La ahijada sumisa 2 parte
Amy sigue siendo emputecida por su padrino, haciendo que experimente distintas aberraciones las cuales son muy satisfactorias para su ahijada haciendola más sumisa cada vez
LA AHIJADA SUMISA 2
Amy se despertó con una gran alegría, por fin era mujer y su adorado padrino se había convertido en el amante que siempre había anhelado. Jaume se encontraba a su lado, dormido y completamente desnudo sin nada que lo cubriera, el olor a sexo inundaba la habitación, ella se deslizó sigilosamente hacia abajo hasta estar a la altura de la verga que tanto placer le había dado, la observó meticulosamente acercando su bello y juvenil rostro lo más que podía sin despertar a su amado, aspiró el intenso olor a marisco que despedía y que exacerbaban sus deseos sexuales, acercó su boca y lamió ligeramente su punta saboreando los restos de esperma de la reciente eyaculación, no resistió más y la tomó en su boca, Jaume despertó al sentir como la tierna boca de la niña amante atrapaba su miembro todavía dormido, empezó a reaccionar con la mamada y la dejó hacer, Amy se había convertido en una experta mamadora rápidamente, con el miembro completamente metido empezó a jugar moviendo su lengua alrededor del glande, ocasionalmente, la sacaba completamente para lamer los testículos que guardaban el esperma que pronto la alimentarían, y volvía a meterse la gruesa verga en su boquita de niña, ofreciendo un lúbrico espectáculo a los ojos del perverso padrino, el cual no tardó mucho en inundarla con su esperma, tomó su cabeza amorosamente y la atrajo hacia su boca, el aliento de la niña tenía el olor de su simiente y metió la lengua lujuriosamente en su paladar para saborear los restos de semen que habían inundado su boca.
--Espera, le dijo, no aguanto las ganas de mear—
Estas palabras despertaron un pensamiento morboso en la mente de la jovencita, Jaume se paró rápidamente y se dirigió al baño, parándose frente al inodoro, Amy, que lo había seguido, se hincó a su lado con su rostro a la altura del dardo semi erecto que empezó a lanzar un gran chorro de orina, la niña estaba embelesada observando la gran meada, Jaume se dio cuenta de la mirada de admiración y deseo de su pequeña amante y se contuvo momentáneamente, cosa que aprovechó la nena para metérsela en la boca con glotonería, Jaume no aguantó más y terminó de mear en su boca, la jovencita se tragó todo y se quedó un rato con la verga en la boca. Jaume la levantó y le besó saboreando el sabor semi amargo que tenía.
--Eres una gran guarra, --le dijo--¿Te gustó beber mis meados? —
--Si, me encanta todo lo que sale de ti, la próxima me lo haces completo en mi boca, estoy hambrienta de tu verga padrino...perdón … mi adorado Amo—
--Bueno, ya tendrás muchas oportunidades, por lo pronto nos alimentaremos y después te llevaré al pueblo de compras—
--Mejor nos podríamos quedar en la cama—le dijo Amy con una mirada pícara.
--Las compras que haremos te van a gustar, te lo aseguro—le respondió Jaume con una sonrisa lujuriosa.
--Mmm…me pica la curiosidad Amo—
--Ahora puedes ponerte ese vestidito tan sexi que tienes, pero no te pongas bragas, que no las vas a necesitar—
--Mmmm…esto se pone cada vez más interesante…Dime de una vez que iremos a comprar—Le dijo la chiquilla traviesamente.
--Es una sorpresa, ya lo verás—
Después de desayunar, Amy corrió a vestirse, la belleza y juventud de la chiquilla no dejaban de impresionar a Jaume que se sentía el ser más afortunado y que alimentaban sus pensamientos más lujuriosos, bajó las escaleras luciendo un vestido muy corto y casi transparente que dejaba entrever su desnudez, Jaume la miró lascivamente mientras le metía la mano para asegurarse que no llevaba bragas, le dijo que irían a un pueblo cercano y le preguntó con ironía:
--¿Has estado alguna vez en una sex shop?
