La agencia del amor 3.
Natalia sin más que esperar la beso, la beso allí mismo, aquel beso con ganas, con pasión, con desesperación.
Y la noche apenas comienza…
Llegaron a la disco y todo estaba muy animado, Soraya le agarraba de la mano y sentía muy incómoda en aquel lugar. Entramos muchas miradas se posaron en ellas, Natty solo bajo la mirada mientras Soraya claramente mostraba que no era la primera vez que iba a ese lugar. Unas chicas se acercaron a saludar a Soraya y ella les presento a Natty después de estar un rato conversando consiguieron una mesa y se dirigieron todas allá, Natalia las miraba a todas pero no decía ninguna palabra, todas eran muy guapas y se preguntaba "¿Las lesbianas no se vestían siempre como hombre?". Todas hablaban muy emocionadas con Soraya hasta que en un instante una volteó y la miró con picardía se le acerco a la oreja y le dijo
— ¿Y tu hermosa, por qué tan callada?
Natalia se sintió un poco incómoda y se le alejó un poco de ella sin responderle. La chica se echo a reír ante la actitud de Natty y le comenta a Soraya — Tu amiga me parece agradable, me recuerda a mi —. Las chicas salieron a bailar y Natalia las miraba desde la mesa, hasta que la chica nuevamente la ve y se acerca.
— Pero ven, nosotras no comemos, no tan temprano — dijo con doble sentido aquella chica rubia que de tonta solo tenía el vestido — ¡Ven, anímate! — dijo de nuevo alargando su mano para que aceptará.
Natalia solo la miró y ante la sonrisa de aquella intrigante mujer acepto, se dirigió a la pista de baila con ella y comenzó a bailar, ella veía como aquella rubia movía todo su cuerpo con mucha sensualidad, y se acercaba a ella, podía ver cómo cerraba y abría los ojos al ritmo de aquella canción, y le estaba gustaba la manera como se dejaba llevar por la música que sin darse cuenta comenzó a bailar y cerro sus ojos, moviéndose lentamente, mientras su mente se teletransportaba a otro lado, sonreía mientras bailaba, solo era la música y ella, cuando siente que la rozan en una parte de su cuello cerca de la oreja y abre los ojos rápidamente.
— Tu perfume huele riquísimo, me encanta como hueles aquí — dicho esto le dio un beso en la parte de atrás del cuello, apartando un poco su cabello.
— No sigas por favor yo no soy...
— Shhh... Déjate llevar.
Dicho esto la volteó para quedar de frente a ella, Natalia la mirada y dos miradas realmente imponentes quedaron expuestas, una llena de pasión y otra llena de miedo. ¿Quién ganaría? Aquella rubia de la cual aún Natalia no sabía absolutamente nada siquiera su nombre la estaba seduciendo y ella estaba accediendo y aún no sabía por qué, se fue acercando lentamente a Natalia para besarla, antes con su mano acarició su mejilla, luego bajo a su cuello y lo acarició de nuevo, subió hasta llegar a sus ojos y sus cejas, sin despegar nunca las miradas, se fue acercando despacio, vio como Natalia iba entrecerrando los ojos y allí escucho "Astrid ¿Qué vas a hacer? Suelta a Natalia ya "
En eso aquellos dos cuerpos se separan, y aquella rubia mira con picardía a su amiga, y con mucha naturalidad dijo.
— Nada Soraya deja el drama, aquí solo hablaba con tu amiga, me cayó bastante bien — dijo esto mientras le guiñaba el ojo a Natty — deberías traerla más seguido.
— Tu quédate lejos de ella, ella no es como nosotras.
— No lo dudo — dijo riéndose aquella rubia imponente.
Rápidamente Natalia se movió de la pista y se fue hacia el baño, allí se quedo adentro un largo seguía pensando en aquella frase "No lo dudo" pero ella estaba dudando, que le estaba ocurriendo era su pregunta, nunca antes le había ocurrido algo así y se sentía muy confundida. "¿Te estaba gustando Natalia?" se repetía mientras se llevaba las manos en la cabeza, salió de aquel baño demasiado rápido y se fue directo a la barra, pidió un Whiskey y se quedo allí un largo rato, solo miraba su copa, volteaba y muchas chicas la miraban, siguió tomando desesperadamente hasta que escucha una voz ya un poco más conocida "¿Te acompañó?"
