La administrativa (2)

La situacion avanza (recomendable la lectura de la 1ª parte). ¿Quien sera finalmente el depredador y quien la presa?

La Administrativa, 2ª parte. (Recomendable leer antes la 1ª parte, para ponerse en situación)

.............Cuando subíamos a su piso, en el momento en que cogió las lleves y las introducía en la cerradura, se le escapo de la otra mano una de las asas del bolso, y aunque muy fugazmente, me pareció ver con claridad un objeto que muy bien podía ser su monedero.

Eso me dejo profundamente mosqueado.

Una vez en su casa, me condujo al salón, y marcho a la cocina para traer hielo para las bebidas.

En ese momento, y arriesgándome a que volviese y me tomase por un vulgar chorizo, abrí su bolso que estaba encima del sofá, y efectivamente allí estaba su monedero, el mismo que no encontraba en el restaurante. Le di un rápido vistazo a su interior, y comprobé que llevaba dinero mas que suficiente para pagar la comida varias veces. En lugar de meter el monedero de nuevo en el bolso, lo escondí bajo unas revistas que había en la mesa, junto al sillón.

¿Que estaba pasando? Me empezó a invadir la sensación, de que la presa era yo, y la depredadora era ella. Esto había que aclararlo.

Inma volvió, preparo las bebidas, y mantuvimos una agradable charla durante media hora.

Bien, había llegado el momento de jugar fuerte.

Mire la hora, y le dije:

 Bueno Inma, ha sido un placer, pero debo volver a Barcelona, así que si eres tan amable de saldar tu deuda.....

No se lo esperaba, y la decepción apareció en su rostro. Le costo recuperar el tono de voz.

 Si....., claro, espera un momento, voy a buscar el monedero.

Entonces se dio cuenta de que el bolso estaba todavía a la vista, encima del sofá, así que lo recogió, y se fue a "buscar" el monedero que yo había escondido bajo las revistas.

Apareció a los cinco minutos, un poco ruborizada, y con los pezones (que ahora tenia muy claro que me los iba a comer) marcándose en la tela.

 Veras........, no encuentro el monedero.......igual me lo he dejado en la oficina...... si quieres yo...

Me puse de pie, y al dar un paso para quedarme justo frente a ella, aparte las revistas de un manotazo, y el monedero quedo a la vista.

 ¿De que va esto Inma? Estoy seguro de que no estas intentando ahorrarte una comida.

Levanto levemente la cabeza, a menos de un palmo de la mía, con las mejillas ruborizadas y la boca ligeramente entreabierta.

Señores, no pude aguantar mas, la cogí por la nuca y le di el morreo mas ansioso de mi vida. Ella respondió estupendamente, y nuestras lenguas se lo estaban pasando pipa.

Aquello duro dos o tres minutos, al cabo de los cuales, nos separamos con las respiraciones aceleradas. Había que comprobar mi teoría sobre la sumisión de Inma.

 Inma, llevo todo el día cachondo, viendo como tus pezones quieren escapar, desabrochate la blusa -orden seca-

Dudo unos instantes, pero con la vista baja, comenzó a desabrocharse los botones de la blusa, y cuando termino se quedo con los brazos a los costados.

Me acerque, y suavemente le deslice la blusa por los hombros. Quedaba un sujetador color crema del tipo normal, aunque con las copas no muy cerradas. Lleve mis manos a su espalda y lo solté, para, acto seguido, dejar que se deslizase al suelo.

Tenia unas buenas tetas, no excesivamente grandes, pero con unos pezones que en ese momento presentaban su máxima longitud, ¡ Y que longitud !, al menos median un par de centímetros, lo que explicaba su facilidad para marcarse bajo la ropa.

Tome sus tetas en mis mano, y me dedique a besarlas, chuparlas, mordisquearlas, lamerlas, pellizcarlas y todo lo que se me ocurría, mientras Inma elevaba el tono de sus gemidos y se dejaba hacer.

