La ahijada sumisa

Amy, una encantadora jovencita es seducida por su padrino llevandola a experimentar toda clase de perversiones

LA AHIJADA SUMISA

Parte 1

Amy era una jovencita de belleza indescriptible, delgada y alta para su edad, sobresalía de sus compañeras con su cabello rubio dorado y sus grandes ojos verdes que hacían su rostro aún más bello y sensual, educada en una familia religiosa al norte de Cataluña, siempre fue consentida como hija única, su temperamento siempre fue muy fogoso y destilaba sexualidad despertando los pensamientos más censurables a los amigos de la familia, pero en especial a su padrino Jaume, hombre maduro de gran rudeza y que había quedado viudo desde hacía algunos años, muy querido de la familia, que depositaban en él una confianza a toda prueba, Amy siempre esperaba ansiosa sus visitas pues le llevaba regalos y la sacaba a pasear, pero sobre todo le encantaban sus platicas muy adultas y la mirada de deseo que despertaban su coqueteo innato y que la hacían más irresistible y que también fue el objeto de sus múltiples sueños eróticos.

Desde muy pequeña se despertó en ella un masoquismo innato y tendencia a la sumisión sexual. Una vez, siendo aún muy pequeña, su padre la castigó por haberse portado mal, la subió en sus piernas y le empezó a azotar sus pequeñas nalguitas hasta hacerlas poner rojas, al principio le dolió muchísimo, pero a medida que recibía más nalgadas empezó a sentir un placer extraño que le hizo desear que siguiera, esta fue la única vez que su padre la castigó, pero desde entonces muchas veces en la cama recordaba esos golpes y le llevaban a masturbarse imaginando que diferentes hombres mayores y rudos la azotaban, llegando a convertirse en una obsesión.

También, en la escuela, en uno de los juegos clásicos con sus compañeritas, perdió, teniendo que obedecer algún castigo que le fuera impuesto, esa vez le dijeron que tenía que entrar de escondidas y a gatas en el aseo de los niños y que una vez adentro le dirían cual era el castigo, a Amy le pareció excitante, cuando entró se dio cuenta de que el piso estaba bastante sucio y con un fuerte olor a orines, esto hizo reír a sus compañeritas pero a Amy la excitó e incluso simuló resbalar para apoyar su boca en aquel piso lleno de meados, aquello le supo acido pero le gustó y disimuló su gusto con un gesto de repulsión haciendo reír más a sus compañeras, después le dijeron que tenía que hincarse delante de uno de los retretes y besar la orilla, esto al principio le dio mucho asco pero una vez en esa posición y al oler el fuerte olor que despedía le causó un gran placer que disimuló ante sus amigas haciendo muecas de disgusto mientras sus amigas reían, pero muy al interior disfrutó y le ocasionó que mojara sus pequeñas bragas. Desde entonces tuvo ese otro fetiche ante lo sucio, soñaba que la hacían realizar cosas sucias como caminar sobre excremento de perros o mojarse los pies con orines en baños públicos, muchas veces, cuando pasaba por algún parque y veía algún vago, ella imaginaba después, que este la forzaba en un lugar despoblado y sucio y le hacía lamer sus pies llenos de fango.

Antes de iniciar su educación secundaria, ese verano Jaume llegó a casa de sus padres para invitar a Emy a su pequeña finca

La joven siempre había disfrutado las cortas estancias en la finca que se encontraba en un pequeño pueblo de las cercanías y disfrutaba jugando con los perros y los borricos que tenía el padrino, por lo que se puso feliz cuando los padres accedieron de muy buena gana a la invitación de Jaume, pues su confianza en él era infinita, además, le hacía ilusión estar a solas con su padrino que ejercía una extraña atracción en ella y que había sido el personaje de muchos de sus sueños eróticos, y esta vez se proponía seducirlo e inclusive estaba decidida a perder su virginidad con él.

Después de empacar algunas cosas, Amy partió con su padrino hacia la finca en un viaje que la iba a cambiar para siempre.

La finca era muy pequeña, una casa de dos niveles con dos estancias en la parte superior que compartían un baño.

Tenía un corral y un cobertizo en donde estaban dos borricos, también tenía dos perros grandes tipo Mastín que cuidaban la finca.

Cuando llegaron, Jaume le mostró su habitación y tomándola cariñosamente de la cintura le dijo que había varias fundas para cubrirse si le daba frio y que su habitación estaba contigua a la suya y si así lo deseaba y tenía frío, podía meterse a la cama con él. Amy lo miró y no pudo menos que sonrojarse al advertir la mirada lujuriosa de su padrino.