Amy volteó a verlo con una sonrisa
--No, nunca, pero me muero de ganas de estar en uno, pero… ¿tú crees que me dejen entrar? —
--Ja, ja, claro, conmigo no habrá problema, sobre todo que, al que vamos, lo atiende un conocido mío y es un poco clandestino—
El poblado no estaba muy lejano, Jaume se dirigió hacia la periferia en un barrio en donde proliferaban los bares y puticlubs. Pararon frente a un local en donde estaba un anuncio poco visible que decía sex shop. El local no era muy grande y estaba atendido por un hombre de mal aspecto con barba de varios días que lo hacían ver más desaseado, era moreno un poco gordo y rondaba los cuarenta años, tenía pinta de moro, después supo Amy que era de Uruguay, pero sus ascendentes eran moros.
Juan, que así se llamaba, estaba como petrificado viendo a la hermosa jovencita. Jaume abrazó a Amy y se la presentó como su puta esclava, a la niña le encantó que le dijera que era su puta y empezó a coquetearle, más que todo, para agradar a su padrino. Empezaron a recorrer los escaparates, Jaume tomó un fuete de esos que tenían varias correas y le preguntó con la voz un poco en alto para que el hombre que atendía los escuchara:
--¿Qué te parece este? ¿Crees que es el adecuado para tu castigo cuando te portes mal?
Amy se sonrojó, pero entró en el juego y le dijo.
--Como usted diga amo, ya sabe que soy su esclava—
--Bien tomaremos este—
La pareja siguió recorriendo el local y después agarró un collar de cuero y una correa.
--¡Mira puta! Voy a llevar esto para que te lo pongas cuando salgas conmigo—
Después agarró unas bolas chinas y un dildo negro enorme—
--Creo que esto te irá muy bien, ¿sabes cómo usarlos? —
Amy negó con la cabeza, entonces Jaume se dirigió a Juan y le dijo:
--Mi esclava quiere saber cómo se usan estas cosas, ¿Puedes mostrarle por favor? —
El tipo no lo podía creer, se quedó con la boca abierta.
--Bueno, ¿Qué pasa? ¿No tienes un lugar en donde los pueda probar?
--Si, Si…ahí atrás hay un cuarto en donde puede pasar—murmuró con los ojos desorbitados.
--Bueno, pues que esperas, llévate a mi puta y enséñale su uso, yo mientras aquí espero y te cuido el negocio—Y haciéndole un gesto le indicó a la chiquilla que se fuera por donde le indicaba el tipo.
Amy no cabía en su sorpresa por la ocurrencia de Jaume, pero estaba completamente excitada, la entusiasmaba la idea de ser usada por ese tipo asqueroso. Juan, que estaba sudando de la emoción, abrió una pequeña puerta y le indicó a Amy que pasaran, Jaume pudo ver un pequeño cuartucho con algunas cajas y una especie de catre que probablemente sirviera para que el moreno echara alguna siesta.
--Entra con él Puta, no te preocupes por el tiempo que te tome, y pórtate bien que es amigo mío y me da muy buenos precios, yo estaré aquí esperando y viendo qué más podemos comprar. —
La joven miro a Jaume y con una sonrisa le guiño el ojo y cerró la puerta tras ellos.
Jaume se quedó esperando e imaginando que tan lejos podría llegar su ahijada, no cabía en su curiosidad y empezó a imaginar diferentes situaciones, esto, le causaba una excitación muy morbosa, ya le contaría Amy con lujo de detalles que pasó en aquel cuarto.
Pasaron como treinta minutos y Jaume ya se empezaba a desesperar cuando se abrió la pequeña puerta y salió el encargado bañado en sudor, detrás salió Amy más radiante que nunca.
--Puede llevarse todo Don Jaume, no es nada, es un obsequio de la casa y cuando usted quiera le puedo mostrar todo lo que está en la tienda—
--¿Te gustaron los juguetes querida? -
--Mmmm …me encantaron, justo lo que necesitaba—
--Pues muchas gracias y ya volveremos—Le dijo al dependiente.
