieron el himen ¿verdad jovencita? —

--No sé, Don Renato, pero me imagino que sí. —

--Bueno, entonces no hay problema que te estrenemos el coñito, claro, si no quieres, pasamos a otra cosa—

--¡NO, Por favor, sigamos el juego, métanme la picha por donde quieran, verán que no lloraré—

Amy corrió hacia el viejo colchón y se acostó doblando las rodillas mostrando su coño inflamado de deseo y chorreando de sus jugos.

Todos rieron, y Renato con cara de facineroso se adelantó hincándose a sus pies agarrándose la verga y mostrándosela a la nena quien puso cara de asombro y le dijo:

--Huy, está muy grandota, ¿crees que me quepa en mi chumino? —

-- un poco de salivita hace milagros preciosa. —Le dijo el tipo, y acercando su cara a la vulva adolescente, empezó a besarla y meter la lengua haciendo retorcerse da placer a la chiquilla que agarró su cabeza y la empujó hacia ella como si quisiera meterla en su coño hambriento.

--Si, si… ¡Chúpala bien!, ¡Cómeme! ¡Méteme el dedo en mi culito! —le decía cerrando los ojos.

La chica estaba al borde del paroxismo mientras el infeliz trataba de meter su lengua lo más profundo.

--Miren, la putita ya esta preparada y bien calentorra ja, ja. —Gritaba uno de los hombres mientras se masturbaba viendo la calentura de Amy.

--¿Ya quieres que te la meta, chiquilla? —Le dijo Renato

--Si, métame la verga y dígame puta, me gusta que me digan puta y otras groserías—

--Saliste bien degenerada, ¡PUTA! —

--Si, si, rómpame el coño, métamela toda por favor. –

Renato se acostó bocarriba con su tremendo pitón apuntando al techo, Amy se asustó del tamaño de aquel cipote que era mucho más grande que el de su padrino.

--¡Pero está enorme señor, no va a entrar en mi chuminito! —

--No te preocupes preciosa, la meteré con mucho cuidado, pero ensalívala bien para que resbale—

La joven no espero dos veces y se lanzó con su boquita a lamer ese falo que tanto le gustaba.

--Ya, ya, no te emociones tanto que me vas a sacar la leche antes de tiempo, ya está bien lubricada, ahora te vas a montar sobre mi como si fuera tu caballito—

Amy se monto a horcajadas directamente arriba de aquel príapo gigantesco y fue bajando lentamente hasta meterse casi totalmente aquella estaca.

--Uff, ya no cabe más señor, ¡está muy grandota! —

--¡Aguanta pequeña verás que rico vas a sentir cuando la tengas toda adentro! —Exclamó el hombre.

Siguió metiéndose el falo lentamente hasta quedar completamente empalada. Los otros secuaces aplaudieron cuando vieron a Amy con cara de placer sentada completamente sobre la cadera de Renato. Ante la admiración de todos, la nena empezó a cabalgar sobre su caballo humano como poseída por la lujuria, entonces se echó sobre el quedando con el culo completamente expuesto, cosa que aprovechó Blas quien acercándose por detrás empezó a lamer aquel culo tierno que se le ofrecía.

--Mmm, ¡Que rico! ¡Sigue, sigue, mete más tu lengua! —Vociferó la joven.

--Mejor metemos otra cosa más grande, je, je. —Rio Blas, quien ya estaba preparado con su verga también bastante grande apuntando hacia el estrecho orificio.

--¡No!, Por favor, no por ahí, ¡me va a lastimar! —gritó suplicando.

--En donde cabe la lengua, cabe la verga ja, ja. —Rio el hombre empezando a meter su verga en el culo de la jovencita.

En un momento, Amy tenia dos enormes vergas dentro de su cuerpecito, y, para su asombro, estaba disfrutando como nunca, se sentía llena a rebosar, era un sentimiento único, morboso.

--¡Dios, como estoy gozando!, Quiero más! —Gritaba de placer.

El otro malviviente no quería quedarse atrás, faltaba un orificio de llenar para que estuviera llena por todos lados. Se colocó encima de su cabeza, de frente a sus compinches y fue bajando hasta colocarse directamente encima de la boca de la chica quien tomó aquella verga que se le ofrecía y la llevó lujuriosamente a su boca. En ese momento Amy estaba siendo follada por sus tres agujeros.

Sacando un momento la verga que ocupaba su cavidad bucal les gritó:

--¡Quiero la leche de los tres, quiero que me llenen de leche mi coño, mi culo y mi boca al mismo tiempo! —

No les faltó mucho para que los tres eyacularan casi al unísono llenando la fantasía erótica de ella.

Los cuatro quedaron momentáneamente inmóviles, reposando, Renato le preguntó:

--Dime preciosa, ¿Quieres seguir jugando? —

--Siiii, sigamos –

--¿Te gustan los perros? —

--Me encantan los perros, los borricos y todos los animales—Dijo Amy entusiasmada.