--Gracias padrino, me encantaría que me abrazaras antes de dormir como hacías cuando era una chiquilla.

--Bien Amy, por ahora cenaremos, que es algo tarde y nos meteremos a la cama que tengo algo de sueño y tú debes descansar.

Amy subió a darse una ducha mientras Jaume preparaba la cena, cuando bajó, lo dejó boquiabierto, llevaba una camisa que le llegaba un palmo abajo del pubis notándose que era lo único que llevaba encima.

--Con tanto calor me apeteció ponerme únicamente esto encima, espero que no te moleste padrino. –Amy se dirigió a Jaume con una sonrisa encantadora y sentándose en sus piernas le abrazó cariñosamente.

--Caray Amy, estas hecha una mujercita guapísima, supongo que tendrás muchos enamorados.

--Si, padrino, pero la verdad, se me hacen muy sosos los chicos de mi edad, me atraen mucho más los hombres maduros…como tú. —le dijo Amy soltando una carcajada y besándolo casi en la boca.

Jaume se dio cuenta que su ahijada estaba próxima a caer, pero no quería ser demasiado obvio en sus intenciones.

Durante la cena Amy no dejaba de observar las miradas lascivas que le dirigía su padrino, procurando abrir un poco la camisa dejando entrever sus pequeños pero maravillosos senos adolescentes.

Jaume no aguantaba las ganas de tener ese cuerpo núbil en sus brazos lo antes posible, pero nunca se imaginó lo fácil que esto le sería.

Al terminar de cenar y degustar unas copas de vino, Amy le dio las buenas noches a su padrino dándole un abrazo y restregando su excitante y juvenil cuerpo en el cuerpo robusto y sudoroso y le besó casi rosando sus labios, cosa que excitó de sobremanera a Jaume.

Esa noche Amy no podía conciliar el sueño, se sentía inquieta y atraída hacia su padrino, no aguantó más, y levantándose se dirigió al dormitorio de Jaume, todo estaba oscuro y la única iluminación era la luz de la luna que penetraba por la ventana del pasillo, encontró la puerta abierta y sigilosamente se acercó a su cama, Jaume, lejos de estar dormido se dio cuenta que sus deseos se hacían realidad, fingió estar dormido cuando Emy levanto ligeramente la colcha y se acurrucó a su lado, se percató de que este estaba  completamente desnudo y del fuerte olor a macho que despedía, que lejos de molestarle le causó un deseo muy profundo de abrazar ese cuerpo fuerte y maduro de hombre de campo. Jaume se volteó hacia su cara que quedó a escasos centímetros de la suya.

--Dime mi nena, ¿no puedes dormir?, ¿Quieres que te tome en mis brazos? Le dijo ardiendo en deseos.

--Si, si padrino, por favor abrázame que tengo frio.

Jaume tomo a la pequeña entre sus brazos mientras ella colocaba su cabeza en su pecho, mientras sus manitas bajaban hasta encontrar el mástil enhiesto del padrino.

--¿Siempre duermes desnudo? Le preguntó.

--Si querida, es más cómodo, hazlo tú también y podremos abrazarnos mejor.

Emy no dilató en quitarse el camisón y quedar completamente desnuda junto al viejo pero fornido cuerpo del padrino y sintió como su verga se pegaba en su pubis.

El cuerpo de Emy ya asomaba los rasgos de la pubertad, sus pechos, aunque pequeños era bellísimos y en su pubis asomaba una pelusa negruzca que contrastaba con la blancura de su piel y el dorado de su cabello.

En ese momento aprovechó Jaume para besarla en los labios y Emy le correspondió ardorosamente.

--Hazme tu mujer Padrino, te deseo muchísimo. —le dijo Amy.

--Dime mi nena, ¿eres virgen?

--Si, pero quiero que seas mi primer hombre.

--Espera querida, yo lo deseo igual que tú, pero debemos tomar precauciones, mañana tomaras unas pastillas para no quedar embarazada.

--Es que no voy a aguantar, te deseo intensamente, por favor fóllame ahora.

--Te voy a quitar ese ardor sin riesgos querida, ten confianza.