Natalia solo volteó y la miró solo asintió y otro trago más para la noche.
— ¡Hey Rubén lo de siempre! — Dijo aquella rubia sentándose y cruzando sus piernas — ¿Whiskey, estas despechada o qué? Eso es muy aburrido.
— ¿Qué quieres de mi? — Preguntó Natalia ya algo muy tomada — Sé sincera.
— Jajaja ¿Sincera? Que te quiero coger.
— ¡Ay no creí que lo fueras tanto! — Natalia bajo la vista a su trago y se lo volvió a llevar su boca, otro más.
— Jajajaja me pediste sinceridad, que querías que te dijera ¿Qué me encantas, que te quiero bajar las estrellas, y que quiero una familia contigo?
— No gracias, no soy...
— ¿No eres gay? Si ya es la segunda vez que me lo quieres decir, pero cada vez te lo crees menos ¿Cierto?
Natalia baja la mirada nuevamente aquella rubia tenía razón, cada vez lo dudaba menos ¿Qué era lo que estaba pasando?
— No lo soy ¿OK? — dijo Natalia gritando como si eso fuera hacer creérselo.
— Ok nos vemos... Hermosa — dijo Astrid mientras le tiraba un beso y se alejaba de aquella barra.
— ¡RUBEN!... ¿Rubén te llamas cierto? tráeme otro.
— Tenga cuidado con ella Señorita.
— ¿Por qué? — pregunta curiosa Natalia ante semejante comentario.
— Porque ella es de las mujeres que muy fácilmente sale de la cama, pero difícilmente del corazón.
Natalia volteó a ver a Astrid y estaba en la pista bailando, veía como coquetamente se le acercaba a otra chica, le estaba hablando en la oreja a aquella conquista y eso le molestó un poco a Natalia "Hasta las lesbianas son iguales" pensó. Se tomó su trago, y ya iban bastantes, vio como Astrid besaba aquella mujer y eso le molestó bastante y no sabía porque, tal vez porque pensó que jugaron con ella. Se levanto de aquella barra y casi se caía estaba demasiado borracha y su amiga Soraya hace rato que no la veía, había desaparecido de aquel lugar, se trata de componer y en lo que va a dar otro paso, siente como se va a caer y en eso una chica la agarra. "Gracias" dijo Natalia queriendo ser sutil, aquella chica a la que no podía verle bien el rostro por lo mareada que estaba le sonreía. "Cuidado guapa" Natty de lo tomada que estaba solo se río ante aquel comentario, y cuando la sostiene bien para levantarla la detienen.
— Suéltala.
— ¿Disculpa?
— Suéltala ella viene conmigo.
Natalia alzó la visto y vio a la rubia discutir con aquella extraña, solo se río.
— ¿Viene contigo? — dijo aquella extraña mirando a Natalia.
— Dámela, te dije — dijo la rubia.
Y le arrebata de sus brazos a Natalia, la agarra y la sostiene y busca la mirada de Natalia. Aquella no dejaba de reírse.
— ¿Por qué te preocupas por mi? — pregunto Natalia mientras le acariciaba la mejilla.
— No me estoy preocupando, vamos a buscar a Sora…
Natalia sin más que esperar la beso, la beso allí mismo, aquel beso con ganas, con pasión, con desesperación, fue bajando su ritmo y se volvió más íntimo y más placentero, las manos de Natalia se dirigieron al cuello de aquella rubia y lo rodeo, Astrid la sostenía por su cintura mientras se besaban, se separaron por un momento y Natalia volvio a besarla, esta vez era más excitante el beso, buscaba el escote de Astrid, sus manos estaban por todo el cuerpo de aquella rubia, hasta que en ese momento Natalia se quedo dormida. “Lo que me faltaba, ahora se durmió” — pensó la rubia.