Me senté en una silla que estaba detrás mio, y hice que Inma se sentase sobre mi con las piernas abiertas, lo que obligo a su casta falda a subirse bastante.

El tratamiento a sus tetas, combinado con morreos de alta intensidad y un repaso a su cuello y orejas, la puso bastante cachonda, aunque seguía con una actitud muy pasiva.

Metí una mano bajo su falda, acariciando las piernas, y al llegar a la cara interna de los muslos, cuando casi rozaba sus bragas, otra sorpresa, pues la humedad de la zona era tal que por un momento pensé que se había meado. Estaba absolutamente empapada, pues las bragas estaban chorreando, y la humedad le descendía por la cara interna de los muslos.

Le levante la cabeza sujetándola por la barbilla, y le solté:

 Inma, chiquilla, tienes un mar aquí abajo.

Estaba muy azorada.

 Perdona, es que....... no se porque,..... pero me mojo mas abundantemente que otras mujeres.

 No te preocupes. Me encanta la humedad femenina, por mi puedes hasta mearte de gusto.

Y diciendo esto, introduje la mano por el elástico de sus bragas, (realmente empapadas). Para encontrarme con otra sorpresa al recorrer la raja con mis dedos. Su clítoris era como sus pezones, grande y con tendencia a la erección. Luego pude comprobar que sus dos pezones y su clítoris, sumaban juntos una longitud superior a los 6 cm.

Eso había que probarlo.

La empuje hacia la pared como si fuese un policía dispuesto a cachearla, manteniendola de cara a la pared y sujetando sus dos manos con una de la miás, sobre su cabeza. Ahora estaba ya cachondo perdido.

Recorrí sus piernas con mis manos y magree su culo a conciencia, levantando la falda que no le había quitado.

Había llegado el momento de pasar a mayores. La empuje al sofá, y la hice sentarse con el culo en el borde. Le subí la falda, y le quite las empapadas bragas. Realmente tenia el coño chorreando, con poco pelo y del tipo lacio, brillante de humedad y con un clítoris de tamaño excepcional que me llamaba a gritos. Enterré la cabeza en su coño y pase la siguiente media hora absorbiendo cuanta humedad me era posible, mientras torturaba aquel fantástico apéndice, ahora apretándolo con los labios, ahora golpeándolo con la lengua, ahora mordiéndolo con mimo, ahora..........

Inma se corrió un buen numero de veces, y yo me bebí una buena cantidad de sus líquidos. Tenia su coño un sabor dulce como un melón, pero mi propio rabo me avisaba de que tanta excitación estaba a punto de llevarme al fin.

Me puse en pie frente a la desmadejada Inma, y me desabroche los pantalones. Faltaban segundos para que me corriese.

Inma entendió la situación, e incorporándose se introdujo mi polla en la boca hasta la raíz. No le di oportunidad, jugo por jugo. Yo me había bebido los suyos y ella se iba a beber los míos. Así que le coloque una mano en la nuca para que no se moviese, y con la punta de la polla apoyada en su garganta expulse una cantidad importante de semen directamente en el camino de su estomago. Inma se comporto admirablemente, y no hizo el mínimo intento de retirarse, limitándose a jugar con su lengua y sus mejillas sobre mi pobre rabo, mientras me vaciaba totalmente.

Fue una corrida espectacular, que casi no pude aguardar de pie.

Inma estaba muy atractiva, con las tetas al aire, los pezones de punta -como siempre- la falda en la cintura, el coño brillante, el super-clítoris asomando entre los labios claramente, y la húmeda boca entreabierta.

 Joder Inma, ahora mismo tienes una foto de portada de película porno. Estas preciosa.

Inma no hablaba mucho follando, eso estaba claro, pero se levanto, me cogió de la mano y me llevo a su habitación.