Cuando subieron al auto, Amy abrazó a su amante efusivamente y le dijo que el sex shop había estado de maravilla y que estaba desesperada por probar los juguetes con él, Jaume se sonrió y le dijo que no aguantaba las ganas de que le contara que pasó en el cuartillo ese y soltó una carcajada.
Al llegar a casa subieron rápidamente al dormitorio, Amy estaba excitadísima, se puso en pelotas y empezó a desnudar a Jaume, se arrojaron a la cama abrazándose con pasión y deseo.
--Quiero que estrenes el fuete conmigo, quiero sentir como azotas mis nalgas—Le dijo a su amante casi suplicándole.
Este no la hizo esperar, le ordenó que se pusiera en cuatro patas encima de la cama y le empezó a azotar, mientras la joven, completamente extasiada le gritaba que quería más, cuando ya tenía las nalgas rojas, se volteó sudando y le susurró al oído:
--Me encantó que me entregaras al tipo asqueroso del sex-shop, me hubiera gustado que vieras todo lo que me hizo, pero yo estaba imaginando que estabas ahí, viéndome hacer todo tipo de marranadas y eso me satisfacía.
--A mí también me gustó entregarte, sabia que no me defraudarías, y yo también estaba imaginando estar ahí, me calenté muchísimo imaginándote con ese cuerpecito de niña revolcándose con el tío asqueroso—Contestó Jaume
--¿Quieres que te cuente lo que me hizo el desgraciado ese del sex shop? —
--Si, y con lujo de detalles …-le contestó Jaume.
Amy sonrió maliciosamente y comenzó:
--Cuando entramos al cuarto, aquella bestia estaba resoplando de ansiedad, tenía los ojos sanguinolentos de lujuria, yo me quite el vestido y quedé en pelotas, el tipo no creía lo que veía, ja, ja, entonces empecé a desnudarlo,¡ el tío sí que apestaba ¡, yo creo que no se había bañado en un mes, pero esto me excitó más, no te había dicho, pero la suciedad despierta un morbo muy especial en mí, me dijo que era uruguayo descendiente de moros y que por eso era tan negro, cuando le bajé el pantalón vi que no llevaba ropa interior y vaya que apestaba, tenía una verga enorme y larga con un gran pellejo que la cubría, me dieron ganas de chuparla pero me aguanté y le dije que quería que me probara las bolas chinas primero que nada. El tipo torpemente me dijo que si y que me pusiera en cuatro patas encima del catre, lo hice y él se hincó detrás, me dijo que tenía que lubricarme primero y empezó a lamerme el culo, ¡no sabes que bien lamia el condenado!, me metió la lengua hasta adentro y me hizo tener un orgasmo casi de inmediato, entonces empezó a meterme las bolas una por una hasta llegar a meter cuatro de las ocho que había, yo estaba temblando de placer, le dije que se acostara y que siguiera metiendo las bolas mientras yo me acomodaba encima de él haciendo un sesenta y nueve. Nunca lo había hecho, pero me encantó, se me hizo muy morboso sentir como me metía las bolas mientras me lamia el coño que ya lo tenía completamente encharcado y yo mientras tanto tenía debajo de mi cara aquella verga olorosa que me hacía agua la boca, empecé a bajarle el pellejo para descubrir su cabeza y ¡Que sorpresa! Estaba completamente negra a excepción de una crema amarillenta y apestosa que la cubría parcialmente, yo me abalancé y empecé a chuparla, tenía un sabor fuerte y raro que me hacía sentir más puta, se la dejé limpita y empecé a sentir como se convulsionaba y me lanzó un gran cantidad de esperma en la boca que apenas pude tragar, sentía la boca toda pegajosa pero me gustó y me provocó un segundo orgasmo y caí encima de él, entonces me preguntó que si quería probar el dildo y se me ocurrió una cochinada, le dije que el dildo era para metértelo a ti, y que quería probarla con él, al principio pareció no gustarle la idea pero accedió, entonces le dije que era su turno de ponerse en cuatro patas y me puse detrás, tomé el dildo enorme que escogiste y le dije que si quería que lo lubricara, me dijo que si, entonces le abrí las nalgas, ¡No te imaginas!, tenía el ojete bien peludo y estaba todo sudado y apestoso con restos de mierda, ¡era asqueroso!, pero me dio mucho morbo y entonces…no lo vas a creer ¡Empecer a lamerlo!, si querido, le lamí el culo todo mierdoso y ¡Me gustó!, me sentí sucia, asquerosa, luego le metí casi todo el dildo, pero le entró tan fácilmente, que creo que ya le habían metido otro alguna vez. El pobre hombre quedó tendido sin moverse, le saque el dildo y…--Amy le miró a los ojos y con una sonrisa perversa le dijo:
--¡Lo lamí todo! ¡Lo chupe como si fuera un chupachups! —
--¡Eres realmente una marrana!, ¡es lo más asqueroso que he oído! —ja, ja.