--Pues va a venir un amigo mio con su perro para que juegues con el—

--¡Gracias, señor, me encanta la idea! —Dijo dándole un beso.

Mientras tanto, en la acera de enfrente se encontraba Jaume, nervioso contando los minutos para que saliera Amy o ir por ella, en eso estaba, cuando vio que se acercaba a la covacha de Renato un mulato bastante alto y atlético llevando con una correa a un perro negro enorme, no distinguió si era un Mastín, pero lo parecía. El mulato bajo los escalones dirigiéndose a la covacha y toco brevemente a su puerta, enseguida se abrió y desaparecieron en ella.

Jaume se inquietó, pensando que el granuja de Renato iba a hacer alguna perversidad de las que acostumbraba, pero lejos de preocuparse siguió masturbándose mentalmente imaginando a su querida ahijada haciendo toda clase de actos depravados.

Esperó casi una hora, y cuando se estaba levantando para ir a la covacha a ver que sucedía, vio que salía Amy acompañada de Renato. Se apresuro a cruzar la calle disculpándose por llegar tarde.

Amy en cuanto lo vio corrió a abrazarlo y darle un beso fraternal. Jaume se percató de inmediato del tufo a sexo, meados y zoológico que despedía la pequeña.

--¿Cómo se portó mi sobrina, Renato?

--Excelente, querido amigo, es una chiquilla muy obediente, estuvo jugando todo el tiempo con nosotros—Le dijo el vago con una sonrisa sarcástica.

--¿Verdad preciosa? -Le preguntó a Amy.

--Si, me enseñaron unos juegos muy divertidos tío—Contestó la chiquilla dándole la mano a Jaume.

--Pues te agradezco que la hayas cuidado y en cuanto pueda te devuelvo los cincuenta euros que me prestaste—

--No, no te preocupes, no me devuelvas nada, además cuando necesites más trae a tu sobrinita y la cuidaré con gusto, ja, ja. —Le dijo Renato maliciosamente.

Jaume y su ahijada subieron al auto para regresar a la finca y Jaume le dijo:

--No sabes cuanto deseo que estemos en casa y que me cuentes todas las cosas que hiciste con esos malvivientes para después follarte por todos lados mi preciosa putita—

--Primero necesito una ducha padrino, pues apesto a porqueriza, ja, ja. —

--¡Vaya que sí! –le respondió riendo Jaume.

Después de darse una ducha, Amy salió del baño más hermosa que nunca, Jaume la esperaba desnudo tumbado en la cama. Amy se acostó a su lado, tenia una luz especial de satisfacción en su mirada y le susurró al oído si quería que le relatara lo que pasó en la covacha de Renato.

--Lo estoy esperando con ansias—Le respondió besándola con pasión.

Amy le relató detalladamente todo lo que le hicieron, mientras Jaume se excitaba ocasionándole una gran erección. Le dijo como se sintió completamente empalada cuando recibió las tres vergas al mismo tiempo y después como los cuatro quedaron tendidos exhaustos.

Se quedó pensativa por un momento observando a su amante.

--¿Qué pasa?, ¿eso fue todo? —Preguntó Jaume con cara de duda, sabiendo que habías más.

Amy lo miró con cara de niña traviesa y le dijo.

--¿De verdad quieres que te cuente todo? —Le dijo la joven con cara de pícara.

Jaume asintió con la cabeza diciéndole:

--Quiero que me digas todo, absolutamente todo. -

--¿Me prometes que después de que te diga todo me besaras sin asco? —Le preguntó la jovencita sonriendo, sabiendo que esto le fascinaría a su amante.

--Prometido—Le dijo Jaume levantando la mano en ademán de promesa y sonriendo maliciosamente.

Amy se acurrucó en su pecho, y con voz queda continuó.

--Estábamos acostados reposando de la orgía, y Renato me preguntó si me gustaban los perros…le dije que me encantaban, y me dijo que llegaría un amigo suyo con un perro para que jugara conmigo, yo me hice la inocente y le dije que sí, que hacía mucha ilusión, yo ya sabia en mi interior a que clase de juegos se refería y me empecé a excitar solo de pensarlo, no pasó mucho tiempo y llegó un mulato bien alto con un perro enorme, como estábamos todos en pelotas me avergoncé un poco, pero él, en seguida se desnudó también y me acercó al perro, me dijo que “Sultán” ( Así se llamaba el perro), quería conocerme y jugar conmigo, que era muy juguetón y le gustaban las jovencitas como yo.