Y diciendo esto comenzó a besarla por todo el cuerpo hasta llegar a su sexo que estaba completamente encharcado e inundado de pasión, Jaume era un experto en estos menesteres y su lengua empezó a darle ese placer que tanto buscaba la chiquilla, pronto encontró el punto de placer y esta no tardó mucho en tener su primer orgasmo, tomó la cabeza de Jaume entre sus manos y la empujó hacia ella como si quisiera metérsela completamente en su vagina, Jaume por otro lado empezó a levantarla de su cadera y bajo su lengua hasta llegar a su también virginal ojete, metió su lengua saboreando aquel orificio mientras Emy se retorcía de placer.

--¿Qué haces padrino?, siento riquísimo, pero está sucio…

Jaume no cesó en sus embestidas hasta que la joven tuvo su segundo orgasmo. El subió la cara hasta la suya y la besó apasionadamente, Emy sintió el fuerte olor y sabor de su propio sexo y le hizo sentir todavía con más deseos de tener a ese hombre dentro de ella y que  penetrara en sus entrañas.

--Déjame corresponderte de la misma forma padrino—le dijo Emy tomando su cara amorosamente con sus manos y mirándole morbosamente.

--¿Quieres darme placer con tu boquita?, ¿ya has mamado alguna vez el sexo masculino?

--No, pero lo he visto en algunos videos porno con mis amigas y me hace mucha ilusión hacerlo contigo, quiero que me enseñes a ser muy buena mamadora de vergas, ja, ja.

Jaume no cabía en sí mismo de la fortuna de ese momento y tomando la cabecita de su ahijada la guio lentamente hasta su mástil que estaba a punto de explotar.

Amy tomó delicadamente aquella verga ya humedecida de los fluidos pre seminales, pasó sus dedos alrededor del glande todavía cubierto por el gran prepucio esparciéndolo por todo el derredor y lo lamió amorosamente mientras bajaba aquel pellejo que escondía el gigantesco hongo, lo observó embelesada y pasó su lengua lamiendo la crema acumulada en los pliegues, producto de los restos de semen impregnados de orina y los días sin asear, el olor fue más intenso al descubrir el glande escondido cuyo sabor era extraño y fuerte, cosa que le dio mucho morbo, entonces lo metió completamente en su pequeña boca succionándolo como si le fuera la vida en ello, Amy estaba fuera de si lamiendo y chupando.

--Amy, si sigues así te voy a llenar la boca de mi leche querida. —Le dijo Jaume.

--Si, si padrino lléname la boca, que quiero tomarme toda tu leche por favor...

Diciendo esto, la pequeña sintió los estertores del viejo mientras le echaba una cantidad enorme de semen espeso producto de varios días de ayuno sexual y que ella tragó con fruición.

Después de esto, los dos quedaron abrazados hasta quedarse dormidos, no sin antes decirle al oído que esperaba con ansias el día siguiente para sentirlo dentro por primera vez. Él sonrió y asintió con un beso.

Cuando despertó Amy se percató de que su padrino no estaba en la cama, se puso su camisón y bajó a la cocina en donde Jaume estaba preparando un suculento desayuno.

--Hola padrino—le dijo Amy echándose a sus brazos y besándole apasionadamente.

--Estoy desfalleciendo de hambre—le dijo Amy.

--Bien querida, tomamos algo y me iré al pueblo a hacer algunas compras, dentro de ellas, las pastillas que te dije—Jaume le guiñó el ojo maliciosamente.

--Es lo más importante, padrino, ja, ja. —

--En lo que regreso puedes dar un paseo por los alrededores con los perros y si quieres montar un burro, ya sabes en donde se encuentran, aunque en esta temporada la burra anda en brama y el macho está un poco arisco—

--¿no quieres que te acompañe al pueblo?

--Creo que será mejor que vaya solo, este es un pueblo chico y si me ven contigo comprando los anticonceptivos seguro que dará de que hablar—

Cuando salió Jaume, salió a ver a los perros que la saludaron efusivamente dando brincos y lamiéndole por todos lados, enseguida se encamino al corral en donde estaban los dos burros que también se acercaron a Amy cariñosamente, Amy se quedó embelesada viendo la verga del burro que estaba ligeramente erecta y le produjo que sus deseos sexuales volvieran a la vida, se sentó debajo de un árbol observando al borrico y pensando si la verga del burro tendría el mismo sabor que de un hombre y empezó a acariciar su ya húmedo sexo, iba únicamente con su camisón así que le fue fácil masturbarse soñando despierta con el cuerpo del padrino y la verga que la llenó de placer la noche anterior, tuvo un orgasmo inmediato y se quedó dormida. Empezó a soñar que su padrino la llevaba hacia el corral amarrada de un collar de perro, él iba descalzo y le ordenaba que limpiara sus pies sucios de haber pisado el lodo y después la obligaba a hincarse debajo del burro para hacerle mamar la inmensa verga que apenas cabía en su boca. El sueño hizo que volviera a tener otro orgasmo despertando al sentir la lengua de uno de los perros lamiendo su juvenil chochito, ella le dejó, imaginando que era la lengua de su padrino, cuando oyó los pitidos del auto de Jaume que anunciaban su llegada, salió a su encuentro rápidamente y lo recibió efusivamente con un abrazo y un beso muy pasional.