Allí se desprendió de la falda, y manteniendome de pie, comenzó una mamada espectacular, pues no solo se introdujo la polla por completo hasta que los pelos del pubis quedaban aplastados bajo su nariz, sino que me lamió las pelotas, las ingles, el estomago y todo ello sin dejar quietas las manos, que se deslizaban por mis nalgas y mis piernas.

Mi nabo, agradecido ante el tratamiento, recobro su posición de firmes, por lo que interrumpí el trabajo de Inma y le dije que se acostase sobre la cama.

Cuando la tenia boca arriba, con las piernas ligeramente flexionadas y muy abiertas, me situé entre ellas, y se me ocurrió que podía ser un poco chico malo....

Me apoye en las palmas de las manos, y me dedique a pasarle la punta del capullo por el coño de arriba a abajo y de abajo a arriba, como si fuese un pincel. Era genial el momento en que mi capullo tropezaba con su erecto (y enorme) clítoris, pues a los dos nos daba una especie de calambrazo. No obstante mi calentura, creí detectar que ella estaba aun mas cachonda que yo.

Amigos, esa es una ventaja que nunca he desaprovechado, y os aconsejo que hagáis lo mismo.

Cuando uno quiere pedir guarradas a una mujer, ese es un buen momento.

 Inma preciosa, ….¿porque no te tocas un poquito?. Me gustaría mucho ver como lo haces.

No hubo que repetirlo. Inma llevo su mano al coño, y comenzó a tocarse de una manera de la que había oído hablar, pero que nunca había tenido el gustazo de ver. Se tocaba como si estuviese tocando una guitarra. Nada de uno o dos dedos sobre el coño, sino que usaba la punta de los cuatro dedos (excepto el pulga) para mover la mano arriba y abajo, en el típico gesto de los guitarristas.

Me quede perplejo, pues cerro los ojos y se tocaba con unas ganas, que parecía que no había tocado en años.

Mas sorpresas me aguardaban. Recordad que estaba entre sus piernas, sentado sobre mis talones, con mi nabo a unos centímetros de su coño, nabo que me acariciaba lentamente absorto en el espectáculo, cuando de repente, Inma detuvo su mano, arqueo la espalda y ZAS, un chorro corto de

liquido salio expelido de su coño con inusual potencia, cayendo justamente sobre mi rabo.

Aun no me había repuesto de la sorpresa cuando un segundo chorro, mas corto que el primero, repitió el viaje coño-nabo. En un primer momento pensé que se había meado (cosa que a mi no me hubiese molestado lo mas mínimo), pero cuando examine el liquido, me quede perplejo, pues acababa de asistir al primer SQUIRTING con cara y ojos de mi vida.

Es decir, Inma se acababa de pegar una corrida de campeonato, con un símil de eyaculación que nos había dejado a los dos chorreando.

Joder con Inma, con su apariencia de mosquita muerta, y resulta que tiene ocultos encantos que ya querrían para si muchiiiiiiiisimas actrices porno. ¿ O como creéis que se cotizaría en ese negocio una mujer con los pezones y el clítoris super desarrollados, visibles a varios metros, y la capacidad de mojarse de esa manera tan brutal? Sorpresas nos da la vida.

Pero volvamos al asunto. Mi polla, con este regalo, estaba al máximo, y yo burro perdido, así que me apoye sobre las palmas de las manos, y manteniendo mi cuerpo tenso y alejado del suyo, se la clave sin ninguna dificultad hasta la empuñadura, y comencé una follada de concurso.

Sabia que no aguantaría mucho en esa postura, pues no soy un gimnasta, así que me propuse darle el máximo de pollazos posibles en el tiempo del que dispusiese. Inma se agitaba, y en la habitación solo se oía, de menos a mas, mi respiración acelerada por el ejercicio, sus gemidos, y el rítmico golpeteo de mi vientre con el suyo, cuando chocaban tras haberle introducido la totalidad de mi durisima polla.