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El sol entraba por la ventana del cuarto de Natalia, abrió los ojos y se llevo las manos de inmediato su cabeza, le dolía demasiado. Cuando por fin reaccionó, se dio cuenta que estaba en su cuarto y no sabía cómo había llegado allí, estaba en pijama, no recordaba casi nada del día anterior, pero recordaba aquella rubia y una chica pero no sabía que había sido de ella. Rápidamente llamo a su amiga Soraya.
— ¿Soraya?
— ¿Si? Hola Natty que fue de ti, ¿Donde te metiste anoche?.
— ¿Cómo donde me metí? Estaba en la disco.
— ¿Qué en serio? Yo no te vi y pensé que te habías ido y me fui con una amiga.
— Estuve un rato en el baño ¿Por qué no me llamaste?
— No había señal.
— ¿No sabes cómo llegue a mi casa?
— ¿Cómo no recuerdas? Ay Natalia si te quedaste en la disco allá se quedó Astrid.
— ¿Quién es Astrid y qué pasa con ella?
— No aquí la que debe preguntar soy yo, ¿Te ibas a besar con ella? Yo no estaba borracha yo vi bien.
— Ah, claro que no Soraya, tu sabes muy bien mis gustos.
— Ah menos mal que las detuve, Astrid no perdona a nadie entonces ¿No recuerdas nada?
— No mucho, en lo que puedas necesito que me ayudes a encontrar a la rubia.
— ¿Por qué?
— Porque si, por favor.
— ¿No te gusto o si Natalia?
— Claro que no Soraya, nada que ver, solo necesito hablar con ella.
— Bueno ella solo la veo siempre es en la disco.
— Oye Soraya tengo que dejarte hablamos después, están tocando.
— Cuídate Natty, bye.
“Adelante” dijo Natalia, aquella llamaba no podía dejarla más desconcertada, tenía un fuerte dolor de cabeza y dos preguntas ¿Como llego allí? y ¿Qué pasó con la rubia? Estaba metida en sus pensamientos hasta que tocaron la puerta de su cuarto.
— ¿Natalia ya despertaste?
— Si.
En eso abre la puerta Kelly, y se detiene a observar todo el cuarto de Natalia, había ropa regada por todos lados, el cuarto era un completo desastre.
— Con que estuvo muy buena la rumba — dijo sarcásticamente Kelly — Al menos llegaste bien.
— ¿Te preocupas por mi acaso?
— No claro que no, tu mamá me mando a despertarte, tienes que acompañarla a comprar unas cosas.
— Dile que hoy no puedo tengo pensado irme a la cabaña a pasar el día allá.
— Yo no soy tu mensajera, cuando te vistas puedes bajar y se lo dices tú.
— ¿Cuál es el problema? Trato de llevarme las cosas bien contigo y tu siempre agresiva.
— Chao Natalia.
Natalia quedo nuevamente molesta “Se le está haciendo costumbre dejarme hablando sola, ahora yo debo pensar cómo fue que llegue hasta aquí”, se levanto se metió a su baño, se baño, se vistió y bajo… Su mamá estaba en el despacho arreglando unos papeles.
— ¿Vas a salir?
— Kelly no te dijo que si.
— Wow, hoy todos andan de un humor aquí horrible.
— Anoche llegaste con un escándalo Natalia, no me gusto ese show.
— ¿Qué show?
— Me has decepcionado, no pensé nunca verte llegar borracha, si no fuera por esa chica y…
— ¿Qué chica?
— La que te trajo aquí.
— ¿Cómo era?
— ¿No recuerdas nada Natalia Martínez?
Natalia prefirió quedarse callada, sabía que si le decía a su mamá que no recordaba se iba a molestar más de lo que estaba.