--Me alegra que estés aquí padrino, no sabes cuánto te deseo—

Jaume la abrazó y le dio las pastillas que tenía que tomar y le dijo que también había comprado algo para él.

Después de comer Jaume se descamisó y salió a cortar un poco de leña pues le dijo a  Amy que en la noche estaba pronosticada lluvia y frio, así que pondría la chimenea.

Amy le veía a través de la ventana admirada como, aquel hombre pese a su edad tenía un cuerpo muy fornido y con el ejercicio sudaba copiosamente lo que hizo que la joven deseara intensamente abrazar ese cuerpo y embarrarse de su sudor.

Salió sigilosamente de la casa completamente en pelotas y se acercó a Jaume sin que este se percatara, lo abrazó por la espalda y Jaume sintió como la juvenil carne desnuda se pegaba a su cuerpo y como su lengua empezaba a lamer su espalda empapada de sudor, el dejó caer el hacha y se dejó hacer mientras ella se hincaba y bajaba sus pantalones, como no usaba ropa interior quedó completamente desnudo mientras la niña separaba con sus pequeñas manos las nalgas sudadas de su hombre, y lamía fervorosamente el ojete peludo y apestoso de su amante, a una señal de la joven Jaume se inclinó para dejar más expuesto el culo a los lengüeteos de la chica, que trataba de meter lo más que podía su lengua en el asqueroso agujero y sentir ese sabor acre que despertaba sus más sucios instintos, entonces, él se dio la vuelta hacia la chiquilla besándola pasionalmente, ella siguió besándole el pecho y lamiendo su sudor para seguir con las sucias y sudadas axilas que despedían un olor fuertísimo que acrecentaron sus deseos juveniles, Jaume le alzó y le dijo:

--Eres una putilla guarra querida, dime ¿Te gusta lamer mi cuerpo sucio de sudor?

--Lo adoro padrino ya no aguanto más, quiero que me folles ya por favor…

Jaume la levantó y cargándola la llevó a la habitación.

La depositó en la cama, se inclinó y separó un poco las rodillas de modo que su verga que sostenía con una mano llegase a la altura del clítoris turgente y congestionado de Amy.

La cabeza de su verga, con los redondeados bordes mojados de licor seminal, la acariciaba en un movimiento de balanceo, y con ese largo beso de ese glande desnudo e hipertenso sobre ese clítoris joven, gozó y gozó…

Amy gruñía de placer, de su clítoris descendía un calor que llegaba hasta el fondo de su vientre húmedo y se deslizaba sobre sus muslos.

--¡Padrino!, ¡padrino!, ¡métela toda!, ¡Fóllame! ¡Rómpeme por dentro!

Ella gimió, se retorció, todo su vientre acompañaba con un ritmo lento el movimiento de esa gran verga que se restregaba sobre su sexo entreabierto, ya empapado de rocío ante la proximidad del placer.

¡Ah! —gimió

Y con un grito sordo y profundo, tensando todo su ser, se arqueó, balanceo su vientre y disfrutó. ¡Estaba inundada! Todo su sexo, todavía virgen lloraba de alegría, estaba excitada hasta lo más profundo de su ser. La verga de Jaume continuaba masturbándola, pero dominándose a sí mismo esperó con el sexo a medio camino de la vulva mojada, entre los grandes labios abiertos. Esperó el ultimo estertor de placer que había hecho explotar en la muchacha y empezó a hundirse en ella, primero lentamente, con la potencia implacable de un carnero. Sentía debajo de él el cuerpo apenas formado y ardiente de su presa. Sentía alrededor de la cabeza de su miembro la humedad caliente de ese pequeño sexo que acababa de disfrutar, y se hundió, esta vez con brutalidad. Con su fuerte pecho ahogó el grito de la niña y atravesó la vagina con su miembro, reventando de un solo golpe la fina membrana de virgen hasta llegar a la carne magullada y sangrante.