Creo que Inma siguió con su costumbre de mojarse a medida que se iba corriendo, y aquello tuvo un efecto contrario en mi, pues con aquella humedad, la presión sobre mi polla era muy pequeña, y como ya me había corrido una vez, temí desfallecer antes de correrme yo de nuevo.

Así que cambie de planes. Se la saque de golpe, aparte la almohada de un tirón, la hice voltearse agarrándola por los tobillos, y cuando la tuve totalmente extendida boca abajo, trabe sus piernas con las miás, y guiando mi polla con una mano, apunte a su culo, que ni que decir tiene, con todo lo que su compañero coño había soltado, estaba empapado.

No fui delicado (menos mal de la humedad) y se la clave de golpe en el culo.

Inma, a la que la rapidez de mi maniobra había cogido por sorpresa, murmuro:

 Uhmmmmmmm, argggggggggggggggggg

Esto era otra cosa.

Estaba húmedo, pero la presión sobre mi nabo era increíblemente mayor, así que me apoye, esta vez sobre los codos, y comencé un mete saca rítmico, en el que el ruido de mi vientre sobre sus nalgas retumbaba en la habitación como si estuviesen tocando las palmas.

Le susurre al oído.

 Inma, anda dejate llevar como la zorra que eres y correte todo lo que puedas.

Dicho esto, comencé a morderle la parte posterior del cuello, sin abandonar mi rítmica follada.

Este tratamiento conjunto tuvo su efecto, pues Inma se corrió de nuevo, solo que esta vez sus nuevas humedades, tal y como manda la ley de la gravedad, iban directamente a la cama, sin enturbiar para nada el fantástico roce que su culo producía sobre mi polla.

Estaba a punto de correrme, pero se me ocurrió una ultima idea.

Volví a darle la vuelta, otra vez boca arriba, metí un cojín bajo sus riñones y coloque sus pies sobre mis hombros. En esta postura, su culo se elevo lo suficiente para que se la volviese a clavar (por el culo evidentemente) sin forzar la postura.

 Inma, mirame. Estoy a punto de inundarte este culo de zorra que tienes, pero quiero que te toques como antes y que esta vez me mires mientras lo haces.

Cogí sus tobillos y le separe las piernas, para dejarle sitio a los trabajos manuales, sin detenerme, ahora con movimientos mas lentos, buscando mi placer.

Al principio, Inma, que se tocaba con menos ansia que la primera vez, evitaba mirarme girando la cabeza, pero entonces me paraba, y así poco a poco, encontramos el ritmo que nos condujo al éxtasis.

No aguantamos mucho, cuando por las contracciones de su culo entendí que su orgasmo estaba próximo, acelere mis movimientos y nos corrimos casi a la vez, ella mojándome levemente y yo inundandole las entrañas con una cantidad similar.

Aun notaba las rítmicas contracciones de su ano sobre mi polla, cuando le solté las piernas, e inclinándome sobre ella, le acaricie los erectos pezones y nos volvimos a morrear, ahora suavemente, saciados por fin.

 Inma, ha sido espectacular.

 Y tu te querías marchar a Barcelona ¿no?

 Dime la verdad, ¿cuando decidiste que me ibas a follar Inma?

Ahora recupero su timidez y su rubor, pero aguanto en parte la mirada.

 Esta mañana estaba un poco "movidita", y al verte llegar empece a fantasear contigo.

 Ya, pero.....

 Con lo de la cafetera, tuve claro que me gustaría tener un rollo, y lo del coche, aunque en principio estuvo a punto de estropear el día, fue definitivo. Cuando fuimos a comer, estaba decidida a traerte a casa, pero no sabia como, hasta que se me ocurrió lo del olvido del monedero......

 Y yo pensando que había ligado.......

 Ya, pero, ¿no te iras a quejar ahora?

No, no me queje, pero eso sera otro capitulo.