El perro inmediatamente metió el hocico entre mis piernas y empezó a lamer mi chochito que estaba escurriendo la leche de Renato, todos se empezaron a reír viendo como trataba de quitármelo de encima, entonces, Nelson, que así se llamaba el mulato, me dijo que si quería jugar con él, yo le dije que sí, me dijo que jugarían a que yo era su perrita y me indicó que me arrodillara y pusiera las manos en el suelo como si fuera perra, yo ya estaba chorreando de excitación y lo hice. Nelson tomó al perro y lo acercó a mi cara, me dijo que necesitaba que lo emocionara para que continuara el juego. --¿Qué tengo que hacer para emocionarlo?, le pregunté, haciéndome la inocente, entonces hizo que el perro se echara boca arriba y me dijo que le agarrara su pito, me agaché y lo agarré con todo cuidado y vi como en su punta había una gota de un líquido espeso como moco de color amarillo verdoso y le pregunté que era, él me dijo que me acercara, le subiera la piel y lo lamiera, que las perritas así lo hacían y les gustaba. Yo empecé a subir la piel de su pito, y acercando mi boca le lamí aquella gota, al principio sentí un poco de asco, pero pudo más mi morbo y me lo tragué, entonces, el perro empezó a excitarse sacando una punta enorme y roja que estaba escondida dentro de su piel, estaba como petrificada viendo aquel cipote rojo, casi morado y lleno de venas echando chisguetes de un líquido transparente y denso.

Entonces el mulato levantó al perro y me dijo que ya estaba bien empitonado, le agarró la verga y la sacó entre sus patas traseras, y la colocó frente a mi cara, diciéndome que lo chupara para que estuviera listo para volverme su perrita, yo me acerqué y metí en mi boquita todo lo que pude aquel pitón y empecé a mamarlo como a un hombre, pero estaba muy grande y me llegó hasta la campanilla haciéndome tener arcadas, entonces el mulato alzándole la cola, me dijo que le lamiera el ojete, yo me saqué la verga de la boca y lamí con asco el culo del animal.

--¿Lamiste el culo del perro? —Le preguntó asombrado Jaume.

--¡Si! Y hasta le metí un poco la lengua, ¡sabía bien amargo! —Le dijo Amy y continuó con su relato.

Entonces, Nelson dijo que ya estaba listo, y colocándole unos calcetines en las patas delanteras para que no me lastimara, lo montó en mi espalda y dirigió su verga que no cesaba de disparar chorros de liquido lubricante a mi coño que ya estaba completamente inundado por la calentura que tenía.

¡No te imaginas el deseo que tenía de tener esa verga dentro de mí!

El perro, creo que estaba bien adiestrado en estos menesteres, pues no tardé en sentir como me estaba penetrando hasta el fondo de mis entrañas haciendo que me doliera y soltara un grito. Después ya me acostumbré y me empecé a excitar más y a menearme incitándole a que me penetrara más.

Todos guardaban silencio viendo como gozaba con aquel acto de apareamiento bestial.

Entonces, el mulato hizo algo que no me esperaba, se puso detrás del perro, y con la verga bien parada, empezó a metérsela por el culo, yo creo que el animal estaba acostumbrado, y era medio puto, pues lejos de inquietarse, empezó a moverse con más intensidad. Yo estaba en el clímax de la lujuria y entonces el mulato empezó a gritar--¡ME CORRO! ¡ME CORRO! Y sacando su verga del culo del animal, corrió a pararse frente a mi cara, luego se hincó y me puso la verga frente a mi boca…no lo vas a creer, ¡estaba llena de mierda!, pero a mi no me importó, estaba tan excitada que no lo pensé y me la metí en la boca hasta dentro recibiendo un chorro interminable de esperma que tragué golosamente y después chupé y chupé hasta dejarla completamente limpia.

--¡Pero que dices!, ¿mamaste una verga toda embarrada de mierda de perro? -

Le preguntó Jaume haciendo cara de asco.

Amy siguió visiblemente emocionada:

Créeme que al principio me sabía horrible, pero después, hasta quería más. Luego, Nelson desmontó al perro, que a su vez ya había descargado su semen en mi vulva y me indicó que me acostara boca arriba, el se arrodilló frente a mi rostro y descargó una gran meada y bañó mi cara mientras yo abría la boca para tratar de beber algo del liquido ambarino, luego, sucedió algo que no me esperaba, llamó al perro y le dio a oler mi cara llena de sus orines, y el perro alzó la pata y comenzó a mearme en el mismo lugar que lo había hecho su amo, y el desgraciado mulato me alzó la cara para que abriera la boca y tragara los meados del perro tal como hice con los suyos.

¡Mírame, querido!, bebí meados de perro y me gustó. Nunca me había sentido tan sucia y perversa, gocé como nunca.

¡Increíble! —exclamó Jaume excitado.

--Eres la chica más degenerada y perversa que he conocido, pero tal vez por eso me vuelves loco de deseo—Le dijo Jaume besándola, mientras ella, tomando su verga completamente erguida de deseo y a punto de estallar y montándolo a horcajadas la insertó en su vulva sedienta de deseo.

Esa noche hicieron el amor dos veces. Cuando reposaban, Jaume le dijo:

--Este es nuestro ultimo fin de semana, quiero prepararte algo especial…

Amy lo miró con cara lujuriosa, le sonrió y lo besó, no hizo falta que le preguntara nada más.

…continuará.