Emitió un aullido animal y masculló palabras obscenas:

--¡Puerca! ¡Puta!, ¡Toma más! ¡ten!

Descargando con un último empujón, hundió más su pene y luego se desplomó.

La pequeña gemía de dolor y de placer, saciado, Jaume todavía jadeaba. Se quedó sobre ella, todavía estaba adentro, se quedó quieto oprimiéndola.

--Querida…querida, mi pequeña, ¿Te he hecho daño?

Se retiro lentamente y se puso de rodillas antes de recuperarse y ponerse de pie.

Sintiendo su carne un poco dolorida, pero con restos de placer, Amy puso sus manos instintivamente entre sus muslos, estaba empapada, manchada de un líquido espeso, de sangre y esperma mezclados con el licor de su placer, en el fondo de ese dolor que todavía sentía y en el fondo de su angustia, se sentía loca e infinitamente feliz—¡Soy mujer!—gritaba una voz dentro de ella--¡Tengo un amante!—y levantándose ágilmente a pesar de la embriaguez que la nublaba, se abrazó a Jaume, lo abrazó ardientemente durante mucho tiempo, sumergiendo su lengua joven en la boca seca de su seductor que ponía sus manos sobre las nalgas frescas de la muchacha.

Amy estaba magnifica, su cuerpo adolescente en plena floración brillaba con una gracia infantil en la plenitud torneada del cuerpo de mujer que empezaba a aparecer. La vista de la belleza de Amy despertó en Jaume los pensamientos más perversos que había estado ocultando, se arrodilló encima de ese cuerpo inmóvil y de cara a la chiquilla se sentó prácticamente sobre sus senos, con la verga en la mano todavía chorreando de esperma y sangre contemplaba el encantador cuadro que ofrecía el rostro de Amy apoyado sobre la almohada con los ojos casi cerrados y una sonrisa sensual en los labios. Ella miraba como, la gran verga de su amante se aproximaba a su cara, Jaume un poco inclinado hacia adelante empezó a acariciar el rostro de la joven con el grueso hocico de su falo.

--¿Eres mía querida? -

--Si padrino, soy toda tuya, puedes hacer lo que quieras conmigo—

La respuesta inmediata de la joven acrecentó los deseos impuros que se gestaban en la mente perversa de Jaume.

--Me gustaría entregarte a una horda de hombres y ver cómo te toman por todos lados—

Amy abrió los ojos desmesuradamente y agarrando a Jaume por la cabeza lo acercó a sus labios para besarlo apasionadamente-

--Si, sí, me gustaría que me hicieran toda clase de porquerías y que me azotaran hasta que les ordenaras parar. Desde hoy mi amado padrino, mi cuerpo te pertenece a ti o a los que te plazca entregarme para tu placer que también será el mío—

--Mientras estemos aquí, no seré más tu padrino sino tu Amo—

--¿y yo? ¿Qué seré? ¿Cómo me llamarás?

--Tú serás mi puta, mi perra.

--Me encanta Amo, Ahora por favor hazme tuya por el culo, quiero que todos mis agujeros de puta sean tuyos—

Amy dio media vuelta, se tumbó boca abajo con las piernas ligeramente separadas. ¡Que bonita era! Esas nalgas adolescentes, firmes y llenas, esos riñones hundidos en una curva con unos adorables hoyuelos, esos largos muslos… ¡Maravillas esculturales que la mano de Jaume manoseaba y acariciaba! Se detuvo sobre las tensas nalgas, introdujo con habilidad el dedo en la hendidura y rozó el pequeño agujero del ojete, mientras su lengua y sus labios libaban el cuello, detrás de las orejas, y los hombros frágiles. Amy sentía escalofríos, sentía como se le ponía la carne de gallina. ¡Era fantástico!, tenía ganas de reír y chillar. Y ese dedo que coqueteaba y halagaba tan bien al pequeño agujero de la raja de sus nalgas le producía una sensación exquisita, era como si su pequeña cadera tuviera sed, mientras sin darse cuenta, instintivamente ofrecía su trasero invitando a otras penetraciones.

--¿Te gusta?

--¡Si! ¡Si! —murmuró ella

--¿Quieres sentir mi verga dentro de tu culo?

Ella asintió con la cabeza y le dijo:

--Quiero que me la metas en el culo, pero antes pégame, pégame en las nalgas por favor.

--Espera unos segundos mi querida putilla, vuelvo en seguida.