Jaume tomó a la chiquilla de la cara y la beso largamente metiéndole la lengua lo más que podía en su juvenil boca.
--¿No te sabe rarito? —le pregunto Amy con sorna y riendo.
--¡Puta!, ¡Puta y más puta!, eso es lo que eres querida—
Tomando el fuete por segunda vez comenzó a azotarla, esta vez con más ímpetu hasta hacerla casi sangrar, después agarró el dildo y sin ningún reparo lo metió completamente en el culo de la muchacha,
--¡Méteme la verga, cabrón! —vociferó con los ojos llorosos. --méteme tu verga mientras tengo el dildo en el culo, ¡quiero sentirme empalada por los dos lados!
Jaume la tomó y hundió su falo en la juvenil vagina sedienta de verga.
Quedaron un rato uno sobre el otro y Amy, todavía no satisfecha musitó en su oído.
--Quiero sacarme el falo y metértelo en el culo como se lo hice al moro—
Jaume se separó y se puso a cuatro patas, no necesitó decirle nada para que la muchacha entendiera que lo estaba esperando. Se sacó el falo del culo y se arrodillo detrás de su amante, le separó las nalgas y metió el rostro entre ellas lamiendo el ano de su amado metiendo la lengua como si lo estuviera sodomizando con ella, saboreó largamente los sabores que emanaba y luego metió el falo lo más profundo que pudo. Jaume gozó por primera vez con la enculada.
Se recostaron exhaustos, Amy se apoyó sobre el pecho de su amante, sentía
que había empezado a vivir libre para dar rienda suelta a todos aquellos deseos escondidos. Jaume parecía haber leído su pensamiento y acariciando su sedosa cabellera le preguntó:
--Dime querida, ¿Cuáles fueron tus primeros pensamientos eróticos? —
Amy le empezó a relatar de sus experiencias de muy pequeña y que habían sido especialmente importantes en el descubrimiento de su sexualidad y de sus vicios, la vez que recibió la azotaina de su padre que la marcó para siempre en el placer de la flagelación y después, su experiencia en el colegio, cuando le hicieron entrar a gatas en el cuarto de aseo de los niños y en el cual sintió por primera vez el deseo de hacer las cosas más asquerosas y que le habían ocasionado numerosos sueños de sexo con hombres sucios, que la azotaban y que la obligaban a mamar vergas de indigentes.
--Y ¿nunca has imaginado follar con animales? —Preguntó Jaume.
Amy le miró maliciosamente y le dijo:
--Sí, el día que me dejaste sola… estaba cerca del establo y vi al burro terriblemente excitado con la verga bien parada buscando a su burra y me masturbé imaginando que se la estaba mamando y que me bañaba con su lefa-
Jaume se excitó con los relatos de la pequeña y pensó que tendría que aprovechar esos deseos para cumplir todas sus perversidades.
--En los días que te quedan conmigo te voy a satisfacer todos esos deseos hasta hoy prohibidos—
--¿De verdad padrino?, ¿Todos esos deseos? Pero quiero que estés conmigo cuando me entregues a otros hombres, quiero que estés insultándome y diciendo todas las porquerías que deba hacer y que además si lo deseas, que participes, aunque sea azotándome mientras ves como gozan a tu puta los seres más detestables o aun animales si te apetece--
--Y más querida…y más…
Continuará.