Salió a caminar como acostumbra y su mente iba dando vueltas, trataba de recordar la noche anterior, hasta que se puso a pensar en aquella rubia sonrió ante aquel recuerdo mientras corría y pensó ”¿Qué te pasa Natalia?”, luego de 30 minutos de correr llego a su casa, se paró en la ventana de su cuarto y pudo observar desde allí a Kelly como hablaban con los empleados, podía ver como sonreía ”¡Pero si sonríe bonito!” estaba viendo y corrió la cortina para ver mejor, la piscina ya estaba muy avanzada, probablemente si seguía así, para cuando regresará de la cabaña estaría lista.
La casa cabaña era una pequeña casa en las montañas que había mandado a construir el padre de Natalia, para pasar las vacaciones allí o simplemente relajarse con el aire libre, aprovechaban al ir allí a escalar. Así que para allá Natalia decidió ir, al estar pérdida en sus pensamientos vio como Kelly la vio, se miraron fijamente por un momento y Kelly bajo la mirada. ”Está chica es extraña”. Apresuró todo para salir ese mismo día en la tarde, ya todo listo empieza a bajar las maletas, se dirige al garaje y las monta en su carro, se regresa a despedirse de su mamá, su padre nunca estaba, siempre se encontraba en algún viaje de trabajo.
— Mamá ya me voy.
— ¡Ten cuidado Natalia!
— Lo tendré, chao.
Al salir de la casa ve de frente montarse de nuevo en el mismo carro a Kelly, y le da un beso al chico pero está vez en el cachete, lo esquiva mientras Natalia ve todo, el chico señala a Natalia y Kelly voltea, se queda viendo fijamente a Natalia y le lanza un beso mientras le dice al chico que arranque. Natalia quedo allí parada muy confundida y muy extrañada.
¿Un beso?
Natalia demasiado extrañada por todo esto se monta en su carro y agarra rumbo a su cabaña, dos horas y algo de carretera mientras escucha su música preferida, ya había caído la noche y pocos carros habían por esa vía, había llegado a la cabaña, se estacionó y se bajó. Todo estaba muy cuidado a pesar del tiempo que tenía que no iba a allí, entro y prendió las luces el olor a polvo emanaba de aquella casa entrando completamente hasta los pulmones, entro a la habitación principal y se sentía aquella calidez de esas que ya no quedan, olor a hogar a pesar de que no era visitada constantemente. Salió y se sentó a fuera un rato a comtemplar la noche y la luna. Necesitaba pensar muchas cosas, una de ellas ¿Qué le estaba sucediendo realmente? Nada de lo que conocía o creía claro en su vida así está. Estuvo cierto tiempo afuera y decidió entrar para no congelarse, prendió la chimenea y se fue a la cama, decidió mañana sacar la maleta no hay apuro, tiene 3 antes que regrese su padre.
Los rayos entraban por aquella cabaña, los pájaros cantaban y un excelente día la esperaba, salió temprano a caminar y regresó para ir al río a bañarse un rato. Había mucha paz y tranquilidad, y se sintió sola de momento ”Fuera hermoso que estuviera con alguien” después recordó a su novio, se le había olvidado totalmente y ya por allí sabía que no lo era mucho lo que lo quería.
Después de ya casi toda la mañana en el río regreso y empezó a limpiar la cabaña, colocó un poco de música en el carro y empezó a limpiar, bailaba mientras barria la casa, quería sentirse alegre a pesar de estar sola. Después de eso cayó la noche, se fue a bañar con agua caliente y se puso a ver un rato televisión hasta quedarse dormida. Otro día en la cabaña y era su día para escalar, agarró todos sus instrumentos y equipo y se fue a la montaña donde siempre escalaba con su padre.
Recordó cuando lo hacían muy seguido de niña, ya al empezar a crecer dejaron de hacerlo, pero aún así lo extrañaba. Comenzó a escalar y aseguro el arnés, fue subiendo poco a poco, cuando sin querer no apoyo su mano bien y resbaló, la cuerda se enredo le sujeto completamente el tobillo y empezó a caer haciendo presion en el tobillo y comenzo a sangrar no era tanto lo que había subido pero si había altura, y cayó al piso se golpeó la cabeza, allí estaba Natalia sola con el tobillo golpeado e inconsciente.