Jaume se dirigió a donde estaban sus pantalones y sacó el cinturón de su lugar. Se acercó a la joven y, con un dedo experto, le unto con sus propios efluvios la parte próxima al ano, dando un pequeño masaje.

Entonces se puso en posición frente la espalda de la chiquilla y tomando el cinto empezó a dar azotes en las juveniles nalgas.

--¡Mas fuerte, Amo, más fuerte, ¡hasta que se ponga rojo mi culo! -Le gritó suplicando.

Jaume endureció los golpes procurando no pasarse, mientras Amy se retorcía de dolor y placer.

--¡Dime que porquerías me harás hacer! Le suplicó Amy, mientras Jaume tenía los ojos inyectados de lujuria.

--¡Te voy a entregar a los peores hombres para que gocen de todas las formas posibles con tu cuerpo!

--¡Dime que cosas quieres que les haga, ¿quieres que me beba su semen? ¿Sus orines?

--Si, ¡Si! Y más cosas por más asquerosas que sean.

Entonces se puso en posición frente a la espalda de la chiquilla y empezó a separar las nalgas con la mano, abriendo de esta forma los pétalos frágiles de su ojete. Dirigió la punta de su verga hacia la pequeña boca del agujero, antes de dar un pequeño empujón que lo hizo poner en posición de penetración. Con sus dedos siguió apartando el pequeño valle, ¡Pero deseaba todavía más!

--Ayúdame a abrirte más con las manos—ordeno a Amy.

Ella obedeció. Apartó con sus manos las nalgas y el pequeño agujero apareció completamente abierto, distendido. Jaume entró con un pequeño empujón, gracias a la gran cantidad de liquido seminal pudo meter hasta la mitad el gran falo completamente erecto.

¡Ábrete todavía más! -Gritó Jaume

Emy separó todavía mas las nalgas, esta vez Jaume logró meter la enorme verga casi en su totalidad, Jaume estaba fuera de sí, y esta vez empujo con fuerza y la totalidad del falo desapareció dentro del pequeño agujero.

--¡Me has hecho daño!¡Me duele! -Gimió Amy,

--No te va a doler más, ya verás, ¡Hay que sufrir antes de disfrutar, es una ley de la naturaleza!

--¡Te doy por el culo!, ¡Te doy por el culo! Empezó a vociferar Jaume

--¡Dilo tú también putita!

A pesar del dolor casi insoportable Amy obedeció y gritó esas palabras obscenas que la embriagaban

--¡Me estas dando por el culo! ¡Párteme el culo, cabrón!

--¡Te estoy dando por el culo! ¡Soy tu dueño!

--¡Si! ¡eres mi dueño! ¡Mi Amo! -Gimió Amy.

Jaume empujó con todas sus fuerzas, su vientre chocaba con las hermosas nalgas de la chiquilla. Había llegado al colmo de la exaltación, ahora sentía como su falo había quedado completamente apresado en ese ano ya agrandado y sin fondo para siempre.

Amy sintió como su amo llegaba a la explosión. La verga que tenia adentro se endureció todavía mas en lo mas profundo de su cuerpo y siguió perforando mas de prisa, y de pronto se sintió inundada, sacudida por una especie de diarrea exquisita, sacudida por espasmos mientras Jaume rugía como bestia y le mordía el hombro. Ella rugió también y se derrumbó todavía empalada por el sable de su amante.

Yacían uno sobre otro.

Amy sollozando le dijo a Jaume.

--Me has hecho daño, pero me has hecho gozar intensamente, ¡Me gustaría que me hicieses cosas todavía más asquerosas cosas terribles e innombrables! —

Se inclinó y puso en su boca el gran falo apaciguado, cubierto de esperma y algunos restos marrones. Y con avidez chupó instintivamente el miembro adorado, con un arte consumado como si lo hubiera estado haciendo durante toda su vida, besó los testículos y bajó un poco más hasta llegar al ojete queriendo… ¡no sabía lo que quería!

Ambos quedaron exhaustos y Amy se recostó en el pecho de su amante.

--Dime querido Amo ¿hablabas en serio acerca de entregarme a otros hombres?

--¿acaso no te gustaría?

--Si, me encantaría…

Jaume la besó y le dijo

-A mí también…pero no solamente a hombres querida…

Esto último lo dijo Jaume con una sonrisa maliciosa que hizo estremecer a su amada.

Amy presintió un porvenir lleno de placeres inauditos llenos de morbosidad ¡Se sentía inmensamente feliz!

Continuará…